Clinica Santos Mangos (MM B: 87868)

[Helike R V PB]

Me había preocupado un poco al ver que Matt no decía nada pero durante todo el proceso vi que parecía emocionado, yo también lo estaba, para qué negarlo. Y eso que, aunque al principio se me había hecho demasiado raro, ahora podía decir que estaba contenta en esa fase de mi vida. Jamás en todos los siglos que llevaba a cuestas, me podía imaginar con un niño pequeño. Nunca me había planteado la maternidad hasta que me lo habían notificado, meses atrás. A pesar del shock inicial sonreía cada vez que acariciaba mi tripa.

 

Asentí contenta al ver como besaba mi barriga y le hice un gesto cariñoso en el pelo mientras me agarraba a sus manos y bajaba de la camilla. Aún faltaría tiempo para que me dieran los resultados pero, estaba tranquila. Fuimos hasta el box de al lado. Ahí estaba Sagitas por supuesto cabreada. Se me hacía raro que aún no la atendieran porque, un tobillo torcido o roto, no dejaba de doler, igualmente...

 

- Aunque esté de baja, puedo atenderte - le dije con una sonrisa -puedo ponerte un calmante -mientras ella, estoicamente y aguantándose las ganas de gritar (seguro que se moría de rabia por no hacerlo) esperaba a que la revisaran. La verdad, tenía pinta de doler horrorosamente. Sonreí de medio lado.

 

- em, me ocupo yo, Sagis... por el momento todo bien, gracias - sonreí de lado otra vez. Pero al soltarle la indirecta me sentí un poco culpable - perdona, yo recriminándote y tú ahí...

 

- ¡Bueno qué, viene un sanador o tengo que sacar la sierra! -protesté en cuánto asomé una cabeza por una de las puertas del box en dónde estábamos - por los clavos de cristo, es una rotura, no un resfriado...

 

- ve poniéndole algo, ahora voy -me dijo uno de los sanadores que había puesto mala cara- está bien -le respondí yo...

 

- tranquila, ¿vale? -le dije a mi tía - ahora viene el sanador, ¡qué guapo! perdona Matt - le dije con una sonrisilla- pero es que, leches... de lo que tiene de guapo, lo tiene de i******... o no se enteró de lo que pasó aquí... y menos mal que ésto es urgencias -protesté por lo bajo, mientras, cogía un suero y le inyectaba algo para que, mientras viniera el médico (?) no tuviese tanto dolor por la rotura de un tobillo.

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¡Eh, no, espera, tú no! ¡¡Ayyyyyy!! ¡¡Demonios desdentados, sobrina!! ¿Es qué no usamos ya los Episkeys para que no duela? -- protesté a Heliké con lágrimas en los ojos. Es que ya estaba bien, que me había hecho daño. Si lo sé, me desquito yo sola y me escapo a mi casa y que me cure el enano gruñón del Circo.-- ¡Matt, duele! Tu mujer quiere que me muere con ese pinchazo que me ha dado.

 

A ver si mi hijo tenía piedad y me hacía un hechizo como los Dioses mandan. Puse carita de pena algo forzada.

 

-- Dice que va a por una sierra. ¿No querrá cortarme el tobillo? Mira que si me lo quita, como que no me crece de nuevo... -- No, no le tenía miedo, no era capaz de hacer eso. O eso esperaba, así que les sonreír. -- Vaya, esa poción funciona, ya no me duele nada.

 

Aunque preferí no mirar mi pie para no ve qué le había sucedido. Suspiré y decidí que ya era hora de preguntar sobre la bebita.

 

-- ¿Artagracia está bien? ¿Qué te dijeron?

 

Dejé de estar con la cabeza en alto y me tumbé del todo. Sentía que la habitación girada. Así que me perdí la cara de mi sobrina cuando le dije (insistía vilmente en ello) en el nombre que quería para mi nieta.

 

-- Oye, ¿qué le pusiste el suero? Me muero de sueño. ¿No seré alérgica? Mira que me pica el brazo y que me entran ganas de dormirme y, normalmente, no siento nada de esto. Y pensar que yo vine aquí para otra cosa y he acabado con el tobillo retorcido... Vaya clínica más rara, que te rompen y no te atienden para lo que venía...

 

No sabía lo que decía ahora mismo. Me estaba durmiendo.

[Matt Blackner]

Abrí la puerta de la clínica. Caminaba despacio, con la cabeza gacha y la respiración pesada. Mantenía el brazo derecho pegado al cuerpo, tratando de no moverlo.

- Avisa a Hayame. O a Sagitas. - dije, sin detenerme, a la recepcionista.

 

Continué caminando y tomé el camino hacia la planta superior, donde estaban los despachos. No quería esperar en un box, o en la sala de espera. Estaba pálido, y sudaba...no solo a causa del calor.

 

Supongo que había esperado demasiado, pero...no esperaba acabar asi. No esperaba tener que llegar a esto. Por eso, solo me concentraba en seguir andando, ignorando las miradas de los qeu se cruzaban por mi camino. Quería encontrar a las chicas, a quien fuera. Necesitaba encontrarlas.

 

La última vez que estuve en la clínica no estaba solo, y además, fue por un motivo mucho más agradable, desde luego. No tenía nada qeu ver con esto.

 

Donde demonios estarían?

[Sagitas E. Potter Blue]

Tras despedir a la última recepcionista por incapacidad total (es decir, por atreverse a pedirme tarjeta sanitaria para atenderme y casi tirarme de la clínica como un saco de patatas) había encontrado a una buena sustituta aunque... No estaba segura de si Hayame estaría de acuerdo. Muchas veces olvidaba que no era ya la dueña de la misma y que sólo abusaba de mi poder autoritario porque Hayame me mantenía un despacho por puro amor fraternal.

 

Aún así, quería presentarle a la nueva candidata y le había citado para aquel día, sabiendo que @@Hayame Snape Potter Black estaría en el despacho de Dirección, dormitando. Bueno, tal vez haciendo algo de provecho, bien pudiera darse el milagro. Tenía el curriculum vitae de la muchacha en las manos y lo revisé otra vez. Era una persona de fiar, algo muy importante para mí para el cuidado de la familia; además, era una auténtica profesional, con estudios y todo de enfermería. Seguro que era la ideal para organizar las Urgencias.

 

El timbre de aviso de la mesa sonó y busqué a los lados. Tan estudiosa de los muggles, buscaba un teléfono de esos supermegamodernos. Sin embargo, el teléfono que sonaba era uno de los más antiguos (encontrado en una subasta de antigüedades; aquel trasto costaba más que mi sueldo anual en el Ministerio). Tomé el auricular y escuché la voz de una mujer, la recepcionista que se iba despedida por mí hacia unos instantes.

 

-- ¿Sí? ¡Ah, sí...! ¿Mi hijo? ¿Esta vez lo has reconocido? Pues me alegro. Pues vale. Pues tú más. Hale, que te vas con un buen finiquito. Abur....

 

Colgué el teléfono con demasiada acritud y suspiré. Matt estaba buscándonos, a Haya y a mí y, por lo que decía esa mujer, parecía importante. Agarré el curriculum vitae de mi candidata y salí a la puerta, en busca de mi hijo. Seguro que Haya aparecía y podía convencerla de que tenía una gran candidata para el puesto.

 

Aunque fuera muggle.

 

-- ¿Matt? ¿¡MATT? -- grité, buscándolo. Al fin y al cabo, aquella era la zona de los despachos. No molestaría a ningún enfermo.

[Matt Blackner]

Alcancé la zona de despachos, donde sabía que no habría enfermos...excepto supongo que yo. Tal vez algún qeu otro sanador estaría en su despacho descansando u ordenando informes, mientras que la voz de Sagitas, estridente por sus gritos, me hizo cerrar los ojos.

 

- Eh...no grites quieres? Todavía no me he quedado sordo - traté de bromear, sonriendo de medio lado.

 

Me había detenido, apoyándome en la pared. MIré alrededor, antes de avanzar de nuevo. Tenía la sensación de que no podía más, de que no podía seguir de pie, no podía seguir aguantando.

- Dentro... - pedí, señalando con la cabeza el interior del despacho del que Sagitas acababa de salir.

 

Apenas crucé el umbral, las piernas me temblaron y acabé apoyándome de golpe sobre el escritorio para no caer redondo al suelo.

- Yo...no... - trataba de explicarme, pero no podía. La luz era terriblemente molesta, el roce de la tela de la camiseta sobre el brazo era simplemente un suplicio. Sentia que ardía.

 

- Necesito....necesito ayuda

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja estaba llegando a su lugar de trabajo después de unos pocos meses que en su opinion habían sido demasiado pesados y que solo quería que terminaran de una buena vez. Le daba jaqueca el solo pensar en lo que estaba por venir y todavía intentaba comprender cómo diablos era que Ottery había pasado de pueblo fantasma a pueblo muerto y de ahí, a que al Ministerio le diera por algo parecido al estado de emergencias pero al revés

Ahora ostentaba no solo pintado con más fuerza el viejo tatuaje que nunca le habían podido quitar (su pequeño orgullo al haberse largado antes de que le emplearan el obliviate, cosa que había dejado rabiosos a sus ex-compañeros) y al mismo tiempo, un nuevo marcado que la ubicaba con un rango superior al que había exhibido alguna vez

Una parte de ella se sentía feliz y la otra parte, no sabía como reaccionar ante lo que había aparecido clavado en la puerta de su casita aquella mañana

En fin

Se había colocado la bata blanca por encima de las ropas que utilizaba de siempre y se encaminaba hacia su propia oficina, cuando la figura de su sobrino en el piso le hizo patear a un lado el sueño que el café todavía no quitaba del todo

"Un ataque?? tan rapido?"

Habia sido lo primero que le había venido la cabeza al verlo de aquella manera y arrojando el cafe y sus cosas, corrió hacia donde estaba el muchacho en el suelo y se dejó caer a su lado, para estirarlo a su regazo

-Si te mueres, te revivo y luego te mato yo!

Le soltó la vampiro al Blackner palmeando un poco su mejilla

-Matt.... MATT!! -le exclamó tratando de ver si podía hacerlo reaccionar -qué diablos?... TU! CAMILLA, AHORA!! -le ordenó a una enfermera que se había asomado y ahora, se largaba corriendo con cara de susto -ea, chico! no te nos vayas tan rápido!

@@Matt Blackner @

[Ashley Peverell]

La preciosa bruja llegó a la clínica de su hermana por la puerta de empleados a como estaba acostumbrada pero sentía que había algo diferente o extraño en esos momentos que no lograba vislumbrar del todo. Frunció el ceño mientras que se dirigía a los casilleros a donde tenía que ir dejando sus cosas porque sabía que no podía entrar con todo directamente al área de la gente enferma pero esa sensación de incertidumbre la tenía muy presente en su cabeza y no tenía ni idea de porqué y la estaba molestando.

-¿Tu sientes algo Merlín?

Le preguntó a su perrito pug que iba con ella, al menos le habían dado permiso de llevarlo porque ahora el cachorro servía también para animar a los pacientes de la clinica y hacerlos sonreír, así como la presencia de la hermosa niña rubia con ojos de cervatilo siempre había hecho, sus auras de purificación siempre habían sido muy poderosas para poder usar ese poder y retirar todo el mal y lo oscuro de sus alrededores.

Pero por primera vez en su vida, sentía como si esa oscuridad estuviera estrujándola y no sabía que hacer para retirarla, quizás debía de ir ella misma a consultar con su hermana a ver si podía ayudarla.

Editado 9 de Agosto del 2019 por Baby Catwoman

[Hayame Snape Potter Black]

Con Matt

La enfermera que había llegado a trabajar aquella mañana era de las nuevas que había pedido un empleo dentro de aquella afamada clínica, ya que sus otras compañeras le habían contado que "tenia una gran antiguedad y la dueña había sido la dueña del hospital San Mungo originalmente, en los tiempos pasados"

Eso obviamente significaba prestigio y cuando toda la situación el Ministerio se había vuelto grave, con mucho personal renunciando y retirándose de sus empleos, la joven enfermera se había visto desempleada de forma repentina, bajo la lluvia y parada en la banqueta con cara de no saber qué había pasado, para verse en aquella situación de forma tan repentina

Y por eso cuando una de sus compañeras le había dicho que fuera a pedir empleo en Santos Mangos, a donde habían ido muchas de ellas y de ellos para obtener un empleo que iba a permanecer seguro por largo tiempo, ni siquiera lo había dudado

Y hasta ese momento no había tenido ninguna emergencia que la hiciera sentir ese palpitar de adrenalina como en esos segundos cuando la directora le hubiese gritado

-Enseguida!

Queria demostrar que era buena en su deber por lo que había corrido lo más cerca posible de donde sabía que estaban las zonas de camillas con ruedas y había sacado su varita para hacer el llamado de una de estas; al siguiente momento, aquella pieza había salido rodando tal cuál se le había encantado y ahora se movía a gran velocidad hasta estacionarse al lado de la pelirroja que sostenía la cabeza de su sobrino en alto

-Permítame ayudarla a colocarlo sobre la camilla -dijo aquella mujer, presta para ayudar en todo lo que pudiese y demostrar que no tenían que arrepentirse de su contratación

Editado 25 de Agosto del 2019 por Hayame Snape Potter Black

[Lisette Ryddleturn]

La chica llegó a la clinica esa mañana por el lado del corredor que iba no por la parte de frente del hospital sino por un lado, ese callejón era perfecto porque las dos entradas estaban protegidas para que nadie malo pasase y pudiera asaltar a los trabajadores

Aunque Lisette pensaba que en más de una ocasión, igual era aterrador imaginarse a alguien parado en cualquiera de los dos extremos, o quizás los dos, esperando a que saliera cualquiera de ellos para asaltarlos en esos momentos

Un escalofrío la recorrió pero se sacó esas ideas de la cabeza, Hayame era demasiado cuidadosa como para permitir que algo así sucediese justamente en uno de sus negocios

La paranoia de la Snape siempre había sido legendaria y ella la conocía bastante bien

Finalmente se introdujo en lo que era la recepción para los trabajadores y pasó el escaneo de su credencial antes de llegar a los vestidores y comenzar a dejar sus cosas en el cubículo que le tenían separado con su nombre

Sonrió, adoraba que la hubieran aceptado trabajando en aquel sitio porque siempre podía estar cerca de la familia, aparte de ayudar personas también

-Ah, parece que Ash ya ha llegado a trabajar

Dijo riendose un poco al ver el bolso de la Peverell así como las cositas que ahora llevaba siempre con ella para atender a su pequeño perrito que ahora la acompañaba a todos lados como una preciosa sombra arrugada

[Hayame Snape Potter Black]

Con Matt

Finalmente entre la bruja y la enfermera que acababa de llegar a trabajar consiguieron subir al Blackner en la camilla y la vampiro se seco la frente un poco con el antebrazo, observando el estado del chico; parecía haber perdido la consciencia pero no conseguía saber si estaba afiebrado o era a causa de los calores que habían estado ocurriendo últimamente en Ottery y que ya le habían traído unos cuantos pacientes con urgencia de líquidos

Dejó escapar un gemido y se colocó el estetoscopio, para comenzar a revisar los latidos de su corazon, frunciendo el ceño hasta que finalmente pudo escucharlos claramente y a ese tiempo, sacó un teléfono muggle; no era algo que funcionase para el mundo de la magia como tal, pero tenían un montón de funciones muy útiles, entre ellas, un cronómetro

Lo colocó y comenzo a murmurar el número de palpitaciones durante diez segundos e hizo una mueca, retirandose los auriculares del estetoscopio por un momento mientras que tomaba el sujetapapeles de la enfermera a su lado para apuntar la frecuencia cardiaca del chico

-Bastante acelerada pero podría ser por la forma en la que llegó a esta clínica o una maldición o veneno, habríamos que revisar eso

Le murmuró a la enfermera de forma pensativa antes de seguir con la revisión