Chrookshanks (MM B: 105590)

[Seba Granger]

Dash elfo de Seba

-No, Dash no cree que la puerta se allá enojado, la puerta conoce a Dash, el amo siempre nos manda a buscar las cosas- Luego de las palabras de Lualú Dash le pidió con respeto a la puerta que se abriera le recordó que su amo había sido un buen amigo de la dueña del local y esta se abrió de la nada esperando los elfos ingresaran para cerrarse tras de ellos cuando dos nuevos clientes apuraban el paso pero no lograban entrar, Dash se disculpo bajando la cabeza para luego mirar a Lualú.

Dash se acerco al mostrador tomado de la mano de la elfina de la Potter Black, la elfina llevaba la lista de todo lo que debían comprar y el elfo el dinero que le había dado en amo para pagar, esperaba le alcanzará igual el Granger le había dicho que si le faltaba se apareciera en la casa que le dejaría mas en la mesita de noche junto a la cama.

-Buenos días señorita Cindy- dijo a la empleada fiel de la Selwyn que pese a ya no estar se había quedado firme en su puesto para seguir con el legado de Katara, -El amo Seba nos ha mandado de nuevo, Lualú tiene la lista de lo que necesitaremos- señalo Dash mientras Cindy les sonreía, las criaturas ya eran conocidas para ella.

La bruja extendió la mano a la elfina, -Yo me encargo de eso- señalo la bruja mientras tomaba el largo papel de los dedos huesudos de Lualú, -Si quieren pueden echar un vistazo por si algo mas se les antoja- dijo Cindy mientras salía tras el mostrador en busca de un carro y un ayudante para buscar todo lo encomendado.

-Lualú quiere recorre con Dash?- preguntó el elfo mientras se retiraba un poco del mostrador que era mucho mas alto que ellos.

 

@@Darla Potter Black

[Darla G Dumbledore]

Lualú, elfina de Darla

 

 

La elfina escuchó como Dash le pedía a la puerta que les dejara pasar recordándole la amistad de Seba con Katara, su ama siempre hablaba bien de la que llamaba, la Minina, ya que la bruja era animaga y se convertía en una bella gatita blanca a la que la pelirroja gustaba de molestar con moños de color rosa. De hecho su ama le había comentado que conocía a la dueña del local desde la época en que ambas estudiaban en la Academia y que ellas cuidaban de la mascota, Aslan.

 

Cuando la puerta se abrió ambos elfos la atravesaron y sintieron el paff de cuando alguien que había intentado entrar juntos con ellos se estampaba contra la puerta que esperaba que se lo pidieran amablemente el ingresar y no que se colaron con el permiso que la puerta les daba de entrar a ellos dos.

 

Lualú no había ido mucho a Chrookshanks y parecía que Dash conocía bien el lugar porque saludó por su nombre a la joven que atendía, la elfina se fijó si llevaba algún gafete con su nombre mientras ella le tendía la mano para que le diera la lista que ella le tendió mientras la saludaba.

 

--Buenos días, sí --dijo la elfina entregándole la lista de compras luego de lo cual les invitó si querían recorrer el lugar y Dash la consultó sobre si ella quería hacerlo.

 

--A Lualú le gustaría recorrer el lugar con Dash --respondió la elfina y ambos se dirigieron hacia la izquierda, ya que a la derecha había una cafetería.

 

--Dash debe ver ésto --dijo la elfina asombrada señalando en una de las grandes estantería una casita como para que entraran ellos, aunque el cartel indicaba que era una cucha para kelpies. El lugar estaba lleno de estanterías y vitrinas con objetos uno más asombrosos que el otro, desde juguetes hasta pociones, libros y hasta herramientas de jardinería que hubieran vuelto loco a Eros

 

@@Seba Granger

[Seba Granger]

Hace meses que los elfos de la casa se encargaban de las compras de alimentos y plantas que utilizábamos en House of Books, hace mucho que no me pasaba por el local de mi amiga, creo que a veces por que sabia que ella ya no sería quien me atendería, o ya no sabría noticias sobre ella por sus empleados.

Pero este mes era especial, hace algunas semanas ella hubiera estado de cumpleaños y por distintas circunstancias no había podido ir en el preciso día.

Camine por el callejón Diagon dejando que mis pies me llevaran hacía su local, el que siempre me recordaba a la gata que había tenido Hermione Granger gran maga de nuestros tiempos, bueno algunos años antes que nosotros.

Me detuve en seco frente a Chrookshanks por algunos minutos mirando la edificación y con una rosa blanca en la mano, no estaba seguro aun donde la podría pero si que era para mi entrañable amiga Katara.

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja leyó la nota con detenimiento, los elfos le habían escrito con lujo de detalles cómo llegar al lugar, o más bien había sido Lualú, ya que Dash aún estaba algo tímido en dejar que alguien más que la elfina viera como eran lo que él llamaba, los garabatos de su letra. El pequeño elfo no sabía leer y escribir hasta que los elfos de la Potter Black le habían enseñado. Elfos, bueno, era una forma de decir, la maestra oficial era Lualú, Tommy y Leto le daban de vez en cuando una mano, pero era más que obvio que Dash prefería las enseñanzas de la elfina. Los otros elfos de Seba no estaban muy convencidos de aprender esas técnicas extrañas de los magos, aunque Nana se había visto tentada cuando le había insinuado Leto que podria aprender recetas de otros magos y brujas de todo el mundo.

 

Darla sacudió la cabeza, pensativa, tenía que olvidarse de esos detalles, lo que era importante ahora era poder llegar al local de Katara. Un suspiro escapó de sus labios mientras que pensaba en la joven demonio hija de Lucifer. Quizás estaba equivocada al creer que la conocía tan bien, de hecho, había días en que creía que su prometido la había logrado conocer más que ella en todos esos años. Mordió su labio inferior, provocando con un hilillo de sangre corriera por unos breves segundos, cicatrizando antes de que terminara de llegar siquiera a la barbilla. Dejó de lado cualquier pensamiento negativo y se puso en pie, miró la hora, no era tan tarde, pensó en las temperaturas invernales, quería parecer natural, lo mejor sería tomar un abrigo y una bufanda, aunque no los necesitara, para no llamar la atención mientras se dirigía hacia el antiguo local.

[Seba Granger]

-Aquí me tienes de nuevo después de tanto tiempo- señale a la puerta que tendría que darme el paso hacía el local de Katara, o mas bien la minina como solía decirle, mas de alguna vez había ido arañar los sillas de nuestro local con la ayuda de la animagia, pero a ella se le tenía permitido.

-Me permites pasar?, tengo algo para tu sueña-señale mostrando la blanca rosa, tal vez parecía un tonto para los demás que pasaba pero Katara se merecía todos mis respetos y como tal sus dependencias. La puerta cedió sin dificultades y el cerrojo sonó abriendo un poco, empuje la puerta con suavidad para ingresar al lugar.

El mostrador en esos momentos se encontraba vació, aunque el cartel de la entrada decía que estaba abierto el lugar, seguro estaba ocupada con algún nuevo pedido.

-Permiso- dije igualmente, quitando con cuidado mi abrigo para tratar de no mojar mucho la estancia, lo colgué en un perchero que había en la entrada.

El olor al cafe me llegaba muy fuerte, creo que solo en ese momento había recordado que el lugar no solo era la tienda de alimentos y accesorios para mascotas, sino que tenía mucho mas para ver.

[Darla G Dumbledore]

Darla avanzó por el callejón, no sabía con certeza por qué volvía al local después de tanto tiempo, era como un deja vú astral y no le gustaba del todo. Se detuvo enfrente de la puerta que daba lugar al local de la minina, Katara había partido hacía ya tantos años y para ella seguía siendo como si fuera ayer. No sabía qué le dolía más.

Parada frente al local recordó las veces que sus elfos o ellos mismos habían acudido al lugar a hacer sus compras. Era una sensación algo ahogante de hecho, tener buena memoria a veces no era del todo bueno. Sacudió la cabeza como si de esa manera pudiera hacer que los recuerdos se encerrasen en sus propios casilleros estancos.

Se volvió por unos segundos para mirarse en una vidriera, llevaba una chaqueta larga tipo parka, unos pantalones de vestir con bolsillos laterales protegidos y agrandados por magia, en uno de ellos ocultaba la varita. Un suéter gris y los cabellos recogidos en una coleta dejando caer una cascada de rizos sobre su espalda.

Iba a extender la mano para solicitar a la puerta mágica que le diera ingreso al verdadero local de Katara  cuando vio acercarse una figura masculina hacia el lugar @ Reacon . Por amabilidad esperó a que el hombre llegara hasta la puerta, si iba a entrar quizás podían hacerlo juntos y si seguía de largo, ¿por qué no esperar para seguir adelante? Igual necesitaba del fresco de ese atardecer que calmara su alma.

—Disculpe —dijo haciéndose a un lado en la vereda, ya fuera para dejarle avanzar y no entorpecer su paso o para que él utilizara su magia o su labia para convencer a la puerta le dejara pasar o para que le cediera el lugar para que ella, que había llegado primero al lugar intentase que la puerta se abriera y le revelara la isla en que se encontraba Chroshanks. Como fuere, no tenía ningún apuro para hacer sus compras, aunque sinceramente tenía ganas de darse el lujo de disfrutar un rato de la cafetería y quizás del minigolf o los carritos chocadores.