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Helen Evans

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Helen Evans ganó por última vez el día 14 Junio 2015

¡Helen Evans tenía el contenido más querido!

Acerca de Helen Evans

  • Cumpleaños 04/05/1991

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    4
  • Rango Social
    Unicornios de Plata
  • Rango en el Bando
    Sin rango por inactividad
  • Galeones
    62665
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Orden del Fénix
  • Familia
    Evans McGonagall
  • Trabajo
    0
  • Escalafón laboral
    T1
  • Raza
    Humana
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    130
  • Puntos de Poder en Criaturas
    30
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Rango de Criaturas
    10 a 200
  • Conocimientos
    - Maestría con Escobas
    - Idiomas
    - Primeros Auxilios
    - Defensa Contra las Artes Oscuras
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Ravenclaw
  • Género
    Female
  • Location
    Camino a casa...

Campos para Gringotts

  • Escalafón último mes cerrado
    T1
  • Posteos acumulados último mes cerrado CMI
    4

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Reputación

  1. Sentir el viento en mis mejillas me hizo sonreir. Era una sensación nostálgica y familiar. Simplemente mirar el castillo hacía que mi corazón latiera con fuerza, tenía demasiadas memorias en ese lugar y demasiados recuerdos con mi familia, y aunque cada vez estuviera más ausente de aquel lugar nunca podría dejar de llamarlo hogar. Había sido llevada ahí por mi madre cuando apenas la conocí y había pasado demasiado tiempo desde entonces. Me acerqué a la puerta principal preguntándome qué estaría pasando allí adentro, conociendo a los Evans podría ser cualquier cosa, desde un día tranquilo con todos en sus respectivas rutinas hasta un apocalipsis de hombres lobos como el que me encontré la última vez que visité el lugar. Si pudiera elegir, votaría por una tranquila fiesta de pisicna o jardín con toda la familia relajándose. Abrí la puerta. El frescor y silencio del vestíbulo me hizo pensar que al menos no había una pelea encarnizada en el castillo. <<Al menos no en esa parte del castillo>> Tal vez efectivamente todos estarían en sus trabajos, en ese caso planeaba disfrutar el castillo silencioso hasta que regresara algún miembro de la familia. - ¿Hay alguien en casa?
  2. Mientras más se acercaban más claro me quedaba de que el impedimenta no sería de utilidad si pretendía salir con vida de aquel enredo, así que imitando a Matt conjuré un muro de fuego alrededor de los licántropos. Sabía que aquello solamente los enfurecería más, pero no me animaba a atacarlos de ninguna otra forma, primero había que considerar que me superaban en número y segundo, la imagen de Melrose en el jardín... al frente de todos ellos ¿Cómo podría estar segura de no estar atacando a un... amigo? Ni siquiera estaba muy segura de que era lo que pasaba ¿Cómo podría atacar a matar a alguien que, en realidad, no me había atacado? <<por ahora>> - pensé en el momento en que veía como la muralla de fuego se extinguía y ellos avanzaban más agresivos de lo que ya estaban. Los aullidos me erizaban el pelo y me sentía impotente en ese momento. Pero de pronto, como si hubieran salido de la nada Rory y Matt aparecieron, en cuestión de segundos Rory se había hecho cargo del problema ¿Es qué me había convertido en una completa inútil en todo el tiempo que no estuve? Sacudí la cabeza, no era momento de preguntarme cosas, sino de ayudar, así que eso hice, llevando a los licántropos que me indicaban a las mazmorras y encerrándolos incoscientes ahí... hasta que despertaran y se dieran cuenta de dónde estaban. - ¿Qué no son como ustedes? - repetí lo que decía Matt - Te refieres a un tema de creencias o... ¿A algún tipo de poder... que ellos tengan? - Creo que Matt tiene razón - seguí - debemos reforzar el castillo, y aunque parezcan minucias, reparar ventanas y puertas para luego reforzar las entradas creo que debería ser el primer paso, mientras tengamos tiempo.
  3. Castillo Evans Asentí ante la propuesta de bajar, pues necesitaba saber qué estaba pasando abajo. Salí de la habitación para esperar que el mago se cambiara y me acerqué a la ventana en la que, hace solamente unos minutos, estaba apoyada. Escudriñé el exterior y al correr una nube vi la luna, era luna llena. - Hombres lobo - susurré Bajamos juntos hacia el jardín trasero, se podían oir claramente sonidos y pisadas, Matt calculó alrededor de siete de ellos mientras con una señal pedía silencio. Sujeté la varita con firmeza y lo seguí lo más silencioamente que podía. Si mis sospechas eran ciertas y eran hombres lobo, tendríamos un terrible problema. Por más que fueran buenas personas en su forma humana, una vez convertidos... definitivamente no podríamos considerarlos inofensivos. Irri se acercó tan calladamente que casi la atacó al sentir que me jalaba la túnica. En un inaudible susurró dijo: "Melrose" antes de que el silencio fuera roto por un persistente sonido. Giré buscando su origen, solamente para ver que Matt apuntaba su varita a un grupo de magos y prendía un círculo alrededor de ellos. - Creo que Melrose podría estar allí - le dije mientras miraba con cuidado. Antes de que Matt pudiera responder nada, escuchamos bulla nuevamente, esta vez cerca de la entrada principal. Me dirigí hacía allí con cuidado, tres magos ingresaban a la casa. - Impedimenta - repetí hasta que los tres estuvieron inmovilizados. Tal vez ahora podría preguntar por algunas respuestas, cómo el saber que hacían allí. Aunque si lo pensaba mejor, si eran hombres lobo ¿Por qué aún no se habían convertido? Pero ellos tres no eran los únicos, podía ver a otro grupo reuniéndose en los terrenos de la entrada. Con un movimiento de varita cerré la puerta mediante encantamientos dudando mucho que eso pudiera retenerlos lo suficiente. Pero cuando giré a ver dónde estaba Matt, lo vi lanzando hechizos al grupo de magos que, de alguna forma se habían liberado del incendio y se acercaban a la casa. Me apresuré a ayudarlo. - Bien, estamos rodeados por ambas entradas @Syrius McGonagall @Melrose Moody
  4. Escucho tranquilamente la conversaciones del resto de miembros de la Orden, por supuesto que tendríamos que hacer algo para vigilar, me pregunto si planean solamente vigilar los lugares de la Orden o también de los neutrales en peligro. Resoplé ligeramente, ante aquella decisión, todos estábamos en peligro. Muggles, magos, fenixianos, neutrales... sería iluso pretender salvar a todos, pero al menos podríamos intentarlo. - Disculpa - interrumpí a una bruja que hablaba - ¿A qué te refieres con recursos que necesitamos? Es decir, sé que no pueden ser objetos mágicos regristrados por el MM porque sería un problema ¿Pero qué clase de objetos exactamente necesitaríamos? Pensaba que todos debíamos tener algún objeto mágico regalo de alguien o herencia de alguien, sin que necesariamente lo hubiésemos comprado al MM, sin embargo dudaba de si necesitaban tener propiedades especiales, por llamarlo así. De pronto una bruja que recordaba de hace mucho tiempo me saludó y me dio la bienvenida. Le devolví la sonrisa diciéndole: - Si, soy Helen. Gracias Lunita, si yo también creo que ya nos hemos visto antes. Seguramente en la mansión Gryffindor, o en los viejos cuarteles.
  5. ¿Estaba escuchando mal? Seguramente. Mi madre se había ido hace tanto tiempo que en realidad, no creía que pudiera reconocer su voz si la volvía a escuchar. Sin embargo, estaba segura de que esa voz que acababa de hablar era la de ella. Giré y la vi en la entrada de la sala, dubitativa de entrar, parpadeé un par de veces solamente para asegurarme que mis ojos no me engañaban, miré a mi abuelo por un instante. El parecía complacido, entonces recordé lo que siempre decía "Donde aparece un Gryffindor, aparecen varios más". Parecía sumamente complacido de verla después de tanto tiempo. Se me venían a la cabeza miles de preguntas, reclamos, noticias, todo mezclado, mientras un sentimiento se sobreponía sobre el otro y se mezclaban dejándome en una extraña confusión. Pero eso fueron apenas unos segundos, al final, una enorme sonrisa apareció en mi rostro y antes de que pudiera evitarlo, corrí hacía dónde estaba y la abracé con mucha fuerza. Hacía tanto tiempo que no abrazaba así a nadie. @@Hilary J. Gryffindor. @Elvis F. Gryffindor
  6. Castillo Evans Matt se sentó incómodo en la cama con visible dolor. ¿Disparar? ¿Qué significaba eso exactamente? Bajé la varita, pero no la guardé, el sentimiento de que algo malo iba a pasar no me dejaba tranquila y ver a Matt herido no ayudaba para nada. Entonces recordé alguna vez que Karen, cuando aún se hacía pasar por mi madre, mencionó algo de que su hermano squib había muerto de un disparo, producto de algo que los muggles usaban para matarse unos a otros. Pero Matt estaba vivo, y eso era algo bueno. El mago me acribilló entonces con una serie de preguntas para las cuales no tenía ninguna respuesta. Sin embargo confirmaba que algo no andaba bien ¿El estatuto? ¿Qué rayos había pasado con el estatuto? Un frio me recorrió la espalda mientras presentía a que se refería. No podía dar crédito a que aquel rumor fuera cierto. No podía creer que el ministro había sido lo suficientemente idi*** para hacer aquello. Recorrí con la mirada rápidamente la habitación, observando las vendas desechadas que habían sido cambiadas hace aparentemente unas horas y sobre una mesilla, unas vendas limpias, una jarra con agua, un vaso limpio al lado de esta. Sonreí. Solamente alguien podía haber tenido esa prolijidad y la responsabilidad para cuidar de Matt. - P-ko - respondí - ella fue la que te curó, estoy casi segura - Lumus - susurré Escudriñé la habitación buscando, sabía que tenía que estar por allí, una pequeña botella transparente con un líquido verdoso, aún había una buena cantidad en él. - Aquí - le dije sirviéndole un poco en el vaso - esta poción hará que el dolor se te pase considerablemente rápido. Miré los vendajes y vi con alivio que se veía poca sangre ya seca, aquello podía indicar que la herida ya estaba sanando. De todos modos no estaba segura de cómo eran las heridas producidas por aquel disparo y que tan rápido se podían curar. - No tengo idea de qué hace el ministro y no he puesto un pie fuera del castillo, pero si los rumores eran ciertos, el estatuto ha caído. Imagino que te refieres a eso. Como una afirmación de mis palabras un aullido resonó en el piso inferior, giré la cabeza hacía la puerta abierta y vi que Matt hacía un nuevo intendo de pararse. - ¡Irri! - llamé de pronto Mi pequeña elfina se apareció muy sorprendida, con los ojos como platos. - Helen volvió... - empezó la elfina - Ahora no Irri, imagino que escuhaste el aullido. Ve al primer piso, trata de encontrar a P-Ko y a cualquier miembro de la familia que pueda estar en peligro. La elfina asintió y antes de desaparecer añadí. - Irri, si tienes que defenderte o defender a alguien, sabes que puedes atacar. Es una orden. La elfina desapareció con un sonoro crack y me giré a Matt, al que apunté nuevamente con la varita, con un ligero movimiento cambié las vendas que tenía por las limpias que habían. No era experta en hacerlo pero esperaba que fuera suficiente. Me acerqué a él y observé, parecían bien colocadas. - ¿Puedes pararte? - pregunté dubitativa, mirando aprensivamente la puerta deseando saber que pasaba Irri, elfina de Helen ¿Cómo era posible que hubiera regresado sin decirme? ¿Hace cuánto estaba en Londres? Debía volver a tratarla de usted simplemente para que se enojara. - No, no, Irri, eso está mal, muy mal - me dije a mi misma mientras entraba con cuidado en el salón Choqué de pronto con P-Ko que llevaba una bandeja con vendas limpias. Le conté apresuradamente lo que el ama Helen me había dicho y P-Ko se limitó a decir: - Pero si es alguien de la familia quien está llamando a los lobos - una nota de miedo se imprimía en su voz - bueno, no una Evans, pero la señorita Melrose es parte de esta familia. Asomé la cabeza y vi a la joven Moody cerca a los jardines, mientras algunos magos se acercaban lentamente con un andar extraño @@Syrius McGonagall @
  7. Súbitamente me encontraba en los jardines de aquel lugar y podía estar segura de que la información me había llegado de manera correcta ya que en lugar de ver un montón de ruinas, podía ver una antigua casa inglesa reconstruida. Aquel lugar era histórico en el mundo de los magos y representaba mucho para la Orden del Fénix, aún así, era la primera vez que pisaba aquel lugar. El olor de tierra húmeda llegó a mi nariz haciendo que sonriera espontáneamente, era uno de mis olores favoritos. La lluvía parecía haber terminado hace poco y el rocío aún se podia observar en las flores más cercanas. Bajé la capucha de mi capa mientras caminaba despacio, dudosamente hacía aquel lugar. Mi túnica se arrastraba por el pasto mojado y mis manos, nerviosas, jugaban con un viejo papel morado. Para cualquiera mago que no fuera de la Orden, simplemente parecería que era un antigüo memorandum del Ministerio de la Magia, sin nada escrito en él. Sin embargo, yo había podido leer el contenido. Aún me encontraba dudosa de si estaba haciendo lo correcto, siempre había pertenecido a la Orden, desde el inicio de todo y aún así, había algo que me hacía dudar de si debía entrar a ese lugar. Algo hacía que no me sintiera cómoda del todo. Respiré profundamente y me animé al fin a entrar. El vestíbulo lucía vacío pero podía escuchar voces cercanas. Sonreí pensando que, por más que las cosas cambiaran, la escencia no lo haría. Y, es que como siempre, estaba segura que encontraría a mis compañeros en la cocina. Es por ello que cuando me asomé y los vi allí reunidos, no pude evitar una sonrisa. Aclaré la garganta para atraer su atención y respiré tranquila al encontrarme con caras familiares, aquello me dio el valor que sentía que me faltaba. - Disculpen la tardanza, vine para ayudar.
  8. Castillo Evans El atardecer siempre se había visto de manera privilegiada desde las ventanas del pasillo del segundo piso. Me recargué sobre la pared con la cabeza apoyada al vidrio mientras tomaba un sorbo del café que tenía en la mano. Mis pensamientos no seguían un flujo normal, divagaba lentamente entre una idea y otra; generalmente sumida en recuerdos nostálgicos. La realidad era, que a pesar de haber vuelto a casa, sentía que había algo que me faltaba... pero aún no me decidía sobre qué era ese algo exactamente. La luz rojiza indicaba que la noche se aproximaba, sentía una extraña sensación en mi estómago, como un presentimiento de que algo malo estaba a punto de pasar. Cerré los ojos intentando concentrarme, hace muchísimo tiempo que no practicaba el control del viento con el que había logrado avanzar prometedoramente. No, ahora la prueba de ello era que, sin sentir el viento del exterior, no era capaz de llamar ni a una insignificante brisa en el interior del castillo. ¿Debería salir a los terrenos? Tal vez allí fuera más fácil. Pero ese extraño frio que sentía en el estómago no me dejaba estar tranquila, era como si... como si... algo malo... Un sonido de vidrio rompiéndose y el chillido de P-ko me sobresaltaron. Seguramente sería alguna copa que habían dejado caer, pero aún así sostuve mi varita firmemente. De pronto un objeto pasó volando muy cerca mio y con mucho alboroto entró en una habitación cercana, escuché que llamaban a la elfina y me apresuré hacía la puerta que había quedado abierta. - ¿Quién eres tú? - pregunté apuntando con la varita, a una figura desconocida. Sin embargo, al acercarme más pude distinguir a la luz del atardecer, un rostro conocido. La pregunta no estaba demás, ya que únicamente lo había visto en algunas reuniones familiares, pero no sabía realmente quien era. Lo que si pude percatarme es que no estaba nada bien. Me acerqué aún sin bajar la varita totalmente y pregunté: - ¿Qué te pasó? @@Syrius McGonagall
  9. Me quedé escuchando las sugerencias de mi familia, si al final tendríamos que entrar a aquella torre... no los abandonaría; pero no podía evitar estremecerme cuando recordaba aquella expedición con mi madre y mi tia y luego el ver a mi madre perder fuerza día a día. Sacudí ligeramente la cabeza para alejar aquellas imágenes, ya que en ese momento necesitaba estar en el presente. Sonreí ante la determinación de un mago solamente trancada por su desconocimiento de la bilblioteca ¿Sería pariente mio también? - Si, son prohibidos - le contesté a Lils - pero no sé que tipo de encantamiento tengan, ¿Mavado sigue por aquí? - pregunté refiriendome al elfo más antigüo que conocía del castillo - Creo, que podríamos averigüar más cosas si investigamos sobre tu relicario - dije dirigiéndome a mi hermana - en la biblioteca o en los cuadros que haya por el castillo; quiero decir, ¿Sería demasiada coincidencia que tengas un relicario que unos fantasmas mencionan relacionado a un mago que tenía tu nariz? El llanto de P-ko me distrajo ¿Habimos hecho o dicho algo para disgustarla u ofenderla? caminé hacia ella y me agaché hasta quedar a su altura, mientras le ponía una mano en la espalda. - P-ko, no te angusties, vamos a resolverlo... de alguna forma @@Lillian Potter Evans @@Syrius McGonagall @@Jank Dayne @ @@Scavenger Weatherwax Wealtherwax @@Rory Despard
  10. - Tienes toda la razón en eso, aprovechemos ahora y dejemos la Mansión como corresponde Esperé que los elfos desaparecieran para mirar a mi alrededor, bien, ellos se encargarían de las habitaciones pero capaz que nosotros podríamos encargarnos de la sala y en general de la planta baja. Me dejé calentar brevemente por las llamas de la chimenea que acababa de ser encedida, tomé una nueva taza (Esta vez con un poco de te) y al fin me quité la capa de viaje que aún llevaba sobre los hombros, la dejé sobre uno de los muebles y se levantó una ligera nube de polvo, lo cuál confirmaba la idea de que necesitabamos trabajar sobre nuestro hogar. - ¿Les parece si trabajamos en la sala? Podremos dejarla limpia y habitable en muy poco tiempo si unimos fuerzas. Estaba segura que pronto dejaríamos la mansión como solía ser en sus mejores épocas, era solamente cuestión de tiempo y paciencia a que esto se lograra. Pensar en que pronto la mansión sería un refugio cálido para los magos que lo necesitaran me levantaba mucho el ánimo. Saqué mi varita mirando a ambos - ¿Y bien? ¿Nos ponemos a trabajar? @
  11. ¡Hola! Pues, nada, vengo a inscribirme de nuevo en el bando a ver cómo va todo porque apenas ando recuperando el ritmo.Dejo datos: Nick: Helen Evans Número de ID: 117357 Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/101003-ficha-de-helen-reyes/ Saludos.
  12. - Me encantaría que se quedaran - me apresuré en añadir, apenas Elvis me comentó sobre la situación de la Granger - De esa forma seríamos más en la mansión y podríamos devolverle al menos algo de la antigua gloria. Tomé el resto de café mientras escuchaba incrédula la historia que me contaba el abuelo ¿Cómo se les había ocurrido romper el estatuto secreto? Obviamente había una intención oscura detrás de todo aquello, sería una cacería de brujas como las que estudiaba en mi época de Hogwarts y el miedo de los muggles solamente aumentaría su terror hacia nosotros, y por lo tanto, serían cada vez más crueles lo cual provocaría el odio de los magos. Sería un ciclo sin fin, un ciclo de odio sin beneficio para nadie. - Quiero ayudar en medio del caos - dije firmemente - Sabes que sí - luego, aún con más seguridad añadí - Claro que permaneceremos juntos. ¿Hay alguien más en la mansión? @
  13. Apenas escuché el murmullo de Lillian ¿Me había llamado hermana? Bueno, aquello no podría sorprenderme ya que cuando llegué a la vida de Pandora, sabía perfectamente que habían demasiadas cosas que desconocía. Correspondí con sincera alegría y entusiasmo al cálido abrazo. Decidí acercarme más a la piscina para escuchar mejor la historia que cada vez se tornaba más interesante y dejaba atrás el tono cómico que había tenido en un inicio. Agradecí infinitamente el gesto de P-ko sobre la comida, no recordaba hace cuantas horas había ingerido mi último alimento y por fin llenar el estómago era gratificante. Un ligero escalofrío recorrió mi cuerpo, todas las veces que había intentado saber algo más de mi pasado las cosas no habían salido del todo bien. Pero no podía evitar sentirme ligeramente culpable por haber deseado saber más de mi familia paterna que de la materna. Y aún así, era a mi familia materna a dónde siempre volvía. Giré ligeramente la cabeza para fijar mi mirada en P-ko... la torre maldita del castillo, odiaba ese lugar, en mi memoria estaba intimamente ligada a la, digamos, enfermedad de mi madre y su posterior muerte. Pero fue su pregunta sobre los registros la que me sacó de mis pensamientos. - En la biblioteca.... alguna vez vi unos libros que eran prohibidos de tocar, supuestamente por mi propia seguridad. ¿Aquella advertencia me la había hecho mi madre? ¿O había sido alguno de los elfos? Pero mientras la conversación seguía, mi vista se desvió hacía Jank que salía de la mansión en ese momento. Estaba diferente, pero aquello era algo obvio considerando todo el tiempo que había pasado desde la última vez que había visto a mi hermano. Pretendía acercarme a él, pero la pregunta de Lillian atrajo mi atención. Me quedé observando el relicario, era hermoso definitivamente... ¿Sería verdaderamente el de la historia? Tomé una de las copas que aún reposaban en la bandeja y me dirigí hacía Jank. Tuve el impulso de abrazarlo, pero, sin saber bien el por qué, me contuve. Con una sonrisa en el rostro le respondí: - ¿Vino también sirve? - Luego añadí con voz un poco más temblorosa - Preguntesmole a quien sea necesario... mientras no tengamos que entrar a la maldita torre.
  14. Sonreí mirando el letrero de la pequeña tienda del callejón. Me entretuve un rato, recostada en la pared frente al local y recordando cuando Kirara y yo emocionadas, montamos aquel lugar y todos los planes que teníamos para él. La casa de los Aethonans fue nuestra inspiración, y esperábamos ansiosas poder atender las mascotas de nuestros amigos y así fue por un tiempo. Al cabo de varios minutos me animé a entrar, el lugar estaba impecable... ¿Pero cómo? Busqué con la mirada a alguno de los trabajadores, aunque francamente dudaba que aún hubiera alguno. Para mi sorpresa la que salió a mi encuentro fue alguien a quien deseaba ver desde hace mucho tiempo. - La señorita Helen... ¡A vuelto! Irri corrió a mi encuentro pero pronto se detuvo avergonzada, tenía prohibido castigarse de algún modo y siempre me había causado ternura su lucha interna por cumplir esa orden. Así que aquella vez le facilité yo las cosas y le di un abrazo, con el cual la elfina quedó aún más sorprendida y avergonzada. - ¿Ahora si me llamarás por mi nombre de nuevo? - le dije a la elfina la cual solamente sonrió - Te agradará ver quien también a vuelto por aqui - y sin decir más salió corriendo @@Sherlyn Stark

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