Tertulia con el Claustro Ateneo

[Veronica Prince Rambaldi]

Había escuchado las palabras de la Directora mientras desgustaba el vaso de stout que me habían acercado, entendía por completo la idea innovadora que se pretendía dar a las clases. Claro que a veces resultaba difícil mantener ese ritmo innovador cuando se daba una clase que podía parecer rutinaria. Era por ello que había optado por realizar aquellos pequeños viajes, para experimentar en vivo y en directo las distintas lenguas, vivas o muertas. Imaginaba que los que enseñaban historia ir al lugar de los hechos debía ser aún más fantástio. Me pregunté si todos dispondrían de la chance del viaje en el tiempo, autorizado o no.

 

Pero ya era hora del cierre de la charla, según exponía mi otro Director, éste de El Profeta. Escuché el resumen de las dos horas, vaya, tras que había llegado tarde el tiempo se me había pasado volando. Y cuando pensé que todo había llegado a su final la Potter Blue expuso un punto más que interesante. Si, lo había visto, me había tomado el atrevimiento de revisar los resúmenes de las clases y los efectos de las mismas sobre los alumnos y profesores. Veía que no todos podían adaptarse a un movimiento constante en círculos y espirales, ramificaciones y hechos inesperados. No algunos seguían en la curvilinea forma lineal de dar clases y de esperar que no ocurriera lo inesperado.

 

Quizás yo no me quejaba porque no había tenido hechos inesperados en mi clase, pensé mientras bebía lo que quedaba de mi cerveza. Quizás eso era lo que hacía que formara parte de los pocos que intentaban adaptarse, mal o bien pero que no habían tenido que beber del cáliz del imprevisto momento en que todo se sale de control. Ahhh, eso era algo que a ninguno de nosotros nos gustaba, mal que mal, si voy por el camino A puedo rozarme apenas con B pero que me salgan con X, no no no eso no estaba bien. Sonreí mientras volvía mi mirada hacia Ishaya, esperando si decía algún comentario más o si solo dejaba los galeones para su vida o la de todos.

[That is not my name]

Parecía que dentro de aquella institución educativa se respiraba otro tipo de aire, no sólo por el hecho de estar acondicionado a las exigencias globales para poder tener el Ateneo en el país, simplemente que las presiones de la vida diaria parecían no afectar a quienes asistían con regularidad a la universidad. Lamentablemente este mes no podía ser participe activo en ningún curso de pos grado y tampoco se me había solicitado para impartir Historia de la Magia así que me quedé con tiempo de sobra, sin embargo no quería dejar de visitar aquel viejo pub para charlar con mis compañeros del claustro de profesores.

Había llegado temprano a las instalaciones, pasando rápidamente por mi oficina para verificar que no tuviera ningún pendiente ya que, aunque estaba casi seguro de que todo lo había dejado en regla, nunca me podría confiar demasiado; afortunadamente las cosas seguían en orden, por lo que proseguí mi camino hasta la sala de descanso de quienes impartíamos los cursos para dejar el anuncio en el tablón correspondiente invitándolos a que asistieran a una nueva charla que estaba organizando desde principios de mes, una que ya se les había dejado sobre aviso que se realizaría.

 

Estimados Profesores de Conocimientos

Se les hace la más atenta invitación a que puedan asistir nuevamente el día de hoy, en la tarde, al pub de la Universidad para poder continuar con nuestras tertulias. Espero la asistencia de todos ustedes, recuerden que esto es para mejorar no sólo como institución, también como profesionales y como personas.

El tema de hoy es: ¿cuáles son los retos a los que se enfrentará un estudiante en nuestras clases?

Les mando un cordial saludo.

Ishaya M. Tonks

Prof. Historia de la Magia

Me senté en la misma mesa de la otra vez sin hacer mucho desorden, quería que fuesen llegando uno por uno sin presiones y, conforme a eso, poder jalar más lugares para que todos estuviéramos cómodos. Saludé a la mesera con amabilidad y le pedí una cerveza ale, como me era usual, de esa forma podía aligerar un poco el transcurso del tiempo mientras mis compañeros y directoras llegaban, claro, confiando en que lo harían.

[Sagitas E. Potter Blue]

Entre en el pub. ¿Cómo lo conseguí? Ni idea. No lucía el mejor aspecto. Polén, tierra, me faltaba un zapato, desgreñada y con una cara de cansancio que daba pena. ¿Por qué acudí allá, en vez de irme a casa a descansar? No sé. Supongo que porque cuando recibo la llamada de mi hermano, siempre dejo todo para verlo, aunque sólo sea un instante.

 

La chica del pub me preguntó que qué quería tomar y le dije, sinceramente, que una almohada. Después rectifiqué y le pedí algo que fuera vigorizante porque lo necesitaba. Me acerqué a mi hermano y me senté a su lado, poniendo los brazos encima de la mesa y acomodando la cabeza en ella.

 

-- Estoy muerta. Nunca creí que dar una asignatura como Herbología pudiera ser tan peligroso...

 

Bostecé y cerré los ojos. Pero no me dormí. ¡Ojalá hubiera podido! Bostecé de nuevo y me incorporé un poco, sólo lo suficiente para apoyar la cabeza en las manos.

 

-- No me preguntes por el zapato. Se lo comió una planta carnívora. Bastante suerte tuve que le gustara y no quisiera seguir con mi pie.

 

Necesitaba un buen baño, sales, domirme en el agua caliente... Así que me iría enseguida, al menos que mi hermano me dejara su brazo para apoyarme en él y dormitar mientras no llegaran los otros docentes invitados.

 

-- ¿Cuál era la pregunta de este mes? ¿Cuáles son los retos de un alumno de mis clases? Pues el intentar llegar con vida a la noche, supongo... Es muy cansado luchar contra los lazos del diablo. Aunque reto conseguido. En esta clase no murió nadie.

[That is not my name]

Mi hermana, como siempre, era de las primeras en llegar al lugar y de inmediato noté su aspecto que dejaba mucho a la imaginación, no hice más preguntas cuando me explicó sus razones, claro, la clase que impartiría en ese mes era Herbología y lamentablemente no pude entrar por cuestiones burocráticas, algo que siempre me dejaba muy frustrado porque no quedaba ya en mi.

 

- Toma asiento, por favor, ordena algo e intenta relejarte mientras llega el resto de la plantilla.

 

Continuó hablando mi hermana, ya con el tema de la tertulia de ésta ocasión y reí ante su comentario, aunque no era lo que esperaba, podría dar un poco de introducción a la misma charla, así sólo fuéramos nosotros dos.

 

- Intentar sobrevivir, eso me gusta mucho, sobre todo porque ya he tomado una clase contigo como compañeros en Meteorología y entiendo perfectamente que puede resultar de una clase de conocimientos, sobre todo por los nuevos retos que se presentan en la nueva etapa de la Universidad. Dejando de lado la necesidad que tenga un estudiante, lo que platicamos la vez pasada, es importante que sepan que no es una clase normal, que se ponen a prueba justamente las habilidades necesarias para hacerse acreedor del título oficial de dicho conocimiento.

 

Tomé un trago a mi bebida y le pedí el mismo de la vez pasada a mi hermana, ese jugo que la había puesto de buenas.

 

- Uno de los principales retos, como lo veo, es el que puedan tener la oportunidad de convivir con diferentes personalidades de la comunidad mágica, magos y brujas con diferente experiencia para enriquecer los cursos y que sea un aprendizaje desde varios niveles, sobre todo porque la experiencia siempre se disfruta más cuando es compartida.

[Veronica Prince Rambaldi]

Era un día tranquilo, volvía a pasar por la Universidad, no porque me hubiera tocado dar alguna clase, de hecho estaba muy triste por no haber podido finalizar la anterior y me preguntaba si los profesores de idiomas muggles pasaban mis mismas penurias de fala de interés en la materia. Sinceramente lo dudaba. Sin embargo, aunque no tuviera alumnos inscriptos gustaba de revisar que las instalaciones donde impartía las clases estuviera en orden y que la pequeña "oficina" que me había sido asignada estuviera limpia y no hubiera recibido alguna lechuza.

 

Este día, además de las habituales noticias en los transparentes de la dirección había algo nuevo en la cartelera. Revisé la prolija escritura de mi ex Director y tras leer su esquela lo pensé, me sentía rara, sería nuestro primer encuentro tras la renuncia, aunque no el primer cruce como colegas en la Universidad.

 

Con gesto calmo revisé mis vestimentas, la primavera había llegado a Gran Bretaña y hoy había elegido un pantalón palazo de color beige con unas sandalias al tono y una blusa color crudo, con cintas que se cruzaban bajo el busto resaltándolo para atarse luego desde atrás a la cintura. Eché mi cartera al hombro y me dirigí al pub, esperaba no llegar muy tarde.

 

Al ingresar al lugar vi que ya estaban en la mesa de la reunión anterior solo dos personas, el mismo Ishaya y Sagitas. Levanté una ceja viéndola con asombro ¿le faltaba un zapato o era el ángulo desde dónde yo la veía que me hacía parecer que estaba a punto de caer dormida sobre la mesa con aspecto de no haber pasado precisamente el mejor día? Sacudí la cabeza preguntándome si mis clases no serían muy tranquilas y que por eso no tenía tanta demanda. Me acerqué a la barra para ordenar algo antes de dirigir mis pasos hacia la singular pareja.

 

--Hola, un licor de naranja por favor y unas galletas de sabores surtidos para compartir.

 

Había tomado un té antes de ir al Claustro de Conocimiento por lo que comer galletas saborizadas dulces y saldadas y rociarlas con un suave licorcito no me parecía mala idea. Llegué junto a mis colegas y los saludé con una sonrisa alcanzando a escuchar las últimas palabras de Ishaya en ese momento: "la experiencia se disfruta más si es compartida". Si, creo que tenía razón.

 

--Hola, Ishaya, Señorita Potter Blue, espero no sea que ya se han ido todos --mencioné mientras tomaba asiento y dejaba mi cartera a un lado de la mesa.

 

--¿Ya hemos empezado el compartir experiencias? Me he preguntado si al no compartir con nadie la clase más que conmigo es lo que hace que la gente escape de este conocimiento --comenté mientras cruzaba mis manos sobre la mesa en gesto resignado --y no es que los chicos no puedan llegar a esperar algo interesante en el aprender idiomas, me gusta llevar a los chicos a practicar los idiomas, en el lugar de origen, aún las lenguas muertas --me quedé pensando unos segundos --si, creo que no hay nada como llevar a la practica y aplicar los conocimientos en pequeñas traducciones, charlas, escuchando a parlantes habitués y resondiéndoles lo mejor posible.

 

En ese momento llegó mi pedido y me disculpé mientras tomaba un par de galletas, los convidé y luego probé mi licor, delicioso e ideal para una tardecita cálida como aquella.

[Xell Vladimir Potter Black]

Entré en el lugar con una sonrisa enorme en la boca. Nada más ver al grupo de profesores, les saludé y giré sobre la punta de mis pies, para enseñarles mi vestido azul nuevo. Me había cambiado en la Vladimir después de la gran aventura en Calais con Lisa. No podía sacarlo de la cabeza, así que me acerqué a ella casi saltando de alegría.

 

Sin embargo, no esperaba ver que la tía Sagis dormitaba en el brazo del tío Ishaya, con un aspecto aterrador. Me senté con cuidado para no despertarla.

 

- ¿Tuvo problemas con su clase? Buenas tardes, por cierto, siento llegar tarde. Me paré a adecentarme un poquito.

 

Sonrisilla inquieta y traviesa. Escuché lo que decía la profesora de Idiomas y sonreí de nuevo, demasiado energetizada aún con lo sucedido en mi clase. Entendí de qué hablaban. Cuando acabó, hablé yo, aún en susurros.

 

- ¿Puedo coger una galletita? Pues yo ofrezco unas clases dinámicas. Tengo suerte, mi asignatura no es difícil y es más bien práctica de varita, algo que casi todos los magos tienen muy asumido a estas alturas, así, puedo dedicarme a la práctica activa más que a la enseñanza teórica. Acabo de volver de Calais - mi sonrisa se amplió más aún, ¿cómo era eso posible?. - Hemos desactivado un tornado que amenazaba con destrozar el puerto del pueblecito y el tren internacional que une Francia con Inglaterra. Ha sido excitante.

 

Sí, lo había sido, aunque no tanto por lo que habíamos conseguido; más bien por con quién lo había conseguido. Pero ese dato no lo di, para que no me acusaran de salir con alumnos.

 

- Yo creo que el reto de un alumno de Metereología está en su propia autoestima. Si es capaz de creer que puede parar un tifón, lo hará. Si es capaz de creer en sí mismo, hará llover o granizar. Yo procuro inspirarle confianza para que saque toda la fuerza interior que posee para llegar a dominar el clima. También intento que usen este conocimiento para el Bien. La Meteorología Mágica puede ser usada en beneficio propio o el colectivo. Pero el primero se persigue con dureza y yo les enseño que está prohibido.

 

La chica del Pub me miró y levanté el dedo:

 

- Un zumo de frutas, por favor. Necesito recuperar fuerzas.

 

Más sonrisitas tontas...

[Sagitas E. Potter Blue]

Es agradable estar recostado contra alguien cuando habla. Sientes el eco de sus palabras en un oído a la vez que la voz por el otro. Por eso sonreí, con los ojos cerrados, que nadie piense que estaba soñando con algún acto pecaminoso e ilícito que no pienso contar a nadie, ejem... La cuestión que algo en la voz de Ishaya tenía de hipnotizador porque creo que me quedé traspuesta.

 

-- ¡Demonios! ¡Qué quede claro que yo no maté a nadie! Ellos solos se murieron.

 

Hem... Vale, creo que no estaban hablando de nada de eso, ¿verdad? Lo digo porque creo que me miraron harto raro. Me pasé la mano por el cabello despeinado y me incorporé, dejando de sentir el calorcito del hombro de mi hermano en mi mejilla. Seguro que la tendría roja.

 

-- Hem... Era una broma. ¿Cuándo habéis llegado? No, no, no dormía, sólo... ejem... pensaba...

 

Ahora tocaba separar lo que había oído real de lo que mi mente había soñado. Así que tomé el zumo de frutas que la camarera traía y ponía delante de Xell, sólo oirla protestar y a ver si así el sonido de su voz me despertaba los recuerdos.

 

-- Tienes razón, Ishaya. En las clases de conocimientos, los alumnos tienen el placer de contactar con magos en posesión de grandes saberes y de gran experiencia. Creo que deberían valorar eso cuando escogen una asignatura para ampliar los suyos.

 

Ahora recordaba lo que había dicho Verónica; si hasta me había saludado...

 

-- ¿Has probado con pedir ayuda a compañeros? Yo este mes estuve en Francia, estoy segura que al profe no le hubiera importado que nos acompañárais para tener traductores. No entendí la mitad de las cosas que decían. Aunque también podía ser porque estaban transformados en animalitos. Por cierto... ¿Sabes Sirenio? Me gustaría aprender ese idioma, tal vez fuera a tu clase si enseñas ese tipo de lenguaje. Y seguro que les resultaría atractivo a los alumnos si haces alguna clase conjunta con la profa de Criaturas.

 

Medio bostecé, aunque lo disimulé mirándome los zapatos. ¡Demonios, sólo tenía uno! ¿Dónde había metido el otro? Ah, sí, ya me acordaba.

 

-- Todos los conocimientos deben ser usados para bien y todos pueden ser usados para mal. Mira mi asignatura, pocos la usan porque creen que el saber sobre los muggles no tiene razón para gastarse un dinerito en la matrícula. Pero un mal mago, tal vez pudiera saber más sobre sus particularidades, ingenios de transportes o lugares de ocio para poder hacer de las suyas, sabiendo como van a reaccionar sus mandamases. Oye, que no estoy sugiriendo que se use mi asignatura para acciones perversas... Sólo quiero decir que nosotros enseñamos y procuramos que entiendan que el conocimiento es poder, pero el poder no debe de ser usado en contra de las personas sino... Bueno, allá cada alumno y su filosofía de la vida, ¿no? No podemos saber como actuarán en el futuro. Fijaros en Lord Voldy... él también tuvo profesores que seguro no imaginaron lo que iba a hacer cuando creció...

 

Bostecé, ahora sin disimulo. Necesitaba irme a dormir. ¿Ishaya me dejaría de nuevo su brazo? Era mullido.

[That is not my name]

Verónica y Xell llegaron hasta la mesa donde nos encontrábamos sentados, bueno, donde mi hermana Sagitas dormitaba encima de mi brazo. Comenzaron a compartir sus opiniones, respecto al tema de esa reunión, sorprendiéndome sobre algunos puntos en común que ya estaban surgiendo desde la reunión pasada y que se debían de atender, quedando perfecta la ocasión para hacerlo. La peli violeta se despertó y prosiguió con la charla antes de que pudiera dar mi opinión al respecto, para mi mejor, de esa forma me podía sustentar de más cosas.

 

- Entonces, - continué al mismo tiempo que sentía el bostezo a un lado de mi rostro - no sólo es el enfrentarse a los retos físicos, mágicos, que se da por sentado al aprender un nuevo conocimiento, también recae en nosotros la responsabilidad de utilizarlo en pro de la comunidad más no por el bien personal.

 

Ciertamente no podíamos obligar a nadie a que actuara como nosotros queríamos o como nos encantaría que se comportaran en la sociedad, nuestro poder como profesores terminaba en los límites de la universidad y no teníamos mayor jurisdicción para actuar fuera de nuestras aulas, al terminado el curso de pos grado. Lo único que podíamos esperar es que en el curso que impartiéramos, hayamos podido transmitir el mensaje con la mayor claridad y eficiencia posible.

 

- Uno de los retos sería el poder discernir entre lo que se considera 'correcto' e 'incorrecto' dentro de los valores morales, lo difícil para nosotros sería que fuera en contra de los valores éticos individuales del alumnado. ¿Tendríamos una responsabilidad mayor en ese aspecto por enseñar el conocimiento?

[Veronica Prince Rambaldi]

Sonreí al Xell que llegaba en ese momento y asentí, Sagitas había ido cerrando los ojos lentamente hasta quedarse al mejor estilo de un cuadro de Juan apoyado en el pecho de Jesús. Claro que en este caso era Sagitas en el pecho/brazo de Ishaya. Volví mi mirada hacia la recién llegada que hacía una pregunta.

 

--Buen día Xell, por supuesto, las pedí para compartir, no hice tiempo de comer bien hoy --a decir vedad comía lo menos posible en el hogar en el que estaba invitada. Debía volver algún día a la Rambaldi pero por ahora estaba refugiada en lo de Alessandra.

 

Escuchaba interesada lo que la rubia contaba sobre sus clases, era una pena que no tenía chance de cursar otro Conocimiento. Quizás debería aplicarme más para conseguir los medios necesarios para que me permitiesen tomar otro conocimiento. Cuando terminara la reunción estudiaría las plantillas al respecto, aunque sospechaba que no sería tan fácil.

 

La repentina reacción de Sagitas me sacó una sonrisa divertida, aunque sospechaba que las risitas de Xell no provenían del repentino despertar de su tía. Sin embargo mi instinto de noticias me hizo mirarla con interés. ¿Había dicho matar? Claro que ahora mencionaba que había sido broma, sonreí, si fuera aún reportera ahondaría más en ello pero por lo pronto, lo dejaría pasar hasta una mejor vez. Sobre todo porque en ese momento me hacía una consulta y agregaba unos datos muy interesantes.

 

--Oh, a decir verdad no se me ocurrió que hiciera falta pedirles su ayuda. Además pensé el resto sabía pero --me quedé pensativa al escuchar su pregunta --claro que hablo francés, sirenio y varios idiomas más mágicos y muggles, de hecho he enseñado un par de cada uno de ellos a Anne, mi primer alumna, lamentablemente Juana, no continuó luego de su primer lección --suspiré, era una pena, pero eso me daba tiempo en pensar en perfeccionar mis clases, aunque nada mejor que la práctica para la perfección. Me quedé pensando un par de minutos más.

 

--¿Crees que dejen dar dos clases en forma conjunta? ¿Saldrían más costosas? Pero ¿qué títulos les darían? ¿el de criaturas o el de idiomas? Aunque, --no, no era tan mala idea. Sobre todo considerando que había sido esa excursión la que nos había quedado pendiente con Anne, la visita a las sirenas del lago de la Universidad.

 

Asentí entre bostezo y bostezo de Sagitas, entendía perfectamente su punto, a veces cuando había pensado en enseñar a mis alumnos un poquito de Parsel sabía que era algo muy peligroso, no cualquiera podía lograr dominarlo a la perfección. Por algo era una habilidad que se impartía aparte. Pero si no sabían defenderse, no lo conocían ¿cómo podrían enfrentarse al peligro de tener enfrente a una serpiente o peor, un basilisco?

 

Las palabras de Ishaya me atrajeron y me dejaron pensándolas, las "masticaba" en mi interior, hasta deshilacharlas e interpretarlas lo más correctamente posible. Si, era algo que debíamos tener cuidado pero ¿hasta dónde iba nuestra responsabilidad?

 

--Es nuestro deber enseñarles lo correcto y hacerles ver el límite con lo incorrecto, enseñar aclarando el punto de división entre lo moral o amoral o inmoral pero la decisión definitiva no nos corresponde a nosotros. Puede pasar que por error no sepamos ver, no juzguemos correctamente pero si hemos puesto la semilla correctamente, aunque no conozcamos al cien por ciento el terreno, si la cuidamos y ponemos la guía que le ayude a crecer --me detuve de pronto al darme cuenta que ya parecía herbología más que docente de idiomas, negué con la cabeza --no podemos ver siempre si nuestro alumno terminará siendo una Hermione o un Voldemort, pero si podemos poner todo de nosotros para que algo cambie en él si va en el segundo camino o para ayudarle a descubrir lo que es o no correcto dentro de las normas de nuestro mundo mágico y su interrelación con el muggle.

 

Me eché hacia atrás en la silla, pensativa mientras humedecía mis labios en el licor y tomaba otro par de galletas. Si, era una tarea difícil pero no era imposible, o eso pensaba yo al menos. Eso deseaba de todo corazón, cambiar al mundo y hacerlo mejor.

[That is not my name]

Casi de inmediato me respondió Verónica, la profesora de Idiomas, aclarando el punto que acababa de lanzar en la mesa de la tertulia, acto que me apreció muy atinado porque justamente de eso se trataban nuestras reuniones, de poder compartir las diferentes visiones que había en toda la plantilla de profesores del claustro.

 

- Entonces no tenemos mayores responsabilidades, - dije alzando las cejas y mostrando una sonrisa - porque en nosotros recae el hecho de enseñarles el buen uso del conocimiento, es correcto, pero no tenemos mayor alcance fuera de los cursos porque no somos un tutor mágico externo, no ostentamos un cargo más allá de los límites de la Universidad.

 

Di un último sorbo a mi bebida y ordené otra con un rápido movimiento de mi mano cuando la mesera se dedicaba a ver a nuestra mesa, no quería interrumpir la charla que estábamos llevando a cabo.

 

- Un ejemplo muy sencillo, poniendo a mi materia Historia de la Magia como ejemplo. Yo puedo darles las herramientas para que puedan ser unos historiadores bárbaros y les marco el peligro de ser parciales al momento de contar un evento ya que, para futuras generaciones cuando se use nuestros textos como referencia, tomarán los hechos como la verdad 'pura', en la mayoría de los casos, ya que no hay todavía una consciencia comunitaria de separar la realidad de nuestra realidad, la realidad personal.

 

Era un pensamiento complejo, eso lo sabía, pero el ejemplo me resultaba fácil de entender y esperaba que mis compañeros también lo vieran de ese modo. El asunto importante cuando se es profesor de cualquier materia, en cualquier grado, es la responsabilidad moral por transmitir los conocimientos, sí, pero también por formar magos y brujas con un criterio más amplio de pensamiento para que tomaran las mejores decisiones, aquellas que no sólo los beneficiarían, sino a la comunidad donde viven.