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Defensa Contra las Artes Oscuras IV


Adryanie
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—Vamos funciona....

 

De verdad no entendía como era que los muggles se las arreglaban para hacer funcionar aquellos artefactos. Ella se había encontrado unos botados en el aula de Estudios Muggles y decidió intentar hacer que funcionaran pero definitivamente aquello no era lo de ella. Lo que parecía ser una como un cubo de color gris con una parte del frente de plástico o algo similar, lo que los muggles solían llamar "Televisor" estaba postrado en una mesa sobre su escritorio. Cuando yahubo pasado una hora desertó de hacerlo funcionar y miró el reloj.

 

—¡La clase! — ¿Cómo era que se le había pasado ? Había estado tan concentrada en otras cosas que se le había olvidado por completo, de tras pie en tras pie llegó hasta la puerta de su habitación que daba al despacho. Cuando la abrió vio un panorama nada agradable, como 30 lechuzas y sus excrementos cor toda la habitación y miles de cartas que a simple vista parecían ser vociferadores.

 

Le agarró un escalofrío al pensar lo que podían decir cada una de ellas; y por el sello que exhibían todas en su parte frontal podía asegurar que eran de parte de dirección. Se imaginaba que cuando saliera del castillo iban a estar los estudiantes con antorchas fuera intentando reclamar el porqué no había dado inicio su clase ¡Y con mucha razón!. No abrió ninguna de las cartas y salió literalmente volando de ahí hacía los terrenos.

 

Desde que la universidad se había fusionado con el medio oriente, ha habido una mezcla cultural sorprendente y desde la actitud de las personas hasta su vestimenta habían cambiado y como no podía más hasta el lugar también. Pero lo que más le gustaba de aquella fusión y aquel cambio de aires que había en la academia es que un día investigando los nuevos aposentos descubrió como un tipo "translador" aunque probablemente en la India le dijeran portal, que conducía a aquella tierras lejanas de la India.

 

Citó a sus estudiantes frente a los terrenos de la Universidad para emprender aquel viaje donde se ocultaba la magia más antigua del mundo. Sonrió al ver a los dos figuras que desde largo parecían femeninas y que aun poco más cerca reconoció como compañeras de bando. Se alegró de estar con gente conocida esta vez.

 

— Buenos días chicas, ya me conocen soy Adryanie y voy a hacer su profesora esta vez .

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-Mar, ¿seria raro si quiero estudiar música?- Alessandra estaba acostaba boca abajo en su cama con una revista muggle.

 

Su elfina que estaba sentada mirando a su ama girar sobre el colchón de su cama puso los ojos en blanco, sabia que la rubia era hiperactiva y le gustaba hacer muchas cosas a la vez por lo que nunca las terminaba o cuando las hacia ya era tarde.

 

Una lechuza entro a su cuarto y se dirigió hasta el aparador de la Gryffindor donde deposito una carta con el sello de la Universidad, ambas, Alessandra y Mar miraron el sobre quieto sobre el mueble justo al momento que la lechuza se iba. La elfina miro a su ama que suspiro poniéndose de pie para tomar el sobre.

 

-Genial, al fin abrieron la clase- la Gryffindor se recostó en el mueble pensativa si ir o no.

 

-Tiene que ir y eso no se discute- le regaño Mar adivinando sus pensamientos-​y debe dejar esas ideas raras de estudiar música, ocúpese de pasa la clase primero- con eso dio por terminada la conversación para dirigirse al ropero de la rubia.

 

Mar apareció con un jeans azul marino, una blusa blanca con un estampado que decía "Holy Chic" y unas zapatillas blancas lisa, dejo la ropa sobre la cama y salio para que Alessandra se cambiara.

 

Una vez lista y con su cabello recogido con una trenza, salio de la Mansión Delacour, aunque fuera tutora de la Universidad no se acostumbraba a vivir hay, prefería viajar constantemente a permanecer en ese lugar por que extrañaba las casas, extrañaba estar rodeada del calor de los Dragones y observar cada mañana el volcán.

 

Mar su elfina la esperaba fuera apenas la vio estiro uno de sus delgados brazos para aparecer en la Universidad, el lugar estaba bastante tranquilo lo que llego a preguntarse si aun era temprano o se habían ido.

 

​-¿Abre llegado tarde?- le pregunto a Mar que aun estaba con ella.

 

-Nose ama, usted vio la carta no yo- le respondió Mar-

 

-¡¡Huy!! que mal humor- le dijo molestando a la elfina que rodó los ojos y desapareció.

 

Alessandra frustrada se sentó en el suelo a esperar que algún compañero apareciera o su profesora. No espero tanto cuando la una figura apareció resultando ser nada mas ni nada menos que Adryanie, su compañera de bando.

 

-Excelente- dijo sonriendo -supongo que nos tenemos que presentar ¿cierto?...bueno me llamo Alessandra Gryffindor-

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— En realidad no Ale, te conozco desde hace años — Le contestó con una sonrisa Adryanie.

 

Ambas chicas eran sus compañeras enla orden y se alegraba de ello. No se había fijado en los vociferadores de las directoras pero por la hora que era adivinaba que solo dos alumnos iba a tener y se alegraba de que fuera la primera vez que eran solo fenixianos, siempre en alguna clase se colaba otra persona que no estaba segura de que fueran mortífagas pero buenas personas no se veían.

 

— Bueno mira, justo aquí se abre un portal a Egipto — Le enseñó lo que parecía invisible, había que fijarse muy bien para darse cuenta que el aire en aquella zona ondeaba levemente. — Ven detrás de mi.

 

Puso un pie delante viendo como desaparecía y a la vez como su cuerpo era succionado por ese portal, lo único que lograba ver eran colores a su alrededor, no sentía tierra firma hasta luego de unos segundos más. Era una bonita forma de viajar, a su parecer mejor que la aparición o los polvos flu, ahí llegabas sin ensuciarte y sin marearte, tus pies caían suavemente en el suelo.

 

Al abrir los ojos se encontraban frente a una ciudad antigua, bañada en un color paja desde el suelo arenoso hasta las murallas de concreto. Se veían unas cuantas personas con sus turbantes pasar de un lado a otro, ajenos a las tres brujas que acababan de aparecer del medio de la nada.

 

— La magia más antigua viene de aquí del antiguo Egipto, somos dichosos que la universidad haya cogido como aposento la Academia —Comenzó explicando la Gryffindor mientras se adentraba en la ciudad — Aquí dentro de la ciudad hay tanto muggles como magos ocultos. Muchos de los magos se dedican a vender objetos de magia oscura, engañando a los turistas y haciéndoles creer que son souvenirs cuando en realidad tienen maldiciones en ellos.

 

Llegaron a un lugar donde se alzaban pequeñas carpas que vendían diferentes productos, inofensivos a simple vista.

 

— Los objetos maldecidos son fácilmente identificables por un mago, generalmente tienen un aura diferente, al estar cerca de ellos sientes un frío que te recorre y hasta físicamente son diferentes a los demás que los rodean — Señaló con el dedo a las tiendas — muchos son collares de Ópalo, Diarios encantados, Horrocruxes que las personas los ven como bonitos recuerdos y cuando llegan a la casa los maldicen ¿Creen que pueden identificar cuales son los objetos malditos ?

 

Invitó a las chicas a acercarse a las tiendas y verlos por ellas mismas no sin antes advertirles que no lo tocaran por más que el vendedor les insistiera a ello.

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Alessandra se sonrojo cuando Adry le dijo que no era necesario, sus días en la academia siempre le pedían que se presentara incluso cuando tomo Encantamientos aunque conocía al profesor tuvo que presentarse igual y ante el cambio que habían tenido la academia ahora Universidad no sabia como se manejaba ahora todo porque era su primera clase que tomaba después de eso.

 

La demonio asintió con la cabeza a todo lo que su profesora le decía, aunque se conocían por estar en el mismo bando su madre la había educado siempre respetando a los su superiores. Siguió los pasos de su acompañante traspasando lo que parecía ser una especie de sabana trasparente.

 

Había cerrado los ojos mientras pasaba aquel portal y cuando se sintió dentro y abrió los ojos colores, había gamas de tantos colores que parecía imposible contarlos o al menos saber cuales se combinaban para formar uno nuevo, incluso parecía flotar hasta que sintió firmeza bajo sus pies.

 

Alessandra se llevo una mano al rostro para taparse del sol que le dio directo a la cara, aquello era una razón del porque odiaba el sol ademas del calor, cuando su vista logro adaptarse al lugar observo donde estaban, Adry le había dicho que iban a Egipto pero una cosa era que lo dijeran otra estar en ese lugar.

 

-Increíble- susurro llenado sus pulmones del aire de aquel lugar.

 

Mientras Adryanie hablaba caminaron hasta la ciudad, había hileras de tiendas por ambos costados de la calle pero ellas se acercaron a uno que estaba de donde estaban.

 

-Creo que encontré uno- le dijo observando con admiración un anillo de plata con un Dragón que en medio tenia una especie de piedra negra -si no fuera un objeto maldito lo compraría- aunque el anillo capto su atención no podía ignorar aquella sensación extraña de frió.

 

-¿Vamos a destruir objetos malditos?-

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Un débil haz de luz hizo que la vampiresa saltara de su cama con un estruendo, ¿que si estaba dormida? no, claro que no, ella nunca se dormía solo descansaba los ojos y eso si es que podía porque generalmente rumiaba despierta hasta que su papá, Elvis, le apagaba las luces, sin saber que su hija nunca se dormía y seguía rumiando sobre todo lo que deseaba hacer cuando tuviera un tiempo libre de su trabajo en el Ministerio de Magia, entre esas cosas, estaba aquella clase de Defensa contra las Artes Oscuras, tiempo atrás había vivido varios episodios donde su vida estuvo en peligro así que mejor era conocer armas letales y necesarias para defenderse de cualquier ataque que quisieran perpetrarla ante su vista.

 

Busco en su extenso guardarrapas y encontró su ropa de civil: su pantalón violeta claro, su camisa blanca con perritos dalmatas, su traje violeta claro y sus zapatos de tacón alto violeta que le conferían el aspecto de toda una ejecutiva que siempre le agradaba portar, se apresuro a peinar su larga y enrulada cabellera pelirroja y rápidamente se hizo un perfecto rodete con su prendedor del fénix dorado, regalo de su papá, Elvis, por su graduaccion.

 

Releyó la nota mientras corría hacía la salida de su amada casa, apenas si saludo a su mamá, Annick, de pasada antes de volar literalmente de allí, demonios estaba llegando relativamente tarde y eso para alguien tan puntual como ella, era de lo más imperdonable y de nada servía que le recordaran que ella tenia muchas vidas aun que vivir, puesto que al ser vampiresa, no tendría que preocuparse tanto pero eso era algo que le tenía sin cuidado, ella debía de cumplir con todo y no se diga más.

 

No tardo nada en llegar a la clase, justo a tiempo para presentarse, estaba nerviosa y por demas ansiosa, esperaba que nadie se fijara en su tez palida y abrío sus ojos azules claros cuando vio quien era su profesora: ¿Adryane? casi más quiso saltar y reir del gusto, era lindo volverla a encontrar ella había sido su profesora, su primer profesora junto con Oriana, había sido su primer contacto con su amado bando, la Orden del Fenix, así que le tenía mucho aprecio y estima, aparte compartían la dicha de ambas ser Gryffindors ¿que más podría perdir?

 

Luego de pasar el portal que la profesora le había dicho, se encontro en un lugar hermoso y lleno de vario colores por doquier, Egipto se alzaba hermoso y lindo a su alrededor y eso era algo que le gustaba mucho, pero frunció el entrecejo cuando vio los objetos malditos ¿los destruiríamos? ¿que haríamos con ellos? antes que nada se acordó de que debía de presentarse a la clase y pese a que no hacia falta, mejor era hacerlo rapidito para que no la vayan a creer maleducada.

 

- Buenos Días, aunque Adryane ya me conoce porque fue mi profesora antes, pero por si las dudas, me llamo Lune Gryffindor, Lunita si quieren por cierto ¿que es esto? dioses ¿esta maldito? ¿no? porque siento una vibración rara como si fuera algo muy malo ¿que opinan? - Comenté tomando aquel collar de opalo en mis manos y sintiendo un escalofrió por todo mi cuerpo -

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— ¡Luna no! — Adryanie tomó una manta que había cerca y con ella le hizo quitado el collar que Luna sostenía en su mano hasta que cayó con un tintineo al suelo. Claro llamaron la atención hasta por lo menos 100 metros a la redonda. Miró a Luna pero parecía estar bien — Luna ¿cómo se te ocurre? — repuso y bajando la voz prosiguió — Si alguien te dice que algo esta maldito ¿tú llegas y lo tocas? Un solo roce con un collar de Ópalo maldito es suficiente para maldecirte y si no matarte ¿qué le hubiera dicho yo a Elvis si hubiera pasado eso?

 

Se las llevó a un lugar más lejano donde la gente no las viera tanto y respiró varias veces, debía calmarse pero no pudo evitar estar temblando del susto solo por el hecho de saber ¿qué hubiera pasado si una alumna se le muere....tan rápido? ¿seguiría con Alessandra como sino hubiera pasado nada y luego le mandaría las condolencias a la familia? o ¿habría que suspender la clase? Eran datos que nunca había pensado pero que los apuntaría mentalmente para preguntárselo a Elodia cuando la viera.

 

—Creo que no estaba maldito, por eso no te pasó gran cosa — Miró atrás donde estaba el vendedor viéndolas de forma extraña por el numerito que habían formado frente a su tienda — Lo que pasa es que los magos aquí cada vez se vuelven más buenos en ocultar este tipo de cosas; no es de extrañar que un objeto que tú no lo percibas maldito resulta que si lo esté.

 

Comentó caminando quien sabe donde. Lo único que quería la Gryffindor era alejarse un poco de allí, de cualquier manera se acordó que Alessandra estaba ahí con ellas y que le había hecho una pregunta antes de que pasara todo el barullo que había pasado.

 

—Por cierto Alessandra si, creo a mi parecer que el anillo que dijiste estaba maldito, al menos tenía un aura diferente a los demás — Explicó — El problema es que para comprobarlo y estar del todo seguras hay que tocarlo, algo que no vamos a hacer evidentemente— Pensó por un momento en los magos rompemaldiciones de Gringotts y se dijo que algún día tendría que ir a visitarlos — ¿quieres destruir objetos malditos? Me alegro que loquieras porque tengo un amigo...

 

Las amistades de Adryanie nunca eran del todo buenas, había que recordar que su pasado no había sido del todo ... bueno. Conservó las amistades porque sabía que en algún futuro le podía ser útiles y así fue, sus clases generalmente iban a dar a ese tipo de lugares.

 

Llegaron allí mismo a un local un poco destartalado en el cual se veía que no había entrado un cliente en años. La puerta chirrió al abrirse despertando a un ancianito como e cien años que dormía plácidamente sobre un taburete. Las vió y casi fue como para volver a cerrar los ojos.

 

—Hola, yo soy Ad...

 

—Ya sé quien eres, están en la parte de atrás — Respondió con voz rasposa el anciano.

 

Se dirigió con las chicas a la tras tienda donde el desorden de coas empolvadas era mil veces peor que en la parte delantera. Las dirigió a una vitrina donde había una serie de objetos collares, libros, pulseras, piedras, al pareces cosas inservibles.

 

— Chicas, estos son horrocruxes. Los horrocruces son objetos que contienen parte del alma de una persona en ellos, no son fáciles de hacer y para hacerlos debes asesinar a alguien — Explicó —Cada vez que asesinas a alguien una parte de tú alma se desgarra, los magos oscuros utilizan esta parte desgarrada y la meten en un objeto importante para ellos, puede ser lo que sea pero que sea inanimado. — Señaló a los diferentes objetos que había en la vitrina —Aquí los venden, pero estos pequeños objetos pueden ser catastróficos así que si quieren destruimos uno.

 

Sacó del pequeño bolso que llevaba en la cintura un pedazo de seda rojo e cual abrió para dar a conocer un colmillo pequeño. Sacó posteriormente lo que parecía una pequeña piedra y le tendió el colmillo a Aleesandra.

 

— Realmente no tiene mayor ciencia solo lo clavas en el objeto, el problema resulta en encontrar el objeto adecuado para destruirlo, generalmente son cosas igualmente poderosas y legendarias, en este caso lo más fácil de conseguir es un colmillo de basilisco que es el que tienen en tú mano Ale — Le puso al frente la piedra horrocrux — Cuando estés lista.

 

 

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- Pero Adry ¿sabias que soy muy curiosa? además parecía inofensivo, lo siento se que debo de tener más cuidado pero es que soy curiosa y quise saber que era eso, por cierto ¿por que nos miran todos? oh vamos Adry se que mi papá, Elvis, no se asustaría quiero decir claro que se preocuparía mucho pero él ya sabe que adoro tomar riesgos innecesarios que suelen terminar muy mal, de hecho si mal no recuerdo cierto barco..... fue divertido ¿te acordas? en realidad solo quería sentirlo y por cierto que tiene una vibración muy mala, así que mejor ya no intento tocarlo más - Le comenté sonriendole amablemente y para nada sorprendida con su arrebato -

 

Adryane siempre me había caído la mar de bien, incluso antes de saber que eran familia, primero porque había sido el primer contacto que había tenido con mi amada Orden del Fénix y segundo porque había sido la profesora con la que había tomado más riesgos en toda su vida, así que suponía que aquello sería igual de divertido como aquel viaje en barco que recordaba y mantenía vivo en su memoria con un cariño especial.

 

- Entonces.... ¿podía haber estado maldito? se que algunos objetos si lo son, ¿un amigo? ¿que amigo? oh dios mio ¿que es este lugar? - Masculle en un murmullo la ultima parte para que solo Alessandra me escuchara -

 

El local estaba un tanto destartalado, aunque a simple vista parecía que se caía a pedazos o esa fue la impresión primero que me dio, como uno de esos sitios del que si le pasas por al lado ni de broma entras, primero por el aspecto y segundo porque de seguro tendrás cosas más importantes que hacer que desentrañar los misterio del lugar, algo que para la detective era la mar de interesante y de vital importancia, así que Adry sin saberlo la había llevado al corazón de su vida: una historia por descubrir.

 

Entramo al lugar, un señor viejito como de mil años las atendió de mal modo, lo observé asombrada y bastante enfadada ¿quien se cree aquel ser? suspire calmándome al instante, no quería que Alessandra supiera del mal carácter que tenía a veces, mire a Adryane y le fruncí el entrecejo cruzándome de brazos luego, mi profesora sabría a ciencia cierta que me había enfadado porque ella más que nadie sabia el carácter que podía llegar a tener cuando quería, carácter que muy pocos sabían que poseía en realidad y oculto bajo una falsa camaradería.

 

El enfado se me paso cuando escuche lo de los Horocruces, abrí mis ojos por la sorpresa ¿una piedra era un Horocrux? había escuchado nombrarlos solo de pasada y me parecía fascinante destruirlos, estaba en contra de todas las Artes Oscuras y solo deseaba tener armas para poder destruirlas, así que me sentí bastante feliz y alegre de que me dejara destruirlos tanto que casi salto de contenta, pero recordé a tiempo que estando en la clase debía de mantener cierto decoro.

 

 

- Dios mío un Horocrux, lo siento es fascinante que podremos destriur uno, Adry ¿puedo destruir alguno luego de Ale? solo si me dejas claro, es que me parece increíble poderlos destruir sabiendo toda la magia oscura que pueden habitar en su interior, siempre quise tocar un Horocrux pero tranquila, Adry, se que no debo de tocarlos tampoco aunque confieso que siempre quise hacerlo, infantil y tonto, pero cierto lamentablemente - Les comenté a Alex y Adry, encogiéndome de hombros y observando como se disponía a aniquilar ese Horocrux -

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Alessandra pego un salto sorprendida por el grito de su profesora, no había despegado sus ojos del anillo hasta ese momento para ver como Luna tomaba un collar que estaba maldecido, parpadeo varias veces observando de reojo como el hombre del puesto las miraba con curiosidad al igual que algunas personas que habían escuchado aquel grito.

 

Adry llevo a ambas a un rincón para que las personas que las miraban dejaran de hacerlo, no podían permitirse llamar la atención estaban en una clase para defenderse de las Artes Oscuras y no seria bien visto que en la mitad de ella alguna fuera maldecida, escucho la pequeña discusión que ambas brujas tenían sin interponerse.

 

Miro sobre su hombro para ver si alguien las estaba bien y así era una niña pequeña estaba tomada de la mano de su madre no apartaba la vista de ellas tres, pero la voz de la Demon Hunter capto su atención respondiendo la pregunta después de eso la siguieron hasta un local sucio, estaba todo tapado por diarios viejos, envoltorios de dulces viejos y el olor a polvo era muy fuerte, arrugo la nariz mientras entran al lugar y por lo que veía le sorprendió bastante que Adry conociera gente viviendo de ese modo.

 

-Nose pero me sorprende que Adry conozca a este tipo de gente- le respondió a Luna.

 

Caminaron hasta llegar frente a una vitrina, no sabia que eran hasta que vio una piedra pero era la misma que tenia el anillo con el dragón, hay lo supo estaba frente objetos malditos pero la Demon Hunter comenzó a explicarles que eran Horrocruces. Su respiración se agito no por estar nerviosa sino ante tanta magia oscura, ella sabia de eso los había estudiado desde niña gracias a aquella bruja que una vez pensó que era su madre, Amaya, y era un conocimiento que nadie sabia que poseía y seguiría oculto por mucho mas.

 

Tomo entre sus manos el colmillo de Basilisco que su profesora le tendió, miro a la piedra que estaba enfrente suyo, sus manos comenzaron a sudar, estaba lista para desaser del mundo a aquel objeto, levanto su mano derecha con el colmillo pero del objeto salio un chillido que hizo que se le cayera al suelo y se tapara los oídos.

 

-Creo que se esta defendiendo- gimió arrodillada tratando de apagar aquel sonido.

 

Pero sabia que no terminaría así de fácil tenia que romperlo para acabar con eso, tanteo el suelo polvoriento hasta tocar con las puntas de sus dedos el filo del colmillo -ca***o- maldijo por lo bajo, el ruido ensordecedor de la piedra no ayudaba en nada a la Delacour.

 

Cansada clavo la punta del colmillo en la piedra al hacerlo esta se rompió, dejando un silencio como de un cementerio se tratara.

 

-Vaya, eso fue interesante- suspiro con cansancio.

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- Si Ale es completamente sorprendente... quiero decir ¿Adry? es esa clase de persona buena a la que nunca imaginarias en esta clases de cosas extrañas, quiero decir que yo siempre me imagine a personas malas sabiendo de todo esto, aunque ciertamente a mi siempre me parecio que necesitaríamos saberlo, al menos, para saber a que nos enfrentamos y ciertamente podría sernos de mucha utilidad a futuro por eso es que decidí tomar la clase, para saber las armas de nuestros enemigos - Le comenté en un susurro bastante sorprendida y asombrada -

 

Cerré los ojos cuando Ale levanto el colmillo de basilisco, vi como se defendía y me tape los oidos intentando ayudar a Ale, era cierto esa cosa se estaba defendiendo y eso ocasionaba que me mareara, cosa rara pero quizás tuviera ese efecto en los vampiros, parpadie asombrada intentando enfocar bien observando todo a mi alrededor era como si por arte de magia me hubiera quedado sin ver por un minuto, hasta que todo se aclaro y justo atine a vislumbrar a Ale rompiendo al fin el maleficio que llevaba aquella rara piedra, lo siguiente que recuerdo es estar incorporándome y pensando en que todo aquello había sido de fabula y extraño por demás.

 

- Dioses bendito ¿eso era una de las defensas? ¿no? gua realmente es sorprendente, quiero decir espeluznante pero sorprendente, creo que quiero intentar romper alguno Horocrux ¿puedo Adry? es completamente una locura y de lo más te da escalofrió enormes y quieres morirte allí mismo, pero realmente es sorprendente dioses ¿que sentiste Ale? cuando lo mataste sentí como si me muriera por dentro, como si mi alma se fuera de allí, fue algo raro y extraño pero debe de ser porque suelo ser muy sensible siempre a todo - Les explique a Adry y a Ale, sin estar muy segura de haberme explicado del todo bien -

 

Estaba preguntándome aun ¿de donde conocía Adry a aquel ser? había muchas cosas de mi mentora que no sabía y eso me asombrada, sin mencionar que la había visto muchas veces luchar contra las artes oscuras, aunque pensándolo bien había varias cosas que nadie sabía de mí, así que y por ende no podía culpar a Adryane por no decirme aquello, aunque aun me sonaba la mar de extraño y espeluznante, además de fascinante a partes iguales y me dije que exploraría al máximo todo mi potencial para poder sacarle todo el jugo a esta clase.

 

La eterna alumna, esa era yo y eso era algo que adoraba ser, Alumna, Estudiante de algo, ser alguien en algún sitio para no desaparecer nunca, sabía que haría historia, que sería importante y esperaba poder traer paz y armonía al mundo mágico, esperaba poder luchar contra todo lo que estaba aprendiendo y de hecho, para eso había pedido esta clase, porque quería saber las armas para poder pelear contra ellas cuando sea necesario y además para cultura general porque no, sin contar que sería muy interesante luchar contra algo maldito y máxime con lo sensible que solía ser yo gracias a mis dotes vampiricos.

 

- Profe... ¿de donde conoce a ese hombre? ¿es amigo suyo? - Le pregunte en un susurro a Adryane para que solo ella y Alessandra me escucharan y dicho sea de paso para desentrañar aquel raro misterio -

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Por alguna razón le dio gracia la maldición y el insulto de Alessandra ¿quién en su sano juicio le podía dar gracia algo mientras se hacía algo tan peligroso como destruir un Horrocrux? Bueno pues si a ella le dio gracia. Lo bueno es que todo había salido bastante bien y no pasó nada catastrófico.

 

— Si, es cierto ellos ponen resistencia, recuerden que son casi como seres vivos — Se acercó para ver los restos de la piedra destruida — Evidentemente entre más poderoso haya sido o es el mago que haya dejado su alma ahí dentro, mayor es la resistencia.

 

Luna estaba con ganas de destruir un horrocrux también ella, la demon hunter se mordió el labio pensando,ya era un poco tarde porque de hecho ya había oscurecido y el reloj de pared que esperaba que estuviera bueno marcaba las 6 ¿a que hora tendría que llevarlas a la universidad de vuelta? Pensó unos segundos más mirando la parte trasera de la tienda

 

—Hagamos algo.... Ale, si más no me equivoco detrás de la tienda un bosque, puedes ir investigando,deben haber algunos boggarts y si hay ríos hasta kappas solo...ten cuidado ypega un grito si estás en problemas, sobre todo con los boggarts que tienden a materializarse en tú peor miedo— Le advirtió Adryanie.

 

No podía partirse en dos para acompañar a sendas alumnas, pero por alguna razón le preocupaba más Luna, tal vez porque aún estaba un tanto asustada por lo que había pasado en los puestos de venta anteriormente. Tenía miedo de que si se iba con Alessandra cuando volteara a ver hacia atrás encontrar el local en llamas, no es como que valiera mucho o importara mucho pero aquel era un excelente lugar para las clases. Luna podía ser muy curiosa aveces (casi siempre) así que antes de dejarla con todos aquellos objetos de artes oscuras sola, mejor la acompañaba.

 

Esperó a que Alessandra saliera para continuar, solo esperaba que no se encontrara la templario nada extraño como ...un dementor.

 

—Él pues es un amigo de mi familia sanguínea.... Bien Luna entonces... elige uno y has lo mismo que Alessandra — Le mostró la vitrina con todos los objetos en ella y le alcanzó el colmillo que seguía intacto como si nada le hubiera pasado.

 

 

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