Museo Night (MM B: 105846)

[justo]

El 1 de Septiembre trajo nuevas emociones para mi. ¡Voy a Hogwarts! La escuela de la que tanto habia oido hablar a mis padres era a mis 11 años un lugar excitante. No solo porque alli estudiaron mis padres sino porque tambien es el lugar donde voy a comenzar mi formacion lejos de los mios.

El nerviosismo para preparar mis cosas en los dias precedentes, la visita al Callejon Diagon para comprar mi equipo. Mi padre me regalo dos cosas, una lechuza comun para enviar mi correo ¡Mi primera lechuza propia!, y una varita.

Mis padres me han estado dando consejos sobre lo que debo hacer y lo que no. Mi padre ha cambiado mucho con los años, ya no sustenta las ideas de su adolescencia sobre la pureza de la sangre, mas bien me dice que haga honor a mi apellido pero que no me comporte como un maton arrogante. Mi madre es lo que mas voy a echar de menos, me estremezco al pensar que no voy a sentir sus abrazos antes de dormirme ni todo el cariño con el que me ha rodeado en mis primeros años.

Quiero mucho a mis padres y a mis abuelos, es una pena que no haya tenido hermanos pero parece una tradicion familiar. Ellos tambien fueron hijos unicos. Les preocupa mi desarrollo futuro en la escuela pero me animan a integrarme.

[Maida Black Yaxley]

— Revisa la publicación de hace un mes más o menos, si dijeron que era un mal padre —dijo Maida con tono cansado, siempre le habían molestado los berrinches de cualquier tipo, aunque podía ser empática con lo complicado de la situación, en esta en particular, uno de los menos culpables era justamente, su primo—, pero bueno, si deseas enviamos un pergamino con mi lechuza para que rectifiquen la historia según tu gusto, con toda la confianza.

 

Y aunque Jeremy se calló para oír las cosas de su hermano, la actitud no cambió generando una pésima impresión en la Yaxley que aunque paciente, tenía sus límites bastante marcados. Bebió hasta tener el vaso en la mitad de contenido y sonrío de lado, como si así fuera a llenarse de paciencia, no sucedió. Por muy hermano que fuera, la ayuda que ella ofrecía era para Callum y era justamente eso, ayuda, no tenía ninguna responsabilidad y mucho menos iba a aceptar órdenes en ese tono de su sobrino. No podía ser que se hablar tan campantemente de asesinar gente como si no tuvieran ya todos suficiente con el dichoso tema de la guerra, ¿dónde había crecido ese chico? Ni siquiera Mathew tenía el cáracter tan distorsionado, ¿qué había con el tal Sandor?

 

— Basta, no soy ninguna delincuente para andar armando planes de esta naturaleza —sentenció mirando enojada a Jeremy—, y tú, deberías respetar los apellidos que cargas que no se hicieron de la noche a la mañana. Parece que estoy en medio de dos adolescentes —resopló enojada, aunque por las palabras del recién llegado al pueblo, él se había llevado el regaño gratis. En su mente, decidió que era un regaño atrasado por el mal momento de hace rato—, no hablaba de esconderte debajo de una piedra ni nada similar...pero bueno.

 

¿Cómo se había mantenido ella tanto tiempo en Ottery? Las últimas palabras de Callum la dejaron pensando, y lejos de brindarle una solución, se sintió nuevamente metida en el vórtice de la pintura en el segundo piso. Ella sí había llegado ahí para ocultar su pasado, pocos, nadie sabía de su vida en Bulgaria, de su pasado en Durmstang o porqué de pronto, una bruja se había tomado días en llegar cuando podía aparecer sencillamente y ahorrarse el tiempo. Sonrió de lado recordando días en los que una reunión como la de ese día, eran impensables, y sólo confiaba en tres magos, ¿qué quedaba de ellos? ¿Quién era ella sin su tridente? Ah claro, la asistente del Ministro. A lo mejor, pronto tendría una razón poderosa para volver a huir y a diferencia del Askar, ella no se pensaría dos veces el borrar de un tajo todo lo anterior, todo lo que hacía daño.

 

Se aclaró la garganta al darse cuenta que se había abstraído demasiado, lo suficiente para dejar una lágrima brillar en sus ojos. Bebió del jugo de moras y de pronto, alzó una mano.

 

— Creo que lo ha dicho todo, viene a instalarse al pueblo —dijo entonces mirándolo—, bienvenido, agilizaré todos los trámites pertinentes y seguro que pronto estará todo sobre ruedas, Callum, tienes amigos aquí, bueno, un hermano mejor dicho y a mí... estoy a una lechuza de distancia siempre —sustentó cordialmente—, no todos nuestros encuentros tienen que ser de casualidad, además, no cuento con un departamento en el Museo, te lo prometo —bromeó alzando la mano derecha y luego colocándola sobre su brazo.

[justo]

La llegada a la estacion no estuvo exenta de sorpresas. Los olores, colores y bullicio me aturdieron, al principio, pero poco a poco me fuy acostumbrando. A mi alrededor muchas familias con hijos se arremolinaban junto al Expreso, grande y rojo, con futuros compañeros tan excitados como yo.

Solo ha habido un momento en que he visto quedarse tenso a mi padre, mas alla de nosotros dos parejas con hijos nos miraban con curiosidad, Mas tarde he sabido que eran Ron y Hermione Weasley con sus dos hijos y Harry y Giny Potter con los 3 suyos, todos ellos son lejanos parientes mios, las relaciones entre nuestras familias no son excelentes pero tampoco malas, mi padre les ha hecho un leve saludo y hemos vuelto a nuestra conversacion.

Mis padres me recomiendan que me quede en Slytherin, por tradicion familiar, pero me hacen observar que si el sombrero decide que estoy mejor en otra casa debo acatar lo que me digan.

Suena la hora y subo presuroso al tren, ya buscare un departamento. Mi mayor preocupacion, ahora, es despedirme de los mios. Mi madre llora y mi padre aunque trata de mantener la compostura noto su emocion. Les sigo con la vista mientras el Expreso se pone en marcha hasta que ya no les veo.

Hay que buscar un sitio, espero tener buena compañia...

[Jeremy Triviani]

Jeremy quiso golpear con fuerza la mesa para que Maida dejara de llevarle la contraria. El periodicucho no había explicado bien lo mal padre que había sido Aaron. No tenían ni idea. Bueno, el tampoco. Apenas había cruzado con el mago un par de veces en alguna reunión mortífaga. Pero eso no venía al caso, tomó un sorbo de la botella para quitarse la amargura que el recuerdo le traía.

 

Cuando Callum le trajo los tacos, no dudo en empezar a comerlos, disfrutando del sabor de la carne con poca cocción. Hasta casi dejo pasar la voz de Maida diciéndole que portaba dos apellidos de renombre. Su mirada feroz volvió a la mujer con toda la intención de responderle con la suavidad que requería el tema.

 

-¿Estás diciendo que no estoy luciendo mis apellidos? ¿O que no tengo el brillo que requiere semejante honor? -Preguntó con voz elevada.

 

La suerte de Maida, fue que el interés del vampiro fue desviado cuando su hermano continuó hablando y dando datos sobre Sandor. No interrumpió al castaño hasta que terminó las últimas palabras, y aun así, tampoco hablo. Dejó que la mujer le diera la bienvenida, mientras él pensaba como ir en busca del cabrón Askar.

 

-Entonces pronto vendrá… -Murmuró con alegría -Podemos sacarle el código que abre la instalación que señala el mapa -Sonrió ante la idea que iba formándose en su mente - Allí es donde guardan los tesoros Askar. La vieja bóveda de Nibiru, sepultada en algún punto de Londres cuando esto no era más que tierras -Cuando vio que Callum no lo entendía, se persignó - Hay un mapa que encontré en las catacumbas que nos harán ricos… bueno, te harán rico. Es tu herencia, hermano. Eres el único Askar que queda.

 

 

@ @

Editado 13 de Octubre del 2019 por Jeremy Askar Triviani

[justo]

- ¿Y esas son las "memorias" de Draco?

 

- Pues mira, si, apasionantes ¿no?

 

- Si, la verdad es que cuando mas nos divertimos fue en Kwanji.

 

- Si, tu haciendo improbos esfuerzos por ocultarte de el mientras revoloteaba a tu alrededor intentando conocerte.

 

- Estuve tentado, muchas veces, quise mandar al diablo el secreto pero...

 

- Recordaste mis instrucciones.

 

- Si. pero no sabes lo que sufri.

 

- Si que lo se, he pasado por situaciones similares.

 

- Nunca te he imaginado sufriendo.

 

- Ya, ¿Te imaginas que estar separado de tu mujer y tu hija no es nada?

 

- Perdona, no lo recordaba.

 

- Si ---añadi con tristeza--- pocos lo recuerdan.

 

- Estoy apenado, daria un brazo por no hacerte sufrir.

 

- ¿El derecho o el izquierdo?

 

- ¿Que?

 

- El brazo ¿cual me quedo?

 

Rompimos a reir a carcajadas al entender la broma, la verdad es que Manuel es unico para romper una situacion incomoda.

Editado 13 de Julio del 2020 por justo

[Dennis Delacour]

La suave llovizna que caía en el callejón Diagon alcanzó a humedecer la capa de la Delacour mientras recorría aquellas calles con rumbo al museo. Porque no simplemente aparecerse o usar un portal? la razón era que estaba con el animo suficiente para dar una caminata aunque el clima no fuese el mejor, aunque a decir verdad la ojiazul adoraba los días lluviosos tanto como los soleados, a veces era difícil decidir cual prefería de los dos. Tal vez todo dependía de su estado de animo con el que estuviera cada día o tal vez solo era porque había aprendido a ver lo bueno de toda situación que se le presentara.

 

Lo cierto es que extrañaba recorrer aquel lugar abarrotado de comercios antes de llegar a su negocio, aquel que había dejado un poco de lado los últimos meses debido a múltiples ocupaciones de su trabajo como auror y algunas actividades de la orden del Fénix, pero ya era momento de ver como estaban marchando las cosas a cargo de sus leales empleados, al menos sabía que tenía gente capacitada bajo su mando en la cual podía confiar.

 

Cuando cruzó la puerta del museo fue inundada de saludos efusivos y abrazos de bienvenida, al parecer había sido más tiempo del que pensaba ya que todos se mostraron realmente encantados con su regreso. Agradeció a cada uno el trabajo y esfuerzo realizado en su ausencia y después de recibir una taza de café se dirigió a su oficina a revisar todos los documentos que requerían de su atención. Realmente era bueno estar de regreso a su mundo y aquellos lugares que tanto quería.

[justo]

- ¿Sabes? Echo de menos Kwanji.

 

- Te creo. Pero ahora no estas solo, tienes a Dap.

 

- Si, pero a veces hablamos y....

 

- Y pensais que no seria mala idea vivir alli.

 

- ¡Vaya! ¿Sabes Legeremancia?

 

- Ya sabes que no es, exactamente, eso. Pero tambien era previsible, fuisteis muy felices alli.

 

- Pero ahora me atan muchas cosas, el colegio, mi ahijado, los amigos...me seria muy dificil irme.

 

- Todo a su tiempo, amigo mio, es muy posible que cumplais vuestros deseos.

 

- Pues no se como.

 

- Bueno, ya sabes...hay un medio.

 

- ¿Quieres decir que podriamos....?

 

- Si. Solo si vosotros quereis, por supuesto. Habla con Dap y sopesarlo. Recordad que una vez tomada no hay vuelta atras.

 

- ¿Sabes de alguien mas que quiera hacerlo?

 

- Si, dos mas. Pero no te imaginas quienes son.

[Maida Black Yaxley]

¿Cómo se había atrevido a mandar una lechuza con un mensaje así? De un tiempo a esta parte Maida hacía cosas más y más extrañas, esta, sin duda, estaba en el top tres de la lista. "No deberíamos esperar otra enfermedad extraña en Hogwarts para vernos, ¿Museo a las 7? No hay nueva exposición pero me alegraría verte y no tener que dejarlo todo a la suerte." Si, sin dudas no era su mejor redacción, ni siquiera tenía sentido, ¿intentaba coquetear? Resopló cansada, lo peor era que no podía encontrar las palabras para retractarse, lo mejor era que seguramente le había hecho reír, eso, por supuesto siempre era un logro digno de anotar en el diario o lo que sea.

 

Contrario a lo que podía suponerse en la nota, decidió no arreglarse tanto. Una túnica negra y un listón azul a juego con sus ojos sujetándole el pelo, descalza pero con los pies impermeabilizados para que no se ensuciaran, se había vuelto experta en semejante hechizo. Eso, por supuesto no hizo nada para quitarle la ansiedad de lo que ella misma estaba propiciando. Faltaban unos minutos para la hora pactada y una parte de ella esperaba ser plantada, se veía mejor en una situación de reclamo meses después, que en el presente.

 

— Tengo que cancelar mi suscripción a este sitio, sólo me da malas ideas.

 

Si, susurraba contra ella misma mientras se dirigía al segundo piso, a lo mejor, algunos de los cuadros le daban mayor luz. O le obligaban a regresar al Ministerio de Magia, su trabajo era otro desastre a punto de reventarle en la cara, era sólo cuestión de tiempo.

[justo]

- Puedo imaginármelo, seguramente son amigos del colegio.

 

- Pues no, son Mónica y Yanira, no quieren dejarme.

 

- Es comprensible, pero estabas contandome las memorias de mi ahijado.

 

- Claro, ahora continuo.

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Tras dejar atras la estacion camine un poco por los atestados pasillos del convoy buscando un asiento, tuve la fortuna de encontrar un departamento pero no estaba vacio. Un chico de cabello negro y una chica pelirroja lo ocupaban me asome timidamente y pregunte...

- ¿Puedo pasar?

- Adelante ---dijo el muchacho--- sientate.

- ¿Tu eres Scorpius Malfoy, no?

- Si, ¿Como lo sabes?

- Mi padre lo comento. Oh, disculpa, mi nombre es Albus Severus Potter, ella es mi prima Rose Hermione Weasley.

- ¿No seras hija de Hermione Granger? dije

- Asi es

- Es un honor conocerte, mi padre habla maravillas de tu madre.

- Pero si de niños se odiaban

- Si, asi es, pero mi padre tiene en alta estima a tu madre. Una vez, en tercero, conto que ella le dio una sonora bofetada . Mi padre siempre dice que se lo merecia.

- No lo sabia ---dijo ella--- es algo que nunca me han comentado mis padres.

- Forma parte de las leyendas de la familia --- dijo Albus entre carcajadas--- se cuentan anecdotas increibles de nuestros respectivos padres, si la mitad de ellas son ciertas no nos vamos a aburrir jajaja.