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Etoile Black

Magos
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Acerca de Etoile Black

  • Cumpleaños 08/08/1994

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    2
  • Rango Social
    Unicornios de Bronce
  • Galeones
    10586
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Familia
    Triviani
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Demonio
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    20
  • Puntos de Poder en Criaturas
    0
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Conocimientos
    - Pociones
    - Artes Oscuras
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Slytherin
  • Género
    Female

Contact Methods

  • Yahoo
    danna_etoile@yahoo.com.mx

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Reputación

  1. - ¿Realmente quieres que hable sobra la igualdad de géneros que ahora existe? – Preguntó burlona y estiró uno de sus brazos para alcanzar una fresa. Mientras la bañaba en chocolate prosiguió. – Digamos que las “leonas” no son las únicas fieras capaces de entrenar a sus crías, de igual forma el “león” no tiene porque andarse de aquí para allá. – Soltó con un dejo de enojo ante la situación y procedió a comerse la fruta, sin embargo, el vampiro supo cómo tranquilizarla, aquel susurró en su oído creo una pequeña descarga eléctrica en los brazos de la Triviani, haciendo que se ponga un tanto nerviosa por él. - Supervivencia… eso es lo que aplico contigo – Susurró la rubia observando detenidamente cada movimiento del Gryffindor. Aquel hombre tenía algo que le encantaba a Etoile, ella desconocía el que era, pero desde años atrás habían tenido una larga amistad la cual entre citas y convivios iba dando la vuelta hasta dejar a la rubia enamorada. Etoile extendió su brazo izquierdo para agarrar una de las fresas, cubrió la punta con el chocolate y le dio la primera mordida con tanta delicadeza; comenzó a escuchar la melodía que el hombre había aprendido y lentamente movía su cabeza al compas de la canción. Tras el paso de unos minutos, antes de escuchar el final de la melodía, la ojiverde decidió ponerse de píe y se acercó al chico para sentarse a un costado de él, en el banco del piano. Quedó observando detenidamente las facciones del vampiro, definitivamente le gustaba tocar el piano. En cuanto la melodía finalizó Etoile tomó la palabra – Te daré una recompensa por lo que estás haciendo… - Susurró nerviosa, seguido levantó sus brazos y sujeto con ternura el rostro de su acompañante, la rubia acercó su cuerpo al de él, al igual que sus rostros hasta juntar sus labios y tener así un primer beso. El corazón de la Triviani comenzó a palpitar tan rápido que sabía que si no se controlaba le pasaría algo, pero igual sabía que ese momento era tan cálido y el mejor de todos… La rubia cerró con lentitud sus ojos, le daba suaves y cortos besos en los labios con ternura, lo que hacía que Etoile comenzara a sentir mariposas en todo el estómago. De repente, la boca de la rubia posó otro beso, aún más fuerte que el anterior, haciéndole abrir los labios, y atravéz de ahí, tímidamente, coló su lengua. La sensación hasta aquel momento era alucinante. Siendo aquel beso muy torpe e inocente, pero para la Demonio era la primera vez que sentía algo tan cálido, tan estimulante como ello… era su primer beso. ** @@Kris Gryffindor
  2. El desayuno se encontraba listo, su aspecto era completamente antojable por lo que agarró con prisa los cubiertos y comenzó a comer de ello con algo de ansias. De un momento a otro unos fuertes ruidos y gritos se escucharon, la rubia se extrañó de ello ya que pensaba estar sola en aquel Castillo, prosiguió con otro bocado de su desayuno y las ganas de averiguar que pasaba le ganaron. De un salto se puso de píe, tomó una servilleta de tela y la pasó por sus finos labios para retirar el sobrante de comida. Arregló su cabello a un costado de su cuello y levantó un lado de su bata para sacar su varita; prosiguió su camino hacia el salón, donde los gritos y la presencia de varias personas se podía gozar. Enarcando una ceja observó detalladamente hasta que descubrió el detonante del caos. Aquel enojo que hace tanto no sentía se hizo presente con la Ravenclaw, frunció suavemente los labios y después se dibujó una sonrisa en ella. - ¡Expelliarmus! – Exclamó la rubia a la chica que estaba a nada de lanzar un maleficio a su padre. La varita de aquella joven salió disparada antes de poder hacer algo con el Ravenclaw. Etoile observó donde cayó y decidió dejarla por ahí. -A ver, persona petulante… He querido tener un momento de relajación en éste castillo y gracias a tus chillidos de animal lastimado no lo conseguí – Exclamó la pelirubia acercándose a Keaton, quien pasaba por sus momentos de locura y transformación extrema, se colocó frente de él y sujetó del brazo a la asiática, que de un abrir y cerrar de ojos se encontraba nuevamente en el suelo – Eres tan pesada que me das asco – Confesó Etoile. Al tener en cuenta que la asiática no contaba con su varita, se giró y ayudó a su padre a ponerse de píe – Ni un momento me das contigo de paz, pero para los pleitos eres bueno… - Susurró al oído de Keaton y giró nuevamente frente a la otra joven. - ¿Quieres decir algo… - Comenzó a bajar su voz y tomó una pausa para observar de píes a cabeza a la chica- Niñita? – Finalizó esperando una respuesta. @@@Keaton Ravenclaw
  3. “No como esta noche lo haremos…” esas palabras no saldrán tan fácil de la cabeza de la Trinviani, quizá generaría dudas o simplemente estarían ahí haciéndose presente y alterando las palpitaciones del, ya no tan, frío corazón de la Demonio. Etoile se limitó a sonreír levemente entre su nerviosismo, observando ansiosa la sonrisa pícara de su acompañante. Al ver que el Vampiro extendió su brazo, la rubia lo rodeo con uno de los suyos lentamente, la tentación de hacerlo aprisionado con el cuerpo de la Triviani era demasiado grande, pero se tenía que comportar, ya que en ese momento desconocía muchas cosas del Gryffindor. La pareja prosiguió con su camino a la puerta principal de la Mansión y escuchó atenta a las palabras que él externaba. – En lo personal… no lo considero un animal exótico, para mí es un animal común – Comentó soltando una pequeña risita, luego de humedecer sus labios con su propia saliva prosiguió – Me gustan más los animales extraños, que no utilizan la fuerza bruta o presumen de tenerla, cuando después resultan ser todo lo contrario… - Antes de seguir observó al Gryffindor con cuidado. – Aunque si quieres ser un león en algún lado, quizá pueda cooperar con eso – Finalizó apretando el brazo de su acompañante contra sus pechos. Cuando se dio cuenta, se encontraban de frente a la puerta de la Mansión, ambas se abrieron en cuestión de segundos por el Gryffindor, procedió a soltar su brazo y adentrarme al lugar. – Creo que necesitaré más de un pergamino para darle… - Comentó sonriente a su comentario mientras comenzaba a recorrer con la vista el lugar, quitó lentamente de su túnica y la asentó sobre un perchero que se encontraba a su costado. El Gryffindor lanzó un comentario el cual la rubia escuchó atenta. - Pensé que sabías – Comentó con una sonrisa en su rostro y dando unos pasos hacia su compañero. – No soy buena con el piano, sino con el violín – agregó. En cuanto tuvo de frente al joven analizó cada pisca de sinceridad y a la vez picardía en su mirada, lentamente la rubia se acercó aún más al Vampiro a tal grado de que sus rostros se encontraban a muy pocos centímetros; comenzó a entreabrir sus labios lentamente dio pequeños roses a los labios de su compañero y entre su intento de seducción, sin querer, apretó una tecla del piano el cual hizo que se separen de golpe. ¿Tú realmente sabes tocar el piano? – Preguntó curiosa mientras caminaba hacia un sofá que se encontraba frente al piano. Eso era lo único que la Demonio podía hacer debido a que cometió su vergüenza del día en el intento de besar a su acompañante. Tomó asiento y cruzó las piernas para ponerse cómoda, agarró una de las almohadas, que, aunque sabía que eran de adorno a ella le gustaban abrazar, por lo que se la colocó en el estomago y cruzó sus brazos sobre ella. << Eres realmente una tonta… ¿tanto tiempo estando sola como para dejar la torpeza?>> Se preguntó a si misma perdiendo la mirada en el suelo por un momento. Sacudió la cabeza y se limitó a sonreírle al Gryffindor. - ¿Tienes mi bocadillo favorito? – Preguntó con inocencia y esperó por un momento. ** @@Kris Gryffindor
  4. ~ Castillo Triviani ~ Todo el Castillo tenía un ambiente muy poco común, abundaba la tranquilidad. Los gritos de los familiares, las maldiciones y gemidos se hacían escuchar todos los días en el lugar, todos se terminaban acostumbrando a eso a excepción de una persona, la única hija de Danyellus, Etoile. Aquella integrante se encontraba encerrada en su habitación por gusto propio, odiaba convivir con la mayoría de sus familiares, por lo que optaba por lo más fácil, quedarse en su habitación y ser solo su elfo y ella. El lugar en donde se encontraba era completamente lo opuesto al resto del castillo; las paredes eran blancas, todos los muebles de madera de Sándalo, los ventanales tapados por finas telas de seda de color blanco al igual que las sabanas de su cama. Solo sus muebles para sentarse tenían detalles de color rojo vino para hacerse destacar. A la izquierda de la habitación había una puerta de madera más, esta dirigía al baño, donde la Triviani se encontraba secando de su cabellera rubia de una forma poco peculiar, parecía que se secaba mechón por mechón y perfeccionaba más de lo normal sus rizos. Su cuerpo llevaba una salida de baño de color negro la cual se parecía al vestido que la Demonio tenía, debajo de ella se podían ver sus pies sin calzar. Enseguida la joven apagó la secadora de cabello, la colocó en una base en la pared y llevó sus manos a su cabello para darle los últimos toques de volumen. En cuanto salió de su baño vio a su pequeño elfo abriendo su puerta, elevo levente una de sus cejas para enarcarla y quedó en silencio para escuchar a Kiuksen – El joven Kris Griffyndor está en su espera – La rubia asintió con la cabeza y tomó asiento en la silla frente a su tocador, prosiguió con sacar unas zapatillas de tacón en color negro y se las fue colocando con elegancia. Al finalizar con ella se incorporó y dio un último vistazo a su escultural cuerpo. Lo único que ella veía era como se le marcaban sus deseadas curvas en aquel vestido tan entallado, el escote de su espalda dejaba a ver más piel de la normal con un entrelazado de cintas para adornarlo, por la parte de frente un escote en “V” dejaba a relucir las dos perfectas y buenas razones que a ella le encantaba presumir. Tomó de su cama una gabardina con peluche en el cuello el cual le cubriría lo suficiente del frío, más a propósito se lo dejó hasta los hombros para que su acompañante pudiera ver lo que se llevaba a pasear. La rubia salió de su habitación, no sin antes cerciorarse de que su varita se encontraba en sujeta en su pierna por una faja de cuero negro, seguido de eso siguió su camino hasta las escaleras de mármol. Desde la mitad de ella pudo ver al vampiro con media docena de rosas en los brazos, la demonio comenzó a sentir un calor en sus mejillas pero prefirió ignorar el aspecto que estaba teniendo. En cuanto llegó frente a él formó una sonrisa única en su rostro – Gracias por pasar por mi – Comentó colocando una mano en el hombro del joven y acercándose a él depositó un beso en su mejilla, dejando labial rojo con la forma de sus labios en él – Y también agradezco el detalle – dijo soltando una risita y tomando las seis rosas entre sus manos para olerlas lentamente. Sus ojos verdes volvieron a tomar esa chispa de picardía ya que había pasado bastante tiempo de que tenía este tipo de trato. - ¿Nos vamos? – Preguntó sujetando del brazo al vampiro, de reojo observó a su elfo y éste siguió con sus obligaciones diarias. Algunos pasos después del castillo la pareja desapareció. ~ Mansión de la Familia Gryffindor ~ Los jóvenes aparecieron en el jardín de la mansión gracias a la habilidad del vampiro. Etoile recorrió su alrededor con la vista y sonrió levemente, no sabía que comentario hacer o donde dirigirse, puesto que su compañero estaba algo silencioso en ese momento. – ¿Se considera un honor el estar en este momento contigo? – Preguntó la Triviani posando las yemas de sus dedos en la mejilla del vampiro para comenzar a retirar el labial que le había dejado. – O ya han sido varias... – comentó burlona y esperó los movimientos del Gryffindor para proseguir. ** @@Kris Gryffindor
  5. Mi madre como siempre me dejó sola en mi casa haciendo todos sus deberes, después de horas de limpieza llegó mi primo paterno, Jake. Ese mismo día fue el peor de toda mi vida, Jake empezó a arrimarse demasiado a mi, su cara me causaba terror, me agarró con todas sus fuerzas y comenzó a poner sus manos dentro de mis jeans y mi blusa, núnca en mis doce años de mi vida había sufrido tanto, núnca pensé que alguien perdiera toda su infancia a los doce años. Al llegar mi madre no pude contarle, ya que ese ser humano insignificante pudiera arruinar mi vida con tan solo un acto de cobardía. Después de ese día Jake seguía llegando a mi casa, no sabía a qué exactamente pero no quería averiguarlo ni siquiera contemplarlo, así que me oculta en mi armario, y así pasé todos los días de lo que se puede llamar infancia hasta ahora. Ese recuerdo, ese maldito recuerdo burlándose de mi en mis sueños. Desconocía el como pude permitir que pasara eso, pero claro estaba que yo no contaba con la suficiente fuerza como la de ahora, era tan sumisa, tan débil… que ahora el simple hecho de recordarlo me provoca asco. Ya era momento de dejar atrás el pasado y fortalecerme para el futuro, uno mejor. *~ Al chasquear un par de dedos mi elfo apareció de inmediato, realizó una reverencia y con la cabeza inclinada preguntó - ¿Me llamaba señorita? – Levemente temblorosa de la voz le respondí – Si, me interesa saber si hay alguien en la mansión, no tengo humor de toparme con gente que no conozco y que extrañamente ha estado llegando aquí como “familiar” – Respondí con cierto asco en la última palabra. Kiuksen negó con la cabeza y de inmediato me incorporé de mi cama, coloqué una fina bata de seda sobre mi cuerpo para tapar mi pijama y realicé un pequeño moño en la parte delantera de ésta. Le hice una seña hacia la cama y él entendió lo que debía hacer. Proseguí con mi camino hacia las afueras de mi habitación, por un momento recorrí con la mirada a mi alrededor y al parecer no había nadie. Relaja proseguí a bajar por las escaleras, acomodé mi rubia cabellera a un costado de mi cuello y continué hasta llegar a la cocina. – Demonios… - pensé en mis adentros y comencé a acariciar mi pierna izquierda hasta sentir una faja, aquella que sujetaba con fuerza de mi varita. No podía separarme de ella. Tomé asiento frente a la barra de comida y Kiuksen apareció nuevamente frente a mí, se dirigió al refrigerador y sacó una que otra cosa para preparar el desayuno. En espera de la comida continué observando el lugar, algo se me hacía pesado e incómodo, realmente desconocía que o quien era.
  6. Justo en ese momento sentía que iba demasiado rápido, no me daba tiempo ni de responderle a sus preguntas, por lo que me pareció de lo más gracioso y tierno, definitivamente estaban emocionados por tenerme en casa. Justo hubo una pregunta que movió mis dudas, regresar a trabajar en el Ministerio… -Bueno padre… que te puedo decir, quiero hacerlo la verdad, pero en otro departamento, donde me encontraba era realmente cansado y aparte no pasaba nada interesante – Solté sinceramente, inflando un poco mis mejillas como un berrinche. Sacudí un poco mi cabeza para caer en cuenta de lo que hablaba Keaton, estudios? De nuevo?. Como acto de reproche crucé mis brazos sobre mi pecho y ladeé un poco la cabeza. - ¿Nuevamente quieres que esté en la Academia? Acabe… Es lo que me importa – Solté una pequeña risa y me reacomodé en el sofá para tener la posición adecuada. – Está claro que seguiré estudiando, pero eso de estar haciendo las dos cosas… será complicado. Bajé un poco la mirada y observe mis botas algo manchados por el lodo, suspiré y comencé a moverlos haciendo que choquen entre si, sonreí por encontrarle el lado divertido a las cosas y pregunté con cuidado. - ¿Cómo vas con la vida amorosa? – Observe como mi padre se tensó y mi abuela soltaba una risita de burla.
  7. En cuanto me adentré a la habitación noté un poco tenso a mi acompañante, sus palabras eran titubeantes, como si se excusara, lo que me dio ternura que otra cosa. De momento me enseñó el libro que llevaba en su mano izquierda, ladeé la cabeza unos centímetros y logré leer el titulo con claridad. – Interesante… tus gustos no cambian. – Sentencié – Fui a buscar algo de comer, mi elfo está oxidado después de tanto tiempo de no verme – Bufé respondiendo su pregunta mientras sujetaba su mano. Reaccioné enseguida por su señal y comencé a caminar al fondo de la Biblioteca, hasta llegar a unas mesas de lectura; en el pequeño transcurso pude notar como iba guardando su varita lentamente, rodeé los ojos y decidí accionar. En un ágil movimiento me interpuse en su camino, haciendo que su cuerpo chocara con el mío, sonreí traviesa y sujete con brusquedad sus dos manos, haciendo que tirara todo lo que tenía agarrado, giré con el apegado a mi cuerpo sobre nuestro propio eje y de un momento a otro él ya se encontraba contra la mesa y mi cuerpo. - ¿No crees que estás exagerando un poco tu alerta?... Digo, estás conmigo… en mi hogar y la única persona peligrosa que hay en estos momentos soy yo… por las increíbles ganas que tengo de… – Comenté paseando mi mano derecha sobre su nuca y parte de su cabello, manteniendo tan de cerca posible su rostro del mío para poder observar la comisura de sus labios tan dulces. – De comerte… - Complete mi oración comenzando a agitarme. Me encontraba fuera de mi en estos momentos. Al caer en cuenta de la escena que estaba causando quería detenerme, pero a la vez no. Mis mejillas se sentían acaloradas, por lo que suponía que me encontraba sonrojada, comencé a pasear mi otra mano por su pecho hasta llegar a su estómago y detenerla en el broche de su cinturón. Sonreí nerviosa – No crees que… te estás tardando en pedirme algo? – Pregunté con la voz más tierna que pude sacar en ese momento, tratando de ocultar mi deseo y el placer que estaba dispuesta a darle al vampiro.
  8. Tan solo había dado unos pasos cuando de repente unos brazos me rodearon el cuerpo, apegándome a un cuerpo cálido y musculoso. Sin más correspondí el abrazo, era un momento único ya que no me había sentido tan protegida desde muchos años atrás, tan solo deseaba que eso vuelva… suspiré. -No se preocupes por lo sucedido – Comenté, sabía que le costaba ser allegado de esa forma, por lo que no le exigía de más a mi padre – Yo… lamento haberme ido sin decir nada, ni dejar una nota… - Musité, comenzaba a sentirme incomoda. Escuché atenta sus palabras referente a quedarme en casa y no pude evitar la sonrisa de ternura que guardé por mucho tiempo. Moví la mirada por la habitación y observé al fantasma, aquella parecía querer llorar y abrazarme de igual forma, sin embargo los fantasmas pasaban un peor momento en situaciones así. – Hola abuela, tiempo sin verle – Saludé, ella se puso a girar sobre su propio eje por lo que entendí que expresaba una alegría a mi llegada. – Bueno… experiencias… han pasado muchas, a decir verdad, hice un recorrido magnifico por Ámsterdam, estuve estudiando criaturas extrañas en ese lugar, pero andaba con mucho miedo por eso de los bandos… - Comenté susurrando casi lo último. -Como sabrá, no pertenezco a ninguno por ahora, pero al hacer el cambio casi me mataban del enojo – Reí un poco y agaché la mirada avergonzada – También conocí a un chico… y bueno, estoy en una relación rara con él, aun no es nada serio aún – Me adelanté a decir, sabía que a Keaton no le gustaba que hablara de ese tema, como buen padre. Me incliné un poco y sujeté la copa que yacía sobre la mesa frente mío, lentamente la moví y bebí un sorbo del líquido. – Usted no tiene buen semblante… - Comenté fijando mis ojos sobre Keaton. @@Keaton Ravenclaw
  9. *Asoma una pierna* .... *Asoma un ojo* .... *Asoma medio cuerpo* °// Buenaaaas, gente querida de... el foro(?), milenios sin pasarme por acá, por lo que ya me urgia xD jajajaja literal... bueno, vine a pedir mis permisos, otra vez, ya que hace tiempo, por ahí del 2015 los pedí nuevamente y ni me leyó u.u... pero me dijeron "pásate por allá" y yo de "bueno..." y henos aquí :3. Espero que la resistencia de algunos no continue xD he madurado, lo juro(? Nick: Etoile Black Nombre: Danna Edad: Mi pj: 22, yo... 23 v.v Fecha de cumpleaños: 08 de Agosto del 94 País: México, Yucatán Skype: danithe.rodriguez :v creo...
  10. ---- Por ahí… Tras pasar los años todo cambiaba, sin embargo la imagen que emanaba la peli rubia era realmente sorprendente, nada le había cambiado, claro… hablando de lo físico, pero su mentalidad había dado el giro a la adultez, los malos ratos como el insomnio, faltas de apetito y soledad han hecho de ella un ligero problema. << ¿Has pensado en regresar?>> Me preguntaba Denaly, actitud e inner que había heredado de mi olvidadizo padre Danyellus. - ¿Para qué regresar?... – Solté observando los rayos de sol que dejaba pasar los racimos del árbol cercano, aquellos rayos comenzaban a ser más débiles cada hora debido al atardecer, mi momento favorito… -No creo que se preocupen por mí, es más, dudo que se acuerden… - Solté con un dejo de tristeza. – Pero si me lo pidieran… si lo haría – Declaré. Levanté lentamente uno de mis brazos y extendí la palma de mi mano para hacer un poco de sombra a mi rostro, a pesar estar en un parque con muy poca gente, me gustaba actuar normal aunque no todo lo fuera. En segundos un ave se comenzó a pasear por los cielos, como si buscara algo o alguien… -Esa cosa… se me hace familiar – Dije analizando a lo lejos aquella figura. Se trataba de una lechuza, aquella ave sorprendentemente noble y guiador. Ésta se posó a un costado mío e hizo su peculiar ruido. Le observé por un momento, aun acostada en el césped y me percaté de lo que estaba sucediendo. Ágilmente me incorporé sobre el mismo lugar y crucé mis piernas para poder sentarme frente a la lechuza, extendí mi mano y esta simplemente depositó una carta, era de mi padre. “Querida Etoile… Ha pasado mucho tiempo desde tu última visita, he querido evitar el dolor de un padre ausente pero me temo que eso ha fallado, no ha sido mi intención. Discúlpame por no estar cuando tu más lo requieres… pero ahora estoy y te pido que regreses, tu abuela Rowena te extraña, al igual que yo, por lo que estamos en tu espera y con las puertas abiertas. Te quiere… Keaton Ravenclaw.” Observe a mí alrededor mientras que cuidadosamente guardaba esa carta, para que en cuestión de minutos desapareciera del lugar. ---- Castillo Ravenclaw Un “crack” sonó afuera de los terrenos de Ravenclaw, había aparecido por los rumbos nuevamente. La capa que llevaba puesta se ondeaba por pequeños momentos debido al aire del atardecer, era normal… suspiré. -Veamos que ha pasado… Quizá ya hasta tiraron mi habitación – Bufé. Mis piernas comenzaron a moverse y atravesé con delicadeza la acera del jardín, paseé los dedos de una de mis manos sobre mi muslo hasta sentir la punta de mi varita, era una tontería, pero no me importaba prevenir. Coloqué la otra mano sobre el cerrojo de la puerta y empujé. El olor tan familiar de años se encontraba muy fuerte, pestañeé hasta conciliar un poco la vista, debido a que el castillo estaba algo oscuro, y logré encontrarlo. Ahí estaba él… sentado sobre uno de los muebles del recibidor, su semblante serio y fino continuaba siendo el mismo, cosa que no me extrañaba. – He llegado… - Declaré con pena y nerviosismo, quitándome la capa de viaje y dejando a la vista una vestimenta sencilla, unos jeans y una camisa de manga larga blanca.
  11. -Tengo muchas dudas sobre ti en éste momento… - Susurré con una tierna sonrisa dibujada en el rostro – Pero no es el lugar adecuado para hacerte estás preguntas – Continué sujetando un poco más fuerte su mano, aquella sensación la había olvidado por completo, gracias a él la satisfacción regresaba a mí. - ¿Me acompañas? – Pregunté. Con solo ver que el Gryffindor asentó con la cabeza proseguí a alejarlo de la sala, mis pasos no eran apresurados, pero en ese momento prefería que lo fueran ya que había logrado escuchar unas voces detrás de la puerta principal y para mantenerlo seguro era mejor alejarlo de allá. Lo guié por un pasillo un tanto oscuro, la única iluminación que se tenía era por unos candelabros que estaban a nada de apagarse, ya que las veladoras se encontraban gastadas. Pasos después nos encontrábamos frente a una puerta de madera con detalles grabados, coloqué una de mis manos en la perilla y la giré, seguido la puerta se abrió y en su movimiento nuestros cuerpos se iluminaron con una luz cálida, di unos pasos adelante y jaloneando el cuerpo de mi acompañante para que confiase en mí. – Aquí te sentirás más seguro, Kris – Sentencié dándole paso a la enorme biblioteca que guardaba la mansión Triviani – Éste es mi lugar favorito, puedo pasar horas y nadie interrumpe, es como si supieran que no hubiese nadie, cuando la realidad es otra – Sonreí levemente y solté una de sus manos por un momento. – Espérame aquí y ponte cómodo, ya regreso. – anuncié. Deposité otro beso sobre sus suaves labios y abandoné con nerviosismo la biblioteca, cerré la puerta detrás de mí y proseguí con un paso veloz hacia la cocina, en cuestión de segundos encontré a mi elfo allá, ladié un poco la cabeza y reí para mis adentros. <<Éste i****** no está haciendo nada, como siempre…>> pensé para mis adentros. – Kiuksen, lleva unas fresas con chocolate a la biblioteca y unas tazas con té caliente, ahora – Ordené para salir del lugar con la misma. Tras pasar nuevamente por la sala continuaba escuchando esas voces de afuera, una de ellas era fácil de reconocer, Candela, mi adorada y algo… de la familia, por lo que elegí no preocuparme, continué mi camino sin preocupación alguna hasta llegar nuevamente a la biblioteca, di unos golpesitos en la puerta y abrí lentamente -¿Todo bien? – Pregunté asomando la mitad de mi cuerpo tras de esa.
  12. Nunca, en mucho tiempo, había logrado sonreír como en este momento, sentía claramente como mis mejillas se calentaban por lo que era de imaginarme que estaba sonrojada, ¿acaso esto era por su tacto? Mi cabeza comenzaba con sus vueltas e historias, tenía que parar eso de una forma u otra, pero para no ser grosera correspondí debidamente su saludo, aunque mi deseo sea otro. – Puedes ignorar a ese pequeño – Reí por un momento y al ver la incomodidad de mi compañero le lancé una mirada fulminante a la criatura, ésta entendió y se marchó refunfuñando. -¿Por qué no serías el más indicado? – Pregunté curiosa dando un paso hacia él, sujete lentamente una de sus manos, siendo ésta tan cálida y reconfortante. – ¿Acaso quieres ocultar por más tiempo todo… eso?- Curiosié. Mi otra mano se posó sobre su saco, lentamente comencé a acariciar de su pecho sobre tanta tela, siempre sin desviar mi vista de la suya. -¿O es nuevamente otra persona más? – Susurré, con esas palabras lo decía todo, lo quería solo para mí, ni si quiera pensaba compartirlo nuevamente con sus hijas, ese era otro mal momento por el que no estaba dispuesta a pasar. Sin pensarlo y estando tan cerca de él deposité un beso sobre sus labios, algo que nunca había hecho durante tantos años de conocerlo. Aquella sensación me reconfortaba ya que lo imaginado se había hecho realidad y sus labios eran tal cual lo imaginaba, decidí soltar su mano y pasar mis brazos por su cuello para traerlo más a mi cuerpo, mis labios junto a los suyos jugaban traviesa y tiernamente, haciendo pequeños y conocidos ruiditos. Era a él a quien realmente necesitaba, me sentía tan segura y completa que no quería separarme.
  13. Todo había cambiado y eso no se le discutía a nadie... aspiré lentamente un poco de aire y lo solté con la misma, pasé mis manos por mi rostro y la descubro de las sábanas, los rayos del sol dieron directamente contra mi, lastimado por un momento mi vista. Pestañeé rápidamente y bostecé. « Es momento... » Suspiré. Tras pasar unas horas salí completamente de la habitación, mi cabello se encontraba sujetado por un lazo negro, haciendo con ello una coleta, la parte de mi cuerpo estaba cubierto por un vestido negro y largo, éste se abría en el pecho y espalda dejando un escote bastante seductor, aun más abajo había una abertura que llegaba a mi muslo, dejando ver claramente una tira negra y mi varita sujeta en ello. Bajé por las escaleras lento y pausado debido a la poca prisa que tenía por llegar al comedor a hacer nada, de repente algo llamó mi atención, tocaron la puerta. - Kiuksen ve - Ordené a la criatuna orejona. Inmediatamente el elfo salió para allá y abrió la puerta como le ordené. Ahí estaba él, parado con su bella e irresistible sonrisa, tan iluminado y bien formado... - Cuanto tiempo sin verte Kris... - Comenté de forma audible para él desde el lugar donde estaba.
  14. *Llega barriendo el polvo* :v A ver, a ver, a ver... ya que Keaton me sacó del árbol, tengo que regresar nuevamente a hacer todo éste show u_ú los odeo a todos(?), no confió en que sería activa T_T y lo fui, me aparecia, pero nadie roleaba conmigo :v soo.... xDDD me fui jajajajajajaja y ya saben, trabajo + uni = poca vida ;___; amaaaa ya me quiero graduar xD jajajajajajaja (si, todo por sacar las 3 lineas) XD Ok ya, exijo mi matriarcado u_ú siento que sería la abuela regañona de todos, aunque ni hijas tengo y ando ahí pu..... xD jajajajajajja bastaa!, acá estoy, dejaré ésto: Ficha: http://www.harrylati...e-etoile-black/ Bóveda: http://www.harrylati...e-etoile-black/ y bye los amito!!
  15. Buenas, he venido a exigir mi lugar en el árbol genealógico de la familia u_ú como hija ÚNICA de Danyellus - saca su estandarte y lo coloca en la cabeza de alguien(??)- También dejo el link de mi ficha y mi bóveda e_e la verdad he olvidado como se ponen esas cosas, pero aquí te los dejo normal: Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/85624-ficha-de-etoile-black/ Bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/97916-boveda-de-etoile-black/ Ay u_u entiendanme, persona que ha dejado el foro por más de 4 años se le olvidan las cosas xDDD Gracias y chaito °°

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