Ranas Lunares (MM B: 105591)

[Darla G Dumbledore]

 

Para ser otoño y que las temperaturas rondaban los catorce grados la figura que caminaba por el Callejón Diagón iba muy cubierta con una capa de viaje, echada la capucha sobre su rostro casi. Las botas de montar que llevaba ni resonaban en el empedrado del Diagón mientras flotaba a su alrededor la capa, dejando cada tanto al descubierto el pantalón de cuero negro que lucía la bruja que se acercaba a paso rápido a un local de tres pisos.

 

La figura se detuvo, observando el escaparate y la entrada, a través de la vidriera podía observar un par de ranas lunares saltando divertidas entre sí en una de las paredes del fondo, como si estuvieran jugando. Aunque no se alcanzaba a ver si había alguien aún desde fuera la vampiresa pudo sentir el aroma de un elfo doméstico tras el mostrador de la planta baja. Con decisión empujó la puerta de ingreso, adentrándose en el local.

 

La primera impresión era cálida, observó las mesas cuadradas, con cuatro sillas a su alrededor, junto a la pared había gabinetes más íntimos, estilo reservados, de cálidos colores. Del otro lado la escalera que iba a los pisos superiores y otra puerta de vidrio que daba a un sector de juegos. La rubia sonrió bajo su capucha antes de echarla hacia atrás revelando su dorada cabellera que pareció agradecer la libertad, ya que las ondas de su cabello parecieron inflarse, como respirando al fin la libertad.

 

Un elfo con un costal de té azul oscuro apareció frente a ella, en su pecho llevaba un gafete con su nombre, Spax. Kimberly lo observó con curiosidad mientras éste se inclinaba casi hasta el suelo para saludarla.

 

--Bienvenida a Ranas Lunares, ¿en qué la puede servir Spax?

 

--Buenos días Spax, quisiera un té de menta y boldo y un plato de galletas marinas si tienes, esperaré en uno de los reservados --respondió la Black mientras señalaba el reservado más alejado de la puerta.

 

El elfo volvió a inclinarse hasta el suelo y se alejó mientras ella dirigió sus pasos hacia el lugar que le había indicado, se quitó la capa y la plegó delicadamente dejándola en uno de los asientos para ubicarse de frente de forma tal de poder controlar el ingreso al local. Buscó entre sus ropas y sacó un pergamino enrollado, estaba segura de que podría revisarlo tranquila en ese lugar. Sus ojos observaron el callejón, mientras jugueteaba con el cordón que ataba el pergamino. Hacía muchos meses ya que se había alejado de Londres y Ottery para realizar investigaciones, era hora de traer el resultado de las mismas de regreso a casa.

 

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Editado 15 de Octubre del 2018 por Darla Potter Black

[Seba Granger]

Ya hacia algunos meses que había pasado por el local de mi entrañable amiga Katara, se hacia difícil pasar por frente del local y no querer verla en el primer piso o tan solo pasarla a saludar un rato, pero sabia que eso ya no podía suceder, que pese a las veces que pudiera venir ella ya no me podría atender.

Suspire profundo un par de veces para darme ánimos y me adentre al lugar, sabia que su gente aun trabajaba aquí, y me gustaba saber si las cosas estaban funcionando bien o si ellos mismo necesitaban algo.

Recorrí con la mirada el área de las mesas y me pareció ver un rostro conocido, Kimberly estaba ocupando uno de los reservados mirando ensimismada algo, retire la mirada para no molestar, junto en ese momento llegaba una elfina para atenderme.

-Bienvenido señor, ¿en que lo puede servir Stormy?- señalo la elfa mientras hacia una reverencia.

-Hola Stormy, ¿Como estas?, ¿ya no me recuerdas?- sonreí un poco a la criatura, -¿Me puedes dar un te para llevar? y un chocolate caliente- añadí a Stormy

-Stormy si lo recuerda, Stormy esta bien, le traigo su pedido en unos minutos, si gusta espera en alguna mesa- la elfa se retiro enseguida.

[Darla G Dumbledore]

La mirada de la rubia vampiresa observó la entrada del local al sentir el sonido de su apertura, reconoció al mago, novio de su compañera y jefa de inquisidores, o quizás debería decir mejor, ex jefa. Cuando Darla había dejado el Cuartel, Kimberly había durado poco tiempo más en ese empleto, no tenía nada contra sus nuevos jefes, peor era su relación con Scarlet, el alter ego de Darla, por lo que se había mantenido en el trabajo.

 

El elfo al que le había realizado el encargo apareció unos minutos después, mientras una elfina atendía al Granger. El elfo cargaba una bandeja que era casi tan grande como él, donde había un delicado juego de té de porcelana blanca, con unos dibujos en verde en el borde, una tetera del mismo estilo y un plato sobre el cual había una pila de galletas. El elfo acomodó todo sobre un mantelito individual que colocó sobre la mesa junto a una delicada servilleta y tras dedicarle unas palabras ofreciéndose a servirla se retiró.

 

Kimberly duró unos segundos, mientras revolvía y el té y observaba al Granger a quién le ofrecían esperar en una mesa mientras le traían su pedido.

 

--Señor Granger, buenos días, ¿cómo está? ¿gusta sentarse mientras espera? --la voz suave de Black rompió el silencio del lugar.

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Editado 20 de Octubre del 2018 por Darla Potter Black

[Seba Granger]

Mire la mesa a la cual me había indicado la elfina de Katara, dude un poco si sentarme o no, no creía que se fuera a demorar mucho, además podía esperar de pie.

Troné los nudillos de mis manos un par de veces, ya hacía algunos días que me venían molestando mucho, mas bien era un dolor cada que movía muchos los dedos y me estaba preocupando un poco.

Levante la mirada desde mis manos a la bruja que me estaba saludando, no dude en sonreír amistosamente, ya había compartido con ella en algunos lugares, además sabía lo bien que se llevaban con mi prometida, aunque no estaba del todo seguro si se veían seguido luego de dejar los inquisidores.

-Buenos días, ¿Muy bien y tu?- me acerque hacía ella haciendo una suave reverencia en señal de respeto, -¿Si no interrumpo o no esperas a nadie?- señale mirando la puerta.

La verdad no sabía ese tipo de asuntos de la bruja, no sabía si era soltera o si tenía pareja.

[Darla G Dumbledore]

El sonido de los nudillos del mago fue como una explosión en miniatura para la vampiresa, en serio, a veces creía que los humanos no tenían idea de lo que sus huesos y gases entre sus coyunturas eran capaces de producir en realidad. Le preocupó un poco su expresión, preguntándose si el gesto había sido totalmente normal o algo preocupaba al mago. La respuesta de él sin embargo no se hizo esperar y se acercó a su mesa.

 

--He estado bien la verdad, aproveché el tiempo libre para manejar algunos asuntos de las heredades de Scarlet en Rumania, su prometida no siempre puede ocupar su lugar en los asuntos de los vampiros de aquel país --dijo con expresión neutra la rubia.

 

--No interrumpes para nada, deberían hacerme llegar noticias, pero lo más seguro que mi contacto, James, esté en otra cosa, yo esperaba me enviara una lechuza hace semana, dijeron que venía por estos lados, pero estoy sospechando que se ha ido tras alguna falda, o al menos eso me dijo su compañera de departamento --Kimberly se encogió de hombros resignada, una parte de la información se la había dado la compañera del mago que había mencionado, pero necesitaba terminar de saber lo que él había logrado averiguar. Desvió su vista de la puerta hacia donde Seba había mirado y la volvió hacia él --pero por favor, siéntese y cuénteme como sigue Darla, la verdad es que hace un tiempo no hablamos.

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[Seba Granger]

Creo que me sorprendía un poco lo ultimo que decía en su primera respuesta, ¿asuntos de Scarlet?, no sabía que habían heredades de ella, -¿Siempre te ocupas de esas cosas?- que me estaba ocultando Darla, pensé que de a poco se iba abriendo a mi.

Ocupe una silla que estaba frente a ella mientras era traído mi pedido y gracias a la invitación de ella, -¿Te estas dedicando a las investigaciones?- bromee un poco tratando que no notara lo que había causado aquella noticia.

-Darla esta muy bien, con mucho trabajo en el banco, y viendo fechas para nuestra boda- mordí mi labio suavecito, -Si no se han visto supongo no sabías eso- aunque si debía saber que estábamos comprometido, me parecía que la Potter Black aun estaba en inquisidores cuando se lo había pedido.

[Darla G Dumbledore]

¿Había sorpresa en el gesto del Granger? Kimberly pensó que quizás él no sabía mucho o quizás nada de la vida de la Scarlet antes de convertir a Darla y convertirla a su vez en el horcrux que había terminado siendo hábitat permanente. Asintió mientras jugaba con una servilleta que había sobre la mesa.

 

--Tiempo después que Scarlet me convirtió me convertí en su mano derecha, la ayudé a comandar su ejercito --antes que el mago se sorprendiera la rubia agregó --eso fue mucho antes de que ustedes nacieran o sus padres se conocieran. Scarlet tenía enemigos, debía defenderse y así ganó su lugar en la mesa de la hermandad de los vampiros --Kim se encogió de hombros y sonrió echándose hacia atrás en el asiento --de hecho, la hermandad a la que pertenecía la ayudó a fundar ella.

 

Los recuerdos de la Black volaron a la reunión de los miembros de la hermandad, fundadores de los cuales Scarlet le había hablado, había algunos sucesores aún vivos en Ottery, sucesores y fundadores, pero ellos ya habían olvidado o mantenían bien escondido su pasado.

 

--Las posesiones de Scarlet en Rumania son heredadas de sus padres, pero están bajo mi administración, iban a ser cedidas a Darla cuando fuera Scarlet, pero luego el acuerdo quedó en cero y las cosas están en un punto muerto. Y sí, investigo cómo hacer para que las "altas autoridades" de Rumania busquen confiscar sus bienes --la rubia río --son ambiciosos ¿sabes?

 

Escuchó la respuesta de Seba respecto a la Potter Black y una sonrisa se dibujó en sus labios.

 

--¿Fecha de Boda? Vaya, sabía del compromiso, pero me alegro ya la estén por fijar, era hora, ¿cuánto hace que viven juntos y no concretan el matrimonio? --el tono divertido de la rubia se volvió serio en la siguiente pregunta --¿supongo que sí me enviaran invitación verdad?

 

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[Seba Granger]

Creo que la charla con Kim sería muy provechosa, cada que la bruja decía una nueva frase sobre la historia de la mujer que había intentado poseer a mi novia salía nueva información, con Razón Darla y Kimberly trabajaban juntas, no se si podía llamarlas buenas amigas, no sabía si Darla se encontraba con ella con frecuencia.

-¿Ejercito?, osea que Scarlet era una mujer muy poderosa en Rumania, ¿Que edad se supone que tendría Scarlet?- sabía que Darla tenía varios años de ser convertida, pero no sabía la edad de la otra vampira, creo que en realidad nunca había querido adentrar mucho en la vida de la otra mujer para no incomodar a mi mujer.

-Me imagino que el dinero puede mas, obvio que al ver que Scarlet no esta iban a querer hacerse de sus bienes, creo que no es el único gobierno que hace eso- mordí mi labio por dentro.

-Eso quiere decir que Scarlet sería la última de su familia- me sentí orgulloso de mi amada al ver que ella podía dominar a Scarlet, por que por lo que me había contado la bruja frente a mi, aquella vampira era muy poderosa, al menos en aquellas épocas.

Deje de pensar en aquella vampira al oír lo de nuestra boda, -Si, al fin nos casaremos- dije riendo al notar que la Black ya nos quería casados hace un rato.

-Ya llevamos algo mas de 4 años viviendo juntos- sonreí al darme cuenta que era mucho, y quería que esa cuenta cada vez creciera mas.

-Claro que estarás invitada, me encargaré de hacerte llegar la invitación sino me gana antes Darla, ¿Que me cuentas de ti?-

[Sophie Elizabeth Granger]

Por regla evitaba los negocios de Lyra pero se había decidido a dejar de evitar lo inevitable, ella ya no estaba y no iba a regresar, y mientras mas pronto lo superara mejor. Había invitado a Tayson a otro lugar pero al final se había arrepentido y decidió mejor llevarlo a una cafetería. Era un lugar mas tranquilo y que se no se prestaría a malas interpretaciones, ella no buscaba una pareja, solo amistad sincera y nada mas. Le mando una nota al chico y entro a la cafetería en busca de una mesa vacía

 

La encontró enseguida y pidió un café negro sin azúcar mientras esperaba a su invitado que esperaba no tardara demasiado, la rubiroja no era muy paciente y odiaba esperar a cualquiera.

 

- traeme un pedazo de pastel, de chocolate por favor - le ordeno a la chica y se dedico a mirar a su alrededor. Sus ojos azules recorrieron el lugar y solo encontraron a una pareja, el chico se le hacia conocido aunque solo veía su espalda.

 

- Sera Seba ? - se pregunto frunciendo el seño.

 

@taison_greyback

[Darla G Dumbledore]

Kim sonrió, las palabras de Seba sobre el ejercito y poderío de Scarlet tenían un cierto sentido, pero no eran estrictamente correctas, la rubia negó mientras recordaba la época en que había comandado al ejército de neófitos de la Akane.

 

--Más bien necesitaba tener sus propias defensas, su familia era una familia bien, pero no había estado envuelta con el vampirismo hasta que mataron a su hija. Scarlet era inocente en esa época pero debió defenderse y defender su posición. Su "creación" fue inesperada, su marido la esperaba muerta no como que ella sobreviviera y le disputara su lugar.

 

Una carcajada escapó de los labios de Kimberly, le había hecho gracia la pregunta sobre la edad.

 

--Oye, que poco caballero, pero dudo que a Scarlet le molestaría que supieras que tendría casi trescientos años, me lleva unos cien antes que preguntes --sus ojos se desviaron hacia la puerta unos segundos y volvieron a prestar atención al mago, dudaba que la persona que había ingresado la recordara.

 

--El dinero siempre mueve y aunque hay descendientes humanos de su familia saben respetar los límites de su rama familiar.

 

Kimberly había agradecido en verdad el gesto del Granger de invitarla a su boda con Darla, entendía por qué la pareja se amaba tanto y cómo llegarían a ser tan felices.

 

--¿De mí? Pues no hay mucho, irlandesa, criada por institutrices, conocí a Scarlet en París gracias al hombre que luego la traicionó, pero bueno, son historias extrañas, al principio pensé que podía tener el mundo a mi pies, aburrida de la vida de niña rica y ahora me convertí en una burócrata --río una vez más pensando en lo gracioso que eso era, tener que ocuparse de la administración de haciendas cuando tanto tiempo había sido un soldado, auror y hasta inquisidora.