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Conocimiento de Maldiciones III


Mistify Malfoy
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La fogata se mantenía indemne al permanente golpetear de las gotas de lluvia, era obvio que alguien la había encantado para que fuera de esa manera y no podría permanecer encendida de otro modo. Mistify la observaba, con los ojos prendidos en las chispas de fuego como si fueran imanes. ¿Qué pensaba la bruja? No había nada en su rostro que delatase su siguiente accionar, pero entrecerró la mirada al notar que el mago que había optado por seguir la clase a pesar de no haberse inscripto en ella estaba caminando junto al mar. Parpadeó intentando acomodar su visión a la negrura que había más allá. No la engañaba, ahora estaba metido hasta las rodillas, siguiendo una línea recta hacia el acantilado de tiza del frente. Una muralla blanca que el mar azotaba sin descanso.

 

- Jóvenes - susurró la Malfoy para ella misma girando hacia la carpa. Les dijo que mañana les esperaba un día duro. Allá ellos si no querían descansar. Un poco más allá, Jocker y Ainé se perdían cerca al bosque. Mistify apretó los labios ¿qué parte de permanecer juntos no habían entendido? Esperaba que los encantamientos protectores que poco antes habían realizado entre todos fueran lo suficientemente fuertes como para cobijarlos de las maldiciones que circulaban libres por el lugar.

 

 

****

 

 

El sonido lastimero le heló la sangre y el joven Tonks, recostado sobre unos almohadones muy cerca de Mistify se puso de pie de un salto.

 

- ¿Oiste eso? – preguntó la bruja de cabello rubio. El muchacho no respondió al igual que no lo hizo Jocker antes la mirada inquisitiva de Ainé. - ¡Oye! - El muchacho giró hacia la entrada y Mistify lo tomó del brazo. - ¿Adónde crees que vas?

 

Cuando lo giró, Antoni tenía la mirada perdida, como si estuviera bajo un maleficio Imperius y alzó la varita en dirección a la Directora a la vez que se libraba el brazo de un sacudón.

 

- ¿Qué haces? –

 

Fue demasiado rápido. Mistify alzó la suya y se libró del hechizo que le lanzó Antoni, que salió corriendo a través de la puerta seguido por la bruja. Por detrás de ella, la carpa se vio envuelta en llamas.

 

 

****

 

- Ella no es quien dice ser. Los pone en peligro – habían escuchado ambos magos en lugar del sonido lastimero que oyeron todas las mujeres – Solo quiere obtener tu poder – susurraba el viento en los árboles y las olas del mar acariciando el cuerpo de Allen. - No es tu amada quien te acompaña – le decía a uno. – No es quien crees que es – murmuraba acariciando con la brisa nocturna al otro – Ven a buscarme, te estuve esperando tanto – ronroneaba sensualmente a los oídos de los hombres que podrían estar escuchando. – No la escuches, no la escuches, no la escuches…. – insistía una y otra y otra vez intentando que cada uno de ellos se deshiciera de sus acompañantes femeninas.

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Se acomodó mejor sobre aquellos almohadones repletos de plumas que los hacían mucho más suaves. Recordaba lo que había leído sobre el tema: "...maleficios, son molestos y graciosos, las maldiciones son acción mágica oscura, dañina..." cambio de posición, se preguntaba si tendría que llegar a utilizar alguna de ellas, por lo menos conocía algunas formas de quitarse algunas de ellas de encima.

 

La noche apenas principiaba, aunque la caminata había durado todo un día de luz y de sentir cierto lógico cansancio, no era en verdad tan extenuante, esperaría a la orden de la profesora para retirarse a una de las habitaciones con que contaba aquella tienda de campaña.

 

No le era tan desagradable el acampar, habían prendido una fogata cuyas llamas no se apagaban, estaba en aquella tienda de campaña, descansando en aquellos confortables almohadones...solo era algo sugerente aquel viento. Silbaba, pero en un instante cambio, ya no era aire, era una voz...una voz femenina, suave, persuasiva.

 

No le presto atención hasta que le levantó el timbre en voz imperiosa: "Ven a mi...¡Ven!"--- Se incorporó de un salto. Aquella voz le susurraba al oído, luego pareció escucharla en su propia mente y se sintió atrapado a obedecer su orden.

 

Ya no había otra cosa que fuera más importante que llegar hasta donde se encontrará la dueña de aquella voz, se giro y avanzó a la salida de la tienda, solo que algo lo retuvo de un brazo, le sujetaba con firmeza, le impedía seguir y esa amenaza tenia que reducirla. Un movimiento veloz y "cobra" se deslizó hasta llegar a su mano y no dudo al dirigirla hacia quien osaba retenerlo:

 

--- ¡Fuego negro!--- Terminando de pronunciar aquel hechizo salió tempestivamente, nada le detendría, nada.

 

Las lenguas de fuego de la hoguera se alzaron de forma amenazadora y de entre ellas surgió una silueta, un joven como gota de agua al joven Antoni Tonks, la mente del mago se resistía a obedecer aquella voz que ordenaba partir a su encuentro, su yo interno se proyecto ante el mago y avanzo hasta él para detener su partida.

 

---¿Qué haces?¡no creas lo que dice!¡en palabras de esta mujer, no debes confiar!--- Tonks le vio cambiar el color de cabello a violeta y aquellos ojos se volvieron intensamente rojos y miraban de una manera siniestra. Aquello no le sorprendió y mucho menos le preocupo, aquel solo era producto de su imaginación y aquella imagen solo trataba de intimidarlo mostrando una forma tipo demoníaca para hacerlo retroceder.

 

Pero ya lo había utilizado antes su mente, aquel recurso era conocido del Tonks, lo que no pudo diferenciar es que esta vez le intentaba sacar de aquel trance en que lo tenía sumergido aquel maleficio. Rechino los dientes y clavo la mirada en su oponente, su yo interno lucía determinado a detener a toda costa al Tonks, también alzó una varita y mientras lanzaba su ataque le gritaba:

---¡No la escuches!¡No vayas!

 

---¡iré, y ni tú ni nadie me lo impedirá!

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Una vez hecho su juramento se puso de pie y avanzó al frente con pasos pequeños y lentos, sus brazos no se balanceaban mostrando que estaba bajo la influencia de la bruja. El agua amenazaba con tocar los zapatos del chico, pero hizo caso omiso a la advertencia y de igual manera entró un poco en el mar, siguió caminando hasta que este cubría hasta la altura de sus rodillas. Su mirada vacía estaba fija en la prisión que mantenía encerrada a la bruja, de pronto volvió a escuchar su voz.

 

Ella no es quien dice ser. Los pone en peligro... Solo quiere obtener tu poder.— Dijo aquella cautivadora voz, advirtiendo al pelinegro de la amenaza. Solo entonces apartó su vista para darse media vuelta y observar la casa de campaña en la playa. El mensaje estaba más que claro, el peligro era la mujer que los había llevado a todos hasta ese lugar. —Ven a buscarme, te estuve esperando tanto.— Concluyó la voz de aquella hechicera.

 

Sus pasos lo llevaron de nuevo a la orilla de la playa, de donde pudo ver salir a uno de sus compañeros corriendo y detrás de el la profesora salió también seguida de la casa de campaña siendo incendiada. Por un momento, el engañado muchacho, tuvo un disparo propio de enojo contra la profesora. A sus ojos estaba persiguiendo al que era probablemente el más joven del grupo, ¿por qué huía de ella?, ¿realmente era un peligro como advirtió la voz?. Sumado al control que ejercía la hechicera sobre el, aquello no abonaba nada bueno a la situación. Dejó pasar a Antoni y se interpuso en el camino de la Malfoy.

 

No te permitiré que te salgas con la tuya.— Dijo Allen a Mistify, levantando su brazo derecho con varita en mano de forma perpendicular a su cuerpo, como si le bloqueara el paso. Los ojos del pelinegro tenían la mirada perdida, haciendo evidente que no estaba consciente de lo que hacía. Además, la voz de Allen por un momento se agudizó ligeramente, como si las palabras dichas anteriormente fueran un mensaje de la hechicera hacía la profesora del grupo a través de una marioneta.

 

Meteolojinx Ecanto.— Dijo con total ausencia de emociones en su timbre de voz y su expresión corporal, esta voz con su voz normalizada. Acompañado al hechizo hizo una floritura con su varita. Había utilizado un hechizo de meteorología mágica, y aprovechando la gran cantidad de agua, el calor de la playa y el frío de la llovizna condensó la humedad y generó niebla, una niebla tan densa que no se podía ver más allá de un metro al frente, y con un área relativamente grande de terreno abarcado gracias a que las condiciones eran por si mismas ya favorables.

 

Allen se movió en silencio, aprovechando que la arena generaba relativamente poco ruido al andar, haciendo gala de su capacidad de acecho adquirida por sus aventuras en la naturaleza cuando era joven y que de vez en cuando repetía. Solo era cuestión de un murmullo, un quejido, un suspiro largo, un hechizo, algo que delatara a la Malfoy para que Allen disparara algún hechizo en contra de ella. Sabía de antemano que no tenía posibilidad alguna de enfrentarla en una lucha directa y que incluso su estrategia podía ser mermada pronto.

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Las palabras de la profesora Malfoy se le quedaron grabadas en la mente de la joven. <<¿Peligro? me gusta, me seduce hasta el punto de no hacer nada para nunca evitarlo>>. Sonriendo como recién recibir un regalo mágico de navidad, Aysha miro como su grupo de compañeros se desaparecía casi a la par que su profesora así que suspirando con pocos ánimos por ese método que no le agradaba mucho lo hizo.

 

***

 

La aparición fue correcta y al abrir los ojos, Aysha se pudo encontrar al frente una catedral estilo Gótico que la verdad le impacto, si no fuera por que tenía que seguir al grupo y escuchar las indicaciones de la Malfoy, la Potter Black hubiera entrado y detallado ese levantamiento arquitectónico tan llamativo que tenía en sus ojos. Pero como siempre, todo tenía su parte negativa. Gotas pequeñas descendían en el rostro de la joven causando que esta tuviera que colocarse la capucha de su chaqueta de cuero que tenía un hechizo el cual se encargaba de impermeabilizar la ropa y así poder quedar seca después de aquella excursión tan llena de emoción.

 

Luego de unos segundos que para ella habían parecido eternos, la Malfoy hablo con una voz con autoridad haciendo recordar viejas lecciones.

 

<<¿Acampar? ¿Un día de caminata? ¿Si llevábamos cosas útiles? Osea... Somos brujas y magos.. tenemos una cosa util al 100%, osea, la varita.>> La bruja pensó pero no comento nada, solo se asintió y miro a sus demás compañeros que al parecer hicieron el mismo pensamiento. Gracias a la diosa, su varita estaba ya en su mano por si acaso, antes de realizar la desaparición tomo su varita en su mano derecha lista por si acaso debía defenderse en plena aparición.

 

Tras tener su varita bien segura en su mano, la joven camino detrás de su sobrino Antoni para dos cosas: mantenerle vigilado y para que no fuera a meterse con lo mas peligroso primero. Sabía que su persona indicaba que era una adolescente pero su mente tenía ya un tiempo andando libremente. así que con cara de estar concentrada comenzó a caminar y ver la tarde británica pasar por sus ojos. Aquel lugar era muy hermoso, pero la verdad nada la llamaba la atención, solamente encontrar el peligro y erradicar a la bruja o lo que fuera esa cosa.

 

Un sonido lamentoso, como especie de un llanto muy lejano captó la atención de Aysha, pero la verdad solo se dijo para sus adentros que era cosa de su imaginación, así que sin prestarle atención siguió su camino. Tras varias horas, el mar (su lugar favorito en todo el planeta tierra) se dejaba ver, cosa que alivio un tanto a la rubia.

 

Sonriendo, la joven miro una muralla natural de roca blanca que al parecer hacía que esta se sintiera un poco abrumada, sin saber por que, Aysha miro a sus compañeros y solamente se fijo en que al parecer era el oyente de la clase, esté, esta haciendo ya la tienda de campaña para acampar allí. Con un suspiro miro al mar, quieto y lleno de secretos que hacían que la dama quisiera conocer. A la vez, había una fogata que al parecer era para dar calor a los que estaban allí, pero ella no necesitaba eso, no hasta los momentos así que solo espero.

 

Luego que estuvo lista la tienda de campaña, de colores pardos, la joven entró luego de la Profesora Malfoy para así tomar su habitación y poder descansar para poder seguir con buen agrado la misión del día de mañana. Con una vaga despedida con su mano, Aysha fue hasta la habitación mas apartada y para su sorpresa, está, tenía una ventana que la vista era su mas preciado recuerdo, El Mar. Coloco su chaqueta a un lado de la cama, para tomarla si hubiera peligro, y se quedo cómodamente sentada mirando aquella vista. El que había ayudado a armar la tienda, estaba en el mar haciendo lo que la rubia quería, pero ni se atrevía así que sin prestarle atención alguna, la joven cerro sus ojos un momento y casi al instante se quedo dormida.

 

Aysha no sabe si pasaron unas horas o minutos, solamente escucho un grito de Mistify llamando a un Tonks. <<¿Tonks? ¿Su sobrino? O no.... No, eso no podía pasar... ¿Ellos dos? Nah rídiculo... Es mi sobrino, es un niño... debe ser otra cosa>> La joven pensó, pero en ese preciso momento, toma la chaqueta y sale con paso rápido hasta ver el vestigió de la capa de mistify saliendo de la tienda dando ordenes a Antoni.

 

<<¿Por que este niño sale? >> Esa pregunta quedo costestada casi al instante. La bruja estaba hechizando a los hombres de la campaña para que hicieran lo que ella quisiera. Genial. Aysha tomo aliento y aparto con cuidado a la Maestra la cual hacía todo lo posible para que Antoni cayera en cuenta luego de prenderle fuego a la tienda de campaña. (Agradeció sacar su chaqueta de allí). Con un suspiro y una fuerza que solamente sabía ella que tenía, tomo de los hombres al chico y lo zarandeó hasta que casi lo tumba.

 

--Antoni Tonks, No ella no quiere nada de ti, no irás y punto final. Tengo una mejor idea contigo y luego me lo perdonaras... O Ishaya me lo perdonara--

 

La bruja rubia tomo su varita con su mano y apunto al chico.

 

--Incárcerus -- (Dos cuerdas de mediano grueso salieron de la varita de la bruja y ataron las manos y piernas del chico) Con ese hechizo, la joven tenía un poco mas de tiempo para pensar y actuar. Así que sin siquiera pedir permiso, tomo el rostro del joven Tonks su sobrino e hizo todo para que la mirara a los ojos. Sabía que los ojos de ella eran casi iguales a los de su gemelo Ishaya, y que cuando niños jugaban a leer la mente del otro. Con toda la esperanza, miro a los ojos de su sobrino y con una voz pausada y llena de cariño familiar hablo.

 

--Antoni, bebe, Soy tu tía... esa bruja no te hechizara, estas conmigo, no la escuches... Sigue mi voz, piensa en tu familia, en ti, en tu mama, en tu tía, vamos... que se que tienes la fuerza necesaria de salir de ese trance.. Sigue la voz de tu familia...--

 

Tras de unos segundos o minutos, la joven pensó que Antoni no era el único chico allí, también estaba el oyente, que si mal no se acordaba su nombre era Allen.

 

--Profesora, creo que debe o amarrar al joven Allen o desmayarlo si no, será peor para el que para nosotros...--

 

Con una voz pausada y sin dejar de sujetar el rostro de su joven sobrino miro a la profesora Malfoy. Sabía que todo mundo pensaba que ella era la débil, pero para sus adentros eso solamente era una fachada, una genial y muy buena fachada. Mientras ella hablaba, la tienda seguía ardiendo en llamas cosa que no le importaba mucho, era mas importante para ella su sobrino que la tienda que con un hechizo se reparaba a que mataran a su sobrino.

 

 

 

 

 

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Una sonrisa de suficiencia curvó los labios carmesí de la bruja al ver que todos los presentes aceptaban la aventura sin dudar, o al menos eso era lo que habían dejado vislumbrar. Estaba acostumbrada a lidiar con aquel tipo de trabajo, conviviendo desde hacía muchísimos años con una familia completa de arqueólogos, que viajaba constantemente en busca de objetos mágicos antiguos, corriendo aventuras como un estilo de vida. Tal era así, que dos de los hijos de Brardolla y Near habían nacido fuera del Reino Unido, mientras ella y su marido se hallaban en medio de una expedición. No tenía miedo al peligro, por el contrario, aquel punto la entusiasmaba aún más.

Cuando todos los integrantes de la clase estuvieron de acuerdo y listos para partir, se tomaron de las manos y se trasladaron al lugar más cercano a su destino mediante aparición conjunta. Una fina pero constante lluvia azotaba a la pequeña ciudad desde donde debían emprender el viaje, haciendo que el grupo de magos pasara desapercibido ante los ojos muggles, que eran más que suficientes en aquel lugar.

Brardolla llevaba su capa negra de seda forrada como único abrigo contra los cambios de clima que se pudieran producir durante el trayecto, y aunque hubiese podido impermeabilizar su tapado para que las gotas de lluvia no le afectaran, había decidido dejarlo como estaba y disfrutar del frescor que el agua helada le proporcionaba. Caminaba con tranquilidad, intercambiando alguna que otra palabra con sus compañeros, aunque permaneciendo la mayor parte del tiempo en silencio, observando el paisaje a su alrededor y en alerta permanente para poder sentir los signos de aquella magia tan poderosa de la que había oído tanto hablar.

La profesora Malfoy había dicho que tendrían casi un día de caminata y que, antes de que cayera la noche, debían acampar para tomar un descanso. Lo que les esperaba al día siguiente no era un simple juego de hechizos, sino que se trataba de una hechicera con un poder mágico antiguo e inigualable. Era entendible que decidieran dormir unas cuantas horas antes de llegar definitivamente al lugar donde estaba encerrada aquella bruja y enfrentarse a ella.

A medida que avanzaban y la tarde iba llegando a su fin, una especie de inquietud comenzó invadir la mente de Brardolla. Lo más extraño del caso era que no tenía nada que ver con la misión, pues se trataba más bien de algo interno, algo personal, aunque no lograba dilucidar el motivo real de aquella preocupación. A su vez, el grupo continuaba su caminata y las luces del día se iban opacando cada vez más y más, a lo que Brardolla sacó su reloj mágico de bolsillo para verificar el horario. Aquel aparatejo no sólo daba la hora, sino que además tenía un calendario lunar, muy útil para gente de su condición. Eran las 18:57. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de lo que la estaba incomodando y no pudo sentirse más desesperada al respecto.

—Adelántense para armar el campamento. Necesito ir al baño —dijo, con una sonrisa que fingía ser de vergüenza al ver la reacción de sus compañeros ante su comentario.

Cuando el grupo volvió a ponerse en camino, la bruja se desvió hacia la izquierda y se internó en un bosquecillo de árboles moribundos. Allí, al borde del mar, la vegetación era escasa, predominando el paisaje rocoso. Buscó con la mirada algún árbol que pareciera lo suficientemente fuerte como para soportar el embiste continuo de un animal salvaje y, hallando uno de tronco ancho y bastante resistente, se sentó con la espalda sobre éste y suspiró con nerviosismo.

La luna roja sucedía una vez cada siglo aunque, después de todo, era una luna llena más y en aquello recaía su preocupación. Con las ansias de la clase, había olvidado por completo tomar la poción Matalobos aquel día y ahora la transformación se sucedería de la peor manera. No sabía si aquella extraña luna tendría algún efecto distinto al de las lunas llenas comúnes, pero esperaba de todo corazón que no fuera así y que, pese a su importancia, no significara aún más problemas.

—Incarcerus —pronunció entonces, con su varita de avellano apuntando hacia sí misma y, al instante, tres cuerdas gruesas aparecieron y se enroscaron alrededor de Brardolla, atándola fuertemente al tronco del árbol. Las cuerdas habían sido dispuestas mediante su propia orden para que retuvieran su cuerpo aprisionado con la mayor fuerza posible. No estaba segura de que las cuerdas resistieran toda la noche, pero al menos intentaría que lo hicieran hasta que el resto de sus compañeros notaran su falta.

Finalmente, la oscuridad cubrió los alrededores y la transformación inició su curso. La consciencia de Brardolla se desvaneció y lo único en lo que pudo pensar en su último instante de lucidez fue en que nadie se acercara al lugar hasta el amanecer.

Editado por Brardolla Black
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-- No, gracias -- respondió Elessar ante la invitación de tomar algo. Mantenía su mirada fija en Mistify. Le escuchó, prestando mucha atención a sus palabras, teniendo cuidado en los detalles, y esperando algún error. No lo hubo. La explicación fue bastante convincente, sobretodo por la justificación que había señalado al final... si el poder de aquella hechicera crecía cada vez más, entonces una situación complicada se les vendría encima.

 

Bajó la mirada, observando los detalles del pulido piso mientras analizaba la difícil situación que les esperaba ¿cómo salir bien librado de una situación en donde se ponía en riesgo la vida de jóvenes sin cerebro? llegado el momento, él tendría que sacar la casta, y defenderlos. Era su doctrina, y jamás iría en contra de ella.

 

Volvió a levantar la vista, mirando fijamente los penetrantes ojos de su suegra, y asintió. Aceptaría la misión, por muy difícil que pareciera.

 

Lo siguiente fue la serie de dardos afilados en modo de preguntas que lanzó Ainé. Una mujer cuidadosa, pero Mistify le toreó bien, respondiendo de forma correcta. ¿Qué les separaba entonces de la muerte ante una mujer que sólo guardaba odio y venganza en su corazón?

 

-- Por supuesto que iré... -- respondió sin dudar ante la pregunta de Mistify, y le siguió.

 

***

 

Inglaterra y sus eternas días lluviosos. Era prácticamente un estilo de vida. Boss había pasado muchísimo tiempo en ese país, y aunque no era suyo, se había adaptado. Los tristes y gélidos amaneceres, las tardes nubladas y grises, y las noches silenciosas y tenebrosas. Eso era Inglaterra, a resumidas cuentas, aunque con su concepto se refería más que nada a Londres. Ahora estaban en Hampshire, un lugar que muchas veces había decidido evitar. La imponente catedral que se alzaba ante ellos le llamó la atención algunos instantes... conocía su historia, y lamentaba muchísimo la cantidad de sangre que se había derramado alrededor de ese lugar.

 

Sabía perfectamente que debían permanecer en grupo, pero él tenía otra opinión. Estaban en un lugar no tan común para ellos, y debía tomar precauciones. Avanzando junto a los demás, él prefirió quedarse unos metros atrás, borrando cualquier rastro que pudiesen dejar, y tomando las debidas precauciones para que todo estuviese bajo control. Él sabía que habían cosas más terribles que la longeva hechicera que cazarían.

 

Era un hombre viejo, un hombre de hábitos, era imposible hacerlo cambiar...

 

***

Poco a poco el olor de la tierra mojada y el pasto recién cortado, fue sustituido por el olor a salitre, y el majestuoso sonido del mar. De las olas estrellándose a toda velocidad contra las rocas.

 

-- Bonito lugar -- dijo para sí mismo, olvidándose del magnífico panorama, y viendo a duras penas la edificación que estaba más allá. Aquella de la que había hablado Mistify. Pero en seguida salió de su asombro. En un abrir y cerrar de ojos, Elessar había llegado hasta el sitio indicado, con sus compañeros de clase. Y ¿qué rayos había pasado? perdió la noción del tiempo por completo. Era como si le hubiesen lanzado un hechizo confundus, o aún peor, una maldición imperius.

 

Alcanzó a ver, aunque por muy poco, como un chico que no conocía, pero que al parecer era del linaje Tonks, caía en un preocupante estado de confusión. Boss había intentando adelantarse para hacer algo por el, pero no lo había logrado... había pasado algo absolutamente extraño.

 

Estaba arrodillado en el suelo, con los ojos desorbitados, las manos puestas en el frío suelo, y con un fuerte temblor que le recorría todo su cuerpo, incluso se atrevería a decir que a su propia alma.

 

Era consciente de lo que estaba sucediendo, pero no era capaz de controlar su cuerpo, ninguno de sus movimientos, incluso sus pensamientos estaban siendo corrompidos por... ¿alguien?

 

-- No... -- bramó, pero no se sorprendió al ver que no emitió ningún sonido. Ahora estaba enfrascado en una batalla interna, jamás se dejaría doblegar, pero había subestimado un poco aquel poder, aquella magia antigua que le estaba ganando la partida.

 

-- Búscame, sabes dónde estoy, sabes quién soy, y sabes lo que puedo darte. Búscame, Elessar -- la voz femenina podría describirse como sensual, pero con un ligero tono metálico, que le convertía en una voz aterradora... ¿aterradoramente sensual? sí, era una buena definición.

 

¿Cómo respondería ahora? hacía escasos segundos había llegado al lugar ¿y ya estaba siendo doblegado? era cierto que le habían tomado por sorpresa, pero entonces ¿dónde quedaba su estirpe? ¿dónde había quedado su poder? ¿quién demonios era esa mujer y por qué creía conocerlo tanto?

 

Definitivamente Boss se encontraba en serios aprietos.

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Que Dios se apiade de mis enemigos, porque yo no lo haré...

 

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- Maldita sea – explotó Mistify. ¿Cómo podía ser que de un segundo para el otro todo se había ido al infierno? ¿Qué demonios estaba pasando allí? - ¡Silencio! – le dijo a Aisha que había logrado amarrar entre sogas al mago más joven del grupo. Una espesa niebla comenzaba a rodearlos, demasiado densa para ser natural. Alguien la había conjurado. Quizás el otro mago. ¿Cómo dijo que se llamaba? Levantó su varita. Era como si le hubiesen puesto una bolsa en la cabeza, porque no veía absolutamente nada. Solo podía sentir a la bruja apoyada espalda con espalda y la tensión que provenía del cuerpo de su compañera.

 

A unos metros alguien chapoteó en el agua y el cuerpo de Antoni se removió inquieto intentando zafarse de sus ataduras. Y otra vez aquel gemido que transmitía un dolor inconmensurable. Pero no era solo eso, había algo más. Aguzó el oído y el inconfundible aullido de un hombre lobo hizo sentir su cántico. Y los hombres que tan solo podían escuchar aquella voz suplicante, que los instaba a atravesar la hendidura de agua para llegar al acantilado de cal.

 

- Lo que nos faltaba – no alcanzó a decir aquellas palabras cuando un rayo esmeralda proveniente de su derecha pasó cortando la niebla a pocos centímetros de su rostro. ¿La estaban atacando? ¿Pero quién? ¿El mago que había pedido ser oyente en la clase? Tal vez. Pero ¿Porqué?

 

La mano izquierda de la Malfoy aferró el brazo de su alumna intentando arrastrarla tras ella. Esperaba que se hubiera dado cuenta que no debían de hablar e intentar avanzar en silencio. Nada se podía ver y quién estuviera detrás de ellas solo podría guiarse por el sonido que produjeran. Aysha no ofreció resistencia y Mistify lo agradeció sin palabras. Movió su varita y la niebla comenzó a disiparse a su alrededor. Al menos al punto que podrían ver hacia donde se dirigían y en qué sector estaban ubicados los demás.

 

- ¡Auuuuuuuuu! – el aullido parecía provenir desde donde estaba el Bosque. ¿No era allí donde Jocker y Ainé habían dirigido sus pasos? - ¡Auuuuuuuuuuu! – insistía.

 

- Muffliato – murmuró Mistify preparándose para recibir alguna descarga. Tuvo suerte. Quizás no la escuchó y con eso se aseguraría de que quién las estuviera atacando no las escuchara, al menos no por el momento – No podemos ayudar a tu familiar ahora mismo – le dijo entonces a Aysha que la seguía de cerca. Intuía que para la joven no era fácil dejar allí a aquel muchacho – Algo les está pasando, quizás han caído presa de algún sortilegio, no tengo idea – avanzaban nuevamente hacia donde estaba el campamento ardiendo en llamas. La niebla quedaba atrás y vigilaban constantemente que no las siguieran.

 

Unos pasos más adelante se encontraba Boss, arrodillado y víctima de espasmos que no parecía poder controlar. La Malfoy se detuvo y entornó la mirada sosteniendo a Aysha que seguramente se prestaba a ayudar al Elessar. No estaba segura de querer ayudarlo. ¿Qué diría Mackenzie si se enteraba que lo había dejado morir? ¿Se enfadaría? ¿Le importaría? Su mente maquinó entre las infinitas posibilidades de reacción de su hija ante la muerte de aquel hombre que tanto la hizo sufrir. Se lo merecía. Casi decidió dejarlo allí tirado a su suerte, cuando recordó que aquella era una misión ministerial y que, aunque los miembros de la misma habían desligado de responsabilidad al Ministerio de Magia, no sería bien visto que un alumno muriera durante el transcurso de una clase. Malo para la Universidad, un lugar al que Mistify le tenía particular apego.

 

 

- Boss – se habían acercado al mago que continuaba sacudiéndose, como intentado resistirse a algo sin lograrlo del todo. La Malfoy lo abofeteó para volverlo a la realidad, no sin un dejo de placer en ello. Se lo debía el muy maldito. - ¡Reacciona! – El mago le devolvió una mirada perdida, pero un destello de cordura en aquellos ojos hizo que Mistify no perdiera las esperanzas. - ¡Tienes que resistir! Sea lo que sea lo que estás escuchando, no es real.

 

Un hechizo rebotó entre los tres hechiceros. Allen parecía haber dejado la niebla atrás y los estaba atacando. Menos mal que tenía mala puntería. Caminaba con firmeza, pero sus movimientos eran algo torpes en comparación a lo que había sido horas atrás en la Universidad, la bruja de cabello rubio supo que había sucumbido a algún tipo de posesión. ¿Cómo iban a ayudarlo? No tenía la menor idea.

 

- Ocúpate de él, Aysha – No dudaba de la muchacha, después de todo había maniatado a su sobrino en un abrir y cerrar de ojos. Se volvió con resolución hacia Boss. – Escucha mi voz, síguela Elessar – le susurró muy cerca del oído mientras el cuerpo del mago sucumbía ante los temblores una vez más.

 

 

*****

 

La lluvia ya no estaba presente y las nubes se disiparon dejando ver una luna enorme y roja. El aullido del hombre lobo se mezcló con un grito desgarrador que le llegó al alma. Sin embargo, ellos solo escuchaban: - Ayúdame, ella te matará, la conoces muy bien -

 

Al otro lado de la lengua de mar que hendía en dos aquel pedazo de tierra, una figura esbelta, de cabello largo hasta los pies y completamente desnuda, atravesó las rejas de lo que parecía una prisión como si los barrotes hubieran sido nada mas que humo para ella.

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La joven se enfocó en como estaba atado su sobrino y como estaba forcejeando para liberarse, esa escena le dolió bastante a Aysha, pero no podía realizar nada mas, solamente una cosa le faltaba para estar segura que el chico no se hiciera daño ni tampoco a los que estaban allí. Así que con cara de sentir en su interior un dolor profundo de tristeza tomo la varita de la mano de Antoni y la guardo muy bien dentro de la ropa de ella misma. Cuando ya intentaba seguir hablando con el para poder sacarlo de ese estado, una orden directa hizo que la Potter Black se callara y levantara de un salto para colocarse detrás de la profesora solamente para darse cuenta que las estaban rodeando aquella niebla espesa y nada alentadora.

 

Al tragar con fuerza, la joven se coloco dando la espalda a la profesora para proteger tanto la suya como la de la Malfoy. Trato de guardar silencio y parecer tranquila ante aquella adversidad, su sobrino estaba en el suelo a escasos centímetros de ella guerreando contra las amarras que lamentablemente no se iban a deshacer tan fácilmente. Ya a los pocos segundos, la niebla no permitía que la bruja mirara a su sobrino cosa que hizo que sintiera como su cuerpo se colocaba tenso y nervioso, reaccionando a cualquier movimiento que sus oídos humanos pudieran escuchar.

 

Conteniendo la respiración, Aysha se dio cuenta que Mistify también estaba tensa cosa que preocupo a sumo grado a la joven bruja. Apuntando al frente, escucho con atención las palabras de la rubia que tenía a sus espaldas cuando para su sorpresa un rayo paso demasiado cerca de su gusto y se perdió en la neblina. <<Perfecto, nos ataca algo y ni se deja ver... Muy lindo.. >>. Debía ser el chico que se llamaba Allen, pero..

 

<<¿Tanto era el lavado de cerebro que le estaban haciendo a los chicos?. >> Pensando sola.

 

Sin poder responder a esa pregunta, la bruja se dejo guiar por la profesora, pero mirando constantemente hacía atrás por si acaso las seguían o peor, seguían lanzando hechizos a la orden del día. Miro como Mistify disipaba la niebla adelante de ella, así que por fin sabían para donde debían ir, así que moviéndose sin hacer ningún tipo de ruido comenzaron a moverse. Luego de una fracción de segundo un aullido puso fin a la esperanza de salir ilesa aquella aventura. ¿Hombre lobo? ¡¡Genial!!.

 

La profesora realizo el hechizo para poder hablar sin que nadie las escuchara, acción la cual la joven agradeció sumamente. Suspirando miró a su alrededor en busca de mas o menos cuanto habían caminado, pero realmente hacía sus adentros era para buscar a su sobrino el cual dudaba que se encontrara bien. Al no verlo, una desesperación inundo el pecho de Aysha. Sus ojos se centraron en los de Mistify y solamente asintieron con aquellas palabras de ella.

 

--Lo se, se que debo dejar atrás a mi sobrino. Pero el estará bien, esta atado y sin varita. No creo que nada lo ataque estando así. Nada le pasara--

 

Diciendo esto, el pecho de la joven se hundió y solo logro respirar para apartar aquel sentimiento mundano y poder enfocarse en lo importante. Lograr llegar a donde estuviera la bruja y matarla. Lograr erradicar el problema desde el origen y raíz para siempre.

 

--Profesora, Es un sortilegio, los chicos lo escuchan nosotras solamente escuchamos como un llanto lastimero, Puede ser que ella no pueda entrar en nuestras mentes por ser iguales que ella.. Genero digo.. Debemos matarla, los chicos dudo que puedan acercar se mas a ella, no creo que puedan resistirse.. --

 

Aysha por fin formulo en susurro como sus otras palabras aquella frase que tanto había pensado desde que había ojeado rápidamente aquella historia. Pero no era mas que una frase o una conjuración que solamente era una hipótesis. A unos pasos se encontraba alguien que la verdad a Aysha no le simpatizaba para nada, ni un poco. Se le veía sufriendo cosa que animo un poco a la joven Potter Black. Total se lo merecía, ella lo conocía desde hacía mucho tiempo con sus otras personalidades y sabía que cada dolor o angustia que sufriera Boss sería un placer para ella.

 

Con una sonrisa llena de satisfacción por ver a Boss arrodillado y sufriendo como un condenado, miro que la profesora también hacía una batalla interna, pero su bondad le gano la partida. Miro como la Malfoy se acercaba y le daba un bofetón al chico para que este reaccionara y diciéndole cosas para que pudiera seguir con la misión sin dejarlo allí para su muerte predilecta. Todo iba muy bien hasta que Mistify le había ordenado a Aysha a que se ocupara de el. Con un gran suspiro miro al joven.

 

<<¿Enserio? ¿Me tengo que encargar de el? ¡Fantástico!>> Pensó la joven.

 

Acercándose la joven a boss, lo tomo del brazo para colocarlo intentar ayudarlo con esos temblores y cumplir la orden de la profesora. Mirando que el joven Boss estaba en guerra propia, y que Mistify estaba indicándole a el que hacer apunto a las muñecas de Elessar.

 

--Incárcerus-- Esta vez solamente fue una cuerda un tanto gruesa la encargada de atar de manos al joven Boss para estar a salvo de cualquier tipo de inconveniente que pudiera pasar si el cedía ante las ordenes que les estaban dando la bruja desde el mas allá.

 

Sin nada mas, la joven sonrió alzando los hombros y mirando a la profesora.

 

--Por si acaso, y a lo mejor, No sabemos que pasara con ellos. Lo mejor es atarlo a un árbol con muchas cadenas y sogas, O la mas bondadosa es taparle los oídos....--

 

En eso, se acordó que en el mundo muggle ella había comprado un equipo de música portátil, así que con cara de sorpresa lo saco de su chaqueta y le coloco con desagrado los audífonos en los oídos del joven Boss y encendió la música a todo volumen. Esa idea no era tan mala y a pesar de todo, interrumpía por completo cualquier sonido exterior. Si funcionaba de verdad agradecería el mundo muggle si no, quemaría aquel aparato y nunca mas lo podría tocar.

 

 

 

 

 

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Jocker se echó a reír con el comentario de Ainé respecto de las evidentes diferencias entre las brujas y hechiceros que habían optado por seguir aquella clase de Encantamientos; sin duda alguna, la Malfoy tenía razón.

 

Desde luego me ha gustado… Mistify me ha salvado el pellejo más de una vez cuando… —el ojimiel detuvo sus palabras de manera abrupta para hacer un ademán con el brazo, mostrando la cara anterior de la misma, que era el lugar exacto en donde aún llevaba la Marca Tenebrosa que había quemado tantas veces su piel y que ahora no era más que un simple tatuaje como cualquier otro —ya sabes cuándo —añadió con una sonrisa.

 

No hubo necesidad de otra palabra, y es que ambos exmortífagos habían dejado las filas de la organización tenebrosa casi en simultáneo para dedicar su tiempo exclusivamente a sus ascendentes carreras políticas. Después de todo, el haber sido nombrados Warlock les daba acceso a secretos jamás revelados del Ministerio de Magia y a estar en contacto con el Ministro y la Vice-Ministra de Magia más allá del contacto que tenían por ser hijos y hermanos de los mismos.

 

¿Me cuentas qué traes entre manos, o planeas sorprenderme?— quiso saber entonces Ainé volviendo a provocar una sonrisa automática en el rostro del patriarca de los Black Lestrange, quien acercó el cuerpo de la mujer hacia sí mismo para besarle.

 

El beso, sin embargo, fue interrumpido por profundo y lastimero quejido, seguido de una poderosa luminosidad rojiza proveniente de las enormes llamas que ese mismo momento consumían la carpa que minutos antes albergaba al grupo de estudiantes. Las miradas cruzadas de Jocker y Ainé fueron también interrumpidas por una densa niebla que los cubrió a gran velocidad, aunque ambos seguían abrazados.

 

 

Al separarse, Jocker y Ainé utilizaron sus varitas para intentar despejar la niebla que allí, en medio de los árboles, parecía ser aún más intensa que a la orilla del mar y que en otros sectores. Ambos lograron a duras penas revertir el encantamiento realizado por alguien que sí sabía de meteorología avanzada, pero no pudieron hacer mucho más que buscarse entre sí e intentar orientarse.

 

Un aullido se escuchó entonces. Luego otro, y otro. Aquello no podía estar saliendo peor… o eso, al menos creían ambos.

 

Más que por instinto que a por cualquier otra cosa, ambos hechiceros se dieron la espalda, varita en mano dispuestos a enfrentarse con el lobo u hombrelobo que parecía estar muy cerca.

Editado por Jock

אהבה מושלמת באה במהירות, וכל השקרים צורחים מושתקים


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Se miraban fijamente a los ojos, los amielados del Tonks no cedieron a los siniestros ojos rojizos de su "yo", sabía pelear contra él. Su lucha interna era común, pero una parte de él esta consciente que había un gran peligro y necesitaba salir de la influencia de aquel maléfico control.

 

Ambos se atacaron, en un movimiento veloz, Tonks logro que la varita del otro saliera de entre sus manos cayendo unos metros fuera del alcance, le miro retador, lo tenía a su merced, no iba a perder el tiempo en platicar, tampoco era de esos magos que hacían sus diálogos de villanos, poco le importaba dar explicaciones, le aniquilaría de una buena vez por todas, seria libre de que entorpeciera su hacer, solo requería "sentir" el odio para que la maldición Avada Kadravra surtiera el efecto deseado: acabar con ese molesto tipo.

 

Por unos instantes espero para oír si acaso le hablaba y verle si tenía alguna reacción de miedo...no, no lo vio de esa manera, su atención estaba en aquel y de alguna forma se sintió atado por unas sogas...

 

¿como había podido atarle si no tenia su varita?...sintió como en un sueño ser tomado por los hombros y una voz femenina que le hablaba, pero no entendió aquellas palabras...no recordaba aquella voz ni cuanto decía la voz...mensajes diferentes le decían aquellas voces...¿que estaba ocurriendo? Todo era muy confuso...su " yo" interno aprovecho aquel acercamiento de aquella chica al Tonks y fue a recoger con toda tranquilidad su varita del suelo, ahora era él el de la ventaja...

 

Una inmensa furia hacia refulgurear sus ojos rojos...escucho cuanto dijo aquella joven bruja y aunque estuviera en contra, quizás y tuviese razón la chica, para hacer decistir al chico necesita "la madre" como presencia.

No le agradaba la idea, él considera que la imagen de su madre lo hace débil, lo remonta a un pasado mucho muy lejano, cuando Tonks tenía cuatro años...trabajo mucho enterrando aquel recuerdo y evitaba que la evocará continuamente.

 

Tenia que ser mucho muy cuidadoso...solo esperaba no estar haciendo una tontería y tener el tiempo suficiente para hacerlo entrar en razón, antes de que fuera tarde para ambos...se transformó... era cosa de tomar el recuerdo y ser aquella bruja de cabello azul, hermosos ojos negros, labios delgados y pequeños así como rojos, una piel suave de manos con dedos delgados y portando un hermoso vestido vaporoso color turqueza: Daniella Malfoy...Dany

 

Cuando aquella bruja no obtuvo respuesta de Antoni, lo recostó y se retiró por entre la niebla, era muy densa pero él veía claramente al chico, avanzó hasta él y lo tomo entre sus brazos, luchaba por librarse de las sogas y Daniella sonrió.

 

---Ya haremos algo con estas sogas...hola---Se inclinó, sus labios se acercaron al oído del chico para llamarlo con aquel nombre cariñoso que solo ella, su madre, utilizaba para hablar con él, eso bastaría para que le reconociera. Le conocía bastante bien, así que no le extraño sentir como Tonks se estremeció al momento de oírle, ahora solo bastaba comprobar si el chico estaba dispuesto a dejarse conducir por su madre.

                  Picsart-22-02-23-05-13-30-507.jpg  

 

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