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•Juan Valdez Café ®• (MM B: 100831)


Tauro M.
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La pequeña criatura se apareció en el local, recordaba bien los sitios que le habían pedido ir a dejar algunas misivas, eran importantes, el elfo no deseaba equivocarse por lo que repetía los locales que debía ir de acuerdo al tipo de mensajes que tenía para dejar a los propietarios.

Se preocupa de importunar, no deseaba causar problemas, por lo que desde que comenzó su tarea, se decidió por dejar la misiva en el buzón de cada local, después de todo, cada misiva iba de parte de su amo y ellos sabrían que lo envía no solo por ser diciembre, sino también por la estima que les tiene...

Se acercaba el elfo a la entrada, trataba de que le pasasen los nervios y así deslizar la misiva sin que lo detuvieran con preguntas que no podría responder, o al menos es lo que pensaba, mejor ser rápido y desaparecerse...

 

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  • 2 semanas más tarde...

Tauro hubiese todo su dinero almacenado en Gringotts por saber lo que pasaba en la mente de la bruja. Ella estaba convencida que Sol tenía muchas historias que contar, que su vida era fascinante como siempre la había imaginado y que simplemente era reservada en público, pero ahora le estaba permitiendo a Tauro conocer un poco más de ella y eso la tenía más que agradecida, encantada. Con Sol le resultaba muy fácil ser ella misma, no se andaba con tapujos o cuidadosa al momento de elegir bien sus palabras.

 

-- ¿Sabes algo? Nadie tiene por qué entender el cómo te sentiste, lo importante es que tú lo hayas experimentado, Pero te quiero confesar algo --dijo acercándose un poco más, para simplemente susurrar -- Yo sé lo que se siente. Es como correr desnudo --y rió --Bueno, no es la mejor comparación, pero es como correr desnudo y no sentir verguenza por ello. Cuando perdemos el control estamos aceptando nuestra verdadera naturaleza y solo allí podemos sentir una libertad plena y con ella viene la felicidad. ¿No te parece?

 

Los demonios como tal tenían menos problemas para ser ellos mismos, pero al vivir en un mundo de humanos habían aprendido a controlarse un poco más que todo por sobrevivir, porque de algún modo necesitaban estar entre ellos.

 

-- Y esa persona que te hizo perder el control... ¿Aun existe? ¿Cuéntame como te sentiste? --la conversación se estaba tornando un poco más personal, más íntima, así lo sentía, pero de algún modo creía que podía tratar esos temas con Sol --¿Crees que exista la posibilidad de que alguien más te haga perder el control? --preguntó con picardia sin poder evitarlo, así era ella. @@Sol Lestrange Black

 

Marion Smith

 

Pese a el tono divertido en el que la clienta se tomaba la situación, yo no podía dejar de preocuparme, por lo que le aseguré que permanecería muy cerca en caso tal de que necesitara ayuda de manera inmediata. Tomé su pedido y marché hacia el mostrador de donde tomé la tarta, le serví un buen pedazo y yo misma le preparé el Mocca en uno de los vasos medianos, esperando que ese fuera de su agrado. Serví todo en una bandeja donde agregué también una galleta de la casa, como regalo por su visita.

 

-- Espero que todo sea de su agrado, si necesita algo más ya sabe que me puede llamar. De inmediato --señalé en un tono de advertencia, para que supiera que sí me sentía responsable por cualquier efecto de alergia que pudiera tener --La galleta se la puede llevar a algún familiar o amigo, o novio si tiene. Haré llegar la recomendación para que también se hagan galletas de zanahoria, ya que me ha parecido una estupenda idea.

 

En eso una carta fue deslizada por debajo de la puerta del local, Marion se disculpó con la cliente para ir a mirar y lo que encontró fue una inda postal que guardó en el bolsillo de su delantal para luego entregar a la dueña.

Editado por Tauro M.

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  • 2 semanas más tarde...

--GRacias por la galleta, se la llevaré a casa a quien quiera comerla para que prueben y vengan la proxima vez conmigo hasta aqui a tomar un café... seguro que a mi novio le gusta... porque a mi suegris no hay qquien la saque de casa...

 

Me sentía muy a gusto hablando con aquella camarera y no queria que se fuese... saqué mis artimañas de soltera y la miré con dulcura y misterio... una mirada extraña pero que a veces funcionaba como para retener a la gente y se quedara conmigo a hablar... no es que ligara con esa mirada... pero servia para hacer al menos amigos XD

 

--SI no tienes mucho trabajo, te invito a algo que quieras tomar de aqui y te quedas charlando conmigo, si quieres... me pareces una chica genial y agradable, y asi me vigilas por si me da algo de alergia...

 

Sabia que la tactica de vigilarme por la alergia podia serle atractiva... ademas de que asi saciaba su preocupación por mi...

 

@@Tauro M.

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Marion Smith

 

Noté que me estaba mirando de más y un leve sonrojo se dibujó en mis mejillas, no sabía qué me estaba tratando de decir con ello, pero como ya había mencionado a su novio descarté por completo la opción de ligar y lo tomé como que solo intentaba ser amable conmigo, lo cual apreciaba de sobremanera. Ahí fue cuando me ofreció sentarme con ella, miré hacia atrás por encima de mi hombro y le hice señas a otro de los camareros sobre que iba a tomar mi descanso en esos momentos. Me saqué el delantal y tomé asiento frente a la que había dejado de ser mi clienta.

 

-- Normalmente tomo el descanso en un lugar que queda a tres negocios de aquí, pero es porque tiene el mejor té de todos y bueno, debo confesar de que es mi manera de investigar a la competencia --bromeé. La verdad es que me sentía muy a gusto con ella, quería conocerla, saber de donde venía, sus gustos. Muchas cosas.

 

-- ¿Vienes muy seguido por el callejón? --pregunté para romper el hielo, haciendo la introducción hacia una conversación que pintaba ser más profunda. @Tamarindo

 

 

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La búsqueda de los objetos malditos.

 

Hacía apenas unas pocas semanas que había decidido ser parte del grupo de la Orden del Fénix. Mis motivos eran solo míos, habían muchas cosas que todavía no tenía claras y no estaba segura de querer hablar, pero era mi intención que ellos me vieran como parte de su grupo, ganarme su confianza para que así mi estadía fuera más placentera. Por otro lado tenía amigos allí o eso me gustaba pensar, no pretendía venderles una idea falsa sobre ideales, pero debían saber que estaba comprometida a que durara lo que durara mi estancia iba a ser todo lo posible para cumplir con mis responsabilidades. Manejaba un bajo perfil y ahora estaba a punto de dejarlos ser parte de mi vida, por eso mandé una lechuza a cada uno y una vez se presentaran les indicaría el motivo por el cual los había convocado.

 

-- Sean todos bienvenidos y gracias por asistir. Adelante, les tengo preparadas tazas de café y panecillos, aunque pueden tomar lo que quieran --Se había organizado una sola mesa (juntando una al lado de la otra) con sillas para que nos sentáramos todos juntos, parecía una reunión social, de esas en las que te sientas a conversar de temas triviales, pero dado que no estábamos a ese nivel de confianza hubiese sido demasiado raro de ser así, por lo que fui directamente al grano --El motivo por el cual los he llamado, es porque quiero que me ayuden a encontrar tres objetos malditos que están en algún lugar del local. Llevan aquí desde que inició el negocio y al principio no le presté atención, pero ahora está generando malestar en los trabajadores, todo el que llega se enferma y tiene pesadillas por días --expliqué --, pero no se preocupen, de momento he preparado estos amuletos que les pido se vayan pasando, los cuales los protegerán por un par de horas --. añadí entregando los amuletos con forma de estrella.

 

-- En realidad se trata de tres libros, sin nada escrito en las páginas, pero algo me dice que su magia percibió lo que pretendía hacer con ellos y se han ocultado en algún lugar de la tienda. Esa es toda la información que poseo.

 

No sabía si iban a estar dispuestos a ayudar a una casi desconocida como yo, pero era la oportunidad perfecta para conocer también parte de su magia y aprender de ella.

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1hNVkHO.pngRecibir aquella lechuza fue toda una sorpresa para mí. Por supuesto, sabía quién era el remitente aunque su nombre no fuera el más conocido en el Bando; también conocía parte de sus anhelos al entrar en él, tras nuestra charla privada en aquel local perdido en el que me había citado unos días (¿tal vez meses?) antes. Pero no me esperaba recibir una cita así, para visitar su negocio. Sus palabras eran lo suficientemente claras como para saber que tenía que ir y lo suficientemente ambiguas como para no saber cuál era el motivo para ir. Pero todo eso quedaría rebelado en cuanto apareciera en aquel local.

 

Había visto varias veces el Juan Valdez en mis continuos paseos por el Callejón Diagon pero no estaba segura de si había entrado alguna vez. Algo me decía que sí, que había pisado aquel suelo en alguna ocasión pero mi mente no llegaba a cuajar el momento y eso me confundía. No sé si fue por ese motivo o por el deseo de ayudarla pero me personé allá. Un negocio que tiene el nombre de un famoso experto en cafés, ya merecía mi atención sólo por eso.

 

Llegué al lugar y me maravillé con el lugar. No esperaba encontrar cafetos en el mismo lugar donde se consumía pero, ahora que lo pensaba, era atinado. Entré en el local y aspiré aquel agradable olor. Aún así, yo lo tomaba con mucho azúcar. El café puro no era del todo de mi agrado. No tuve tiempo de ver más del ambiente porque enseguida la dueña nos recibió. En la mesa había cafés y pastas y seguro que hubiera tomado alguno si sus palabras no me hubieran detenido.

 

-- ¿Objetos malditos? -- repetí como boba. -- ¿Se...? ¿Se enferma? -- volví a repetir como un loro que no entiende lo que dice.

 

Tragué saliva y ahora aquellas pastas y el café no me parecían tan apetitosos. Agarré uno de los talismanes y lo observé con detenimiento. Y, por fin, hablé algo casi mío.

 

-- ¿Qué pretendías hacer con los libros?

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La chica se sentó conmigo, que ilusión, no es que haya ligado, estoyen pareja, pero echaba de menos ir a cafeterías y hablar con desconocidos y conocerles y esa emoción de aventira a lo desconocido de las personas... se sentó conmigo, si, y fue muy amable de tomarse un descanso... ahora solo faltaba que tambien se tomase algo, yo invitaría, por supuesto, aunque no sé si pueden descansar y consumir a la vez,...

 

--Pues por el callejón estoy bastante, no voy a muchos negocios, esos si, solo de vez en cuando a alguno a tomar café o té... algun pastel... pero yo realmente lo que tengo es un negocio aqui al lado, es la galería de arte RIndo... no sé si la conoces. es una fachada de cristal, con una galería en blanco pulcro con cuadros de los que me visitan y al fondo tengo el taller donde trabajo.

 

Me había explicado lo mejor que pude, estaba un poco nerviosa asi que bebí un srobo y tomé un trozo de tarta de zanahoria, que buena estaba

 

--Esta deliciosa la tarta... pero dime, como te llamas? como llegaste a trabajar aqui? te gusta?

 

@@Tauro M.

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Darla había insistido en que la acompañara y la Black había tenido que pensarlo muy bien, las unía la historia, una promesa de protección y ahora, que las navidades finalizaban, la necesidad de Kimberly de no dejar de lado a sus amigos. Había aceptado intentar congeniar con la gente de la Orden del Fénix pero ¿cómo hacerlo cuando no conocía a nadie? Y la Potter Black no estaba siendo precisamente la más sociable. Le había hablado de las historias heróicas, del templo blanco, de una fortaleza desaparecida y errante pero para Kim todo era como una historia vacía de contenido. Bueno, no tan así, ella había vivido batallas y conocido lugares desde su Irlanda natal, pasando por Francia y hasta la Rumania de Scarlet, el alter ego de la Potter Black, pero sus historias eran más sangrientas, por eso le parecían cuentos infantiles lo que Darla le contaba de los fenixianos. Como fuere, terminó aceptando, aunque no se había presentado en ninguna reunión de ellos, hasta ahora.

 

Darla le había hecho llegar una lechuza que le habían enviado, Kim conocía a la remitente, aunque dudaba que la ex líder mortífaga tuviera ni la más fugaz idea de haber visto antes a la Black, por más que sí había estado en su fortaleza oscura. Sonrió divertida pensando en ello, escamas, varios estaban llenos de escamas. Finalmente Kim terminó cediendo y se puso su abrigo, una larga chaqueta de cuero negro que cubría toda su ropa, de igual tono, unos pantalones de cuero, botas altas y una camisa ajustada. La varita la llevaba en el bolsillo lateral de la chaqueta.

 

Aparecer frente al local, con las indicaciones de su anfitriona, no fue difícil, apenas entró el aroma al café recién tostado llenó sus fosas nasales, y fue un deleite, después de las peripecias que había pasado en la Nochebuena quizás no era tan mala idea reunirse a tomar un café.

 

--Buenos días --saludó apenas traspasar el pórtico, observando lo bien dispuesto del lugar y dirigiéndose hacia la larga mesa que estaba dispuesta allí, de inmediato reconoció a la anfitriona, era imposible olvidar esa cabellera celeste y hablando de cabelleras, la otra imposible de confundir eran los cabellos violetas de la tía de su amiga Darla.Se habían cruzado hacía mucho tiempo ya en algún lugar que no recordaba bien.

 

--Soy Kimberly Black, soy nueva en estos ideales --dijo simplemente a modo de presentación, tomando asiento a la diestra de la Potter Blue.

 

Cuando la bruja que los recibiera les contó la historia de por qué los había citado frunció el ceño. No era la mayor experta en artefactos oscuros, pero sí tenía suficientes conocimientos de maldiciones para saber que aquello debía ser un artefacto poderoso, para influenciar en la salud física y mental de aquellos a los que afectaba. Tomó la estrella protectora mientras la Potter Blue había preguntas, o las tartamudeaba, quizás sorprendida por el hecho de que la bruja tuviera planes para los tres libros, que gracia, conociendo los orígenes de Darla y la anfitriona no la sorprendían para nada.

 

--Creo que es buena idea que nos llamaras para que nosotros rastreáramos los objetos en el local estoy segura de que si los libros te esquivan a tí enferman a las demás personas para que no puedan señalarte en dónde ellos están --acarició la estrella que había enganchado como un dije en su cadena de plata --¿tienes alguna idea de dónde empezar a buscar? ¿En el ingreso del local quizás? ¿o más adentro en el lugar?

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Marion Smith

--¡Oh! Entonces tienes un negocio cerca --exclamé emocionada, segura de que los ojos me brillaban. --¿Crees que pueda ir un día de estos? Me gustan los cuadros, el arte, aunque a veces no lo entienda --le dije bromeando. Era fácil hablar con ella y ya me sentía a gusto, lo único malo es que cada vez que me sentía así el tiempo pasaba volando.


-- Me llamo Marion, Marion Smith. Un apellido bastante común --le expliqué, extendiendo mi mano hacia ella para presentarme de manera oficial --Llegué aquí de casualidad, aunque en realidad iba para una entrevista de trabajo y después de arruinarlo fantásticamente vine a tener aquí. La dueña apenas estaba abriendo y de inmediato me ofreció un puesto, creo que estaba desesperada --sonreí --Desde entonces sigo aquí, la paga es buena, no me quejo y puedo seguir pagando mis estudios. Sueño con volverme una repostera, la mejor de todas.


La búsqueda de los objetos malditos.




Miré a la peli-violeta, no sabía si estaba aliviada de verla o nerviosa por el trato hecho varios días atrás. Nuestro acuerdo era extraño, no confíamos ciegamente en la otra pero sin embargo había confianza. Asentí cuando preguntó si la gente se enfermada y me quedé por un momento callada --Sí, se enferman por días con algo que se cura simplemente cuando se van de aquí, pero mientras tanto tienen pesadillas y bueno, es normal que después de esa experiencia no quieran volver. He gastado mucho en café gratis y como sabrán eso no es bueno para ningún negocio --Sin embargo, la pregunta que le siguió a esta me recordó por qué tenía que andarme con cuidado con la bruja.

-- Nunca dije que los quisiera utilizar --. Sonreí un poco --Tengo alma de coleccionista y si les soy sincera poseo cierta fascinación por los objetos peligrosos --.Hasta el momento no había dicho nada grave que me expusiera o eso quería pensar. Seguí paseándome por el local hasta que una nueva persona ingresó --Aunque bueno, si los encontramos capaz podamos averiguar juntas qué es lo que hacen esos libros, ¿no les parece?

-- Kimberly, bienvenida --. De inmediato la puse al día con lo que sucedía y rápidamente se acopló a la situación --Lo que mencionas es interesante, yo también siento que se esconden de mí. ¿Idea de donde buscarlo? Bueno, la última vez que los vi estaban en la bodega, si pudiéramos seguir el rastro de su magia capaz podamos encontrarlos --lo curioso es que a veces podían mimetizarse con el entorno,lo cual haría un poco más complicada la búsqueda.

 

@@Darla Potter Black @@Tamarindo @@Sagitas Potter Blue

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La rubia había sonreído a Tauro cuando les dio la bienvenida y atenta escuchó las palabras de la dueña del local. Sí, era interesante la idea de averiguar cuál era la verdad sobre cada uno de los libros, qué es lo que ellos contenían y cómo les podrían ser útiles. A Kimberly le gustaban los objetos misteriosos pero sospechaba que el interés de la bruja iba más allá de la colección, de hecho si fueran de ella esa era la realidad, buscaría aprender a utilizarlos.

 

--¿Con que la bodega eh? Creo que sí podríamos intentar rastrearlos, podríamos utilizar las runas antiguas para realizar un hechizo de revelación, podrían guiarnos a los rastros de magia que han ido dejando los libros y quizás combinando el poder de un hechizo con runas con la magia de los libros y sus amuletos podríamos localizarlos --la rubia pensaba en distintas ideas que le venían a la mente, había utilizado alguna vez antes la magia de las runas para localizar a algunas de las brujas perdidas del aquelarre, si se podía localizar a una persona, que puede poner barreras mágicas, mucho más simple debería ser localizar unos libros, aunque si eran de magia antigua quizás les dieran más batalla de lo que esperaban.

 

--Si se mimetizan no podríamos utilizar un hechizo revelio potenciado con magia osc... --la rubia se atragantó y tosió un poco acalorada al recordar a Sagitas allí presente --magia antigua ehmm... eso, magia antigua --a veces olvidaba que ya no estaba en la fortaleza oscura y que por más que allí estuviera Tauro no la estaba comandando como cuando realizaban las Guardias a las que la enviaba la Potter Black. Por un momento se quedó pensando. Las guardias. ¿No habrían colocado algún artefacto o hechizo en aquel entonces que aún estuviera bloqueando la magia de los fenixianos?


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La alegría de que supiera que tenía un negocio cerca me pareció de lo mas sincera y buena. No todos reaccionan cn ganas de venir a ver arte de buenas a primera, y eso que admite que no la entiende a veces, jajaj, que adorable es esta chica.

 

--Si si, está aqui al lado, unos portales mas abajo. Por eso vine aqui, me queda cerca y no tengo que caminar mucho entre tanta gente. La calle está horrible a veces y no me gustan los tumultos. Y del arte no te preocupes, lo que hago yo son retratos, fáciles de entender. Capto la esencia de quien quiere uno mientras hablamos. Y los pinto. Allí mismo en mi taller.

 

Espero que eso la animara a aparecer, seguro que asi podríamos seguir hablando mucho mas, era una chica muy agradable +.+

 

--Encantada de conocerte, Marion. Y estoy segura de que llegarás a ser una buena repostera, porque si estás tartas son tuyas, ya lo eres, eso sin duda, está deliciosa esta tarta. Y me alegro muchisimo de que te hayan dado el tratajo aqui, asi pude conocerte

 

Le sonreí de forma amable, de esas con los ojos casi cerrados y una gran sonrisa en la cara... como si todo mi ser estuviera muy contento de conocerla.

 

--¿Dónde estudias? ¿Qué te enseñan allí?

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