Campus Universitario

[Tatiana Tonks]

- Me parece perfecto.- Dijo la chica sonriendo.

 

Mientras movia sus pies agitadamente bajo la mesa, se sentia emocionada y la vez melancolica seria la primera vez que estaria en un circo como publico y no como elenco del espectaculo.

 

No podia creer que para ser su primer dia en la universidad, ya habia hecho un amigo y estaban quedando para salir. Al parecer la vida le empezaba a sonreir timidamente,

[Anthony R. Dracony M.]

Termino su empanada, estaba muy emocionado con la visita al circo. En su pasado, no tenía recuerdos felices, lo que cambió al llegar a Ottery. Ahí si que tenía mucho que era agradable y por lo cual, ya había olvidado viajar al extranjero.

 

Después de saber que no tendría que seguir la investigación sobre sus padres, sus metas eran ya muy distintas, Por ahora se entretenía visitando a su amigo Reacon y visitar los locales del callejón Diagon.

 

Ahora también podría pasarla mejor en la universidad, muchos compañeros se veían para actividades en el campus y pensando en ello le propuso a su nueva amiga:

 

--- Tatiana...¿te gustaría que fueramos a pasear al lago? después si gustas, podemos ir al campo de quiddtch, tengo una escoba y podremos practicar ¿que opinas?

[Tatiana Tonks]

Aun con su taza de cafe en alto, titubeo al oir la propuesta del chico y respondio:

 

-Me parece bien, aunque,la cuestion es que aun no tengo escoba...- Dijo bajando la mirada.

 

Un poco decepcionada, acepto su destino y la reaccion del chico.

[Anthony R. Dracony M.]

Miro aquellos ojos que mostraban el alma cándida de la chica, era tranquilizante tener una amistad tan sincera en el amplio sentido de la palabra.

 

Tomo su bebida y luego con un gesto tranqulizador, clavo sus ojos miel en ella de una forma tierna para que ella se despreocupará por aquel asunto.

 

--- Pues en cuanto terminemos el desayuno iremos al lago, las criaturas que moran ahí no son peligrosas, no pasa nada si no tienes escoba, soy de recursos Tatiana, te presentare a mi amigo "Sombra", seguro que te agradará muchisimo y así pasearemos también por aire, ya lo veras amiga.

[Pik Macnair]

<<No me habías compartido que tenias admiradoras guapas en la Universidad, pequeño Macnair, seguro son estudiantes sedientas en busca de un potro adinerado, influyente y galante como tu. Todo un galán desde que estoy en tu vida, Macnair ¿recuerdas desde hace cuanto estoy en tu miserable vida?>>

—Desde siempre…

<<¡Exacto! Una vida llena de lujos, admiradoras, la buena vida, mujerzuelas, juegos de azar y alcohol. Todo lo bueno gracias a mi, el buen Reshi.>>

—Sí, el buen Reshi, claro.

Pik suspiró y como siempre intentaba hacer, apagó la esencia del demonio dentro de su cuerpo y lo encerró en algún rincón donde no molestara. Era difícil, mas cuando su demonio interno parecía tener problemas mentales y un fuerte retraso al momento de madurar y asimilar las situaciones. Hace años el Macnair aseguraba que Reshi solo había traído desgracia a su vida —y así lo hizo— pero gracias a él conoció a un par de personas especiales en su vida.

Nuevamente, sacó la carta que reposaba en el bolsillo interno del pantalón y la leyó, asegurando que era el día del encuentro. No firmaba y ni tenía sospecha de quien era, pero por la caligrafía podía asegurar que era un mujer. Quizá era una trampa, aunque en muchas ocasiones intentó mantener su perfil como mortífago oculto, pero sus familias no ayudaba a sacarlo de aquel grupo.

Vestido como siempre, con un pantalón de vestir negro, un par de zapatos a juego y una camisa blanca arremangada a tres cuartos del brazo, el Macnair se encontraba en un banco cerca de una de las lagunas de la Universidad. Era el sitio de encuentro y se encontraba tranquilo, la brisa soplaba y no ayudaba a mantener su cabello ordenado, como era costumbre. Mientras esperaba sentado jugueteaba con su nueva adquisición como si se tratara de un bate de beisbol, pero solo era el molesto bastón que llevaba meses teniendo.

El reflejo de la luz contra la laguna creaba texturas finas, alargadas y con movimiento en toda la sombra donde se encontraba el Malfoy bajo el árbol. Era un movimiento hipnótico y entretenido, el cual se vio interferido en algún punto a su derecha. Sintió un frío por su espalda y alzó la vista, clavando los grisáceos ojos en el cuerpo de la mujer se quedó de pie a un par de metro de distancia de él.

<<Vaya, esto si no me lo esperaba>> dijo el demonio dentro de él, divertido.

—Supongo que tu eres quien me envió la carta —dejó el bastón al lado, tomó la carta del banco y la alzó, mientras le daba vuelta entre sus dedos—. Pik Macnair, un gusto —dijo, levantándose con dificultar del asiento cuando la chica se encontraba más cerca de él, estaba seguro que la había visto antes— disculpa, pero no has puesto nombre en la carta y bueno, supongo quien sabes quien soy porque me citaste para acá y bueno, no tengo remota idea de quien eres —mostrando una sonrisa, la invitó a sentarse a su lado—. ¿Como te llamas y para que me llamaste? —preguntó, directo.

<<Arya...>> respondió Reshi, justo en el momento que la chica dijo su nombre, al unísono. Pik no sabía en que terrenos se estaba metiendo.

Editado 16 de Octubre del 2015 por Pik Macnair

[pandora dyonel]

me distinguia a mi manera de vestir camisa manga larga tiara , falda arriba de la rodilla medias verdes y maquillada nadie me hablaba por retadora y conflittiba a pesar de las apariensias engapñan ver esos ojos engañosos y miro a pikc esos ojos de malo y casanova que mas da dijo mi mente al demonio total es uno mas

 

 

pero seguia agonisando con mi gran amor secreto dioss mis compañeros de grupo estan guapos y este que .... mas me topaba con el

 

 

mas sentia algo

 

ojala se muera desia en mis adentros

 

ammmm tu eres pik verdad le pregunte y burlonamente dijo sii soy yo que se te ofrese niña eso me enojo demas y me gusto mucho obio sentimientos encontrados ahhh nada queria hablar contigo pero gracias por tu caballerosuidad se ollo un huuuuuuuuyyyyyy pik eso duele demasiado la niña sabe y tu no

 

pik se levanto y dijo niña como te llamas le dije mi nombre

ok me llamo pandora dyonel patrisia

asombrado le dije ahora quien es el niño se enfuresio

 

que sus ojos apenas se veia el cielo

 

me rei del todo

 

y me eleve hacia los cielos wow tiene estilo la niña

dijeron sus secuaces de pik

 

 

[Arya Macnair]

Con ambas manos se aferraba firmemente a los barrotes de la cuna, observaba a su hija sin siquiera pestañear, llevaba así más de diez minutos. Ámbar soltaba suaves suspiros, parecía estar soñando cosas hermosas, incluso la veía sonreír cada tanto; no existía en el mundo regocijo tal para una madre que el de ver a sus retoños felices. Más todo aquello le hizo cuestionarse sobre el futuro, ¿También ella se encontraría en su misma posición algún día?, ¿Estaría dispuesta a saber quién era su padre?, al menos la ventaja de la pequeña Delacour era que no debía lidiar con un rufián, Aziid estaba muerto y enterrado muy a su pesar.

 

Algo resignada fijó sus ojos azules en el reloj cucú que pendía sobre una de las paredes de la habitación y se apartó del lecho infantil caminando lento y sin prisa en dirección a un espejo que se hallaba justo en frente. —Veo que al fin te haz decidido— torció su cabeza hacia a izquierda como intentando tapar su oído sin éxito, aquella voz le irritaba demasiado. Contempló su reflejo, 23 largos años habían pasado desde su nacimiento; llevaba el cabello extremadamente blanco y gracias a su última posesión portaba semi oculto un mechón blanco como la nieve que corría por sus venas.

 

Ya ostentaba el cuerpo de una mujer adulta con sus curvas llamativas y dolores característicos, tenía unos profundos ojos azules que penetraban hasta el alma más oscura. Solían teñirse de verde cuando sus sentidos se desconectaban por completo y Lúthien lograba la posesión, pero tenía rato sin suceder. —No puedo esperar a verlo, han pasado tantos años— una vez irrumpía sus reflexivos pensamientos.

 

—Ésta vez no puedes irrumpir— Sostuvo su propia mirada en el espejo.

 

—Oh, vamos. Estás hablando del gran amor de mi vida, ese desgraciado— Sintió como la sangre le bullía en las venas, pero no era su enojo sino el de la Demonio contra Reshi.

 

—Estás hablando de mi padre— Algo en su estómago se tensó y le produjo un molesto calambre.

 

—Y ahora resulta que lo admites— Soltó carcajeando, —De solo pensar en él ya...— Arya dio un toque a su cabeza sintiendo la bilis en la garganta.

 

—¡Por todos los cielos, ni se te vaya a ocurrir!— Exclamó horrorizada, —Que... morbo tienes— agregó alisando su capa de viaje y mirando por sobre su hombro, temía haber despertado a Ámbar después de gritar.

 

Desapareció momentos después, no le apetecía tener una guerra mental con Lúthien acerca de lo que había decidido hacer. Bajo una oscura tela ocultaba unos vaqueros de gruesa lana color marrón y una camisa blanca de mangas cortas, pesadas botas de tacón cubrían la zona del tobillo donde el pantalón se ceñía más y resonaba por el angosto sendero que transitaba hasta llegar a destino. Las manos le sudaban, estaba nerviosa pero intentaba disimularlo, ¿Qué le diré? fue lo primero que pensó, la carta había sido demasiado misteriosa y dejaba posiblemente mucho que desear, esa era la única forma que se le ocurrió para captar la atención del Mortífago.

 

Entonces lo vio, despreocupado se hallaba sentado cerca de un pequeño estanque, la brisa parecía entretenerse con sus dorados cabellos y sonrojar sus mejillas de porcelana tras frías caricias. Arya se detuvo y la garganta se le secó víctima de un séneca que nadie envió; sintió pánico, miedo, terror y todos los derivados posibles de aquel monstruoso sentimiento. Cuando Pik se presentó seguía petrificada en el lugar, una parte de ella desea plantar resistencia y la otra recurrir a la varita, pero no, por primera vez dejó que los latidos de su corazón resquebrajaran el hielo que lo cubría.

 

—Soy Arya— Caminó dos pasos y se detuvo a medio metro, —Arya Macnair y sí, se quién eres— finalizó, las palabras brotaron de sus labios sin que ésta pudiera ponerles un alto. La suerte ya estaba echada.

 

@@Pik Macnair

[Pik Macnair]

—Arya… ¿Macnair? —Pik soltó una risa por lo bajo, sin creer lo que escuchaba. Cogió el bastón y se levantó, mirando ahora con frialdad a la chica— ¿Me ves cara de tonto o algo por el estilo, niña? —preguntó, acercandose a ella— soy el patriarca de la familia Macnair, Arya, estás con la persona equivocada si me quieres tomar por el pelo, más si es sobre mi propia familia.

Había algo en la mujer que lo perturbaba, su mirada solo reflejaba verdad y no percibía ninguna irregularidad en su comportamiento físico. Era una perdida de tiempo estar ahí, quería marcharse o acabar con la vida de Arya, y eso es lo que estaba por hacer. Sostuvo con fuerza el mango del bastón y estuvo dispuesto a hacer su movimiento, pero su cuerpo se detuvo en seco <<Macnair, Macnair,¿luego el precipitado soy yo? me gusta matar, lo sabes, más en un lugar tan bonito como esté y a una chica guapa como ella, pero es que eres muy est****o Malfoy no ves más allá de lo obvio ¿no lo notas?>> Pik frunció el ceño e ignoró todas las palabras de Reshi. Soltó un suspiro y alzó el brazo, mirando el reloj.

— Bueno, Arya Macnair, te doy dos minutos para que me expliques para que me citaste, si no lo haces, me marcharé y supondré que esto es solo una perdida de tiempo —explicó, mirándola fijamente— espero que no sea un nuevo método operandi de tu gente para ver si soy Mortífago o no, es ridículo su insistencia —<<y cada palabra que dices es más ridícula que la anterior, Malfoy>>—. Me gusta la gente directa, así que podemos estar sin rodeos tontos.

 

@

[Arya Macnair]

Un sudor frío le recorrió la espalda, que la llamase por su nombre se sintió tan desagradable como cuando Hank lo había hecho en pleno cuartel delante de todos, aun lo recordaba, "Ya que eres parte de la familia puedes aportar algo, ¿verdad, Arya Macnair?". En su vida lo había odiado más que en ese momento, incluso mucho más que cuando perecía en batalla y la hacía sufrir. Más no fue eso lo que la paralizó por completo, sino la forma en la que le habló; tanta determinación en unas pocas palabras y el hecho de mencionar "tu gente" de una forma sarcástica y despectiva. —Él lo sabe, él estuvo ahí ese día— pensó mordiéndose el labio e intentando relajar ambas manos estirando los dedos y volviéndolos a cerrar con delicadeza.

 

No importaba, ella no se avergonzaba por ser quién era.

 

Unos pocos minutos pasaron hasta que supo reaccionar. Extrañamente reparó en que Pik se ayudaba de un bastón para mantenerse en pie, ¿estaría herido?, ¿habría sido su culpa en alguna batalla?. Para ella no eran sospechas las que La Orden tenía, lo había visto desde dentro, estaba convencida, más sabiendo que Lúthien se lo había confesado de forma indirecta. Abrió los ojos enormemente al comprender que había rayado la preocupación por alguien a quién supuestamente odiaba.

 

—Te cité a ti, pero con quién realmente quiero hablar es con Reshi— Su voz sonó demasiado tranquila para lo nerviosa que estaba, su mano derecha se había escabullido entre los pliegues de la capa y rozaban la dura madera de Nogal negro. La sangre de tu sangre no se derramaba, pero aunque ella jurase mil veces ante los Dioses antiguos y nuevos que él era su padre, no estaba segura de que fuese recíproco.

 

Un dolor punzante le atravesó la nuca y como acto reflejo llevó su mano izquierda hasta el lugar ejerciendo presión, no era momento para acceder al estrés, no era momento para que ella saliese a la luz con una bolsa de reproches ancestrales bajo el brazo. Aquel era su momento, el de conectarse con sus raíces y aceptar su destino fuese cual fuese, era momento de saber que alguien algún día pudo recibirla con los brazos abiertos, alguien que mataría por su bienestar y no la abandonaría.

 

—¡No!— Pensó, y sus músculos se tensaron, él no sería esa persona, lo veía en sus ojos. —Lúthien... ¿Te suena ese nombre, Reshi?— puso completo énfasis en ambos nombres, los soltó lentamente casi separándolos en sílabas como le enseñaban a uno en la primaria pero sin aplaudir, no se iría de allí si respuesta, porque era Pik quién debía dar explicaciones y no ella.

 

@@Pik Macnair

[Syrius McGonagall]

El Campus Universitario su nuevo hogar hasta que terminara con sus estudios, el aspecto que tenía era muy extraño una mezcla de culturas que creaban un hibrido mejor del que su hubiera imaginado, oriente y occidente lucían bien juntos. Tenía su habitación por el momento solo para el pero no creía que fuera a durar mucho de ese modo y por la ventana se tenía una preciosa postal del lago.

 

El sol se reflejaba con fuerzas en las agua azules y el clima era estupendo, invitaba a salir y descansar bajo la sombra de las palmeras con una bebida helada en la mano, podía jugar Quidditch amaba el Quidditch pero necesitaría mas personas para jugarlo. Syrius salió de su habitación, trancó la puerta y llegó al patio verde e inmenso del exterior.

 

Vio un grupo de palmeras y como no tenía nada mejor que hacer fue hasta allí, apoyó la espalda contra un tronco y cerró los ojos.