Ravenclaw ╬ » Castillo de la Familia Ravenclaw « ╬ (MM B: 101487)

[Randal Ravenclaw]

Un nuevo sujeto en el ruedo, ahora Randal no comprendía nada, pero como siempre trataba de mantener todo en calma, una sonrisa en el rosto y todo en lo mejor de si para que la situaciones no se fueran a peores, a parecer Kissa aun intentaba controlar a Isa, Antoni parecía aun algo confuso, y ahora un sujeto con tres elfos.

 

Se separo y se paro al medio, saco su varita e hizo un movimiento, un tutu tipo bailarín de ballet apareció en su cintura, y empezaron a caer unos pétalos del techo y unas margaritas en su mano. – Que haya paz, que haya amor, que seamos todos amigos y que todo sea mejor – empezó a cantar en medio del salón mientras brincaba y cantaba con una carita sonrojada .

 

Se acerco a Isabella y le tiro una margarita – Que haya paz- repitió, - Que haya amor – dijo tirándole otra flor a Kissa, y acercándose a Antoni – Seamos amigos por favor – cantaba revolviéndole el cabello al muchacho.

 

- Que haya paz, con amor- finalmente decía acercándosele al recién llegado (Diego) – Es lo único que quiero por favor- termino su baile en la mitad de la sala

[lissnred]

Todo el salón estuvo repleto de murmullos, ¿quién era aquel joven que entraba sin aviso alguno y con una varita en mano? ¿Acaso era un amigo de la familia? Yo no lo sabía, nunca en mi vida lo había visto, pero para mi eso era normal, me faltaba mucho por conocer de mi familia.

 

Vaya que estaban todos asustados, yo principalmente, ¿dónde demonios está la luna llena cuando la necesitas?

Busque alguna mirada que me resultara familiar pero no encontré ninguna, todos los presentes tenían su atención en aquel individuo desconocido.. Espere hasta que este se presentara para tener una idea más clara de lo que debía hacer, de lo que todos debíamos hacer.

[Felix James Berzek]

Me encontraba en mi habitación... aun no me acostumbraba a ella. Era muy grande, muy amplia, muy diferente a todo lo que había tenido en el pasado. Estaba intentando dormir, pero había demasiados gritos en la planta baja. Claro... esa era mi excusa. Solo estaba en negación... era mentira que no podía dormir por los gritos. No podía dormir porque ya lo había echo... ya había dormido por demasiados años, y desde que había despertado ya no podía volver a cerrar los ojos.

Mire al techo tratando de cerrar los ojos con fuerza, hasta que escuche un fuerte portazo que me sobresalto. Venía de abajo por supuesto, se la entrada principal. Me incorpore al instante, puse los ojos en blanco y suspire con enojo y exasperación.
¡¿Por qué no pueden dejarme dormir?! - dije golpeando la almohada como si eso me librara de mis problemas.

Corrí las suaves y gruesas sabanas de seda color azul oscuro y me baje de la cama de dos plazas en la que dormía - en la que "dormía" - y salí de la habitación vistiendo unos pantalones sueltos y gastados y una remera que proclamaba que se necesitaba un potente hechizo anti polillas. Si... esa era la ropa que utilizaba. Siendo un Revenclaw y viviendo en un castillo gigante que estaba impregnado en casa pared por un aroma intenso a aristocracia esa era la ropa que utilizaba. Ya era suficiente que viviera allí, no podría aguantar también vestir la ropa de alta calidad que allí vestían... necesitaba algo que me recordara quien era... que yo no había nacido en ese rico y dichoso castillo.

Baje las interminables escaleras hasta que llegue al lugar de donde provenían todos esos gritos. Lo primero que vi fue al hombre con aspecto intimidarte e iracundo que acababa de entrar. Estaba con varita en mano demasiado enojado como para pensar dos veces lo que iba a hacer. Luego fije mi vista en mi madre... - digo, mi madre adoptiva - pense. Ella estaba con una clara expresión de preocupación... tratando de detener a Isabella, su hermana. No sabia lo que ella se proponía, pero también parecía enojada... enojada con ese Randal... un familiar extraño que sabia que había estado trayendo problemas últimamente.

En fin... el punto era que todos estaban transmitiendo intensamente ondas muy negativas... y yo no estaba para encontrarme en un lugar donde hubiera tanto drama... tanta historia. Necesitaba paz. Necesitaba tranquilidad... - Necesito olvidar - pensé, y al instante... - No... lo que necesitas es recordar - escuche esa horrible y profunda voz en mi cabeza que salia cuando menos lo esperaba... cuando menos lo deseaba. Al instante me asuste... no quería escuchar esa voz.

Mire a mi madre... buscando su mirada y buscando su protección. La mire preocupado. Estaba asustado por esa vos en mi cabeza pero tampoco quería causar problemas en un momento donde ya tenían bastantes problemas. Si... la mire preocupado por todo lo que estaba pasando... tanto fuera de mi cabeza, como dentro de ella.

OFF: Es mi primer post en mucho tiempo... años que no roleo en realidad... disculpen si estoy oxidado... díganme si esta bien... o pongan +1 o lo que sea

[Keaton Ravenclaw]

Y en definitiva no entendía nada. Después de lo que le había dicho a Cillian, un millón de cosas habían empezado a pasar delante de mis ojos. No entendí cómo era que Isy, Issa, Randal, Diego, Cillian, dos chicas que no conocía (Hermy y Arya), y un chico, al que tampoco conocía (Carlos), estaban parados delante de mi en el Gran Salón del Castillo. Me hice el perdido fingiendo haberme quedado dormido, así de menos no verían mal por no participar en semejante alboroto. Justo en el momento que "me despertaba" llegaba un hombre más (Antoni) que de nueva cuenta, tampoco conocía.

—¿Qué demonios hacen todos aquí? —Dije como enojado —No dejan a uno dormir en paz ni un momento, no respetan mis canas y eso que tengo ya casi trecientos años de edad —Espeté y los miré a todos, aunque claro, con todo el alboroto allí, era un milagro si alguien me había escuchado.

Observé a Diego con una mirada pícara, no podía evitar verlo así, siempre de los siempres me había gustado. Sabía que había sido el novio de mi padre por mucho tiempo, pero no me importaba, pues su escultural cuerpo y aquel porte que llevaba a todos lados, era tan... ¿extasiante? Ni yo mismo sabía qué era lo que me provocaba, sin embargo, debía aprender mantener la apariencias, por lo que sencillamente me levanté del sillón en el que estaba y me dirigí a la cava, lugar de donde extraje una botella de whisky de fuego, una copa y unos hielos, y me preparé un trago. Quería ver ghasta qué punto llegaba el drama de aquella ocasión.

—¡SALUD POR MI FAMILIA, LA MÁS LOCAS EN LA QUE PUDE ESTAR! —Dije al aire y me empiné el contenido de la copa vaciándola de un solo trago.

OFF: @@Felix James Berzek Solo un consejo, trata de separar con doble espacio tus párrafos. En lo demás, de maravilla /o/

Editado 4 de Agosto del 2014 por Byron Ravenclaw

[Diego Malfoy]

Diego mantenía su cara seria, pero no dejaba de tener algo de sorpresa, un chico bailando con tutu en la mitad de la sala, había visto de todo en la Ravenclaw , pero eso ya llegaba al colmo miro a Claudina su elfina de confianza que también lo miraba y hacía señas y cara de que no sabía que estaba pasando, se escuchaban susurros y gritos, pero aun nadie decía nada sobre los hijos de Kurt, a los cuales no conocía muy bien.

 

- ¿Enserio? , o me están tomando el pelo – dijo con un todo de superioridad – ¿De dónde han sacado este Florencio? – pregunto señalando a Randal con uno de sus dedos – Claudina encárgate de dejarlo quieto – dijo y la elfina con un crack apareció sobre el tratando de sostenerlo – Ahora bien, puedes explicarme quienes son hijos de Kurt, mi ex-novio, casi marido, y pues ahora con la muerte de Galedra , gloria a los dioses - dijo mofándose – y de Kurt mi amado – aparto un poco su rostro de la tristeza - Deben saber que soy uno de los principales herederos de esto, y ustedes deciden reunirse sin mi permiso – aclaro

 

- Si no quieren morir hoy exijo que me entreguen a los quita herencias- dijo hablando de los hijos de Kurt y escupiendo al suelo de asco

Editado 4 de Agosto del 2014 por Diego Malfoy

[LumosSolem]

La noche estaba llegando, y sumado a los gritos que provenían del interior del castillo, me desperté entre alterada y enojada... y es que como vampiro no solía dormir, pero una vez que lo hacía me molestaban. Me levanté de mal humor, y entré a mis nuevas mascotas -vayan a mi habitación, a ver si ahí tienen un poco de paz-, les ordené acariciándolos; y es que, aunque estuviera enojada con el mundo, mis gatitos seguirían siendo mi predilección... sobretodo porque habían sido un gran regalo de mi tía abuela Gale. Sabía que ellos me entenderían a la perfección, y fue así que me hicieron caso y subieron con su gatuno y elegante andar hasta mi recámara.

 

Al entrar fui recibida por un panorama de pura locura: pétalos cayendo, un tal Diego, que aparentaba ser un pariente lejano, más que enojado... mi padre se había enojado también; y como si fuera poco, mi querida hermana Isy tenía la mirada ardiendo al rojo vivo queriendo asesinar a Randal. Incluso mi sobrina nieta y mi sobrina estaban confundidas y sin saber qué hacer, sumándose mi sobrino por las escaleras, que se acercaba con un humor tan malo como el mío.

 

Estaba entre que quería hablar, y entre que no... los miré a todos y a cada uno, suspiré y decidí hablar: -Por favor, ¿alguien sería tan amable de decirme qué demonios está sucediendo!-, pedí amablemente pero al mismo tiempo con cierta ironía. Pero nadie pudo llegarme a responder porque un potente y estrepitoso trueno hizo su aparición refusilando sobre las aguas del lago, apagando toda luz y sobretodo callando a los presentes (incluyéndome), dejándonos en plena oscuridad.

Editado 4 de Agosto del 2014 por LumosSolem

[Keaton Ravenclaw]

Estaba yo por unirme a la celebración (?) que todos parecían tener, cuando de pronto, Diego hizo que mi encanto por él decayera de un solo tajo. ¿Quién diantres se creía él para reclamar algo? No tenía vergüenza, después de haber abandonado a mi padre en el altar más de dos veces ¿se creía con derecho de ir hasta allí reclamar herencia? Era un verdadero hijo de giganta si creía que los hijos de Kurt le entregaríamos todos así como así. Me enfadé, voté mi copa de whisky de fuego y me encaminé hacia él con furia. Se las vería conmigo, se las vería y más por sus últimas palabras.

 

—¿Quita herencias? ¿Perdón? Diego, creo que de esta familia el que menos derechos tiene sobre los bienes de mi padre eres precisamente tú ¿acaso se te olvida las dos veces que lo dejaste plantado en el altar? No me vengas ahora con tus habladurías cuando no tienes derecho ni sobre el tenedor más usado de las cocinas —Le espeté con ira.

 

Me constaba que mi padre había llorado noche enteras por el abandono de Diego, noches en las cuales me atiborraba de carta pidiéndome que volviera para darle un poco de consuelo. ¿Y ahora aquel imberbe quería venir y proclamarse como el "verdadero amor de él? Que se fuera a freir espárragos, no lo dejaría siquiera seguir en esa casa. Si había una mínima esperanza de que hubiera algo entre Diego y yo, con las palabras del primero podía olvidarse uno de aquello. Saqué mi varita de cerezo de detrás de mi oreja (tal cual lo hacía mi padre cuando estaba vivo) y apunté hacia el pecho de aquel tarado.

 

—Que sepan, hermanos míos, que este tarado no es más que un oportunista, descarado y mal hombre que se aprovechó de nuestro padre, lo hizo sufrir en incontables veces, y como ya le he dicho, no se merece ni siquiera un tenedor usado de las cocinas —Dije con ira —Así que les pido que lo saquemos de esta casa, le impidamos el paso y que alcemos sortilegios en su contra —Añadí justo cuando de mi varita salían doce flechas afiladas en pos de Diego.

[Diego Malfoy]

Uno de los hijos había salido en defensa de los demás se creía muy valientico, pero no sabía que se enfrentaba con alguien a quien no temía a la muerte, un demonio malvado y un vampiro sediento, tuviera que llevarme lo que fuera , esto acabaría ahí y ahora, veía como el chico le decía la verdad, era todo eso cierto pero el no sabía el porqué de la vida

 

- Tontuelo tú no sabes nada de la vida – dijo antes de que el chico le apuntara con su varita, justo en el momento que salian unas flechas hacia el sus elfos se acercaron y lo movieron de lugar , en la oscuridad absoluta , balbuseo unas palabras a ninfa para que buscara aquel chico y lo dejara sin ropa

 

- Ni crean que apagando las luces se salvaran – dijo arrojando unas bombas fetidas , a Kelpo le susurro que se robara toda la vajilla posible , salio sin que se dieran cuenta a los ajrdines y desaparecio

[Circe Atkins C.]

No podía caer en lo que estaba pasando. Diego, quien decía ser el ex de su abuelo venía amenazarnos con la herencia, mi padre furioso con este apuntándole con la varita, Lumiere apareciendo de la nada, mi hijo que estaba aterrado y los demás callados porque parecía que hubiese vuelto la tía Juliene (????).

 

Abrazó a su hijo Felix diciéndole que estaba todo bien, que esas voces no existían. Suspiró un poco y lo soltó para avanzar al centro de la sala, entre Diego y su padre; antes de que pudiera hablar, un rayo cayó haciendo que todo el Castillo quedase a oscuras, como si fuese un apagón mundial (?, todos habían quedado callados, hasta que su padre rompió el silencio y le había lanzado un hechizo a Diego pero este pudo lograr escapar ya que sus elfos le habían corrido y la joven Ravenclaw se había interpuesto entre las flechas que iban a él haciendo que estas se dirigiese a ella, no dejaría que lo hirieran.

 

—¡YA BASTA! ¿Podrían calmarse un poco? —Gritó enojada y un poco divertida a la vez, ¿por qué negarlo?, estos dramas familiares era lo que más amaba pero todo se estaba saliendo de control ahora y tenía que hacer algo si no quería que su querido padre o algún familiar saliese lastimado.

 

—Esto pasa por dejar a gente indeseada al castillo. —Escupió un poco de sangre mientras se sacaba las flechas.— Maldición, a la próxima vayan a matarse a otro lado. ¿Acaso quieres que los niños salgan heridos padre? —Lo miró fulminante mientras intentaba pararse. Arrugo su nariz ante el hedor de las bombas fetidas que Diego había tirado, no podía aguantar mucho tiempo ahí.— Puaj, que asco.

Editado 4 de Agosto del 2014 por Kissa L.

[Mia Torres]

Abrió sus ojos lentamente esperando encontrarse con su usual techo color crema, sin embargo todo allí era diferente, todo estaba oscuro y podía escuchar voces provenientes de diferentes direcciones, se sentía como si hubieran metido su cerebro a una licuadora.

Lo siguiente que noto fue la fría pared de roca en la que se encontraba apoyada: negra al igual que todo a su alrededor. Lentamente se incorporó con el muro como apoyo, miro a su alrededor con sus fríos ojos no lograba reconocer absolutamente nada, lo último que recordaba era haber huido del drama familiar ... Es decir del edificio Loveless y a ver recurrido al callejón Diagon, pero ese lugar estaba lejos de parecerse al callejón en el que recordaba estar: absolutamente todo estaba oscuro, apenas se podía ver el lugar por la escasa luz de la tarde que se filtraba en las ventanas y algunos candelabros que tintineaban a lo lejos ¿dónde estaba?.

Temblorosa, decidió que quedarse ahí no era una opción, mientras caminaba sin rumbo fijó su mente trabajaba rápidamente ideando diferentes formas de defenderse si alguien atacaba, pero eso no ocurrió, salió del vacío lugar ilesa. Llevaba un vestido blanco con tacones negros (que no eran de mucha ayuda al caminar) y un saco hasta la rodilla del mismo color, lo único que parecía estar mal era su cabello, enmarañado y seco casi parecía una bola castaña, después de vagos intentos de peinarlo con su mano al fin decidió guardarlo en la capucha del saco.

 

Camino por algunos minutos sin ser consiente de a donde iba, ella nunca había sido buena memorizando cosas ya que poseía la memoria de un elefante. Sin embargo después de pasar de largo algunos lugares hubo uno que llamo la atención de la demonio, se encaminó hacia el castillo sin luz y entro por una ventana baja, apenas puso un pie dentro hubieron voces llenando sus oídos.

Intentó agudizar su azul mirada en la oscuridad, pero lo único que lograba ver eran muebles y figuras sin sentido alguno. Con cada paso que daba podía escuchar las voces con mayor volumen, sus piernas temblaban <<Tal vez no es buen momento para hacer una visita ... >> se mofó una voz en su cabeza << Pero ¡eh! Tienes tu varita guardada allí ¿por qué no la sacas y mandas algunos imperdonables? Tal vez le des a los blancos correctos>> sacudió su cabeza con fuerza intentando ignorar la pesada risa que se oía en las profundidades de su mente.

Camino hasta sentir las voces a sólo pasos de distancia, tenía su varita en mano, pero claro no iba a utilizarla: no le daría la satisfacción a la molesta voz. Espero escondida en un rincón sin hacer demasiado ruido, con su varita en mano, su castaño y largo cabello escondido en una capa que cubría su cara, dejando sólo al descubierto unos penetrantes ojos celestes.