Floristería Las Tres Hermanas (MM B: 78830)

[Hayame Snape Potter Black]

-Si, bueno, pero conseguirlas de manera que funcionen ese es el chiste

Replicó Hayame dejando caer los párpados una vez mientras que observaba a la rubia de su novi que parecía tener un nuevo acceso de risa

Y vaya con esa costumbre que tenía a veces de reírse de la nada...

-Solamente hay tres nodos para recuperar gemas y otras cosas útiles para las granjas de todas esas zonas y están en Westown- suspiró la vampiro pelirrojo alzando tres dedos hacia las demás- y necesitas martillos de diferente dureza para poder sacar las vetas que necesitas para trabajar o siquiera para encontrar esos llamados soles de temporada para los sótanos

Se rascó la cabeza unos momentos e hizo una mueca, recordando todas aquellas cosas

-Y que ni se te ocurra sacar uno de esos de su ubicación porque entonces la magia se diluye y eso provoca que todas tus cosechas y lo que hayas hecho en la tierra se hechen a perder

Hizo una mueca con verdadero fastidio y suspiró

-Es terrible cuado te has esforzado tanto por sacar una porquería de esas adelante y entonces sin querer te llevas la roca equivocada y siembras lo que no deberías y por lo tanto, perdiste dinero y recursos y entonces...

[Lisette Ryddleturn]

Lisette volvió a dejar escapar una risita cómplice

-Si cariño, me parece que ya entendieron el punto... -dijo la rubia sonriendo con mayor cariño aún- no es necesario que te enfades, eras una muy buena granjera y todos en el pueblo te lo hacían saber y te agradecían el esfuerzo que empeñaste en levantar otra vez los negocios y lo que hacían en todo el sitio con tus trabajos

Se acercó a la pelirroja y le palmeó suavemente el brazo con una de sus manos en un intento de brindarle más animos

-Además, creo que solo te pasó una vez esa cosa de las cosechas, no?

Inquirió observando como su pareja de repente parecía componer una expresión que era similar a la de alguien que estaba a punto de llorar

La rubia dejó escapar un suspiro antes de voltear hacia el resto y sonreír con calma

-Desgraciadamente por nuestra cercanía con el mar y la costa de Lulukoko, a veces nos llegaban tormentas de todo tipo lo que hacía que las tierras que estaban expuestas a la intemperie se arruinaran y las cosechas se perdiesen ya fuera por el viento, el exceso de agua... o por las rocas que de repente caían del cielo y lo aplastaban todo

A esto su mirada se volvió preocupada

-Aun me pregunto como volaban esas enormes rocas...

[Seba Granger]

Creo que hoy sería un día para recorrer el callejón andaba en busca de algo especial pero la verdad es que aun no sabía que podía ser, así tendría que ver realmente que quería, y que esperaba.

Tras recorrer los primeros metros del largo lugar, me encontré con una florería creo que era mala idea, siempre andaba sacando las rosas que Eros plantaba en nuestro jardín tal vez podría haber algo nuevo, algo que tan solo mirarlo supiera que eran para ella.

Empuje la puerta del local para encontrarme con una infinidad de flores por todos lados, los olores me perdían un poco nunca había sido de muchas flores, al menos nunca en esa cantidad, y solo algunas me gustaban sus olores.

No lo pensé mucho y comencé con el primer pasillo hacía mi derecha, creo que a esa lugar tenía que haber ido con Eros, el hubiera estado encantado.

[Ashley Peverell]

La jovencita aquel día había decidido que se adelantaría a la familia, aunque todas las demás chicas se encontraban ocupadas en esos momentos preparando los sacos de abono, ella no deseaba ensuciar su perfecto vestido de ese día, por lo general siempre tenía los mismos colores pero dado que todavía era invierno se había decidido a utilizar uno que se veía en gris plata pero al ser cercano al blanco, igual podría ensuciarse si lo acercaba demasiado al lodo.

-No sé cómo pueden gustarles esas cosas de estar removiendo el barro...

Había dicho para sí misma con su pequeña y aguda voz infantil, colocándose las dos manos en la estrecha cintura y volteando hacia atrás hacia el dintel de la puerta que había dejado; rechistó entre dientes y comenzó a andar con sus pequeños zapatitos resonando en el suelo de madera de la floristería, cuando el tintinear de la campana de entrada llegó hasta sus finas orejas.

-¡Bienvenido!

Exclamó la niña con dulce voz, al menos para que el visitante supiese que el negocio no estaba solo y entonces la niña caminó hasta el mostrador para colocarse detrás de la registradora.

[Anthony R. Dracony M.]

¡Solo un día para el gran mes!.................tenía que pasar a encargar el regalo especial para su novia y esposa..............ese día se vistió con un chaleco negro brocado en verde esmeralda, haciendo juego con su camisa de manga larga verde esmeralda y esas mancuernillas de plata en la altura del botón alto en el cuello y en cada puño. Eligió un saco largo de corte frances, que aunque es totalmente negro, tambien tiene unas grecas en hilo negro satinado sobre los costados de sus brazos, un ornamento que hace conjunto con la decoración del saco en el vuelo del largo de la cintura al ribete, su calzado fino en negro al igual que el pantalón de vestir.

 

Salió justo después de ver a su amigo Abizaid en el hotel, donde ambos son socios, dejo el hotel a cargo del rubio y él salió justo antes de su hora para presentarse al trabajo Ministerial, sabe bien que el local es el mejor en cuanto a arreglos florales y lo que tiene en mente es algo muy especial...

 

 

No se entretuvo, camino ligero por las calles de Ottery, tiene tiempo que no ha ido al local donde allá a su prima Heliké, a su tía Sagitas o a su tía Amy.An....de está última mucho más interesante sus encuentros, pero hace un año que no la ha visto...

Tiene que recordar la ubicación del establecimiento, con tanto caso en Misterios, no ha "paseado" por Diagón lo que hace más tardado encontrar lo que busca.

[Seba Granger]

-Muchas gracias- dije a la pequeña, -¿Trabajas aquí?- añadí bromeando un poco cuando la nena se ponía tras el mostrador del negocio.

-¿De casualidad no se encuentra Sagitas- apoye mis manos en el mostrador mientras conversaba con la pequeña bruja. Supongo que si estaba ella sola ahí podría ayudarme un poco a conseguir algo lindo para mi novia.

-¿Que edad tienes? claro si es que se le puede preguntar a una señorita como tu- dije sonriendo un poco, -Necesito comprar algo lindo para mi prometida, ¿crees que me puedas ayudar a elegir algo lindo.-

Sobre todo algo que no fue demasiado fuerte, al menos a mi no me gustaba las flores tan potentes, sentía que me ahogaba un poco con ellas.

@ mis disculpas recién vi que me contesto.

[Anthony R. Dracony M.]

Estaba justo a tiempo para iniciar la idea que tenía en mente...solo un día del mes de febrero....debía lograr su objetivo....un tanto más aliviado se sintió el ojimiel, al recordar como obtuvieron esas orquideas susurrantes para el ornato en su boda......¡definitivamente era el lugar adecuado! si alguien podía lograr conseguir esas raras rosas, eran precisamente las socias de esta floristeria, y era el mejor sitio para iniciar la maravillosa demostración que haría para la castaña....

 

Nadie sabía lo que pretendía el ojimiel, puesto que no contó nada a nadie, tampoco dijo nada frente a los elfos, ni a su sombra le comento nada!...............solo se sonreía a solas y después actuaba como un funcionario ofuscado por su trabajo (nada complicado porque en verdad el Departamento estaba muy requerido es estos días) el peliverde ni siquiera lo escribió a su padre Reacon (Y eso que por lo general siempre le cuenta todo....) no, no había escrito, ni comentado ni sugerido nada...era un secreto y el ojimiel, suele ser muy bueno para mantener los secretos muy bien resguardados...

 

Casí estaba en la idea de ser un cliente que solicitará su pedido bajo un seudonimo, pero en la floristería si deseaba encontrar a sus tías....ansioso entro al local en cuanto lo localizo...

[Sagitas E. Potter Blue]

Estaba herida. Me había dejado pillar pero había merecido la pena. Aparecí como pude, arriesgándome a una despartición, en uno de los callejones inmediatos a varios de mis negocios. Si sólo pudiera llegar a uno de ellos... Oteé con cuidado cuando llegué a la calle principal del Callejón Diagon. Había gente caminando deprisa pero nadie se fijó en mí. Avancé todo lo rápido que mis ojos me dejaban ver. La acera parecía moverse y tenía la mirada turbia. Creo que iba goteando sangre del brazo inerte. La varita partida la llevaba escondida en la otra mano, la izquierda, mientras apretaba con fuerza un pequeño paquetito que me cabía en la palma de la mano. Eso era lo más importante en este momento.

 

Me apoyé contra el muro. No iba a llegar. El Parque de las Lamentaciones quedaba a las afueras y no llegaría al Circo. Boqueé. Sentí el ruido de un par de apariciones y volví a moverme, sin rumbo concreto, con la sangre goteando cada vez menos; pero no porque me hubiera curado, es que apenas me quedaba para seguir en pie. Sentí el olor a abono y elevé la cabeza. Estaba al lado de la Floristería.

 

Tomé varias bocanadas de aire antes de dar unos pasos hacia la puerta. Empujarla fue un esfuerzo casi imposible. Entré y paré la campanilla que anunciaba que habían entrado clientes. No quería que nadie de fuera la oyera. Después avancé y acabé sentándome en unos de los tiestos de Ficus gigantes que parecieron no estar de acuerdo en que les robara espacio.

 

-- Por favor, apagar las luces, que parezca que... la floristería... está vacía... -- Tomé aire con fuerza. Se me nubló la vista. Me pareció ver una figura con el pelo verde. -- ¿Antoni? ¿@? ¿Eres tú?

 

Puede que me confundiera. Todo lo veía verde en este momento.

[Tamarindo]

Estaba yo paseando por el callejón Diagon, sin rumbo fijo pero con ganas de tomarme un café un un té... hasta que pensé, que quien mejor me sirve los cafés era mi amiga Sugus, siempre me da galletas de Harapos cuando puede, y siempre me invita a café y a merendar con ella. No habia mejor amiga que la que te invita a eso en vez de cobrarte como en una cafetería. Que yo no estaba muy millonaria para tomarme cafés por ahi pagándolos... Que se iban a creer.

 

Me acerqué a algún negocio de mi amiga y no vi que estuviera en ninguno... estaba ya de regreso a casa o a saber dónde, cuando a lo lejos la vi, un poco... encorbada, es que ya tenia chepa mi amiga y yo sin saberlo? conmigo disimula muy bien esa curvatura de columna... Seguro que algo le pasó... pero que me lo cuente con una taza de café y galletas...

 

--Sugus!!

 

Grité a ver si me oía antes de entrar al negocio, pero nada, entró y no me hizo caso alguno... que a sus achaques de señora mayor también se le suma la sordera? Anda que si la vi hace poco y estaba jovenzana y buena moza... No puede ser que en este mes que llevo desaparecida hayan envejecido tanto.

 

Me acerqué rapida a la floristería, pero cuando llegué estaba todo apagado, como si estuvieran cerrados... y ella ahi, sentada y chepuda en unas macetas...

 

--¿Hola?

 

Pegué mi cara al cristal hacienco una mueca que seguro hacia reir al niño mas inocente del mundo (?) pero creo que en ese momento no eran risas lo que tenian ganas... me incliné mas sobre la puerta y se abrió.

 

Entré.

 

Sugus estaba ahi sentada y maltrecha... y yo iba a piñón fijo.

 

--Por fin te encuentro, Sugus. Que tal si merendamos un café de esos tan ricos que tienes siempre, con galletas de Harapos? Oye, pero qué te pasó?

[Anthony R. Dracony M.]

Atisbaba en dirección al mostrador....¿A quien de sus conocidos vería?

Sentía emoción, le agrada saludar y así da las buenas tardes a una joven que ve por primera vez, es una jovencita muy simpática pero al desconocer su nombre, solo dice "Hola"!

 

Ella está afanada en su tarea que no le responde, le parece al ojimiel que está buscando algo en la trastienda y por esa razón la jovencita se pierde de la vista del peliverde. El muchacho no se agüita, para pasar el rato, va examinando los ejemplares florales que hay en el local.

 

-- Que interesantes plantas! -- Emito un suspiro...--tal vez encuentre algo más que pueda comprar para ella.-- Admiro lo que hay en el local cuando escucho un apagado sonido tintineante. Apenas me recuerdo que escuche una campanilla cuando yo mismo entre a la Floristería, así que pienso que puede ser alguien sensible al ruido ya que no permitió que sonará.

 

Unos arbustos me impiden ver a la persona que ingreso, por unos segundos agudizo el oído...muy lejano me pareció escuchar una voz apagada...--¡Que extraño! --Levanto la voz caminando en dirección al sitio donde procede aquella frase que no entendí-- ¿Quién es?

 

Rodié aquel verde ser vegetal, la figura de mi tía Sagitas me lleno la vista y miré con curiosidad su semblante, no tiene una apariencia normal, algo le pasa...

--¡Tía Sagitas! si...soy yo, no te veo en buen estado...--Iba a decir algo más, pero la proximidad de Tamarindo me hizo clavar mi atención en ella. -- ¿Vas llegando Tama? creí que la acompañabas...es obvio que no esta bien, ella no luce así, tiene algo... -- Digo a la chica mientras examino a mi tía y me percato que su brazo derecho sangra...lo primero que pienso es en llamar a alguien más experimentado en casos así...@Bodrik la Directora del Hospital San Mungo y mentora de mi amigo Asrael...saco un trozo de pergamino y escribo una veloz misiva a la joven pelinegra, suplicando le que acuda en ayuda a mi tía Sagitas.