¿Estás aburrido? ¿Te gustan las aventuras? ¿Quieres visitar lugares exóticos? Estás de suerte, nuestro nuevo concurso te lleva al Centro de la Tierra. Todo un mes en el que irás a donde tu imaginación te lleve. Ven al Bosque y disfruta de un mundo de fantasía a tu medida:

La Comunidad Científica estaba representada en aquella mesa por una eminente Bióloga que odiaba el trabajo de campo. Su especialidad, la biología marina de la época del Cretaceo, la realizaba con todos los medios disponibles en su laboratorio de la Universidad de su ciudad natal, sin necesidad de desplazarse a ningún sitio. Padecía una enfermedad llamada agorafobia y cualquier situación que no controlara, la desquiciaba. Por ello, no salía nunca de su casa o de la Universidad y nunca había hecho vacaciones. Por no saber, ni sabía bucear, así que nadie entendía como se había convertido en una Eminencia en su campo.

Pero era así. Por ello, en aquel momento de crisis, el Presidente del país la había mandado llamar a su despacho. Ella no pudo negarse, aunque desplazarse en avión desde la universidad a la capital había sido un martirio. Pero nadie le dije que no al Presidente del Gobierno, y menos cuando la misma ONU había presionado para que diera su opinión sobre lo sucedido.

Ella ojeó el informe (letras rojas TOP SECRET en la carpeta) antes de volver a mirar al Presidente. No le gustaban las presiones, no le gustaban los despachos excepto el suyo y no le gustaba aquellos ojos inquisitivos.

-- No es posible, se lo repito.

-- Es posible, si lo está viendo...

Ella volvió a mirar la foto de un pez abisal sin ojos y dientes muy afilados. El animal estaba vivo, bien vivo. Según las noticias, había devorado los peces del Aquarium donde lo habían sumergido tras su captura y ahora atacaba el cristal que lo retenía, haciendo temer que conseguiría romperlo si seguía mostrando tanta violencia.

-- Pero es imposible -- protestó ella. -- Este animal se extinguió hace 145 millones de años. El Cretáceo...

El Presidente hizo un además de impaciencia y ella guardó silencio. Volvió a contemplar la foto y levantó la vista.

-- Bueno... Está vivo, lo admito... Pero eso no significa que... -- El Presidente hizo otro ademán y el Secretario le tendió una tablet en la que se veía un vídeo. Ella arrugó el ceño. Un barco destrozado con manchas frescas de sangre. Toda la tripulación muerta. Se notaba que había sido grabado desde el aire ya que en ciertas zonas del agua se veía la sombra de un helicóptero.

El Secretario esperó un momento para que asimilara lo sucedido y después pasó el dedo por la pantalla, cambiándola a otra imagen. Ella dio un salto en la silla y se puso una mano en la boca, con arcadas. Un paseo marítimo de maderas blancas, de un pueblo de casitas blancas y jardines verdes, cuerpos desmembrados en la orilla del agua, gente huyendo...

-- Como sabrá, hace dos días un fuerte maremoto hizo emerger un volcán marino en los alrededores de Lanzarote. Dos días y tenemos avistamientos de estos animales en un radio de veinte kilómetros. Han salido por algún lugar de ese volcán. Un equipo del Ejército especializado está listo para bajar a cerrar el hueco o lo que sea por donde estén saliendo. Necesitamos su ayuda. Esto es una crisis internacional. Si hay vida en el Centro de la Tierra, podría suponer un peligro para el ecosistema actual de la superficie. Esperan sus órdenes. Usted comandará la expedición.

Ella estuvo a punto de reírse del Presidente por su hiperbolizada idea sobre la repercusión de la presencia animal y por creer que hubiera vida en... Pero sus ojos reflejaron terror al oír el resto de la frase. ¿Qué ella qué...? ¿Qué iba a ir al Centro de la Tierra? Una gota de sudor le indicó que estaba a punto de desmayarse.