Stormride Ghost Ship (MM B: 102158)

[Axel Rexdemort]

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Venta de Artículos Piratas

Exterior

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Un pequeño Bergantín que data del siglo XIX a las afueras del callejón Diagon, sacado de las aguas del Estrecho de Øresund (Dinamarca) Axel Rexdemort ganó una subasta por el navío. Con una fuerte quilla de viraro y una estructura de cedro para las trancas y las cuadernas, el tiempo y el agua salada han podrido la madera dándole un toque negruzco y un característico aroma el cual puede incluso marear minutos después.

De 20 metros desde la Proa a la popa, en la roda de la proa esta decorado con cráneos humanos, así mismo en cada amura posee una escultura tallada en hueso del demonio Belial, donde sobresalen sus cuernos y colmillos, típico en lo barcos piratas de los vikingos escandinavos.

Con un tres mástiles de más de siete metros y numerosas vergas de donde cuelgan velas de tela negra (corroída por el tiempo y el aire marino) le dan un aspecto lúgubre. La escalera de madera adjunta a la parte inferior de la amura derecha dan acceso a la cubierta la cual demuestra más el deterioro del navío.

Allí mismo se exponen los artículos en venta que van desde, parches para ojos, patas de palo, cráneos y huesos humanos, botellas de vinos antiguas, hojalatería en forma de monedas de oro, banderas con Jolly Rogers, mapas de aguas europeas y asiáticas y una gran ancla de hierro que descansa en una esquina del mástil principal.

Interior

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En el único cuarto bajo la cubierta, una habitación donde el olor putrefacto de la madera esta mucho más marcado se encuentra un gran armario que ocupa 1/4 de la habitación. Donde se exhiben vestidos victorianos (la mayoría copias de mala calidad) sombreros con toques marinos, plumas de aves exóticas, joyería, talismanes y una replica del atuendo de la Banshee de los Mares Agitados, una especie de deidad venerada por marinos con nexos satánicos.

Al lado derecho esta la armería la cual exhibe entre sus curiosidades espadas largas con hojas oxidadas o de hierro, un par de Mandobles uno con un exquisito diseño inspirado en huesos, varios Chakrams con hojas de acero, una guillotina voladora (extraída en un robo a una casa de subastas en Beijin) y un mosquete estilo español de antes del siglo XVIII Siendo la colección con mayor numero de objetos (después de la de vestidos)

Detrás del vestidor, se encuentra el verdadero negocio, varitas de imitación, joyas robadas de casas importantes como Malfoy o Ryddleturn. Documentos falsificados del Ministerio de Magia, Pociones alteradas del Magic Mall, Recetas alquímicas y de trabajo sabio para la creación de gemas mágicas y una basta colección de DVD y Blu-ray sobre un estante.

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Editado 29 de Agosto del 2016 por Axel Rexdemort

[Keira Katina]

- Stormride Ghost Ship

Parada frente a aquel negocio leí en voz alta su nombre porque sonaba bastante curioso, como el título de algún libro de aventuras. Torcí mi boca a la derecha y estreché los ojos. El local era literalmente un barco, hasta olía como uno, con ese característico olor a madera mojada casi podrida. Eso me recordó a cuando había estado en Singapur así que decidí entrar para curiosear un poco y ver que podía encontrar allí, además tenía un cumpleaños cerca y podría aprovechar a buscar algo para regalar.

 

Subí por la escalera cudadosamente porque no parecía muy estable y llegué a la cubierta donde vi botellas, huesos y todo tipo de objetos extraños. <<Acaso venden esto>> pensé mirando todas esas cosas. Tomé un mapa para ver de qué se trataba y con sorpresa vi que no estaba tan mal, quizás se lo podría regalar a mi madre para que lo colgara en la biblioteca del castillo.

 

Caminé hasta llegar a una habitación bajo la cubierta y me detuve frente a la puerta que estaba entre abierta. Todo aquel lugar tenía un aire siniestro que me incomodaba un poco pero trataba de no pensar en ello porque mi curiosidad era mucho más grande. Toqué la madera dos veces con mis nudillos, lo que hizo que la puerta se abriera más.

 

- Hola... emm... ¿Cuánto están estos mapas? - dije esperando que hubiera alguien dentro.

[Axel Rexdemort]

- Yoo. - Gimió un poco Axel caminando lentamente hacia la puerta, aun había un par de armas que lustrar pero una voz lo había sorprendido, a menos que fuera un fantasma que lo visitaba.

 

- A.. mi primera y potencial cliente. - Musitó el hombre acercándose a la aldaba de la puerta, para escuchar un crujido que venia por la puerta. - Hej Adelante. - Forzando un poco los brazos para arrastrar aquella puerta atorada, Axel necesitaba un par de aceite para quitar ese rechinido.

 

- Claro que se vende, todo lo que esta a tu vista se puede comprar. - Arremetiendo finalmente aquella puerta, para observar que era una joven mujer la que preguntaba.

 

- Que linda. - Pensó el danés e instantáneamente hizo una mueca para que ella entrara en la habitación. - ¿Coleccionista de mapas, cartógrafa, o acaso una curiosa? - Preguntó Axel sonriendo para acomodar su parche en el ojo. Si bien el joven podía ver perfectamente tenía que estar ad hoc con el lugar y un parche lo hacía verse bastante bien.

 

- El valor de los mapas depende, de su edición y tamaño. - Subiendo su mano derecha para rascar su nuca. - Adelante, igual y te interese algo de aquí dentro. - Retrocediendo hasta un estante donde las joyas eran expuestas para inclinarse sobre el mueble y sacar un pequeño carcaj con un par de rollos dentro de el.

 

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- Mira.- Dijo el joven moviendo las joyas y poniendo el objeto sobre la mesa. - Ahora tengo un par de mapas en mejor estado que los expuestos. - Tomando uno viejo papel amarillento y mostrándolo. - Este es uno de mis favoritos, un mapa francés en perfectas condiciones de Inglaterra, no estoy muy seguro pero es como del siglo XIX - Mostrando el mapa a la mujer. - Es mi favorito por su excelente condición a pesar del tiempo. - Vaciando el carcaj y dejando los demás mapas encima. - Pero adelante si algún otro mapa te interesa, o quizás de alguna región en especifico. - Subiendo un poco sus jeans, era la primera clienta había que tratarla muy bien.

[Keira Katina]

El saludo del hombre me pareció gracioso pero contuve la risa mientras entraba en la habitación. Podía ver más objetos con estilo pirata muy al siglo XVIII, había joyas como él decía y vestidos de época dentro de un gran armario. También había un área destinada a toda clase de armas, cosas que no había visto nunca en el Callejón Diagón.

 

- Si que tienes una gran variedad por aquí – dije dándole la espalda y tocando la pluma de un sombrero -. Curiosa y potencial coleccionista de mapas, nunca están de más ¿verdad? - respondí a su pregunta girándome y sonriendo.

 

Él dueño del lugar sí que se había tomado en serio el tema del barco, se sentía como estar en uno pero sin el movimiento de balanceo que se experimenta cuando éste navega. Incluso el hombre tenía un parche en el ojo.

 

Me acerqué a él mientras me mostraba los mapas, eran realmente hermosos y estaban en mejor estado que los que había visto. Pasé mis manos por varios hasta agarrar el de Inglaterra, lo estiré bien para apreciarlo mejor.

 

- Éste me gusta mucho... ¿Tienes alguno donde se pueda ver toda Europa? - pregunté dejando el mapa y observando la joya, tenía un color rubí brillante que me llamaba a comprarla.

[Gyvraine C. Sullivan]

En medio del ajetreo propio del callejón diagón, Gyvraine se abría paso después de haber su propio negocio en cuidado de uno de los elfos de su familia, movida principalmente por el sonido de un canto lúgubre que reconoció de inmediato como el de su Augurey. Su celeste mirada solo se desviaba de la silueta del ave que sobrevolaba el callejón para mirar sobre su hombro y asegurarse de que nadie sospechoso siguiera de cerca sus pasos.

 

- ¿Qué es...? - la pregunta quedó inconclusa ante el asombro de ver frente a ella un enorme barco, que más parecía sacado de un cuento de terror en el que los cuerpos ya muertos de los piratas regresaban a la vida que un negocio - Esperemos que esto no sea augurio de muerte - se dijo lanzando una fugaz mirada a su mascota que volaba en círculos sobre el barco. Tomó aire, como preparándose para sacar un florete y entrar a combatir zombies.

 

Solo cuando estuvo suficientemente cerca, pudo percatarse del peculiar nombre de aquella tienda y sin poder evitarlo una sonrisa se dibujó en su rostro, sabía de quién era aquel barco. Aun con la cautela de que alguien pudiera estarla siguiendo subió al barco y quedó convencida que aquel navío había estado el suficiente tiempo en las aguas como para adquirir más que una imagen terrorífica, sino un olor igual de impactante.

 

Sin hacer el mayor ruido y saludando al dueño del negocio con una silenciosa inclinación de la cabeza, comenzó a mirar la mercancía, esperando no interrumpir la primer venta. Después de todo estaba en el negocio más de visita que como una clienta más.

 

- ¡Oh un parche! - se sorprendió a ella misma probando cómo le quedaba aquel look pirata. Esperando no distraer la posible venta del Rexdemort comenzó a buscar en algún lugar un espejo de cuerpo entero, sabiendo de antemano que su larga túnica blanca poco tenía que ver con el tema del lugar, pero no podía evitar el recordar a Audrey y su afán de comparar su antigua forma de vestir con la de los antiguos navegantes del océano atlántico.

[Axel Rexdemort]

- Europa... - Repitió el joven hombre, pasando su mano derecha sobre su cabeza, intentando recordar todos los mapas que tenía, Axel se había hecho de varios trazos de diferentes épocas, así como de regiones así que fue directamente al carcaj buscando un mapa diferente.

 

- Veras... Tengo este aunque su tamaño es pequeño. - Desenrollando un mapa de un tamaño inferior.

 

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-No recuerdo donde lo conseguí, pero no esta en tan buen estado. - Se disculpo Axel suspirando un poco, sin embargo se dio cuenta que la mujer ahora observaba algunas de las joyas.

 

- Esas son algunas cosas de la casa Real de Malmo.. - Explico el joven, mientras continuaba desenrollando algunos papeles. - Si eres aficionada a esas cosas, deberías de darle una mirada al vestidor.- Levantando la cabeza para observar que alguien entraba al lugar. - Un nuevo cliente - Se preguntó moviéndose un poco para intentar ver al personaje aquel, sin dejar a un lado los mapas.

Editado 16 de Septiembre del 2013 por frng

[Keira Katina]

Alejé mis ojos de la joya para ver el mapa que él me mostraba, no se veía tan bien como el de Inglaterra así que perdí el interés. Giré mi rostro para ver el vestidor del que me hablaba y vi a una nueva clienta, llevaba una larga túnica blanca y estaba probándose un parche en el ojo. Fruncí el ceño por la sorpresa, no la había escuchado entrar.

 

— Creo que me llevaré el mapa de Inglaterra — le dije al vendedor volteándome a verlo.

 

Era un mapa hermoso y lo quería para mí, en cuanto a la joya otro día tendría que ser, no llevaba muchos galeones encima, pronto tenía que pasar por Gringotts para retirar más oro. Observé como el hombre enrollaba el mapa y lo envolvía para dármelo. Le pagué lo que valía y me retiré con una sonrisa.

 

Pasé por al lado de la extraña con el parche en el ojo y me dirigí hacia el exterior del barco. Antes de bajar por las escaleras le volví a echar un vistazo, sin dudas volvería a pasar por allí en algún momento de vuelta, toda la decoración me gustaba mucho y tenían cosas interesantes para ver y quizás coleccionar.

 

Caminé lejos del negocio con mi mapa en la mano pensando exactamente dónde lo podría poner. Ya se había hecho de noche y no quería andar demasiado tiempo sola en el Callejón Diagón así que apuré mis pasos para llegar pronto a casa.

[Gyvraine C. Sullivan]

A través del reflejo del espejo, Gyvraine, pudo notar el gesto de extrañeza de la primer cliente del barco y fingiendo no haber visto aquel ceño fruncido, que pudo interpretarse más como molestia, se encogió de hombros y olvidó por completo por un minuto a quienes estaban a bordo, para seguir examinando los artículos expuestos. Escuchaba lejana las voces del dueño del barco y la joven, completamente inentendibles, pero la procedencia de la mercancía terminó por captar su atención al cien por ciento.

 

Se paseó por el barco un par de veces, escuchando bajo sus pies el crujido de la madera y preguntándose de cuando en cuando si es que aquel piso era seguro o si de un momento a otro se vería un nivel más abajo; hasta que una ligera brisa le acarició la mejilla, señal de que alguien había pasado a su lado.

 

Giró apenas a ver cómo la cliente bajaba del barco y su mirada celeste se quedó escudriñando entre la multitud del callejón, en busca aun de los “defensores del bien” que pudieran estar al acecho. Después de estar completamente segura que nadie la seguía, y con algo de decepción ante el hecho de que las persecuciones fueran cada vez menos frecuentes, giró en redondo directo hasta donde estaba Axel.

 

- Lindo bote – le saludó con una sonrisa una vez que estuvo frente a él y, aun portando el parche, se recargó contra el límite de la nave, para sentarse de un salto en la barandilla de madera, esperando que las remodelaciones hechas por el Rexdemort fueran lo suficientemente resistentes –. Creo que a tu clienta le gusta ser la única comprando estas cosas – bromeó enarcando una ceja con voz cantarina propia de un juego en el que un par de niños se molestan.

 

A pesar de que en realidad su presencia era más una visita social que en calidad de cliente, sus zafiros comenzaron a recorrer el exterior en busca de algo en particular: un animalito verde y emplumado. Mentalmente enlistaba cada objeto que podía encontrarse en un barco pirata, pero la famosa mascota no se veía por ningún lado.

 

- ¿Qué tal si alguien quiere un producto en especial y no lo encuentra? ¿Tienes algo así como una política de “sino lo encuentra, se lo conseguimos” o “sino está lo que buscaba le recompensamos”? – preguntó Gyvraine, después de levantar el parche, y clavar ambos ojos en Axel con mirada pícara -, porque creo que te falta un amiguito – terminó tocando con la yema de su dedo índice la nariz del Rexdemort al momento de pronunciar aquella última palabra.

[Axel Rexdemort]

- Sera un gusto volver a verte por aquí. - Sonrió maliciosamente el joven pirata una vez que la mujer le entrego el dinero. Axel solo bajo la mirada hacia las monedas dorads y suspiro aliviado, su primera venta; Al parecer no quebraría inmediatamente como lo pensó.

 

El danés se dio media vuelta y enrollo los últimos mapas dentro del carcaj, para despeinarse un poco más con la mano izquierda. Mientras subía el par de escalones hacia la cubierta, donde parecía que había un poco de ruido.

 

Axel observo una figura merodeando sobre la exposición de artículos, y una sonrisa torcida acompañada de un gesto con los ojos sonrisa de ojos estilo Hwang Mi-young

 

- Conseguí el bote, por un poco de dinero, nada caro. - Apareció el chico rascándose nuevamente la cabeza. - Esa chica compro algo de muy buena calidad, cabe mensionar. - Refunfuño el joven volviendo a entrecerrar los ojos. - Made in china. - Pensó el joven para observar a la mujer, al parecer la curiosidad era una buena aliada para un negocio tan pícaro.

 

Axel solo giró un par de grados la cara y continuo con esa sonrisa sobre su rostro , después de la pregunta lanzada por ella. - Eso lo vende el concilio.. la trata de animales es difícil.. contesto el chico después de estar pensativo un momento.

 

- Aunque creo que no es tan difícil. - Finalizo el hombre

 

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[Gyvraine C. Sullivan]

Inclinó la cabeza a un lado al ver el gesto con el que le había sonreído el joven Rexdemort, sospechando haberlo visto en algún otro lugar mejor dicho en otra sonrisa. Pero el intento por recordar quedó completamente olvidado al saber la procedencia de los mapas ahí expuestos, y sobre todo del mapa que acababa de venderse.

 

- Claro, me dijeron que los Chinos era muy buenos cartógrafos - le dijo con una sonrisa sin saber si asombrarse o no por saber que algunos productos era de dudosa procedencia -, también son muy buenos artesanos, seguro hacen cualquier cosa, hasta podrían ser cantantes, hacer dramas, sacar discos y hacer duetos con otros cantantes en tan solo un año. Los chinos invaden el mundo, literalmente de.. "atrapan" - añadió riendo, esperando a que el joven comprendiera la pequeña alusión.

 

Su mirada se dedicó a recorrer el lugar, como buscando en cada rincón la confirmación de que en aquel lugar hacía falta algo de vida parlante y verde. Bajo sus pies la madera crujía con cada paso, y por un instante la Mago Oscuro temió terminar un nivel más abajo por la fragilidad del piso.

 

- Los loros pueden venir del mismo lugar que los mapas: Made in China - bromeó, aun paseándose por el lugar, pero notando de inmediato que la zona del callejón donde estaba el barco ya se estaba quedando sin gente -. Lo difícil es que la gente compre - se quejó, subiendo de nuevo a la barandilla del barco - los negocios pueden estar desiertos por días. Te aseguro que si tuvieras contrabando ilegal ni los defensores de la justicia y el orden te visitarían para detenerte - suspiró - Hasta vivir fuera de la ley tiene sus momentos de crisis.

 

Una de las múltiples razones por las que estaba de visita era justamente por lo llamativo del negocio, pero al parecer ni la amplia publicidad hacían ventaja. Tal vez debería haber algo más ilegal para que hubiera visitas inoportunas. Solo aquel pensamiento le recordó que debía cuidar su espalda sino quería volver a quedar encerrada en la prisión fenixiana.

 

- Se supone que solo tenemos que esperar a que lleguen los clientes, ¿no? - preguntó, colgándose de cabeza, sustentante de la barandilla de madera con las piernas y mirando hacia el callejón - Ya veo por qué mi negocio no funciona, soy demasiado impaciente - concluyó, sonriendo aun sin erguirse de nuevo, esperando ver pronto a alguien acercarse.