La clase había dado inicio. El castaño no sabía mucho de los temas que se estaban tratando pero sabía más de algo, no estaba tan perdido como creía antes de iniciar. Aunque sabía las primeras respuestas, se había quedado callado prestando atención a las palabras de Sally que, por la expresión de la profesora, eran más que correctas. Sonrió a la alumna en gesto de aprobación y amabilidad.
Al parecer, los principales temas a tratar en clase serían los venenos y antídotos para los mismos. Un tema muy poco conocido por él, pero sin duda: uno de los que más le atraían del curso. Se quedó en silencio, con los brazos cruzados, escuchando y tratando de retener todo lo que escuchaba, a la vez que asentía ligeramente con la cabeza.
De pronto, los instrumentos a utilizar volaban por los aires directo a las mesas en las que Sally y Deax estaban colocados. Los ingredientes, de igual manera, aparecieron deprisa delante de ellos. Restos casi imperceptibles de los ingredientes pulverulentos caían de las bolsitas mientras estas se posicionaban cuidadosamente sobre las mesas. Había de todos los tamaños y colores, así también vasijas para depositar la poción finalizada.
Se puso de pie ante los implementos que tenía delante y lo organizó todo para poder tener todo listo a la mano. Sacó la varita de su bolsillo y la dejó al lado del caldero. Al mismo momento, las instrucciones de la profesora salían rápidamente de su boca –Un segundo… –se detuvo. Las indicaciones de Heliké habían sido tan rápidas que seguirle el hilo había sido un poco complicado tanto para él, como para Sally que le había detenido segundos antes.
Sonrió para sí, e intentando recordar con exactitud todo lo que la profesora había dicho, inició con la preparación de la poción. Puso el mechero con flama baja, después de poner cierta cantidad de agua dentro del caldero –Creo que debería tomar apuntes al igual que tú –dijo a Sally mientras machacaba el bezoar dentro del mortero –sería todo más fácil de recordar –soltó una pequeña risa.
Se detuvo al momento de observar un polvillo fino de bezoar dentro del mortero. Colocó la cantidad indicada del mismo, así también siguió cada uno de los pasos que antes había mencionado Heliké, con un poco de dificultad para recordarlos pero nada de qué preocuparse ya que si olvidaba alguno de ellos, podía pedir ayuda.
Los minutos pasaban rápidamente mientras agregaba los ingredientes, pero mientras dejaba reposar a fuego medio, los veinte minutos se hicieron un tanto largos. Pero eso le sirvió para poder repasar mentalmente cada uno de los pasos que debía seguir luego de eso. Mientras agregaba los ingredientes finales, su compañera finalizó su trabajo –Qué rápida eres –dijo amablemente con una sonrisa. Removió la poción en el sentido correcto, las veces necesarias y dejó reposar el líquido ligeramente viscoso y de color verde-azulado que había obtenido –¿podrías también observar la mía?
–Ahora… Había escuchado sobre una modificación de este antídoto. Si no mal recuerdo, uno de los ingredientes que lleva son ramillas de menta, ¿o de lavanda? –Pensó. No recordaba exactamente dónde o cuándo había escuchado de aquello, pero estaba seguro de que llevaba esos ingredientes –O podrían ser ambos. Disculpa mi memoria –sonrió – Y bueno, ¿cuál sería el principal efecto diferente entre estas? –preguntó a Heliké. Volvió su rostro al caldero para notar que el líquido dentro ya estaba enfriándose.