Fiesta en el Campus!

[Luci Rosier]

Lizzy Rosier

 

La chica escuchó con atención la explicación del problema de Aleister. Le explicó con rapidez que ya estaba mejor, mientras fijaba su mirada en Cissy que clavaba sus ojos esmeralda en los del joven rosier. La bruja sonrió mientras seguía a Cissy hacia un jacuzzi que habían preparado. De repente llegó otra joven que conocía de vista, se trataba de la joven Natasha. Se apuntó a lo del jacuzzi. No se esperaba aquello, para nada. Suspiró al ver a Alyssa tirarse con rapidez al agua, no antes sin quitarse la ropa.

 

Al instante recordó que no había traido bañador, ni nada que se le pudiera parecer, únicamente la ropa interior. Suspiró, parecía que aquello no importaba allí. Sonrió al ver como Aleister se sonrojaba de la vergüenza. Era obvio lo que le pasaba. Parecía que era la única que se había percatado, sería por ser su madre, o por que las demás no se habían fijado, se preguntó la Rosier.

 

Era él único hombre, y por lo que parecía no tenía bañador. Lizzy sonrió al ver como Cissy se llevaba al joven rosier a otro lugar. Parecía que la mortífaga le estaba pidiendo permiso, y a que le lanzó una mirada antes de desaparecer con el chico. Que suerte tenía Aleister, pensó, ojalá hubiera más chicos como él. Suspiró, sabía que debía dejarlo vivir su vida, pero necesitaba controlarlo un poco.

 

Se alejó de la multitud de la gente, buscando un lugar privado, que no fuera el que Cissy y Aleister acababan de ocupar. Se metió en uno de los baños que había allí. Se quitó la ropa quedandose así en ropa interior. Ella también era bastante vergonzosa, por lo que no se veía capaz de hacer lo mismo que Alyssa.

 

-Morphos- susurró mientras apuntaba con la punta de su varita a sus ropa interior. Al instante esta se trasformó en un bikini. Se miró en el pequeño espejo que había, ¿le quedaría bien?- pensó imaginando si algun apuesto hombre aparecería por allí. Suspiró saliendo de sus sueños. Dobló con rapidez su ropa, no pensaba dejarla allí, podría pasar cualquier cosa.

 

Salió de allí rapidamente. Observó como Alyssa seguía chapoteando en la piscina. Llegó a la piscina y metió un pie, mientras pensaba si estaría fría. Sin dudar más se tiró desde el borde. Salpicó mientras sonreía. Se acercó hasta Alyssa y la preguntó:

 

-Oye, y el motivo de esta fiesta?- era una pregunta que llevaba haciendo un buen rato, pero no había surgido el momento de hacerla, hasta ese momento.

[Cissy Macnair]

Sentía la mirada de Aleister sobre mí, pero no me preocupé. El espacio del baño era reducido y no había forma de que fijara sus ojos en nada más, así que tan pronto terminé con la labor de convertir mi ropa interior en un bañador, me di cuenta de que él estaba poderosamente cerca de mi. Pasó su dedo sobre la fina tela que cubría parte de mi vientre y le sonreí.

 

-La magia hace cosas interesantes- comenté, contenta con mi trabajo.

 

Nunca había transformado ropa en algo que no fuera dañino para la salud de alguien más, pues el Morphos sólo lo utilizaba para atacar a mis oponentes en los duelos. Pero en aquella ocasión había resultado bastante bien y no había terminado con un Aleister agonizante por el veneno de una viuda negra o una avispa de mar.

 

-Ehm, salgamos primero y luego la recogemos. No tengo mucho espacio para agacharme aquí adentro- sonreí y luego le señalé la puerta con la mano para que la abriera y así pudiéramos ir directo hacia el jacuzzi.

 

Una vez afuera, recogí nuestra ropa con otro movimiento de la varita y la puse en una butaca junto al equipo de audio, antes de meter la varita entre mi blusa y dirigirme hacia el agua burbujeante donde ya Alyssa, Leah, Natasha y Luci disfrutaban de la relajación total del momento. Fue cuando vi a las chicas que comprendí a lo que Aleister se refería. Era cierto, aparte de él sólo Christopher había asistido a la fiesta y en aquel momento se encontraba leyendo un libro en un sofá, así que no parecía muy interesado en meterse con nosotros en el agua.

 

-No temas... aquí nadie muerde... A menos que lo pidas- dije lo último más bajo y con un tono pícaro, antes de empujarlo suavemente hacia el resto de la gente.

[Aleister Crowley]

Abrí la puerta al momento que me lo solicitó y asentí con la polera aún en las manos saliendo, sosteniéndola al nivel de mi ombligo de forma inconsciente. Parecía estar cubriendo los algunos bellos que tenía en conjunto de los de mi pecho que cubrían mi cuerpo desde el bañador al ombligo. La expresión corporal de mi cuerpo parecía entumido, mas solo era por el poco de pudor que sentía de imaginar que me vieran "así" junto a Cissy "así también" saliendo de un baño. Desde ese momento me juré hacer más ejercicios para mejorar mi cuerpo; aunque por lo menos podía representar mi edad con el físico que tenía; tampoco estaba tan mal. Dije en mi mente y ordené mi cabello rebelde un poco con mis manos echándolo hacia atrás, a medida que revisaba mirando la venda que cubría una de mis piernas.

 

En eso caí en la cuenta: ¿Dónde estaba mi varita?

 

Revisé entre el bañador, mis piernas y nada. Pero no había captado que el bañador poseía unos pequeños bolsillos en donde la varita esta a medio caer tambaleándose desde ahí. La tomé al instante y dejando la polera con despreocupación a la par de mostrar mi cuerpo con indiferencia, la guardé junto a la ropa de la Macnair acercándome con ella al jacuzzi y a medida que llegábamos, sintiendo unos empujones suaves por mi espalda instándome a entrar al fin comprendiendo a lo que me refería con ser el único hombre.

 

-Sí, sí. Ya voy un momento - sonreí divertido negando y me puse a un lado hincándome para quitarme la venda de la pierna, descubriéndose una parte de mi gemelo hinchado y más rojo que el resto. Me levanté con cuidado y me interné en el jacuzzi al lado de Alyssa y mi madre tan joven un poco más allá, como uno que se veía, ya que hace poco sabía que era un vampiro.

 

 

 

OFF: me salió un verso sin ningún esfuerzo *-*

[Cissy Macnair]

Había estado observando a Aleister mientras se preparaba para entrar al agua y noté por primera vez que tenía la pierna hinchada, lastimada. Antes el pantalón lo cubría, pero ahora ese impedimento visual ya no estaba en el lugar y fue cuando me di cuenta que le costaba un poco caminar, algo apenas perceptible.

 

-¿Qué te pasó ahí?- quise saber, intrigada.

 

Me corrí del camino para que pudiera meterse con nosotras y saboree ligeramente las burbujas que iban apareciendo, masajeando el cuerpo y dejándolo en una especie de relax. El jacuzzi era más amplio de lo esperado, porque aún estando seis personas dentro, aún parecía haber lugar para más. Quizá Leah le había hecho algún hechizo para agrandarlo o quizá fuera que el agua con jabón tenía algo que hacía dar vueltas mi cabeza y por eso me parecía que todo era más amplio, más lejano.

 

No me di cuenta cuando mis ojos comenzaron a cerrarse con pesadez, sin que yo les ordenara nada. Me sentía cansada y el aroma a lilas y rosas me envolvía junto con la tibieza del agua. Miré a los chicos y sonreí como tonta, estirando una mano para tocar el cabello mojado de la Atkins, que parecía mecerse en el agua como serpientes. Toquetee un mechón, divertida. El mechón se movió, hizo un giro extraño y entonces... una cabeza triangular con un par de ojos amarillos me estaba observando y su cuerpo frío y reptiliano se envolvía alrededor de mi mano. Quise gritar pero no pude, ningún sonido salía de mi boca. Las serpientes no me asustaban, pero aquella era rara.. estaba en el pelo de mi amiga...

 

No me había dado cuenta de que me había quedado pesadamente dormida dentro del jacuzzi, como en un estado completo de inconsciencia, teniendo extrañas pesadillas. El agua emitía extraños borbotones calientes y seguía lanzando burbujas coloridas y aromatizadas al aire... Nadie había notado aún el olor a hierba matalobos y ajenjo que había en el agua y que me había llevado a un desprevenido desmayo, como una broma cruel.

[Leah Snegovik]

~Leah Atkins

 

 

Que Cissy aceptara su propuesta de ir al jacuzzi había sido ligeramente liberador, esperaba como mínimo recibir una patada que la mandara volando de regreso a Ottery, pero la mujer estaba de buenas. Y cuando pretendía hacer algo con su ropa, una chica apareció casi de la nada y la sobresaltó, haciendo que diera un brinco impropio de su constante calma. Claro que, no le duró demasiado la expresión, pronto su risa volvió a inundar el ambiente. Se distrajo lo suficiente como para no

 

—Natasha —regresó la reverencia con un gesto burlón—. Qué gusto volver a verte, mi querida aprendiz. Me ofende que te sorprenda verme, ¿te parezco poco social?

Alyssa saltó al jacuzzi y parte del agua cayó sobre ella, quien difícilmente podría enojarse con ese hecho. ¿El punto no era mojarse? Le hizo un gesto a Natasha, indicándole que la siguiera y cuando se giró, no pudo evitar alzar una ceja. Cissy Macnair, llevando a un chico a un baño de la mano, siendo ese chico Alesteir. Una conocida expresión de maldad apareció en su rostro y se ensanchó hasta formar una mueca peligrosa, le estaban dando material para molestar.

Ella había sido un poco más precavida que el resto y se había calzado un traje de baño bajo el vestido; de cuerpo entero, con un escote hasta el abdomen y una abertura en la espalda. Sin ningún tipo de vergüenza, dejó su bebida sobre el borde del jacuzzi y tomó los bordes de la tela, sacándola con un movimiento delicado por su cabeza. Ceñido a su cuerpo como una segunda piel, la provocativa prenda azabache resaltaba en su tono pálido de una forma peculiar. Estaba entre mujeres, era consciente de que tanta demostración de estrógeno acabaría por emocionar a alguno de los chicos presentes... o a los dos. Se introdujo en el agua y movió la cabeza hasta el lugar en donde Cissy volvía en compañía del muchacho.

—Vaya, ¿ya le miras la pierna, Macnair? —llevó sus ojos esmeralda a Alesteir y una nueva mirada, difícil de interpretar, iluminó sus facciones—. Nada mal. Pero ahora es momento de ser un grupo carismático y luego podrán irse a otro lado, no se preocupen.

La rubia tenía apoyados los brazos en el borde y tras pasar una mano por su rostro, había quedado ligeramente brillante por el agua.

—Triviani, ¿alguna idea para hacer de esto un poco más interesante? No quiero llevar a los chicos por el mal camino —su gesto tuvo un cambio ligero, perceptible, sabía lo irónico que era decir aquello ante aspirantes mortífagos—, pero sería lindo que empecemos a mostrarle lo que una buena celebración representa.

[Natasha Nettles.]

La invitación de Leah al jacuzzi era demasiado tentadora como para dejarla pasar, así que comenzó a deshacerse de su ropa. Su blusa fue dejada en el sofá revelando la parte superior de un sencillo biquini negro con calaveras blancas atado por el cuello y la espalda; El pantalón y el resto de la ropa le hicieron compañía la blusa y parte inferior también se dejó ver. A juego con la superior, revelaba casi todo su cuerpo hasta un poco más del cachete, nada demasiado sexy. A diferencia de sus compañeras, ella no era de remarcar demasiado su figura; Tan solo siendo extremadamente necesario.

 

-Por favor Master, no es que seas poco social; Es que apenas coincidimos.-Dijo a su maestra siguiéndola hasta el jacuzzi. Se adentró en él poco a poco, sin hacer demasiado escándalo; A diferencia de otras, ella disfrutaba haciendo las cosas de forma lenta. El agua caliente y las burbujas relajaron cada músculo y su cuerpo y durante unos segundos no pudo hacer más que cerrar los ojos con gusto.-Luci, querida amiga. Creo que el motivo es por celebrar la nueva academia.-Respondió a la muchacha.-Me está encantando esto de estar aquí como hipis como el paz y amor. ¿Pero pro qué no le damos caña jugando a algún juego, estilo Verdad o Atrevimiento o lo que sea con tal de molestar al resto?-Pidió salpicando agua.

[Aleister Crowley]

Levantándome luego de quitar mi venda y antes de adentrarme al jacuzzi, sentí la mirada en mi cuerpo por primera vez de la Macnair; una sonrisa de amistad fue devuelta de mi parte en lo que ella me preguntaba que me había pasado en la pierna.

 

-No pasa nada- negué agradecido de su preocupación y me acerqué a ella desde donde estaba para que al adentrarme al jacuzzi pudiera quedarme a su lado, y ya estando cerca le respondí con unas prudencia- sólo fue algo que me pasó en las clases… Me la aplasté-

 

En eso oí la voz de una de las chicas del jacuzzi que al parecer nos tenía toda la atención porque rápidamente comenzó burlarse de Cissy. Al parecer la quería sacar de quicios hace rato ya que era ya la segunda vez que tiraba sus sarcasmos hacia ella. Su frase fue bastante original, había que aceptarlo, pero aunque dibujó una sonrisa de diversión en mis labios al imaginar que lo que decía era verdad, la apacigüé para que Cissy no se molestara conmigo. Preferí no responder más que con una mirada fulminante de seriedad antes de internarme en el agua ignorándola, oyendo que continuaba parlando con “fantásticas ideas” de diversión perversa en contra del sexo masculino y aunque hablaba en plural a cada momento, ya estaba claro que yo era el único presente en el jacuzzi.

 

Aquello logró sonrojarme con un leve nervio en mi piel de gallina al imaginar quizá qué cosas tenía en mente; de todos modos ya intuía que ahí todos eran o aspirantes, o mortífagos, por lo que de una u otra forma, no estaba con gente angelical, y la fiesta no sería una fiesta de cumpleaños para una niña de 6 primaveras, era lo mínimo que me debía esperar.

 

Ya desde dentro del jacuzzi solté una risa baja al notar que Cissy se dormía por lo relajante de las burbujas, parecía que había tenido una pesadilla,; y con Lizzi mi madre al otro lado, que se veía con una juventud que definitivamente no representaba su edad, decidí intentar relajarme al igual que ellas. Pero la verdad es que a cada periodo de tiempo una leve mirada se me desviaba hacia Leah que se veía hasta con su aura con deseos de travesear, chocando mi mirada con sus expresiones sarcásticas.

 

Estaba entre poco más de 5 mujeres, y ello provocó que me pasara muchas cosas por la cabeza, aunque intentara mantener la calma, intentando disfrazarlo y esconderlo para que las chicas no lo notaran. Lo peor era que la pierna me ardía bajo el agua. Tal vez era algún jabón o qué se yo; y en mi estómago cada vez más sentía un cosquilleo testosterónico que bajaba traviesa y curiosa hacia el borde de mi entrepiernas, haciéndome sonrojar más y más. Escondí mi cuerpo entre las burbujas e hice como que disfrutaba todo aquello cerrando los ojos en una actuación de que las burbujas me relajaban.

[Cissy Macnair]

En sueños, la serpiente se enroscaba cada vez más alrededor de mi mano, hasta que sin previo aviso se convirtió en un brazalete de plata, con incrustaciones de esmeraldas. Me quedé boquiabierta por el brillo del objeto y una voz femenina me hizo mirar alrededor.

 

-Ven, Sybilla, vamos a la casa- decía una mujer de unos treinta años, hermoso cabello negro ondulado y penetrantes ojos verdes.

 

Me di cuenta que ya no estaba en el jacuzzi, sino en medio de una pradera verde, en algún lugar caluroso. El sol brillaba en todo su esplendor sobre mi cabeza y hacia que la luz bailara en los reflejos del pelo de la mujer. Tenía un enorme parecido con alguien que creía conocer, pero no sabía quién ni de dónde. Así mismo, había dicho un nombre que no era el mío.

 

-No soy Sybilla- dije y me sobresalté al escucharme. No era mi voz. La que había hablado era una niña de unos diez años, con una pronunciación tintineante del mediterráneo, alargando algunas sílabas, siseando.

 

La mujer rió.

 

-Claro que eres Sybilla. Eres mi hija- dijo, sonriendo.

 

De pronto, el cielo se ensombreció y la mujer miró preocupada hacia mí, apremiándome para que la siguiera dentro de la casa. Intenté correr pero mis piernas se sentían pesadas, como si estuviera metida en lodo. La mujer apremió de nuevo y volví a intentar correr. La oscuridad me estaba alcanzando, cayendo sobre mí como un halcón sobre su presa. Sentí miedo, desesperación y comencé a patalear para poder moverme...

 

 

 

Me desperté cuando sentí las gotas de agua sobre mi rostro y el profundo perfume de lilas y rosas. Tosí, desorientada. Natasha se encontraba salpicando alrededor, parecía divertida y Aleister me miraba como si no entendiera lo que me había pasado. Sentí el rubor correr por mis mejillas y lo disimulé pasándome una mano por el rostro. Había tenido una horrible pesadilla. ¿Acaso me había quedado dormida? ¿Cuánto tiempo había pasado?

 

-Ni se les ocurra hacer tonterías- comenté, sabiendo que Leah podía comenzar un incendio si eso la hacía feliz.

 

Me volví de nuevo hacia Rosier, que en aquel momento se hundía a mi lado, cubriendo su cuerpo con las burbujas de colores.

 

-¿Estás bien?- le susurré, notando que parecía ido de la conversación.

[Luci Rosier]

Lizzi Rosier

La bruja se relajó en el jacussi, dejandose llevar. Sonrió al ver como Cissy se había quedado dormir. Lanzó una mirada a leah que le hubiera hecho a la Macnair cualquier cosa si no se hubiera despertado. Aleister ya se había metido en el jacussi, a pesar de estar rodeado de chicas parecía que no estaba tan incomodo, o eso pensó la rosier.

La joven Natasha, le respondió a su pregunta. La nueva academia. Ella asintió en silencio. De repente notó la incómoda mirada de su hijo sobre ella. Este parecía sorprendido de la ilusión que tenía su madre o de su alegría. ¿Qué estaría pensando? Se preguntó la Rosier. Al instante el joven se percató y desvió la mirada. Ella volvió a mirar a natasha que hablaba entusiasmada.

De repente la bruja tuvo una idea. Verdad o reto, no estaría mal para empezar a pasarlo bien. Elisabeth asintió, debía admitir que estaría bastante bien. Al darse cuenta que nadie escuchaba a la pobre Natasha, preguntó ella en voz alta:

-Chicos, ¿y si jugamos a algún juego, tipo verdad o reto?- preguntó esperando su respuesta.

Off: Aleister como que: "con una juventud que definitivamente no representaba su edad" Jajajja Mi pj solo tiene 25 años eh! Ñññ