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☽The Cawing Crow☾ (MM B: 102478)


Fokker
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El vampiro no espero un segundo. Saco la varita y apunto directamente al pecho de Fokker justo a donde se encontraba el corazón de este, el cual se la estaba dando de gracioso. Dibujo una mueca macabra en su nívea faz. En sus ojos se podía ver la sed de sangre, no le importaba si lo sacaban de la marca al cometer aquellos asesinatos. Miro de reojo a Isabella pensando en cómo disfrutaría romperle cada uno de sus huesos.

 

Sintió como su hermana se lanzaba a su cuello, pero aquella vez no le iba a servir de nada. Ella lo conocía perfectamente y de seguro ya había detectado el peligro. El conocía perfectamente a Mery por lo que suponía que intentaría distraerlo. Busco en su mente todo lo que podía hacer. Tenía el poder y los conocimientos suficientes como para hacer estragos en ellos. Cuando Mery los presento ya obviamente el vampiro sabia quienes eran, a Isabella le haba dado clases, y el otro no era nada diestro tampoco. Cerró la mano izquierda con fuerza creando un puño. Podía sentir perfectamente el aliento a vodka de Mery y mas aun, el olor de su sangre.

 

-No es ningún placer –dijo el vampiro con tono molesto- y gracias hermanita por recordarme sus nombres, así podrán escribirlos bien en sus lapidas –comento aun serio.

 

Utilizando su fuerza coloco a Mery tras de él la cual había intentado que este se pusiera a bailar. ¿En serio Mery intentaba tal tontería sabiendo que el vampiro no bailaba?, definitivamente estaba demasiado borracha lo cual ocasionaba que el hijo de la noche estuviera perdiendo mucho más el control de si, y aquello era más que peligroso. Observo como unas chispas salían de su varita. Aquel no era ningún hechizo, ni encantamiento ni nada, solo era su vieja amiga que podía sentir la anticipación de la muerte.

 

-No me vas a distarer esta vez Gaunt -dijo el cainita usando el apellido de Mery, cosa que jamas en la vida él habia hecho, por lo que ella podria entender lo furioso que estaba.

 

@@Mery Gaunt Karkarov

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Se alegraba de ver a su hija, pero no den ese momento ni de la forma en que lo hacia hablando sin pudor del didldo frente a él y gritandolo a los cuatro vientos, hasta casi sentia verguenza, casi porque no iba a regañarla como una niña pequeña, sabiendo que ella era toda una mujer al igual que su amiga, y vaya que amiga. Abrazo a su hija animadamente y dejo que ella le contara su grado de parentesco.

 

—Bueno si Isy nos hubiera presentado antes, no tendriamos este problema de conocernos, pero si lo ves bien es más divertido asi Mery, claro si sabia que tenia una amiga tan bella, hace mucho le hubiera pedido que me presentara jajaja

 

Bueno el baile estaba de lo mas entretenido, hasta que llego el susodicho, que parecia tener otra relación familiar, que este era el momento de las reuniones familiares, aunque por el comentario de Mery, parecia tener cierta razon con el que lo vigilaba, bueno no era raro que un hermano celoso llegara para cuidar a su hermana, él mismo lo hacia, y tambien sabi que podia haber sangre, pero no por eso iba a dejar pasar el momento.

 

¿Hay un problema Mery, o podemos seguir bailando?— dijo con una sonrisa, mientras miraba de reojo a Isy, a ver que acontecia, en todo caso no seria la primera vez que enfrentaba problemas con personas de la familia.

 

—Deberiamos aprovechar que la banda puso buena musica, antes de perder el tiempo en problemas— dijo finalmente

Don't make promises you can't keep... but those are the best kind.

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kRRKjq1j.gif         "Perdón por la sangre derramada xD "

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En serio Fokker se estaba intentando pasar de listo?. Se acerco a él de manera más que amenazadora colocando la punta de la varita en su corazón y con un impulso haciéndolo retroceder unos cuantos pasos. Al cainita no le importaba matar a sangre fría, eso estaba demasiado claro para aquellos que le conocían, más aun, cuando la ira se apoderaba de él había muy poco chance para el error o casi nadie lograba controlarlo. La mueca maléfica en su rostro, sus ojos tan negros como el más profundo abismo, la cancioncilla que sonaba en su cerebro, aquel mantra de muerte que solía cantar antes de matar, podía ver y sentir como el alma de Fokker saldría de su cuerpo y como él se encargaría de no permitir que esta regresara.

 

Observo de reojo a Isabella para después posar nuevamente sus orbes oscuros en el rostro de Fokker. Podía imaginar a aquel graciosito retorciéndose de dolor, como si se quemara vivo o el acido estuviera carcomiéndole cada una de sus células. Sabía que su hermana lo veía, ella lo había querido así. El hijo de la noche siempre le había dicho a ella que jamás lo había visto perdiendo el control, que no le gustaría ver en realidad cuando aquello sucediera, ira ciega y destrucción a su paso y ahora la Gaunt estaba viendo a penas un poquito de lo que el podría hacer y del aura oscura que podría irradiar.

 

¿Amaba a Mery?, si, ella los sabia, si se peleaban por algún motivo ambos a lo mucho podían estar 5 minutos molestos y volvían a la normalidad, en cambio, cuando aquella molestia era con otra persona, definitivamente era muy diferente.

 

El vampiro podía sentir ya como el calor se acumulaba en la punta de su varita, sus níveos dedos mantenían a su viejo instrumento tomado fuertemente por lo cual nadie hubiera podido quitárselo. Chasqueo al lengua mientas un olor a quemado y un tenue humillo salía del punto donde la varita estaba tocando la ropa de Fokker justo sobre su corazón.

 

-Muy bien listillo, espero hayas escrito tu testamento –dijo serio- despídete de una vez.

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  • 4 meses más tarde...

Primeros de mes, siempre se daba cuenta que los negocios en el callejon Diagon estaban sumamente silenciosos y algo abandonados. Pero su hermano la había citado en aquel lugar y de verdad hacía tiempo que no lo veía.

 

Pero sin duda podría sacarle provecho a aquella cita, era un bar así que podían beber algo mientras platicaban de lo que estaba pasando y del porqué ella regresaba al pueblo, aunque no sabía en qué situaciones se podía encontrar Fokker, por todo lo que estaba sucediendo en el mundo esperaba que los Muggles no hubieran hecho nada con el. Nadie estaba a salvo de sus ideas hacia nuestra gente.

 

Ella camino hacia el local que ya se veía que le faltaba una manita de gato, y que sus años maravillosos ya fueron hace mucho tiempo, abrió la puerta y paso al lugar con una sonrisa. Por dentro era muy diferente a como se veía allá afuera, veía mesas y el decorado muy acorde a la época y la música era algo agradable.

 

Un elfo se acercó a ella en cuanto entró y le preguntó si buscaba a alguien en especial -Si, estoy buscando a Fokker, ¿Se encontrará?-

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Bien ese día el callejon estaba bulliciosos pero no como los días previos, donde varios chicos y sus padres abarrarotaron el lugar buscando los utiles, pociones, libros para su primer día en Hogwarts, llegado el primer día asumia que estaban en camino al colegio, y el evoco ese primer día que casi pierde el tren por que no encontro el pasaje a la estación de King Cross, en fin despistado el primer día, despistado hasta el ultimo como bien alguien se lo podria recordar.

 

Ahora bien, tampoco es que le hubiera ido muy mal en el negocio, porquer a pesar de extrañas noticias que venian de ambos lados mágico y muggle, nada le parecia un verdadero peligro, no era novedad que algo siempre suceda, y hasta le quitaba lo aburrido de la vida, por lo menos no perdio de vista el mundo muggle, y estaba al tanto de las noticias deportivas, y se preguntaba si estaba penado usar magia para intervenir en un equipo de futbol para hacerlo ganar, total tener un ministro de su lado podia beneficiarlo para evadir la pena. La irrupcion de un elfo del local en su oficina lo saco de sus cavilaciones.

 

Se acomodo la camisa y salio en direccion a la zona del bar, era temprano por lo que no muchas personas estaban en el local, asi que no fue dificil distinguirla.

 

—Vaya que recien te dignaste a venir de visita, pense que seria el primer lugar al que vinieras— la regaño de forma amistosa, y se acerco para darle un abrazo corto.

 

No era tan afecto a demostrar sus emociones, pero era su hermana por lo que no pudo evitarlo, observo una de las mesas vacias y la invito a sentarse, a menos que ella quisiera ir a la barra, donde se veria el espectaculo mejor, de todas maneras aun no empezaria el show de la noche.

 

—¿Como has estado y donde te metiste que no supe nada de ti, y con las noticias que crculan hasta podia pensar que algo malo te hubiera pasado?

 

Echaba de menos las reuniones familiares, aunque tratara de hacer pensar lo contrario.

 

—¿Qué quieres tomar por cierto, cualquier cosa la casa invita? — le dijo con una corta sonrisa a la espera de sus prespuestas.

 

 

@ disculpa la demora pero tuve que subir unos documentos y justo cargo la pagina xD

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A sus espaldas escuchó la voz de su hermano regañandola por no haberse pasado antes a visitarlo, ella rodo los ojos y sonrió. Sin duda aquellos años lo había extrañado mucho y era difícil apartarse de la familia.

 

--Si bueno, por si no lo sabías papá me sacó del arbol Familiar. Así que pensé que toda la familia me odiaba, hasta que llegó tu carta-- comentó la bruja mientras el le daba un pequeño abrazo, sin duda ninguno de los dos era partidario a las muestras de afecto, pero siempre entre los dos existía un cariño que olvidamos a veces y nos demostrabamos que nos queriamos.

 

-Pues es complicado, digamos que me fui por un tiempo a Italia, Candela Triviani me resguardó bajo su tutela. Porque me peleé con mi madre Cissy y pues ya te podrás imaginar, apenas regrese porque me entere de que los enfrentamientos estaban muy cercanos a estos lugares y sin duda estaba preocupada por ustedes-- se quedo sin aliento al contestarle, pero todo salió tan deprisa que ni siquiera ella supo que acababa de decir. Simplemente era el momento de sacarlo todo y que mejor que su hermano para confiarle porque había desaparecido.

 

-Pues te tomo la palabra, pero ando algo sedienta, un vaso con agua por el momento y luego pensaré que más tomar- respondió la Macnair con una sonrisa y los dos se sentaron en una mesa al fondo, para que nadie los molestara --pero cuéntame ¿tu que has hecho? ¿cómo está la familia? ¿ustedes han tenido ataques?

 

Las preguntas salieron a tropezones por sus labios, pero de verdad estaba preocupada, cuando le llegó la carta de Fokker había suspirando de alegría por saber que aún estaba vivo y no estaba lastimado.

 

@@Fokker

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  • 5 meses más tarde...

Bel Evans Ollivander (Con @@Darian Mcnair)

 

Era la primera vez que pisaba el local, del que ya había escuchado oír antes pues era propiedad de mi sobrina Helen Evans. La música en vivo era un aliciente excelente, pero en lugar de dirigirme al sótano, caminé hacia el bar de la primera planta, y me senté en una de las varias mesas altas, primorosamente iluminadas, dispuestas en esa parte del local.

 

No podía negar que el encuentro de esa noche me llenaba de expectativa, como una especie de esperanza, débil e ilusoria, desconocida hasta antes que la lechuza con la invitación hubiese llegado. De la faceta como profesora, que había ejercido por varios años, no me quedaban más que un puñado de anécdotas y varias cartas de agradecimiento de ex alumnos y alumnas, pero en realidad, eran muy pocos los lazos que había logrado conservar hasta la actualidad.

 

Uno de ellos era Darian Mcnair.

 

No sabía realmente que había sido de la vida de él, desde su partida de Londres. Como con mucha otra gente, la guerra mágica había obligado a varios a exiliarse en otras tierras, o a empezar desde cero sus proyectos de vida, alejados de los problemas del mundo mágico europeo, que no habían hecho más que empeorar con el paso de los años. No tenía idea de cual había sido la situación por la que Darian habría pasado, pero me alegraba que estuviese a salvo, que me hubiese contactado, y confiaba en que si en todo ese tiempo no me habían llegado noticias negativas, debían haberle salido bien las cosas.

 

Igual, estaba muy consciente de que el encuentro estaría plagado de nostalgia. El mundo que una vez habíamos compartido no se parecía en nada al actual, excepto quizá, en la silenciosa guerra de bandos que todavía se libraba, pero de la que yo ya no era parte. La caída del estatuto del secreto había hecho que la tecnología muggle invadiese el mundo mágico, y los intercambios estaban a la orden del día (yo misma traía un celular, en el que incluso tenía chats de conversación grupales). Si yo me había sentido descolocada con tan solo unos meses fuera de Inglaterra ¿cómo iría a sentirse él tras años afuera?

 

El tiempo además, no pasaba en vano. En mi caso, varias arrugas se habían hecho más pronunciadas, el cabello castaño con brillos rojizos volvía a estar apenas por encima de mis hombros, y había bajado unos cuantos kilos, aunque todavía estaba lejos de tener un peso ideal. Mi gusto por las ropas muggles se había mantenido intacto, aunque ya no era algo tan raro de ver como antaño, y bajo el grueso suéter de lana que caía suelto hasta la altura del muslo, se disimulaban muy bien las cicatrices que los enfrentamientos del pasado me habían dejado.

 

Por dentro, los cambios también habían sido profundos. Y estaba segura que para él no había sido diferente.

 

Observé el reloj de pulsera que marcaba exactamente las 7pm, y entonces, alcé la mano para pedir la orden, segura que en cualquier momento lo vería cruzar las puertas del establecimiento, y mi curiosidad empezaría desde ese momento, a ser satisfecha.

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Así que de nuevo en Londres eh?” me auto preguntaba en mi mente mientras caminaba por las calles que alguna vez recorrí con otros ojos, hoy las miro con nostalgia y ecos de charlas hacen que recuerde muchas cosas buenas y claro también, muchas oscuras… Pero al fin y al cabo volví a donde había comenzado mi vida en el mundo mágico.


Debo admitir que después de estos casi cuatro años una pequeña esperanza de que el Londres que conocía no hubiera cambiado pero era una esperanza vacía, todo cambia, aun que uno no lo quiera. Yo soy un claro ejemplo de eso de ciudadano con un puesto en el ministerio de la magia, pase a ser un fugitivo por pertenecer a la orden del fénix , exiliado a un país de latino América y donde ahora soy el ministro de la magia del mismo. “Todo cambia


Hice que mi fiel y compañero Krauser le envié un mensaje a la única persona que sabia donde la podía encontrar, mi antigua tutora de Hogwarts y compañera de bando, la señorita Bel Evans. .. Grata fue mi sorpresa al recibir su respuesta y designando un lugar y un horario para encontrarnos y ponernos al día con todo lo ha sucedido o puede suceder. Así que ahí estaba, caminando por las calles del callejón diagon en dirección al local en el que me habían citado.


Siempre me gusto la moda muggle de saco, camisa, pantalón de vestir y corbata.. Como la ocasión era especial decidí llevar mi conjunto más elegante. Al entrar en el establecimiento me dirijo a la primera planta donde seria nuestro encuentro…

Al entrar en el lugar me dirijo hacia la primera plata y casi al cruzar la puerta la veo a Bel sentada en una de las mesas altas que estaban dispuestas por el lugar. Sin dudas el tiempo había pasado y se notaba que la edad nos había avanzado, pero, la Evans seguía tan esplendorosa como la recordaba tanto en la academia como posteriormente en el bando. Yo también había cambiado ya no era un joven entusiasta que llevaba la lucha en sus manos como bandera de la juventud, era un adulto hecho y derecho con sus buenos treinta y tantos.


Me acerco a Bel y casi sin poder evitarlo extiendo los brazos y la abrazo unos segundos con los ojos vidriosos, después de todo era la primera persona que me había recibido en el mundo mágico y ahora es la primera luego de mi exilio… Al darme cuenta que podía llegar a incomodar a la señorita me retiro y un poco abochornado por mi abrazo intento balbucear unas palabras


- H-hola Bel.. lo- lo siento, me deje llevar por el momento -


Me disculpo y espero que la respuesta de ella no sea tan dura.



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Bel Evans Ollivander (Con @@Darian Mcnair)
Fue extraña la manera en cómo alcancé a verlo, apenas ingresó. Como una clase de corazonada, aparté la vista de la barra y lo distinguí, en un impecable traje sastre, mucho más formal que yo y perfectamente arreglado para la ocasión. Al verlo con los brazos extendidos, dudé unos instantes de lo que vendría después, pero finalmente, correspondí a aquel sincero abrazo, tan profundo y cálido.
Ay, Darian —exclamé, sin poder evitar contagiarme de su emoción por el reencuentro— no sabes cuanto estaba necesitando recibir esa clase de abrazos.
Volviendo a mi asiento, le tendí la carta que el mesero había dejado momentos atrás. Con el transcurrir del tiempo, el entorno se animaba más y por los costados de nuestra mesa, empezaban a llegar varios jóvenes en grupos que deambulaban fraternal y familiarmente entre las mesas, algunos estrechándose la mano con conocidos, y otros yendo directamente hacia el sótano para asistir a las presentaciones de música en vivo.
Los meseros se encontraban más ocupados, pero no tardó en llegar uno para tomar nuestra orden.
Los snacks son cortesía de la casa, así que concéntrate en la bebida — soltando una risita, indiqué mi pedido al mesero — un Destornillador para mí, por favor.
En cuanto el mozo se alejó, volví la vista hacia Darian. Todavía moría de ganas de preguntarle por todas las cosas que había podido hacer fuera. Vagamente era capaz de recordar algunos de sus gustos y preferencias ¿pero cuánto de eso habría cambiado en ese tiempo? Aquella muestra de afecto definitivamente tenía que contar en listado de cosas que eran diferentes, pero me agradaba y sentía cómoda en la atmosfera de admiración mutua y afecto con que había iniciado la reunión.
— ¿Cómo has estado entonces? ¿Como encuentras Londres e Inglaterra? Me alegra tanto que podamos vernos, aun cuando las circunstancias que te tienen aquí probablemente no sean las mejores. Un poco egoísta eso ¿no?
Era una sensación agradable, después de meses en donde me había visto envuelta en turbias situaciones, tener por compañía a alguien que me había conocido en otro tiempo y todavía podía recordarme de la forma en que había sido antes.

 

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Las palabras de Bel reconfortaron mi mente cuando dijo que necesitaba ese abrazo, ya que podía haber quedado en ridículo. Ella me extiende la carta y luego de un cordial -“Gracias”- empecé a leer por arriba la carta viendo que podía pedir en aquel bar. Hacia mucho tiempo que no disfrutaba de un encuentro relajado con alguien no sea de mi entorno laboral, había pasado estos últimos años intentando forjar mi carrera en política en Argentina, lo cual dio sus frutos, pero a costa de todo mi tiempo…

 

-Oh! “Cortesía de la casa” que hermosas palabras – Bromee al respecto – Bien, veo que no anda con juegos profesora, así que yo voy a pedir un “Séptimo Regimiento” por favor- había q sacar la artillería pesada desde el principio

 

El mozo toma nuestra orden y se retira a cumplir con ella dejándonos solos a Bel y a mí. Noto su mirada y casi que puedo observar sus preguntas formularse en su cabeza para luego ver la comisura de sus labios abrirse y empezar a decirlas, después de todo... no eran preguntas ajenas a lo que esperaba ya que el tiempo y la distancia hacen que sean las preguntas comunes para casi todo el mundo.

 

-Bien, en la medida de lo que puede estar bien. Siendo sincero. encontré un Londres muy apagado o será que mi mirada lo ve así al recordar días que fueron mas felices y talvez notaba las calles mas vivas y rebosantes de felicidad. A mi también me alegra verte “profesora” – para mi Bel siempre va a ser mi querida profesora de Hogwarts aun que pasen los años – A decir verdad, lo que me trae a Londres es un asunto oficial... no lo mencione, pero ahora soy el nuevo ministro de la magia Argentina y vengo a hablar con el departamento de cooperaciones mágicas internacionales –

 

-Digamos que hay algunos problemas que necesito que Inglaterra me ayude a resolver – explique a Bel un poco de lo que me traía aquí – Pero no hay nada en mi agenda que sea tan importante como este momento, hoy aquí. Usted profesora es la primera persona que veo en mucho tiempo que es de mi pasado aquí. ¿Como has estado? ¿Qué hay de nuevo por aquí? ¿Sigues dando clases en Hogwarts? -

 

Mientras hablaba, casi como si no importara, extraigo de mi bolsillo una birome y un trozo de papel para escribir algo y pasárselo a la Evans como quien pasa un dirección

 

“Que paso con la orden?”

 

Esa sin duda era mi principal preocupación, saber que había sido de mis compañeros de bando, no necesitaba que Bel me explicara todo, tan solo con un “esta todo bien” o un “no te preocupes” ya era feliz…

 

@@Rory Despard

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