Ravenclaw ╬ » Castillo de la Familia Ravenclaw « ╬ (MM B: 101487)

[Saori Rambaldi Ragnarok]

Antes de dar un paso más, la respuesta de el joven que se había llamar Martin.la joven Ravenclaw se volteó acomodando su saco pasando un poco de saliva se queda mirando al joven cruza sus brazos y por un instante siente la mirada penetrante de aquel muchacho que dice ser un black.

 

Saori responde tranquilamente pero con un tono de descaro, tenía poca simpatía por el black. -Un... Gusto y mm.. si yo soy saori -responde acomodándose en una de las sillas.

 

-oh!-un poco sorprendida de aquella necesidad del black, saori no era tan sabía pero lograba hacer grandes cosas pero el joven no era el primero que se interesaba por la diadema de la dama de gris.-Veo, sos otro personaje que busca quedarse o vender o nose con nuestra reliquia familia.-se levanta y con su varita a punta a su cuello -ni loca te ayudaré.

 

El joven asusta un poco. Saori con aquella respuesta lo mira de re ojo, tratando de leer su facción pero el simplemente se mostraba neutro. -Nada se compara a la diadema original.-dice ya que solo un ravenclaw sabía de la existencia pero como el linaje es tan pequeño las palabras del difunto y el secreto quedó guardado en una caja en un ligar del castillo ravenclaw.

 

-bueno-quito la varita-veo que tienes varias preguntas, lo veo en tu rostro-miente para sacarle más información al black. -todo que cruza las puertas de la Águilas solo buscan nuestras riquezas y tesoros-continua-los gritos de mi familia es infernal-dice- acopañame al lugar donde acabaron mi paz -dice volviendo a subir a la torre esperando que tu té siga caliente.

 

-vamos, no te quedes mirándome como si no hubieras visto a una asiática -concluye.

 

 

@@Martin N Roses

[Keaton Ravenclaw]

—¿Equiumi? —Keaton se quedó atontado por el reclamo de su hija —¿Castillo? ¿Cuál castillo? —Se quedó pensando un poco, porque no recordaba que la mujer tuviera otro hogar a parte de la Ravenclaw, eso, seguramente, iba a molestar a la mujer, pero es que de verdad no lo recordaba, tan poco relevante había sido aquello —No sé de qué diantres me hablas —Dijo el ojiverde.

 

Se quedó pensando unos momentos. La mujer había dicho que se quedaría un tiempo indeterminado, lo cual le daba un poco de curiosidad, la Hawthorne no solía quedarse mucho, de hecho, ninguno de sus hijos lo hacía; los terrenos Ravenclaw solían ser solo un lugar de paso de todos, de todos menos del patriarca, porque para él era un lugar sagrado. Tantos recuerdos, tantos momentos, risas, tristezas... aún recordaba con melancolía aquellos días en los que el Castillo estaba lleno y no como ahora...

 

—Y bueno, ya que te vas a quedar un tiempo, mejor le sumo un poco más de drama a ésto, sirve que vas sacando la varita, querrás por lo menos hacerme algunos cruciatus. Me casé hace unos meses... —Soltó sin más —Y bueno, en de tu Castillo, por favor recuérdame por favor, ¿pertenecías a alguna otra familia? Eres tan vaga que apenas y me acordaba de ti —Dijo para añadirle más limón a la herida.

 

No sabía bien qué era lo que los azules tenían en las venas, el drama era el pan suyo de cada día, Keaton de hecho solo se había llevado bien con Brendon, pero él había optado, como todos, por irse. ¿Sería que Gran Bretaña ya no representaba un atractivo para los magos y brujas de Europa?

 

@

[Martin N Roses]

Los extraños arrebatos de Saori lo divirtieron internamente, pero nada en su semblante dejó entrever aquello.

 

—No pretendo robar ni vender la diadema, créeme. —Sentía que dijera lo que dijera, aquella bruja continuaría empecinada con la idea.

 

Unos segundos más tarde, cuando Saori bajó la guardia de su arma mágica y lo invitó a seguirla, Black avanzó hacia una de las torres del castillo. Los detalles en la decoración le resultaban muy adecuados, dotándolo de una mística difícil de transmitir con palabras.

 

«El poder de la magia», pensó fugazmente, cuando llegaron a una habitación donde había una taza de té.

 

—Veo que tienes buenos descansos, de calidad —susurró detrás de ella y sacó su varita.

 

Bastó una sencilla floritura para que su capa de viaje un tanto pesada desapareciera de un instante a otro, dejando a la vista una camisa de color negro, casi igual al de sus cabellos con hebras platas. Los zapatos de igual tonalidad brillaban en la habitación, ahora también se encontraban visibles. Arremangándose ambas mangas de la camisa, el tatuaje de la Marca Tenebrosa quedó expuesto pero no le incomodó. Sabía del pasado de Saori, a pesar de lo turbulento que se encontraba el mundo mágico en los últimos meses.

 

—He visto a muchas asiáticas a decir verdad, aunque ninguna Ravenclaw. —Hurgó en sus bolsillos y obtuvo lo deseado, la diadema que tanto le había costado conseguir—. Mira, este es el objeto del que te hablaba hace un rato. —Se lo tendió a sus manos, para que pudiera tomarlo—. ¿Crees que es obra de los duendes? ¿La diadema de tu familia también fue obra de duendes? ¿Puedes distinguir eso?

 

Black sabía que los duendes tenían en su poder aquella habilidad de detectar la creación de objetos forjados por ellos mismos, pero… ¿Hasta cuándo eran creíbles los duendes? Perfectamente podían mentir, diciendo que un objeto era propiedad de ellos cuando no era así. Ya no se fiaba de ellos, y había agudizado su sentido respecto a esos casos.

 

@

[Isabella Hawthorne R.]

Las palabras que salieron de la boca del Ravenclaw no pudieron engañarla, sabía perfectamente que a algo le estaba ocultando con respecto a la desaparición del Castillo Hawthorne, pero quizás no era el momento de sacarle toda la verdad. Ahora que lo pensaba mejor, aquello había sido algo muy favorable, a partir de ese momento ya no tenía responsabilidades, ya no tenía que hacer más papeleo, ni aguantar a las insoportables visitas. A partir de ahora, tenía todo el tiempo del universo sólo para ella.

 

—¿Casarte? ¿Otra vez? Pensé que aquellas ceremonias ya te había aburrido... ¿cuantos matrimonios fallidos ya llevas? — Desde que la rubia tenía consciencia su padre había pasado miles de casamientos, con hombres, mujeres y quien sabe con cuantas criaturas había tenido hijos.Sin embargo la Hawthorne jamás había asistido a ninguno de sus casamientos, no le extrañaba que esta vez no haya recibido una invitación — Bueno... dice que nunca se es demasiado viejo para el amor—. No, ella ya no era la misma chiquilla que caía en sus redes, sabía que lo que buscaba su padre era verla desquiciada pero ahora disfrutaba con atacarlo de misma manera.

Una carcajada salió disparada de su boca, veloz y repentina como una flecha, apuntando justo en la cara del Patriarca. Rió con tantas ganas que sus cuerdas bocales vibraron como nunca antes. —¡¿Crees que te creo?! ¡Claro que me recuerdas! De lo contrario no hubieses venido corriendo, tampoco me hubieses reclamado en un principio —. Negó mientras en sus labios color carmín se mantenían curvos y, avanzaba lentamente por toda la habitación.

Se mantuvo en silencio por un rato largo, más largo de lo esperado hasta que por fin habló: — Tengo hambre...— Declaró, girando sobre sus talones hasta quedar en frente del mago — podrías invitar a tu esposo a cenar —. Sentenció relamiendo sus labios fijando sus ojos color plata en los oliva de su padre.

@@Keaton Ravenclaw

Editado 29 de Marzo del 2019 por Isabella Hawthorne

[Keaton Ravenclaw]

—Oh, no, no, querida, este es mi primer matrimonio "oficial". Con Diego las cosas no se dieron, con Sol, me dejó abandonado en el altar, con GoshI, bueno, al final no empatamos del todo, y con la descarada de tu madre, bueno, eres fruto de una aventura, así que bueno... Este es el bueno, después de años... a mis más de cuatrocientos años, hallé al correcto —Tras decir eso, se quedó pensando. Un humano normal no tendría tanto tiempo, ahora entendía a Romeo y Julieta.

 

La verdad aquello le desconcertó, entre Saori y ella, no había a cual irle, las dos estaban igual de deschabetadas, seguramente, era porque ambas se habían caído de los brazos del Sanador en San Mungo cuando nacieron... pobres, el daño era irreparable. Lo sorprendente, fue que para aquella ocasión, Isy no estaba armando un tremenda perorata por lo que él acababa de decir, le había picado la cresta, pero esta vez no funcionó, la mujer siguió impertérrita ante las provocaciones. Keaton suspiró.

 

—Bueno, me refería a que ya no me acordaba bien de lo estridente de tu dulce voz y de lo espantosa que es tu cara —Dijo tras las palabras de su hija —Referente a lo malagradecida, bueno, digamos que es un mal común entre todos mis hijos —Se encogió de hombros.

 

En silencio se apoderó de la escena. Keaton caminó mientras tanto por la habitación moviendo la varita de vez en vez para limpiar el polvo que se había acumulado con el paso de los mes (¿o habían sido años?) además de acomodar ciertas cosas que se veían completamnte desordenadas. Al final, y para cuando su hija habló, ya había incluso colocado unas flores (tulipanes azules, claro) en el tocador de la habitación. Volteó a mirar a su hija, y una oleada de amor le surgió de repente. Ella, aún y con la larga historia que tenía, siempre volvía, siempre llegaba en los momentos más idóneos, y eso le hizo agradecérselo.

 

—Tú siempre tienes hambre, eres como un barril sin fondo —Respondió, porque aunque por más que quisiera, era muy torpe para demostrar cariño —Y no, ¿que te parece si comemos un poco aquí y después vamos a visitarlo al Castillo Triviani? La verdad es que no he ido para allá desde que me casé y debo hacer acto de presencia en mi ahora familia política —Sugirió y esperó la respuesta de la Ravenclaw,

 

@

[Saori Rambaldi Ragnarok]

-Mmm... haber?- tomo la diadema que el joven le había dado, la miro un poco dudosa pero no se podía negar que tenia un parecido excepcional pero ella sabia que todo objeto tiene sus propias características escondidas que ni los duendes pueden copiar o conseguir, ademas de que solo un ravenclaw podría determinar eso tal era una de las razones por la que el joven estaba allí.

 

Saori lo miro mientras recostaba sus posaderas en la silla- Suspiro- esto.. bueno la verdad es muy parecida es mas te podría decir que es esa, pero ay algo que la caracteriza de las copias - la volteo miro en su interior de aquella di-adema miro la águila y la perla de la di-adema.- OK mi padre me hablo de esto y es que si vez el color de la perla no es mismo azul .- estiro su varita apareció un pañuelo con el símbolo ravenclaw .

 

-Mira, martín te puedo decir martín o prefieres que sea mas formal.- Dice. - bueno, si vez este pañuelo y el color al color de la joya no es el mimo aparte de que este material con la que la hicieron no es plata si no metal muggle, otro detalle es que en la parte de atrás ay una inscripción que helena mando a marcar la di-adema con un signo de amor cuando se enamoro .- dice saori mientras la deja sobre la mesa.

 

De la nada la tetera empezó a moverse sola sirviendo el te a saori mientras el acto.- Quieres te. ?- dice la asiática.-Bueno ay que descansar un poco de la vida de los malos amores y del estudio.- responde con cierta calma.

 

-Los duendes son experto con el dinero y objetos mágicos pero las reliquias familiares nunca pueden ser encontradas o copiadas, por ende ellos se aprovechan de ellos.- toma un poco de tè- Mm..- se queda en silencio un poco - Entonces amigo mio te han engañado.- saori pensó por un instante ( que tonto jajjaja hubiera primero consultado con un mago que supiera de criaturas) .- esto bueno algo mas se le ofrece señor martín o señor black - concluye esperando su respuesta a su corta invitación a tomar tè.

 

@@Martin N Roses

[Franck Lovegood R.]

¿Cuanto tiempo había pasado de la última vez que el Lovegood caminó por las calles de Ottery? ¿Por qué esas mismas calles se encontraban tan desoladas? ¿Qué habrá pasado con todas las familias que ahora se encontraban cerradas? Esas y muchas otras preguntas se le cruzaban por la cabeza al rubio teñido; o mejor dicho al ex rubio teñido, puesto que hacía ya un tiempo se había dejado el castaño natural.

 

Siguió caminando lentamente por las calles, con una vieja mochila colgada en uno de sus hombros, y con la capucha de su abrigo puesta para que ninguna persona lo reconociera en caso de cruzarse con algún viejo conocido, por lo menos hasta llegar a su primer destino. Luego de varios minutos de caminata el joven mago llegó a un terreno bordeado por rejas de plata de apenas dos metros de altura. Continuó a la par de estas hasta toparse con la entrada principal, la cual estaba siendo custodiada como siempre por un par de elfos domésticos.

 

Para evitar ser visto por los mismos decidió aparecerse directamente en la puerta del castillo que se vislumbraba a lo lejos, si aún era considerado parte de esa familia tendría éxito. Sin perder un segundo más realizó un pequeño movimiento hacia atrás y apareció en los jardines, a unos pocos metros del castillo. Aún con la cara al cubierto para que no lo reconocieran el Lovegood esbozó una pequeña y pícara sonrisa, ya estaba pensando en que hacer cuando la primer persona se le presentara ante él.

[Saori Rambaldi Ragnarok]

La joven esperaba alguna respuesta pero de alguna manera el joven con el que estaba desapareció de un momento a otro, así que sin mucho que desear simplemente encoje sus hombros decidió mirar hacia las ventas esperando alguna respuesta del viento ella aparte de su soldad gobernaban este enorme castillo, tomo un poco de aire y de repente detecto a un hombre encapuchado su rostro no se veía y no sabia quien era así que era imposible reconocer, en los jardines un hombre ya estaba allí saori tomo acción y salio con su varita y algunos elfos de su padre.

 

Se acerco con impotencia y aunque no era diestra en duelo iba hacer lo que podía, se acerco a unos cortos pasos del hombre y dice.

 

-Quien eres tu ?- dice con varita mano

 

saori se detiene un momento acomodando su túnica, el frió hacia que esta se moviera a la par, saori esperaba alguna reacción de igual forma el castillo tenia protección propia pero no iba dejar que su hogar corriera peligro, se puso a pensar en las posibilidades que tenia de que alguien de su familia o amigos de su padre o hermanos estuviera aquí haciendo una fuerte broma pero no lo tomo mucho en en cuenta.

 

@

[Franck Lovegood R.]

El recibimiento no se hizo esperar, a los pocos minutos de haber arribado una mujer salió por la puerta principal del castillo en compañía de algunos elfos. Con un aura un tanto amenazante pero precavida a la vez y varita en mano la joven bruja de rasgos orientales se fue acercando hasta quedar a unos escasos metros de distancia. El Lovegood nunca antes había visto a aquella mujer, pero pudo deducir por su actitud que se trataba de algún integrante de la familia, seguramente los Ravenclaw fueron en aumento durante sus años de ausencia por esos lares.

 

-Los Ravenclaw no cambiamos más, siempre tan... "Amistosos" nuestros saludos- exclamó luego de soltar una carcajada tras las palabras de la ojiazul.- Aunque es lógico después de ver a un hombre encapuchado de pie en los jardines del castillo... Así que en cierta forma es culpa mía.

 

El ex rubio teñido procedió a descubrirse, dejando ver su rostro por completo, cruzando miradas por primera vez con la persona que se ubicaba frente suyo. Y como eran completos desconocidos el uno con el otro la situación no había cambiado de panorama. Fue entonces que el joven mago esbozó una sonrisa, ya tenía a quien poder fastidiar. Si había algo con lo que se divertía siempre eso era molestar e incomodar a los demás, y al tratarse de una linda mujer optó por aplicar el modo meloso que consistía básicamente en una dulzura y amabilidad un tanto exagerada marcada muchas veces por diferentes acciones muy clichés. A muchas personas les es de su agrado esta clase de actitudes melosas y se prenden en el juego, mientras que a otras les resulta muy incomodo, con cualquiera de los dos resultados el Lovegood se divierte.

 

-Si fueras Keaton ya te estaría lanzando maldiciones a diestra y siniestra... Pero ya que es una bella dama quien me recibe, en su lugar voy a darle un pequeño obsequio de mí parte- dijo el Lovegood sacando lentamente su varita, para no demostrar ningún gesto de amenaza; y con ella hizo aparecer un ramo de lirios.- Son hermosas ¿No crees?- comentaba mientras acortaba la distancia entre ambos hasta quedar cara a cara - aunque debo decir que no lo son tanto como tus ojos- concluyó al entregarle el racimo.- Por cierto, soy Franck Lovegood, ¿y tu eres?...

 

OFF: Edito porq el molesto de aquel q se hace llamar mi padre se volvio a cambiar el nombre a Keaton y recien me acabo de dar cuenta jajaja

Editado 16 de Junio del 2019 por Franko Lovegood

[Saori Rambaldi Ragnarok]

la asiática mostró un poco de indiferencias por las palabra de el joven dio a entender que era parte de la familia pero no sabe de que linaje, ya que por lo normal la casa siempre permanece sola o cuando ella se queda por temporadas para no molestar a los rambaldis con su trabajo en busca de nuevas criaturas, saori cruzo sus brazos miro con un poco de enojo al joven por algún razòn tomo un aire de gracia pero ella no bajaba su guarda no sabia quien era y no era bueno dejar que siguiera hablando.

 

la joven no podía creer que era un ravenclaw pero nada le quitaba la desconfianza, sacando sus trucos baratos de coqueteo saori voltea sus ojos y suspira fuerte mente, al parecer el joven tenia conexión con su padre keaton tenia demasiadas sorpresas para saori ya que era una de las recientes de la familia.

 

-Ay por dios, no eres ni el primero ni el único hombre que me da rosas.- mira horrible al hombre.- pues no se quien eres para que digas esas cosas de mi padre, soy la menor de dos hermanos que no veo hace mucho tiempo. - toce un poco deja sus brazos sueltos pero con la varita en mano, extiende su mano un poco mira al joven con una mirada horrible susurra un hechizo prendiéndole fuego a las flores en manos de el chico.

 

- Mmmm jaaa así se ve mejor.- hace una risa pequeña con un poco de sarcasmo.

pone la varita en su cuello y dice .- A que viene quien eres, por que conoce a mi padre?- concluye.

 

@

 

OFFROLL: perdón por no responder estaba algo ocupado