Jump to content

Primeros Auxilios III


Kathy Daray Van Halen
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Tras el suave beso entre ambos, sintiendo como el viento sacudía sus rizos sueltos se detuvo al escuchar las palabras de Seba y lo miró de arriba a abajo. Tenía razón, hacía cien años nadie vestía así y ella, observó sus ropas, no, no sería aprobado en la época Victoriana, lo único aceptable serían quizás la capa sobre sus hombros y las altas botas.

 

--Ay, que no pensé en ello, tienes razón mi amor --murmuró la pelirroja mientras rebuscaba entre sus ropas a Edelweiss.

 

Unos segundos después había hecho una suave floritura con su varita apuntando a su novio, logrando transformar sus ropas en una vestimenta más aceptables para la época y luego repitió el movimiento apuntándose a ella misma, había elegido un uniforme de enfermera para sí misma.

 

--Te prometo que en casa estará tu ropa tal cual la tenías antes mi amor --susurró mientras daba un nuevo beso con ternura a su novio y observaba hacia los dos lados, evaluando la respuesta a su pregunta --pues, ahora que lo mencionas, había uno en el Wizengamot, pero lo tenía otro de los jueces y la verdad nunca lo utilicé mmm... es extraño que Kathy tenga acceso a cuatro de ellos, pero supongo con todo lo que ha traído la Universidad no es de extrañar ¿verdad?

 

Se preguntó cuántos giros deberían dar, la historia decía que tres habían alcanzado para algunas horas, pero para un siglo, vaya, eso si que sería algo difícil de medir, muchas vueltas sin dudas.

 

--Supongo que no queda más remedio, por aquí --dijo señalando hacia su derecha, ya que iba de ese lado, seguiría por allí, apretó la mano de Seba sin ganas de separarse de él --aunque tenga que ir al fin del mundo y a la edad que sea te encontraré mi amor --aseguró viéndolo con amor a los ojos y de pronto se le ocurrió una idea --Kathy no dijo nada de que no pudiéramos ir juntos a buscar los giratiempos, encontremos uno y luego el otro, juntos ¿te parece?

 

La separación le costaba más de lo que había esperado y por eso se le había ocurrido aquella idea, observó a su novio ansiosa y cuando él aceptó lo tomó de la mano y casi lo arrastró hacia el ala derecha del edificio. Las paredes estaban descascaradas y las puertas parecían más gruesas en esa parte, había pequeñas ventanas, con mirillas hacia el interior de los cuartos que atravesaban. Incluso algunos tenían como una ranura por debajo, más grande que los buzones en las puertas de los hogares , como si hubiera sido utilizados para pasar bandejas con alimentos pero ¿y el agua? Se estremeció y espió hacia el interior de uno de aquellos cuartos.

 

Las paredes estaban sucias pero se notaban que estaban recubiertas por lo que parecía un acolchado, no era muy agradable en realidad, una ventana pequeña, casi a la altura del techo dejaba entrar algunos rayos de luz entre unos gruesos barrotes.

 

--Que lugar horrible para dejar un giratiempos --dijo observando con asombro el pequeño objeto brillando en un rincón entre los restos de madera y del material de las paredes, se acercó a él con cuidado y lo tomó, guardándolo en el bolsillo de su delantal --supongo que el otro debe estar del otro lado.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sonreí al ver que mi chica me daba la razón en lo que le había dicho, no era de vestir muy extravagante ni de muchos lujos mas bien de ropas sencillas, pero cualquiera en aquellos años se daría cuenta que no eramos de ahí, se supone que debíamos intentar pasar lo mas desapercibidos posibles, ya que al menos yo pensaba que no ibamos a cambiar nada de lo que pasaba ahí, solo ver con nuestros propios ojos las atrocidades que se podían cometer en aquellos años.


Como siempre con Darla nos complementábamos muy bien, a veces era yo el de las ideas y ella las ejecutaba, otras veces era al reves, con la rapidez que la caracterizaba ya estaba moviendo tu varita para cambiar nuestras vestimentas por algo mas apropiado con la ocasión, me observe de pies a cabeza y la verdad no era mucho lo que cambiaba mas que aquella corbata un poco grande, reí un poco para luego agradecer a Darla con un beso.


-¿Paso camuflado?- di una vuelta en el sitio que estaba para mostrarme a la bruja, estábamos solos así que no me preocupaba hacer el bobo frente a ella.


Levante una ceja con lo que decía la Potter Black, ella tenía razón si era extraño que hubieran tantos giratiempos en el mismo sitio, solo esperaba que no nos estuvieramos metiendo en líos, acaricie la mano de mi amada mientras ella apretaba de la mía, la observé a los ojos con ternura intentando darle tranquilidad.


-En eso tienes razón mi amor, ¿una duda es necesario de que cada uno use un giratiempos?, lo digo por que quien nos asegura que si llegaremos al mismo lugar todos, eso es mas seguro cuando se usa traslador, pero con estos artefactos nada es seguro, ella no nos dijo cuantos giros debemos darle- respiré profundo mientras seguía el camino con Darla.


-Mal que mal cien años no es poco tiempo- añadí soltando una risa.


Mientras la bruja miraba en el interior de uno de los cuartos intentaba estar atento por si algo se aparecía, o tratando de reconocer los ruidos que de repente se escuchaban no muy lejos de donde nos encontrábamos, lo que mas llamo mi atención fue un fuerte portazo que me hizo sobresaltar un poco.


Pero la voz de Darla llamaba mi atención de nuevo, -Si lo es, creo que este lugar esta especial para pasar un Halloween- respondí a mi acompañante, asentí con la cabeza cuando ella se guardaba el accesorio, empuje con fuerzas la puerta del otro cuarto que estaba a unos pasos por el frente.


-Lumos- pronuncie sacando mi varita ya que la oscuridad se ceñía solo esta habitación, de apoco la claridad se fue haciendo frente a nosotros, el lugar era como el otro cuarto solo que parecía que en este habían pasado cosas mas terribles una gran mancha de sangre estaba en uno de los muros, parece que el pobre desgraciado que habían encerrado aquí no había salido mas.


-¿Seguro este era un lugar donde cuidaban a los pacientes?- parece que en el final de los días aquella pieza había sido ocupada para guardar mas cosas ya que en el rincón contrario de donde estaba el manchón se podía ver un lote de basura y instrumental médico oxidado.


Removí el lote con el pie buscando el giratiempo pero lo primero que me encontré fue una inmensa rata que se espanto al sentirse molestada, estuve a punto de enviarle un rayo pero esta no tenía la culpa de vivir ahí, deje que se fuera mientras algo dorado llamaba mi atención sobre guantes sucios y apósitos mal olientes.


-¿Crees que estén pensando en nuestra salud?- con la punta de mi varita alce el dije frente a nuestros ojos, -Creo que ahora deberíamos buscar un lugar donde creamos que podemos aparecer sin llamar la atención, luego mezclarnos con los pacientes o la gente que encontremos en aquel momento, aunque por tu vestimenta amor, pasarás mas por una trabajadora de ahí- sonreí un poco travieso cuando la guiaba en busca de las escaleras o un lugar mas alejado.


-¿Sabes que necesito una enfermera privada urgente- susurré en su oído.

http://i.imgur.com/nqOolSA.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mientras giraba a ver a Seba y este salía pudo volver a apreciar su guapo porte, como lo había hecho antes, cuando él había desfilado para ella su nueva ropa. Claro que se veía guapo y lucía muy victoriano. Pasas como todo un lord mi vida, había respondido ella ante su pregunta y claro que lo hacía, era tan sexy. Mordió su labio obligándose a concentrarse en lo que tenían que hacer y no en lo bien que lucía su novio con o sin ropa.

 

Se había quedado pensando en lo que él había dicho sobre el uso de los giratiempos y una vez más el recuerdo de los libros de historia y biografías vino a su mente, mientras tomaba una vez más la mano de Seba respondió a lo que él le había dicho antes.

 

--Creo que si podríamos agrandar la cadena de uno de los giratiempos si fuera necesario y ponernos ambos el mismo, para no perdernos, sería mejor ir en grupo que solos, es menos llamativo.

 

El comentario de Seba sobre Halloween le erizó los cabellos de la nuca, odiaba esa época del año, no sabía si más aún que al día de los inocentes. No quería ni recordar cómo había resultado su último Halloween, se la había pasado en mazmorras dentro de la pirámide y Seba rescatándola a cada rato. Suspiró y murmuró con un dejo de angustia.

 

--Preferiría que no mi amor, ya bastante con Egipto ¿no crees? --lo vió con ternura y con un dejo de súplica de ni insinuar ante nadie, no fuera que su próxima gala fuera en un loquero muggle de la era victoriana.

 

Ante el lumos que realizaba su novio, imitó su movimiento y lo acompañó en la búsqueda, si, aquel otro cuarto se veía peor. Encima el golpe de las puertas ¿provocados por el viento o por las ánimas de los allí muertos y hasta quizás torturados?

 

--El cuidar pacientes ya vimos que era algo muy relativo en aquella época mi vida. No se, es muy alevoso, quizás se lo provocó el mismo, los golpes digo, con la locura --se estremeció, aún habiendo pasado un siglo podía sentir el fino aroma metálico de la sangre, era bueno haber cazado antes de la clase, algún día algo iba a salir mal y se alegraba muchísimo de que este no fuera ese día.

 

Todo el lugar daba pavor en cierta forma, aquello parecía un depósito ahora, o más bien un basural ahora, quizás había sido depósito antes de que lo cerraran. Quién sabe que podía surgir allí. Pero lo que surgió no fue un fantasma sino una rata molesta por su presencia e interrupción. Maldijo para si misma. Río nerviosa ante la pregunta de Seba.

 

--Creo mi vida, que eso es también muy relativo para Kathy, pero podemos estar satisfechos de que al estar juntos podemos sentir bienestar --guiñó un ojo a su novio mientras se dirigían hacia un área más discreta para su materialización, quizás un depósito, pero ¿y si entonces no lo había sido?

 

Frunció el ceño pensando, unas escaleras, un cuarto bajo ellas, una entrada de servicio, claro que allí podía haber mucho movimiento. No, lo mejor un lugar alejado de las áreas de ingresos, salvo quizás en las afueras del área de emergencia, allí seguro había mucho movimiento, no notarían tan fácilmente su llegada. Pero ¿dónde había estado allí la emergencia? Definitivamente lo mejor sería bajo las escaleras o en algún closet cercano a ellas.

 

El susurro de Seba le arrancó un ronroneo y la sacó de sus cavilaciones mientras llegaban a una escalera de lo que parecía haber sido un área no tan principal. Giró a ver a los ojos a su pareja y sonrió con todo su rostro, como solo él podía lograr que sonriera.

 

--Yo con gusto lo atiendo mi vida y juego con usted al doctor --ay ay, Kathy los iba a matar, jaló suavecito a su novio hacia la parte baja de la escalera, donde quedaban a cubierto, ahora y entonces, tomó el giratiempo y lo pasó por el cuello de ambos y acercándose más a su novio lo beso con pasión y amor --así no vamos a ir muy lejos, ¿cien vueltas? --susurró entre beso y beso --¿o cuántas les doy? ¿cuentas conmigo o...? --miró provocadoramente a su novio mientras tomaba se pegaba más a él y sostenía entre ambos el giratiempos colgado en el cuello de ambos.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Por un momento creí que el supuesto Weasley se había dado cuenta de mis planes así que decidí ocultarme mejor, me separé del caballero para poder esconderme cerca de una habitación donde él estuviera y vigilarlo en la época donde íbamos a aparecer, unos cien años atrás, cuando la medicina estaba en un estado de constantes cambios por todas las ideologías que se tenían que cambiar en un futuro.

 

Llegué hasta un espacio pequeño, mi instinto me decía que era el mejor lugar para esconderme y a partir de ahí iniciar el recorrido que ocupada para aprobar el cuso de pos grado. Tomé el giratiempos y lo accioné.

 

- Bueno, mi instino no me falló.

 

Había aparecido en un lugar utilizado como bodega, nada mal para poder transformar mi ropa rápidamente para pasar desapercibido y, de la misma forma, activando el poder de stealth que como Paladín Yunque de Plata tenía, poderes de la Orden de la Mano de Plata (clan de los paladines).

 

El conjuro permite volverse imperceptible ante los enemigos; ideal para sigilos, rastreos, intromisiones furtivas sin ser detectado y capturas silentes. El Paladín en cuestión puede igualar su nivel de energía corporal al de su entorno, por ende no es detectado y posee una cualidad casi idéntica a la de un camaleón que le permite desaparecer repentinamente y camuflarse con el medio que lo rodea. Esto, a su vez, le permite desplazarse sigilosamente por cualquier ambiente.

 

Es superior a un hechizo desilusionador pues no puede ser detectado, aunque existen ciertas formas de poder neutralizar este tipo de habilidades, ninguna que me preocupara en esos instantes, total, eran muggles aquellos que estaban en ese hospital y si acaso me topaba con un mago o bruja podría escapar fácilmente por la diferencia de nivel que manejábamos ahora en comparación de esos tiempos.

 

- Es momento de recorrer el lugar...

Editado por Ishaya

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

En todo momento fui poniendo atención en las palabras de mi chica, pues lo mas seguro para los dos sería usar el mismo giratiempos así nos asegurábamos que ambos estuviéramos en el mismo lugar, no quería tener que estar en lugar que no conocía y mas encima estar preocupado por que no encontraba o no sabía si Darla había logrado aparecer en el mismo sitio que yo.


-Pues eso haremos entonces bebe, mientras antes encontremos donde poder usar el dije será mejor, además no sabemos si la profesora no esta ahí ya- atraje un poco hacía a mi a Darla al ver que no le había caído muy bien lo de Halloween, -Prometo que la próxima no será así, solo quiero pasar una velada tranquila contigo- el camino siguió igual, entre nuestras voces y ambos atento por si algo se salía de lo normal, si así se podía llamar estar en un edificio abandonado donde se escuchan ruidos que le erizan los vellos hasta al mas calmado.


Sonreí travieso con lo que me decía Darla bajo las escaleras, -Yo le puedo hacer un examen muy minucioso mi amor, lo importante es verificar que su salud ande bien- susurré en sus labios antes que esta me besará con pasión, correspondí el beso con mas pasión aun olvidando por un momento para que nos encontrábamos ahí, la estreche mas en mis brazos buscando sentirla mas.


Sus preguntas me recordaban que estábamos tomando una clase o al menos eso se suponía, -¿Una por año?, creo que esta bien amor, y sino por lo seguimos girando- añadí riendo mientras le robaba otro beso, -No se si me concentre mucho para contar, solo quiero besarte- solté una carcajada mientras ella comenzaba a dar los giros, mentalmente trate de llevar la cuenta para ayudarle, aunque eso se confundía con lo que deseaba hacerle en cuanto termináramos el curso.


Mientras la bruja iba girando no pude evitar ver como miles de imágenes fugaces pasaran por nuestro alrededor algunas mas lúgubres que en la época que estábamos, otras con personas que parecían estar gritando por sus rostros de miedo, algunas de enfermeros o médicas no estaba seguro solo se distinguían sus delantales blanco pero sus rostros eran del todo borroso.


En algunos minutos o al menos eso parecía las imágenes dejaron de pasar, la luz del lugar molestaba un poco los ojos, en unos segundos me acostumbre a la claridad, -¿Estas bien amor?- pregunté a mi amada la que ya quitaba el giratiempos de mi cuello, desde un principio los cambios eran notorios el olor rancio y nauseabundo ahora había cambiado por el olor a hospital que tanto me molestaba, ese olor a limpieza extrema y desinfectante como si lo arrojaran con baldes.


Al menos donde nos encontrábamos no se sentían ruidos, tomé al mano de Darla para salir de debajo de las escaleras, el blanco de los muros era pulcro se notaba que al menos en el año que estábamos el lugar aun estaba en funcionamiento ahora nos tocaba averiguar si habíamos caído en el tiempo que se nos había pedido, aunque sin muchas indicaciones no podría jurar nada.



-¿Lista?- miré a los ojos a mi amor, no estaba del todo seguro de lo que haríamos pero mientras la sintiera cerca estaría todo bien, -Creo que tendremos que aparentar no ser pareja, eso me costará con tan sexy chica pero tratare- dije bromeando mientras besaba sus labios una última vez, me acerqué a la puerta que suponía nos llevaría a uno de los pasillos del hospital, no estaba seguro en que piso nos encontrábamos las ventanas en ese parte donde nos encontrábamos estaban mucho mas altas que yo.



-Supongo que tu trabajas aquí y yo seré alguien que te pregunta por algún paciente, al menos si alguien nos nota. Habrá que intentar mezclarse, lo que no se que exactamente es lo que buscaremos- termine diciendo cuando tiraba de la perilla y de inmediato el ruido de las voces llegaba a nuestros oídos a lo lejos.


Editado por Seba Granger

http://i.imgur.com/nqOolSA.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Habían dejado atrás la historia de Halloween y se habían prometido tener su velada íntima, en cuanto ahora, eran expertos en el tema. El jugueteo y la provocación había tenido su perfecta respuesta en las palabras de Seba y la pelirroja pensó por un momento en aparecerse en el cuarto de House of Books, pero el sentido del deber tuvo por una vez primacía sobre sus instintos y sentimientos.

 

Uno por año, Victoria reinó entre mil ochocientos treinta y siete y mil novecientos uno, tenemos para elegir. Desde el dosmil quince a mmm... la mejor época creo que fue entre mil ochocientos ochenta y mil ochocientos noventa, podemos elegir el punto medio, mil ochocientos ochenta y cinco o sea ciento treinta vueltas uffff... comencemos --susurró tratando de concentrarse en eso y no en los brazos a su alrededor.

 

De reojo observaba como parecía que todo se reconstituía a su alrededor, las paredes descascaradas iban recuperando vida, el óxido desaparecía, las luces iban y venían, sucediéndose la noche y el día. El silencio lúgubre fue reemplazado por sonidos más vivaces, por momentos volvía a estar todo quieto y apagado, pero coincidía con lo que parecía el descanso nocturno. Las voces se alcanzaban a escuchar en un cuchicheo mezclado cuando no en un griterío desaforado. Hasta que finalmente dió la última vuelta, miró a Seba a los ojos y luego quitó la cadena de sus cuellos, con un dejo de ansiedad.

 

El ambiente había cambiado, las paredes eran pulcras y blancas, había azulejos sanos en las mismas y los pisos brillaban. Todo olía ya no a sangre vieja y coagulada, mezclada con herrumbre y mugre sino a desinfectantes, medicamentos y perdido en medio estaba aún el aroma a la sangre fresca. Como en todo hospital, pensó. Su rostro debía reflejar esa sensación de desagrado con respecto al hospital, no era rechazo pero si la sensación de que allí todo podía pasar y nada estaba en sus manos, no sabía bien por qué.

 

--Si mi vida, todo bien salieron de la mano de su escondrijo, cuidando de no tropezar con nada ni con nadie lista mi amor ¿y tú? --la respuesta de él no se había hecho esperar y sonrió con lo de chica sexy, esperaba no estar demasiado provocativa para la época.

 

--Si, me acaban de trasladar, vivía antes en Escocia y acabo de entrar hace unos días, te encontré buscando un familiar, mejor un amigo enfermo y te estoy tratando de ayudar --sus palabras se ahogaron en un tierno beso y un nuevo ronroneo la estremeció, quería ir a casa con él pero --¿luego cómo volvemos? ¿los giratiempos tienen marcha adelante?

 

Gruñó molesta consigo misma por no haberlo pensando antes mientras caminaba junto a Seba hacia la puerta, luego que la atravesaron todo fue un mundo distinto.

 

Los ventanales se sucedían unos a otros, limpios y sanos, el piso parecía que no existía otro color que el blanco y negro mezclado en un damero interminable. Se acercaron al lugar de donde provenían las voces, una gran sala triste y abandonada que estaba llena de camas rotas apiladas en n rincón... en el siglo veintiuno, ahora esas camas se venían pulcras con sus hierros pintados, sábanas limpias, una al lado de la otra, es verdad que con una pobre separación y privacidad. Con pequeñas mesitas empotradas a la pared entre cama y cama, con frascos, instrumental de medición y vasijas cuyo objetivo no tenía ganas de pensar aunque llegaba a adivinar.

 

Varias mujeres vestidas como ella circulaban entre las camas, algunos pacientes se quejaban y eran atendidos por ellas. Otros parecían solo dormir y alguno lloraba en un rincón tomando la mano de un familiar. Parecía que habían encontrado lo que sería una sala general, o una habitación de clínica médica solo que en aquel entonces no la compartían dos o tres personas, sino decenas de ellas. Contra las paredes lejanas había biombos, incluso un par cerraban la vista de alguna de las camas, pacientes más graves tal vez.

 

Ahora, a la luz del día, en aquella época, no parecía tan tétrico, claro que se habían alejado varios metros del área donde habían encontrado los giratiempos antes de viajar. ¿Dónde estarían Kathy y los demás? Su mirada fue hacia el techo donde de las vigas de madera colgaban pobres lámparas de gas, no debía haber mucha luz en ese lugar cuando caía la noche.

 

Con suavidad tocó el brazo de Seba, indicándole al otro lado una puerta por la que antes habían llegado, en el pasado, no, en el futuro. Caminaron hacia ella discretamente, observando todo a su paso, pero tratando de no atraer las miradas de los demás.

Editado por Darla Potter Black
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Oír las palabras de los labios de Darla me tranquilizaban, no sabia como ella se podía estar sintiendo en un lugar asi, sabía que sus sentidos eran aun mas fuertes que los míos, que sus sensaciones eran mil veces mejores que las de un humano así que al estar en un hospital todos los olores llegarían a ella, sobre todo la sangre.


Fui poniendo atención mientras nos adentrábamos por la sala tratando de no llamar la atención de la gente que estaba ahí, había una hilera de camas por cada lado, no estaba seguro que cuantas serían pero eran muchas mas de las que esperaba ver en una sola habitación que aunque larga estaba demasiado abarrotada para mi gusto.


Las enfermeras con su vestimenta de blanco con esa semi sombrerito que usaban sobre la cabeza con una cruz roja para identificarlas como representantes de la salud, algunas con las manos con sangre atendiendo a un hombre que gritaba en una camilla cubierto a medias por un biombo mal cerrado, por un momento sentí que este miraba pidiendo ayuda, sus ojos eran un poco desgarradores en una suplica para que el dolor se fuera.


Por mas que intentaba ubicarme en el tiempo no estaba del todo seguro si en estos días el hospital estaba ocupado para sanar a los heridos, las habitaciones que habíamos visto antes en el tiempo presente daba la apariencia que en esta ala estaban los cuartos para los pacientes siquiatricos.


Entre tanto grito aun me daban vueltas unas preguntas que la Potter Black había hecho pero justo en ese momento habíamos ingresado al lugar así que no había respondido, ella tenía razón como diantres regresaríamos, se supone que la historia decía que Harry y Hermione habían regresado por que solo habían retrocedido unas horas, que pasaría en ese caso con nosotros, eran mucho los años que nos habíamos trasladado la verdad es que no me interesaba pasar mis años en un mundo así, encerrados en un lugar como este.


Donde los médicos parecían mas carniceros con aquellos delantales largos que les colgaban desde el cuello, algunos con rastros de la sangre de algún pobre que no había tenido mucha suerte, acaso era que estaban en épocas de guerra?, la verdad no sabía mucho de los años que habíamos estado, tal vez debería haberme puesto a estudiar un poco mas antes de haber aceptado este reto.


Al fin parecía que este largo pasillo se acababa estábamos a punto de cruzar aquella puerta que nos libraría de ver y escuchar a esas personas pero no sabíamos que nos esperaba al otro lado.

http://i.imgur.com/nqOolSA.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El ejercicio de la medicina por parte de las mujeres no fue bien recibido por mucho tiempo. Ni siquiera después de que la primer mujer graduada oficialmente como médico en Nueva York(Estados Unidos), Elizabeth Blackwell, hubiese alcanzado su más alto reconocimiento. Desde la antigua Grecia con la afamada conocedora en medicina, Agnodice, hasta aquellos años después de la revolución feminista, las mujeres siempre tuvieron que ocultarse y hacerse pasar por hombres para poder practicar sus conocimientos en salud.

 

Esos años tampoco fueron muy fáciles para mi. Sin embargo había logrado alcanzar cierto reconocimiento como para ganarme el respeto del equipo médico del hospital. Contaba con la disposición de las enfermeras para ayudarme hábilmente en lo que les pidiera. También estaban los envidiosos, hombres que se sentían amenazados por trabajar con alguien como yo y que insistían en que una mujer no debía ser doctora como ellos. De igual forma había enfermeras que por sus celos ante mi cargo daban la razón a estos caballeros. De todas formas mi opinión solía ser consultada en importantes equipos y reuniones en que se planteaban interrogantes de cómo llevar a cabo las acciones con los pacientes. Ese día tenía agendado un importantísimo encuentro con el tribunal médico, por lo que sabía que la Kathy de aquella época no estaría presente en el hospital, podía tomarme la libertad de estar allí sin encontrarme conmigo misma.

 

Tomé el giratiempos que se encontraba en una gaveta de un escritorio con apenas tres patas, empolvado y lleno de telarañas, este se hallaba en medio de una habitación con paredes que tenían un olor impregnado de humedad. Al frente, a la derecha, se hallaba una puerta sin perilla que daba hacía un desolado pasillo, totalmente opuesta a la inmensa ventana rota cuyos vidrios sucios dejaban escaparse unos cuantos rayos de luz en dirección al escritorio.

 

Di las vueltas necesarias para encontrarme con mis alumnos en el periodo de tiempo indicado. Varias imágenes borrosas pasaron como un haz de luz ante mis ojos, permitiéndome presenciar de manera regresiva los sucesos que allí ocurrieron hasta el día antes de que yo partiera del hospital. La secuencia se detuvo. Todo estaba ahora en orden y como lo recordaba. Mi bata se encontraba en el perchero donde solía dejarla cada que salía de las instalaciones. Guardé el giratiempos en el cajón donde lo hallé, junto con unos cuantos apuntes que tomé al escuchar la opinión de mis alumnos tras la pregunta que les había formulado al principio.

 

Era mi costumbre profesional usar siempre la bata médica dentro del hospital, así que me la puse. Me dirigí al punto de información donde se hallaba la secretaria que recibía a los visitantes y le pedí que por favor llamara a mis alumnos.

 

-¿Qué acaso no tenía usted una importante asamblea a la cual asistir, Doctora Van Halen?

-He tenido que aplazarla, Sybill. Un grupo de estudiantes de la Universidad de Hardvard viene a realizar una pasantía.- le expliqué. Los estudiantes de esta universidad muggle siempre han sido muy bien recibidos en todos lados, incluso desde aquellos años, por lo que no sería raro recibir un pequeño grupo proveniente de esta universidad, al menos no para Sybill si le comparábamos con la universidad mágica. - ¿Podrías por favor solicitar que asistan a la escucha del testimonio de Gertrude?

 

Antes de hacer caso a mi pedido, Sybill no se percató de ocultar su rostro de terror. Gertrude era uno de los casos más severos que teníamos en el hospital, según los otros médicos muggles. No era mucho lo que podía hacer por ella, pero al menos intentaba mantenerla con vida escuchando todo lo que ella tuviera para decir.

 

-Estudiantes de la pasantía de Hardvard, se solicita que asistan a la habitación A4. Estudiantes: Ishaya, Juliens Malfoy, Seba Granger y Darla Potter de Hardvard, favor presentarse en la habitación A4.

 

Esperé a que aparecieran mis alumnos y dispuse unas batas médicas para ellos también para que las usaran mientras estaban en el hospital y se movieran por sus pasillos y habitaciones con ellas puestas.

La habitación a la que los cité estaba separada por un inmenso y grueso vidrio oscuro. De un lado se ubicaban quienes estaban allí para escuchar y estudiar los casos, del otro había solo una silla y una luz colgada del techo para brindar una tenue iluminación.

 

El caso era severo, y solo alguien con suficiente fuerza de voluntad podría llevarlo a cabo. Eso y bastos conocimientos en la magia y encantamientos, pero eso no era posible de ejecutar con tal facilidad en medio de tantos muggles presentes, por lo que había que optar por la parte de la voluntad. En momentos como este agradecía que no muchos sucesos agradables hubiesen sido parte de mi vida, así no habría tenido que luchar contra aquello de manera tan constante día a día y con cada encuentro que tenía con Gertrude.

 

Les indiqué a mis alumnos que se ubicaran tras el vidrio, si era necesario, debían mantener su varita en ristre, pero sólo si se trataba de una situación que realmente lo requiriera, pues no querrían causar ningún cambio en el hilo de la historia.

 

Una enfermera entró en el lugar empujando una silla de ruedas en la que se encontraba sentada una mujer con expresión triste. Miraba hacia la nada. Un catéter salía de su muñeca y se conectaba con un líquido contenido dentro de una bolsa que colgaba de la silla de ruedas. La enfermera que empujaba la silla traía una mirada apagada y melancólica, pero no tanto como la que el rostro de Gertrude dibujaba. Detrás de ellas, una sombra negra las acompañaba. La enfermera ubicó la silla en medio de la habitación y se marchó.

 

- Ella es Gertrude. Una mujer hija de muggles. Acusada de haber matado a su hijo tras la muerte de su marido. Sus conocidos afirman conocerla desde hace mucho tiempo y que la tristeza ha sido su rasgo mas característico, de alguna forma consigue contagiar esa tristeza a quienes la acompañan. Ha sido diagnosticada con depresión severa. Se cree que no solo es capaz de cometer suicidio, sino de que puede acabar con la vida de otros. Las enfermeras le han pillado varias veces arrojando objetos contundentes y filosos al aire, diciendo que es en defensa propia, pero nunca ha dejado claro de quién se defiende. La cuestión es que ella no se defiende de alguien, sino de algo...

 

Señalé a la sombra que flotaba al lado de Gertrude.

 

- Desde muy pequeña, a Gertrude la acecha un dementor. Si bien es bruja, sus padres muggles no han podido enviarla a una escuela de magia, por lo que ni ellos ni ella saben qué es lo que le acecha. Sus padres ni los muggles con los que convive pueden ver al dementor, pero ella si, por lo que cada vez que describe a la criatura es tomada como una demencia esquizofrénica por su parte. En aquellos días no me fue posible descifrar porqué esta criatura perseguía a Gertrude desde tan temprana edad.

 

Suspiré. Esperaba que mis alumnos comprendieran la difícil posición que tenía en esa época. Gertrude necesitaba a alguien que la escuchara, y tristemente eso era todo lo que yo, nosotros, podíamos brindarle por ahora.

 

-El uso de la magia queda descartado, no solo porque irrumpiría con el curso de la historia, sino porque...con los muggles alrededor se hace difícil- realmente había otras explicaciones de por medio, pero por ahora quería llegar al punto de la lección - muchas veces, personas como ella solo necesitan ser escuchadas y que entiendan su situación. Si se sienten preparados para estar en una misma habitación con un dementor, pueden pasar y entrevistar a la paciente, de lo contrario, pueden quedarse resguardados tras el vidrio y someterse al temor de ser insuficientes como personal de la salud.

 

Sabía que eso último había sido duro, tal vez bastante cruel. Pero si querían ser aptos para servir a otros tenían que dejar de lado todos sus prejuicios y temores para lograr un apto nivel de profesionalismo.

http://i.imgur.com/zgclv.gif

sCP50C0.gif

http://i.imgur.com/oIAHJ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tras girar una larga manilla salimos a un nuevo pasillo tan blanco como en cuarto desde donde veníamos con el mismo olor a limpieza profunda que había donde se encontraban las escaleras, frente a nosotros una nueva puerta esta vez doble con dos ventanillas en su parte superior, con el logo del hospital en el, al mirar a la derecha o izquierda nos invitaba un nuevo camino para ser recorrido no sabíamos que podíamos encontrar en ellos.


Di unas cuantas zancadas hasta la puerta del frente, observé por una de las ventanillas parecía ser la sala de esperas o algo así, gente caminaba de un lado a otro con lo que parecía exigiendo ver a sus seres queridos o pacientes mal heridos, el ruido no era tan ensordecedor como el anterior pero eso podía ser por que las puertas aun no eran abiertas.


-¿Quieres que sigamos derecho?, en la sala que estoy viendo hay mucha gente. La otra sería que tomáramos uno de los caminos- señale a Darla mirando hacía ambos lados, -Mas allá de aquella sala creo que esta la salida, pero no creo que nos hayan traído aquí para dar un paseo por la ciudad ¿Verdad?- dije bromeando mientras echaba un nuevo vistazo por la ventanilla, en esos precisos momentos entraba una camilla por la puerta principal con un medico sobre el que parecía ser un paciente y otro empujándolo, me sorprendí al ver que venía hacía la puerta donde me encontraba, -Ven aquí- señale a Darla mientras la jalaba con delicadeza hacía mi en el mismo momento que la puerta de habría de par en par, tras está quedamos semi ocultos mientras la puerta de donde habíamos salido se abría por el empellón de la camilla.


-Creo que debemos movernos o nos descubrirán- pronuncie hacía la Potter Black mientras ofrecía ir por la derecha, cuando comenzábamos con el nuevo camino una voz como de ultra tumba rezaba nuestros nombres y el de nuestros compañeros.


Miré a mi acompañante abriendo mucho los ojos, respiré profundo intentando buscar una solución, -¿Como vamos a saber donde es eso? si ni siquiera se donde estamos- me frustre un poco, ¿para que se supone que nos quería?, retrocedí un poco en mis pasos para ver la letra que tenía la puerta, era la C2 ¿Eso que diantres significaba?, ¿Acaso ibamos a tener que volver por donde habíamos salido?, o tendríamos que encontrar unas nuevas escaleras.


-No tenemos muchas opciones amor, o regresamos por donde venimos, o buscamos a ciegas por si encontramos otra escalera, no creo que esa habitación este en este piso- aunque regresar por el mismo lugar haría sospechar a los trabajadores, tal vez podríamos aprovechar de que estaban ocupados con el nuevo caso.

http://i.imgur.com/nqOolSA.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Miraba el rostro de todos los muggles que pasaban a mi lado, ninguno con una preocupación llamativa, seguramente me encontraba en uno de los pisos más tranquilos para la época así que decidí observarlos un momento antes de ir en búsqueda del supuesto Weasley. Llegué hasta lo que parecía ser una sala de espera de aquel piso y me quedé en un rincón camuflajeándome con el ambiente por la habilidad que había activado momentos atrás, de esa forma no intervendría en más de lo que estaba previsto por la clase de primeros auxilios.

 

Las charlas que llegaban hasta mis oídos eran bastante sencillas, sobre la gran guerra europea, lo que ahora conocemos como la primera guerra mundial, porque habíamos viajado justo en los años donde se habían suscitado dichos eventos bélicos. Gran Bretaña estaba involucrada recientemente en los conflictos de la europa central por lo iniciado en la región de los Balcanes, enviando tropas al territorio de su aliado, Francia, frente a los ataques que mandaban los alemanes. Al parecer todos tenían algo que opinar sobre el conflicto armado, sobre todo porque de una u otra forma la sociedad inglesa tenía un miembro de cada familia en el ejército ya que el rango de edad era bastante amplio, era una fortuna que la mayoría de los magos preferían mantenerse ajenos a las guerras muggles después de tantos siglos de apoyo.

 

Una historia me llamó la atención, acerca de un joven que estaba en contra de todo lo bélico pero que, como su mejor amigo se había unido a las fuerzas militares, él también lo había hecho. No quería perderlo pero sabía que si moría en el campo de batalla no podría seguir él con su vida. Ese tipo de acciones era lo que nos hacía humanos, no entendía como había ciertos magos y brujas que podían cazar a los muggles cuando tenían en muchos aspectos mejores comportamientos y reacciones que la sociedad mágica.

 

- Aún no puedo creer que se haya ido tan lejos, - comentaba la mujer de cabellos más oscuros - Timothy y él han sido excelentes amigos pero... el que esté comportándose de esa forma, me preocupa.

- No, Margaret, - respondía la más anciana - lo que te preocupa es que vaya a la guerra y no regrese con vida. No lo ocultes, no nos hagamos las fuertes en estos momentos, todos sufrimos por una situación parecida, mira nada más a tu alrededor, ¿cuántos hijos, hermanos, padres, amigos de cada uno de ellos estarán en pleno combate?

- Lo sé, lo sé, es que ¡él estaba en contra de la violencia!

 

La primera mujer comenzó a sollozar en silencio, al parecer no quería llamar la atención y su amiga, la de cabellos canosos, le tomaba en un abrazo silencioso a manera de apoyo.

 

- No quieras entender la relación de mi nieto con tu hijo, Gladys, deberías de verlo por el lado más amable.

- ¿Hay, acaso, un lado amable en esta situación? - De inmediato la mujer clavó su mirada en su acompañante.

- Lo hay, querida, lo hay.

 

Respondió la anciana con una sonrisa triste en su rostro, la más joven estaba perpleja, intentando descifrar el rostro de su amiga por lo que ésta continuó con sus palabras de aliento.

 

- Se tendrán el uno al otro en una situación bastante dura, contarán con un apoyo más grande que sus compañeros e incluso más grande que nuestros enemigos. Tienen un lazo más profundo y, ¿no te gustaría que en medio de esa terrible situación tuvieran esa opción de seguridad?

 

La primer mujer se quedó en silencio y apartó su vista de la mirada de su compañera, algo había comprendido en ese momento y dejó salir una pequeña sonrisa y las lágrimas salieron con mayor fluidez. Decidí que debía de apartarme de ese lugar, sentía como si fuera un invitado no deseado a pesar de que no estaba interfiriendo directamente y mi conjuro me protegía de que notaran mi presencia, era una cuestión ética más que moral. Justo en ese momento, escuchaba mi nombre por los viejos parlantes.

 

Vaya, creo que es momento de seguir nuevamente a la profesora. Pensaba.

 

¿Quién más sería si no ella? O al menos la orden vendría de la bruja que nos había regresado en el tiempo, escuchaba claramente los nombres de mis compañeros de clase y el mío, ninguno usual para la época, sobre todo porque el mío me lo había puesto el desaparecido Adriano Wallace por haber apoyado al antiguo clan de los Ishayas, ahora extinto, en la guerra mágica contra las cinco bestias del infierno,m hace unos cuantos años atrás. Lo único malo del mensaje enviado era que no conocía la ubicación de dicha sala, para ello tendría que encontrar un mapa o lago por el estilo, es decir, a pesar de estar en un hospital de hace cien años de mi tiempo, sabía perfectamente que ese tipo de cosas debían de estar presentes.

 

Tendría que apurarme para ver si nuestro compañero "Weasley" también asistiría al llamado, aún seguía sospechando de su manera tan extraña de comportarse y no lo había visto aparecerse por los rumbos donde nos habíamos separado. No debería de estar lejos, en algún momento me tendría que topar con él y si no era así, tendría que salir en su búsqueda para mantenerlo vigilado. No me fiaba para nada de aquel extraño caballero.

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.