Ravenclaw ╬ » Castillo de la Familia Ravenclaw « ╬ (MM B: 101487)

[Saori Rambaldi Ragnarok]

Saori sigui inhalando su humo suave mente mientras tratada de entender el orgullo de rose pero algo a o cual ella ya estaba acostumbrada, con un poco de presunción saori mira de re ojo a la black sin perder detalle aquellos recuerdos eran aún algo que valía pena volver a revivir, la asiatica vuleve a al realidad escuchándo lo que la black tenía para decirle. - veo que ya son tesoro viejo black - la asiatica deja por un momento su vaporizador.

 

Sin un aviso previo el beso de la black la dejó algo quieta pero exitante saori pensó que nunca lo iba a hacer pues quería el papel de pasiva esa noche, saori disfruto el segundo de los labios de la black sonrió retirándose el poco de labial que quedó-Siempre estuvieron para ti rose - dice sonriente.

 

Saori se acerca más de lo normal hacia la black mientras está aplica su labial, la RAVENCLAW alza un poco el mentón de rose con algo de suerte podría seguir más allá, prosiguió y le susurra - Tus ojos me dicen que ya tienes una idea de lo que te estoy diciendo-la acomoda un poco más en la cama y le da un beso duradero tierno y salvaje mordiendo sus labios con tal pasion - Extrañaba poder sentir esa lujuria dentro de ti-dice acariciando su piel por encima del vestido.

 

 

@@Rose Black Lestrange

[Rose Black Lestrange]

No terminaba de entender en que momento ,Saori se había aprovechado de ella ,encima de ella. Era muy rápido para la Black.

Separando sus labios de los de ella la toma por los brazos y rápidamente cambia de lugares , ahora era Saori quien se encontraba debajo de Rose.

 

-tanto deseo tenias ? Te mojaste con mi sola presencia- entre risas la Black toma las manos de la joven y haciendo aparecer una soga la amarra en la cama.

 

-ahora verás lo que es molestarme cuando yo solo deseaba desaparecer- nuevamente con la daga en su mano y ella encima de Saori , empieza a acariciar por su rostro hasta su cuello con el filo del mismo lentamente.

 

-sabes que puedo materte ahora mismo? Pero te daré una oportunidad ,dime por que no debo hacerlo?.-con una mano tomando la daga la otra hacía una leve presión sobre el cuello de su victima.

 

Era claro que no deseaba hacerle daño pero disfrutaba ,que imploren ,que peleen por lo que desean.

 

@

[Saori Rambaldi Ragnarok]

En actos rápidos la black volteo los papeles de un momento rápido así que saori solo siguió el juego algo intenso lo cual se causaba risa y lujuriosa, saori siente como unas cuerdas sujetan sus muñecas de forma agresiva - No, pero es bueno no crees-la RAVENCLAW mira atenta a las acciones de la black.

 

-Ow un juego esto me está gustando - dice mirando a black encima de ella el frío metal tocando la piel de porcelana de la asiatica la deja un poco más deseable - Soy inmortal y aunque ya lo han intentado nunca lo logran, hazlo mi sangre es algo que no se lo doy a cualquiera - dice mientras obserca a la black con un tanto de intimidad - Acaso todo este masoquismo es para hacerme mojar - la asiatica retando a la black como siempre le gustaba hacer.

 

-Jaja me encantas black. Supongo que ni matandonme podrás olvidar todo-saori la invadía la lujiria y el deseo pero sabía que tenía seguir un debido poseso pues ella sabía cómo eran las cosas.El cuerpo de la apática se hacía notar entre sus ropas alegadas- que tienes para decir rose me tienes básica mente a tu merced-concluye la asiatica con una mordida de labios con un movimiento rápido le da beso lijero sintiendo la cuchilla de la daga.

 

 

@@Rose Black Lestrange

[Rose Black Lestrange]

La Revenclaw cree ser capaz y digna para desafiar a Rose , como se equivocaba?, Sus palabras se llenaban de pasado no caía que ahora está frente a otra mujer totalmente diferente.

Luego del beso robado por la joven bruja, las ojos verdes se encargo de apoyar la cabeza de su víctima contra la cama con firmeza desde el cuello y rápidamente apoyo la daga sobre sus labios.

 

-No se cómo te arriesgas pero no lo hagas de nuevo y no niña no me muero por ti , solo vine por un poco de diversión- montada encima de ella clavando sus uñas, empieza a bajar lentamente la daga desgarrando la ropa de la joven para dejar su torso al desnudo y volver a acariciar con la daga la piel.

 

-te gusta entonces este juego ,tengo más cartas para seguir usando - el ámbient era ideal en penumbras ,dos cuerpos perfectos en los que solo brotaba deseo . Era cierto la Black no recordaba exactamente momentos con la joven , pero si recordaba como dar placer a una mujer.

 

@

[Saori Rambaldi Ragnarok]

La ravenclaw siente como rompe sus ropas pero no era problema pues desde hace mucho saori perdió la pena ademas en esta situación le hacia recordar sus aventuras en Alemania de expedición, no dudo en recordar ese momento una sonrisa picarona salio de su rostro suponía que ya le hacia falta saori no dudo en seguirla el juego a la black pues la muerte no era una opción.

 

-No me estoy arriesgando a nada solo dejo que mis instintos demoníacos salgan a flote no mas - dice cerrando un poco sus ojos, la asiática empieza a sentir como sus posones sobre salen de su camisa cortada.

 

-sacas mm quiero saber que mas puedes hacer- dice saori mirándola esperando otro movimiento de rose pero a ese punto saori ya estaba preparada para lo que fuera, la asiática llegaba a un clímax poco satisfactorio pero que le causaba curiosidad .- haber black dime que me harás, y es tan necesario atarme jajaja sabiendo que en un abrir y cerrar de ojos puedo desatarme.- dice saori mientras utiliza lo que aprendió en áfrica .- sabias que conviví con tribu aprendí a escapar de casi todo .- dice mientras bota la cuerda y pone sus manos detrás de su cabeza en una pose relajada.- crees que fuiste la única que cambio pues no querida, que te necesite si para divertirme por que no .- mueve un poco sus hombres hacia arriba.- así que sigamos en la diversión , en un movimiento certero de distracción le quita la daga la empuja hacia el otro lado de la cama.

-Muy bien jajajaj .- se sube encima de ella mientras saca su blusa ya rota.- que vestido tan ajustado como siempre de ti .- dice mientras sin un esfuerzo le rompe parte del vestido hasta su ombligo. -No te estoy retando solo quiero algo que me pertenece.- continua mientas recoge su cabello.- bien bien ... - toma la daga y no muy cerca de su yugular hace un corte pequeño .- mmm black amo tu sangre haces que mi demonio salga a flote en un instante.

 

Sus ojos empiezan a hacerse rojos carmesí , se agacha con delicadeza y besa y muerde los labios de la black, bajando beso a beso a su cuello y logra tomar un poco de sangre , sus dientes asi como un poco de su cara manchada.- mmm supongo que esto debe traerte recuerdos no rosse.- con una voz baja y medio loca.- Rose ... rosee- saborea con su lengua lo queda de aquella sangre.

 

 

@@Rose Black Lestrange

[Franck Lovegood R.]

El silencio matutino que recorría la torre norte en su totalidad se vio interrumpido abruptamente. En la habitación del Lovegood un fuerte golpe hizo eco, aquel que en algún momento supo ser patriarca de ese castillo se encontraba tendido en el suelo. Agotado y sin aliento buscaba recomponerse, durante la madrugada sufrió de una persecución en el país de los tulipanes, uno de los integrantes de la triple alianza. El motivo de dicha cacería, una misión impuesta por el ministerio de magia de Francia al director del departamento de regulación y control de criaturas mágicas y sus tres jefes de división; a cada uno le habían ordenado investigar supuestos laboratorios secretos ubicados en cada uno de los 4 países protagonistas de esta guerra que se vive en todo el mundo mágico y que incluso ya trascendió al de los muggles.

 

Una vez bajado un cambio el Ravenclaw se quitó sus prendas hechas harapos y acto seguido tomó un baño. La fresca lluvia de la ducha recorría sus heridas generándole una sensación de ardor. Mientras tanto repasaba en su cabeza todo lo ocurrido en la madrugada. Había podido localizar el laboratorio secreto con base en los Países Bajos, pero en un intento de infiltración en el mismo fue advertido por personal de la organización dando comienzo a una persecución de la cual pudo escapar por los pelos, llevándose consigo algunas heridas.

 

Devuelta en el castillo el ex rubio teñido con un leve movimiento de varita terminó por vendarse a la altura de las costillas y el antebrazo izquierdo, heridas producto varios cortes y hematomas sufridos mientras escapaba y evadía a sus perseguidores. Se estaba yendo a dormir cuando de pronto se percata de la presencia de varias personas en los terrenos, lo cual era de extrañar ya que por lo general la única persona que visitaba con frecuencia ese lugar era su hermana Saori.

 

-Imposible que sean ellos, si los había perdido en las afueras de Haarlem.- exclama sorprendido y preocupado el Lovegood.

 

Con varita aún en mano y en alerta salió de su habitación. Mientras cruzaba los pasillos y bajaba las escaleras pudo observar que el castillo se encontraba en un estado mucho más pulcro, algo raro ya que los únicos dos habitantes eran los hermanos hijos de Keaton, y tampoco es que se pasaran tan seguido por esos lares como para dejarlo impecable tal y como estaba ahora. A su vez varios elfos corrían de acá para allá, algunos cargaban sábanas, toallas y se dirigían a las distintas habitaciones a cambiarlas. Ya en la cocina otros elfos estaban cocinando como para un batallón.

 

-¡Goloso, Pastelero! ¿Qué es lo que ocurre aquí?- preguntó el Ravenclaw confundido.

 

Allí es cuando ambos elfos le explican la situación al castaño. Le comentan de manera efusiva el sorpresivo retorno de su amo al castillo. Automáticamente ese sentimiento de preocupación e inquietud desapareció dando lugar a un alivio inmenso al confirmar que sus sospechas eran falsas. Acto seguido una pícara sonrisa se le dibujó en el rostro, su padre adoptivo había vuelto luego de muchos años sin saber de él, no iba a desaprovechar esa oportunidad para hacerle alguna maldad como en las viejas épocas.

 

-¡Perfecto! Los ayudaré con el banquete entonces amigos míos, pero primero iré a saludar a mi querido padre- dijo de manera irónica -, aprovecharé y le avisaré a mi hermanita también.

 

Para llegar aún más rápido hasta la torre donde se ubicaba la habitación de su padre utilizó la chimenea, la cual estaba encantada para que sirviera de pasadizo. Dependiendo a que torre querías dirigirte tenías que empujar uno de los cuatro libros puestos encima de la chimenea de metro y medio de altura; con el primero te dirigías la Torre Norte, el segundo te llevaba hasta la Torre Sur, si empujabas el tercero conectaba con la Torre Este, mientras que con el cuarto libro aparecías en la Torre Oeste.

 

Luego de salir por detrás de una biblioteca en uno de los pasillos de la Torre Sur caminó hasta dar con el cuarto de su padre, pero antes de irrumpir con un golpe en la puerta pudo oír que no se encontraba solo, sino que estaba muy bien acompañado, por lo que optó por no interrumpir dicha privacidad que estaban aprovechando ambos magos. Ya habría tiempo para hacerle la vida imposible. Después de dar media vuelta y marcharse se dirigió a su próxima locación, la habitación de su querida hermanita, otra de las victimas de sus bromas. Pero al acercarse a la puerta se encontró con que ella también estaba gozando de su privacidad junto a otra bruja.

 

-Ahora todo el mundo anda revolcándose menos yo- exclamó indignado -, eso pasa por el exceso de dedicación al trabajo, por algo fue uno de los motivos de mi separación en su momento- reconoció el Lovegood -. En fin, mejor me vuelvo, voy a preparar algunas sorpresas para el banquete- dijo marchándose rumbo al vestíbulo principal.

[Keaton Ravenclaw]

Las respuestas a todas las preguntas de Matthew llegaron al corazón del vampiro tan rápido que, de momento, tuvo que alejarse unos momentos de él, pero notó de inmediato la reacción y volvió a abrazar el torso desnudo de aquel único hombre al que de verdad amaba. Jamás había sentido nada semejante, jamás, aún y con todos los hombres con los que había estado y haberles dicho que los amaba... no, ahora que realmente conocía el sentimiento, todo aquello le parecía falaz. Una lágrima cruzó de nuevo las níveas mejillas del Ravenclaw.

 

―Creí que no te importaba, Matthew, de verdad, lo creí a tal punto que no pude más que alejarme... te veo tan unido siempre a tu familia, divirtiéndote con ellos, siempre riendo, que cuando llegamos a estar a solas, no sé, a veces dudaba de que de verdad mi quisieras como decías... Dejamos de hablar, dejamos de frecuentarnos el uno al otro, y la verdad es que creo que todo sucedió muy rápido, no nos dimos tiempo de conocernos, de estrechar lazos... nos dejamos llevar por el amor que sentimos, por aquel amor desbordante que JAMÁS, jamás había sentido por nadie ―Soltó sin más el ojiverde.

 

Keaton sabía que tenía una larga historia de "cualquiera" de meterse con uno y con otro y con otro, aún y cuando le decía a aquel maravilloso gitano que lo amaba... Si, era un egoísta, jamás se lo planteo, había pasado por tantos baches en su vida, por tantas decepciones, por tantos momentos difíciles, que no supo valorar la felicidad cuando se le presentó en forma de un Triviani. Estaba negado a encontrar el amor, lo suo eran solo aventuras de unas semanas, de cama, de sexo desenfrenado, pero jamás algo serio, así que cuando se topó con aquel hombre maravilloso, le quiso imponer a fuerza todo aquello que "deseaba", pero no era un deseo real, o de amor, era un deseo de posesión, de tenerlo ahí para cuando él quisiera, y no, las cosas no eran así, al menos no con él.

 

―Perdóname por ser tan egoísta, perdóname por no saberte corresponder de la manera en la que te lo merecías. Eres y siempre serás al único hombre al que he amado, con el único con el que de verdad me veo a futuro, Matthew, sé que siempre nos separan millones de cosas, a veces la distancia física, a veces la distancia emocional, a veces el carácter de ambos, pero quiero que sepas, que entiendas, que esta "huida" fue por miedo, por un miedo tremendo a no saber cómo sobrellevar tanto que me ofreces... Me he arrepentido de ellos desde hace unas semanas, de ser un maldito cobarde, de no saber valorar aquello que la vida, de una manera muy poco común, me puso enfrente... ―Comenzó a acariciar entonces el rostro del Triviani con dulzura que jamás nadie había recibido por parte suya...

 

Era un hecho, lo amaba, lo amaba de todas las maneras posibles. Los ama con locura, a la vez con cordura; lo amaba con infinita pasión, pero a la vez lo amaba con tanta ternura... como un niño quiere a su osos de felpa más querido; lo amaba con celos completamente innecesarios, sabía que era más probable que él mismo fallara a que el gitano lo hiciera, pero lo hacía más por toda aquella carga de inseguridades que la gente se había encargado de hacerle creer y que, idi*** él, se había creído. Ahora, quería conocerlo, quería de verdad saber quién diantres era Matthew Triviani, quería conocerlo a fondo, su verdadera historia, aquello que él amaba más que a nada, sus pasiones, sus gustos... quería que aquello fuera una pareja hecha y derecha, no solo un capricho.

 

Lo sentó entonces en la orilla de la cama. Su delgado cuerpo, su tersa piel... le provocaron un escalofrío que recorrió todo el cuerpo y que le hizo tener que agitar la cabeza para que se le pasara... Amó ese sentimiento, recordó aquellos primeros mensajes que se enviaban por lechuza, aquellas cartas incontables donde él le decía que siempre estarían juntos sin importar la forma... Lo amaría y lo respetaría así se encontraran en países distantes, aunque algo los separara... Jamás, jamás se volvería a ir de su lado. Con suma delicadeza y elegancia, se subió en sus piernas, lo miró con ternura y lo besó, aquel fue el beso más sincero que jamás hubiera dado Keaton en toda su vida. El dolor de los amores pasados desapareció con aquella muestra de cariño, sus debilidades, todo, se fue allí... no habría jamás otro hombre en la vida del tonto intento de historiador aquel...

 

―Te amo... ―Dijo en el oído del Triviani y se fundió con él en aquella cama con dosel.

 

@

[Isabella Hawthorne R.]

La oscuridad de la noche penetraba toda la comunidad mágica mientras una figura femenina se escurría por los callejones en dirección al Castillo Ravenclaw. Las gotas finas de sudor se escurrian por su frete y provocaban que el cabello se le pegara a las sienes. El suave rocío mojaba la capa de viaje impermeable que llevaba aquella noche, mientras que la capucha de la misma le cubría el rostro y su largo cabello rubio platinado, dejando que algunos de sus mechones escaparan por la parte inferior de la gabardina.

 

 

Todo se había salido de control, definitivamnete aquello no debía haber ocurrido de esa manera... Sacudió la cabeza de un lado a otro mientras su visión se nublaba torturandola con fragmentos de recuerdos casi tangibles de lo que acaba de hacer.

 

 

Sus pasos atropellados resonaban por las calles adoquinadas, pero ella no era capaz de percibirlos . El bombeo de su corazón se había apoderado de todos sus sentidos, haciéndola perder la orientación. Se paró en seco y, llevándose una de sus manos a la cabeza, empezó a mirar en todas las direcciones esperando poder recordar qué rumbo debía tomar.

 

 

Un temblor la hizo parar en seco sobre la acera. Pestañeo varias veces mientras intentaba reconocer el camino, pero no lo lograba, la adrenalina se estaba apoderando de su cuerpo. Apretó la varita de cedro que empuñaba en su mano izquierda, tan fuerte que sus nudillos se tornaron blancos. Empezó a girar sobre su propio eje, gimoteando desesperada hasta que sintió que alguien le tocaba la espalda. Gritó.

 

 

Despertó dando un brinco, aún escuchando su propio alarido retumbando en su cerebro. Se sentó en la cama, observando como aquel niño de ojos azules la miraba con preocupación, había sido él quien la había tocado. Suspiró aliviada, acariciando el cabello rubio de su hijo. -Sólo fue un mal sueño-. Le explicó mientras besaba su mejilla-. Intenta seguir durmiendo.

 

 

Había llegado el día anterior junto con Becan y su elfo doméstico, pero nadie de la familia se había percatado de ello, a excepción de Rowena, a aquella fantasma no se le escapaba nada. La Hawthorne sabía que aquel secreto se le iba a escapar en cualquier momento, por eso había tomado la decisión de dejarse ver por algún que otro familiar. Continuó acariciando el cabello del niño de diez años hasta que se volvió a dormir. Sus labios en forma de corazón se curvaron, mostrando una sonrisa genuina la cuál hacía mucho tiempo que no aparecía en su semblante. Había luchado tanto tiempo por volver a tenerlo a su lado y por fin, después de meses lo había conseguido.

 

 

Se levantó de la cama y, estirando ambos brazos a los laterales de su cuerpo, la bata que estaba colgada en unos de los percheros se amoldó a su cuerpo, ajustándose perfectamente a su cintura. Era temprano por la mañana, al asomar la cabeza por la puerta pudo escuchar el ruido de las vajillas, chocando unas contra otras y acomodandose para un gran banquete. El aroma a pan, galletas y pasteles recién horneados llegaron hasta su nariz, haciendo que su estómago sonara ¿cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había deborado un pastel? No lo recordaba, pero el olor que emanaba desde la cocina le indicaba que era buen momento para tomar el desayuno.

 

 

Sus pies descalzos se deslizana por el frío mármol de las escaleras, sintió un escalofrío que le recorrió el cuerpo, apresuró el paso hacia su objetivo mientras empezaba a escuchar el correteo de los elfos y sus respectivas discusiones a cerca de como le gusta a su amo el orden de los cubiertos. ¿Mi padre estará celebramdo su divorcio? ¿O se volverá a casar? Se preguntó mientras empezaba a ver como las guirnaldas se movían sobre su cabeza y se posicionaban al rededor del barandal de las escaleras.

 

 

Un muchacho castaño hizo su aparición desde uno de los tantos pasillos que se conectaban con la sala principal, lo veía de espaldas, al principio le costó reconocerle, hasta que lo escuchó murmurar en voz alta, pensamientos que la Banshee no comprendió desde lo lejos. Rió para sus adentros y, acercándose lo suficiente por su espalda le susurró al oído son su tan característica voz:- El rubio te sentaba mucho mejor.

 

Sus dientes rozaron la piel de su oreja, definitivamente a Isabella Hawthorne no le importaba violar el espacio personal de los demás, sonrió para si misma y, antes de que su medio hermano se volteara, se escabullo por uno de sus costados, avanzando hasta la cocina.-Hugo, prepararme un café con mucha azúcar.

 

 

@@Keaton Ravenclaw @

[Emilia Malraux]

 

 

 

 

 

 

 

 

El tiempo, el tiempo corre con sus matices y extraños giros que durante largos periodos nos atormentan o nos llenan de plenitud, la vida seguia su curso en una tierra que luchaba por completar una vuelta durante 365 dias, que para ellos podía significar el incio y el fin de muchas historias. Las horas también decidían lo que ocurriria mientras el reloj odioso marcaba en el minutero el andar de lo que fue, era y podría ser: siempre apurando las mentes de aquellos que buscaban encontrar paz y decidir su destino dentro de miles de puertas que se abrían y cerraban en el gran tunel llamado vida. Dentro de todo ese Caos de tiempos cortos y vidas llenas de dudas, se encontraba ella.

 

Sus cabellos rojos cual rayos de sol al cielo del atardecer ondeaban con bravura mientras sus pies hacían un recorrido conocido pero no pisado en años, los años que le había llevado terminar su sufrimiento y aceptar con gracia la llegada de su felicidad ¿La merecia? eso pensaba pues durante casi dos siglos había estado interponiendo su propia felicidad por satisfacer los designios y deseos de quién la rodeaba, olvidandose o bueno, engañandose a si misma fingiendo sentimientos eran solo una nube de polvo que se marcharian con el tiempo. -¡JA! que engaño mas ruin me obligue a creer a mi misma durante tanto- pensó, rompiendo el hilo de sus pensamientos mientras el frio golpeaba su rostro blanco cual porcelana china. ¿Cuántas veces había huido o había buscado llenar el vacio en compañias que no lograban anesteciar su soledad por solo un par de horas? dos siglos habían pasado hasta que por fin la diosa fortuna le había sonreido dejándola probar un poco de su dulce nectar y rehacer la historia que una vez se vio rota por culpa de un pasado tormentoso que ya no valia la pena recordar.

 

Ajusto su bufanda mientras llegaba a la puerta de la Hawthorne, toco dos veces aquella enorme campana esperando en su interior la bansheen escuchara su llamado y bajara a abrirle la puerta a una vieja amiga o quizas A un cometa que había vuelto a casa

 

 

 

@

[Franck Lovegood R.]

-¡Filósofo! No corras con toda esa vajilla encima- le advirtió el Ravenclaw al elfo que cargaba una pila llena de platos, copas y cubiertos -, Vlad encárgate de decorar el vestíbulo y los pasillos con estas guirnaldas y demás adornos; Melissa has hecho un gran trabajo con esas servilletas- le felicitó a la joven elfina quien le sonrió agradecida ante el reconocimiento del mago.

 

El Lovegood continuó supervisando los preparativos del banquete que se celebraría dentro de poco. Goloso y Pastelero cocinando a diestra y siniestra, Lando su elfo personal estaba brindándoles una mano en la cocina, mientras que el resto de la plantilla élfica se encontraban repartidos por todo el castillo colocando las decoraciones correspondientes. Rowena por su parte regocijó a los allí presentes con su fugaz visita por el salón, el joven mago hacía mucho tiempo que no se la cruzaba, quizá la curiosidad por todo el revuelo que hacía años no se vivía en el castillo la había hecho deambular por allí; le dedicó pequeña reverencia con la cabeza a la fundadora y prosiguió con sus tareas.

 

-Y eso que te dije que no corras Filósofo- le reprochó el castaño al momento que aplicaba un Reparo a toda la vajilla que se había caído y destruido -, ten más cuidado la próxima.

 

De pronto al ex rubio teñido le dio un vuelco el corazón. Una dulce y angelical voz que llevaba años sin escuchar sonó en su oído, la sensación de un leve contacto en el mismo hizo que se girara hacia atrás a la vez que llevaba su mano automáticamente al oído. Pero no había nadie detrás, por un breve momento creyó que estaba teniendo alucinaciones, hasta que regresó su vista al frente y allí estaba, aquella extensa cabellera platinada que recorría la totalidad de su esbelta figura, era imposible no reconocerla. El Lovegood acortó la distancia entre ambos de manera acelerada hasta llegar a rodearla con sus brazos por detrás. Siempre fue muy sobreprotector con todas sus hermanas, a veces se preguntaba si sería igual en caso de tener un hermano.

 

-En cambio tú te ves más hermosa de lo que recordaba hermanita- le contestó depositándole un suave beso en la comisura de los labios, aquellos con los cuales tuvo el privilegio de deleitarse tiempo atrás; una vez que el Ravenclaw se prende en ese juego termina subiendo la apuesta.

 

-¿Por qué no vamos un rato a mi cuarto para ponernos al día?- dijo con una pícara sonrisa ya plasmada en su rostro -. Podemos aprovechar el tiempo y pasar un buen rato juntos- le consultó a la Hawthorne mientras besaba su cuello, justo antes de ser interrumpidos por alguien quien llamaba a la puerta -, o podemos ir a recibir a la visita- comentó un tanto desilusionado por la oportunidad perdida.

 

Tomó de la mano a su hermana entrelazando sus dedos y la llevó hasta el vestíbulo. En el fondo el Lovegood estaba feliz y contento de volver a ver su hogar tan animado como solía ser tiempo atrás. -¡Buenos días!- exclamó recibiendo a la extraña pelirroja -. Soy Franck Lovegood, patriarca de este castillo... puedo explicarlo- se apresuró a decirle por lo bajo a Isabella antes que tirara algún comentario -. Bienvenida al hogar de la familia Ravenclaw.

 

@

@@Emilia Malraux