Jump to content

Estudios Muggles II - Conocimientos Junio 2015


Sagitas E. Potter Blue
 Compartir

Publicaciones recomendadas

http://i711.photobucket.com/albums/ww117/Periodicomortis/Academia/eemm-1.jpg




Cualquiera que me viera, gritando como una posesa con un artefacto raro en las manos, con medio cuerpo asomando por la ventana de la Torre en la Universidad, pensaría que estaba loca. No lo iba a negar, algo de loca se ha de estar para enfrentarse a los animales voladores que había en el exterior con un juguete muggle. Pero bueno, tengo mis disculpas. Yo estaba muy tranquilita en mi despacho del centro docente, donde impartía la clase de "Estudios Muggles" cuando me habían despertado esos bichos escapados de vete a saber donde. Así que, sacando agallas véte a saber dónde (porque la varita, como siempre, ni idea de donde la había puesto, encima de cualquier estante, seguro), saqué un helicóptero y un control de mando y arremetí con él al primer caballo alado que se puso por delante.

El Caos se había apoderado de la Universidad ante el ataque de aquellos bichos. Los profesores intentaban auxiliar a los alumnos de todas las promociones, tanto de niveles I y II como de Conocimientos, para salvaguardarlos. Yo no iba a ser menos, así que seguí atacando con el helicóptero para importunarles.

-- ¿Quién dijo que los estudios muggles no servían para nada, eh? -- volví a gritar como loca por la ventana, cuando uno de los pajarracos caballunos huía del juguetito. -- Jjajajajajjaja...

La voz fina de un elfo sonó tras el ruido de la puerta abriéndose.

-- Profesora Potter Blue, le traigo a sus alumnos.

-- ¿Alumnos? ¿Ahora? ¿Con lo que hay ahí debajo líado? ¡No tengo tiempo de dar clases ahora!

Uno de los dragones lanzó una llamarada de fuego al helicóptero, dejándolo achicharradito.

-- ¡Eso no se vale, él no tenía fuego para defenderse! -- le grité al animal y me volví hacia el interior de mi despacho. -- Bienvenidos. Mal momento para impartir clases de Estudios Muggles, como supongo que habréis notado. Primera lección...

Me arrodillé en el suelo y me puse a buscar entre las cajas, olvidándome por un momento de la presencia de los dos alumnos que me habían tocado este mes.

-- ¡Ajá, aquí está! ¡Una cometa! ¿Qué decía? Ah, sí, que os daría la primera lección: No se puede usar varitas delante de las personas muggles, porque eso violaría El Estatuto del Secreto de los Magos o el Estatuto Internacional del Secreto de la Magia ante muggles, redactado en 1689. ¿Alguien había oído hablar antes de él, verdad?

Saqué la cometa. Tenía una forma de barco muy original. La tendí al aire y surcó los aires, rumbo a los animales que seguían atacando a los de abajo.

-- Con un poco de suerte, se enredarán las patas en ellos y podré tirarlos, jajajajjaja... ¡Eh! ¿Usted no es un Warlock? ¿Y está interesado en los estudios muggleosos? Eso sí que es una sorpresa -- exclamé, mirando con un ojo la cometa y con el otro al alumno llamado @ , curiosa de ver un guarló de cerca. La presencia del otro alumno no me sorprendía, ya que @@Cillian era un habitual de la Universidad, siendo profesor de ella.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Llevar dos vidas en una era un tanto complicado. En muchas ocasiones, sin siquiera darse cuenta, soltaba ciertas referencias al mundo de los muggles debido a su vida como espía. Eso estaba mal y él lo sabía bien. Por ello es que decidió, para cuidar su tapadera, que era una buena idea inscribirse en el curso de conocimientos muggles en la universidad. De esa forma muchas de esas referencias se le podían atribuir a aquella clase.

 

Cuando finalmente llegó el día esperado acudió a las instalaciones universitarias. Fue escoltado al sitio en donde se llevaría acabo la clase por un elfo. Los elfos eran criaturas que no le iban ni le venían, le da daba completamente igual su presencia; no los trataba ni bien ni mal, simplemente los recompensaba si es que hacían bien su trabajo y los castigaba si es que lo hacían mal. Sus elfos, generalmente, sabían que lo mejor era no equivocarse.

 

—Claro que los conozco, señora Potter Blue —dijo el mago. > terminó para sus adentros.

 

Bastian conocía a Sagitas del tiempo en que recién comenzó a trabajar en el Departamento de Criaturas Mágicas. Si su memoria no le fallaba, cosa que sucedía con mucha frecuencia últimamente, se conocieron cuando él visitó al enorme Dragón en los terrenos del castillo Potter Black.

 

—Muchas personas saben lo que pienso sobre los muggles: deberíamos abolir el Estatuto del Secreto y hacer que los muggles nos sirva. Pero considero también que es importante conocer la cultura y el estilo de vida de las razas que cohabitan este mundo junto a nosotros, los magos. Es tan importante saber como vestir y hablar ante un muggle como lo es la forma en que miramos a un centaura o a un hipogrifo. Casi lo olvido. En efecto, se me concedió el título de Warlock por los aportes que he realizado a la ciencia de la magizoología.

 

Supuso que era buena idea intentar ayudar a la profesora con las criaturas que estaban revoloteando. Lo más sensato hubiera sido blandir la varita mágica para aturdir a todos los bichos que ponían en peligro a todos los estudiantes. Es más, quizá se esperara que él hiciera eso. Pero Bastian no estaba en aquella instalación como Warlock conocedor de criaturas, era un alumno de Estudios Muggles y no se le ocurría como detener a los animales sin magia y sin causarles daño. La espada que descansaba en su espalda no era una buena alternativa, tampoco el revolver oculto en su tobillo.

NHCeJlw.png

T7Qipl9.gif
O1KlJf5.png
f5DcgjA.gifXuR0HEb.gifGPQsszk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

--¡Oh, demonios! -- exclamé, entre curiosa y enfadada. -- ¿Es usted de esos?

 

Y con "esos" me refería al grupito abolicionista que pretendía la supresión del Estatuto del Secreto de la Magia y convertir a los muggles en esclavos. Le miré de arriba abajo, dejando por un momento que la cometa volara sola en el espacio exterior, sin control. Me permití fijarme en los detalles, como la espada de su espalda o el orgullo arrogante de sus pintas elegantes.

 

-- ¿Magizoqué...? -- pregunté, con una ceja enarcada. -- Bueno, señor Malfoy. Eso que ha dicho no se lo tendré en cuenta como valor negativo para aprobar la asignatura. Ha de saber que soy una defensora acérrima de los muggles y en ningún momento les considero como funcionales siervos de los que sabemos blandir una varita. He conocido a muchos de ellos que son capaces de muchas cosas interesantes y asombrosas sin tener al alcance ningún palito de madera. Estoy segura que muchos de nosotros, los magos, -- y en realidad, mi mirada algo irónica no escondía que me refería a él personalmente -- no sabrían sobrevivir en este mundo sin magia y se volverían locos al tener que hacer las cosas manualmente.

 

Sentí un tirón y mis brazos se fueron hacia atrás con lo que, tras un "ay" doloroso, tuve que volver la vista hacia el caballo volador que se había enredado con las cuerdas de la cometa.

 

-- ¡Toma, so bruto! ¡Por meterte con nosotros! ¡¡Los de ahí, abajo, cuidadooooo, que cae unoooo!! -- supuse que los estudiantes y profesores que me oyeran, se apartarían o quedarían ligeramente chafados y pateados por los cascos de un caballo cabreado.

 

Me volví hacia mis alumnos y me sacudí las manos de un polvo imaginario.

 

-- La situación que llevó a que la Confederación Internacional de Magos decretara el Secreto de la Magia fue, precisamente, el uso y abuso de la magia ante y con los muggles. No sólo había motivaciones peyorativas, como la suya, Señor Malfoy, que pretendían someter a todo aquel que no supiera encauzar la magia con la varita; la protección del "débil" era necesaria en aquel momento frente a gente como usted que creía, como usted cree, que no sirven más que para servir nuestros deseos.

 

Esta parrafada la dije de un tirón y con muestras claras de que estaba en contra de esta forma de pensar. Suspiré y proseguí con la clase.

 

-- También tuvimos que protegernos los magos de ellos. Tal vez no es conocida esa parte de la historia pero hubo un momento en que los magos fuimos diezmados por gente extremista entre ellos que tampoco querían que nosotros permaneciéramos a su lado. Deberíamos aprender de la historia: la convivencia pacífica, sea por ignorancia o sea por conveniencia, es mejor que la aniquilación de nuestra especie. No crea que ambos "bandos", por llamarnos de alguna manera, no hemos intentado acabar con los otros, por deseos de poder, venganza, envidia o cualquier de los sentimientos más recónditos que cualquier humano pueda desarrollar. No pienso hacer apología de ningún tipo, allá cada uno con su conciencia. Pero pensamientos como el suyo ha originado mucho daño a la Humanidad en conjunto, dando matanzas indiscriminadas por ambos lados. Yo creo que el Estatuto de la Magia fue lo más adecuado en aquel momento para instaurar una paz relativa para poder convivir sin peligro para ninguno de los dos humanos. Al fin y al cabo, todo somos humanos y ninguno es de primera o segunda por tener conocimientos en un área que el otro no posee.

 

Un grito de auxilio sonó en el exterior, a la vez que un bramido atronador rugía cerca de la ventana.

 

-- ¡Oh, oh! Un dragoncillo de las Antípodas. -- ¿Dragoncillo? Si aquel era uno de los ejemplares adultos más interesantes que había visto nunca. Pero amo las criaturas así que no pude dejar de emocionarme al verlo. -- A ver, díganme... Si fueran muggles... ¿Creen que no podrían luchar contra este Dragón? A ver si saben enumerar al menos cinco tipo de armas muggles con las que luchar contra las adversidades como ésta.

 

Sonreí, mientras rebuscaba otro artefacto muggle con el que ayudar a los profesores que estaban en los jardines.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Cómo se llegaba hasta aquella torre? Genial, llegaría tarde... Pero, ¿qué era en realidad tarde en aquella situación? Estaba casi seguro de que Sagitas lo había visto desde la ventana y si no, pues ya se lo diría el mismo. Tomó un poco de aire e interceptó al primer elfo que se cruzó en su camino.

 

— Eh, tú —fue más tosco de lo que le hubiera gustado—, ¿sabes dónde encontrar el despacho de la Profesora Sagitas?

 

El elfo solamente asintió y le indicó que lo siguiera, no supo exactamente en qué momento pero un chico más se unió a ellos en el camino. ¿Quién sería? Daba igual, no tenía intención de socializar justo en aquel momento aunque seguro que lo tenía que hacer de un momento a otro así que se presentó.

 

— Soy Cillian Ryddleturn —le dejó saber al desconocido, pero no logró preguntar su nombre ya que justo en aquel momento habían llegado hasta la puerta del despacho. El elfo llamó a la puerta y de un momento a otro estaban dentro.

 

¿Qué? ¿Un Warlock? Cillian tenía recuerdos aún de aquel disturbio que había creado en el Atrio un par de meses atrás, seguro que no era mucho de su agrado pero que más daba, ya lo había hecho. Se dedicó más a escuchar que a hablar en un primer momento... Al parecer tenía como un compañero a un mago con aire se superioridad o algo así, pero por suerte Sagitas estaba completamente del otro lado.

 

— Ehm, yo podría mencionar algunas... —murmuró un poco indeciso—. Pero la verdad es que la mayoría son verdaderamente dañinas y preferiría no utilizarlas, por lo menos no en ellas —señaló a la ventana—. Estoy seguro de que todo esto no es culpa de ellas, si no... ¿Cómo se explica usted que han llegado aquí desde la isla? ¿Es que se han tomado un barco o un avión? Sí, las criaturas aladas podrían llegar sin dificultades, pero no son las únicas aquí, las terrestres la superan en número.

 

El Ryddleturn de verdad no quería que las criaturas resultaran heridas, mucho menos sabiendo que algunas tenían un dueño esperando que pronto pudieran ir con ellos a casa. Suspiró. ¿Qué podrían utilizar para detenerlas? Sin duda las armas de fuego o cualquier otro tipo de arma no era para nada una opción, pero al parecer Sagitas tenía un plan de armas alternativas.

 

— Y bueno, cómo no considero las armas una opción voy a decir que no tengo respuesta para usted —terminó.

OjQFQY0.gif

c9Sdt97.png

bfqucW5.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—No acudí a esta clase con la intención de recibir clases de moral. Me queda claro que nuestra forma de pensar es muy diferente y no por ello quiero dejar de disfrutar esta clase. Considero que el conocimiento, del tipo que sea, es valioso en cierto grado. La cultura nos enriquece y eso es lo que pretendo con esta clase: conocer una cultura de la que he vivido alejado y que me llama mucho la atención.

 

Estaba claro que la profesora no tenía ningún aprecio hacia Bastian, se notaba en su mirada y en la forma en que las afiladas palabras salían de su boca. Él era capaz de hacer muchas de las cosas que la bruja mencionaba; obviamente por su seguridad y de la agencia lo mejor era que ello permaneciera en secreto mientras en su historial académico no figurara el conocimiento de Estudios Muggles.

 

—Tengo entendido que los muggles han creado muchas cosas estupendas sin utilizar magia. Me sombra mucho, por ejemplo, ver aquellos dragones metálicos que surcan el cielo y que son llamados ¿gaviones? —le dio una tonalidad de pregunta a aquella última palabra tratando de transmitir desconocimiento —. Más sin embargo, hay magníficos hechiceros que han creado poderosos hechizos de la nada. El señor oscuro fue capaz de elaborar una poción que le devolvió un cuerpo estando en el estado más deplorable y débil al que que una persona puede aspirar. Son dos caras de la moneda. Si suelta una moneda alguna de las caras quedará arriba.

 

Sagitas lo puso en una situación un tanto comprometedora. Era fácil mencionar una arma muggle capaz de destruir a un Dragón y junto con él a todo el Reino de Gran Bretaña y quizá mucho más. Si bien aquella arma jamás hubiera sido pensada ni por la más retorcida mente de un mago tenebroso, la noticia de su utilización en Japón no pasó desapercibida en el mundo mágico y fue contado por padres a hijos durante varios años; a Bastian aquella historia le mostró un motivo por el que subyugar a los muggles.

 

—Antes de dar mi respuesta debo decir que jamás utilizaría ningún tipo de magia dañina en contra de una criatura mágica. Pero considerando que esto es una clase y que la Segunda Guerra Mundial de los muggles saltó la frontera que separa a nuestros dos mundos diría que quizá un dragón pudiera ser derribado con varios cañones o con medidas extremas como una bomba atómica. No puedo decir más armas, son las únicas de las que conozco su nombre

NHCeJlw.png

T7Qipl9.gif
O1KlJf5.png
f5DcgjA.gifXuR0HEb.gifGPQsszk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Pero que al final del día quieres convertirlos en tus esclavos -añadió Cillian sin pensarlo.

No sabía bien el qué, pero había algo en aquel hombre que no le terminaba de gustar. Nunca había escuchado su nombre y dado que el mismo aseguraba haber hecho importantes aportes a la Magizoología, aquello era bastante extraño.

- Increíble -¿acaso ese tipo de respuestas se tenían que dar para pasar la clase? Cillian nunca había sido tan rebuscado, pero tampoco tenia tantos años a sus espaldas para serlo-. Lo bueno es que no tenemos una bomba atómica aquí.

O eso pensaba él, quizá la bruja frente a ellos guardaba más secretos de los que cualquiera pudiera pensar. Pero de ser así, ¿qué tan grande seria una bomba de esas como para lograr ser escondida? Si bien contaban con encantamientos de expansión, la misma debería tener por lo menos el tamaño de una casa.

Negó, ni pensarlo.

- ¿Qué me dicen de esos tranquilizantes muggles? Por lo que sé son algo así como pociones o algo por el estilo,podría ser mejor opción que una bomba atómica, quizá.

OjQFQY0.gif

c9Sdt97.png

bfqucW5.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Metí la cabeza dentro de una caja de cartón, junto a medio cuerpo; un poco más y pataleo en el aire. Pero sabía que ahí estaba lo que buscaba, así que no desistí aunque las palabras de los dos alumnos me llegaban como si hablaran bien lejos. Sabía que era la acústica de la caja de cartón, así que no me pareció raro.

 

-- ¿Ein? -- dije desde dentro, mi voz parecía sonar con eco. -- ¿Qué cómo llegaron los animales a la Universidad? ¿Qué isla? ¡Oh, demonios! ¿Son los suyos?

 

Ahora sí que me incorporé a medias, con lo que acabé dentro de la caja y cubierta por raros artilugios de goma. Conseguí sacar la cabeza y miré al profesor de Transformaciones.

 

-- ¿Son los de la Reserva? ¡Ooooh, ahora entiendo porqué no quiere hacerles daño! Yo no tengo ningún animal allá, pero mi sobrina Xell tiene un dragón que adquirió en una feria de esas que hacen los del Magic Hall. Espero que ninguno sea el suyo, aunque no tengo ni idea de como es...

 

Pero por si acaso, ahora iba a ir con más cuidado.

 

-- En mi defensa, creo que el caballito no se ha hecho nada. Seguro que tiene el orgullo herido por no poder volar pero no se habrá roto nada, estoy segura.

 

Yo también sentía amor a las criaturas así que me llegó cierto sentido de pena por el animal caído. Volví a meter la cabeza y seguí hablando dentro de aquella caja.

 

-- Creo que alaba demasiado a ciertas leyendas del pasado, señor Malfoy. Lord Voldy, o el Señor Oscuro como usted le llama, no hizo la poción de la nada sino que ya tenía conocimientos de las llamadas Artes Oscuras y de pociones realmente peligrosas, sólo tuvo que aplicarlas. No hay mérito en lo que hizo, excepto maldad en la forma de usar sus conocimientos. Así que no se le ocurra compararlo con la imaginación de un muggle. Los que no tiene magia son realmente excepcionales.

 

Salí, por fin, de la caja con varias armas para usar contra las criaturas.

 

-- Me decepciona de nuevo, Sr. Malfoy. ¿La bomba atómica? No es justo. Oppenheimmer era un mal mago, casi un squib, pero la culpa de que los americanos tuvieran acceso a tal tecnología fue suya. Así que los destrozos ocurridos en la segunda guerra mundial no pueden ser totalmente adjudicados a los muggles. Hum... Tal vez no debiera haber dicho eso. Es un secreto que se viene guardando desde mediados del siglo pasado por la Confederación Mágica. Fue muy difícil ocultar la intervención mágica en aquel despreciable suceso... En el Proyecto Manhattan, donde se crearon las bombas que desolaron las dos ciudades japonesas, Hiroshima y Nagashaki, habían al menos dos magos. Pero también los encontramos en el grupo alemán a los que pretendían avanzar en sus estudios atómicos.

 

Suspiré, algo cansada.

 

-- Los Altos cargos ministeriales que estaban en el año 45 tuvieron gran trabajo para ocultar la aportación mágica en aquel lamentable suceso. Por desgracia, este es un ejemplo de mal uso de la magia y de gente muggle con aspiraciones tan malvadas como quienes usaban la magia contra ellos. Fueron tal para cual.

 

Me encogí de hombros.

 

-- Pero no hablemos de temas tan penosos. Tomen, aquí hay tres ejemplares de armas muggles que nos pueden ayudar a detener a los animales. Las armas muggles no son más que una evolución imaginativa de las primeras que usábamos en las cavernas. Las primeras armas fueron arrojadizas y así siguen siendo hoy en día, en cierta manera; sólo se necesita puntería.

 

Les di a cada uno un ejemplar y yo me quedé el más grande (por algo soy la profesora). Les indiqué que tomaran posesión de un sitio en las ventanas para poder disparar con ellas a los animales.

 

-- El hombre aprendió que si tiraban una piedra a un animal, o lo cazaban o lo ahuyentaban. De ahí se pasó a lanzas arrojadizas, hondas, arcos con flechas, ballestas, catapultas... Todas las armas muggles son, en el fondo, una variante del puño con una piedra en la mano. Las llamadas armas de fuego son más peligrosas, pero son un puño que arroja una piedra con más fuerza. Incluso las armas blancas, cuchillos en todas sus variantes, nacieron como forma de golpear con una piedra, haciendo que la piedra fuera más afilada para causar una herida más certera. Hasta la llegada de la llamada Era Atómica, las armas eran individuales aunque se buscaba hacer daño cada vez a un mayor número posible de enemigos.

 

Apunté con mi pistola de bolas hacia un crup que gruñía ante un grupo de estudiantes de nivel I. El perro salió ladrando al recibir el impacto de la bola en el lomo. Hice un gesto de pena ante el Director de Criaturas.

 

-- Lo siento, le habrá hecho daño, pero es mínimo, un morado a lo sumo. Me encantaría tener pistolas de veterinario, de esas que utilizan tranquilizantes. Seguro que podríamos tumbar a unos cuantos. Con esas pistolas se consiguen detener a animales enormes como los Elefantes y los Rinocerontes, así que un caballo volador o un hipogrifo caería si tuviéramos de esas pistolas con dardos. Pero lo siento, sólo tengo de bolas.

 

Volví a cargar la pistola con otra bola y miré al dragón que bramaba en el aire, soltando un chorro de fuego hacia uno de los árboles de los jardines. Esperaba que no hubiera ningún humano debajo o habría quedado quemadito.

 

-- Dudo que un tranquilizante de esos hiciera mella en alguno de los dragones. Su piel no permitiría que traspasara la aguja. Así que, si fuéramos muggles, supongo que utilizaríamos una trampa con redes para hacerle bajar al suelo y después lo inmovilizaríamos. Los muggles del pasado los eliminaban antes de que pudieran levantar la cabeza. Se decía que la sangre de dragón era un fuerte afrodisíaco para los varones y...

 

Me puse algo roja por ese tema.

 

-- Leyendas medievales, supongo... Que yo sepa, ese no es uno de los doce usos de la sangre de dragón que conocemos los magos. Además, si no me equivoco, están en peligro de extinción y sus ejemplares están protegidos en todo el planeta. ¿No es así, profesor Cillian?

 

Contemplé el vuelo majestuoso de aquel dragón. Dañino, sí, pero me encantaba verlos volar.

 

-- Los muggles no saben aparecerse ni volar en escoba, pero han sabido desarrollar grandes medios de transportes. Además del que usted ha mencionado, señor Malfoy, el Avión... ¿Pueden darme ejemplos de medios de transportes muggles, tanto individuales como colectivos?

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Más que míos son de todos.

Podría decirse que un poco más del cincuenta por ciento de las criaturas que residían en la Reserva Mágica pertenecían a algún mago de Londres, algunos cuantos a extranjeros y el resto estaban ahí simplemente por que necesitaban un hogar.

- Y yo tampoco -añadió al comentario de Sagitas, era Aleister quién se encargaba de cualquier detalle que tuviera que ver con los Dragones-. Y en cuanto al caballo, esperemos que no sea más que eso.

Era bastante obvio que Sagitas estaba de su parte, pero el no querer herir a las criaturas no quería decir que no había que detenerlas. ¿Pero cómo? La respuesta no tardo demasiado, pero antes de eso Cillian aprendió un par de cosas sobre las que no tenia ni idea; los magia siempre estaba relacionada a todo por más muggle que fuera el caso.

Tomó el arma que la profesora le otorgaba u se dirigió a una de las ventanas, no estaba del todo seguro de si dispararía a las criaturas o no, la verdad era que aunque fueran simples pelotas de plástico o algo más, no quería herirlas de ninguna forma.

- Es una lástima que no cuente con algunas...

Sin duda los tranquilizantes hubieran sido una buena opción, pero no quedaba de otra. Comenzó a disparar, errando todos los tiros intencionalmente.

- Creo que la puntería no es lo mío -murmuró, intentaba excusarse-. Y en cuanto a la red, no creo que sea algo factible mientras el dragón se encuentre en los aires.

Un disparo errado más.

- Viví un par de meses entre los muggles, conozco sus transportes; los autobuses, los aviones, los barcos...

Bien podía decirse que Cillian no necesitaba de la clase, por lo menos no en detalles actuales ya que había pretendido ser un muggle por mucho tiempo y conocía muy bien su cultura, pero había datos que no conocía y Sagitas parecía saber bastantes cosas más que una persona promedio.

- ¿Nos vamos a quedar todo el tiempo aquí? Creo que seremos más útiles abajo -opinó.

OjQFQY0.gif

c9Sdt97.png

bfqucW5.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Parpadeé un poco y después enarqué la ceja. ¿En verdad era tan malo con la puntería? Le miré de reojo y después volví a mirar a los animales. Le iba a soltar una fresca pero después recordé que mi enano gruñón en el Circo también hubiera hecho lo mismo. Nadie tocaría a sus criaturas y estoy segura que si me viera esgrimir una pistola de bolas a alguna de los animales de los rediles, él me hubiera lanzado una piedra a la cabeza, por atreverme a hacerles daño.

 

-- La vida humana es algo más preciado en el mundo mágico que las criaturas -- comenté, finalmente, utilizando las palabras lo mejor posible, para que no pensara que estaba en contra de lo que había hecho. Al fin y al cabo, alguno de los animales había retrocedido al ver aquellas bolas contra ellos. -- A veces no es bien entendido el amor por los bichos como usted demuestra, cosa que alabo, no le critico.

 

Suspiré. Algo había que hacer para detener el ataque y, con la presencia delante del Director de Criaturas, me sentía totalmente cortada para usar la violencia.

 

-- No sé, Sr. Ryddleturn... Seguramente sí, pero... Sabe que como profesora debo cuidar de ustedes. Estoy segura que al menos el Sr. Malfoy, y no dudo de usted tampoco, sabrían salir de la situación de ahí abajo mejor que yo. No me gusta usar la varita a pesar de ser buena con ella, no vayan a pensar lo contrario, pero prefiero usar esto...

 

Y señalé con el dedo índice la zona de la sien.

 

-- Es un gesto muggle. Suelen usar mucho los gestos para indicar mejor los procesos orales que las mismas expresiones habladas. Significa "pensar". Y eso vamos a hacer, a pensar como muggles. Ellos son muy imaginativos... Hum...

 

Ya notaba que con las pistolas de bolas no iba a hacer mucho. Estaba segura, lo intuía, que Juliens Malfoy le iba a dar fuerte a la pistola, pero como no quería ningún enfrentamiento entre alumnos, mejor buscar alternativa.

 

-- ¡La música! ¡Eso es! ¡¡La música amansa a las fieras!! Es un dicho muggle. Pongamos música. Sé que tengo un tocadiscos por ahí. He de reconocer que es un artefacto muggle adaptado mágicamente para que no necesite electricidad. La electricidad no funciona bien en los lugares con magia, las luces suelen parpadear e incluso apagarse. Los muggles lo suelen atribuir a fantasmas. Una tontería, tengo un fantasma en casa y las luces nunca parpadean en su presencia.

 

Me volví a meter en la caja y rebusqué. Desde dentro, chillé:

 

-- Pero los discos son totalmente música muggle, en eso no he intervenido para nada.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

~Bastian Malfoy

 

—Squib, muggle ¿acaso hay diferencia? —dijo lanzando la pregunta más bien al aire, no es que buscara una respuesta directa a su cuestionamiento.

 

Sagitas conocía muchas cosas que se supone pocos debían conocer. La inmersión de magos en conflictos muggles siempre habían sido tratadas con el mayor cuidado. Incluso los Rusos, luego de su alejamiento con USA, habían respetado todos los acuerdos respecto a no revelar aquella información. Cosas como el asesinato de Kennedy y Hitler se destruían de tal forma que no existiera ningún registro físico que pueda respaldar tal "disparate"

 

—El pasado, no debemos olvidarnos del pasado. No voy a negar que admiro mucho la magia que usó el Señor Oscuro, más reprocho la forma en que la utilizó. También reconozco que admiro mucho los aportes a la magia realizados por Albus Dumbledore, pero de igual forma tengo que decir que estoy en contra de su ideología

 

Y aquello era cierto casi en su totalidad. Bastian aceptaba que hubiera personas que, en algún momento, abandonaran sus raíces muggles y dieran el "salto" al mundo de la magia. Él sabía cosas que los muggles le enseñaron. Cosas como que algunos genes son capaces de ocultarse y volver a aparecer varias generaciones después. Era totalmente posible que un squib, en algún momento, alumbrara a un mago talentoso. Aquel era el error de Voldemort según él: No entender que los nacidos muggles también eran magos.

 

—Si me disculpa, profesora, no pienso utilizar este artefacto que me brinda. Si antes le ¿sugería? armas que podrían, a mi parecer, tumbar a un Dragón considero que aquellas majestuosas criaturas (al igual que cualquier ente mágico) solamente merecen ser tratados con magia. Sería, a mi parecer, una falta de respeto equiparable a no reverenciar a un Hipogrifo. Respeto sus métodos pero no los comparto.

 

Era una mezcla de dos razones. Sagitas no podía saber que él estaba al tanto de la utilidad que se deba a aquella pistola en el mundo muggle. Bastian sabía que era un juguete utilizado en su mayoría por niños, de hecho se sintió un poco insultado cundo recibió la pistola. Pero, claramente, era un tanto ilógico demostrarlo cuando se suponía era ignorante en cosas de muggles. La otra razón, que hizo pública, era totalmente cierta. Pero había un problema.

 

—Me halaga con su comentario pero tengo que contradecirla muy a mi pesar. No creo que ni siquiera los tres trabajando juntos y totalmente coordinados tengamos la capacidad de imposibilitar a un Dragón. Me atrevo a especular pero harían falta al menos seis personas para realizar tal hazaña. Por cierto, casi me olvido. Solamente he oído hablar de los aviones. Mencionaría los automóviles, los buses y el tren pero esos también solemos usarlos los magos

Editado por Juliens Malfoy

NHCeJlw.png

T7Qipl9.gif
O1KlJf5.png
f5DcgjA.gifXuR0HEb.gifGPQsszk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.