Castillo Gaunt • (MM B: 102403)

[Jany Mandarina]

Después de que empezaron a llegar más invitados a la boda el licántropo se recuperó un poco, pues como era obvio todos querían felicitar a los novios, el padre de la pelirroja se levantó y secó las lágrimas de sus ojos mientras ella y su hermano lo veían con un semblante serio, se dirigió a los invitados que lo esperaban con caras alegres y con felicitaciones, pero el novio no tenía por ningún lugar de su rostro esa chispa que cualquiera esperara momentos antes de contraer matrimonio.

EL padre les había dicho a sus hijos que no comentaran nada de lo que habían platicado, por lo que quedaba como una confidencia, tal parecía que el padre quería apoyo de sus hijos, por lo que mientras él iba a recibir a sus invitados con cara de pocos amigos los chicos se quedaron allí, la pelirroja no sabía si debía moverse o quedarse en donde la había dejado su padre, todo en ese momento era tan confuso para ella, que se quedó quieta mirando a su hermano @@Denial Voght Vogh, no pasó mucho tiempo, sólo los hermanos se dirigieron unas miradas, no hubo tiempo de conversar cuando su padre regresó.

 

- ¿Está todo bien papá? - Preguntó la pelirroja, su padre tenía un aspecto de cuando la novia se arrepiente antes de la boda.

 

@Darius

[Patri Gryffindor L]

No le dio tiempo a @@Tamarindo de responder. La tomó de la mano y salieron por patas. - ¡Corre, debajo de la mesa! - susurró mientras corría y la empujaba para que se escondiera bajo una de las mesas llenas de comida de la ceremonia. Seguidamente, ella también se metió debajo aunque no sin antes golpear su nariz de forma ruidosa. - Maldita sea... - gruñó llevando sus manos hasta la parte del rostro dolorida que, de forma casual, había comenzado a sangrar.

 

- Maldición, duele... duele... - Se quejó una vez que estuvieron a cubierto. La bruja se sobaba la nariz mientras escuchaba a su pareja de faenas que, - ¿en serio hacía aparecer una máscara así? - Sus ojos se agrandaron por la sorpresa de ver dichoso objeto y sus mejillas se sonrojaron de solo imaginarse ir por la ceremonia así aunque... - Merlín, ya iban en pijama ¿qué más daba? -

 

- ¡Buena idea! - Admitió de mala gana aunque divertida por la situación. Tomó la máscara y se las puso pero. - Oh... - Esta le apretaba su ya lastimada nariz y la hacía sangrar cada vez más. - Sangre... odio la sangre... - Gimió. - Oh maldición... - Recordó que el otro mago ( @@Emmet Haughton Gaunt ) que contraía matrimonio era vampiro y que casualmente habían coincidido alguna que otra vez. - ¿Sería capaz de reconocer su sangre? - Pensó preocupada y poniendo en sobreaviso a su amiga.

 

- Tenemos que hacer que la sangre se corte o el otro novio vampiro se dará cuenta de que no estamos invitadas a la fiesta... - dijo por lo bajini. -... Si se da cuenta, ni siquiera estas máscaras nos servirán para que no nos echen a patadas de la fiesta... - Suspiró. En aquella ocasión en la que el vampiro fue su profe le había parecido buena gente pero, ¿quién era ella para saber eso a ciencia cierta?

 

- Va, ¿qué es lo peor que podrían hacernos? - Se rió porque, de todas formas, ya no se podía hacer nada - Si nos van a correr al menos divirtámonos mientras... - y tomando la mano de la joven volvieron al exterior cubiertas por aquella máscara de ridículo payaso. - ... ¡Vayamos a comernos todos los aperitivos de las mesas! - Dijo con excesiva alegría mientras reía y echaba a correr hacia las mesas de comida.

[Tamarindo]

Salimos de debajo de las mesas. Agarré de la mano a @@Patri Gryffindor L para ayudarla a levantarse. La idea de comer como locas era buena, al menos a eso había ido yo a esa boda sin invitación. Lo de comer era lo mejor de las bodas. Aunque era la primera boda mágica a la que asistía, o eso es lo que recuerdo... QUien sabe en qué fiestas estaba yo presente sin invitaciones por ahi.

 

Agarré una servilleta elegante de tela que había en la mesa y se la di a Patri.

 

--Agarra esto y póntela en la nariz, al menos detendrá la hemorragia y no gotearás y mancharás ese hermono pijama de las turtugas ninja.

 

Le puse ojitos de tonta enamorada y leugo le tiré un pastelito de cangrejo O_O Me quedé mirandola con cara juguetona, porque obvio, no queria que se diera cuenta de lo mucho que me gusta. Ñoña de mi.

 

--Empieza una guerra de comidas, a ver si asi pasamos desapercibidas.

 

Lancé mas comida a mas gente que había por la zona. A @@Jany Mandarina le manché la ropa que llevaba, y me la quedé mirando a ver si se unía a la fiesta de comidas...

 

Una cucharada de algo que parecía ensalada de cosas raras y bien cortaditas fue a parar al vestido de @@Shena Cindy de Ryvak M. Pero ya no podía parar, ahora queria manchar a todo el mundo... así que seguí tirando por todos lados, hasta que sin querer, le di a @Darius...

 

--Patri, que le di al novio lobuno, seguro que se nos enfada, corre ¡Corre por tu vida!

 

Esta era la nuestra, agarré a mi acompañante de la mano y corri por el jardín en busca de un sitio para escondernos.

[Patri Gryffindor L]

@@Tamarindo le entregó rápidamente una servilleta para cortar la hemorragia, pero cuando la introdujo en sus orificios nasales, la bruja la miró de esa forma que hacía que la castaña se sonrojara sin poder contenerse. - Gra... gracias... - Respondió nerviosa sintiendo como el calor subía por sus mejillas y se propagaba por todo su rostro. - ¿por qué la miraba de aquella forma justo cuando ella estaba en ese estado tan horrible? - Esperaba al menos que la máscara no dejara ver lo ridícula que debía verse en aquel momento.

 

Y de pronto la cabeza de su tortuga ninja estaba oculta bajo unos ojos de cangrejo (?). - ¿Pero Tama qué has...? - Comenzó a quejarse pero claro, ella estaba jugando sucio poniéndole de nuevo esa mirada traviesa suya y haciendo que se sonrojara más por lo que tuvo que callar y admirala sin más. - En serio, ¿por qué la veía de esa forma? - No lograba comprender esa actitud de su amiga.

 

- ¿Una guerra de comida? - Repitió a pesar de que estaban más que claras sus inteciones ya que de pronto, media lista de invitados estaban llenos de comida. Entre ellos pudo divisar a Cindy ( @@Shena Cindy de Ryvak M. ) y a la pelirroja que acompañaba al novio ( @@Jany Mandarina ).

 

- JAJAJA loca, nos van matar.... - Se rió divertida a la vez que asustada ya que, en el fondo temía por su vida.- Se las estaban jugando demasiado pero, ya que.... - le lanzó otro trozo de pastel de carne - esta vez - en la nariz del novio ( @ ). - ¿Viste eso? ¿Cuántos puntos crees que me gané? - preguntó volviendo a reir y tomando de nuevo la mano de la bruja con la que salió corriendo despavorida.

[That is not my name]

Las circunstancias nos habían obligado a retrasarme un poco en la ceremonia, pero nada era más elegante que llegar cuando todos estaban observando. Me había aparecido en el hogar de los Gaunt donde se me había indicado que sería la boda de mi amigo Darius con Emmet, con quien tenía relativamente poco tiempo de convivir con él.

 

Lo que había elegido apra usar en aquella ocasión era una túnica de gala de cuerpo completo, mangas largas y cuello alto con hilos plateados resaltando la seda negra del conjunto, todo para mostrarme bastante presentable sin dejar de lado el estatus que tenía dentro de la comunidad.

 

Sabia que Patry y Tama estaban invitadas porque, bueno, eran realmente las únicas que conocía en realidad, esperanod a que @ quisiera aceptar mi invitación para acompañarme hasta dicho vento con nuestor pequeño Eirian, es por eso que me esperé en el vestíbulo del castillo Lockhart antes de salir, sin embargo mi reloj de mano me indicaba que la hora no era la óptima, ya tendría un momento para escaparme para ir por ella.

[Reena Vladimir]

Nadie parecía hacerme demasiado caso, por lo que me quedé lo mas cerca de la puerta principal que pude, en una silla acomodada.

 

No me parecía que allí fuera a haber una boda en breve. O es que en aquella familia tenían los nervios muy templados...

 

Fuera como fuese, yo estaba la mar de tranquila, tenía las horas pagadas y no tenía mas que esperar a la ceremonia. Según los invitados se movieran, iría con ellos y así no me perdería, era muy sencillo.

 

-Perdona! Elfo! Soy del ministerio, podrías decirme exactamente donde será la boda? y podrías hacer que alguien me trajera un refresco, mientras espero a la ceremonia? Gracias.

 

De la que pasaba por mi lado, el elfo domestico se vio asaltado por mi, pero tampoco hizo nada agresivo, sólo se quedó mirándome.

 

Yo esperaba que me hiciera caso y poder cumplir con mi trabajo.

[Arya Macnair]

Estaba radiante y se lo veía feliz, ella misma debería estar contenta por ello pero se sentía devastada. Aun así sonrió de lado con un dejo de nostalgia y le entregó la bolsa donde sobresalía la cabeza del perro que alguna vez él le regaló, no quería empañar aquel magnífico momento para el vampiro pero tenía la dolorosa necesidad de decirle que siempre sería lo más importante en su vida, que siempre tendría un enorme espacio en su corazón y que no le guardaba rencor alguno por todo lo que les había ocurrido a ambos.

 

—Solo quería...— comenzó a balbucear y no logró decir más, inhaló para relajar sus cuerdas vocales y retomó, —Quería traerte un obsequio, los novios necesitan algo viejo y algo azul en su gran día... se que no podrías entrar cargando un perro tan destrozado como éste pero, no lo sé, creí que... creí que hacía bien.

 

Entre palabras dejó escapar un que otro sollozo a la vez que sus manos empezaban a temblar y no las podía ocultar, él siempre había sabido como eran las cosas con ella, una persona puramente sentimental, pero quizás jamás le había visto de tal manera. La vida se había encargado de separarlos tantas veces y de formas tan hirientes que aquella por muy lejos era un bálsamo ante cualquier herida, Arya sabía o quería creer que Emmet estaría en buenas manos, cuidado y protegido, y al entenderlo podría dormir tranquila.

 

Aun así no logró dejar de lloriquear y las lágrimas brotaron desmesuradas por sus ojos verdes totalmente empañados, ahora sonreía pero aquella dulce sonrisa se veía opacada entre tanta humedad, sus mejillas brillaban debido a las lágrimas y sentía los labios salados pero no dejó que eso hiciese pensar al Gaunt lo contrario acerca de sus palabras.

 

—Además estoy aquí porque quien se case contigo debe saber lo mal que le irá si llega a hacerte daño, ¿vale?. Te quiero Emmet, te he querido desde que desperté en medio de un bosque con tu frente chocando mi frente y te querré toda la vida.

 

Acto seguido se lanzó sobre él con los brazos extendidos cual niña y lo abrazó fuertemente, sin dejar de llorar.

 

@@Emmet Haughton Gaunt

 

*desaparezco*

[Veronica Prince Rambaldi]

http://i.imgur.com/nCSKGQV.png

Tras salir del bar me había decidido a caminar por el Callejón, ninguna cosa interesante para lo que buscaba se cruzó en mi camino y resignada desaparecí en un cruce de calles entre dos locales de dudosa reputación. Minutos después aparecía en el departamento que alquilaba y donde vivía actualmente con mi elfina y el desaparecido James.

 

A la mañana siguiente tras una reconfortante ducha y un delicioso desayuno salí de mi hogar para en la acera desaparecerme, no había tenido galeones suficientes para contratar con el Ministerio. Con un suave crack aparecí en las afueras de una basta propiedad, el hogar de los Gaunt. Estaba a cincuenta metros del castillo, frente a mí había una preciosa extensión bellos jardines que empezaban a reverdecer con la primavera. Aunque la mañana aún estaba fresca, por lo que cerré mejor mi chaqueta, a juego con mis pantalones grises y empecé a caminar despacio el sendero que llevaba al ingreso principal.

 

Mis zapatillas sonaban quedamente en lo que parecía un asfalto liso o algo similar. A mi alrededor podía apreciar gran variedad de plantas, setos bien cuidados que habían sido protegidos seguramente durante el frío invierno británico. Los bancos presentaban una fina película de humedad, tal cual el suelo que pisaba, el rocío nocturno que empezaba a cuajar bajo el sol. El castillo parecía ir creciendo imponente en tamaño a medida que me acercaba y podía apreciar mejor las torres y los siete pisos de piedra. Subí la escalera del mismo material y busqué la puerta de ingreso, llamando a ella y esperando que alguien, aunque más no fuera un elfo, me atendiera y me supiera dar noticias de @

[Emmet Haughton Gaunt]

Estaba emocionado, feliz, contento. Tantas emociones y sentimientos positivos juntos, dentro de su cuerpo, comenzaban a expresarse a través de una sonrisa en el rostro del Nigromante; todos esos condimientos también formaban parte de la cena que tenía planeada preparar para su ... ¿amiga?. Sí, si Emmet ... amiga. Siempre que se trataba de aquella mujer pelirroja, que conoció en sus comienzos en la Academia de Magia y Hechicería, le era complicado definir lo que sentía por ella después de todos los alti-bajos que vivieron en sus tiempos; la única que le robó el corazón al vampiro antes de que todo su mundo de parejas y noviazgos se viniera abajo.

 

Parecía que unos cincuenta personas iban a llegar a cenar al castillo pero sólo era su hermosa pelirroja preferida, aunque haya cambiado de color de pelo siempre estaría presente ese color rojo carmesí que tenía en aquellos rpimeros tiempos. Variados platillos habían sido preparados por la mano del mortífago muchos se trataban de recetas muggles que habían sido apredidas por él cuando fue a aquél mundo en busca de los ingredientes que necesitaba. Lomo bañado de una suave crema de pimienta, papas rústicas al horno con algo de sazón y varios filets de salmón rosado con uan delicada salsa de espárragos, conformaban los platos principales que cada uno podía escoger para disrutar de una velada amistosa.

 

En el comedor la mesa estaba preparada para dos. El amplio mueble tenía colocado un mantel de tela muy fina de color blanco haciendo juego con los candelabros de plata que estaban repartidos en su superficie. La vajilla de plata y bronce terminaba de definir aquél toque de elegancia que el Nigromante había escogido para servir a su amiga. Las botellas de vino blanco y tinto eran parte del panorama que recibiría a la Macnair.

 

- Todo está listo.

 

Soltó al aire dándole unas últimas palmadas al mantel en una de las esquinas para deshacer las aruugas que se habían formado. Además, fue suficiente con un grácil movimiento de Nix para que si vestuario cambiara por completo. Una camisa azul noche, entallada a su cuerpo y con los tres primeros botones desprendidos, cubrían el pecho biselado del inmortal. A ello se le sumaba un pantalón de jean negro, ajustado, y un par de zapatos en punta en tonalidad gris.

 

Sólo era necesario que la carta llegara a destino y Esmeralda, su lechuza a la que Arya reconocería, había sido elegida para esa encomienda.

 

@

[Arya Macnair]

La noche y el clima se prestaban para tal ocasión. El mensaje había sido entregado a la matriarca a tempranas horas de la tarde, cuando se disponía a jugar con su hija en el jardín delantero de los terrenos invernales; allí por Islandia jamás cambiaba la estación por lo que las cálidas brisas de Londres eran cuentos de hadas lejanos. Aun así tenía tiempo para dedicarle a Ámbar antes de tener que partir, por lo que la abrigó, salió por la puerta principal y juntas dieron una larga caminata, pronto la niña cumpliría 3 años y se mostraba incluso más madura de lo normal.

 

Más adelante la hubo bañado y perfumado para que sus abuelos se la llevasen de paseo pues últimamente pasaba más tiempo con Massimo que con ella debido a ciertos desarreglos en el trabajo y en su vida general, así que cerca de las siete estuvo preparada para darse un relajante baño dejando su piel limpia y sedosa como de costumbre, siempre asemejándose a la porcelana de frágiles muñecas antiguas. Al final, luego de maquillarse con sutileza y perfumar su anatomía vestida con encajes y satén, abrió las puertas de su closet de par en par y comenzó la batalla.

 

Para las nueve pasadas ya se encontraba cambiada y lista para partir, debería utilizar su puerta mágica para ingresar a la Mansión Macnair —de la cual ahora era Matriarca— para luego caminar rumbo al castillo Gaunt donde su anfitrión la esperaba, posiblemente con ansias, pues se estaba demorando demasiado, debido a que su magia estaba fallando hacía varios meses, cosa que mantenía en completo secreto.

 

¿Llevaba cuánto tiempo sin ver a Emmet?, no demasiado estaba segura de ello, pero por algún motivo su mente se negaba a darle la información completa lo que le hizo dudar de su bienestar mental para segundos después recordar que hacías algunos meses el vampiro había contraído matrimonio y desde entonces se habían separado por completo aunque jamás lograban estar demasiado lejos el uno del otro.

 

Su cabello, ahora corto por sobre los hombros había recuperado su tono rojizo intenso salvo por las puntas blanquecinas y el mechón que resaltaba en plena melena encendida. Sus ojos aun verdes y penetrantes brillaban a la luz de la luna como los de un gato en medio de la oscuridad de un callejón, salvo que ella se veía perfecta bajo los faroles de la acera que la acompañaron hasta la puerta del castillo donde golpeó con delicadeza esperando ser atendida.

 

Lucía un enterizo de raso suave y brillante como la seda, de un tono azul casi azabache que contrastaba con su nívea piel y dejaba al descubierto su espalda completa y la mitad de su pecho. A la altura de la cintura pendía un cinturón fino de plata con un pendiente que caía cual gota de rocío sobre su muslo izquierdo para marcar una diferencia entre la parte superior e inferior de su cuerpo. Zapatos de tacón negros aterciopelados que le proferían unos tres centímetros más de altura y un bolso de mano lo suficientemente pequeño como para guardar tres monedas de oro y ni una gota de aire más.

 

El abrigo estaba de más, la noche era cálida para la época del año en la que se encontraban, sus mejillas la delataban, resaltando sobre todo lo demás, sonrojadas y enmarcando una amplia sonrisa de revista.

 

@@Emmet Haughton Gaunt