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Derek Lúcien

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Derek Lúcien ganó por última vez el día 4 Noviembre 2013

¡Derek Lúcien tenía el contenido más querido!

Acerca de Derek Lúcien

  • Cumpleaños 13/09/1993

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    6
  • Rango Social
    Unicornios de Oro
  • Galeones
    86923
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Familia
    Atkins
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Demonio
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    680
  • Puntos de Poder en Criaturas
    0
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    210 a 1100
  • Conocimientos
    Herbología
    Transformaciones
    Defensa Contra las Artes Oscuras
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Ravenclaw
  • Género
    Male
  • Location
    in the Infinite ∞
  • Interests
    Talk to me :perv: xD

Contact Methods

  • MSN
    alex_gaunt@hotmail.com
  • Website URL
    http://new-try.tumblr.com/
  • Skype
    alex.gaunt.hl

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Reputación

  1. Luego de realizar su trabajo después de dos meses de vago (?) en la primera planta, subió a la segunda para atender las compras que estaban pendientes. Uno de sus compañeros había dejado un pergamino en espera, ya que era una compra para él, por lo que se acercó y mientras terminaba de atender una de las compras, el castaño revisó los datos casi sin detenerse mucho en ellos. No podía haber error, si lo había seria extraño. Selló y firmó el pergamino y lo colocó sobre los pendientes de llevar a la Logia, para luego estirar la mano y tomar nuevamente el pergamino que Cye le entregaba. Esta vez todos los datos estaban bien, por lo que sin miramientos firmó y selló también este pergamino. —Todo en orden Cye, tu compra está aprobada. Espero verla pronto —musitó, entregándole un par de cajas con las pociones que la mujer había adquirido. ~ * ~ Goderic, aprobada tu compra xD Cye, todo bien, gracias por comprar *-* PD: Ya nos quedamos sin stock de poción multijugos por si alguien se lo pregunta.
  2. Salió de la paste trasera de la tienda y se acercó hasta el mostrador donde Cye se encontraba comprándole a uno de sus compañeros. El castaño se acercó y empezó a revisar el libro de existencias a un costado, sin interrumpir el procedimiento, pero luego observó que una nueva compra se iba a efectuar y al estar su compañero aún procesando la anterior, el castaño estiró la mano y recibió el pergamino de la mujer. —Yo le atiendo esta compra —musitó, sonriéndole y observando los datos ofrecidos por su interlocutora. Los datos personales estaban bien, pero el castaño tomó una pluma e hizo unas modificaciones a un par de valores—. Señorita Lockhart, sólo un par de errores, imagino que la emoción le hizo aumentar un cero al precio, pero no se preocupe, su compra está aprobada. El Lúcien sacó un sello con la marca del concilio y lo colocó sobre el pergamino de la mujer, para luego entregarle un paquete con los dos objetos que la mujer había adquirido. Se lo pasó sobre el mostrador al tiempo que guardaba el pergamino para entregárselo a la Logia. —Gracias por su compra. ~ * ~ Cye, revisa bien la próxima compra por favor u.u Ernest ya te corrigió una y yo te corregí esta porque no es algo grande, pero la próxima no pasa :c De todas maneras tu compra está aprobada.
  3. Se limpio el labial que la mujer le había dejado con un pañuelo, y el mismo se lo aventó a la cara a Juliene, por hacer cosas que no debía. De todas maneras, las cosas ya estaban hechas, y prefería olvidar aquel incidente y seguir con lo que estaba planeado. —Cissy... —murmuró, al ver a su hija escabullirse a un lado y a la jefa del Magic Mall entrando con un vestido. Las cosas no podían ser menos obvias, pero al menos los invitados estaban mirando cualquier cosa, menos la escena que se estaba armando sobre las escaleras—. Gracias a Dios el vestido llegó. Ahora si entregaré a mi hija —acentuó la palabra "hija". La ángel caído se cambió ágilmente en su escondite, y terminó justo a tiempo. El vestido era sin lugar a dudas hermoso, escotado, pero manteniendo la compostura que la ocasión ameritaba. Suspiró una vez más al ver a su hija; estaba a pocos minutos de realizar algo que él mismo nunca se había permitido. Se acercó nuevamente a ella y tomó su mano para colocarla sobre su antebrazo y acercarla al inicio de la gradería, donde Pik ya estaba esperándolos. —Estás hermosa —musitó. Su rostro mostraba una felicidad que dudaba haber encontrado hacía muchísimos años. Era un momento realmente importante, no sólo para Leah, sino para él. En el castillo se habían reunido personajes que no había visto en años, tantos que cuando recorrió el lugar con la vista reconoció demasiados rostros; era como regresar en el tiempo algunos años y recordar cuando recién empezaba a unir su vida con las de los presentes, así como unir cabos e historias que terminaron revelando varios secretos. —Pik, siempre es un placer contar con tu presencia —musitó antes que el interlocutor lance el hechizo. La última vez que había visto al Macnair había sido cuando este aún era miembro de la Triada Mortífaga. Cuando el ángel caído anunció a la primera de las novias, la iluminación del castillo bajó un par de tonos, pero alrededor de la gradería la luz se intensificó, denotando la importante del lugar y llamando la atención de todos los presentes hacia Leah y su padre. El castaño miró una vez más a su hija y la mano que tenía libre la posó sobre la de su hija que reposaba sobre su antebrazo, le sonrió y con una inclinación de cabeza, le indicó que estaban listos. Empezó a descender las escaleras lentamente, dejando que su hija sea la que guíe la velocidad. La cola del vestido se hizo notar muchísimo más al quedarse por detrás de ellos en la gradería; la elegancia acompañaba cada movimiento de los Ivashkov, así como cada par de ojos que se encontraban en la habitación. Aunque segundos antes había estado con los nervios a puño, y los había disimulado según él bastante bien, ahora se sentía completamente listo para aquello; era increíble como las cosas se iban acomodando por sí solas y encajaban perfectamente en cada circunstancia.
  4. Ni bien el castaño hizo aparecer los trajes, la mujer se puso a inspeccionarlos de pies a cabeza, viendo cada detalle y decidiéndose cuál debería de usar para aquella ceremonia. Era la primera vez que miraba que una novia elegía que usaría el día de su boda el mismo día de la ceremonia... ¿Cómo era posible que una decisión tan importante la hiciera así de ligera? Se mordió el labio en el momento que su hija eligió finalmente uno de los trajes y espero algo impaciente... ¿Dónde rayos estaba el vestido? Quemó con la mirada a Juliene, ella era culpable de todo (?) —Tomate tu tiempo —musitó, girando los ojos al pequeño reloj de mesa que se encontraba en el escritorio de Leah. Según las invitaciones, la ceremonia empezaría en menos de veinte minutos. La novia aún no estaba ni por asomo lista, Tauro quizás estaba ya abajo esperando impacientemente a su novia, o quizás estaba corriendo desnuda por algún lado como lo estaba haciendo Leah; otra opción era que la mujer ya se encontraba muy lejos del castillo, arrepentida de la decisión de casarse. Esperaba que no. Leah se volvería loca y todos estarían a punto de morir si eso era cierto. La Ivashkov se coló en el traje junto con una de las camisas de las que trajo del ropero. El traje indudablemente le quedaba ligeramente grande, pero gracias a la magia este se fue ajustando a las medidas de la mujer, no fue un cambio brusco, pero se hizo notorio: el corte en forma de V que tenía el trajo se modificó a tenerlo de una manera invertida, amoldándose a la figura de ella y haciendo sobresaltar los encantos. La miró nuevamente y suspiró. Aunque no estaba seguro de cómo terminaría en aquel traje, debía de admitir que se miraba realmente guapa. —Supiste darle al traje tu toque —respondió, mirando a su hija frente al espejo mientras terminaba de arreglarse—. Tauro morirá de envidia al verte así —se incorporó del asiento y se acercó hasta Leah para mirarla más de cerca. Se sorprendió así mismo de ver cómo un traje lucía tan bien en su descendencia. Tomó la mano de su hija y sonrió realmente; era la primera vez que sonreía así desde hacía muchos años. »Ya estás lista. Te ves hermosa —y sin más le plantó un beso en la mejilla y la abrazó ligeramente, sin rodearla con los brazos totalmente, no quería arrugarle el traje. Las cosas ya estaban casi listas...—. Jamás lo haría —colocó el brazo de la mujer alrededor del suyo e inspiró profundamente mientras tomaba el pomo de la puerta y la giraba. Atorada como estaba debido a que la madrina había entrado como Rambo al cuarto de su hija, cuando el castaño abrió la puerta está se salió de sus bisagras y fue a caer para el lado del pasillo, pero no llegó a golpear el suelo. Frente al cuarto de Leah estaba el pasillo y una baranda separaba el espacio entre su cuarto y la vista al interior del castillo. La puerta cayó sobre esta y debido al peso de la misma, y al haber impactado casi a la mitad, tuvo un efecto de balanza, generando que la puerta de un giro y siga cayendo en lugar de haberse quedado frente a la habitación de Leah. El castaño se quedó helado, ya que no esperaba que aquello sucediera. —Ups —fue lo único que surgió de sus labios, en el preciso momento en el que la puerta golpeaba el suelo del salón. Esperaba que no hubiese matado a ningún invitado—. Que gran entrada tendrás hija mía... —dijo, saliendo del cuarto y saludando hacia abajo a los invitados que se habían ganado con el pase. Les encantaba llamar la atención.
  5. La puerta se abrió y observó el interior de la habitación. Una fina capa de polvo se hacía notar flotando en toda la habitación, visible debido a los rayos de sol que ingresaban entre las cortinas de la recámara de su hija. Levantó una ceja y lo siguiente que observó fue a su hija con tan poca ropa que volteó su rostro ligeramente y cubrió sus ojos con la mano mientras ingresaba y cerraba la puerta detrás suyo. No encajó del todo bien cuando la cerró y tronó ligeramente cuando la empujó con más fuerza para que encaje. —Tu puerta anda medio mal —mencionó, porque de ciego no se había dado cuenta que antes la habían reventado de un bombazo—. ¿Y que has hecho aquí dentro que veo tanto polvo? —preguntó, avanzando hasta una silla cercana y evitando mirar a su hija, pero notando la presencia de la otra mujer—. Sabes que usar tanto maquillaje es malo, la gente creerá que eres bonita. Sonrió ampliamente para relajar el momento. Leah estaba notablemente estresada, y su presencia no haría disminuir ese sentimiento, por lo que prefería ser algo directo, conciso, y terminar esto lo antes posible. Además, tenía que ultimar detalles para la ceremonia. —Juliene, a pasado tanto... —respondió al saludo de la mujer, recordando la última vez que la había visto, y la anterior a esa, en la que las cosas no habían salido muy bien. El esposo de la mujer había resultado ser una auténtica joya. Observó el bello peinado que la mujer llevaba, pero no iba de acuerdo a lo que se espera de la persona que lo porta. El rostro de Leah no era calmado, sereno, ni nada semejante. Estaba hecha un manojo de nervios, y seguramente furiosa por lo de su vestido; sin embargo el castaño no podía hacer nada, hasta que la madrina de su hija respondió a su pregunta mental con algo que no creería posible para aquella situación. No esperaba entregar a su hija en el altar con un traje de caballero, ella era una dama (???) —Juliene, no puedo creer que me preguntes eso —respondió, negando con la cabeza algo divertido—. Claro que los tengo —y con un giro de su mano aparecieron tres de los mejores trajes que el castaño tenía en su repertorio. Uno de ellos era negro, de corte fino y elegante, moderno y con un toque peculiar con las solapas un poco más altas que normalmente se ven. El segundo era de un tono más grisaseo, bastante oscuro de todas maneras, pero era ligeramente más claro que el primero; las solapas delgadas y con un corte en V más amplio que el anterior. El tercero era azul marino, elegante sin dudarlo, pero no adecuado para la ocasión. —Aunque no sé si te agraden Leah, tendrías que probártelos y vamos viendo como te van quedando. Aunque yo prefería que uses algo más... convencional. Quiero entregar a mi hija como una reina, aunque si prefieres ser un rey —con su mano derecha hizo un gesto sobre su frente como su se estuviera acomodando un cerquillo imaginario mientras torcía los ojos.
  6. —¿Con qué cara haré esto? Sus ojos aun estaban cerrados, cubiertos por el antebrazo del castaño, evitando que los rayos solares incidieran en ellos directamente. La noche anterior había terminado en un antro tomando con varios desconocidos que al final de la noche más parecían sus hermanos, pero de los cuales no podía ni recordar sus nombres. Los días habían pasado demasiado rápido; desde el que su hija le había hecho la propuesta de ser él quien la lleve al altar, había estado dándole vueltas en la cabeza a aquella ceremonia, aquel acto que debía de realizar por ella y la ilusión que quizás Leah tuviese de ese momento. ¿Era el castaño la persona adecuada para eso? Para él, la respuesta era un no, pero al parecer para ella era la mejor, o quizás era la única que podría hacerlo; ¿quién más podría entregarla? Era la última opción de la mujer. Se quitó las sábanas de encima dejando que la cálida luz acaricie su desnudez, y se incorporó de la cama para apresurarse a estar presentable. En su camino a la ducha observó por la ventana los terrenos del lugar y en su rostro se notó su desconcierto: ya estaban algunos invitados llegando con sus mejores trajes, entre los cuales caminaban los sirvientes que habían contratado para atender a todos los magos que llegarían. ¿Qué hora era? Giró el rostro rápido a su escritorio y se horrorizó al ver la hora que era. —mi****, Leah me asesinará. ~ * ~ El castillo había sido arreglado de tal manera que la usual penumbra y oscuridad que se asentaba en varias porciones de la propiedad, ahora estaba iluminadas y bellamente decoradas. La familia se había preocupado por cada mínimo detalle para aquella ocasión, desde los arreglos florales y adornos que se encontraban en cada superficie del castillo, pasando por el personal y la sincronía con la que se movían, hasta la comida y la manera de organizar a los invitados. Todo debería de estar perfecto, ya que no sería una boda más en la historia de Ottery, era una boda que marcaría tendencia. El castaño terminó calzándose unos zapatos oscuros que encajaban perfectamente en él, y que le daban una elegancia única. Su esmoquin era de un color bastante oscuro, a primera vista podría ser considerado negro, pero si uno veía realmente se encontraba con que el color parecía aclararse a un gris oscuro según la posición del observador. Una corbata delgada, de un tono oscuro que hacía juego con su vestimenta, y un adorno de color carmesí sobre la pechera derecha terminaba con su atuendo. Había usado trajes antes, pero este era la primera y única vez que lo usaría: le había costado una fortuna en su último viaje, y pensaba usarlo en propia boda (si es que algún día llegaba a casarse), pero esta ocasión le parecía mucho más importante que la suya. Salió al pasillo notando que dejaba un ligero rastro de la fragancia italiana que se había colocado encima, y empezó a andar por el pasillo. Su primer destino era ver a su hija, asegurarse que todo esté bien con ella, y quizás luego vaya a ver a la otra comprometida. No estaba seguro de cómo funcionaba en estos casos la ceremonia, ya que usualmente "él" esperaba a la novia en el altar, pero en este caso no había ningún "él". ¿Entrarían las dos juntas acompañadas por las personas que las entregarían? ¿Quién entregaría a Taurogirl? Se mordió el labio al pensar en cómo actuaría y suspiró. —No sé ni qué haré —murmuró para si tratando de relajarse. Más parecía que él era quién diría el Sí delante de tantas personas importantes. No demoró mucho en llegar hasta la habitación de su hija. La puerta estaba cerrada, pero se notaba que ya habían estado allí algunas personas, debido a la mezcla de perfumes que aún se podía notar en el ambiente. Golpeó con los nudillos la puerta, tan sólo dos ligeros golpes. No había sonidos en el interior de la habitación, pero la mujer debería de estar allí. ¿O no? Esperaba que si y no estuviera abajo ya. Eso significaría su muerte instantánea. —¡Leah! —golpeó una vez más la dura superficie de la puerta—. Tenemos un problema...
  7. —Querida, Leah nunca se "volvió" mi hija, siempre lo fue. Que el tiempo haya decidido reencontrarnos es diferente —musitó, sin entender bien el hecho, quizás lo habían dopado para firmar un documento que no recordaba. Tendría que ir al Ministerio de Magia para solucionar ello, ya que no podía estar teniendo hijos por todo lado, tenía que darles su trato (?) Le extrañó que ambos se muestren tan abiertos en el tema. Era conocido que no había muchos prejuicios entre los ciudadanos, y menos entre las amistades que él tenía, pero le parecía extraño que no se lo tomaran tan a la ligera. Sin embargo, no tocaría más el tema, prefería pasar al siguiente, que no era nada menos que encontrar un lugar digno para reunir al trío en una actividad que hacía tanto tiempo no hacían juntos: luchar. En sus buenos momentos, ellos con un grupo más de mortífagos solían ser los más alborotadores de Ottery, pero las cosas habían cambiado, no sólo por las nuevas restricciones que tenían, sino porque los compañeros ya no lo eran más. —Ambas mansiones pueden ser buenas opciones —respondió al comentario de la rubia—. Aunque últimamente no sé como están los ánimos en ellas... Yo voto por la Evans, hay un par de personas que quisiera "visitar" nuevamente. Su cuerpo seguía recostado, y sin esfuerzo estiró nuevamente su brazo para tomar un par de los aperitivos que reposaban aún en la mesa. La bandeja se había ido vaciando lentamente, y el castaño notó que él era el único que comía de ella, seguramente los otros ya habían comido bien y por eso ignoraban el hambre el que otro sentía en esos momentos. Terminó la bandeja lentamente a la espera de que el par de expertos magos se decida sobre el destino final que tomarían aquella noche, o quizás lo planeen mejor para un fin de semana. Nunca se sabía con ese par. —Bueno, ¿entonces? —preguntó, terminando el último bocadillo y alejando la bandeja de él—. ¿Vamos de una vez, o esperamos, o rechazo nuevamente la invitación de Mía para ser parte de mi familia? —bromeó, sonriéndole a la muchacha. Al menos con aquello se divertiría hasta que descubra que hizo.
  8. (Como no me hicieron puente en la primera planta, me vengo para acá) El castaño subió los escalones, ya que las compras ya las había atendido y la primera planta estaba libre de colas, por lo que aprovecharía el tiempo para comprar con sus renovados galeones. Le gustaba cuando veía que ya habían depositado, ya que significaba que el demonio podría seguir gastando como si fuera rico (?) —No hay mucha actividad —comentó al observar a Evarela atendiendo las últimas compras en pociones. Se alejó un poco del mostrador principal y empezó a andar por la planta tomando algunas botellas y observando su valor, tanto en galeones como en poder, sin saber cuál de todas comprar. Había un par de pociones que le atrajeron, pero no era muy raro encontrarlas en stock, prefería comprar algo que usualmente se acabe rápido, así que siguió andando por los escaparates, hasta finalmente encontrar lo que buscaba. Regresó con la pequeña botella, mientras que en el camino encontró una más, que a pesar de no ser tan extraña, resultaba molesto encontrarla. —Dame estas dos —musitó, colocando los frascos en el mostrados junto con el pergamino con sus datos. ID: 36928 Nick: Derek Lúcien Nivel Mágico: III Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylati...e-derek-lucien/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylati...e-derek-lucien/ Fecha: 04/21/2016 Nombre del producto: Amortentia Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: 160 P Precio: 8550 G Nombre del producto: Zumo de Mandrágora Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: 160 P Precio: 8000 G Precio total: 16550 G Total de Puntos: 320 P
  9. Bajó de la segunda planta pausadamente, ya que pensaba que el Mall aún se encontraba algo vacío, pero se sorprendió al ver que en realidad en la primera planta los clientes estaban haciendo fila para comprar, cosa rara, ya que habían varios empleados en el lugar; quizás estaban en su break. —Disculpen la demora —musitó, acercándose rápidamente hasta el mostrador y tomando la pluma con la que firmaba los pergaminos que le entregaban—. Gracias por la espera, Bodrik. Revisó su pergamino y al estar todo en orden, lo firmó y lo selló. —Y sí, están disponibles los dos productos felizmente —dijo, entregándole dos paquetes largos y uno de ellos pesado, con el catalejo—. Gracias por la compra. Bienvenida al Magic Mall —saludó a la siguiente clienta, que tarareaba una canción mientras esperaba ser atendida. Tomó su pergamino y al parecer la mujer sólo quería realizar una compra, pero tenía un pequeño dato erróneo, pero cuando lo fue a corregir, se dio cuenta que la mujer no poseía una bóveda trastero y no podía comprar más. —Disculpe, pero según la información que me proporcionó, usted no puede adquirir bienes hasta que tenga una bóveda trastero—indicó, para que la muchacha esté al tanto del porqué no procedía su compra—. Tendrá que ir a Gringotts para abrirla y luego regresar, no queda de otra, la esperamos de regreso. Permitame —y tomó el pergamino que Cye le entregaba, Todo nuevamente estaba en orden, por lo que firmó y selló el pergamino. En una bolsa bastante voluminosa le hizo entrega de su capa, mientras que la moto también la podría recoger en la parte de atrás de la tienda. »Todo en orden, Cye, gracias por tu compra —y finalmente llegó el último cliente que estaba en la cola. El castaño tomó su pergamino y lo revisó, sin encontrar algún error—. Gracias por su compra señor Ravenclaw —le entregó un paquete bien embalado con la nimbus, mientras que el pensadero tendría que recogerlo en la parte de atrás. - * - @Bodrik, tu compra está aprobada @ dos cosas, el link de tu nick no lleva a tu ficha, lleva a la bóveda, ojo con eso. Me di cuenta que en tu ficha dice que no puedes comprar pero aun no has llegado a los 200 puntos, por lo que me fui a preguntar que onda con eso, por el momento tu compra queda en stand by. Cuando sepa algo te la apruebo o rechazo, te mencionaré para que sepas :3 @ Ojo con los codes Cye, se te fue algo medio raro ahí, pero sale el link, además que el nivel mágico es la vaina con los números romanos, no el otro xD pero detalles, so está aprobado. @@Keaton Ravenclaw tu compra sin problemas, gracias!
  10. La atmósfera cambió ligeramente, al igual que lo había hecho en la habitación de Leah cuando habían conversado. Al parecer ambos tenían esos objetos que lograban separar acústicamente un lugar, para evitar que alguien más escuche conversaciones que no debía. Siempre había pecado de hablar un poco de más, pero ya le daba igual en realidad, así que no se inmutó ante lo que su acompañante mencionó sobre la discreción; nunca habiá sido discreto. —Son buenos todos tus cosos —respondió, mirándolo pícaramente. El castaño había usado un tono algo sugerente, que el castaño no desaprovecharía—. Aunque aún hay un par que quisiera manipular. Sin más, estiró nuevamente su mano y se llevó uno de los bocadillos a los labios; estaban muy buenos y recién se había dado cuenta que no había almorzado, por lo que lo más probable era que termine con toda la fuente él solo. Y mientras saboreaba su comida, la puerta de ingreso se abrió y observó a Mía, aquella muchacha que llevaba varios meses sin ver y que sorpresivamente hacía su entrada triunfal. Y a pesar del tiempo que no la miraba, al castaño le dio pereza levantarse a saludar, por lo que estiró un brazo y la invitó a acercarse mientras Zack la saludaba. —Siglos sin verte, queri... —saludó cuando las últimas palabras del vampiro lo hicieron girarse hacia él—. Estratega ni madres, ustedes son los que llevan años en esto, yo teóricamente seré su pupilo —y sin embargo, Mía también acotó sobre el fabuloso plan, pero más bien cuando ella habló hizo que el castaño gire su rostro hacia ella. ¿Padre?—. ¿Y entonces yo desde cuando soy tu padre? ¿Había adoptado en alguna oportunidad a la rubia? El demonio no recordaba haber firmado ningún papel, pero había olvidado varios episodios de sus últimas visitas por Ottery, pero no podía olvidarse de algo tan importante como una adopción. De todas maneras, ¿para que quería ser adoptada una persona con varias décadas de vida? —Espero que sea una manera de insinuarse a mi por mi regreso... O algo así —musitó, tratando de alejar esos pensamientos—. Y en realidad no es que el castillo esté poco habitado, sino que ya nadie pasa tiempo acá, prefieren estar de borrachos en algún bar que con la familia. Siguió comiendo su aperitivo mientras la muchacha hizo aparecer una copa con licor. Al parecer estaba teniendo problemas con la bebida... Pero la copa le hizo dar sed, por lo que con un giro hizo aparecer dos vasos para los hombres; el de Zack que contenía un jugo de frutas con una pizca de alcohol, por si quería estar a la par con la muchacha, y el de él, que contenía una sustancia dulce, semejante a café con leche, pero también con contenido alcohólico. —¿Un brindis por... el reencuentro? —preguntó, o quizás podía ser por el próximo juicio de Zack.
  11. El castaño salió de la trastienda mientras terminaba su última galleta con chispas de chocolate. El día le había dado hambre, y como vio que estaban otros empleados en la tienda, se dio el lujo de irse unos minutos atrás a comer algunas golosinas que había traído consigo. Pero ya era momento de trabajar, no podía estar comiendo en horas de trabajo. Se acercó hasta el mostrado y observó como los clientes que la compañera había atendido se iban, pero como siempre aparecían más, por lo que esperó pacientemente a que terminen de colocar sus datos y la información correspondiente en los pergaminos. Pero en su espera encontró un pergamino que su compañera había dejado, y no sabía si lo había aprobado... No tenía sello ni firma, por lo que dedujo que no. Lo firmó, selló y lo mando al almacén. —Veamos —musitó, tomando el pergamino de Heliké y examinándolo minuciosamente. Pero lo malo fue que se encontró con una encrucijada. La clienta buscba la poción que el Atkins había aprobado hacía segundos a su compañera, por lo que teóricamente ya no tenían existencias—. Lo siento mucho, la poción se agotó hace unos minutos —dijo, regresando el pergamino—, no le puedo aceptar la compra. Disculpe las molestias. Algo frustado por la poca cantidad de pociones que les llegaban, tomó el pergamino que la otra muchacha le entregaba. —Así es, recibimos un lote esta mañana —respondió, tomando el pergamino. La muchacha al parecer había venido corriendo desde China, porque estaba bastante agitada—. Pero no se preocupe, que sus pociones aún están disponibles —firmó, selló y entregó los productos a la mujer. Sin más, y al ver que nadie más llegaba, escribió el mismo en un pergamino una compra, ya que estaba queriendo comprarla hace mucho. ID: 36928 Nick: Derek Lúcien Nivel Mágico: III Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/topic/108056-boveda-trastero-de-derek-lucien/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=96618 Fecha: 2016-04-16 Nombre del producto: Poción Multijugos Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: p Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: 160 P Precio: 8000 G Nombre del producto: Elixir de la Vida Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: 160 P. Precio: 9500 G Precio total: 17500 G Total de Puntos: 320 P - * - Helike, tu compra no la puedo aceptar, ya no hay existencias :c lo siento Bodrik, todo bien lo tuyo, aprobado. Derek, idem xD
  12. Sus movimientos se empezaron a hacer mucho más lentos, y más al mantener los ojos cerrados. Tomó tan sólo un par mas de los bocadillos que el elfo le había traído para luego dejar su brazo a un costado de su cuerpo, el cual ya se encontraba totalmente relajado. Había sido un día bastante... intenso, y un buen descanso nunca estaba de más. Su estado no cambió cuando escuchó pasos aproximarse, no porque supiera quién era, sino porque en realidad le daba igual quién podría llegar. Cuando escuchó la voz del mortífago giró un poco más su cuerpo al lugar de donde provenía la voz, pero mantuvo sus ojos cerrados mientras el hombre terminara de hablar. Una vez lo hizo, el castaño se incorporó tan sólo unos centímetros del sofá, mirando al otro a los ojos con una expresión de interrogación. El hombre, aunque tenía algo de razón, no era quién para decirle qué o cómo llevar su vida. El Lúcien siempre había sido bastante alejado de los reglamentos y las limitaciones de cualquier tipo. —Gracias por el primer comentario —respondió, estirando su brazo para agarrar un pequeño aperitivo, pero sin llevárselo a los labios—. Pero el segundo creo que no te debería de interesar tanto. Tenía asuntos pendientes y aunque en el último año los he esquivado a toda costa, finalmente he cerrado un capítulo. El hombre no se había alejado del mundo mágico por placer, sino por sus temores. Aunque podría asegurar que tan sólo existían un par de vidas que conocieran cuáles eran, no se detendría a explicarle al hombre todo lo que había hecho en su periodo de ausencia, y era mejor mantener en secreto todo aquello. De todas maneras, agradeció que Zack tenga aquella pizca de sinceridad y se muestre algo "preocupado" por él. —Además que prefiero aceptar lo que venga, sin camino fijo aveces es más divertido —mencionó, para aligerar un poco el comentario anterior, que se podía sentir algo serio. Sin más, se llevó el aperitivo a la boca y lo saboreó unos instantes mientras Zack respondía a la pregunta que había quedado en la habitación por más de dos semanas—. Así que ahora estás en el ojo de la tormenta. De todas maneras dudo que te encuentren culpable, han estado queriendo capturar mortífagos desde hace años y nunca han podido. Y si sucede, volamos el ministerio y asunto solucionado. Una sonrisa se dibujó en el rostro del castaño al imaginar una escena así. De todas maneras no sería la primera vez que el ministerio es atacado. —Hablando de explosiones y eso, ¿cómo cuando veré algo de acción? Les falta un buen escarmiento a ese grupo de inútiles que vinieron a robar y a lanzar improperios a diestra y siniestra.
  13. Su rostro salió de la oscuridad, seguido del resto de su cuerpo. El castaño acababa de tener una de las conversaciones más largas y significativas de su vida, y aún se encontraba de pie; lo cual agradecía. Su estado mental era bastante difícil de explicar, estaba exhausto y tan sólo quería una copa de trago y un cigarrillo. Aunque no era el mejor lugar para llegar en ese momento, sabía que las cosas se mantendrían como estaban por al menos un par de semanas, quizás más adelante las cosas cambien, pero ahora prefería alejar ese tema de su mente. La marca que desde hacía cinco años llevaba en el brazo nuevamente palpitaba a la par de su corazón. Aunque oculto de la vista de los inescrupulosos, la marca pedía a gritos arder nuevamente como en las mejores épocas del castaño, cuando había aprendido tanto que ahora añoraba aquellas situaciones. Aunque las cosas debían darse a paso lento, lo mejor era tranquilizarse, relajarse y olvidar. Ya había logrado bastante en el poco tiempo que se encontraba de regreso, y estaba contento con ello, pero sabía que lo más difícil recién estaba por comenzar. Descendió las escaleras lentamente y cuando sus ojos se posaron sobre el vestíbulo, recordó la última vez que había estado en aquel lugar. Los malditos fenixianos habían ingresado acusando tanto a su hija como a su amigo de ser mortífagos, y aunque era verdad, no sabía porqué habían tenido tanta autoridad en ingresas así a su hogar y hablarles como les pegó la gana. Definitivamente el Ministerio de Magia con su reforma había alcanzado lo que tanto quería, empezar a juzgar a los magos que no pensaran como "se debería" según ellos. Mugrientos mugglelovers. ¿Que habría sucedido con aquello? Leah y Zack habían salido corriendo detrás de ellos al enterarse que la Katana del segundo había sido robada, pero no supo más de ellos, o al menos de Zack, ya que de la Atkins si que sabía, ahora más que nunca. ¿Se lo habrían llevado al ministerio para sentenciarlo? ¿O los habrá partido a la mitad con su arma mágica? Lo segundo era mucho más probable. —Que será de su vida, señor... —musitó, abriendo una botella de whisky y sirviendo una buena cantidad en un vaso geométrico. Siempre que quedaba con el muchacho para conversar algo pasaba, por lo que prefería no citarlo ya, odiaba dejar las cosas a medias, y ya habían sido varias veces las que había ocurrido eso. Tomó un buen sorbo del alcohol mientras avanzaba lentamente hasta el sofá, en donde se recostó ligeramente cerrando los ojos y colocando su pulgar e índice en su frente, de modo que cubría sus ojos de la luz cálida de la araña que colgaba del techo. Tenía muchas cosas en que pensar, pero las dejaría para después, para un momento más adecuado. —Tráeme una botana —murmuró sin abrir los ojos, sabiendo que un elfo estaba cerca, o al menos debería de estarlo para servirle. Espero unos segundos en silencio y cuando sintió un ligero golpe metálico abrió los ojos para ver como la criatura depositaba el pedido frente a la mesa de vidrio. Estiró el brazo y cogió un par de los bocadillos y se los llevó a la boca.
  14. Regresó a la primera planta y avanzó hasta el mostrador. Los clientes no estaban concurriendo como era usual, por lo que se sentó y esperó a que alguien llegue para poder aceptar las compras, aunque en algunas ocasiones les gustaba cuando ya no tenían el producto, era menos trabajo y era lindo rechazar a las personas (?) Pero aquel día habían llegado nuevas existencias, y de las que se habían acabado dudaba que alguien quisiera adquirirlas. La gente ya se cercioraba más de saber si estaban o no disponibles los bienes que querían. — Buenos tardes —saludó a Sally mientras le recibía el pergamino. Los datos estaban correctos y sin más se lo aceptó, firmando y sellando el pergamino con tinta—. Todo en orden señorita, gracias por su compra —musitó, entregándole una bolsa con los dos objetos que había comprado. Luego de llegar otra cliente, esperó que llene el formulario y lo tomó. Los datos estaban correctos, por lo que lo selló y firmó también — Todo en orden Bodrik, gracias por tu compra —le entregó una bolsa mucho más grande que la que le dio a Sally, ya que la capa era mucho más voluminosa. ~ * ~ Gracias por comprar *-* Sally, todo genial, aprobado. Bodrik, de la misma manera, aprobado.
  15. Se sentó unos minutos mientras saboreaba una de las mentas que se había comprado por la mañana. El Mall aun estaba con pocas personas aquel día, pero de todas maneras permaneció cerca del mostrador en caso que alguien se acercara, de todas maneras necesitaba estar cerca si quería ganar dinero porque su bóveda cada vez estaba más pobre... (literalmente si quedé pobre u.u) Y aprovechando que no había otros empleados cerca, se lo permitía. Su espera resultó ser más corta de lo que esperaba, ya que sin más entró un mago que no veía hacía algunos días. —Buenos días Ishaya —saludó al mago mientras este llenaba su formulario. Se le notaba algo molesto, o extraño por decirlo. Su actitud siempre era bastante enérgica y social, pero ahora estaba mucho más reservado que de costumbre—. ¿Un mal día? —preguntó, no con afán de interrogar al hombre, sino para tratar de ayudar. Revisó el formulario y como siempre todo estaba correcto. Sacó el pequeño sello del concilio y un pote de tinta roja, para sellar y luego firmar con una pluma bastante larga el pergamino del hombre. —Todo en orden, tu compra está aprobada —y sin más tomó otro pergamino para llenarlo él mismo, aprovecharía el tiempo para comprar compulsivamente como Ishaya hace un mes (?) ID: 36928 Nick: Derek Lúcien Nivel Mágico: III Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylati...e-derek-lucien/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylati...e-derek-lucien/ Fecha: 2016-04-03 Nombre del producto: Poción para olvidar Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 P Precio: 2000 G Precio total: 2000 G Total de Puntos: 40 ~ * ~ Ishaya, gracias por comprar, lamento las molestias que te ocasionaron u.u Derek, idem (?
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