Casita Snape (MM B: 104851)

[Amya An]

Pegó un fuerte brinco al sentir el cierre de Matt por detrás de ella (porque Sagitas aún estaba por allí, ¿no?)

 

- Matt! qué susto hombre!

 

Claro que se asustó con el portazo pues iba agitada con lo de los bichos voladores que querían ¿llenarles de besitos?

 

Buscó con la mirada a la peli-violeta y la verdad es que tan alterada como se había puesto, ni siquiera entendía que había agarrado un segundo jarrón de flores olvidadas (y por ende ya marchitas) ... es que pensaba mojar a su manis también? bueno, so pretexto de quitarle la miel de encima ... tal vez (?)

 

- Sagitas, xDDD, te picaron? te salió chichón?

 

Mas no se le acercaba ni un milímetro no fuera que la embarrase ¿de casualidad? y pos ahora los bichos dulceros viniesen por la adleriana.

 

La casa de Hayamé siempre le parecía algo aterradora y no tenía nada que ver con la decoración (?)

 

Era mas bien como que la energía que fluía ahí ... no es que fuera algo demoníaca, tenebrosa ó similar ... solo era algo como que le erizaba la piel.

 

- Alguien se acuerda a que vinimos?

 

Preguntó a todos y a nadie ... fue como que una pregunta retórica, pues lo que venían era a alborotar, ¿no? (~Ja Ja Ja~)

 

Sacó la varita e invocó un lumus algo tímido, por si por allí merodease algo que no le gustasen demasiado las visitas (?)

 

- Saben dónde están los interruptores?

 

... xDDD, que a esas alturas ni siquiera se acordaba si Haya tenía elfo ó mascota en casa (qué mello!!!)

 

Definitívamente por la puerta que habían ingresado, no saldrían ... así que buscó otras perillas que manipular. Pateó el suelo por si había piso falso que llevasen a un sub-nivel y hasta revisó con la punta iluminada de su varita, lo recovecos del techo por si pudiesen bajar alguna escalera escondida hacia arriba.

 

- Ey, no se queden allí parados ... que si nó, me transfiguro en komodo (pos igual, aquí dudo que alguien me vea) y tumbo un par de paredes por donde fugarme (xDDD!!! cómo si se tratase de un monumental dinosaurio para cumplir tal amenaza ¬¬ )

[Matt Blackner]

Y allí estábamos, en aquel pequeño cuarto que parecía más bien una alacena la tía Amya, a quien mi entrada había sobresaltado, Sagitas aun cubierta del caramelo (o era miel?) y yo.

 

En seguida Amya comenzó con sus intentos por dar con otra salida, ya qeu estaba claro que no podríamos volver a salir por la puerta, donde se sentía el zumbido constante de los insectos que habían intentado picarnos momentos antes.

 

Lo primero era quitarle aquel pringue a Sagitas, asi qeu le apunté con la varita y murmuré

- Aquamenti - en seguida un chorro de agua cayó sobre Sagitas, eliminando la cobertura pegajosa, pero como sabía que se vengaría, me apresuré a utilizar de nuevo la varita, esta vez eliminando todo rastro de agua de la bruja.

 

- Pues hasta donde se....ni idea. Yo estoy aqui porqeu ella salió corriendo para venir - terminé señalando con el dedo a mi madre.

 

Las amenazas de la tía por transformarse en un komodo me dieron un ataque de risa, imaginándomela como un zakas gigante tratando de derribar las paredes.

 

Retiré unas cajas y encontré un pequeño hueco.

- Podríamos arrastrarnos por aqui, a ver hasta donde nos lleva. Aunqeu siendo la casa de Hayame no tenemos garantías de no toparnos con más cosas

[Bridget Wenlock]

Bridget Wenlock
Servicios Administrativos del Wizengamot
Empleada

Su estómago rugió y después de comprobar la lista una vez más, resolvió que aquella sería la penúltima vivienda que visitaría antes de darse un respiro, y un buen desayuno claro. Seguramente, por la hora, Pipoca ya había preparado sus manjares favoritos y en cuanto llegara, sería servida como una reina en su cama de dosel. Parpadeó varias veces deseando aquél momento, mientras sus pasos acortaban la distancia que la separaba del hogar Snape. El sol por fin ya había terminado de salir, pero calor apenas si se podía imaginar, pues estaba completamente escondido tras aquellos nubones grises que pronosticaban nevada por la noche de aquél domingo.

 

Bridget se paró de golpe a observar a su alrededor. Le sorprendió que no hubieran brujas y magos caminando ya junto a ella en las calles de Ottery, pero lo más probable era que todavía siguieran recostados en sus hogares, disfrutando del fuego de una chimenea y quién sabe que más. Chasqueó con la boca y frunciendo los labios con decepción, sacó otro pergamino de su bolsito marrón y a travñes de magia lo dirigió hasta su destino: el ingreso del hogar de los Snape. Ya allí alguien lo encontraría, si este era frecuentado, y podría decidirse o no a participar del tan esperado encendido del Arbol Navideño del Ministerio de Magia, encuentro del que ella sería parte por primera vez. Empezó a imaginar como sería mientras se alejaba hacia su última parada de la mañana.

http://i.imgur.com/T7XD75E.png

[Matt Blackner]

No íbamos a quedarnos eternamente en aquel pequeño trastero esperando a ver si las abejas zumbonas se iban o no. Tras limpiar la miel de Sagitas, habíamos tomado...digamosq eu la única salida que se nos ocurría.

 

Eso si, me tocaba ir delante, seguramente para que, los posibles peligros que nos cruzásemos, me comieran a mi primero.

 

Gruñí, delizándome por el pequeño hueco que yo mismo había encontrado, y que daba a lo que era conducto de ventilación por el que cabíamos si nos arrastrábamos. Hacía bastante calor alli dentro

 

- Parad! exclamé para que @ y Sagitas parasen, no quería que volvieran a darse de cabeza contra mis pies, porque mi madre amenazaba con morderme la próxima vez.

 

Miré hacia los lados. El túnel se bifurcaba a izquierda y derecha.

- Creo que noto aire. Por aqui! - Empecé a reptar de nuevo hacia el camino de la derecha, del que provenía la brisa, lo qeu significaba una salida. Todo parecía controlado...

 

Hasta que el túnel se inclinó como un tobogán. No pude frenar, y acabé cayendo, atravesando la rejilla de ventilación y dándome de espaldas contra el suelo. Como no tuvieran cuidado, las chicas me caerían encima.

[Amya An]

- Ey! pa´ donde se fue medio mundo???

 

Por supuesto que tenía que protestar. Si no lo hacía, no era ella misma (?)

 

Aunque no fuera alérgica a las picaduras de diversos bichos (quizás los humanizados sí), obvio, la bruja, no quería pinchazos de ninguna clase.

 

Estaban reptando? por qué reptaban?

 

Solo en casa de Hayamé era posible que Amya_An terminara hasta lamiendo las paredes (¿?)

 

- Sagitas, creo que ... mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!

 

A dónde iban a parar ahora???

 

No se por qué, pero ella tuvo la sensación de "nacimiento" así ... cae, cae y no quieres la cosa, todo oscuro y confuso y *Plaffff* , golpe ... bueno, esta vez el partero-doctor-sanador (?) confundió su cabeza con su trastero porque allí fue que sintió el golpe.

 

¡Pero que Brutal!

 

El golpe había sido contra el peli-rojo!!!!

 

... y mas aún creo que terminaron medios enredados con la caida (encima de la tiita sobre el pobre aplastado Matt)

 

- Maaaaaatt, xDDDD, mis reumas! qué no se apiadan de mis mas años que todos Uds. juntos???

 

Claro que se refería a la teoría (?) de lo simple lógica común ; si de las tres hermanas, ella es la mayor, obvio, Matt no puede tener mas edad que su madre, y así, la adleriana es la mas vieja (?)

 

¡?

 

Empezó a intentar desenredarse de su sobrino porque ya se las olía que Sagitas pronto aterrizaría encima de ellos 2.

 

- Ayy, ayyy, quítate Matt! aprisa! quítate que se nos echa tu madre en cualquier momento!!!

 

Mas era la "desesperación" lo que causaba que ambos no consiguieran ponerse en pie y con el camino libre para que la manis loca se estrellara solita contra ... lo que sea que no fuera Amya_An!!!!

[Sagitas E. Potter Blue]

Gritos...

O eso fue lo último que oyó antes de despertarse y notar que estaba sobre el suelo duro de alguno de los pasillos estrechos de la Snape. Murmuró una maldición e intentó levantarse, algo difícil cuando la cabeza te da vueltas.

-- ¡Maldita Amya! Me dejó por aquí abandonada sin un maldito felpudo en el que recostar las costillas, brrr... Cuando la pille...

Ni recordaba qué hacía en la mansión de su otra hermana pero supuso que, si estaba allá, era porque habrían venido a ventilar algo el edificio, que saliera la humedad y, tal vez, las plagas que pulularan por el lugar. O tal vez a buscar algo, o... Ni lo sabía pero allá estaba, intentando levantarse del suelo y sintiendo que la cabeza le latía como si mil arañas le estuvieran haciendo un masaje en la cocorota.

¿O es que... había mil arañas... allá arriba...?

-- ¡Manaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! -- grité, al ver lo que me estaba haciendo cosquillas en la cabeza. ¡Maldita Hayame, que había dejado abandonada su mansión a huestes más pequeñas pero igual de peligrosas que una acromántula!

[Hayame Snape Potter Black]

El sonido de varias maletas pesadas resonó en el suelo de aquella casa avejentada y evidentemente solitaria.

No había cambiado en nada desde que recordaba haberla trasladado hasta aquellos terrenos conseguidos gracias a los movimientos que hubiese conseguido en el Ministerio hacia mucho tiempo por las heredades de su difunto esposo y benefactor, seguía teniendo la apariencia de algo que estuviese fuer de lugar en medio del césped crecido en exageración, salvaje y silvestre; el aroma de los árboles lejanos llegaba a colarse por cualquier rendija y el canto de los bichos que pululaban entre la oscuridad solo era más rebosante ante el eco.

Sin embargo...

Los ojos de la mujer formaron un par de medias lunas al tiempo que sus iris se convertían en un par de puntos pequeños, sin dejar de ver la marca oscurecida en el suelo al que ya cubría una buena cantidad de polvo

Esa silueta... la reconocía donde fuese.

Y había caído justo ahí

-Maldita sea -gruñó finalmente cerrando los ojos para después, rascarse la cabeza con una mano conforme unas pequeñas arruguitas rojizas aparecían sobre esta- no solamente tengo que aguantar el hecho de que me maten cada cinco minutos en el Ministerio y tener que justificar pasaportes alrededor del mundo sino que ahora me vengo enterando que mi maldita elfina se ha quedado a disposición de mi antigua mansión... me lleva la...!!!

Las palabrotas resonaron brevemente entre las paredes y después, se acercó a una mesa de madera crujiente cercana de la cuál, tomó una vieja nota que parecía tener ahí desde las navidades

-Habrá sin H... -murmuró frunciendo el ceño y con un tic en una ceja- pues nada más que se abran las cartas solas porque... -resopló y observó los alrededores

Ni hablar, tenía una larga labor de limpieza por delante si quería que aquel sitio volviese a ser habitable. Afortunadamente parecía que aquel extraño muchacho que había intentado apoderarse de su hogar como si fuese el dueño y heredero finalmente se había dado por vencido, estaba segura que gracias a la magistral protección de su hermana púrpura que con suerte no le habría arrojado a los bichos del circo a aquella persona...

Suspiró

El circo

A ver si volvía a obtener algún trabajo ahora que Amya se había pirado del Ministerio y por ende, ella había recibido una caja con todas sus cosas a modo de despido! Y ni siquiera había podido exigir un finiquito por encontrarse fuera del país!

Negó un par de veces y se acercó a uno de los armarios dónde creía recordar que había cosas de limpieza. Igual tendría que pasarse por la tienda, pero unas cuantas sacudidas al polvo y lavadas a la loza no estarían de más si quería al menos ser capaz de servirle el té a su familia cuando fuesen a verla en alguna ocasión

Editado 15 de Enero del 2018 por Hayame Vladimir Potter Black

[Sagitas E. Potter Blue]

Hay pocas cosas que me dan miedo. Una es la de tener algún animal más pequeño que mi mano que se pasee por mi cabeza. Es por eso que los micropuffs me encantan siempre que no se les ocurra subirse a mi hombro porque, por inercia, los chafo de una palmada. Lo otro que me aterra es sentir gruñidos en los pasillos oscuros.

 

Y eso sucedió en aquel momento en que le gritaba a Amya para que me ayudara. Sin embargo, no era la voz de mi hermana la que sonaba, aunque era femenina. ¿Tal vez de un fantasma?

 

¿Y desde cuándo me asustan los fantasmas si estoy casada con uno? No. Lo que me asustan son las apariciones malvadosas que pretenden aterrorizar a todo el que se menee. Y yo estaba allá, en el corredor oscuro y tenebroso de la Snape, oyendo a algún muerto hablando en raro, diciendo cosas extrañas sobre si "abrá sin hache". ¿Se referiría al abra-cadabra famosísimo que era una variedad del Avada?

 

-- No me mates, no me mates -- susurré al espectro que aparecería de un momento a otro. Se me olvidaba que tengo muchos conocimientos mágicos y la habilidad de Nigromancia. Sólo estaba aterrorizada.

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro entornó los ojos después de haber tomado la escoba para comenzar a limpiar al escuchar unos crujidos en la madera de la casa

Se movió despacio tan solo para girar el cuerpo en la dirección de los sonidos, haciendo lo posible por permanecer en silencio y no dejar que lo que fuese que estuviese invadiendo su hogar la percibiese, al menos no antes de que pudiese atacarlo pero un momento después, una voz áspera proveniente del pequeño saloncito-biblioteca se dejó escuchar

-Qué piensas que haces?

Hayame dió un corto suspiro y se dirigió a aquel lugar para finalmente observar de frente el par de retratos que sobre la chimenea la recibían

En uno, un mago oscuro deprovisto de pelo y de piel tan pálida como el papel clavaba sus rojizos y pequeños ojos en la mujer recién ingresada en la estancia; el otro, de piel cetrina y cabello negro profundo parecía algo fastidiado con la llegada de la jóven que cerró los ojos y se rascó un poco la cabeza de lado

-Tres años... -musitó casi con desprecio el antiguo maestro de pociones, lo que resultó en una risita aguda por parte del retrato del Señor Oscuro

-Por favor Severus... seguramente tiene una buena explicación para su larga ausencia

Aquel hechicero se rió mostrando sus afilados dientecillos al tiempo que acariciaba una larga varita de hueso

A Hayame no le preocupaba la amenaza implícita en aquel gesto, se trataba de un cuadro a final de cuentas pero no por ello dolía menos que justamente una de las personas que tanto había amado le odiase en aquellos momentos

-Sé que les debo a ambos una explicación...

-Que sea inteligente

-Y ha sido un largo tiempo...

-Si, bueno. Uno se termina acostumbrando a tu falta -comentó Lord Voldemort aún acariciando su varita lo que provocó un pequeño bufido en la Vladimir- ohhhh... estás molesta...

-Aún hay alguien caminando por mi casa -replicó la pelirroja- y aunque la silueta es de Sagitas, aún no me aplican el hechizo Anti-Aparición en el Ministerio por lo que no estoy segura de quién se trata -resopló

Un momento después, chasqueó los dedos a lo que un elfo doméstico anciano apareció con gesto serio y se inclinó delante de su ama; al menos Czésar ya estaba debidamente registrado y él podía andarse por la casa como buen mayordomo. La pequeña criatura asintió una vez y al siguiente seguro con un PAF, se había desaparecido para hacerlo por detrás de la mujer que se escondía en la casa, abrazándose a sus piernas

-Identifíquese!!

Exclamó el elfo anciano al menos hasta que el aroma llegó a su nariz y le hizo abrir mucho los ojos

-Oh!!

[Ashley Peverell]

-¡Hermana!

De uno de los cuadros cercanos se asomó una cabellera rubia empujando por accidente al hombre de ropas negras que seguramente no iba a estar de muy buen humor por ver como una joven tan solo se metía en su retrato con su voz aguda y extraños modales sobre todo por el extraño animal amarillo que iba por detrás de la chica y que soltaba pequeños relampaguitos de felicidad.

 

Ese era el mejor método que había encontrado para comunicarse o al menos eso era lo que pensaba puesto que la última vez en su castillo había tenido una batalla entre tan singulares bestias.

 

Mas ahora ni siquiera tenía el teléfono de la casa de su antigua hermana mayor y al ir al pueblo había visto como si vieja propiedad ahora estaba en venta ¡el castillo Ketchum, preparado para venderse! qué escándalo.

 

Y por eso lo mejor que se le ocurrió dadas las circunstancias fue por supuesto visitar a algún amigo cercano y pedirle que le hiciera un retrato mágico para poder hablar con su hermana aunque no esperaba verla con esa casita cuando recordaba que solía vivir en un castillo señorial y muy arreglado, por no decir que estaba lleno de animales y elfos.