Una calle cualquiera (La caída del mundo muggle)

[Aaron Black Yaxley]

Aaron Augustine Black Ryddleturn

 

 

La gran batalla había dejado estragos por todo londres, los magos estábamos a la vista de los muggles los cuales asquerosos y temerosos se escondían tras autos, pilares, arbustos, lo que pillasen para guardecerse de los rayos que iban y venían de todos lados. Mantenía a un joven sobrevolando a mi lado, atado por un lazo invisible al cuello, de echo el mismo intentaba quitárselo con ambas manos en una desesperación que aligeraba la fina sonrisa bajo el gélido gris de mis orbes que caracterizaban mi rostro digno de un Black cubierto por la máscara mortifaga.

 

Las calles eran un descalabro, agrietadas, manchadas en sangre y un hedor que se había esfumado con el caer de la noche. La guerra mágica había salido completamente de sus límites, quebrantando el acuerdo que existía por organizaciones muggles y mágicas. Mortifagos y fenixianos se disputaban el poder por todo Gran Bretaña, un holocausto.

 

-¿Que sucede muchacho?- pregunté al muggle que colgaba asfixiado a mi izquierda mientras seguía paso ligero por la calle, era realmente una sádica ironía- ¡oh!, ¿no puedes respirar?- volví a preguntarle sarcástico, mirándole a través de las rendijas q otorgaba mi máscara de plata negra, aquella con forma de calavera que daba un aspecto mortífero a mi apariencia- veamos...- agregué con una media luna de mi varita, movimiento que apretó aún más el lazo mágico del muggle a su cuello- ...¡aburres!- sentencié terminando el movimiento circular que finalizó con la caída de su cabeza a mis pies, decapitándolo.

 

Posé mi pie derecho en lo que parecía un balón de fútbol, mis sentimientos se habían apagado por completo. ¿Emiliano?, claro, era él quién tomaba control de mi cuerpo cuando me agarraba todo ésto de andar asesinando a diestra y siniestra. Si, aquél mago tenebroso, un Black de antaño que vivía como horrocrux a los recuerdos ligados a mi sangre, aquél que me hablaba entre pensamientos de forma continua... giré rápidamente sobre mis talones.

 

-¿Pensabas que no te había oído?...Sectusempra- sentencié a quién sería mi rival, apuntando su cuello con mi varita; el rayo negro se materializó en su contra y de darle provocaría heridas que acabarían fácilmente con su vida.

[Fokker]

Fokker Crowley

 

Se abrió pasó entre los destrozos que habían causado a la ciudad, autos en llamas, edificios en condiciones ruinosas y sobretodo muggles huyendo de ellos. Una sonrisa se dibujo en su rostro, disfrutaba ver la destrucción, la sangre, ver el sufrimiento de las personas. no llevaba mascara alguna, quería que aquellas personas supieran quien era el causante de sus pesares.

 

Traía puesto una camisa, pantalones y zapatos oscuros, tenia el cabello algo crecido, hace mucho que había terminado de despertar, librándose del intento de demonio que fue Dimitriv. ¿Quién lo hubiera imaginado? al final Fokker resulto ser mas peligroso que su contraparte demoníaca, solo Helen sabia de esto, pero ahora con la batalla fuera de control ya no tenía porque ocultarlo mas.

 

Llegó entonces a una avenida, la destrucción se veía a leguas, pero aún así encontró un espacio libre de objetos. Camino entre los edificios en llamas, serian testigos de la próxima batalla, alistó su varita atento a cualquier ataque, examinando con cuidado el lugar.

 

Algunos autos destrozados estaban a los costados, pero nada delante de él y la figura que se divertía con un balón de fútbol, creyó reconocerlo, pero el ataque imprevisto del mago lo obligo a detenerse antes de los 10 metros de distancia entre ambos. Agito la varita y con pronunciar suavemente Protego se defendió del rayo.

 

—Vaya, vaya Black, que ya no tienes con quien jugar que atacas a tus compañeros— sonrió, porque el Crowley no iba a desaprovechar la oportunidad de divertirse un poco. Encendió sus orbes rojas y como era el turno de atacar pronunció, apuntando al pecho de Aaron.

 

—¡Sectusempra!

 

Simple y fácil, no era nada elaborado, pero por algo tenia que empezar, miro un poco el cielo que se tornaba rojo, implicando que el final del día estaba por llegar.

[Aaron Black Yaxley]

Aaron Augustine Black Ryddleturn

 

Mi sectusempra fue absorbido por un protego de mi rival. Una fina curvatura se dibujó sarcásticamente en mi semblante al acto que pateaba suavemente la cabeza a mis pies cuán balón de fútbol. El gélido de mis grises reflejó la figura de un viejo camarada de bando que seguramente también estaba haciendo de las suyas por la caída del mundo muggle y las pocas fuerzas que le quedaban a los fenixianos. La distancia que nos separaba se cargaba en escombros leves, piedras pequeñas y uno que otro carro en llamas, lejos de mi como para causarme daño alguno.

 

-¿Que hay Crowley?...- pregunté al mago a través de las rendijas que proporcionaba mi máscara mortifaga, aquella que por cierto me hacía enredarme a la sangrienta personalidad de Emiliano Black, mago tenebroso que vivía cual horrocrux en un recuerdo ligado a mi sangre- ¿te diviertes también?- agregué con otra sonrisa que por supuesto no se veían a los ojos del mortifago- ¡Silencius!- exclamé apuntando con mi varita a fokker una vez que noté su varita en mi contra, el efecto fue inmediato y tan solo soltó un "Sectu..." que se vio ahogado por mi hechizo- un duelo ¿eh?- no estaba mal para divertirnos un rato- que sea a muerte...¡Morphos!- dije apuntando con mi varita la camisa del Crowley, prenda que dio la correcta forma de una venenosa araña viuda negra que le mordió al instante inyectando el potente veneno del cual no se salvaría si no tomase la debida precaución, terminando con su muerte.

[Fokker]

—No mucho Black— le respondió, mirando como se divertía con lo que habia pensado era un balón de fútbol, pero ahora distinguía como la la cabeza de un pobre muggle. La destrucción era tal que ya no quedaba nada por destruir en esa avenida.

 

—Es lo que intento hacer, divertirme— hablo sin dejar de apuntarle con la varita. Su hechizo había sido detenido, pero no importaba aun. Por ahora solo era cuestión de divertirse y elaborar su estrategia para tratar de tener la delantera en el duelo. Oyó como el mago conjuraba un morphos y su camisa se convertía en una araña, el Cygnus tenia un plan, rápidamente pronuncio un oppugno, el efecto fue tan rápido y controlo al arácnido un segundo antes de que pudiera morderlo e inyectarle su poderoso veneno, la orden era simple que fuera por Aaron a morderlo, no importaba mucho donde lo hiciera.

 

—Si el duelo no fuera a muerte no tendría sentido y perdería la diversión.

 

—<<Babosas>>

 

Pensó. El rayo salio directo a Aaron sin nada que pudiera detenerlo, solo quedaba que se, defendiera, o hiciera algo grandioso, estaba meditando que mas podia hacer con sus hechizos, y trataba de recordar cuales les serian mas útiles.

[Aaron Black Yaxley]

Aaron Augustine Black Ryddleturn

 

Si no fuese por ese opuggno quizás hubiera seguido con mi sed de sangre, pero la araña quedó a control del Crowley antes de morderlo y aunque no haya escuchado la orden, pude percatarme que le hacía seña de ir hacia mi. La brisa arremolinó mi castaño y mis gélidos grises no perdieron visión tras la máscara plata de calavera que se ajustaba a mis facciones, miando fijamente los movimientos de mi rival.

 

-Creo que cambiaré de opinión...- dije esbozando media sonrisa ante el comentario de "duelo a muerte"- Expelliarmus- exclamé con una floritura de mi varita en su contra justo después de su opuggno y antes de su rayo (babosas) el cual salió seguido del mio.

 

Ambos hechizos impactaron y Fokker quedó desarmado de su arma mágica la cuál salió volando 5 metros hacia su derecha yaciendo sobre el capó de un automóvil, acto por el cuál y sin antes vomitar una babosa al menos comencé a correr hacia la misma (la varita) finalizando con ella en mi zurda. La araña iba a subir a mi bota cuando de paso la reventé contra el pavimento dejando una camisa maltratada en su lugar, quedando ileso del mortal veneno.

 

La distancia y las babosas no me impidieron hacerme con la varita del Crowley, no podía hacer actos verbales, por tanto acumulé unas cuantas babosas pequeñas que vomité luego de haber ganado el duelo, saliendo las mismas por la rendijas que proporcionaban ventilación a mi máscara tenebrosa. Levanté el pulgar en señal de aprobación al muchacho, apoyado de manos en mis rodillas con ambas varitas en cada una de ellas. Luego pensaría en como quitármelas, quizás una vez que desapareciera del lugar.

[Fokker]

Ambos rayos impactaron en sus objetivos, haciendo que el Black empezara a vomitar babosas a pesar de lo mucho que quería evitarlos, mientras el Crowley perdía su varita que volaba a su derecha, pero aun así tenia una gran ventaja. Su varita volaba 5 metros a su derecha, distancia muy corta en comparación a los 10 metros que lo separaban del Aaron, que por mucho que corriera no podría alcanzarla antes que él.

 

Fokker empezó al instante que su varita salia despedida de su mano a correr tras ella, observo como caía sobre el capo de un auto que reconoció como un Ferrari de 4 metros de largo por dos de ancho, y mientras corría pensó de inmediato en su contraataque. Tenia una idea, el auto era lo suficientemente grande para convertirlo en una criatura para eliminar al Black. Y un segundo después que tomará la varita, con un salto que incluyo deslizarse sobre el capo como lo hacían los policías para evitar las balas quedo a un costado del auto, pronuncio:

 

—¡Morphos!—

 

Y el automóvil de inmediato se convirtió en un rinoceronte blanco, una especie grande que alcanzaba casi los 4 metros de largo y una gran envergadura, incluyendo aquel cuerno peligroso capaz de atravesar el cuerpo de una persona, y de inmediato avanzo amenazante contra el mago, con la orden de embestirlo directamente en el pecho y estomago. Aaron aún seguía en franca carrera en dirección a donde estuvo el auto, movimiento que disminuyó la distancia de ambos magos a unos cuatro metros, estaba tan cerca del rinoceronte y vomitando babosas, que solo le quedaba defenderse de alguna manera, antes de sufrir una gran herida en el pecho y una hemorragia que resultaría fatal, tanto como si un sectusempra lo hubiera impactado.

 

Era increíble que el mago hubiera desperdiciado un hechizo en el afán de obtener la varita del Crowley, y mas haberle dado la oportunidad de adelantarse dándole tiempo para atacar primero invocando al rinoceronte. Entretanto, Fokker retrocedió algunos pasos estableciendo una distancia de 8 metros del Ryddleturn, por lo pronto, y regresando al centro de la calle alejándose de los edificios.

 

—No deberías cambiar de opinión— dijo con una sonrisa.