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Aura de Thestral (MM B: 106427)


Anthony R. Dracony M.
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Sonó una linda canción de piano en la entrada justo cuando Vladimir entró por esta. Escuchó el efecto de sonido característico de cuando se rebobina una película a la hora arreglar algún objeto con magia. Lo sabía ya que había estudiado transformaciones. Se aproximó a una chica que nunca había visto y con una leve reverencia le saludó.

 

—Lo siento... venía a explicar porqué hay un pájaro muerto en su piso y una piedra quebrando el cristal. Repararlo si era el caso, pero veo que ya no es necesario—, contestó mientras observaba a la criatura tirada en el suelo a unos metros de él. —El pobre diablo se robó mi varita con su pico— dijo mientras volteaba su cabeza hacia el ave,—Disculpe si las interrumpí—se aproximó al cadáver y a la hora de quitarle la varita este se desvaneció en el suelo dejando una mancha negra a la vez que una fuerte tormenta se provocaba en el cielo.

 

—Creo que hice enojar al dios Odín... o a su hijo—, dijo mientras veía las ráfagas de viento azotar violentamente el local, el sonido de rayos arriba en el cielo como si de una bóveda oscura se tratara.

 

@@Samantha Sokal@@Shena Cindy de Ryvak M.

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La castaña mira a la entrada, es algo tarde, la gata Lizeth ronronea en sus brazos, Cindy se pregunta sobre su ama: @@Samantha Sokal la rubia amiga y compañera de ambos, será mejor que le confíe a Sam, lo feliz que le hace sentir que viva con ellos, pero tal vez no hay problema puesto que Sam y Antoni, se toman las tardes libres para platicar entre ellos disfrutando del bello Jardín interior.

 

La música de piano acompaña la entrada de un mago de cabello negro brillante al local, el mago la mira con sus ojos azules claro que de un modo la hacen sentir cómoda y un pensamiento le viene de pronto: "tal vez este mago es conocido de Sam o de Antoni...."

 

Sonríe amistosa hacía él, ella responde el saludo del joven también con una ligera inclinación y lo escucha explicarse.

 

Con curiosidad sigue sus movimientos, ve el ave y como el joven mago toma su varita, la siguiente parte de su conversación la hace emocionarse.

 

--Por todos los dioses celtas! Sam le encantará hablar contigo! Disculpa, mi nombre es Shena Cindy de Ryvak Malfoy, mucho gusto, soy socia de este local que fue creado por Antoni Ryvak Dracony, mi esposo, perdón, eres amigo de Samantha Sokal o de Lady Luxure? Ellas son nuestras socias en el local.

 

@@Vladimir Karkarov

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Samantha se había quedado dormida leyendo un libro cuando de repente algo la sobresaltó. Un ruido a cristales rotos, y provenía de abajo, del Atelier. No sabía si había alguien pero la bruja escandinava tuvo un cierto temor de que Lisbeth estuviera haciendo de las suyas con algún bote de pintura, y maldita sea, no quería tener que limpiar a la gata ni tener un bengal azul o verde.

Vestida solo con una camiseta larga de dormir bajó corriendo las escaleras, tan dispuesta a retar a Lisbeth que solo se dio cuenta de que había gente cuando ya estaba en medio de ellos.

 

Por un lado Shena, por el otro un muchacho alto y morocho. No tenía idea de quien era. Levantó en brazos su gata medio incómoda, no tanto por el largo de la camiseta que bien podía parecer un vestido minifalda sino más bien por su cabello revuelto y los pies descalzos. Era obvio que iba de entrecasa.

 

Se oyó un trueno. Frunció el ceño mirando al cielo. Thor estaba enojado, media hora antes el clima había estado despejado.

- Shena... ejem... -carraspeó acariciando a Lisbeth- no sabía que había visitas.

Luego miró al chico de arriba abajo sin ningún disimulo, pinta de extranjero, ojos muy celestes - lindo color- pensó.

Sin siquiera preocuparse por su atuendo inapropiado levantó las cejas con interés y curiosidad.

-Y usted... ehhh.. señor... es.... esperó la respuesta.

@@Vladimir Karkarov@@Shena Cindy de Ryvak M.

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—Shena... es un placer, soy Vladimir... verá, si me suenan sus nombres pero no los conozco, no al menos de trato— dije.

 

Con la varita en las manos me aproximé hacia Shena, con bastante curiosidad por lo que decía, me mencionaba a varias personas que había visto levemente por algún lugar del ministerio o posiblemente en otro negocio, aún así no lograba focalizar sus rostros en mi mente. Guardé mi varita finalmente en mi bolsillo, mientras observaba fijamente la gata que sostenía en sus manos, fue cuando de pronto una figura esbelta, de hermoso cabello rubio algo desordenado y con sus piernas desnudas bajó por unas escaleras a reclamar la a la gata.

 

—Como le decía aquí a su socia... mi nombre es Vladimir, supongo que es usted Samantha—, respondí segundos después de que me hiciera las preguntas y tomara consigo a la peluda felina —Verá, no soy una visita ni nada por el estilo, solamente venía persiguiendo a ese cuervo...—volteé a ver hacia donde había quedado la oscura mancha en el piso —Bueno, al cuervo que estaba ahí y por error rompí uno de sus cristales, entré para pedir disculpas y de ser necesario, arreglarlo—

 

Sacudí un poco el jubón que llevaba puesto y carraspee la garganta. Esperaba no haber incurrido en ninguna molestia para las damas. A Sam estaba seguro que la había visto dentro de la Orden, aunque no estaba muy seguro, aún así, no podría preguntarle fuera del cuartel.

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Antoni Ryvak Dracony

 

Gracias a la especificación especial del hechizo antiaparición, el Ryvak puede aparecerse en el interior de su local, en cuanto ve el lugar, pasea la vista miel sobre las instalaciones caminando despacio, se toma el cuello con la mano derecha haciendo presión sobre el ya que un pequeño dolor aqueja esa parte de su cuerpo, ¿qué hacía antes de aparecerse? dar un chequeo en el hotel, las cosas van bien, su otro local también, poco a poco las cosas parecen ir mejor. Entonces.......¿porque siente este malestar? bastante conexión tiene con sus tres locales...piensa un poco, las sombras parecen ir desapareciendo, levanta la vista, la luz del día comienza a desaparecer, ya está haciendo se tarde, Jerard debe estar en la recepción.

 

Tensión...eso fue lo que Alessandra menciono que era lo que tenía últimamente, el famoso estrés, aunque mucho intentaba no ser afectado está era una de esas ocasiones en que sentía ese síntoma estando en el atelier...lugar donde pintando se desprendía de la ansiedad y mejoraba su estado físico y emocional.

 

Será mejor si va a la habitación y realiza los ejercicios de relajación que le enseñaron Anna y Alessandra, camina por el jardín del que se siente orgulloso, la hermosa reja con la silueta de dragón, siempre le levanta el ánimo, así como la escultura de dragón que compro unos meses después de la apertura del local y lo cual no pudo desaprovechar para tener una replica de su criatura favorita.

 

En una de las ramas de la jacaranda, apareció Thyr, que avanzo por lo largo de la rama para acercarse al tronco y con intensión de acercarse al peliverde, solo que se detuvo, miro hacía el estudio donde el ojimiel tiene a resguardo varias de sus pinturas y sin más desapareció, algo que le extraño...¿sería que Thyr percibió algo inusual? el demiguise es una criatura tímida, por lo que no es muy abierto a confiar en los extraños, tal vez solo es que hay clientes en la sala de exposición. sería mejor si marchaba a dar una revisión al estudio y a esa sala.

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- ¿Que qué?????? - dijo Samantha cuando escuchó que ese tipo había matado a un cuervo.

Miró en dirección a la mancha oscura que había en el suelo del atelier. Con lágrimas en los ojos soltó a Lisbeth al tiempo que le dijo- Du, gå op! La gata conocía a su dueña, cuando estaba enojada mas valía no contrariarla mas.

Samantha se acercó a la mancha oscura y se arrodilló frente a ella, no le importaba si la camiseta se le subía algún centímetro más allá del decoro. Alguien había matado a un cuervo.

 

Dejó la varita a un lado, sobre el piso, y unió sus manos apoýandoleas sobre lo que alguna vez había sido uno de los pocos animales que amaba. Cerró los ojos y levantó la cabeza murmurando una plegaria en norso antiguo, el idioma de su padre. En menos de un minuto el cuervo estaba vivo otra vez, era solo un pichón. Samantha lo tomó con su mano izquierda y lo puso contra su pecho. Luego recogió su varita y se puso de pie.

- ¿Quién-es-usted? -preguntó con voz helada y apuntando la Tyr hacia el mago de acento extranjero- no me importa su nombre, ninguna varita justifica lo que acaba de hacer.

 

@@Vladimir Karkarov

 

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Deseaba acabar pronto con el chequeo del estudio y de la sala de exhibición para poder retirarse a descansar...esta vez solo quería abandonarse al sueño para recuperarse de la pesada semana de trabajo...que le encante su empleo no disminuye el cansancio que le agota la energía empleada.

 

Jerard tendrá que ocuparse de cerrar el local, solo comprobar que todo está bien y podrá ir a su habitación. Las luces de ambos sitios siguen encendidas, ve que las pinturas están bien, nada fuera de lo normal, saca la varita, un hechizo para comprobar que no hay personas ocultas...nada, hora de checar el estudio....apenas entra, su gesto soñoliento se desvanece...alguien estuvo o se encuentra, lo siente....sujeta con firmeza su varita

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—¿Acaso no me escuchó? —.

 

Pregunté sintiendo algo de incomodidad mientras volvía a sacar mi varita de mi bolsillo, si se quería arriesgar a combatirme le daría bastante pelea. No me dejaría de nadie, menos sabiendo que el perjudicado era yo, cuestión de suerte fue el haber podido recuperar la varita ilesa. Sentí mi ceño demasiado fruncido, y no me había dado cuenta en qué momento me había molestado tanto, el hecho de que me apuntaran con una varita y con ese tono me ponía a la defensiva.

 

—No hagamos escenas —dije— claramente fue un accidente que se pudo evitar si cuidaran mejor a sus criaturas. —hablando de eso, ¿cómo era posible que la gata no se comiera al cuervo?. Mi fisico no dejaría que pasara desarpercibido por la otra mujer, Shena, ambas sabrían al verme que estoy acostumbrado a lidiar con cosas y situaciones riesgosas y difíciles en donde requieren mucha actividad física, como en el cuidado de criaturas mágicas.

 

Volví mis ojos celestes por un momento a las delgadas piernas de Sam, se veían cálidas y blancas, luego observé su postura, parecía alguien con mucha fuerza interior y de voluntad. Añorada por los dioses. Guardé mi varita nuevamente y luego suspiré, quitando de mi cabeza la capucha azul que no dejaba ver con claridad mis rasgos, más que el brillo intenso de mis ojos.

 

—Miren señoritas —dije mientras pasaba mi mirada de Sam hacia Shena para luego regresar a Sam— no vengo con intensión de causar problemas. De hecho entré para solucionarlos. Ahora si bien quieren creerme, estaría perfecto, sino... simplemente me marcharé —.

 

Sería una lastima, realmente le llamaba la atención la chica rubia, pero dejaría la decisión en sus manos, me sentiría de la misma forma si alguien que no conozco lastimase a mi elfo Caccius.

 

@@Samantha Sokal

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  • 2 semanas más tarde...

Samantha estaba enojada, sin embargo se obligó a bajar un cambio en su estado emocional. Si bien desde que estaba en la comunidad mágica había aprendido a controlar su ira sabía muy bien el daño que podía hacer. Y eso aun le daba miedo. Aemás, después de todo, era probable que el mago extranjero tuviera razón, no había entrado buscando problemas, aunque los hubiera encontrado.

 

Dejó la varita sobre la mesa y acarició al cuervo que tenía en brazos. Ya lo había decidido, lo adoptaría. No tenía lechuza por lo tanto él llevaría sus mensajes. Lo llamaría "Sort" (negro en danés). ¿Lisbeth? Pues Lisbeth tendría que acostumbrarse, como se acostumbran todos los gatos que tienen un emplumado en su familia.

 

Miró al muchacho mas tranquila. Y ahora más interesada. Joven, atractivo, ojos azules... aun así no parecía estar interesado en ella, a pesar de su vestimenta, o falta de ella. Muy bien. tal vez podrían ser amigos. Ella también era una extranjera en Londres y sabía lo difícil que era adaptarse.

 

- Disculpa -dijo avergonzada- es que , para mi, los cuervos son especiales -y añadió- Eres ruso ¿no?. Quieres un vaso de vodka, tengo de los buenos.

 

@@Vladimir Karkarov

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  • 2 semanas más tarde...

No puedo sentirme más a gusto, las cosas ahora estan totalmente en calma. Si bien, conozco el momento en el que el fuego fulgurante sale de los tímidos pero vivaces ojos de la rubia, ahora se trata de otra persona. Encuentro problemas donde no quiero tenerlos, una desdicha que para mi suerte me ha abierto a muchas posibilidades.

 

—No sucede nada, no te preocupes.

 

Comento tranquilo y de forma modesta mientras guardo mi varita en el bolsillo.

 

Sé que los cuervos tienen su fama de ser algo extrovertidos, pero nunca habia tenido la oportunidad de enfrentarme a uno tan anuente a robar la propiedad privada de alguien más. Sin embargo, no tengo nada contra de ellos, me parecen criaturas inteligentes y peligrosas cuando no se les respeta.

 

Sam... lindo nombre, rima con la figura delgada y con la mirada poética que destila su rostro, no teme hacer daño, pero es tanto amor como protección por partes iguales. Comienzo a pensar que puede llegar a ser una gran amiga, rápidamente a identificado de donde soy y me ofrece ahora vodka. ¿Rubia, con personalidad definida y conocedora de gustos, qué más quiero?

 

—Por supuesto, ¿que me puedes ofrecer?... ¿está bien si tomamos aquí? pienso que, es el local de alguien...

 

Comento algo divertido mientras enarbolo una pequeña sonrisa que hace asomar mis dientes levemente mientras me encamino en dirección a Sam, atraído por su aroma y por las intrínsecas ganas de acariciar el cuervo que lleva en las manos. Su plumaje se nota algo suave, pero al tacto es tanto suavidad como protección.

 

—Son criaturas hermosas... todas lo son... discúlpame por haberlo lastimado. Tuve que encontrar otra forma de hacer las cosas. — me separo un poco —¿De donde eres tu? no creo haberte visto por el callejón anteriormente... es interesante como siempre encuentro personas nuevas estos días... y hermosas, aclaro.. —me sonrojo levemente y carraspeo la garganta.

 

@@Samantha Sokal

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