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Herbología II


Sagitas E. Potter Blue
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Quien me conociera, no le parecería tan extraño el atuendo que llevaba puesto al cruzar por los jardines de la Universidad. Seguro que muchos alumnos de los niveles iniciales me señalarían con el dedo, pero mis compañeros del claustro de Conocimientos no le darían más importancia al verme de aquella guisa. Tal vez alguno comentara algo pero, en conjunto, estaban acostumbrados a mi forma particular y extravagante de solucionar los problemas.

Porque iba en dirección al invernadero de la Academia, donde se suponía que iba a dar la clase de Herbología, donde hacía un tiempo que no había profesor. Me había comprometido a hacer la sustitución y yo esperaba que, después de dos meses, habrían de haber crecido los arbustos, habría una selva en medio de la clase y que habría que cortar lianas. Por ello iba con mi traje de Exploradora, dispuesta a todo, con mi machete muggle en la cintura y un sombrero de paja, así como un ungüento que me había hecho Babila para protegerme de las picaduras de insectos u otros bichos que pudieran estar en el abandonado lugar.

Me esperaba todo maltrecho, sí, pero no como lo que encontré. Aquello no tenía nada de selva. Por no tener, no había ni tiestos enteros. Parecía que alguien se había dedicado a romper los maceteros gigantes a pedradas porque no había uno sano. Tampoco había árboles, ni arbustos ni una mala hoja verde. Todo aquello estaba completamente seco, meros palos inclinados o tirados por el suelo de los que no hacía tanto habían sido hermosos ejemplares de Mandrágoras o Hierbas del Diablo.

-- ¡Demonios mascados! ¿Serán gamberros?

Sentí un dolor interno por lo que veía. Mi lado de sacerdotisa sufría con aquellas plantas que no había manera de recuperar. Bueno, la había, claro, pero para eso debería llevarlos a la Floristería, donde sabía que mi hermana Amya podría hacerlo. Ella era capaz de resucitar un muerto, a un árbol muerto, me refiero...

La cuestión es que, al margen de querer o no ayudar a restablecer las hierbas, plantas varias, árboles, arbustos y cualquier tipo de animal que pudiera desarrollarse en ellas, no tenía tiempo material, pues los alumnos no tardarían en llegar. ¡En maldita hora había dicho que sí a ser la nueva profesora sin haberme percatado antes del estado de las instalaciones!

Me rasqué la cabeza con la punta de la varita y, como suelo hacer casi siempre, improvisé. No me costó muchos Reparo's arreglar todos los desperfectos físicos. Al fin y al cabo, son mi especialidad, pues en el Ministerio soy Directora de Reversiones de Accidentes. En un plis-plas, varias florituras y unos cuantos silbidos más tarde, los maceteros estaban como nuevo y contenían la suficiente tierra para sostener los restos de las plantas. Sólo necesitaba los voluntarios que me acompañaran a llevarlas a la tienda de mi hermana quien, con un poco de suerte, se encargaría de revivirlos. Era una profesional con mucha pericia en el trato con los vegetales, y no sólo para comérselos.

Voluntarios... Sonreí con una cierta picaresca. ¿Cuántos alumnos tendría en clase? Esperaba que pronto me dieran la lista para ver a los "incautos" que me ayudarían en el transporte. Aún así, necesitarían un tiempo prudencial para volver a recuperar su esplendor inicial y yo no podía tener a los alumnos sentados en taburetes, mirando como crecían... Se morirían de aburrimiento.

Me volví a rascar la cabeza con la varita, una manía cuando pienso, un tic nervioso que funciona muy bien porque enseguida improvisé otra forma de enseñar el conocimiento a los chicos: ¡Nos iríamos de safari! Al fin y al cabo, ya que venía vestida de esa facha, tenía que amortizar el disfraz. Sentí pasos que se acercaban y me froté las manos, satisfecha.

-- ¡Pasen, pasen, que se van a iniciar en el hermoso arte de conocer y cuidar las plantas! Y empezaremos cargando macetas, para hacer músculo. En Herbología se ha de tener fuerza para dominar algunos ejemplares que pueden ser realmente molestos, así que haremos ejercicio llevando cada uno un par de maceteros. Y nada de usar la magia. Levantarlos a pulso de forma manual ¡Venga, venga, moveros..!. Tenemos que ir a un sitio, haremos la clase fuera.

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Apenas me asome al invernadero y escuche la voz inconfundible de mi tía Sagitas, Sonreí con su recibimiento.

 

---¡que ánimo alegre el tuyo tía Sagitas!estoy seguro que contagiaras a todos tus alumnos. ¿y a donde piensas llevar los maceteros?¡yo te ayudo! He recorrido parte de la universidad y ya conozco bien donde estan el laboratorio, el anfiteatro, la dirección de la profesora Misty Malfoy, el salón de introducción de la magia...¿o acaso es otro sitio en donde llevaras estos maceteros...ir fuera?*sonrió*¡ah, ya entiendo!eres de las profesoras que gustan de llevar a los alumnos a conocer mundo*guiño un ojo*¡estupendo! Pues entonces explica me donde llevarlos y da por hecho que lo haré.

 

Tomo sonriendo un par de maceteros dispuesto a ayudar a mi tía Sagitas.

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Para mi fue una gran sorpresa que el primero en aparecer fuera Antoni. Abrí los ojos, tal vez demasiado, y después busqué por algún lado de la antigua mesa del antiguo profesor alguna nota sobre los alumnos que vendrían a la clase. No lo encontré, pero aún tenía en la memoria el provisional que me habían proporcionado desde Dirección.

 

-- Antoni, ¿qué haces aquí? ¿Te has apuntado a la clase de Conocimientos de Herbología? Qué raro... Juraría que te vi en otra clase, no en esta.

 

Me rasqué la cabeza con la varita, un gesto que ya había tomado como usual cuando quería mostrar desconcierto. Le sonreí de forma amigable. Él siempre tan animoso y dispuesto a ayudar...

 

-- Pues ya ves como está la clase... Las plantas están todas muertas, o casi, así que las iba a llevar a la Floristería de tu tía Amya. Ella es muy buena con todo lo que sea vegetal y estoy segura que con abono, cuidados y las canciones que le canta cuando cree que nadie la oye, podrá recomponerlas. ¿Me quieres ayudar? Es que no estoy segura... Deberías estar en clase, en la que te apuntaste, no quisiera que llegaras tarde por mi culpa...

 

Me hizo gracia que pensara que era de las profesoras que llevaba a sus alumnos de excursión fuera del ámbito académico. Si en realidad lo que quería era aprovecharme de ellos...

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Sonreí aun mas ampliamente:

 

---No, no lo hice, me anote de nueva cuenta en "Historia de la magia" y estoy tan emocionado que vine desde temprano y he estado explorando las instalaciones. No creo que me lleve mucho llevarte este par, y ya los otros maceteros pueden llevarlos tus alumnos. Hay pociones que ayudan tía Sagitas, lo leí en un excelente libro de la "House Books" pero si de mimar las se trata entonces me parece mejor opción llevarlas con mi tía Amya. Los llevaré normalmente y para no llegar "tarde" a la clase*susurro cerca de ella*puedo aparecer me ¿no crees? ¡y vamos ya!que entre mas rápido empiece más rápido terminaré. ¡Nos vemos tía Sagitas!No te preocupes, conozco también, muy bien el callejón ¡ja!¡me la paso caminando por sus calles y he visitado muchos de los locales y he visto la Floristería de la tía Amya, tu tranquila.---Le guiño un ojo y parto enseguida con el par de plantas.

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Me dirijo a los invernaderos de la academia donde seria la clase de herbologia el primer conocimiento que quería adquirir y aprender sobre esta materia que me gusta mucho por eso la elegí dar y estaba feliz de que hubiera profesor para dar la clase.

 

Al entrar al invernadero puedo ver que la profesora era Sagitas aunque no la conocía muy bien apenas la había tratado en sí pero bueno la clase era una manera de conocerla, al entrar veo me parece que fui una de las primera alumnas en llegar y me dice que teníamos que cargar unas masetas.

 

Veo las platas por el invernadero y me dio tristeza verla, estaban todas secas como sin vida , parecía que no hubieran pisado en invernadero en siglos , estabas tan descuidas , me pongo ayudar a la profesora a cargar con las maseta y las empiezo a colocar en lugar que ella me indique pero también les acaricio un poco para darle un poco de cariño a las plantas

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¡Ay....! Este sobrino mío siempre tan animoso... Amaba ese detalle en la familia, siempre ayudando a todos. Era algo que nos caracterizaba. Negué con la cabeza ante su comentario.

 

-- No, no, nada de pociones en las plantas, querido. Es cierto que muchas podrían ayudar, pero no es bueno usar pociones en ellas si no las has hecho tú misma. Yo no me fiaría de nadie para poner gotitas de muérdago, o de leóleo o de cualquier producto básico. Son demasiado fuertes y agresivas y una de más las destroza para siempre. Pociones para un lado, herbología para otro. Eso sí, la Herbología es la base de la asignatura de pociones pues necesitan ingredientes cuidados de forma adecuada para que una poción funcione. Yo he visto fallar una poción mega larga, de esa que tardas un mes en conseguir todo lo necesario, por no lavar bien una hoja de mandrágora . Estaba enferma de unos bichitos roedores y acabaron afectando con efectos secundarios indeseables en la poción.

 

Demasiado rollo le solté al pobre chiquillo. No me extraña que tomara un par de tiestos y saliera corriendo con ellas hacia la Floristería.

 

-- ¡Adiós, sobris! -- apenas grité porque ya había desaparecido de la vista. Caray, ese chico se parecía cada vez más a mí. Eso me arrancó una sonrisa. No pude añadir mucho más porque enseguida apareció una chiquilla agradablemente pálida, de ojos rojos y pelo marrón. ¿Una vampira? La sonreí. -- Hola, bienvenida a la clase de Herbología.

 

Me extrañó que no se presentara, parecía muy decidida a participar en la clase pero no había abierto la boca. Yo soy todo lo contrario, una charlatana, así que me puse a su lado, tomé una maceta y usé la lógica. En la lista de alumnos había dos nombres de mujer y uno de hombre. Descartándolo a él y descartando a Tauro, quien su pelo azul era conocido por todo el mundo (a parte que la conocía bien de otros asuntillos anteriores), ella era la que quedaba.

 

-- Hola, soy Sagitas, profesora en prácticas de Herbología. Tú eres Mary Croft Atkins, ¿verdad? Parece que te gusta la herbología. Una de las primeras lecciones que yo siempre doy a mis alumnos es que las plantas son sensibles y obedecen al trato humano que reciben. Hay un dicho muggle que dice "Si plantas viento, recogerás tempestades". Podríamos aplicarlo aquí. Si cuidas de las plantas, éstas crecerán fuertes y resistentes y tendrás el invernadero más bonito de toda la comarca.

 

Le sonreí y puse mi ejemplar seco encima de uno de los lavaderos. Aproveché para soltar un par de gotas en la tierra.

 

-- No puedo hacer mucho más por falta de tiempo, pero... Estoy segura que en la floristería las cuidarán y conseguiremos que renazcan. A ver si llegan más alumnos. O, si quieres, puedes ir adelantándose. ¿Sabes donde queda la Floristería de Las Tres Hermanas? No, mejor vamos todos juntos y así os voy dando preliminares de la asignatura por el camino.

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La clase de herbología ¿Cómo es que la había dejado pasar? Tan sumergido en su trabajo que se había negado este gusto por ya dos ocasiones “La tercera es la que cuenta” decía aquel dicho muggle. Aunque no estaba seguro de que así fuera. Siguió su camino, distraído en aquellos pensamientos que llegaban uno tras otro sin permiso ni consentimiento. De aquel modo en el que ya mucho tiempo que no lo hacía, porque quizá…ya no había muchas cosas en que pensar.

 

Alzo las cejas sorprendido al ver al pequeño peli verde salir del invernadero donde justo tomarían la clase. No es que tuviera buena vista en esta época del mes, pero podría reconocer al menor de los Tonks fácilmente. Sonrió con la posible idea de que quizá Anthoni llevara también la clase.

 

Los traicioneros pasos de ese andar tan tranquilo lo llevarían sin duda a pasar alguna vergüenza por su retardo. Eso no era muy propio de él, pero volver a pisar aquellos terrenos de la academia traían consigo el recuerdo de la persona que fue un día y que jamás pensó ser lo que ahora se había convertido. Aquello no estaba para nada tan mal, pero seguramente su “yo del pasado” le recriminaría un par de cosas por la vida un poco monótona que se había hecho.

 

—Buenos días— saludo asomando su cabeza por la puerta del invernadero aun con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón y esa mira cansada y distraída —Lamento mucho el retraso— la voz tranquilla viajo por el vacio lugar, solo pocas personas estaban ahí —Soy Garry Ollivander, estoy inscrito al curso de Herbología— soltó mientras terminaba de entrar al espacio.

 

Soltó un rápido suspiro. Realmente estaba avergonzado por su retraso. Aunque el inexpresivo y adormilado rostro dijera lo contrario. Una sonrisa fugas apareció para saludar a Mary. Pero que agradable, la Croft estaría en el curso, eso era bueno, así quizá podría conocer más acerca de temas de herbolaria y un plus de su compañera de departamento.

 

Un rostro de fingida agonía y sonrisa divertida era ahora el gesto del mago.

 

—No me he perdido de nada ¿Cierto? —

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La interrupción fue más que bienvenida porque eso significaba que los alumnos iban llegando, aunque fuera a cuenta gotas. Le sonreí y le tendí la mano.

 

-- No, no te has perdido nada en especial. Bienvenido, Olivander. Yo soy Sagitas, la profesora sustituta de Herbolofía. Toma. -- Le puse entre las manos la maceta que acababa de poner encima de aquel lavadero. -- Has de llevar dos y nos vamos a la Floristería, para dejarlas en manos de una gran profesional que podrá hacer algo por ellas. Aquí llevan mucho tiempo sin que nadie las haya regado, fertilizado o podado. El cuidado de las plantas es muy importante. ¿Sabéis por qué?

 

No esperé la respuesta, me agaché a tomar otra maceta y me la puse apoyada en la cadera. Esta la llevaría yo.

 

-- Plantas cuidadas, plantas felices y los mejores especímenes para cualquier uso. Son la materia base de casi todas las pociones; aunque allá también se usen partes animales, siempre tendrán que utilizar hojas, raíces o partes de plantas en el mejor de los usos para un buen resultado.

 

Tomé la varita y hice aparecer una nota escrita que dejé volando en el aire, con la orden de ponerse en la cara de la alumna que faltaba si ella aparecía por allá:

 

Taurogirl: Hola, Soy Sagitas, la profa sustituta de Herbología. ¿Me esperabas? Pues a mí me parece genial que seas alumna, porque me atrevo a dejarte esta nota con la confianza de que nos conocemos hace tiempo. Me llevo a los otros alumnos a la Floristería de las Tres Hermanas. Si llegas a tiempo, podrás disfrutar de una lección sobre los abonos, clases, texturas y sabores. Bueno, eso último me lo pensaré. Pero será una clase importante. Te veo por allá.

Saludos

SAGITAS

 

Tomé la maceta con las dos manos, como pesaba, leñe... Después abrí la puerta de los invernaderos y sonreí:

 

-- Venga, supongo que ya sabéis apareceros, lo que no sé es si tenéis experiencia con la Aparición conjunta, así que agarraros a mí y... Uno... Dos... Tres....

 

Tras las vueltas, recovecos, giros y revoltijo de tripas, abrí los ojos y... ¡La puerta de la Floristería delante de nosotros! Abrí la puerta y dejé pasar a los dos alumnos.

 

-- Hola, @ ... ¿Ha venido por aquí Antoni? Me dijo que vendría a traerte unas macetas. Aquí te traemos más... Son mis alumnos de la Clase de Herbología y venimos a aprovecharnos de tu sabiduría...

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La profesora se presenta ante mí y mi pregunta si era Mary Croft - si efectivamente soy esa persona le contesto a sagis y confirmo lo que me pregunto y luego respondo a su pregunta - no conozco la floristería, no he tenido ocasión de visitar aun ese local. Pero podría ser una buena ocasión de conocerlo además de que me encantaban las plantas pero no termino de hablar porque por la puerta del invernadero entra un compañero que también tomaría la clase de herbologia y lo reconozco porque es mi compañero de trabajo en el ministerio.

 

- Hola Garry veo que ambos nos anotamos a este curso y un conocimiento que no será útil en nuestro trabajo.

 

Iba a contestarle la pregunta Garry de si no se perdió de nada pero no hizo falta porque la profe sagis lo puso al tanto de lo que íbamos a hacer.

 

Nos habla de las plantas y yo la escucho atenta sobre todos los datos que nos da y nos hizo una pregunta pero no espero a que le contestara aunque yo pensé la respuesta que pidió aunque no la dije, pensé el cuidado de las plantas es importante para que las plantas crezcan fuertes y sana y no se mueran

 

Nos pregunta si sabíamos aparecernos y yo asiento con la cabeza, era cierto que sabia aparecerme, ya tenía mi licencia pero no me gustaba mucho la sensación de mareo que dejaba.

 

Agarro una planta para llevarla a la floristería y reciba los cuidado que necesitaba y me acerco a la profe para desparecer en aparición conjunta con ellos.

 

Mis pies se separan de suelo, siento que todo se mueve me aferro a la maseta bien para que no se me caiga y cuando toco veo frente a mí un local con un cartel que floristería y aun seguía aferrada a la maseta con la planta como si mi vida dependiera de ello

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Floristería .........

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Roncando.

 

La muy bruja se encontraba metida en el espacio interior del mostrador ... tomando ... una pequeña siesta (?)

 

La angelical voz de su hermanita le hizo pegarse duro la cabeza contra el tope superior del mueble, y desdoblarse para salir de allí fue algo ... un poco incómodo.

 

- Sagitas? eres Tú?

 

Se le oyó decir pero no se le adivinaría por donde.

 

- ... Qué quien? Antoni? No que yo sepa ... a menos que se me haya colado por la puerta trasera. Pero ésperate un poco que ya salgo.

 

Aseguró mientras ruiditos propios del des-atoro que hacía, además del bamboleo del mostrador

como si tuviese cosquilla el mueble, se mostraban a los recién llegados.

 

- Mana, viniste sola?

 

No podía asegurarlo, pero le parecía que venía acompañada.

 

La mesa (mostrador) tembló por última vez y finalmente, escupió a la adleriana por el lado opuesto al de ellos.

 

- Ey, jellow ...

 

Su cara tenía una bonita marca media piratesca hacia un cachete (mejilla). Al parecer la madera interior se la había dejado impresa mientras dormía.

 

- Y entonces ... qué es ésto? piensan asaltar la floristería ó qué?

Lo único que pasó por su mente al ver a todos ellos con esos tiestos en las manos.

 

- Mi mare! pero qué ... ?

 

Por poco les saca la varita a esos asesinos floristiles. Mas se contuvo. Cambió su humor.

 

- ... ¬w¬ esto es floristería, Sagitas, no morgue plantil ...

 

Bromeó.

 

Entonces se salió de atrás del mostrador y se fue a mirar mas de cerca uno a uno de los especímenes. Se encorvó y se rascó la barbilla lampiña con una mueca muy grotesca mientras examinaba.

 

- Uhmmmm ... habrá que revisar si hay verdor interior en ramas y tronco ... mirar cómo están las raíces, si están muy dañadas, poco se podrá hacer ... de inmediato al quirófano ... digo, a la trastienda!

 

Y se les coló hasta sus detrases (?) ... para darle vuelta al cartel de Bienvenidos en la puerta de entrada y que se viera el Cerrado por Emergencia Floristil, Toque ó Vuelva mas tarde.

 

Aplaudió fuerte y demandó prisa.

 

- El tiempo apremia ... Sagitas, reparte los trajes anti Accidentes y que primero te firmen acuerdo de Confidencialidad de lo que puedan llegar a ver, pero sobre todo, Renuncia a que nos Demandarán por pérdida de partes corporales y ... todas las demás cosas legales ; ¡Andando!

 

Se fue por delante, toda loca, toda exigente ... si supieran de todas las cosillas que se cultivaban allí, seguro que se saldrían corriendo pero ¡yá!

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