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Bosque sombrío


Liam Black
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Liam Hawthorne

En las vísperas de Halloween todo parecía incluso más aterrador que siempre en el pequeño pueblo de Little Whinging. Los pasos del castaño se mecían en el frío barro a medida que éste avanzaba. Su posición de alerta no servía de mucho, ya que la luz que emanaba su varita mágica en alto alumbraba todo el bosque que absorbía su figura. En contraste con el paisaje, la capa negra que ondeaba en caída por sus hombros, atonaba perfectamente y cualquiera creería que se trataba de un camuflaje.

 

Sintió los pasos y se dio vuelta de un respingo. Su oído vampiro había captado a algún pie quebrando una rama en el suelo, pero ahora su desarrollada vista que investigaba todas las direcciones, no hallaba nada. Sus pupilas se dilataron en cuanto el contorno de un hombre , un tanto más alto que él, se materializó a unos siete metros de su posición.

 

—¿Quién eres? —Preguntó con voz ronca. Hubiera hecho una pregunta mejor—. ¿Qué quieres? —Se corrigió.

 

No quería lastimarlo, pero estaba completamente seguro de que cualquier alma que esté paseando por ese lugar, no iba con buenas intenciones. La varita de espino vibró en su mano y el Atkins supo lo que debía hacer. El hombre no le había respondido aún y todavía tenía asuntos muy importantes de los que hacerse cargo como para morir en el trayecto. Bufó.

 

¡Desmaius!

 

La sacudida con su mano potenció a un gran rayo rojo que nació desde la punta de su arma, con una única dirección. Si el hechizo impactaba, su oponente quedaría completamente inmóvil e inconsciente durante un buen rato, además que la fuerza del mismo lo derribaría unos cuantos centímetros hacia atrás. Eso le funcionaría por ahora, porque si algo había aprendido de las torturas, era que al principio son leves y luego se van acrecentando en dolor.

 

—¿Hablarás? —gruñó.

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Desde algunos días atrás Zack monitoreaba, por así decirlo, los movimientos de algunos aspirantes al bando Mortífago. Al principio eran al menos cuatro jóvenes, ya mas adelante decidió enfocar toda su atención en uno solo, Liam Hawthorne. Conocía al chico desde poco más de un año por medio de su gran amiga Caroline. Si no se equivocaba, estos dos personajes guardaban estrecha relación por el lazo familiar que los unía. Sin embargo, la última vez que supo de ambos las cosas no estaban muy bien.

 

Interesado particularmente en las habilidades pque tenia Liam como mago, el Black comenzó a seguirle desde poco antes que cayera el sol. Le llamó la atención que el aprendiz fuera a un bosque, no siempre se hacían cosas buenas en lugares oscuros y desolados como ese. Sin vacilar lo siguió de cerca expectante a lo que pudiera hacer. Pero para su sorpresa la escena pareció ser una especie de emboscada, él supo que alguien le puisaba los talones y quizás solo por eso llegó hasta ahí.

 

Zack salió detrás de un árbol y el sonido de una rama quebrarse bajo sus zapatos delató su presencia. Maldijo por dentro el haber sido tan descuidado y empuñó su mano derecha. De inmediato Liam sacó su varita cuestionando la aparición del mago tenebroso. Sus preguntas fueran sido respondidas de no ser por la desesperación que terminó dominándolo y expulsó un rayo de su arma mágica.

 

-¡Morphos!- bramó sin mucho esfuerzo con varita en mano consiguiendo que el tronco de un gran árbol caído se transformara en una pantera adulta tan oscura como la noche. El destello de sus ojos verdes fue lo único que a penas pudo verse en cuanto saltó frente a Zack e interceptó el rayo. El impacto la hizo caer al suelo y quedar inconsciente a dos metros de su creador. Este ultimo bufó esbozando una media sonrisa.

 

En vista de que él aún no había respondido a las preguntas de su único acompañante, decidió que una acción aclararía sus dudas. Llevó sus manos a la capucha de su capa negra y la apartó de su cabeza. El blanquecino rostro del vampiro quedó al descubierto siendo iluminado por la luz que resplandecía de la varita de Liam revelando así el color azul de sus ojos que rápidamente buscaron los del otro mago.

 

-Sí, soy yo. No sé por qué te sorprende.- habló finalmente tras unos segundos de silencio. Zack siempre estuvo interesado en aquél mago, desde el mismo día que osó llegar a causar destrozos en su local. Desde entonces algo lo obligaba a conectarse con él una vez más. -No busco nada más que conocer qué hace a diario uno de los aspirantes más destacados- si bien aquello era cierto, él mismo se hizo dudar al pensar en que en realidad quería acercarse a Liam de manera diferente y no tenerlo solo como un compañero de bando.

 

- Podría invitarte a tomar una copa de whisky de fuego pero quizás sea mas interesante ponerte a prueba con un duelo. De cualquier manera tú empezaste.- sus palabras fueron acompañadas por una ráfaga de viento repentina que estremeció los arboles al rededor del amplio claro en el que se encontraban. El viento gélido atravesó las prendas de vestir de Zack y de no haber estado acostumbrado a eso se fuera estremecido.

 

- Sectusempra- dijo con soltura sintiendo como una descarga eléctrica de su mano corría a través de los 35 cm de ébano mágico hasta que finalmente salió en forma de rayo directo al pecho de Liam. En caso de impactar se abrirían profundas heridas en su piel botando sangre a chorros. Los 7 metros que separaban a ambos era poco para lo rápido que el ataque llegaría. Mientras tanto, el Black corrió su mirada a un costado notando cómo la pantera despertaba.

 

-Tu cena serán costillas... No de cerdo, pero también te gustarán- le dijo al animal que de inmediato captó la orden y comenzó a correr por un lado, para no interceptar erróneamente el rayo que iba en camino. Atacaría a Liam por el costado de su cuerpo clavando los gruesos colmillos en él a la par que desgarraba su piel con las patas. Una vez terminó Zack se encogió de hombros y sonrió. -¡Venga, guapo tu puedes!- agregó guiñando un ojo a su rival.

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Liam Hawthorne

Los voluminosos ojos verde esmeralda del chico se abrieron de par en par en cuanto el extraño hombre reveló su identidad. Hacía un mileño que no se encontraba con Zack en lo extracurricular y, ¿por qué presentarse justo ahora? Los asuntos que tenía pendientes aún esperaban y no podía estar perdiendo demasiado tiempo enfrentándose contra alguien que no resultaba ser un peligro. Negó levemente y esbozó una media sonrisa al oír las palabras del vampiro; lo estaba siguiendo. Eso podría ser bueno, o no mucho, pero aunque sea había captado su atención y eso quería decir sólo una cosa... Estaba haciendo las cosas bien.

 

Oppugno.

 

El hechizo actuó justamente en el cuerpo inmovilizado de la pantera. El animal no lo sabía, pero ahora su lealtad le pertenecía a Liam y cuando ésta despierte recibiría su primera orden. Sin que antes pudiera decir algo, el Haughton volvió a actuar efectuando un rayo asesino que recorría a toda velocidad los siete metros existentes entre ambos jóvenes. El castaño resopló desganado y le indicó interceptarlo a la pantera que ya había recobrado los sentidos. El felino corrió al lado del hechizo y luego se agazapó entre medio, interceptando el rayo y perdiendo su vida con él.

 

—Era una lástima, recién acababa de conocerla —terció fingiendo estar apenado por el tronco de árbol que había quedado en lugar de la pantera—. Pero todo lo que fue puede volver a ser, ¿no? Morphos.

 

Exactamente como había dicho, el mohoso tronco mutó hasta transformarse una vez más en una pantera adulta negra, pero ésta vez con los ojos dorados como el oro. Con un intercambio de miradas fugaz entre amo y criatura, el animal comenzó a correr en dirección a Zack. Sabía lo que tenía que hacer; destrozarle a mordidas la carne del torso y de ambas muñecas. Si no se defendía de eso, era muy improbable que lograra salir con vida luego.

 

—¿No te bastó con verme salvar tu vida que ahora también osas batirte a duelo conmigo? —Exclamó aún con la sonrisa persistente, recordando vagamente la noche de su último asalto—. De cualquier forma, aceptaré ese trago si logras salir con vida. Me alegra volver a verte.

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Aun con la pantera inconsciente en el suelo, Liam decidió adueñarse de la misma y utilizarla para interceptar el rayo sectusempra que fuese alcanzado su cuerpo de no ser por el salto que dio la bestia de ojos verdes que al caer al suelo volvió a ser el enorme tronco de antes. Había sido una buena jugada, nada de sorpresa para el Mortífago que sabía muy bien frente a quién estaba.

 

Últimamente los chicos salían de la academia bastante preparados, pero en aquél caso era diferente. Zack podía jurar a cualquiera que Liam estuvo trabajando un tiempo para la orden del fénix, cosa que realmente no importaba ahora que sus ideales habían dado un giro de 180 grados. Aquel pequeño detalle le dejaba claro que su actual rival conocía suficiente sobre duelos. Eso necesitaba el bando tenebroso, gente preparada.

 

Sin mediar palabras, el Hawthorne volvió a hacer uso de su arma mágica esta vez transformando el mismo trono que quedó en medio de ambos en una nueva pantera. La orden que esta tenía era la de atacar a Zack pero él ya sabía qué hacer para detenerla. En vista de que no podía sacar a relucir sus poderosos hechizos de alto rango, el hombre se limitaría a realizar conjuros básicos.

 

-Reducio- murmuró provocando que un rayo zumbara desde su varita hasta la nueva pantera que ya estaba bastante próxima a él. De inmediato la criatura comenzó a entomarse quedando tan pequeña como si solo tuviera un mes de nacida. De esa forma quedó tan inofensiva que sus dientes no lograban hacer gran daño al Black, pues sus gruesos jeans los retenían con facilidad y el tamaño no le permitía llegar a otras zonas del fornido cuerpo del mago. Además, las garras del animal brillaban por su ausencia.

 

-Cualquiera moriría con un ataque de esos... Pero de ternura, claro.- soltó a modo de burla empujando con el pie a la pantera. Sabía que ella seguiría ahí pero como no lograba perjudicarle en absoluto, no le prestaría atención. - ¡Por supuesto que eras tú! Pude reconocer tu olor corporal esa noche, pero hacía tanto que no te veía que no llegué a concluir mis pensamientos. Ojalá pronto compartamos otra batalla-[/b]

 

Zack recordó algunas escenas de ese asalto y luego agitó su cabeza para apartarlas. Debía repetirse una batalla así, pero ahora se encargaría de Liam. Quizás luego de ahí fueran de cacería y no a tomar el whisky prometido.

 

- Si tu mueres yo mismo te reviviré y entregaré en bandeja de plata a los fenixianos. Seguro pasas un rato agradable con ellos- aunque el tono de voz fuese sido firme y su rostro permaneciera serio, el Nigromante estaba bromeando jamás haría tal cosa a un aspirante o compañero de bando. Se pensó un segundo su siguiente movimiento y luego se soltó.

 

-Avis- murmuró realizando una simple floritura con su varita en el aire. Doce cuervos adultos comenzaron a volar junto a él colocándose al rededor. La orden que tenían era interceptar cualquier ataque que le enviaran al invocador. Más adelante Zack podría hacer uso de sus picos filosos y ordenarles algo más creativo.

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~ Liam Hawthorne

 

 

Engorgio.

 

No se preocupó en seguir hablando con Zack, estaba demasiado frustrado porque al parecer su contraparte tenía las mismas tácticas que él. Pero debía suponerlo, el Black era demasiado talentoso y bien lo había demostrado pudiendo llegar a donde había llegado. Liam se concentró en el rayo que había realizado con precisión; la pantera volvía a tener el tamaño original, incluso un poco más grande que antes, y ahora se preparaba para continuar con la orden de ataque que previamente no había podido acatar.

 

—¿Qué pasa Zack? ¿Primero me sigues y ahora quieres entregarme? —entrecerró los ojos con una sonrisa—. Tus técnicas no son muy buenas.

 

Había algo en ese encuentro que no cuadraba. El vampiro había dejado en claro sus pensamientos la última vez que se habían encontrado; sólo vería a Zack como un compañero y nada más. No volvería a atacarlo... o besarlo. Sus gustos se habían cerrado nuevamente a las mujeres, pero ¿qué se suponía que hacía él ahí ahora? Volvían a cambiar las cosas y el Hawthorne estaba lejos de poder manejar la situación. Ese chico le provocaba algo que todavía no deducía, pero se negaba a aceptarlo y con la distancia había podido taparlo. Y ahora volvían a verse.

 

Oppugno —conjuró nuevamente, tomando el control de los cuervos.

 

—Déjenlo ciego, o no sé, algo parecido.

 

Entonces las aves que revoloteaban alrededor del mortífago, se giraron para atacar a picotazos sus ojos. Eso no lo mataría, definitivamente, pero sería una dolorosa escena... para él.

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En cuanto el Nigromante invocó sus avis, las criaturas se pasaron al control de Liam con un simple hechizo que este recitó. Zack puso los ojos en blanco y se preguntó mentalmente si todo el duelo sería así o terminaría antes de lo esperado. No habían muchos hechizos fuertes qué utilizar, pero cualquier cosa podría pasar. Elevó su varita en dirección a los cuervos y soltó un rayo que impactó con uno de ellos.

 

-Sectusempra- Al chocar con uno, el resto desapareció. Actuando como un solo ente, cayeron los doce al suelo y desaparecieron al morir, por suerte no tocaron a Zack. Todo pasó lo suficientemente rápido como para no dejarle margen de ataque a las criaturitas así las fuese tenido cerca. Sin embargo, mientras este realizaba su movimiento, la pantera le atacó. No había sentido dolor por la adrenalina inicial pero ahora que la veía atacando su brazo izquierdo sí le dolía.

 

Como pudo le dio una patada en la boca de la criatura y esta retrocedió soltándolo por un momento. Tiempo suficiente en el que él logró hacer un episkey para sanar las heridas del brazo izquierdo que seguramente pronto sería atacado por la misma bestia, era de esperarse.

 

-Naaa, no podría entregarte. Y tú lo sabes muy bien. Quédate con lo que dije al principio- Soltó el mago tranquilo esperando un nuevo ataque de Liam.

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~ Liam Hawthorne

 

Esperaba un mejor desarrollo de batalla por parte de Zack, pero tal vez el chico se habría acostumbrado a los hechizos de su bando y el usar sólo los de neutrales le complicaba todo. Bufó ladeando la cabeza a ambos lados; debía alentarse él mismo. Estaba venciendo a alguien de un rango mucho mayor al de él, tendría que sentirse afortunadamente mejor. Y se sentía así, en tanto Zack no rompa las reglas y desate una guerra con los hechizos de su posición.

 

¡Sectusempra! —bramó.

 

Un rayo color verde interceptó al mortífago justo antes de que éste cure las heridas efectuadas por su pantera. El pecho se abrió en tres heridas cortantes que dejaban la sangre a flor de piel, desperdiciándose a litros. Si no lograba sanarse con urgencia, la vida del de pelo oscuro no duraría más que unos cuantos segundos. Liam agitó su varita levemente expresando una sonrisa. Conocía de sobremanera aquel hechizo. En realidad, conocía de sobremanera a cualquier hechizo neutral y eso le generaba una cierta indiferencia en cuanto a hechizos más peligrosos; por ahora estaba bien de esa forma.

 

¡Rictusempra!

 

Risa. Podía haberlo desarmado, silenciado, encadenado e incluso desmayado, pero elegía hacerlo reír. No quería acabar tan rápido con el pequeño duelo, después de todo eran pocas las veces que se encontraba con aquel hombre y si se ponía a pensar, sí... lo extrañaba. Además, la "risa" no era cualquier cosa. Zack sufriría un ataque de carcajadas tan fuerte que no sería capaz de lanzar rayos o luces por al menos un turno y, dada las circunstancias, eso le perjudicaba bastante.

 

—Podría haber sido peor, pero te soy leve. ¿Ves que buena persona soy? —Le guiñó un ojo y desvió su mirada a la pantera que había retrasado unos pasos—. A él —y con las fauces abiertas, el animal se preparó para destrozar la carne de su boca y muñecas; aprovechando que el hechizo anterior lo había derribado.

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Justo cuando lanzó el sectusempra a las aves para desaparecer las, Liam repitió el hechizo enviando un rayo del mismo tipo directo hacia Zack. Este solo pudo hacer un único movimiento rápido

 

-Protego- soltó invocando un escudo protector que absorbió el sectusempra de Liam. Luego entonces se aplicó el episkey para más tarde lidiar con un nuevo ataque. Otro rayo se dirigía a él y sin muchos ánimos respondió -Protego- un nuevo escudo mágico se formó para absorver el Rictusempra sin que lograra chocar con el objetivo. Zack no podría imaginarse estando bajo los efectos de tal conjuro, sería una completa burla revolcarse de la risa sin motivo alguno mientras lo que se deseaba era matar al otro.

 

Las cosas sucedieron lo suficientemente rápidas como para que unos segundos después el Black pudiera respirar. No quería pensar que estaba oxidado, pero quizás no estaba tan distante de acertar con sus pensamientos. Si bien su varita no frecuentaba los hechizos neutrales, los conocía muy bien y de vez en cuando sería buena una práctica como aquella. Morir en esa batalla le daría en todo el orgullo, pero sabría aceptarlo más adelante, como todas sus anteriores derrotas.

 

-Tu solo saca lo que tengas, yo veré qué hacer de este lado- alcanzó a responder al otro mago antes de que la pantera se lanzara nuevamente y esta vez para morderle el rostro. La criatura no logró tumbarlo con su fuerza, pero sí desorientarlo un poco mientras él la empujaba. Sin embargo al instante la bestia desapareció volviendo a su forma original, un trono del que tuvo que apartarse a pesar de estar sangrando. Ya se encargaría de esa herida.

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~ Liam Hawthorne

 

—Bien... Los hechizos fuertes entonces. ¡Silencius!

 

El efecto fue inmediato. La voz de Zack no se oiría por un buen tiempo en tanto los efectos del hechizo actúen sobre él. Con una sonrisa, el castaño volvió a apuntar con su varita al pecho del joven y la dejó así unos segundos. Pensó. Debía ser original y astuto. A pesar de estar mudo, el nigromante podría fácilmente defenderse de los ataques ya que era él quien ahora llevaba un paso adelante en el duelo...

 

Bauleo.

 

Un conjunto de piedras y ramas se elevaron desde el suelo y siguieron la trayectoria que la varita les indicaba, imitando una especie de danza en el aire que finalizó dentro de la boca del mortífago. Una vez más, sus facultades del habla se verían afectadas por toda la mugre que se había recolectado dentro de sus cavidades bucales y debería deshacerse rápidamente de ello si no quería perder más tiempo, aunque hacerlo le costaría una acción grave.

 

—Evidentemente, se me ocurrirán mejores cosas que hacer con tu boca más adelante —le guiñó un ojo—. Ahora pelea.

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Liam estaba actuando bastante rápido, cada vez que Zack respondía a un ataque él le tenía preparado uno bueno. Eso caracterizaba a los chicos preparados, reaccionar pronto en los duelos. Aun con el rostro herido por la criatura, el Black seguía sosteniendo su varita firme listo para atacar.

 

-Zancadilla- pensó atando un lazo mágico a los y tobillos de Liam un segundo antes de que conjugará un bauleo y levantara un grupo de rocas y palos. Zack se preguntó que haría con ellos pero no le importó mucho al ver que cayeron al suelo de nuevo desviados por el blanco que les dio Liam mientras caía al suelo inevitablemente. -No estarías pensando que ese sería un ataque efectivo, ¿o sí?

 

Mientras se burlaba un chorro de sangre corrió desde su rostro hasta caer al suelo y humedecer la tierra bajo sus pies. Había controlado muy bien el dolor que esas heridas le provocaban pero ya era tiempo de sanarlas. Solo tuvo que pensar en un episkey para curarse inmediatamente. Si todo seguía así Zack solo tendría tiempo para defenderse de cualquier invento con que saliera el aspirante a Mortífago.

 

-Un daño menos de qué preocuparme. ¿Seguiremos así o ya vendrá lo bueno?- cuestionó. Aquello le hizo pensar que en realidad ahí no tendría el tipo de acción que buscaba. Para eso tendría que buscar algún pollito que medio diera la talla.

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