Primeros Auxilios III

[Kathy Daray Van Halen]

Recién despertaba. Quién sabe cuánto tiempo llevaba inconsciente luego de que una viga cayera encima de mi tras ser atacada por Thomas, a quien le había perdido el rastro y ya no sabía donde se hallaba. Podía hacer de héroe y salvar a todos los allí presentes, o podía evitar que nuestra "pequeña" excursión en el tiempo continuara haciendo estragos en la línea temporal.

 

No sabía en que ala del hospital me hallaba, pero escuchaba a las alarmadas enfermeras comentar entre ellas que ciertos miembros de algún cuerpo organizativo habían capturado a alguien y que le estaban exigiendo sus documentos de identidad. Estaban preocupadas porque fuera uno de los crimínales que habían escapado. Ya suficiente tenía con el hecho de que un demente andaba por ahí suelto con una varita haciendo daños a diestra y siniestra.

 

Un poco mareada, con mi mano en mis a doloridas costillas y apoyándome contra las paredes de los pasillos, caminaba cojeando hacia mi despacho. Finalmente logré llegar hasta la oficina que ahora se encontraba vuelta un desastre. Había alguien ahí. Nadie entraba a mi despacho, no sin mi permiso, especialmente porque tenía ciertos encantamientos para que solo el personal autorizado por mi pudiese entrar, pero yo no había autorizado a nadie para entrar. Solo yo podía estar ahí. Y efectivamente así fue. Había vuelto antes de aquel simposio al que me habían llamado en aquella época. La Kathy del pasado estaba allí, contemplando el desorden que la Kathy del futuro, yo, había desatado en su lugar de trabajo. Tenía que entrar allí, pero no podía ser vista por mi misma. ¿Cómo se suponía que tomaría los giratiempos para mi y mis estudiantes?

 

Kathy montó en cólera cuando no vio su bata de doctora colgada en su perchero, aquella que yo estaba usando en ese instante. Y vaya que eso si me ponía de malas, que alguien se metiera con mi indumentaria de trabajo. Lo sabía, si, pero otra cosa era verlo con mis propios ojos. ¡Cielos, si que me ponía roja cuando me enojaba!

 

Kathy encontró uno de los giratiempos en el escritorio y se lo metió en su bolsillo. ¡Demonios! Ese tendría que ser el mío, pues tenía que sacar a mis alumnos de allí lo antes posible ¿y yo? Suponía que debería quedarme en aquel sitio hasta que encontrara la forma de que yo misma me devolviera mi tiquete de regreso. Kathy iba apurada, tras ella debía ir yo también para recuperar lo que se había llevado. Invoqué un patronus cuya forma de murciélago indicaría a los estudiantes la dirección a mi despacho para que ellos mismos fueran por sus giratiempos mientras que yo me sometía a la misión de recuperar el mío. Al llegar allí, debían suministrar un santo y seña, el cuál eran tres adivinanzas diferentes para cada uno (1º- al momento; no tiene carne, ni sangre, ni huesos.- 2ºTiene grandes pabellones, mas no tiene habitaciones.-3ºDos buenas hermanas son, pero con muy diferente educación)

de una caja que rezaba "buzón de sugerencias". Un pequeño trozo de papel con el acertijo escrito en este saldría de la ranura por la cual se suministraba la sugerencia en lo que para los ojos ingenuos era meramente un pequeño buzón azul.

 

Por aquellos años, estaba en una posición tan superior como para manejar el hospital y aspirar a cualquier tipo de mejora, ya fuera en nuestro servicio, infraestructura u otro aspecto. Los magos y brujas que sabían lo del santo y seña del acertijo, debían completar la acción dejando una sugerencia, queja o reclamo en este mismo para que el proceso fuera exitoso. En el caso de los muggles, simplemente sentían una urgencia de dejar su aporte allí cada que pasaban cerca al buzón, un truco algo sucio el de obligarles a decir algo respecto a la institución, pero no me importaba mucho si el fin era el de mejorar.

 

Guardé en mi bolsillo un papel donde tenía anotados asuntos referentes a la salida de campo, y me encaminé en dirección opuesta a la de mi patronus, en busca de la Kathy del pasado que tenía retenido mi giratiempos.

[Seba Granger]

El tipo estaba desarmado y maniatado pero no podíamos dejarlo ahí si nos ibamos, había que buscar donde ponerlo hasta que las autoridades del hospital lo encontrarán y pudieran ponerlo en su lugar, observé por un momento a Darla que curaba a algunas personas que habían resultado heridas suponíamos por el joven que yacía en el suelo por momento forcejeando para poder zafarse de las cuerdas, pero ya me había cerciorado que estuvieran bien apretadas para que no escapara de nuevo.

Mientras pensaba que hacer con el rubio seguía mirando a Darla, percatandome de todos los movimientos que hacía para curar a las mujeres heridas, sin dudas ella se manejaba muy bien en ese aspecto, la admiraba en cierto modo, ser una vampira y poder contenerse en aquella forma pese al olor a sangre que hasta yo al ser humano lo sentía con mucha fuerza.

La voz de mi novia me saca de mis pensamientos, -Eso es bueno amor, necesitarán reponer fuerzas, me parece que perdieron mucha sangre- señale al ver unas nuevas manchas en el vestido que llevaba la Potter Black, creo que ese tendría que irse directo a la basura y por que ni la mejor lavandera lograría volverlo a como era.

-Nosotros no tenemos los conocimientos para ayudarle, creo que no podemos dejarlo aquí- pronuncie mientras lo ponía de pie, -Creo que en aquel cuarto quedaría bien, ¿Tienes un papel o algo donde podamos escribir?- dije a Darla una vez mas mientras hacía levitar el cuerpo del mago hasta ponerlo en un cuarto tan blanco como el resto, antes me cerciore que no hubiera nada con que se pudiera soltar, quite hasta el último objeto para impedir que se soltará.

-Desmaius- pronuncie levantando la varita en contra del hombre, no era de los que atacaban al ver a alguien indefenso pero creo que el rubio no tenía nada de eso luego de todo el desastre que había hecho, esperé a que Darla escribiera la nota para avisar de que había hecho él, luego salimos del cuarto para sellar la puerta.

-Pues vamos por ellos, ya quiero irme de aquí- pronuncie una vez mas mientras retomábamos el pasillo, tras recorrer unos cuantos metros la solución a mis plegarias había llegado un patronus aparecía desde la dirección contraria que nos indicaba donde debíamos ir, por lo que suponía era el de la profesora un poco inseguro observé a mi novia.

-¿Vamos?, aseguremos la forma de volver, luego vamos por Ishaya si no llega antes que nosotros. Si estuviera en problemas ya se las hubiera arreglado para avisarnos- terminé por decirle a Darla mientras tendía mi mano a la de ella.

[Darla G Dumbledore]

Había contenido la innecesaria respiración cerrando en cierto modo sus fosas nasales a todo aquello, de verdad agradecía que su tía le hubiera enseñado a dominarse, su tía, su madre. Dirigió su mirada al vestido que llevaba puesto y asintió, ni siquiera el delantal por encima de él lo había salvado de quedar manchado en sangre, con razón el aroma la envolvía aún a pesar de sus mejores esfuerzos. Era bueno ir a cazar antes de cada encuentro peligroso, como era en este caso una clase de Primeros Auxilios, claro que nunca había esperado que tan peligrosa.

 

La voz de Seba la devolvió al hilo de la conversación, tenía razón, no podían hacer más de lo que habían hecho. Asintió mientras buscaba un bloc y una pluma en su bolsa de piel de moke. Siguió a su novio y al flotante mago hasta donde le dejaban, no estaba muy convencida que dejar su varita fuera de su alcance pero si de las autoridades fuera buena idea, pero no quería cambiar más nada. Escribió rápidamente una nota explicando sus ataques, sin atribuírlos cien por ciento a su varita, aunque dejaba entre ver palabras y frases que un mago avesado del Ministerio podría entender, así como la localización de la varita del peligroso rubio.

 

--Listo --dijo al terminar de escribir y dejaron en lugar visible la esquela.

 

Un murciélago se acercó unos instantes después a la pareja y, aunque no conocía el patronus de Kathy, la voz de ella era inconfundible. Tras ponerse de acuerdo y asegurarse que no había más nadie en peligro inminente siguieron las instrucciones que el patronus le había dado.

 

--Vamos --afirmó la pelirroja mientras tomaba la mano de su novio --creo tienes razón.

 

Recorrieron los pasillos con mucho cuidado de no ser vistos por nadie más y para cuando llegaron al despacho todo parecía aún alborotado pero como que se iba calmando. ¿Cómo repercutiría todo aquello en el futuro? Cuando Kathy estuviera con ellos le preguntaría, mientras tanto mejor encontrar sus giratiempos y esperar.

 

Observó la caja junto a la entrada del despacho, de un azul profundo, con letras blancas y una flecha negra indicando la ranura como una clara invitación.

 

--Tú primero --mencionó mientras un papel surgía de la ranura con lo que parecía un apretado conjunto de palabras formando, o no, un acertijo.

[Seba Granger]

El camino hacía las oficinas de Kathy no fueron del todo tranquilos como hubiera esperado antes, pese a que nada se nos había aparecido aun así la incertidumbre de que en cualquier momento algo malo pasará no dejaron que mi corazón se tranquilizara del todo.

El despacho de la profesora no se veía nada bien parecía que había pasado un tornado por el, todo estaba revuelto solo esperaba que no estuviera así por que se habían robado los giratiempos sino ahí estaríamos atrapados aquí sin saber que hacer.

Lo que dijo Darla me hizo mirarla levantando una ceja y a la vez riendo un poco, lo mas probable es que como siempre le hubiera dado el paso de primera pero esta vez ella me ganaba la mano, miré con un poco de recelo el buzón en el cual aun no sabía muy bien que debía hacer, al menos una carta no me interesaba enviar.

-¿Sugerencias?- miré a mi novia de nuevo mientras acercaba mi mano a la ranura de este, pasé mis dedos por delante de el indeciso si meter mi mano o no, -¿Seguro que no quieres tu primero?- señale riendo para luego ya meter la mano, la cual moví como si algo me la agarraba desde dentro buscando hacerle una broma a la bruja.

Tras eso reí un poco y luego saque mi mano con un pequeño trozo de papel, suponía ahí debía poner la sugerencia pero este ya estaba rayado, leí con detenimiento lo que decía.

-¿De verdad después de todo lo que ha pasado quiere una adivinanza?- suspiré profundo mientras buscaba la respuesta y a la vez con los ojos una pluma con la que pudiera escribir.

-Creo saber que es, luego supongo que te toca a ti- comencé a escribir la respuesta (El estornudo) que creía era la verdadera, luego introduje el papel de nuevo en la ranura esperando la verdad no se que.

[Darla G Dumbledore]

Observó el rostro de Seba y contuvo la risa al ver su cejita elevarse, acaricio su mejilla al verle reír, al fin se habían distendido un poco. Su sonrisa se mantuvo mientras le veía mirar con desconfianza el extraño buzón de Sugerencias

 

--Pues si, eso parece o ¿quieres una? --sonrió divertida mientras le veía pasar sus dedos indeciso por sobre la ranura --no, tranquilo, es todo tuyo y... --se quedó muda al ver como parecía que algo había atrapado la mano de Seba cuando había buscado el papel que surgía de ella, lanzó un grito y se acercó a él con expresión de espanto y varita en alto, pero la risa de él le hizo volver el alma al cuerpo como solía decirse. Le dió un suave golpe en el brazo en reprimenda por la bromita que le había jugado.

 

--Muy gracioso --ronroneo respirando tranquila tras el pequeño susto que había sufrido y espió la nota que su novio había sacado.

 

--Adivina adivinador --bromeó sacándole la lengua a su novio mientras acariciaba su suspiro y al verlo buscar le tendió la pluma con que había hecho la nota sobre el rubio peligroso.

 

--Supongo que si --dijo mientras espiaba lo que escribía en respuesta, tras lo cual pasó ella misma la mano por la ranura de donde surgió un nuevo papel no tan en blanco.

 

Darla tomó la nota que le tocaba a ella y leyó en voz alta.

 

--Tiene grandes pabellones, mas no tiene habitaciones --una risa divertida escapó de sus labios --pero qué simple, las orejas --tomó la pluma que antes había usado su novio y escribió en ella la respuesta y agregó debajo una sugerencia Sería bueno que los guardianes (De mente or es) fueran vigilados más así como limitadas las varias itas de los de mente mágica. Sus palabras no eran cien por ciento claras, no al menos para los muggles, pero sabía que los magos y brujas entenderían.

 

Cuando terminó de colocar la sugerencia en la caja un doble destello se produjo en la puerta del Despacho de Kathy.

 

--Vaya, creo que ese fue una contraseña ¿había destellado antes no? --comentó dándose cuenta que concentrados como estaban en los acertijos que no le habían prestado atención.

 

Ingresaron al despacho de Kathy y miraron hacia todos lados, si de afuera parecía desordenado una vez dentro era un verdadero caos de papeles y objetos tirados por aquí y por allá y cajones revueltos.

 

--¿Por dónde empezamos a buscar? --preguntó a su novio.

[Seba Granger]

La vi a los ojos haciendo un puchero por el golpe que me había dado, tras eso fue el turno de ella de sacar el papel con su adivinanza mientras yo terminaba de anotar mi respuesta, lo que no estaba muy seguro si debía depositar esta en el mismo buzón.

-No se vale la tuya fue mas fácil- añadí bromeando una vez mas, al fin en cierto modo me sentía mas cómodo, suponía que era al estar solo con ella, además con la esperanza de volver pronto a nuestro hogar, necesitaba llegar a casa quitarme esta ropa sucia y darme un baño, para luego solo remolear un rato con la bruja en mis brazos.

Vi que Darla escribía una sugerencia pero yo no estaba seguro de cual poner, supongo que sería algo sobre los magos que no sabían que lo eran, tomé la pluma cuando la desocupo para escribir algunas palabras. "Enseñarles a sacarse las sombras que los persiguen- Darle la posibilidad a las personas de tener algún recuerdo de los suyos"

Seguí a la Potter Black con lo que hacía y introduje la nota en el buzón, eso fue como si un velo hubiera caído, acerqué la mano al umbral de la puerta y note que ya podía atravesar.

-La verdad creo que por alguna razón sentía que no podía pasar pese a que no lo intente- respondí a la bruja cuando ingresábamos al despacho, -¿Te parece si nos repartimos el lugar?, tu el lado derecho, empiezo con el izquierdo- sin mas comencé a buscar por todos lados, intentando no desordenar mas de lo que estaba, por un momento pensé hacerle un accio al giratiempos pero me parecía muy obvio.

Busqué en algunas gavetas que estaban sin llaves pero otras no se podían abrir, -Creo que aquí podría haber algo- señale a Darla mientras forcejeaba con la ranura de la llave, saqué la varita de mi bolsillo -Alohomora- susurré apuntando hacía la cerradura donde el rayo dio de lleno.

Tiré de la manija para sacar la gaveta de su sitio, donde había un par de giratiempos, ¿Donde estarían los otros?. -¿Te recuerdas algo esto?- pronuncie mostrando ambos dijes que colgaban de mi mano.

[Darla G Dumbledore]

Había acariciado el puchero que él hiciera antes y reído con lo de que era más fácil su acertijo.

 

--Por algo te hice ir primero --había bromeado con él.

 

Se quedó pensando luego en la sugerencia que Seba dejaba, si, Gertrude necesitaba una guía ¿por qué no se la habían dado? ¿Por qué el dementor la vigilaba? ¿realmente había matado a su niño y por eso la tenía como una delincuente? No, no, estaba olvidando algo esencial y era que lo había tenido siempre ¿acaso la habían desmemorizado y había más de lo que todos decían? Suspiró, demasiadas dudas en verdad.

 

Una vez dentro asintió con las respuestas del Granger y volvió a asentir mientras comenzaba a buscar por la derecha. Varios armarios estaban abiertos, había pociones e instrumental, muggle y mágico desparramado por varios lados, además de libros en distintos idiomas, todos relacionados con la salud humana, tanto física como mental. Pero del giratiempos ni señal. En el armario de la derecha había un cajón mal cerrado y mientras Seba lanzaba un alohomora descubrió que había un par de estuches idénticos, uno de ellos abiertos y el otro no. Parecía que el abierto había contenido un giratiempo, por el empaque interior, pero no prestó más atención cuando la voz de Seba le llamó la atención y se acercó a él, sonriendo.

 

--Bien hecho mi vida, juraría que si son nuestros giratiempos, pero --rebuscó en su bolsillo, ya no estaba, o lo había perdido o no sabía bien qué pensar --¿esperamos a los demás verdad? --dijo mientras tomaba uno del par.

 

Las sirenas iban amainando, como si fueran dejando de sonar las alarmas piso por piso, pero aquello no sabía si eran buenas noticias o para preocuparse, no quería cruzarse con nadie más en el lugar. Solo quería ir a casa y descansar en brazos de su amado Seba.

[Seba Granger]

Los giratiempos ya habían sido encontrados ahora solo quedaba irse de todo este caos que había quedado por nuestra intromisión, creo que ya suficientes problemas tenían las personas en este tiempo como para que nosotros le agregaramos un poco mas, aunque ya quería salir ahí me preocupaba que ocurría con Gertrude, no sabía que había pasado con ella.

-No se si esperarlos, pero si lo hacemos no será aquí, mejor no nos arriesgamos a ser visto por mas personas de este tiempo- guarde el giratiempos que dejaba aun colgando de mi mano Darla, -¿Te parece si volvemos a las escaleras, esperamos ahí unos minutos- pronuncie mientras comenzaba a salir del despacho de Kathy, hacía el piso donde nos habíamos aparecido.

Para suerte de nosotros solo nos topamos con un par de enfermeros por el camino, al menos se notaban mas relajados aunque igual iban hablando de lo que había ocurrido aquella tarde, además que aun buscaban a los causantes de los destrozos, observé de reojo a la bruja mientras me apuraba para abrirle la puerta.

-Creo que mejor nos vamos, volvamos a nuestra época y allá esperamos al resto, si vemos que no regresan en un par de horas veíamos que hacemos para conseguirnos mas giratiempos y tratar de hacerles llegar- no sabía realmente como funcionaban estas cosas mas que lo que había visto este día.

Le entre el giratiempos a Darla para que hiciera la unión de los dos, ahora si que no me arriesgaría de perderla en el camino, tras eso solo asentí cuando mi novia pasaba la cadena de este por sobre mi cabeza y comenzábamos a contar las vueltas una vez mas.

Las imágenes una vez mas fueron pasando no sabía muy bien si eran las mismas que la primera vez, no estaba seguro de todo el cambio que podíamos haber realizado a la historia solo al llegar a nuestro presente sabríamos que había pasado con los nuestros, con el mismo hospital y alguna vez esperaba saber que había ocurrido con el resto de la vida de Gertrude.

[Darla G Dumbledore]

Escuchó con atención las palabras de su novio y asintió mientras consideraba que tenía razón, demasiadas cosas malas habían realizado ya queriendo ayudar. Tomó la mano de su novio antes que saliera y aplicó un par de fregotegos sobre sus ropas y las de ella misma. Parecía que no era una tan mala solución, sus apariencias no eran tan llamativas.

 

--Podríamos hacernos algunos hechizos desilucionadores --susurró mientras salían del despacho y se dirigían hacia las escaleras.

 

Mantuvo la cabeza gacha y aspecto discreto mientras atravesaban los pasillos y se cruzaban con un par de camilleros o enfermeros. Miró hacia atrás para asegurarse que no había nadie tras ellos y que no estaban ni Kathy ni Ishaya antes de atravesar la puerta para bajar la escalera de servicio hasta el nivel en que habían hecho su aparición original.

 

Las palabras preocupadas de Seba la hicieron verle a los ojos con ternura y susurrar un si mi amor, sabía que a él no le gustaba todo lo que había acontecido, preocupado porque algo malo le pudiera pasar.

 

--Volvamos a casa pues --dijo mientras tomaba los giratiempos y pasaba la cadena por el cuello de ambos, se acurrucó más que antes a él y comenzaron a contar hacia adelante, esta vez, si bien sus cuerpos estaban muy unidos no tenían la coquetería de la primera vez. No, en esta ocasión ambos estaban más preocupados por la seguridad del otro.

 

Todo iba transcurriendo una vez más frente a sus ojos, si antes se había ido "reparando" ahora se deterioraba, cambiaba, brillaba y oscurecía. Cuando el viaje finalizó quitó los giratiempos y dio el suyo a Seba guardando el otro en su propio bolsillo.

 

--Vamos --dijo mientras tomaba con fuerza la mano de su novio --busquemos el salón original del cual partimos --agregó mientras comenzaba a caminar lentamente y con la guardia en alto, pensando si no sería bueno llevar en mano las varitas.