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Danyellus Triviani Malfoy

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Danyellus Triviani Malfoy ganó por última vez el día 29 Enero 2016

¡Danyellus Triviani Malfoy tenía el contenido más querido!

Acerca de Danyellus Triviani Malfoy

  • Cumpleaños 12/06/1991

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    8
  • Rango Social
    Dragones de Bronce
  • Galeones
    20183
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Libros de Hechizos
    Libro del Aprendiz de Brujo (N.1)
  • Familia
    Triviani
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Demonio
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    80
  • Puntos de Poder en Criaturas
    40
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Rango de Criaturas
    10 a 200
  • Conocimientos
    Artes Oscuras
    Idiomas
    Leyes Mágicas
    Pociones
    Encantamientos
  • Medallas
    8000

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Ravenclaw
  • Género
    Male
  • Location
    Mi world :3

Contact Methods

  • Website URL
    http://

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  1. Holi ex profe de Rol Avanzado ❤️ le dejo amor de Halloween

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    En el MP  en el que te etiqueté podrás ver una guía de inicio para inscribirte al bando y si andas algo perdido en el foro podrás orientarte un poco con los nuevos cambios ❤️ 

  3. Yo, como Lord Triviani, y como Il Re Gatto, vengo a darte mi bendición para ser parte de nuestra hermosa y amorosa Familia Afro. Antes de que pase alguien más a darte la bienvenida... *darle:* *la toca con su varita de poder* Y yo tampoco sé cuántas líneas son ni que nuevas reglas locas haya, pero a partir de ahora eres oficialmente Triviani... como tía incestuosa mía o amante de Aly o algo así xDDD *huye* MEOW!
  4. Danyellus pensó que claramente podría enseñarle un par de cosas nuevas a Leah, ya que tenía tanto interés en aprender. Incluso se le ocurrían algunos métodos poco ortodoxos para hacerlo pero al final deicidió callarse. El absurdo enfrentamiento entre Elizabeth y Tauro casi había hecho salir chispas entre las dos mujeres y, al final, la Líder había terminado haciendo volar el invernadero. ¿Para qué se había tomado tantas molestias por crear un caos agradable, si igual todo iba a explotar en pedazos? Todos los pobres duendecillos y pixies habían quedado destrozados. ¿Para qué había soportado a cualquiera de las tres mujeres? El demonio volteó los ojos mientras Elizabeth balbuceaba algo sobre nuevos deberes. La mujer se había ausentado de toda aquella aburrida "clase", ¿y ahora esperaba que hicieran algo? Obviamente, Leah y Tauro desaparecieron sin inconvenientes, lanzandose miraditas romanticonas que él n tenía intenciones de seguir viendo. Esperaba que se divirtieran allí donde fuera que terminaran. Él, por su parte, pensó que aún podría haría algo más divertido así que, tras escuchar las instrucciones de la tutora, desapareció hacia Londres, convertido en una voluta de humo negro... En un callejón oscuro de la capital inglesa, el demonio arrancó la cabeza de un muggle al que debían haber asaltado hacía poco. Justo antes de decapitarlo pensó que tal vez el sujeto aún estuviera vivo pero... ¿qué importaba? Una vez separó la cabeza del cuerpo, se aseguro de sacarle la lengua por entre los dientes y luego puso la cabeza dentro de una bolsa de tela a la que aplicó un encantamiento de expansión. La tela, originalmente blanca, se manchó un poco con la espesa sangre que salía por el cuello de la víctima pero le importó poco. Un momento después se limpió con otro encantamiento y ordenó hacia la nada: - ¡Chuck! Un feo y mutilado elfo doméstico con el típico paño azul que empleaban los sirvientes del Castello Triviani, apareció bizqueando frente a él y haciendo una pronunciada reverencia. - Llévale esto a Elizabeth Malfoy. Dile que fue lo único interesante que encontré en la Londres muggle- Danyellus sonrió - Y dale las gracias por enviar mi Certificado del Conocimiento de Encantamientos a casa. Acto seguido, el demonio apuntó con la varita sobre la bolsa y pronunció -Orienta a este elfo est****o. Su lengua funcionará como una brújula, la punta siempre indicará al lugar al que debe dirigirse- Nadie podía negar que había seguido las instrucciones de la bruja... más o menos. El elfo le llevaría aquel presnete y la lengua del muerto funcionaría como brújula que era lo que ella quería que hicieran con sus varitas así que, una vez terminados los encantamientos precisos, con un chasquido, el Triviani desapareció.
  5. La miró con ansia asesina, enfrentando su cuenca vacía y su ojo azul directamente con los ojos de la peliazul que lo había atacado por la espalda. Pensó por un instante en que si ella le daba permis de destruir cráneos, bien podría empezar por el de ella pero de inmediato apaciguó tal pensamiento. Después de todo, la chica no era solo su amiga y familiar en algún grado, sino también su líder y le debía algún respeto. - Aguafiestas - le dijo a ninguna en particular y se bajó de la mesa en la que se había encaramado, mientras su cabello retomaba su habitual color platinado y sue cuenca derecha se rellenaba con un ojo azul y glacial, devolviendo al demonio su apariencia cotidiana - Igual estaba todo hecho un desastre y ella sólo dijo que nos divirtiéramos y le mostráramos qué podíamos hacer. No dijo que debíamos limpiar. No explícitamente. Además, no soy un maldito elfo para estar haciendo los deberes de limpieza de la Universidad o de Hogwarts. Pero ya que insisten en aplicar métodos menos divertidos... ¡Reparo! Las macetas y los paneles de vidrio rotos de todo el invernadero se repararon de inmediato con un simpático efecto de reversa. Ahora que el fuego había sido extinguido por Tau, solo quedaba una planta muerta y chamuscada que olía a demonios, tierra y lodo por todos lados, y una mini guerra de duendecillos y pixies sobre sus cabezas. Cada tanto, alguna de las criaturas caía muerta a sus pies, asfixiada o golpeada pr uno de sus congéneres. Ese encantamiento no lo desharía. No él. Estaba muy satisfecho viendolos matarse entre sí, erradicandose la plaga, y sin tener que ensuciarse ni un poco. Aún tendrían que limpiar la tierra, el lodo, recoger las plantas muertas (o sus cenizas), los cadáveres de las criaturas en guerra, veriicar aquel armario que se azotaba desde el interior y un gran etcétera de tareas que podrían tmarles un buen rato, incluso con magia. Decidió que no seguiría con ello así que, acto seguido, sacó un pañuelo, limpió una silla con cuidado, y se repantigó sobre ella con un mohín. Él había estado limpiando... a su modo. Pero si ellas querían limpiar como esclavas y del modo más aburrido, no contarían con él. Como pequeña venganza, hizo aparecer un par de medias y las lanzó al rostro de las chicas: una media a Tau y otra a Leah. Estaba seguro de que captarían la indirecta.
  6. Cuando Elizabeth por fin se dignó a dirigirle la palabra, el demonio ya tenía una ceja levantada y una mueca burlona de desconcierto en el rostro pero al fin dejó que la varita de madera oscura y pesado mango de plata engastada se formara entre sus manos, a partir de una voluta de humo negro. Acto seguido fue tras Tau y a Leah hacía el Invernadero III, dedicándole una mirad siniestra a la instructora, para encontrarse con que el lugar estaba hecho un asco. Vidrios y macetas rotas, tierra regada por todas partes y convertida en lodo allí donde había encontrado agua (que no era precisamente lo que faltaba en un invernadero), un armario que se sacudía violentamente, había una infestación de medio centenar duendecillos de cornualles y pixies y en una esquina, también una planta, que bien podía ser una tentácula venenosa hiperdesarrollada a causa del abandono o una clase extraña de snargaluff gigante. Danyellus incluso vio lo que parecían cadáveres de mandrágora y, por sobre todo ello, un nauseabundo olor a fertilizante podrido y gusarajos muertos. Tuvo que dar un paso hacía atrás, incapaz de resistir el olor. Quedaba claro a qué se había referido la Malfoy con "Quiero que me demuestren que saben hacer, adelante diviértanse". Por un momento, pensó en hacerle un Avada Kedavra por la espalda a la mujer pero decidió calmarse. Si estaban en clase de encantamientos, a ello tendrían que recurrir... pero ella no había dicho cómo, y una sonrisita lupina le transformó el gesto. El fregotego tendrían que dejarlo para el final, cuando hubiesen limpiado así que, determinado a disfrutar lo que pudiera ofrecerle la clase, el Triviani entró en el lugar, subió de un salto al largo mesón central alrededor del que solían ubicarse los estudiantes en las clases de herbología de la escuela, y agarró a un único duendecillo en el aire con la mano desnuda. El bicho, de un desagradable color azul eléctrico, empezó a retorcerse y a intentar morderlo hasta cuando él, poniéndole la punta de la varita sobre la cabeza, murmuró «Bombarda». El interior de la cabeza de la criatura fue a dar en todas direcciones. Los demás duendecillos se cabrearon y empezaron a emitir un sonido amenazante. -Oppugno- la mitad de los duendecillos se volvieron contra sus iguales, empezando de aquel modo una guerra civil en miniatura ante la que Danyellus empezó a carcajearse. Hacía demasiado tiempo que no tenía oportunidad de dar vía libre a su sadismo así que, sin notarlo mientras se reía, su cabello empezó a tornarse de un gris opaco y uno de sus ojos se empezó a volver de un color cada vez más y más oscuro hasta fundirse, iris, pupila y esclerótica, en un hoyo negro. - ¡Incendio! - Formuló el mago entonces, fomentando el desorden y la locura que había generado entre duendecillos y pixies, cuando un montón de llamas verdosas aparecieron sobre la enorme planta de la esquina que, fuera lo que fuera, empezó a emitir un chillido extraño y a retorcer sus apéndices, prendiendo fuego a una mesa llena de macetas rotas y a un mohoso armario de herramientas de jardinería. El caos se hizo mayor, por supuesto. Era lo que él había buscado. Y mientras se reía, dejó que sus compañeras de clase enarbolaran también las varitas y se unieran a la limpieza. Ambas sabían bien que él no era precisamente un ejemplo de cordura así que no estarían amilanadas al respecto pero, ahora que había provocado semejante desbarajuste, ellas también tendrían que lidiar con las consecuencias.
  7. Le extrañó que el conocimiento de Encantamientos fuese a acreditarse en Hogwarts y no en la Universidad pero, ya que hacía mucho, mucho tiempo el demonio no visitaba los terrenos del vetusto castillo, no le molestó en absoluto el cambio. Recordaba como entre brumas la primera vez que había visitado el lugar: Forzado por el antiguo Consejo de Magos de Alba, su padre, Ranvel mac Gorm lo había envíado a aquella extraña escuela, que por aquel entonces celebraba su primer centuria, sólo para que se le permitiera ser entrenado en casa. Allí, el jovencísimo Danyel había sido evaluado y había obtenido el permiso. No volvería a pisar aquel lugar sino hasta ocho siglos después, siendo de nuevo un adolescente y obligado por Alyssa Triviani. Con la cabeza llena de recuerdos, el mortífago hizo todo el camino desde Hogsmeade hasta el castillo, enteramente vestido de negro y plata, y enfundado en una capa del mismo color con un mullido cuello de piel. Una vez en los terrenos, se encaminó a los invernaderos donde dió con tres figuras bien conocidas por él: Tau, Leah y Elizabeth. Las miró de a una en una, haciendo una ligerísima reverencia con la cabeza a cada una de ellas antes de saludar. — Buena noche a las tres. La mirada con Leah fue un poco más intensa que con las tras dos pero, al cabo, le sonrió apenas perceptiblemente. La chica parecia feliz. Un momento después, Elizabeth, la mujer que haría las veces de instructora, se dirigió a ellos sin saludar ni presentarse aunque, estaba claro, no era necesario. — Necesito el certificado de Conocimiento — respondió Danyellus sin dar rodeos. Era el único motivo por el que estaba tomando la mayoría de aquellas clases. Acreditar Conocimientos para cumplir con las ridículas disposiciones burocráticas que el Ministerio de Magia venía implementando desde hacía algún tiempo. Tal como había hecho el Consejo con su padre hacía tantos, tantos, siglos.
  8. Tras apurar la primera jarra, el demonio pidió una segunda. El ritmo del pub era la usual parsimonia de aquellos lugares, y aún más calmo, pues allí no contaban con las ocasionales alteraciones que produciría un niñato bebiendo whisky de fuego por primera vez, algún duelo de magos provocados por alguna discusión sin sentido como la existencia del snorcack de cuerno arrugado, o la presencia de algún troll maloliente sacándose un moco. La tibieza del lugar, al parecer generada de forma artificial por pequeñas hornillas que sólo los muggles sabían cómo funcionarían lo hacía sentir cómodo, la música que llegaba de los rincones, en cambio, se le antojaba estridente. Cuando vio llegar a Evarela, sin disfraz de ningún tipo, la observó detenidamente hasta que se sentó casi junto a él en la barra y pidió, por supuesto, un whisky. Entonces no pudo evitar mirarla descaradamente con el simplón rostro muggle que había adquirido momentos antes, antes sonreírle, tomarse la cerveza, y decir en voz muy alta y simulando estar bebido — ¡Oiga usted!, ¡camarero feo!. Yo pagaré el trago de esa bella chica. Ya que al parecer no iba a suceder nada mínimante relacionado con las pociones, pues Heliké ni siquiera daba señales de vida, Danyellus decidió que bien podía divertirse un poco con la reacción de la Black ante la sinverguencería de un muggle desconocido. Funcionara o no la improvisada diversión, al final bien podía hacer un estudio sobre los efectos del etanol en criaturas mágicas y espíritus... Detuvo su tren de pensamiento antes de vaciar la tercera jarra de licor en su garganta ¿Qué estupidez era la que estaba pensando? En realidad, el estudio se limitaría a los efectos de aquella cerveza floja en sí mismo y... ya que lo pensaba mejor, no haría ningún tipo de estudio. Se limitaría a embriagarse como hacía cada vez más a menudo y a chinchar un poco a la bruja.
  9. Danyellus no entendía cómo la que debía haber sido una sencilla y apacible clase sobre pociones se podía haber convertido en todo aquel desordenado e improvisado ajetreo. Ni siquiera iban a hacer alguna sencilla poción, sino que se limitarían cogerlas de un caldero del Ministerio para ir a capturara a algún apestoso delincuente. ¿En qué le servía eso a él? ¿A cualquiera de ellos? ¿Cómo era que semejante misión iba a servirles para acreditarse como elaboradores de pociones? El director de la Universidad no parecía hablar con mucha sensatez, los insultaba tan pronto como intentaba impatir una instrucción y sobretodo, parecía impaciente por deshacerse de ellos. El Triviani estaba harto así que, completamente enfurruñado, le dedicaba miradas hoscas a todo cuanto tenía a su alrededor. Cuando vio que Elvis creaba un traslador lo miró con abierto gesto de desdén. No pensaba viajar con un trasto de esos. Afortunadamente, de inmediato, escuchó el nombre del pub al que tendrían que dirigirse y, suponiendo que el Gyffindor había abierto algún tipo de brecha en las protecciones de la Universidad para poder crear el traslador y darle carta blanca a Gatiux de llegar como quisiera, el demonio se levantó, miro con desgana en dirección del profesor, y desapareció de camino a Londres con un ligerísimo chasquido. *************** Apareció en un callejón, no muy lejos de Leicester Square. Un movimiento de varita transformó sus ropales en piezas más modernas. Un pantalón de denim negro, una raída camiseta blanca, y un chaleco muy formal de color gris con forro rojo que no combinaba muy bien. La ropa muggle moderna era extraña y él apenas si la conocía pero, esperando haber acertado al menos un poco con la selección de prendas, caminó hacía la via principal de Charing Road. En el camino, se detuvo en frente de un jovencito delgado, un poco bajo para su edad, de pelo castaño y ojos muy verdes a quien, tras mirar con simpatía, le arrancó un par de cabellos. El muchacho, que al principio había sonreído con la timidez de quien cree haber sido reconocido por alguien que él mismo no reconocía, empezó a insultarlo mientras se alejaba. Entre tanto, él agregó los cabellos en una ampolleta cuyo contenido lodoso se transformó en un color semejante al carmín, bastante agradable para tratarse de poción multijugos, que se bebió de un trago. Al llegar al bar ya había adquirido la apariencia del muchacho y había decidido que su nombre sería Paul. The Stuttering Parrot era un pub como cualquier otro: madera y cuero por todas partes, lámparas de iluminación suave y un olor a tabaco y cerveza muy impregnado. A primera vista no parecía estar siendo vigilado pero había muy cerca un carro de thestrals así como varias personas con mezclas de ropa muy extrañas y todos, cubiertos con lo que sólo podían ser hechizos desilusionadores. Entró en el lugar, se acercó a la barra y pidió una jarra fría de cerveza fuerte. Si pretendían que ayudara de algún modo en toda aquella farsa, no podían negarle algo de alcohol en las venas. Cerca, se encontraba la primera profesora de aquel día. La mujer que ni siquiera había tenido la decencia de presentarse pero a quien Elvis había llamado Heliké. No la determinó.
  10. La frustración se escurrió por su rostro antes de dejarse caer en el asiento, llevarse la mano derecha a la sien, y sumergirse en un mutismo desdeñoso. No solamente había sido olímpicamente ignorado sino que, de repente, el profesor había sido cambiado. Conocía a Elvis Gryffindor de lejos y suponía que era algo competente dado que era el director de la Universidad pero aquello le parecía degradante. Los refunfuños entre dientes de Gatiux sólo ayudaban a incrementar su propio malestar y suponía que los de él hacían otro tanto en el ánimo de la bruja. Además, la vocecita y los comentarios absurdos de aquella chica Adler no ayudaban. Estaba al borde de una gran migraña. Al ver que Gatiux se iba a una esquina para empezar a hacer algo útil y que sacaba una pequeña petaca, el demonio se preguntó por qué no había llevado la suya a la Universidad pero claro, jamás había esperado un fiasco como aquel en el que se estaba transformando su día. Cuando al fin Elvis empezó a hablar de pociones y del caso criminal que querían investigar, el Triviani ya sólo quería prender un fuego maldito bajo algún caldero pero se esforzó por controlarse. Las pociones de multijugos, la amortentia, el veritaserum y el felix felicis eran algunas de las más controladas por el Ministerio. Cualquiera de ellas suponía un gran riesgo administrada por las manos equivocadas pero, además, eran endemoniadamente difíciles de hacer, su elaboración incluía ingredientes poco usuales, y tomaban mucho tiempo en prepararse. Bien lo sabía él que había tenido varias experiencias con ellas. Juntas, bien podían ser la receta de un magnánimo éxito o del más rotundo desastre. Danyellus no entendía cómo iban a infiltrarse en un lugar sellado a cal y canto con tantas protecciones como el Gryffindor decía que había pero, completamente resignado como estaba, sacó varias ampolletas de fino cristal de su pequeño maletín de pociones, y se acercó a los calderos que Elvis había hecho aparecer. Tomó dos frascos de cada una, los volvió a guaradar, y fulminó al director con la mirada, esperando una nueva instrucción con los labios apretados. Al menos había dicho que iban a un bar. Allí podría abastecerse de licor.
  11. Saludó con un ligero cabeceo a la llegada de los otros estudiantes. A Evarela y a Mónica las conocía de uno u otro modo. El chico joven era un completo desconocido pero, al parecer, después de él no habría nadie más. Cuando la Malfoy de ojos amarillos le habló, sin embargo, no pudo menos que sorprenderse. Danyellus también había notado que ahora parecía encontrarse con Gatiux en cada esquina y, aunque no ponía ninguna objeción a ver el escultural cuerpo de la pelivioleta cada tanto, debía reconocer que los encuentros fortuitos ya sumaban demasiados para tratarse de simple casualidad. ¿La mujer lo estaría siguiendo? En cualquier caso la sonrió, apenas perceptiblemente, sin sentir un ápice de vergüenza. Un instante después, no obstante, la sonrisa se desvaneció en sus labios antes de llegar a responderle, cuando vieron llegar a una segunda vampiresa, casi idéntica a la del sofá, pero con la diferencia de que la nueva parecía echar humo por las orejas. Aquella "broma", si en verdad había sido tal (cosa que él ponía en duda), no le había parecido en absoluto graciosa al peliblanco. La mujer podía perfectamente haberles dicho en las cartas que los esperaba en un aula específica, en lugar de hacerlos recorrer todo el Ateneo buscándola. Como fuera, el demonio no se quejó demasiado una vez que se encontró caminando detrás de Gatiux, Evarela y Mónica hacía las mazmorras. No era caballeroso decirlo pero, sin duda, era un agasajo para la vista. Una vez en la celda de piedra y ya con el humor ligeramente atemperado, el ojiazul casi se habría sentido cómodo de no ser por las noticias que les comunicó de inmediato la extraña profesora que ni siquiera había tenido a bien presentarse. El subsiguiente palabrerío de la Malfoy no ayudó en absoluto a mejorar la situación. Su gesto, habitualmente inexpresivo, había empezado a mostrar señales de molestia. — Antes que nada, me presento. Soy Danyellus Triviani — los modales, por supuesto, siempre iban de primeros. Empero, acto seguido, el demonio se unió al reclamo de Gatiux — ¿Quiere usted decir ehm... señorita como-se-llame, que no sólo no nos dará Pociones sino que, además, nosotros tendremos que hacer algún trabajo suyo? — su incredulidad era casi palpable y de hecho, se sentía indignado. En realidad, el Estatuto Internacional del Secreto le importaba un pimiento. Él mismo era uno de los que había intentado "hacerlo volar" un par de veces en los últimos tres siglos, desde cuando fuera implantado en 1692, pues aquella norma se le hacía completamente absurda. Recordaba bien haber espantado a un poblado entero de muggles en una ocasión antes de que toda una cuadrilla de funcionarios del Ministerio de Magia lo hubieran apresado, torturado y amenazado. Desde entonces se había andado con más cuidado pero seguir el Estatuto y hacer algo por defenderlo eran cosas completamente diferentes. Estaba en contra de sus principios. Y eso sin contar, claro, que se estaba quedando sin elaborar pociones.
  12. Ya estamos en Pociones. Gracias :3 Y como según mis cálculos ya puedo tomar un conocimiento más, pues vengo a inscribirme antes de que se me olvide u_ú Nick: Danyellus Triviani Malfoy ID: 71284 Conocimiento: Encantamientos (Historia de la Magia como segunda opción... de nuevo xD) Nivel de Magia: VII Link a la Bóveda: http://www.harrylati...riviani-malfoy/ Link a la Ficha: http://www.harrylati...ellus-triviani/ *deja más gashetitas*
  13. Danyellus caminaba por los terrenos de la universidad, francamente fascinado. No solo era la primera vez que ponía pie en ellos sino que, realmente, eran bonitos. Parecían una isla exótica o un oasis mágico, en medio de la campiña inglesa y, por supuesto, eso eran. La cantidad de magia envuelta en aquella obra era casi palpable en el aire. Se internó en los edificios correspondientes al Ateneo de Conocimientos. Miraba en todas direcciones sin poder contener cierta dosis de orgullo herido que combatía contra una de satisfacha vanagloria. En sus anteriores siglos, la Universidad le había denegado el ingreso en dos ocasiones por razones para él desconocidas pero que, presumía, tenían que ver con la degradación de su sangre siendo un vampiro, o con su profunda sumerción en las artes oscuras. Pues ahora habían tenido que aceptarlo y enseñarle. Gracias le fueran dadas a la tía Mackenzie por su labor. Como fuera, el demonio iba siguiendo una carta de lo más inexacta que había llegado, además, con varios días de retraso, para informarle de su citación a Pociones. Así pues, sin saber qué esperar, se había vestido con un bonito chaqué gris, se había cargado con un pequeño maletín en el que llevaba un completo kit para la elaboración de pociones, y ahora caminaba por los jardines sin ninguna indicación específica. Eso, hasta que vio la distintiva melena violeta de Gatiux Malfoy, parada entre dos altos árboles. Sabía de antemano que ella iba a tomar también el Conocimiento, así que se dirigió hacía ella con la esperanza de que tuviese más información que él. Cuando la alcanzó, no fue poca su sorpresa al descubrir que frente a la Malfoy, allí mismo en medio de los jardines, había una mujer. Una vampiresa a la que él no conocía, vestida con un conjunto sumamente arrugado de pantalón y chaqueta muggles, que jugueteaba con algunos papeles acostada sobre un feo sillón de orejas que parecía sacado de algún mohoso salón de té. La mujer, para colmo, entornaba los ojos como si sufriese de alguna espectacular resaca, aunque tal vez sólo fuera dolor de cabeza. Danyellus se situó entonces junto a su compañera de ojos amarillos que en aquel momento se quejaba a la otra por la elección del lugar. Aquello lo descolocó por unos segundos. ¿Allí iba a ser la clase? ¿La mujer en el sofá era la profesora? Aquello tenía que ser una broma. Se acalaró la garganta. — Buenas tardes. Lamento haber escuchado la conversación pero... ¿acaso es aquí donde avalaremos el conocimiento en Pociones? — en aquel horrorizado saludo, el Triviani arrastró las palabras con deliberada y desdeñosa decepción.
  14. Ñam... hola ._. No encontré más dónde preguntar así que lo pongo aquí: ¿alguien sabe por qué no se ha abierto el conocimietno de pociones? xD Es el primer concimiento que tomo, me inscribí hace rato y me hacía ilusión... pero veo que ya todos están roleando menos este y estoy con esta cara --> ._. El caso es que no tengo mucho tiempo libre y si debo hacer algún número mínimo de roles a lo largo del mes o alguna cosa más elaborada (ahrre que no sé bien cómo funcionan las clases) pues sería lindo tener el tiempo completo para lograrlo y no perder mis escasos galeones (xDD) No es de quejoso, aclaro, y entiendo que quien sea el o la profesor/a puede estar corto de tiempo pero igual quería preguntar. Gracias :3 Por si acaso, taggeo: @ @ *huye dejando gashetitas* PD: Si no se va a abrir o algo... ¿podría pasarme a Historia de la magia que era mi otra opción? No me gustaría tampoco perder el mes o.o
  15. Hola o/ Me había apuntado a Historia de la Magia o Pociones en este link, así que aprovecho el último post de Elvis para decir que me quedo con Pociones :3 Por si acaso sea necesario, vuelvo a dejar la ficha: Nick: Danyellus Triviani Malfoy ID: 71284 Conocimiento: Pociones Nivel de Magia: VI Link a la Bóveda: http://www.harrylati...riviani-malfoy/ Link a la Ficha: http://www.harrylati...ellus-triviani/
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