Un cadáver. Una autopsia. Pistas que no parecen llevar a ningún sitio... ¿Te gustan series como "Bones", "CSI", "Holmes" o cualquiera policíaca? Pues ahora puedes aprovechar para rolear como alguno de tus personajes favoritos.

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La Forense te quitó los guantes y suspiró levemente, tras dar una nueva ojeada al cuerpo femenino que yacía en la mesa de autopsias. Nunca demostraba ningún sentimiento ante sus "pacientes" pues solía ser fría con los que tenía que examinar. Pero algo en este caso le había producido una cierta desazón, aún sin saber por qué.

Se sentó en su mesa y sacó los formularios, rellenándolos de forma minuciosa. Para cuando llegaron los miembros de la policía, ya los tenía acabadso, con las fotos y las anotaciones precisas de la autopsia realizada.

-- Buenos días. ¿Sabemos cómo murió? ¿Homicidio?

La Forense enarcó la ceja. Aquel hombre no le gustaba; era el típico patán que si podía dejar de trabajar e ir a comer dulces al bar de la esquina de la comisaría, lo hacía sin dudar. Sin embargo, la mujer que le acompañaba era mucho más precisa y le sonrió, esperando un informe más preciso. La Forense le tendió el informe.

-- Asesinato. Fue asesinada. Hay microfacturas en las costillas con esquirlas. Una de ellas le quedó enganchada en uno de los pulmones. Hubiera muerto asfixiada si no hubiera recibido un impacto incisocontuso en la zona parietal. Fue el que le produjo la muerte instantánea. Las fracturas craneanas indican un objeto romo por un arma redonda. Sin determinar.

-- Mejor así, ¿no? La asfixia hubiera sido más lenta.

La Forense asintió; aquella policía era lista y sensible.

-- La víctima, mujer, por la forma de la pelvis había dado a luz poco antes de su muerte, murió en otro lugar del que fue encontrada. Los restos de las uñas sugieren que fue arrastrada por un prado con césped recién cortado. Prueba 1. Tal vez un parque o un campo de golf. Los restos de tierra removida parecen indicar al menos cuatro años desde el asesinato. La ropa se ha desintegrado con el tiempo. Sólo queda el anillo en su dedo corazón. Prueba dos: anillo de oropel, sencillo y barato, con un corazón pequeño.

La Forense guardó silencio. Un recuerdo de su juventud, hacía muchos años ya, acudió a su mente: un chico del instituto, declarándole amor eterno y regalándole un anillo similar. Lo perdió en algún momento de su adolescencia y el chico acabó en otra ciudad en un bufete de abogados. Nunca más volvió a saber de él. Sonrió levemente, ahora sabía qué es lo que le había conmovido en la muerta. Como ella, alguien le había declarado un amor que no llegó a nada. Volvió la vista hacia los policías y escondió la sonrisa.

-- Estos son los datos que he conseguido. Ahora, ustedes tendrán que buscar quien está en mi mesa de autopsias.