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Chateau Dumbledore (MM B: 78647)


Ada Camille Dumbledore
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-¿Cómo que se va a disolver la familia?

 

Con un movimiento de mi varita hice aparecer una capa encima de mis hombros. Era de una tela gruesa y tenía un grabado rúnico por las orillas. También tenía un botón plateado con el escudo de la familia Dumbledore.

 

Unos elfos me ofrecieron una copa llena de rojo vino. A decir verdad, parecía más sangre que vino. Le di un sorbo grande y sonreí; era una buena cosecha, seguramente de la reserva especial.

 

-Aparicio, Adrián, Arya. ¿Qué tal les va? ¿Felices en su vida mágica? ¿A dónde fue el retrato de nuestro ancestro Albus? ¡Siempre hace lo mismo! Llega, dice algo dramático y luego se va... Tal vez lo que quiere es que recuperemos alguna reliquia familiar.

 

Con mi varita, acerqué uno de los sillones que estaban por ahí. Seguí bebiendo del vino que estaba en mi copa.

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Arya Dumbledore

 

La situación era completamente extraña, empezando por que no recordaba haberlos visto nunca en su vida, tal vez cuando era pequeña pero aún asi esos recuerdos eran limitados. Habia pasado la mayor parte de su infancia apartada de su verdadera familia y esa era una de las razones por las que no reconocía a varios de ellos.

 

-Seguramente se trata de alguna broma, estar encerrado tanto tiempo en esos cuadros debió haberle afectado -Dijo mientras su castaña mirada se paseaba de un cuadro a otro en busca de su antecesor.

 

-No me quejo -Respondió Arya al ver que uno de los presentas la había saludado, podría tener razón al decir que tal vez queria que recuperáramos alguna reliquia familiar. El castillo era lo suficientemente grande como para esconder secretos, incluso a sus miembros más antiguos - Tal vez la pregunta esté demás pero...quienes son ustedes?

Y yo la olvidaré, pero ella perdonará mi olvido, así que yo la perdono por olvidarme a mí



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  • 3 semanas más tarde...

- Espero que sea una broma y que lo único que ocurra es que nuestro querido Albus esté en verdad chiflado.

 

Nunca había creído a las malas lenguas que lo tachaban de serlo, pero deseaba con todas mis fuerzas que en aquel momento fuera verdad y aquellas palabras no conllevaran una actuación ancestral por su parte y la familia siguiera adelante. Llevaba tiempo pensando en formar mi propia familia, buscar un lugar donde poder establecer mi hogar para la posteridad, ya que siempre andaba de nómada y a veces paraba en aquel castillo y otras en el de mi otra familia, la Potter Black. Pero no quería que los Dumbledore dejaran de tener un sitio donde reunirse, donde comentar el pasado y seguir construyendo un futuro.

 

- Yo soy Adrian Wild, hijo de la desaparecida Ariel Dûbois. --Vi la cara de confusión de la muchacha, así que decidí ser más explícito--: Primo de Sally. ¿Tú eres...?

 

Dejé vía libre para que la joven se presentara. Quizá había coincidido con ella alguna vez, pero mi memoria ya sólo alcanzaba a no dejar escapar a aquellos que habían marcado de alguna forma especial mi vida. Era muchos los familiares no vampíricos los que pasaban por la familia sin dejar en mí huella, perdiéndose en los albores del tiempo. En verdad, desconocía el paradero del resto de mi familia, la conocida. ¿Dónde estaba Sally? Cada vez sentía con más pena que los rostros de mi cabeza se difuminaban más y más. ¿Y si en verdad era hora de que aquella familia tomara rumbos diferentes?

 

- Tenemos que encontrar a Albus. Debe darnos una explicación...

 

Sin embargo, más que una explicación, lo que yo ahora mismo necesitaba, era su consejo.

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✤ Viajero de la noche ✤

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  • 3 meses más tarde...

Tercera mansión en la que alguna vez en su vida había atacado. Esto ya se estaba poniendo incómodo. De alguna manera u otro tenía que postergar esas visitas lo máximo que podía. Se ocurrió entonces, al ver su mano sosteniendo sui bufanda, que ya estaba oscureciendo y el frío se hacía más presente todavía. Se dijo así mismo que era la última y que volvería a la Manor a descansar. Ni siquiera se iba a preocupar de volver al Ministerio.

 

A diferencia de las otras dos, Orión no sentía tanto rechazo a la Dumbledore. Después de todo, Artheón era de esa familia y fue un miembro importantísimo para la Marca en su momento. Compañero Ángel Caído. Sin embargo, el caminar hacia las puertas del Chateau, lo ponía un poco de mal humor.

 

Ya estaba cansadísimo. Y no quería ver a ni un elfo frente suyo.

 

- Este será el último del día, antes de que comience a quemar todo lo que tenga materia –se susurró así mismo, mientras dejaba el volante en la puerta.

 

 

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Por tercera vez consecutiva, tachó el “Feliz noche de Brujas” y le dibujó un arbolito de navidad, con un Santa Claus dejando carbón por todo el fondo del panfleto.

 

Tomó un paso de distancia, golpeó levemente la puerta para que cualquiera buscara la notificación y luego, finalmente, se desapareció.

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  • 2 meses más tarde...

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La perdida bruja volvió a mirar el mapa con la dirección que se le había suministrado en el ministerio. Para ser sincera nunca comprendió la obsesión de los británicos con nombrar cada una de las calles, Sus problemas logísticos no serían distintos si, como por variar, entre los magos existiese un GPS como los creativos muggles habían hecho, o quizá al menos enumerar las calles de forma que no pudiese extraviarse de forma alguna. Pero no, allí estaba ella mirando a su alrededor cansada de caminar de un lado al otro para saber qué dirección tomar.

A decir verdad poco o nada recordaba del lugar, habían pasado demasiados años, más de los que podía recordar. Después de toda la última vez que había pasado por aquel lugar era apenas una niña. Se preguntó por un segundo acerca del destino de las personas que conoció allí alguna vez y de quienes perdió todo contacto.

Sólo fue hasta que logró pasar una colina que pudo notar la gran edificación que se dejaba ver a poco menos de medio kilómetro de distancia. Desde allí pudo divisar los jardines, igual que cómo los recordaba pero algo diferentes a su gusto particular (teniendo en cuenta de que su jardín en la parte posterior del destruido Mannor parecía más un pedazo de jungla que un jardín en realidad).

Su capa crujía a medida que caminaba hacia el castillo. La puerta de roble se había aclarado un poco debido a la luz del sol o quizá solo era un desliz en su memoria. Se paró en la entrada del lugar y tocó tres veces en la espera de que alguno de sus habitantes le abriese la puerta.

@@Ragnar Bjorn Lodbrok BL
@WONDERFAIRYTALE
@Ezequiel granger
@@Mia Zoeh Editado por Luisitha Black M.

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  • 3 semanas más tarde...

-Pues tampoco ha cambiado tanto.- Pensó Evedhiel ante el primer atisbo de la imponente visión del castillo.

 

El corazón de la chica latía rápido a medida que sus pasos avanzaban hacia el camino que bordeaba al jardín. Había andado aquellos pasos mas de mil veces y ninguna en los últimos 3 años. En su mano derecha una única maleta, a la que le sobraban años y le faltaban dos botones.

 

Su capa de viaje la incomodaba, y en mas de una ocasión en lo que tardaba al llegar a la entrada se pregunto a si misma porque había decidido ponersela.

 

La piedra que pisaba estaba llena de musgo. La vegetación algo crecida y el viento de cambio que se avecinaba apenas había empezado a despeinarla cuando y casi sin darse cuenta sus cautelosos pasos la habían llevado bajo la primera colina, más cerca de la enorme entrada de piedra de lo que esperaba encontrarse en mucho... mucho tiempo.

 

A medida que avanzaba recuerdos se posaban en su cabeza. Sally, y su irremediable afán por cuidar a todos y cada uno de sus familiares e incluirlos en cualquier evento, por loco que fuese. Aberforth, la persona con el alma más anciana y sabia en un cuerpo sin duda demasiado joven para el. Darla y sus intentos para enseñarle habilidades... Tantos nombres. Tantos momentos.

 

La sombra del ahora cercano edifcio la sacó de su ensimismamiento. La sombra de una bruja frente a las puertas principales la devolvió a la realidad.

 

-Y si le hacían preguntas? Y si eran de MACUSA? Cómo la habían encontrado`? y Tan pronto...- La maleta pesaba en la mano de Evedhiel y los nervios hacían que sus manos cosquilleasen. Entrare por la puerta de servio. Eso es. Asií podré ir a mi antigua habitación y acomodarme además de bajar cuando esté lista.

 

-Si es que hay alguien-dijo una voz burlona en su cabeza

 

La puerta de metal que le dioó la bienvenida no tenía nada que envidiarle a la principal.

 

Avanzó a través del recibidor. El olor a hogar la golpeó en los pulmones y cualquier intención por minima que hubiese albergado en su cabeza de estar enfadada con estas paredes pareció desaparecer en el momento en el que la sala de estar, con chimenea encendida incluida le dió la bienvenida.

 

En las paredes miles de cuadros la miraban burlona.

 

Evedhiel se enrojeció acomodándose el pelo. Se había olvidado de los retratos. Pero ellos sin duda no se habían olvidado de ella y alborotados cuchicheaban entre ellos, señalándola.

 

-Te parecerá bonito-La voz de Albus cortó cualquier cotilleo ajeno y la recibió desde el cuadro encima de la chimenea.- imperdonable!-Exclamó.

 

-Señor yo...-Empezó la chica, disculpándose. Pero retazos de memorias hirientes vinieron a su cabeza y la rabia inundó su discurso- Estaba atrapada! No tenía donde ir. Los estupidos mort...- la chica calló mirando alrededor, como si una palabra soez hubiese salido de su boca. - Tú podrías haber hecho algo... y sin embargo, Aquí me tienes, odiando tu apellido y sin embargo e irremediablemente, renanciendo de mis cenizas.

 

-Como quieras. Pero llegar a casa tras años de espera y no traer ni una mísera caja de chocolates no es algo que aprecie ni vaya a apreciar en un futuro próximo.- Dijo el retrato de Albus, cortando a la chica.

 

El corazón de la chica dió un vuelco.

 

-De hecho...-dijo algo más calmada. Y puso sobre la mesa del centro de la sala una caja envuelta con papel dorado.-Es gracioso que lo digas- Evedhiel comenzó a desenvolverla.- pensé que quizás te apetecian más caramelos de sorbete de limón.

 

Albus le sonrió desde su butaca y Evedhiel sigió su camino hacía la tercera torre. Al llegar a su corredor se quedó parada frente a la primera puerta de madera con una M grabada.

 

-Mave- pensó y sonrió recordando viejos tiempos.

 

Con un golpe de varita abrió la siguiente puerta a la izquierda justo al final del pasillo.

 

Los elfos habían hecho un buen trabajo acicalando su habitación como si el tiempo no hubiese pasado por ella. Como si supiesen que iba a volver dos tulipanes adornaban su vestidor.

 

Evedhiel cerró la puerta tras de si mientras miraba los retratos antiguos en las paredes apenas reconocía a esa chica de cabellos dorados y mirada gélida. Se miró en el reflejo de la ventana y los mismos ojos le devolvieron la mirada, ahora adornados con unos largos cabellos cobrizos.

 

Alrededor ..todo era tan... rosa.

 

-Puaj.- dijo la chica- Esta cursilada necesita una renovación.

 

Dejo la maleta a un lado y apiló su capa de viaje sobre la cama. Se recogió los cabellos en una cola alta y a golpe de varita comenzó a re-organizar su antigua habitación.

 

-Me queda para largo...- pensó sorprendiéndose a si misma contenta y casi a regañadientes de estar de vuelta

 

 

 

 

 

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  • 2 semanas más tarde...

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Llevaba rato caminando por aquellas poco recurridas calles, de nuevo me percataba de que el lugar era demasiado grande. Visualizo el pequeño reloj de muñeca de vez en cuando calmándome porque aun me encontraba a tiempo. Cruzo en una de las calles que indicaba el croqui que había hecho del lugar y empiezo a caminar por el valle sintiendo alivio al darme cuenta que ya me encontraba cerca, justo en este momento pensaba en comprar una bicicleta muggle lo cual era bastante practico en estos casos. De lejos en la entrada distingo una figura en la puerta, quizás era Luisitha que como me había percatado era la primera en llegar. Encontrándome a unos pasos, decido recoger mi cabello el cual llevaba suelto en una cola de caballo, para que no me estorbara en el rostro.

 

- Hola, llegué a tiempo - Sonrió - ¿Como estás? - Pregunto por mera cortesía mientras espero a su lado que algún miembro de la familia Dumbledore nos abra y permita que entremos a hacer la actividad correspondiente. El viento frió de invierno soplaba, espero no nos dejen mucho tiempo aquí a fuera.

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-Muy a tiempo- Contestó dirigiéndole la mirada y esbozando una amplia sonrisa.

 

Sólo hasta ese momento se percató de que quizá a ella también le convenía atarse el cabello. La última vez que lo había dejado suelto mientras trabajaba, involucró un pequeño accidente en donde gracias a que un mechón de cabello, que se había metido a su boca mientras pronunciaba un hechizo haciéndola balbucear. Lo que en su momento fue una antiaparición terminó por embarrarlos a todos en una sustancia negra y viscosa con un olor petroso que no pudo quitarse ni bañándose en tomate...

 

Sacudió su cabeza con gesto de asco y se apuró también a atar su cabello, aunque a diferencia de Zoella su resultado fue menos prolijo y más de ese estilo descuidado que tanto caracterizaba su ya rebelde cabellera azul.

 

-Creo que la espera ha sido suficiente. Quizá deba enviar un memo rápido a la encargada de la casa...- pensó sacando su monedero de moke y echando el brazo hasta el fondo -...ohhh no...- se quejó sacando de él un pedazo de pergamino en blanco -...¿de casualidad no tienes una pluma? me temo que me he olvidado de traer una.-

Editado por Luisitha Black M.

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Sonriendo de vuelta, agachándome en el piso y sacando varias cosas de mi bolso empiezo a rebuscar algún abrigo que pudiera quitarme un poco el frío mientras abrían la puerta, encontrándome con un suéter unas tallas mas grandes que la mía guardando todo lo que había sacado para encontrarlo y ponerme de pie. Veo a Luisitha recogerse el cabello en una coleta dejando algunos cabellos azueles caer de el. Chasqueando la lengua un poco impaciente por que abrieran la puerta, escucho como la bruja a mi lado me dice que dejemos un memo.

 

Sacando de mi bolsillo trasero la pluma se la tiendo - Aquí tienes - la agarra y veo como empieza a escribir en el pergamino, mientras yo paseo un poco por la entrada de aquel castillo sin alejarme mucho de la bruja. Escaneando el escudo tallado en la puerta.

 

 

@@Luisitha Black M.

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  • 1 mes más tarde...

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Alessandra se acomodó su cabello en una cola alta, según le infornaron, después de arreglar el problema con los Gorros Rojos en la Mansion Weasley, que en la Evans ya se estaban haciendo cargó del problema porque lo que rápidamente habían decidido verse en la Dumbledore.

 

Su figura aparecio en las rejas del castillo Dumbledore, sonrio al recordar que su tia Arya y Ariane, las pocas veces que fue de visita y de lo mucho que los elfos cocinaban para que comiera. Lo bueno ese lugar era que estaba lejos de las miradas de los muggles y los magos, podia tranquilamente sentarse durante horas y nadie la miraria raro.

 

Aun asi activo su anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos, el anillo de Derector de Enemigos e Incluso el Anillo Detector de Plagas asi su trabajo seria mas facil sabiendo donde estaban.

 

Se sento en el suelo a esperar a que las chicas llegaran, no sin antes mandar a Toto con Wen para que la Myrddin no tuviera que caminar y a Cid con Beryl, no sabia si sus hijas tenian elfos pero al menos los suyos les servirian para llevarlas a ambas donde las estaba esperando.

 

-Expecto Patronum- de su varita de Vid hilos de platas formaron un cachorro de Lobo Huargo.

 

-Ya estoy en el castillo Dumbledore- con ese mensaje el animal desaparecio a llevar su mensaje.

 

 

@@Wendolyn Maxwell @@Beryl Serenity Hawthorne Serenity Ha @ @@Dennis Delacour

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