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Concediendo Peticiones


Adryanie
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Una larga larga noche había pasado el día anterior. Entre copa y copa apenas y se acordaba de lo que había pasado. Tenía que salir a celebrar ¿qué? no se acuerda, solo sabe que varios de la manda habían llegado a su casa con la excusa de que había que celebrar y ella solo asintió ante aquello. Desde que había vuelto de Rumania no había tenido tiempo para si, su encargado que había sido Starling había dejado las cosas más desordenadas que si no lo hubiera dejado.

 

Se sobresaltó cuando un vaso de vidrio cayó al suelo y se quebró en varios pedazos. Abrió los ojos de golpe y sintió como si una flecha hubiera atravesado su cabeza, le dolían las sienes y tenía nauseas. Ya era de día, a través de las cortinas blancas se asomaban unos cuantos rayos de luz solar. Cerró de nuevo los ojos, no quería ver como estaba el resto de la casa ¿dónde se habían ido todos?

 

Luego de al menos diez minutos se levantó con cuidado, lo que no sirvió para aminorar su dolor de cabeza. Divisó todo el lugar: Era un desastre. La cocina y la sala parecía un depósito de basura. Envoltorios regados por doquier, las sillas estaban volcadas, habían líquidos de dudosa procedencia en el suelo y los sillones. El olor a cerveza impregnaba el lugar.

 

—Mi abuelo me va a matar — Susurró con un tono de voz apenas audible.

 

La sala de la mansión Gryffindor era un desastre.

 

Se levantó del sillón donde había estado durmiendo y se miró aliviada, al menos tenía toda su ropa puesta, arrugada y sucia pero puesta en orden sobre su cuerpo. Caminó un poco por el lugar pisando varios envoltorios y llegó hasta el baño donde se guardaban las pócimas y medicinas para los diferentes malestares. Tomo el del dolor y se lo tomó sin mucha precaución, su dolor era demasiado para medir la cantidad.

 

Mientras tomaba un vaso con agua escuchó un sonido procedente de la sala. Había pensado que estaba sola. Dejó el vaso sobre el lavabo con cuidado de no hacer ruido y fue con el mismo sigilo hasta la sala. Había una persona allí de pie.

 

—Pensé que se había ido todo el mundo— Repuso con seriedad ante aquel /la individuo. — Supongo que no vienes aquí a charlar.

 

Fijó su vista a la mesa del centro y con un rápido y ágil movimiento digno de un licántropo se lanzó sobre la mesa en la cual reposaba su varita encima de varias cosas. Se colocó en posición y conjuró

 

—Sectusempra— El rayo rojizo surcó los escasos 5 metros que lo separaban de su contrincante y dio directamente en el pecho del mago causándole heridas sangrantes que si no se curaba con rapidez provocarían su muerte en cuestión de escasos segundos.

 

Se alegró de que la sala fuera lo suficientemente ancha para moverse con soltura por el lugar.

 

 

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- ¡Vaya! y yo pensé que el desastre lo haríamos nosotros -

 

Pensó el Mortífago a penas llegó a la puerta principal de la Mansión Gryffindor. Justo frente a él había una botella de cerveza quebrada con todos los restos de vidrio sobre el líquido amarillento. La puerta estaba entreabierta y unas manchas con huellas también ayudaban a darle más mal aspecto al lugar. Zack frunció el ceño y apartó la mirada a un costado encontrándose con un arbusto y bajo él otro charquito amarillo.

 

- Espero que eso también sea cerveza -. Dijo en voz alta justo antes de empujar la enorme puerta. Adentro era peor. El olor le revolvió el estómago en un instante. Tremenda locura debió armarse ahí. - Huele a prostitutas, sexo salvaje y alcohol -. Comentó haciendo resonar su voz por toda la sala del hogar. Nadie pareció escucharlo hasta que una bruja, quizás alguna que fuera experimentado todo lo del anterior comentario; salió del baño saltando hacia una mesa para hacerse con su varita mágica.

 

No había nada que se interpusiera entre él y la punta de su amenazante arma mágica. Se quedó paralizado únicamente resguardado por la máscara negra con detalles en azul marino, característico de su rango en el bando. Quizás el hecho de proteger su identidad con aquella prenda fue lo que motivó a la desaliñada bruja enviar su primer ataque.

 

- Celerus Expectro Protego -. En un abrir y cerrar de ojos, apareció su varita antes de conjurar la invocación. Cientos de hilos negros y plateados salieron de la punta del ébano en sus manos hasta concretar la figura de una imponente esfinge. La combinación de aquellos dos colores y el enorme tamaño hacían majestuosa la presencia de semejante criatura amenazante. Tenía el pelo de su cabeza humana sumamente largo, hasta rozar con su lomo de leona. Sus orbes se enfocaron de inmediato en la única bruja presente una vez absorbió el rayo sectusempra con la inmensidad de su anatomía. Zack se vio en la obligación de retroceder varios metros para dejar movilidad a su invocación entre él y Adryanie. Ahora se encontraba a diez metros de esta última.

 

- Hubiese preferido que me recibieras con whisky de fuego o una cerveza como debiste hacerlo con tus invitados. Pero bueno, supongo que un rayo también sirve - El sarcasmo fue notorio. Mientras el hombre hablaba, la esfinge retrocedió colocándose sobre él para, de ser necesario; resguardarlo con cualquiera de sus dos enormes patas delanteras que sin duda alcanzarían a tapar por completo el cuerpo del Mortífago. Desde ahí abajo no podía ver ni siquiera la expresión que tenía su invocación, pero sin duda era la de una bestia sumamente molesta por haber atacado a su amo.

 

- Gubraith -. Con un simple pensamiento, el pantalón de Adryanie se encendió en llamas. Las quemaduras que eso debía producir en su cuerpo no serían para nada simples. - Si sigues con ropa es porque tú fuiste la que menos se divirtió anoche. Quizás ya debas deshacerte de tu ropa - Comentó echándole una mirada a toda la anatomía de su acompañante. Si las llamas del hechizo eran tan fuertes ella tendría que quedar en ropa interior buscando alejarse del calor abrasador.

 

- ¡Anular Strellatus! - Exclamó claramente actuando esta vez sobre la varita mágica de su oponente, que quedaría limitada de realizar el hechizo strellatus en lo que restaba del duelo. Sí, era bastante molesto y los Mortífagos lo odiaban, así que mejor evitarlo desde el principio. Mientras esperaba una respuesta Zack extendió una mano a la pata de su esfinge para acariciarla, ella estaba atenta a interceptar cualquier tipo de ataque, y sin duda lo haría bien. Lo único que el mago no podría evitar sería una transformación a su túnica negra o el calzado que llevaba, del resto todo marcharía bien, pues ni siquiera un objeto estaba tan próximo a él.

 

Habían varios muebles al fondo de su zurda. Dos mesitas ratonas todavía sostenían el desastre de botellas y escurrían los malolientes líquidos. Unos cuantos envoltorios de... snacks, quizás también adornaban el suelo. Y todo iluminado por la llamativa lampara de techo central. Parecía haber sido una buena fiesta.

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Deseó de todo corazón que el hombre no estuviera gritando como un desquiciado, despertaría a todo el mundo y ella tenía que limpiar todo sola antes de que alguien se le ocurriera despertar. A lo mejor podría aprovecharse de la situación y echarle la culpa al mortífago por aquel desastre.

 

Mi querido ángel caído, como me alegro verte ... aunque me hubiera gustado más que llegaras ayer — Le dijo con una sonrisa bajando un poco la varita. ¡Maldita debilidad por los mortífagos que ella tenía! Ya le había pasado dos veces y seguía queriendo caer en la misma piedra — Bueno aún queda un poco de alcohol... si decides que no quieres morir hoy podemos terminar la fiesta.

 

Su propuesta quedó en el aire ya que el hombre había alzado la varita de nuevo para conjurar otro hechizo al parecer. Antes de que Zack pudiese conjurarlo ella realizó un hechizo antes.

 

—Ardius Aqueora—Dijo lo más rápidamente que pudo. El primero le concedería velocidad y un hechizo más el siguiente se materializó alrededor de ella en una fina capa de agua que apesar de su grosor repelería cualquier ataque. Su pantalón pro supuesto se empezó a incendiar pero el episkey de su aqueora la sanó por completo. Rápidamente ella se quitó la prenda y la lanzó a un lado. — Me gusta tú manera de desnudar a una mujer...

 

Se rió ella mientras trataba de verlo a través de su esfinge. La sala era bastante grande pero con el animal que había invocado Zack se hacía un poco más pequeño se acercó un poco más a él para continuar atacando.

 

—Confundus — Conjuró antes de su anular el cual efectivamente no salió debido a que en ese momento Zack entró en una confusión total ¿qué se estaría imaginando el mortífago en aquel momento? Sentía cierta curiosidad por la situación— Confundus — Volvió a pensar no dejando que el mortífago saliera de esa confusión por un buen rato.

 

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Zack no tuvo tiempo de atender a los comentarios de la bruja. Dos confundus le afectaron haciéndolo titubear en su lugar y retroceder unos pasos para sentirse más seguro por su creación oscura. El primero de aquellos hechizo evitó que pudiera realizar con éxito el anular strellatus, fue un movimiento perdido. El que siguió a continuación vació todas las ideas de ataque en su mente, quedó en blanco. Sólo al recuperarse alcanzó a hablar.

 

- No es una manera muy sutil, pero consigo lo que quiero - Comentó desplazando su mirada por las piernas desnudas de su acompañante. El pantalón fue a dar lejos, todavía ardía y seguiría así. - Absorvere - Bramó rompiendo de forma violenta los huesos de los dedos en la mano con que Adryanie sostenía su varita mágica. Estos se torsieron de tal forma que se le hacía imposible apuntar con exactitud tras no poder sostener el arma bien. La sangre chorreó un segundo hasta que la herida se pudrió al otro instante.

 

- No llegué ayer porque no me invitaste ayer, es tu culpa no haberme visto antes - Zack reconocía a esa mujer, la había visto muchas veces en asaltos y redadas, y siempre hubo una conexión muy extraña. -Levicorpus- Pensó elevando de cabeza al suelo a su contrincante. Adryanie quedó a un metro y medio del suelo, no había forma de que se pusiera en contacto con el, a menos que se bajara mediante magia.

 

 

Hasta ese entonces la esfinge estuvo protegiéndolo de cualquier ataque interceptado que pudiera enviarle, pero una vez la bruja quedó colgada, el menor de los Ivashkov envió su invocación a morder y desgarrar toda la piel de Adryanie, justo por el costado derecho.

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  • 2 semanas más tarde...

Abrió la boca para hablar pero pudo ver a su contrincante alzando la varita para su próximo hechizo así que ella no perdió un segundo en levantar la varita y conjurar su siguiente hechizo antes que el ángel caído. Entre conversación y conversación sin que el mortífago si quiera se percatara se fue acercando a él uno dos metros más hasta quedar por lo menos en ocho metros.

 

— Lo siento tienes razón...fue culpa mía tienes razón, la próxima te invito pero ¿sabes? podemos seguir la fiesta hoy — Le concedió una sonrisa pícara

 

—Strellatus—El flash que salió de su varita en ese momento cegó a Zack en su totalidad, el mortífago ocupaba curarse si no todos sus hechizos saldrían errados y aún peor (o mejor para ella) perdería por completo la vista.

 

El crack se escuchó desde largo. Sus huesos estaban rotos, odiaba tanto ese hechizo aparte de producirle mucho dolor, estaba segura que sus huesos estaban tan reconstruidos que cuando llegara a vieja ya no se podría mover. Pasó su varita hacia la otra mano, la mano sana para poder apuntar bien y seguir con el combate .

 

—Incendia din— Recitó formando un círculo perfecto alrededor de Zack de menos de un metro de distancia lo que le daba al mortífago una limitada movilidad. Si intentaba salir del círculo de fuego se quemaría y necesitaría curación con urgencia. Poco tiempo después de su incendia sintió un jalonazo desde sus tobillos hacia arriba sumiéndola en un aposición de cabeza pero al menos había quedado de frente a Zack así que podía verlo realizando los hechizos.

 

No podía negar que estaba algo incómoda casi desnuda de la cadera hacia abajo y boca arriba pero al menos aún estaba muerta.

 

—Gubraith—Pensó proyectando la llama hacia la túnica de Zack la cual comenzó a arder quemando la piel de su oponente, quemaduras tan graves que tendría que curarse rápidamente.— Es que me pareció que tú también tenías mucha ropa.

 

 

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Para cada movimiento del Mortífago la bruja tenía una respuesta. Mientras él atacaba, ella se adelantaba a sus movimientos buscando ganar ventaja y con ello, por supuesto, matarlo. No sería trabajo fácil acabar con él, de hecho hasta ahora no hubo nada que lo complicara de tal manera que sus salidas se vieran limitadas. Sólo tenía que seguir concentrado pensando con claridad para salirse con la suya con cada idea que atravesara su mente. Estando ciego a causa del strellatus intercalado, no le quedaba de otra que guiarse por oído e instinto.

 

Escuchó claramente un "Incendia Din" y mientras realizó el levicorpus esperaba el aro de fuego rodeándolo, sin embargo eso no pasó. Se preguntó que debió haber salido mal y reparó en que al romperle la mano a su oponente esta debió cambiar la varita a la otra extremidad sana y olvidó por completo ponerla en contacto con el suelo para que las llamas del incendia pudieran surgir de la nada al rededor del Ángel Caído. Había perdido un hechizo por no ejecutarlo de la mejor manera, sólo tuvo que inclinarse y fuera sido todo un éxito.

 

-¡Necromantia Lingua! - Pronunció el hechizo con rapidez al escuchar un "gubraith" por parte de Adryanie. El fuego debía ser cosa sólo de Mortífagos, no de fenixianos. Canceló el hechizo de su oponente, de manera que nada se prendió en fuego. Seguramente iba destinado a quemar su túnica y, en consecuencia, provocarle fuertes quemaduras en su piel, pero eso no sucedió. - Busca otra forma más delicada de desvestirme. Tú eres la chica, deberías ser más delicada en tus movimientos.

 

Las ganas que Adryanie le tenía a Zack se asociaban con la clara intención de asesinarlo y luego hacer con él quién sabe qué. Pero tendría que hacer mucho más para deleitarse con semejante manjar. Ya al dejarlo ciego era una ventaja para que pudiera hacer cualquier cosa sin que el Mortífago se diera cuenta. Por lo que, esperando no tenerla encima al recuperar su visión, pensó en un episkey para curar sus ojos de la infección y a continuación realizó un hechizo curativo más para terminar el proceso.

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