~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Arya Macnair]

Seguía observando su alrededor, era algo extraño el poder ver todo con tanta claridad a pesar de llevar aquella luz en el rostro, pero debió darse un ligero golpe por eso, -Magia Arya – susurró, sabía que debía mantener silencio, y regañarse sola no estaba en los planes, sus nuevos compañeros creerían que estaba loca. Sabía cómo seguía todo, ahora venía la peor parte, o quizás tendría suerte y su primera vez era tranquila, después de todo no iban a por jaleo; Sacó su varita de su pecho, aquella noche llevaba un enterizo completamente negro, así al menos pasaría desapercibida, pero con un pronunciado escote, aquellas cosas no escapaban a sus gustos. Al parecer tampoco a los ojos de Mey que con suma rapidez transformó su atuendo en algo similar a piel de dragón – Gracias .. supongo - dijo.

 

 

Con una simple floritura de sombra conjuró – Morphos – en un susurro apuntando a una de las pequeñas estatuas con corte clásico que se alzaban a sus costados en el jardín Malfoy, esta instantáneamente se transformó en un enorme lobo albino con su pelo erizado y sus feroces mandíbulas denotando unos temibles dientes, - Sabes que hacer – le dijo clavando sus azules ojos en el animal, esta siempre sabía que hacer, y rápidamente se poso unos metros delante de la Lockhart para defender a su ama de cualquier posible ataque.

[Mey Potter Black]

Luego de considerar que sus compañeritos initiés se encontraban mínimamente protegidos, Mey continuó su camino siguiendo de cerca a Mei Black Delacour, quien aparentemente ya había estudiado el panorama antes de enviar el llamado; un movimiento inteligente, si le preguntaban a Mey, aquellas viejas familias siempre tenían trampas, fáciles de superar, pero realmente molestas para las personas apuradas. Fue entonces cuando notó ciertos movimientos en la aquellos jardines y decidió que también sería conveniente protegerse a sí misma. Aún no había guardado a Nefertiti, por lo cual no le costó nada desenvainarla y mumurar un...

-Corpus Patronus!

Mismo que dio vida a un fénix adulto al tiempo que salía de su varita mágica una extraña sustancia muy parecida al gas. El ave legendaria la protegería ante cualquier ataque y, así mismo, atacaría y la curaría las veces que fuera necesario.

 

-Morphos!

 

Dijo a continuación apuntando a una piedra del suelo junto a una planta, convirtiendo la misma en una araña viuda negra. El mortífero arácnido tenía como misión esconderse de la vista de cualquier mortífago, y solo respondería a la más mínima señal de Mey para atacar.

 

-Bonita estatua...

 

Mei, junto a ella, acababa de dar vida a una de las estatuas más grandes del lugar. Más tarde quizás ella hiciera lo mismo...

[Vrael Myrddin]

El firmamento nocturno estaba despejado, salpicado con millones de estrellas que parecían múltiples gemas con luz propia. Vrael se encontraba en la terraza con su telescopio que le había regalado su Mei para un cumpleaños. Casiopea estaba increíble de pronto una estrella comenzó a viajar directo en su dirección; Vrael corrió hasta donde se encontraba su cuaderno de notas pero al volver un patronus irrumpía en sus aposentos.


No había doble lectura para lo que eso significaba, así que con agilidad y presteza Vrael fue a por su varita mágica que reposaba en la superficie del l velador junto a su cama mientras tanto el Jobberknoll plateado le entregaba su mensaje: La Mansión Malfoy. Ahí era donde debía dirigirse y donde lo aguardaban sus compañeros. Describiendo unas florituras de varita el muchacho puso una luz en su cabeza a modo de casco que le cubría toda la identidad, su atuendo contaba de zapatillas de lona, pantalones vaqueros negros y una polera deportiva sin mangas negra, se calzó una capa de viaje con capucha y desapareció.


A ciento cincuenta metros de los límites del terreno de la mansión Malfoy, caminó hasta llegar donde estaba la verja de entrada, ahí Me esperaba junto con otros camaradas, la mujer abrió la reja y todos pudieron ingresar,antes que nada el joven se liberó de su capa de viaje e ingresó a los terrenos de la mansión. Vrael recorrió junto a sus compañeros el sendero hasta los jardines del lugar. –La noche espectacular para una visita– observó el joven mirando a sus compañeros

[Jank Dayne]

— Ardius... Corpus Patronus

Una luz magnífica, del mismo color y apariencia que la que había cegado al hipogrifo, surgió de mi varita. Hizo un giro al rededor del árbol del que estaba recostado y, cuando llegó a mi lugar, se convirtió en un Billywig. Apenas lo pude ver, porque a mi orden mental se esfumó en el aire. Bueno, en realidad no, estaba volando a mi al rededor pero era tan veloz que mis ojos ni los de nadie que se hiciese llamar humano lo podría percibir. Era como invisible, y mucho más en la oscuridad que ofrecía la noche.

Me giré hacia una de las estatuas. Representaban un dios mitológico, o bueno, eso creí cuando convertí una con un Piertotum Locomotor. Parecía una diosa guerrera, por lo que supuse que era Atenea o como la llamaba la otra mitología: Minerva. Estaba lejos, pues protegían el perímetro de seguridad de la mansión.

— Acércate — le grité y lo hizo, en unos segundos. Ahora estaba bajo mis órdenes — Protégeme de todo aquel que quiera hacerme daño y, en caso de ordenarte atacar a un individuo, lo harás a mi señal verbal — le dije, y apliqué sobre ésta un "Irrompible" que le proporcionó una eficiente protección que la hizo indestructible. Estaba a mi lado izquierdo, en el árbol de castaños.

[Lisa Weasley Delacour]

- Buenas noches y bienvenidos una vez más al circo de los pollitos salvajes, hoy con todos ustedes las demon hunters más odiadas de Otero actúan en la Mansión Malo – Mi tono irónico resonó por las calles del pueblo.

 

Había hecho acto de presencia a cien metros de la verja de entrada de dicha casona, sabía de antemano que con su inauguración la orden iba a hacer de las suyas y no me equivocaba. En mi rostro portaba una máscara plateada con ribetes verdes, que impedía que nadie reconociese mis facciones. Antes de entrar a los jardines, toque con fuerza el tatuaje de calavera que portaba en mi antebrazo, el llamado estaba hecho.

 

Sin miedo, y sin razón, pues sabía que lo que me esperaba allí dentro era un suicidio, llegue hasta donde se hallaban varios de los luciérnagas, me situé a diez metros de cada uno de ellos, siempre manteniendo la posición y evitando que ninguna roca, estatua o árbol quedase cerca de mi joven anatomía. Si iba a jugar, debía hacerlo bien y llevando la precisión de todo mortifago al límite. EL verde y mojado césped acariciaba mis pies, pues tan solo llevaba un vestido blanco corto

 

- ¿No tenéis otra cosa que hacer que venir molestar? Porque si os aburrís, yo os puedo mandar varias tareas, así como recoger la basura de Diagon, ah, no, espera, vosotros sois la basura – Sabia que me matarían, pero yo la cara la daba, por mi bando, por mis líderes y por mis ideales. Estaba afuera, en los jardines y ellos dentro, aun podía moverme sin que nada me sucediese. Siempre y cuando ellos no saliesen en bandada claro estaba, en fin, pensé, vamos a allá.

[Groter Shulton Granpié]

Al entrar al jardín sin pesarlo moví mi varita pensando un segundo para hacer alguna defensa interesante, así que sin pensarlo más de un par de segundos agité mi varita en un susurro casi inaudible.

 

- ¡Avis!

 

Salieron 12 palomas medianas, girando a toda velocidad a mi alrededor perfectamente coordinadas para defenderme ante cualquier ataque.

 

-¡Morphos!

 

Dije apuntando a una estatua sin fijarme cual era, al instante un oso negro salió caminando al frente de nosotros esperando actuar para defendernos ante cualquier ataque posible.

[Near]

Mis pasos no sonaban en los terrenos de la Malfoy. Había aparecido en la parte más alejada de la misma y me dirigía hacia donde se encontraba la plaga fenixiana haciendo desmanes en aquella respetable familia. No podía creer como un simple grupo de vándalos traidores a la sangre podía osar entrar en aquel lugar.

 

Una máscara plateada cubría mi rostro y reflejaba la parte trasera de la casa, por donde había llegado. Mientras que los fenixianos habían ingresado por el frente. Sin perder tiempo me dirigí hacia una de las paredes posteriores y esperé. Una túnica negra cubría mi cuerpo, ondeando ante la suave brisa y cubriéndome en la oscuridad del firmamento nocturno. La poderosa varíta de ébano con mango de plata descansaba en mi mano como otras tantas veces.

 

Presioné la misma contra mi marca para avisar que ya estaba dentro. Muchos mortífagos habían sido llamado antes de ello, los elfos del lugar no habían tardado en dar la alerta antes de mi llegada.

[Mei Black Delacour]

Oyó fuertes ruidos provenientes de las otras partes de la mansión, por lo que de inmediato corrió hasta donde el resto se hallaba y vio, como esperaba, que los mortífagos habían hecho acto de presencia. Mei sonrió bajo la luz de su rostro, dejando ver un evidente dejo de diversión: tenía ganas de descargar su mal humor con alguien. Con cuidado, se movió por el escenario hasta quedar a una distancia no mayor a siete metros de todos los mortífagos.

 

–Ardius – murmuró, sintiendo que la velocidad se adueñaba de su cuerpo, lista para atacar, agregó: – Sectumsempra Tripio – bramó, logrando de esa forma que tres rayos salieran en dirección a las espaldas de Near, Lisa y nuevamente el tercero a Near, impactándoles de lleno y causándoles heridas de gravedad que deberían de curarse –. Ataca a Lisa por la derecha; – le ordenó a la estatua de Hércules, que al instante se lanzó al ataque con sus dos metros de alto – y tú a Near, por la izquierda – ordenó a Zeus, quien sin dudarlo se lanzó al ataque también.

 

–Strellatus – bramó ahora, logrando de esa forma que los ojos de Near y Lisa quedaran cegados por la fuerte luz que había dado de lleno en sus ojos, impidiendo de esa forma que lograran tener buena puntería –. Hércules, Zeus, ataquen a Lisa y Near cada uno, por la espalda – les ordenó ahora, haciendo que las estatuas se lanzaran contra aquellos dos mortífagos.

 

–Limitate – dijo en dirección a Near de inmediato quedara bajo el hechizo, siendo imposible invocar hechizos tipo rayo o invocaciones por un buen rato.

[Mey Potter Black]

En esos momentos Mey estaba decidiendo qué estatua del jardín de la Mansión Malfoy sería conveniente revivir para poder utilizar ante una supuesta batalla, cuando al fin los escuchó. Alertada por sus sentidos, la bruja agudizó la vista y el oído para poder comprobar dónde se encontraban. Tras poder ubicarlos, Mey corrió hasta la parte posterior de la Mansión, junto a una de las paredes posteriores, donde ya se encontraba Near. Al llegar luego que este, Mey se pudo posicionar a una distancia de siete metros de él, para así poder desenvainar su arma mágica, la delgada vara de negue africano que había guardado en su bolsillo y comenzar el hechizo con un...

-Ardius!

Que le otorgó inmediatamente una mayor velocidad de respuesta. Apuntando a Near fue que pensó un Confundus, que sumió a Near, en un instantáneo estado de inconciencia. Confundus, repitió el mismo pensamiento sin dejar de apuntar a Near, quien cayó nuevamente en el mismo estado de confusión.

-Tripio Sectusempra!

Exclamó a continuación sin dejar de apuntar a Near, enviándole así tres rojizos rayos que impactaron de lleno en el pecho del confundido mortífago, desangrándolo.

[Near]

- Celerus detritus! - exclamé al ingresar al llegar al lugar donde los fenixianos se encontraban. Mi primer hechizo, además de conferirme una gran velocidad se había encargado de recubrir mi cuerpo con una densa niebla negra, no la túnica, solo mi piel y varita. Estaba posicionado a más de 12 metros de todo ser viviente, incluyendo fenixianos, mortífagos e invocaciones, objetos animados y demás.

 

- Fuego maldito mortis! - solté luego para hacer que tres halcones de fuego maldito golpeara en el duo Mey/mei y un tercero en el cuerpo de Hank. Estos alzaron vuelo para caer sobre los cuerpos de aquellos fenixianos rápidamente.

 

Sin pensarlo dos segundos proyecté el corte de mi katana , recientemente invocada, en el cuerpo de Vrael quien se desangraría rápidamente si no actuaba con celeridad. miré a lisa, quien tambien habia sido cubierta por mi detritus de la misma manera que yo.