Castillo de la familia Haughton (MM B: 84511)

[Anne Gaunt M.]

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Ottery St. Catchpole era una pequeña ciudad en la que se podía encontrar tanto población muggle como mágica. Era, posiblemente, el pueblo en el que durante los últimos años se habían asentado la mayor parte de familias mágicas reconocidas a pesar de que allí tenían que preocuparse de que ningún muggle los descubriera y así respetar el Estatuto Internacional del Secreto Mágico. Las residencias de magos y brujas se encontraban en su mayoría a las afueras del pueblo -aunque varios eran los inconscientes que vivían junto a gente no mágica-, y se comunicaban unas a las otras a través de caminos terrosos por los que la mayoría de veces no pasaba ni un alma.

Pero mucho antes de que cualquiera de las familias mágicas llegaran al pueblo ya había una que comenzaba a construir sus cimientos allí. Derek Haughton, un mago salido de los suburbios londinenses había conseguido amasar una fortuna casi inigualable y con ella había adquirido los terrenos asentados en una de las colinas más alejadas de Ottery. Pocos conocían al hombre pero muchos eran los que murmuraba sobre él y sobre el proyecto que tenía entre manos: la construcción de un colosal castillo casi inexpugnable. Pero lo que nadie sabía era aquel no sería un edificio normal y que Derek no se acercaba ni de lejos a ser un mago cualquiera.

 

Provehito In Altum

Corría algún año de finales del siglo XVIII cuando la construcción de aquel edificio tocó su fin. Había sido rápido, muchos ni siquiera se habían dado cuenta de como aquella colina se había convertido en algo parecido a una fortaleza cuyos terrenos habían pasado de ser libres a estar cercados por metros y metros de piedra fría y gris. Solo había una entrada por la que acceder al lugar, una verja de acero forjado y de varios metros de alto que estaba protegida por dos estatuas guerreras a cada lado. Muchos podrían pensar que era una puerta normal si no fuera porque cada vez que alguien se acercaba a ella ambas figuras cobraban vida e impedían el paso, y solo revelando su identidad real estas permitirían el paso al interior de los terrenos del castillo.

Ya sobre los alrededores de la residencia no encontrabas otra cosa que no fuera bosque. Lo que parecía ser una segunda muralla -esta vez de árboles altos y frondosos-, se disponía paralela al muro que cercaba la enorme parcela y se adentraba un buen trecho hacia el interior de la propiedad. Dicho bosque era impenetrable en muchos puntos, pero siguiendo el camino de la entrada a través de la verja podía cruzarse fácilmente gracias a unasenda pedregosa que atravesaba todo el bosque hasta dejarlo atrás. Mala idea era desviarse del camino marcado, ya que exceptuando los familiares pocos eran los que conocían aquella zona de los terrenos.

Si te concentrabas incluso podías escuchar el gorgoteo de un río fluir cerca, aunque no lo suficiente como para tener que cruzarlo desde aquel lado del solar. El afluente natural se encontraba en la parte opuesta de la entrada y orillaba el pie de la colina por la parte trasera de esta hasta morir -o nacer- en un pequeño lago. Claro que no todos sabían su localización, pues muchos años después de la construcción del castillo el río había sido hechizado por Evarela y Mónica para evitar que sus hijos lo encontraran y cayeran dentro -algo que probablemente ya había sucedido alguna vez-.

Cuando dejabas atrás el bosque y llegabas a un nuevo claro, una alfombra de grama verde se extendía desde tus pies hasta cubrir cada rincón de tierra que quedaba. El camino se abría en tres: uno que seguía hacía la entrada principal de la casa, y dos que iban hacía cada lado de la misma. El de la izquierda llevaba hacia lo que parecía un macizo natural en cuya piedra se abría un hueco. Tras aquel acceso, cerrado por una puerta de hierro, se encontraban los establos y los animales de tierra de la familia aclimatados como cada uno precisaba. Detrás de la piedra se extendía una cabaña de madera por la que se accedía a los patios interiores de la residencia. El camino de la derecha rodeaba el castillo y comunicaba la entrada con los jardines florales del mismo y con la zona trasera de los terrenos donde había un estanque. Allí estaban los animales acuáticos.

Justo delante de la entrada de la casa había una gran fuente de piedra blanca coronada por una pareja de leones y sus cachorros. Los adultos encabezaban la imagen de forma amenazante mientras que los pequeños permanecían dormidos detrás de ellos, protegidos por sus padres. Alrededor de la fuente había dos bancos del mismo material unidos por un gran arco decorado por enredadera verde y bien cuidada que daba sombra a quien quisiera pasar el tiempo sentado allí. Pero vayamos a lo más imporante, el hogar de la familia.

Los cimientos y buena parte de la parcela se encontraban edificados en un centro de poder mágico por el que discurrían diversas fuentes de energías físicas y mágicas, caracterizando de un modo muy especial a la casa y haciéndola perfecta para recibir fuerzas oscuras. El castillo era de piedra gris clara y sus tejados rojizos recordaban los colores del escudo familiar. Para acceder a la entrada principal había que subir unos pocos escalones, tras los cuales te encontrabas la elegante puerta de oscura madera que cobijaba la residencia y a la cual no era necesario llamar más de dos veces para que One, el viejo elfo familiar, te atendiera.

Por dentro aquel castillo era maravilloso. Los suelos que se extendían desde la entrada hasta el resto de lugares comunes eran negros, y estaban tan limpios y pulidos que la luz de las lámparas que colgaban del techo abovedado se reflejaba perfectamente en ellos. Las paredes de los pasillos y vestíbulos principales estaban cubiertas de elegante terciopelo borgoña oscuro y los muebles de caoba no tenían ni una sola mota de polvo. Tras la entrada se encontraba el hall principal, donde una gran escalera negra daba la bienvenida al recién llegado y daba acceso directo a los pisos superiores donde se encontraban las habitaciones de invitados, en el primer piso, y de todos los familiares en el resto. Detrás de dicha escalera había otra que bajaba hacia las cocinas y las mazmorras del castillo, -aunque estas se dividían en varios sectores y en aquel solo se encontraban las habitaciones de algunos miembros de la familia-. Y siguiendo los pasillos a ambos lados de la ya mencionada escalera se llegaba a una puerta grande y de cristal ahumado que comunicaba con el lugar donde se encontraba una piscina cubierta.

A ambos lados del vestíbulo principal había dos grandes puertas de madera tallada que guardaban el paso hacia otras dos salas. A la derecha estaba el comedor, donde una mesa se situaba en el punto central rodeada por numerosas y cómodas sillas. Las paredes esta vez estaban cubiertas por un papel de tono claro que en contraste con los numerosos ventanales hacían que el salón estuviera perfectamente iluminado. Al fondo había otra puerta de la misma forma que las anteriores que daba a la sala de descanso del castillo, posiblemente uno de los lugares más grandes del mismo. En ella había dos chimeneas, una en cada extremo de la nave y en frente de estas había sillones bien colocados e iluminados para poder leer los libros que se encontraban en la biblioteca, una sala más allá. Había algunas mesas altas de trabajo situada en el centro, para poder dibujar o escribir más comodamente.

Pero volvamos al vestíbulo para ver que se encontraba tras la puerta de la izquierda. Era una sala parecida al comedor, pero con ventanas más pequeñas y altas que no dejaban ver el interior desde fuera. También había una mesa en el centro y una chimenea frente a esta, pero las sillas estaban distribuidas por toda la sala y no solo alrededor del mueble principal, lugar en el que solo había seis sillas. Había libros gruesos en una única estantería que hablaban sobre la historia de la familia y su árbol genealógico. Era una sala de reuniones bastante grande y era a su chimenea a la que la red flu estaba conectada. Desde allí se podía acceder a través del hueco de un cuadro conocido solo por los familiares a otra nave mucho más grande que la anterior y cuyas paredes estaban completamente desnudas. También tenía ventanas pequeñas y muy altas que dejaba que entrara la luz pero que nadie viera el interior del lugar, el cual hacía las veces de salón de entrenamientos de artes mágicas.

Los patriarcas tenían una biblioteca privada en el ultimo piso del edificio, apartada de las habitaciones de algunos familiares. A este lugar se accedía a través de un hueco guardado por una gárgola en forma de león que solo se apartaba con el toque de las varitas de uno de los patriarcas o fundadores. En contraposición y bajo los pies del castillo había pasajes ocultos a los que se entraba desde la sala de reuniones. Justo debajo del comedor había una pequeña bodega, ideada, claro estaba, por Evarela para guardar todos los licores que llegaban a manos de la familia.

Sería imposible terminar de contar cada detalle del castillo, pues sus salas, habitaciones y pasillos aumentan cada vez que un familiar lo necesita.

* * * * *

HABITACIONES FAMILIARES

Subsuelo y Mazmorras (2) [Cerrada]

Habitación de Selim
Habitación de Reviguelle


Planta Baja

Allí solo se encuentran las dependencias principales ya mencionadas anteriormente, exceptuando una habitación; la del fundador de la familia. La entrada a dicha habitación, se sitúa justo entre la puerta de la cocina y la escalera principal. El hueco está oculto tras un cuadro.


Primer Piso
Habitaciones de Invitados


Segundo Piso [7/8]

Habitación de Kritzai y Sira
Habitación de Criss
Habitación de Near
Habitación de Agatha
Habitación de Zack
Habitación de Addison
Habitación de alia2


Tercer Piso [8/8] [Cerrada]

Habitación de Jay
Habitación de Keira
Habitación de Alaric
Habitación de Erichtho
Habitación de Vassili
Habitación de Ptrol.
Habitación de destinygirl
Habitación de Némesis.


Cuarto Piso [8/8] s[Cerrada]

Habitación de Sophie
Habitación de Oniria
Habitación de Emmet.
Habitación de Juve.
Habitación de Ken-Fur
Habitación de Annye.
Habitación de LunaLestrangee.
Habitación de Mia.


Quinto Piso [0/8]
--


Ultimo Piso [8/8] [Cerrada]

Habitación de Daphne
Habitación de Eliot
Habitación de Avril
Habitación de Bea
Habitación de KellyCassie
Habitación de Taylor
Habitación de Tomochin
Habitación de Daniel


Torre Norte (2) [Cerrada]
Habitación De Evarela
Habitación de Az


Torre Sur (2) [Cerrada]

Habitación de Mónica
Habitación de Emma - Hija menor de Mónica


Torre Este (2) [Cerrada]

Habitación de Mery
Habitación de Anne


Torre Oeste (2) [Cerrada]

Habitación de Bastian y Valkyria
Habitación de Lucas

* * * * *

ELFOS FAMILIARES

Los dos elfos familiares son One y Tara. Ellos son los encargados de recibir a la gente que llega al castillo y de coordinar a los otros elfos en los deberes que tienen. One es ya maduro y algo cascarrabias, a veces algo impetuoso y maleducado. Se lleva especialmente mal con Evarela y no le gusta la gente nueva, aunque no suelo decirlo en voz alta y siempre termina haciéndolo todo aunque sea a regañadientes. Tara es más joven y dulce, un encanto de criatura que sería capaz de inspirarle simpatía a cualquier mago o bruja.

Editado 21 de Julio del 2014 por Anne K. Gaunt Haughton

[Ironía Heartilly]

“Kritzai estaba bien” le había dicho Sira tras el desagradable suceso que ya casi tenía olvidado. Aquel día se encontraba sorprendentemente de buen humor o bueno… para lo que a Irony se adaptaba estar de buen humor. Tras una larga exploración por el mundo mágico y haber acabado todo tipo de trámites en el Ministerio de Magia, tocaba volver a casa y descansar un poco, y si había un poco de suerte, pronto llegaría a ver a su p… a Kritzai, para acabar de discutir aquel tema delicado.

 

A penas acabó de recorrer las calles bajo la oscura noche, que por cierto, brillaba por su hermosura y la Luna Llena aquella vez, para encontrarse ya de lejos con el magnífico castillo de piedra gris. Ya casi se conocía el pueblo de memoria, pero aún necesitaba de vez en cuando chequear los letreros de direcciones que a veces poco se veían gracias a la antigüedad y el poco mantenimiento. Aquella noche en especial, había bajado un poco bruscamente la temperatura luego de las altas presiones y aunque no hacía un excepcional frío, rezaba con no enfermarse por el cambio.

 

¿Un demonio podía enfermarse? No sabía, ella no recordaba haberse enfermado alguna vez.

 

Abriendo las verjas para pasar, cerró tras de ti y fue a paso ligero aunque firme como siempre. Llevaba sus calzas cortas negras, un niki también negro bajo una chaqueta blanca de ribetes ocre, y en la pierna el estuche donde llevaba su varita. Las botas eran inseparables además de sus guantes sin dedos así que no era ninguna novedad. Al pasar por el sendero del jardín, fijó esta vez, un poco más su atención al lugar descubriendo que era sencillamente hermoso, pero tampoco se distrajo más en eso. Ya tras subir los escalones, abrió la puerta sin tocar y cerró buscando con la mirada a alguien conocido.

 

Un plof la sobresaltó interiormente pero no se inmuto, aparentando la seriedad e inexpresividad de siempre. Se trataba del elfo, del cual hace poco había descubierto su nombre, “One” Este le preguntaba qué quería.

 

―¿Sábes si Sira se encuentra?

[Sira Loveless Haughton]

El trabajo había sido duro aquellos días, los boxes habían estado llenos durante aquellos días, incluso su esposo había sido uno de ellos. El cual había casi ignorado a la castaña nada mas despertar. Ahora se encontraba tumbada en su cama, era por la mañana, ¿la hora? No lo sabía, no tenia aun intención de levantarse aunque el sol intentara meterse entre las cortinas del gran ventanal del cuarto. Estaba sola, no había tenido ni ganas de compartir el lecho con el castaño, que se quedara con aquella criatura que formo nada más abrir los ojos:

 

- Estate quieto- Decía en un susurro dirigiéndose hacia Demian, que se movía nervioso. Llevaba unos días moviéndose sin parar, desde el día que había dejado a su padre solo en el hospital, pero no iba a caer en los deseos del pequeño, debería de aprender que la vida no sería como él la dispusiera.

 

Se ponía de lado para seguir un rato mas tumbada en la cama cuando la puerta sonó tres veces alguien le pedía paso:- Señora una joven la busca abajo- No reconocía la voz de aquel elfo, seguramente permanecía a la familia y ella no lo conocía, a fin de cuenta hacia poco que pertenecía a ella:- Ya voy, ya voy…!Dama!- Gritó la mortífaga haciendo aparecer a su elfina personal delante de ella, o eso creía ya que apenas si había luz en la estancia.

 

Los pequeños pasos de la elfina resonaron por la habitación, se dirigía hacia el gran ventanal. Abrió las cortinas y la ventana dejando pasar los rayos de sol que hicieron que sus ojos se cerraran rápido:- Cuidado, ¿no ves que me hace daño?- Se quejó la castaña incorporándose lentamente sobre la cama:- Perdone señora- Mientras se disculpaba la elfina fue directa hacia el armario para prepararle un short y una blusa amarilla con un volante en medio, holgada:

 

- Estoy cansada de esas ropas tan anchas- Se dio un baño rápido y sin secarse el cabello dejándolo rizado y mojado, bajo las escaleras para encontrarse frente a Irony que la esperaba abajo:- Buenos días o tardes, no sé que sea- Desde el altercado hacia unos días en el castillo, no la había visto:- ¿Cómo has estado? Espero no te sorprendiera lo sucedido- Se acercó para darle un beso en la mejilla.

[alia2]

Al fin volvía. Había estado ocupada, demasiado trabajo, demasiadas bienvenidas al castillo Lovegood y demasiados eventos sociales con demasiada gente que no conocía. Aquello era lo que necesitaba. Subir corriendo a mi cuarto y cerrar de un portazo, acurrucarme en la cama y dormir un par de días seguidos. Sin embargo, tenía que hacer acto de presencia primero.

 

En vez de subir por la pared, agarrada de las enredaderas y entrar por las ventanas, como acostumbraba a hacer desde pequeña, en aquella ocasión me abrí paso por la puerta principal. No esperé a que nadie me abriera, y saludé con la mirada a una joven que se encontraba allí. Preguntó por mi cuñada, así que allí me quedé, pues quería verla también.

 

Me pegué a la pared, y estando todo tan oscuro, ya que estaba amaneciendo y con mi ropa negra, simplemente vaqueros, cazadora de cuero y zapatillas de tela, apenas se me veía en un rincón. Observé a la muchacha, me sonaba de algo, tenía un extraño parecido con alguien a quien no conseguía recordar... Me quité un mechón de pelo oscuro de la cara y llamé:

 

-¡Lorcan! Dichoso elfo vago, seguro que anda emborrachándose en las cocinas lamentando su suerte-En ese momento apareció, y sin darle tiempo a mediar palabra, le ordené- Prepara mi cuarto, quiero que quede igual que en el otro castillo, date prisa- y sin más, desapareció.

 

Al instante llegó Sira, saludó a la chica que me sonaba y yo salí de entre las sombras, haciendo notables esfuerzos por instaurar una sonrisa en mi cara malhumorada por el cansancio de no haber dormido en dos días seguidos, sumado a la escasez de sangre con la que me había mantenido las últimas semanas.

 

-Emm... Hola, siento interrumpiros, simplemente venía a pasarme por aquí y escuché que venías- me dirigí a mi cuñada- Cuando puedas ven a mi cuarto, hace mucho que no hablamos.

 

Acto seguido subí prácticamente volando las escaleras hasta el segundo piso, plagado de habitaciones, debería pedir a alguien que me permitiera cambiarme al quinto, más vacío. Entré, dando un portazo, como hacía tiempo que deseaba y salí por la ventana al tejadillo desde el cual se veía Ottery y los jardines del castillo.

[Ironía Heartilly]

El Elfo le había asentido con la cabeza y rápidamente había partido para buscarla. Mientras tanto dio vueltas por el vestíbulo mientras miraba, aunque sin emitir ningún prejuicio bueno o malo sobre lo que veía, las lámparas que colgaban y los muebles de caoba, que lo único que pudo resaltar es que no parecían estar sucios nunca, ni si quiera después de lo ocurrido. Nunca tuvo sensibilidad artística, lo veía algo inútil y fuera de la supervivencia mundana.

 

Se cruzó de brazos mientras daba golpecitos con el pie inconscientemente, hasta que se volteó al oír bajar a una persona. Sí, era Sira, y por el tono de sus palabras… ¿O quizá era que sentía algo más en torno a ella? Sintió que estaba algo alterada y no creía que fuera por lo ocurrido porque en los días intermedios le había escrito con total tranquilidad sin presentar sorpresas o molestias.

 

―Bueno, solo voy a decir que en de dónde vengo estas cosas no pasaban… ―agregó con un deje irónico― Supongo que nunca dejaré de sorprenderme ―continuó con la retranca.

 

Ahora cada vez que lo recordaba no sabía por qué pero lo recordaba con gracia, casi con burla como si se apenara por esos pobres mundanos. Además de que en el fondo aún latían los deseos de venganza. Y algo que era característico de Irony era que jamás, jamás olvidaba.

 

―¿Pasó algo? Te noto un poco alterada. ¿Sabes cómo está Kritzai?

 

En eso se volteó con velocidad al ver salir una chica que no conocía y de la cual no había prevenido su entrada repentina. No dijo nada al respecto y ni si quiera saludó, solo la examinó con la mirada hasta que se fue. Tampoco le preguntó a Sira, eran cosas de ella.

 

―¿Quieres que mejor hablemos en otro momento?

[Balderik Von Alexandros]

Su figura había aparecido de pronto en los jardines del castillo Haughton, con el silencio y el ligero crack de ello Kritzai miro con ojos cansados hacia el imponente castillo que tras batallas desde tiempos inmemorables seguía tal cual, majestuosos y antiguo. Su mirada ahora posaba sobre su ropa, había visitado el edificio Loveless y demás lugares para buscar a su esposa, el cual, sabía el castaño no querría ni verlo. Unos cuantos pasos de sus zapatos y llego hasta la puerta donde en plena conversión pues había voces de mujeres, su mano instintivamente había parado en el pomo de la enorme y antigua puerta para girarla lentamente y nota la voz de su hermana fugaz y luego de Irony, así como la de su esposa Sira. Su corazón latió rápidamente al escucharla, la abrió fuertemente y así miro a Sira pero escuchando la pregunta de Irony.

 

— El esta muy bien Irony, volvió a la vida porque tuvo una hermosa y excelente sanadora castaña, que además era muy hermosa tanto que el es un tonto y no se explica por que no la habría besado. — Decía mirando fijamente a su amada, lento acercándose a ella y esperadnos lo que fuera, unos centímetros de sus labios y esperaba Irony supiera que no era descortés, en un momento estaría con ella. —Tanto hermosa que le hipnotizo Irony, le enamoró y le ama eternamente— así el castaño miraba a sus ojos, esos negros que profundo y hermosos cual infinito universo basto, sonrió Kritzai olvidando todo, su marca y esencia, la presencia de Irony a su lado mientras lento sabiendas Kritzai de su perdición acariciaba el rostro con su mano, su mejilla hacia abajo y arriba, lo suave de esta.

 

Esperaba que no se apartara, así observaba su vestimenta que la hacia verse muy hermosa, irradiaba algo que no podía describir, le amaba— El es un entupido afortunado que tiene a un hermosa esposa, increíble y...sexy —Lo ultimo susurraba solo pra Sira cercano a su oído. No sabe de lo que pierde. Poso su otra mano ahora en le vientre de la Loveless, sintiendo a su hijo moverse. y la alegría se expidió en su cuerpo, se coloco de rodillas hasta estar a nivel de su vientre y se acerco al vientre de su esposa.

 

—¿Crees que se olvidaría de ti pequeño he? no claro que no usted personita hermosa y su madre son unas personas que mas ama...—Decía Kritzai a su hijo Demian, lo acariciaba lentamente para luego incorporarse pues ya tendría tiempo de acariciar a su hijo. así se volvió a Irony.

 

—Estás en el momento perfecto Iro, ahora hablaremos de ciertas cosas del pasado.— y luego se volvía hacia su hermosa esposa. — ¿Que dices?—

[Ironía Heartilly]

Había sentido la presencia conocida tras ella, medianamente cerca así que no se alteró al escuchar sus palabras. Tenía que reconocer que en el fondo, se alegraba de que la cosa no hubiera sido peor, pero muy en el fondo y jamás lo reconocería. No dijo nada y se mantuvo seria observando los movimientos de Kritzai dirigidos a su esposa, y las palabras de este. Podía comenzar a deducir que había habido una pelea, quizá en San Mungo. Pues claro, se le había pasado por alto que Sira era medimaga.

 

Los observó un momento y eso le trajo recuerdos de sus tres ex amigos. Una de ellas había sido como su hermana menor, tanto que la había rebautizado llamándola Claire Heartilly, el problema, es que había comenzado a salir con otro del grupo, aquel chico rebelde que le caía tan mal desde los principios de los tiempos, pero que los problemas de la guerra habían hecho que Irony confiara en él. El amor de Claire y Blaze parecía idílico si no fuera porque Irony sabía que Blaze era demasiado i****** como para saber cuidar y proteger a su novia.

 

Kritzai le parecía de momento, todo lo contrario a Blaze, más preocupado y consciente de sus actos, eso le agradaba. Salió de su ensimismo cuando este mencionó la abreviatura de su nombre, como le gustaba que la llamaran los más cercanos de confianza. Le dieron ganas de comentar antes, a propósito, que aquello era demasiado “cursi” para su gusto, pero no lo dijo. Torció el gesto al escuchar lo último que dijo.

 

―Qué bien ―ironizó sabiendo que no eran tan divertido― Pero sí, tenemos muchas cosas que hablar… Y de las que me imagino que Sira no está enterada ¿Verdad?

 

Sin más se dirigió hacia el primer escalón de las escaleras negras del vestíbulo y luego giró la cabeza hacia ellos.

 

―Creo que es demasiado para hablarlo estando parados... Será mejor tomar asiento y beber algo. Por lo menos yo... Entre tanto viaje, estoy sedienta.

[Sira Loveless Haughton]

De las sombras apareció una cara conocida. Su sorpresa fue al ver que su cuñada iba a su encuentro. La castaña sonrió al verla:- Dichosos los ojos que te ven- Dijo sin más mirándola de arriba abajo, estaba cansada eso se le notaba a leguas:- Mejor ve a darte una ducha, ya hablaremos- Su cuñada desapareció de su vista. Sira se giro entonces de nuevo hacia Irony acariciando su vientre:

 

- Habrá muchas cosas que te sorprenderán- Arrugó el gesto ante su siguiente pregunta y suspiro calmada, no quería despotricar contra el castaño delante de la joven aprendiz:- Pasar, claro que pasó, supongo que estará bien, lo deje en el hospital…- Había dejado al castaño esperándola en la quinta planta mientras ella se iba directa a las mazmorras, aun no le perdonaba que lo primero que hiciera nada más volver a la vida fuera utilizar uno de sus nuevos hechizos, ¿acaso eran más importantes que ella?

 

La puerta se abrió de nuevo apareciendo por ella su esposo que, con paso firme fue directo hacia ella. Lo miraba detenidamente mientras escuchaba sus palabras, le torció la cara cuando lo notó cerca de sus labios y se separo de él unos centímetros:- ¿Ahora si? Ahora, soy el ser más perfecto, hermoso y según tu sexy del mundo, ¿verdad?- Cogió su mano y la bajo no dejando que la siguiera acariciando:- Ahora resulta que me amas, ¿no quieres encantar otra mesa?- Preguntó con ironía acercándose a Irony quedando a su lado.

 

Sintió la mano ahora en su vientre:- Veo que al menos, de tu hijo te acuerdas- Se había agachado para acariciar su vientre y hablar a su hijo, el cual aunque aun muy pequeño se movía al contacto con su padre. No era que no se muriera por estar en los brazos del castaño, o simplemente que le diera un tierno beso de los que ella era adicta, solo que no le había resultado demasiado cortes su comportamiento en San Mungo y debía de escarmentar.

 

El bando lo era todo para ellos, daría su vida su sangre su todo por ello, pero no podía olvidarse de ella. Sonrió hacia Irony mientras el castaño seguía hablándole a Demian:- Estoy contigo, vamos a sentarnos- Se dirigieron entonces hacia el fondo del vestíbulo, allí había una puerta maciza la cual empujo para encontrarse con una sala de descanso donde podrían sentarse cómodamente y tomar algo fresco de beber.

[Balderik Von Alexandros]

Si lo sabía Kritzai, ella estaba molesta, su voz era fría cada vez cuando se refería a él. Para el castaño lo era el ser mas perfecto y hermosa pero no se lo dijo, cuando Sira bajo su mano para no seguir acariciándola le dejo, dejo que ella lo hiciera sin decir nada solo mirando hacia sus labios o alguna parte d su rostro pero no sus ojos, los cuales había estado mirando mucho tiempo. El comentario de la mesa hizo cambiar su rostro serio, no reprocho nada, tenia la culpa pero esperaba que el tiempo le hiciera cambiar, ahora en ese preciso momento la Loveless seria fría con el Haughton.

 

Pronto los tres magos se dirigían hacia una sala, mas guiados por su esposa pero en un momento dejo pasar a Irony para que se adelantara dejando detrás a los castaños, para ella viera y se sentara cómodamente en la sala en lo profundo del vestíbulo. Tomo la mano de Sira estando detrás de ella, no la hizo girar ni le hablo solo la acariciando un segundo, desde el contorno de sus nudillos por sus dedos de la demonia con su mano y luego lentamente le dejo para seguir y sentarse en la sala. Como era costumbre algunos elfos habían aparecido de otra puerta, con bandejas de comida que depositaron en una mesa central de la sala.

 

— Agua....solo eso...— Decía Kritzai hacia los elfos que en un segundo le miraron estupefactos, el mortifago solía pedir más que agua regularmente y el cambio se percibía hasta raro. —¿Que desean ustedes?— pregunto Kritzai mientras se sentaba en un sofá que sabia de ante mano ocuparía solo de momento.

 

—Pues si Irony mi esposa...—No miró a Sira solo seguía—No sabe que hace tiempo nos conocimos, circunstancias diferentes yo en esa época pertenecía a.... bueno conocía a unas personas en unos viajes por Europa, muy común según veo entre los magos Británicos y los no Británicos. —Se acomodaba en el sofá mientras era atendido por su agua por los elfos. — ¿No es así cariño? —Le miro lentamente a los ojos previniendo lo que diría su reacción. — Recuerdo esa Catedral perfectamente, situada cercano a aquí claro así que Irony dime ¿que fue de ti después de que nos separamos? — Pregunto tomando su vaso con agua cristalina, perfecta y bebió un sorbo, igual que aquella vez...

Editado 23 de Julio del 2014 por Kritzai

[Ironía Heartilly]

Formuló una mueca similar a una semi sonrisa de gracia al escuchar aquello que Sira le decía, sabía que tenía razón; nada es seguro y todo es posible, no pararía de sorprenderse. Su gesto se borró volviendo a ser su normal frialdad cuando Sira expresaba aquella extraña molestia… Molestia que entendió que iba dirigida hacia Kritzai. No creía que lo que él hubiera hecho pudiera ser tan grave, al menos a su parecer, para que ella se enojara así. ¿Encantar una mesa? Como si fuera el fin del mundo… Ella misma había hecho cosas peores frente a sus primeros amigos.

 

Sin decir nada, avanzó hasta la sala y tomó asiento en uno de los cómodos sillones cruzando una pierna por sobre la otra. Por un instante, tuvo el amague de apoyar algo sobre estas, siendo siempre su arma la que depositaba luego de una dura batalla, pero que en aquellas no estaba. Vio con un poco de pena, como el mago intentaba subsanar lo que había hecho pero Sira se contenía. Irony pensaba que quizá la chica acabaría cediendo al poco tiempo… ¿O sería porque aún no la conocía bien?

 

Pestañeó un momento para ahora centrarse en el tema fundamental, que curiosamente, era ella misma y su historia. Sira no sabía nada así que eso lo hacía todo un tanto más difícil de explicar, tendría que resumir. Sin embargo, la palabra del mago la tomó desprevenida. ¿Qué había sido de ella? Habían pasado tantas cosas…

 

―¿Prefieres que sea directo? ―dijo en un susurro siseante― Huí lo más lejos que pude sin… prácticamente saber qué hacer. No es fácil, haber estado toda tu vida siguiendo a un superior y recibiendo órdenes y que de repente te encuentres solo sin nada más que tu propia voluntad. Quizá ese fue mi problema, que no conocía mi voluntad. Pero en fin… no voy a extenderme más. No me han vuelto a lastimar gravemente, es lo que importa ―recordó el corte profundo que había tenido en el brazo derecho cuando le conoció― Te dije que estaba buscando a unas personas… ¿Recuerdas? Las encontré. Pero al final, los maté.

 

Si, fue directa, no le importaba lo que pensaran de ella. Había cometido un crimen espantoso al asesinar a los que el mundo sabía que eran dos de sus mejores amigos pero ella así lo vio necy esario. Irony era muchas cosas: ex soldado, asesina, ladrona, presuntamente demonio y quizá aspirante a un bando de asesinos. No obstante, para Irony fundamentalmente era una cosa: una sobreviviente.

 

―Luego me quedé sin un objetivo al que seguir. Decidí venir a Londres Mágico a investigar sobre mis orígenes. Al llegar a Ottery Saint Cachtpole… Te recordé y lo que me dijiste.