Jump to content

Conocimiento de Maldiciones III


Mistify Malfoy
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Los escarpados riscos de las montañas retumbaron con el grito lastimero de una mujer pidiendo clemencia.

 

- ¡Ayuda! ¡No me dejen aquí!

 

El grito se convirtió en aullido de rabia, pero el mago cubierto por una túnica oscura y envuelto en una capucha que no dejaba ver su rostro hizo caso omiso de ella.

 

- ¡No me dejes aquí!

 

Llevaba un báculo y con él dibujó en el aire maleficios para que al lugar nadie pudiera acercarse. Para que no la encontraran jamás.

 

Prisionera, en el fondo de una montaña de minas de plata yacía una criatura. Parecía un dragón, pero sus ojos ambarinos reflejaban un conocimiento poderosamente humano. Cada vez que se agitaba intentando romper los grilletes que la mantenían cautiva gritaba : ¡No me dejes aquí!.

 

Los años pasaron y la bestia se apaciguó . Décadas. Siglos desde que fue hecha prisionera por aquel mago. El tiempo le había dado fuerzas y pronto la Luna Roja le otorgaría el poder para liberarse nuevamente y el mundo sucumbiría a su furia, a su sed de venganza, si alguien no lograba detenerla a tiempo.

 

*****

 

 

Cuando Mistify Malfoy alzó la cabeza el hombre estaba parado frente a ella. No había detectado su presencia hasta que fue demasiado tarde, bien podría haberla asesinado ¿Cuándo se había vuelto tan descuidada? El personaje extendió la mano para entregarle un pergamino y se dio la vuelta sin decir absolutamente nada. La bruja sabía perfectamente de quién provenía aquel mensaje, tenía que ser de Mackenzie, ella era la que tenía bajo su servicio a los Hombres Grises, seres casi indetectables, de apariencia anódina, pero letales y eficaces espías.

 

La puerta de madera se deslizó silenciosamente sobre sus goznes pero le fue imposible verlo salir. Eran realmente increíbles. Perfectos en todo sentido. ¿Qué sería tan importante como para que le enviara el pergamino con aquellos seres?

 

Mistify se puso de pie para acercarse a la ventana de su despacho en la Universidad. Vestía como siempre, una túnica inmaculadamente blanca y llevaba la cabellera rubia sujeta en una intrincada trenza. El lugar estaba ubicado en una de las torres mas altas y desde allí podía incluso notar las lejanas dunas amarillas del desierto que los rodeaba.

 

Rompió el sello del Ministerio de Magia y desplegó el documento para leerlo.

 

Madre:

 

Necesitamos que te encargues de un problema que nos ha surgido. La Luna Roja está pronta. ¿Recuerdas la Luna Roja y la Bruja de Sión? Después de casi cuatro siglos el Ministerio ha notado actividad en la zona en la que fue confinada. Recuerda que el lugar está plagado de Maldiciones, quizás tus alumnos podrían darte una mano y de paso aprender un poco. ¿Qué dices? . No puedo hacerlo yo, aunque sabes que me encantaría.

 

Mack.

 

 

Mistify recordaba perfectamente. Uno de los ancestros Malfoy fue quién la encerró en primer lugar y no era algo de lo cual alguien podría olvidarse fácilmente. Su familia estaba en peligro y con ella todos los que los rodeaban. Esta vez tendrían que eliminarla, estaba más que claro que hacerla prisionera para siempre era imposible.

 

- ¿Directora?

 

- Pase .

 

- Las notificaciones a sus alumnos ya han sido enviadas como lo pidió. Vendrán a su despacho a la hora estipulada – una bruja bajita, de tez morena y rasgos suaves, vestida con una túnica esmeralda que mostraba el símbolo de la Universidad finamente bordado en el lado derecho se había adentrado sin cerrar la puerta – Los Arcanos han llegado y tomado sus lugares. A algunos no les ha gustado el sector que dispusimos para ellos y se han instalado en sectores construidos por ellos mismos.

 

- Perfecto – la bruja rubia tomó asiento detrás de su escritorio caoba, dejando la nota que estaba leyendo sobre la pulida superficie de madera. - ¿Algo más?

 

- Por ahora no, pero la mantendré informada.

 

Mistify asintió y la mujer se retiró cerrando la puerta tras de si.

 

El despacho de la Directora no tenía el lujo que se esperaba de ella. Era circular y dos ventanas de la misma forma y del diámetro de una persona, proveían la suficiente iluminación durante todo el día. En medio de ellas, la pared de piedra clara sostenía una biblioteca atiborrada de libros. De cuando en cuando se veían instrumentos de color plata a los que no se sabía que utilidad darle. Por delante se situaba el escritorio.

 

El resto de las paredes contenían los retratos de antiguos directores mortífagos y sobre la chimenea descansaba una lanza de color negro. Junto a ella en una percha, dormitaba un ave negra. Tenía el cuello largo como el de un flamenco y el pico demasiado grande para su cabeza. El cuerpo no era mayor que el de un cuervo grande.

 

Giró su visión hacia el cielo, era casi mediodía. Sus alumnos no tardarían en llegar.

Editado por Mistify Malfoy

http://i.imgur.com/TRNQW.gif

http://i.imgur.com/cPHx0.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Notificación en mano, el patriarca de los Black Lestrange hizo su aparición en la entrada principal de la Universidad. Había estado allí en varias ocasiones, sin embargo, jamás tuvo la posibilidad de disfrutar de los terrenos de aquella magnánima institución educativa que el Ministerio con tanto esfuerzo logró hacer aparecer casi de la nada.

 

La ciudad que se había levantado distaba mucho de los pueblos y ciudades inglesas que estaban alrededor, y es que precisamente aquel era uno de los más grandes atractivos de la Universidad: construcciones horizontales de una planta y fachadas de barro rojizo; amplios jardines con pequeños estanques, palmeras y flores exóticas; grandes dunas de arena que solo podían verse, hasta ahora, en medio del desierto.

 

Jocker recorrió con paciencia por algunas calles, esperando encontrarse con alguno de los Arcanos que, sabía de primera fuente, habían comenzado a llegar. Esperaba conocerlos pronto.

 

El sonido de las campanas anunciando el medio día le indicaron que, esta vez, llegaba a la hora. No podía ser de otra forma si tendría como tutora a su madrastra, una mujer cuya fama le precedía. Después de todo, o nada, la que en otro tiempo había sido líder mortífaga, poseía un carácter implacable.

 

Apuesto a que mi retrato es el que más problemas te da… ¿o me equivoco, madre? —sonrió a modo de saludo al ingresar al salón circular, tras empujar con fuerza la puerta de la oficina de la directora y notar que su rostro, cual espejo, le dedicaba una media sonrisa.

 

Mistify en realidad era su madrastra, sin embargo, era la mujer que había hecho responsable de él tras la supuesta muerte de Amber, y le había permitido partir a París a muy corta edad para buscar su propio camino, y luego, le había recibido con los brazos abiertos ya de adulto.

 

A diferencia de su retrato, el Warlock vestía en aquella ocasión una túnica negra, lisa y con el frente despejado que permite ver el kurta de color salmón que cubría su piel, y que poseía, al igual que el borde abierto de su túnica, dorados en los pliegues y en el cuello; en los pies, llevaba unas sandalias del mismo tono negro que su túnica.

 

Mira cómo nos volvemos a encontrar —añadió al tiempo en que recorría el lugar, observando con detalle cada cosa que saltaba a la vista —He tenido que inscribirme en tu clase para volver a verte.

אהבה מושלמת באה במהירות, וכל השקרים צורחים מושתקים


DQn80iG.gif


9dFDuOU.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Un guiño y luego una mirada significativa tras leer aquel pergamino proveniente de la universidad mágica. La lechuza que portaba el pergamino salió a gran velocidad del recinto visiblemente asustada al recibir fieros picotazos cercanos a su cuerpo por parte de un mágnifico y hermoso ejemplar de halcón.

 

--- Vamos Kautet, dejala tranquila, solo hace su trabajo.

 

A su orden el ave fue hasta su hombro y se poso, gustaba de estar a ratos en compañia del joven mago, cuando ambos preferían más la soledad.

 

Un tiempo muy reciente en que adquiríó aquella singular criatura con la que tenia amistad. Bajo las escaleras de mármol y visualizó el día para corraborar la hora. Si no se daba prisa no llegaría a tiempo: las doce del día.

 

Avanzo hasta la planta baja, miro a los elfos de la casa y llamó a uno de ellos.

---Rubens, trae un trozo de carne fresca para obsequiar a mi amigo "Sombra"

 

El elfo hizo una inclinación respetuosa y se marcho a la cocina.

 

Tenía poco que dejará la fiesta en el castillo Rosier, lamentaba tener que dejar la diversión pero había prioridades y el estudio y adquirir conocimiento era primordial.

 

Fue a su habitación y mudo de ropa: Pantalón de mezclilla oscuro, botas negras, camisa verde esmeralda y la túnica negra que le diera Sira, esa prenda no podía faltar, era algo así como su talismán, le recordaba continuamente que podía lograr todo lo que se propuciera, como aquella visita tan anciada en la antigua academia.

 

Tomo la daga previamente preparada en esa especial poción y la escondio en su bota, no sobraban las precauciones, eso era por demás conocido.

 

Marchó despues a los jardines donde el elfo ya había dispuesto sobre el suelo, el sangrante trozo de carne el cual era devorado rapidamente.

 

El mago sonrio:

--- Me alegro que lo disfrutes querido amigo, necesito que me lleves a la universidad sin perdida de tiempo, una cita importante que debo cumplir.--- Monto al thestral negro y se elevo en el aire. Aquel no era de su propiedad ni de su familia, solo era un amigo que llegaba de vez en cuando para ayudarlo.

 

Disfruto del viaje hasta que diviso las dunas de arena y aquellos magnificos jardines que contrastaban tan singularmente, su amigo "Sombra" sobrevolo por el frente del edificio para dejarlo a la puerta.

 

Le agradeció con unas palmadas en el cuello y bajo apresuradamente, era un poco más del medio día y aún necesitaba llegar hasta el despacho de la que sería su profesora.

 

El destino es extraño, se había inscrito en la clase de Historia de la magia pero a último tuvo que elegir una nueva para cursar y esta le parecio más interesante que el resto. Así que llego hasta el despacho indicado en la misiva y cruzó el umbral para descubrir que ya se encontraba un compañero y a la profesora Mistify Malfoy.

 

--- Muy buenas tardes, mi nombre es Antoni Tonks, espero que mi nombre haya sido agregado a su lista. Pedi cambio de clase.

 

Hizo una reverencia y paso al despacho en espera de que la profesora constatara sus palabras: estar en el grupo de alumnos.

                  Picsart-22-02-23-05-13-30-507.jpg  

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

En un claro dentro de un bosque muy espeso de vegetación se encontraba Aysha en plan retiro de todos los problemas y dudas que estaban presentes en la mansión la cual era para ella un strés de gran tamaño. Al salir de esa mansión y adentrarse en aquel sitio pudo encontrar un poco de paz y tranquilidad que tanta falta le hacía. En ese momento estaba con los audífonos a todo volumen con sus canciones favoritas recostada mirando al cielo, viendo como las nubes formaban siluetas semejantes a la música que estaba escuchando. Tarareando unas de las tantas canciones cerro los ojos en la parte mas fuerte de la canción y al abrirlos Aysha se encontró dos par de inmensos ojos de tamaño de pelotas de tenis mirándola fijamente.

 

--¡Josefo! Me asustaste...--

 

La joven grito y se incorporó de inmediato quitándose los audífonos, con ganas de matar a esa criatura que tenía al frente.

 

--Estas loco, deberías castigarte por este semejante susto, soy mortal ¿Te acuerdas? A los mortales le dan infartos... ¡Y MUEREN! Y si muero estarás solo por el resto de tu existencia ¿Entiendes? ¿O te lo explico con manzanas?--

 

Aysha se tomo el rostro entre las manos intentando tenerlas ocupadas para no ahorcar a dicho elfo doméstico, pero el muy condenado seguía al frente con sus ojos indicando que algo estaba pasando o pasaría.

 

--¡Vale! ¿que quieres? Que sea breve, estoy de retiro ¿No te lo dije ya?--

 

Tras decir eso la joven, el elfo doméstico llamado Josefo le entrego en las manos a la Triviani un sobre que al aparecer era una especie de notificación de la universidad mágica.

 

--Genial, se me había olvidado que me apunte para dicha clase... Esta memoria de Doris no me sirve a veces--

 

Sonriendo un poco por la noticia y negando con la cabeza por tener que abandonar aquel sitio tan tranquilizador, la joven se levanto y consulto la hora que debía estar en el despacho de la profesora encargada de dicha clase. La profesora Mistify Malfoy, ese nombre le decía algo a la joven pero nada que fuera muy llamativo, debía de ser las otras vidas que había tenido ella recientemente quitadas de un solo golpe.

 

--Vamos, ¡Tú! llevas todo eso..--

 

Señalando las cosas (mochila, manta, cesta de comida, sombrilla, carpa, etc) la joven se adentró otra ves en el bosque para ir a la mansión a prepararse para ir a su clase. Colocándose sus audífonos a todo volumen otra ves recorrió el bosque hasta llegar a la puerta de atrás de la mansión Potter Black, sin prestar atención a nadie de allí fue directo a su recamara para ducharse y vestirse con un atuendo educado pero algo que siempre la definía (un jeans negro ajustado, botas negras tacón alto, un corset y una chaqueta negra a combinación con toda su ropa negra). Su cabello largo estaba suelto dejándose caer como cascada por su espalda.

 

--Lista... ahora mi bolso y me voy--

 

Diciendo esto, Aysha, tomo su bolso en el cual había plumas, pergaminos y todo lo necesario para clases. Ya al salir al pasillo de la mansión se acordó muy rápido que le faltaba algo esencial. Su varita. La encontró y la coloco adentro de su pantalón a nivel de su cadera para ser mas rápida cuando la necesitara y nadie se la podría quitar por que estaba oculta. Al ya estar totalmente lista salió y fue hasta la puerta de entrada para poder desaparecer directo al frente del edificio.

 

Aysha apareció a unas pocas calles de donde se encontraba el edificio donde estaba el despacho de la Profesora Malfoy, así que con cara de pocos amigos camino pasando por las calles algo desiertas de aquel sitio. Todo era desconocido en su totalidad por la joven gracias a que su memoria había sido modificada, pero gracias a la diosa que se acordaba de como llegar a dicho despacho. Tardó unos cinco minutos hasta llegar a la puerta del edificio donde tenía que ir, suspiro al ver que sonaba la campana que indicaba que era la hora exacta de la cita de aquel día.

 

Sonriendo satisfecha como siempre de si misma, se llego hasta la puerta del despacho y tocando un suavidad con sus nudillos la puerta la cual estaba abierta así que entró para ver que adentró del despacho se encontraba la Profesora cerca de unas de las ventanas circulares y estaba al parecer esperando a sus alumnos. Los cuales a la vista solo se veían dos, un joven el cual no conocía para nada y el otro chico se que lo conocía, había sido profesor de ella en la academia hacía siglos atrás. Jocker.

 

--Buenos días, disculpad la tardanza... La notificación me llego recién, estaba en retiro de meditación... Me presento soy Aysha Sarina Triviani Potter Black.. por los momentos...--

 

La joven se presentó con toda la educación necesaria que exigía el momento y el lugar.

 

--Profesora Malfoy, tenía años que no tenía el placer de encontrarla en clases ni tampoco usted señor Black--

 

Sonriendo con cortesía la joven espero que el resto de los estudiantes o la profesora hablara indicando como iba a realizarse la clase, que al ver quien era la profesora tenía seguro que iba a hacer muy movida y divertida con un ligero toque de interesante.

http://i63.tinypic.com/2wn8rbs.png

http://i.imgur.com/Yk6f1.gif~~ http://i.imgur.com/ZPvN19e.gif~~http://i.imgur.com/PalffEK.gif

~~

http://i.imgur.com/gRHI1.png~~

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Al menos ya vistes como debe de ser – Mistify sonrió incorporándose para acercarse a saludar a Jocker – Ya sabes que desapruebo la vestimenta muggle, esto te queda a la perfección – colocó las manos en los hombros del mago sacudiendo arrugas que no existían de la prenda que llevaba puesta – Ser Directora de este lugar no está nada mal, si todos los meses recibo la visita de alguno de mis hijos. – Jockey la indagó con la mirada – El mes pasado Mack estuvo por acá.

 

En ese momento el sonido de unos pasos en la entrada hicieron que detuvieran la charla.

 

- Buenas tardes - le saludó la bruja escuchando lo que le decía – Si, está en el listado, hace un momento mi Secretaria lo ha agregado. Muchas gracias por llegar con puntualidad – se colocó nuevamente detrás de su escritorio, usándolo como un eficaz método para separarla de los recién llegados. El contacto informal era solo para miembros de su familia. Miembros que ella considerara de su familia, por supuesto.

 

Minutos después una bruja hizo su entrada. Mistify no pudo evitar chasquear la lengua en señal de desaprobación en cuanto la vió. ¿Porqué los magos y brujas jóvenes optaban por la vestimenta de ese estilo? Qué tenían esos “jins” muggles que no tuviera una buena túnica de Madams Malkins? Absolutamente eran muy inferiores y parecían todos uniformados. ¿No podían pedir al menos que fueran diferentes? Quizás debería implementar alguna regla dentro de la Universidad al respecto, al menos no tendrían que arderle los ojos mientras estuviera allí.

 

- Un placer señorita Potter Black – decir Triviani era demasiado para ella. ¿Desde cuándo se odiaban tanto las dos familias? Ni lo recordaba ya. – No se preocupe, no es la única, pero mientras tanto vamos a avanzar. Necesito leerles algo.

 

Tomó asiento y desplegó el pequeño pergamino que le había traído el Hombre Gris. Lo leyó sustituyendo las informalidades escritas con títulos adecuados y volvió a enrollarlo.

 

- Todos ustedes son magos y brujas demasiado experimentados para simples clases en un aula dentro de la Universidad. – les dijo – Cada mes, intento que mis alumnos utilicen al máximo sus habilidades mágicas en algún “trabajo”, por decirlo de alguna manera, que nos encomienda el Ministerio de Magia. – quitó una pequeña fibra negra de la túnica de su manga, era casi imperceptible, pero su manía por la limpieza seguía vigente a pesar de todo – La Viceministra de Magia me ha encargado ocuparme de una bruja antigua que llevaba milenios atrapada en una cárcel mágica construida solo para ella.

 

Se puso de pie y les dio la espalda, buscando entre sus libros mientras seguía hablando.

 

- Si creyeron alguna vez que Voldemort era despiadado, a saber que pensarían de una bruja de esta índole. – recorrió con la mirada las estanterías y puso los brazos es jarra, como si esperara encontrar algo y no lo hiciera – Lamentablemente para nosotros está dotada de una Larga Vida, tiene milenios encima, nadie sabe cuántos con exactitud y los Conocimientos y Habilidades mágicas que ha obtenido en ese tiempo es mucho mayor a la de varios Arcanos, inclusive.

 

Tomó un libro pequeño de tapas amarillas y volteó hacia el grupo que la escuchaba con atención.

 

- La cárcel no es Azkaban, por supuesto. Su prisión está en el interior de una montaña a la que se accede mediante un túnel estrecho ubicado en la cima. Las rejas son mágicas por supuesto, y todo el lugar está plagado de diversas maldiciones y encantamientos para mantener alejados a magos y a muggles, por supuesto.

 

Abrió el libro mas o menos a la mitad. Mostraba la figura esbelta de una mujer hermosa de cabellera castaña e intensa mirada ambarina y pupilas en forma de elipse . Llevaba un báculo, cuya punta parecía una copia de sus ojos y vestía con una túnica roja, ricamente bordada con lo que parecían ser piedras preciosas. Su estampa infligía miedo en cada movimiento que realizaba, a pesar de ser aquello tan solo un dibujo de la hechicera.

 

En la página siguiente un dragón lanzaba fuego a un mago, una y otra, y otra vez. En la descripción podía leerse: “Dragón de características similares a un colacuerno. Forma animaga de Lostris.” La cola se prolongaba hasta formar un arpón afilado que clavaba en las rocas circundantes, destruyéndolas como si fueran un trozo de mantequilla. El resto del libro estaba dedicado a sus andanzas y los medios utilizados con anterioridad para mantenerla prisionera mientras su momento de mayor poder pasaba de largo.

 

Silencio en el despacho.

 

- Nuestro trabajo es romper las Maldiciones antes de que la Luna Roja esté en su apogeo. Ese es su momento de mayor poder y el Ministerio de Magia cree, que podría liberarse – chasqueó la lengua – Una pena que no la hayan matado antes, si no fuera por el amor… - cerró la boca. Jazil, su extraña mascota negra, había despertado y su graznido quejumbroso, poco más deja sordo a todo el grupo – ¡Vete a cazar algo! – el ave aleteó y mientras lo hacía se desgranó en zarcillos oscuros que atravesaron el muro de la torre en dirección al implacable desierto.

 

- Les decía, nuestra misión es llegar a ella rompiendo las Maldiciones que la custodian y matarla, por supuesto. No podemos dejarla libre y definitivamente no podemos trasladarle nuestro problemas a generaciones futuras. La Luna Roja se repite cada siglo. ¿Qué dicen? - cerró el libro y tomó una pila de formularios en blanco - Si deciden acompañarnos, deben de firmar este formulario. Nada importante. Es para desligar al Ministerio de Magia y a la Universidad de posibles accidentes que podría causarnos esta aventurilla -

Editado por Mistify Malfoy

http://i.imgur.com/TRNQW.gif

http://i.imgur.com/cPHx0.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Estaba satisfecho de haber llegado puntual, algo que se sabía, era que los ingleses prestaban especial interes e ello y eso le hizó sentir que avanzaba por buen camino.

 

Como todo profesor la vio ocupar lugar en el escritorio y ahí espero a la llegada de una alumna más, después tomo asiento y comenzó a explicarse.

 

El chico cruzó los brazos mientras seguía la explicación y se iba enterando del tipo de clase, claro que era mucho muy diferente a lo que conoció anteriormente pero se recordó a sí mismo, estar en otro nivel, así que presto aún más atención a la profesora.

 

Escucho aquello de: experimentados, se pregunto cuan experimentado podía decir sobre sí, pero no interrumpió de ninguna manera a la profesora, seguramente que los acontecimientos venideros responderían aquella incógnita.

 

La vió abrir un pequeño libro de tapa amarilla, su intención; mostrar una imagen. --- Una animaga...muy buena criatura elegida.--- Pensó el chico, personalmente, le encantaban los dragones.

 

Se hizó un silencio penetrante pero aquel no duró demasiado. Un graznido se dejó escuchar, mientras saboreaba la noticia:

 

*--- " Un trabajo, ¿eh?, ¡formidable! ya me gusta la universidad." *--- Fijo la vista en el ave al momento que desaparecia al atravezar el muro.

 

Avanzó hasta el escritorio y tomó una pluma para luego llenar el formulario, meramente un trámite, ya se sabe.

                  Picsart-22-02-23-05-13-30-507.jpg  

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-- Esta semana no dejará de sorprenderme... -- arrugó la carta y la tiró a la papelera. El encuentro con Mistify Malfoy definitivamente sería de lo más interesante. De hecho, le interesaba más la tensión que podía haber entre ellos dos que la misma clase a la que se apuntó. También puede decirse que le interesaba muchísimo ver qué tal le sentaba la edad a la señora Malfoy.

 

Tomó una vieja y raída capa de viaje oscura, se la colocó por encima de la túnica color verde botella que portaba, y desapareció tras un sonoro -- ¡Clack! --.

 

¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que pisó un salón de clases? muchas lunas sin duda. Elessar avanzó a través de las bonitas instalaciones que había alzado el Ministerio de Magia para que que sirviera como una universidad. Le sorprendía las cosas que se podían hacer con un bajo presupuesto...

 

Preguntó tres veces a tres personas distintas dónde rayos estaba ubicado el aula en donde impartía sus conocimientos Mistify, pero cada persona le daba una dirección distinta ¿le estaban tomando el pelo? había recorrido casi por completo el lugar, y justo cuando pasaba junto a lo que parecía ser una gárgola, escuchó una inconfundible voz femenina -- ...¡Vete a cazar algo!... -- había espetado aquella altanera e imponente voz desde una de las aulas. Incluso se atrevía a decir que encontraba cierto dejo de sensualidad cuando hablaba de esa manera. El hombre sonrió y entró al salón, tratando de permanecer lo más silencioso posible, cualidad que se le facilitaba tras muchos años de experiencia como auror.

 

El aula parecía calcada de aquellos tiempos cuando Mistify era una de sus profesoras, junto a Antara Black, en la famosa academia. Mucho había llovido desde entonces. Las cosas ya habían cambiado en gran medida, aunque debía admitir que otras cosas no lo hacían, como por ejemplo, ver a Jocker con la firme esperanza de que personas como Mistify resolverían todos sus problemas, Boss tenía una definición para eso: mortífagos tontos. Era así de simple, todos estaban cortados por la misma tijera, siguiendo una doctrina inverosímil de un tipo que se pudría siete metros bajo tierra.

 

-- Buenas tardes a todos, disculpen la demora, me perdí durante algunos minutos y me entretuve apreciando el bonito y bien cuidado jardín que tienen aquí. El lugar era desconocido para mí, hasta ahora... -- saludó Elessar, regalando una cordial sonrisa a los presentes, especialmente a los dos viejos conocidos mortífagos. Firmó la hoja cuando tuvo oportunidad, y aprovechó para colocar la capa de viaje sobre un perchero.

 

Al darse vuelta, notó que su suegra no había cambiado tanto, pese a que ya los años le caían encima, aún seguía manteniendo un poco de su antigua figura -- nada mal... -- dijo para sí mismo, con un ligero silbido de sorpresa. También esperaba que mantuviera también su doctrina mortífaga, así la clase sería más interesante. De lo contrario, ir a cazar a una vieja hechicera, la típica bruja malvada de los cuentos de hadas, sería demasiado aburrido.

 

Sin embargo, era importante saber a quién se enfrentaban. Y lo más importante ¿por qué Mistify decía de una manera tan normal que lo primordial era matarla? aunque sabía que al final, debían acabar con la hechicera, le gustaría escuchar la respuesta de la profesora.

 

-- Me gustaría saber a quién nos enfrentamos. La hechicera de la que hablas, hasta ahora, era desconocida para mí. Digamos que no es un tema común y aún no he leído algún libro que hable sobre ella. Me gustaría saber el por qué de esa medida tan drástica ¿es necesario matarla cuando han podido mantenerla encerrada durante un siglo entero? a estas alturas, con lo mucho que ha avanzado la magia, podemos fortalecer los sortilegios que la mantienen confinada. Al fin y al cabo, esta es una clase de conocimiento de maldiciones, no de asesinatos injustificados. Si fortalecemos los sortilegios, lo más probable es que la mujer nunca pueda romperlos y que cumpla su condena, pudriéndose bajo la montaña que mencionas. No es buena idea que "algunas" manos inocentes se manchen de sangre, claro está, si no es extremadamente necesario. Recordemos elegir con sabiduría, separar lo que es correcto de lo que es fácil...

 

Durante su discurso Boss se mantuvo con un semblante muy serio, y su voz jamás flaqueó. Era firme creyente en no llevar las cosas al extremo, al menos en ese caso, en donde habían algunas personas sin ninguna inclinación hacía los bandos ¿era necesario que ellos mataran a una persona que ni siquiera conocían? porque la orden de Mistify era clara "vamos a buscarla, arriesgan su vida rompiendo maldiciones, y luego la matamos, arriesgando su vida de nuevo porque quizás la mujer es muy poderosa" ¡Qué sorprendente sentido de responsabilidad!

 

Aunque había algo que se esperaba: que le llamaran cobarde. Era algo típico de personas descerebradas que no tenían un ápice de sentido común ¿una definición para esas personas? pues era muy fácil: mortífagos.

LmUrWqM.jpg

Que Dios se apiade de mis enemigos, porque yo no lo haré...

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Algunos accidentes podrían estar justificados y el Ministerio no tendría obligación de intervenir. Les decimos Daños colaterales...

 

Ainé entró y firmó sin atisbo de duda el pergamino que Mistify había presentado instantes antes. La sacerdotisa unió al grupo con el tiempo suficiente para escuchar el objetivo de aquel requerimiento y saltandose las presentaciones convencionales. Aunque la propuesta encerraba un inminente peligro para cualquiera que aceptara unirse a la misión, para ella no representaba más que un pedido válido. Si Mackenzie estaba implicada, era razón suficiente para unirse a la aventura.

 

Había caras conocidas y sabía que, por lo menos, ella podía esperar que se uniera alguna más. ¿Dónde estaba Dolla? Hechó un vistazo rápido a la habitación: Se encontraban en la oficina que Mistify había ocupado tras su nombramiento como directora de la Universidad y la estancia ya estaba plagada de objetos propios de la bruja. Casi parecía como si nunca la hubiese abandonado.

 

He leído sobre esa bruja y es un personaje bastante importante como para ocupar innumerables libros de historia mágica y es raro que por lo menos alguien no escuchase su nombre. Eso si no te saltabas las clases, claro está. Hazañas grandes y cuestionables, pero hazañas, al fin de cuentas.

 

»Yo no tengo problema en unirme y servir al Ministerio. Pero, me gustaría tener más información para llevar a cabo esa misión. ¿Tenemos una ubicación exacta de esa prisión mágica? ¿Permiten apariciones en un perímetro cercano o debemos usar otros medios para llegar ahí? ¿Aire, Mar o Tierra? No queremos que nadie se indisponga por una mala traveía—sonrió ante las infinitas posibilidades que se abrían a su paso—. ¿Existe alguna traba aparte de la mágica? ¿Seres que vigilen el lugar? Y, sobre todo, ¿a quién engatuzó esa bruja para seguir viva? Ese tipo de cotilleos no los aprendes en ninguna materia, aunque deberíamos. Seguro que muchas batallas se han librado en iguales condiciones.

 

Hola, cariño —no se podía intuir si era por el blanco roto de su túnica en contraste con el azul de su cabello, pero sus ojos mostraban un brillo casi maniaco y estaban fijos en un punto: Jocker—. ¿Listo para partir?

 

B2lBEqS.gif

TGoZxlJ.png

1WvnNGz.gif

 

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mistify enarcó una ceja al ver entrar al ex de su hija, pero no dijo nada al respecto, aunque ya se esperaba lo que venía a continuación, no la sorprendía en absoluto. Lo que le llamó la atención fue el “cariño” que la bruja recién llegada le dedicaba a su hijo. ¿Se había casado? Los ojos esmeraldas de la mujer se desviaron rápidamente a las manos izquierdas de uno y otro hechicero, en busca de algún tipo de anillo, pero lamentablemente las mangas de las túnicas le impedían la visión.

 

- ¿Pertenecen al Departamento de Seguridad Mágica? – tomó asiento y apoyó la espalda en la silla y con un ademán invitó a sus interlocutores a que hicieran lo mismo. Claro está, no había suficientes lugares, aquello era un Despacho, no un salón de clases. Pero seguro se las apañaban para ponerse cómodos, estaba segura de eso. – Parece que esto será largo –

 

Tamborileó los dedos sobre la superficie pulida de madera del escritorio, ordenando mientras tanto sus pensamientos para contar aquella vieja historia. Los sucesos eran relatados de diferentes maneras, pero ella tenía su propia versión, una vez investigados los sucesos.

 

- Permítame no responderle enseguida, Sr. Elessar - recogió ambas manos y cruzó los brazos bajo su pecho – Es una historia larga y variopinta. Pero intentaré ser precisa en los datos y contarles la versión más reducida posible. – suspiró - Sr. Tonks ¿Sería tan amable de pedirle a mi secretaria que nos alcance algo para beber?.

 

Aquello tardó unos cuantos minutos, entre que la mujer vino, tomó el pedido de cada uno de los alumnos y regresó con las bebidas.

 

- Bien, ahora que todos estamos cómodos – revolvió tranquilamente el té que le habían servido con una cucharada plateada – Esta hechicera tiene su origen en Sión, una fortaleza que se erigía en donde ahora se encuentra la ciudad de Jerusalén. Eso les dará más o menos una idea de la cantidad de años que tiene, siglos. – Giró el libro de tapas amarillas hacia Ainé y Boss para que también pudieran verlo – Ha sido responsable de cientos de asesinatos, incluso parece que metió las garras en la masacre de los niños judíos allá por tiempos de “Jesús”, ya saben, aquel mago que se hacía pasar por una especie de Dios y que creó lo que hoy es la religión cristiana bajo la cual muchos muggles sostienen su fé. Pero me estoy yendo por las ramas.

 

Sorbió un poco de té antes de continuar.

 

- Y eso es solo el inicio de su historia. – apoyó la taza algo enfadada. Era tanto por contar que no veía la manera de resumirlo. Así que cambió de idea – A ver, mejor respondo sus preguntas. – miró a Ainé – Si, tenemos una ubicación exacta y está aquí mismo en los acantilados de South Downs, cerca de Winchester. Podemos permitirnos aparecernos en esta ciudad, no más cerca. Los magos que han intentado hacerlo cayeron presa de alguna de las tantas maldiciones y se arrojaron desde los acantilados. Así que tendremos que caminar. – para entonces acabó su taza de té y se puso de pie – El Ministerio de Magia no tiene notificaciones de seres en ese lugar, pero todo es posible, debido a que muchos documentos se han perdido durante lo que pasó en las instalaciones del Ministerio semanas atrás. – Caminó hacia la ventana dando la espalda a los oyentes. Estaba abierta y entraba una brisa cálida que no tenía ganas de abandonar – Esa última pregunta suya, Señora Malfoy – no sabía si decirle así o señorita ¿estaría equivocada? Ya la corregiría ella entonces – es muy acertada. El mago que la encerró en último lugar, se enamoró profundamente de esta hechicera. Incluso se dice que ella también lo estaba de él. Con el tiempo, este hechicero se dio cuenta de quién se había enamorado y la abandonó. Pasaron los años y se casó con otra mujer. Lostris se vengó y la mató frente a él, quién a pesar de todo, y en nombre de aquel viejo amor, no pudo matarla y la encerró en esa prisión.

 

Se volvió hacia el grupo dejando la ventana tras de si.

 

- Como verán. Dejarla viva no es una opción – dirigió su mirada hacia Boss – Su poder aumenta cada siglo y cada siglo es más difícil volver a encerrarla . No solo que no podemos trasladar el problema a la siguiente generación, sino que además ahora mismo es mucho más fuerte que la vez anterior y lo será más en el siguiente. ¿Se entiende? – su voz era uniforme. Hablar de matar a alguien o tomar un té, era lo mismo para ella después de tanto tiempo. – Sin embargo, no voy a llevar a nadie que no quiera ir. No es obligación y la clase para aquellos que decidan quedarse la impartirá mi secretaria, a quien ya le he dado instrucciones para que pasen este mes buscando registros de maldiciones en la Biblioteca de Alejandría. Nada mal, ¿eh? Ambos caminos tienen lo suyo.

 

- Así que si no tienen más preguntas y todos han firmado sus descargos, nos vamos. Nos espera un largo y extenuante viaje.

http://i.imgur.com/TRNQW.gif

http://i.imgur.com/cPHx0.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Solo unos pocos días habían pasado desde que el joven mago había vuelto a Ottery, y desde el principio se había dado a la tarea de deambular por todas partes para recordar y conocer el lugar. Incluso la academia había cambiado por completo, y en su lugar ahora existía una institución conocida simplemente como la "Universidad". Preguntó por el trasfondo histórico para ponerse al día de lo que había pasado, ya que era un cambio radical, y se enteró un poco de la situación, así como de una nueva estructura organizacional y demás detalles. Ante esto le asalto una inquietud.

 

¿Sus viejos conocimientos aun serían de utilidad?, ¿sería capaz de estar a la par con un posible nuevo plan de estudios que no conocía? Esas y muchas preguntas más daban vueltas en su mente en los últimos días y no le dejaban tranquilo, cosa rara en su extrovertida y despreocupada forma de ser. Pero tenía en cuenta que debía conseguir empleo. Desde su regreso, había estado pernoctando en un hotel-posada al no tener familia o parientes en el lugar, los galeones tarde que temprano debían terminarse, era una carrera contra reloj el conseguir un ingreso, y para ello debía hacerse de un perfil académico atractivo.

 

Actualmente, solo recordaba muy bien lo aprendido en Meteorología, pero fallaba en las otras dos artes que supuestamente dominaba. Por ello, aquel día optó por ir a hacer una petición para cursar la especialidad de Conocimiento en Maldiciones en calidad de oyente.

 

Según había escuchado, una de las nuevas directoras era una Malfoy. A el vinieron recuerdos de su querida ex-novia, May. También recordó como era un poco esa familia, y lo mejor sería dar una impresión al menos buena, o lo menos peor posible para que su petición no fuera denegada. Por lo tanto, para acudir ese día a la universidad decidió vestir bien, aunque fuera en contra de su estilo, incluso no llevó con el su querido sombrero de paja. Para la ocasión decidió usar una túnica negra larga que llegaba a media pantorrilla, adornado con con bastilla dorada en cuello, mangas y la solapa. Dicha túnica tenía bolsillos a la altura de la cintura, y en el derecho había guardado su varita mágica. Por debajo de la túnica llevaba una camisa blanca, pero no era visible al estar cerrada.

 

A medida que avanzaba por el lugar, sus zapatos hacían eco contra el duro suelo de piedra. Su andar era ágil y de largas zancadas, al menos los pantalones de aquel conjunto eran bastante cómodos y prácticos para ello. Pero había un problema, no sabía exactamente a donde debía ir. Decidió preguntar a una mujer que estaba sirviendo algunas bebidas no muy lejos de donde el estaba.

 

El pelinegro al parecer corrió con buena suerte aquel día. En primer lugar, ella resultó ser la asistente de una Directora, en segundo lugar, era la Directora también la profesora de la asignatura que pretendía cursar, en tercero, acertadamente había elegido el código de vestimenta adecuado, ya que resultó ser la misma persona en la que había pensado para ir así. Aun faltaba un último golpe de suerte, ser aceptado como oyente.

 

La asistente guió a Allen y le contó a grandes rasgos cual iba a ser la actividad que iban a desarrollar los alumnos, pero no dio muchos detalles. Al llegar al despacho de la directora, el pelinegro se quedó bajo el marco de la puerta y escuchó a la profesora desde que empezó a decir "Bien, ahora que todos estamos cómodos". Ella empezó a contar la historia de la legendaria bruja, que para colmo de males, Allen nunca había escuchado de ella a pesar de ser tan milenaria. Siguió hablando, y sus palabras solo aclaraban lo poderosa que era esa persona, al punto de asegurar que de no asesinarla, sería un peligro latente después. Eso sonaba a una gran aventura y un poderoso enemigo que derrotar, eso emocionaba bastante al joven, además, se sentía algo intimidado pero seguro de sus compañeros, que llevaban la experiencia marcada en sus rostros.

 

Buenas tardes.— Saludó educado el pelinegro, adentrándose en la oficina, manteniéndose del otro lado del escritorio de la directora, alejado del mueble varios centímetros, pero no más de un metro. Inclinó la cabeza en señal de respeto y después la levantó de nuevo. —El motivo de mi visita es una petición. En los tiempos de la Academia cursé Conocimiento en Maldiciones, de eso ya un año y me interesa estar actualizado en la materia. ¿Me permitiría participar como oyente en este curso?— Preguntó, tan templado como le fue posible, pero aquello era complicado, los nervios, la emoción y su propia personalidad le jugaban en contra.

Editado por Allen Abbadonia
http://i.imgur.com/kK58JI7.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.