Detective Mágico Consultor (B: 106711)

[Hessenordwood Crouch]

-Pero que descortés- con extraños movimientos la criatura en el cuerpo del hombre se mueve como algo extraño que se desplaza por la habitación estropeada que ahora es el consultorio del 221b hasta llegar al grueso inconsciente de la pelirroja, se deja caer de rodillas al suelo y se inclina lo suficiente al cuerpo pálido de ella hasta casi hundir su oído en el pecho de Luxure -Tks, que blanda que eres, ¿No crees que ya he hecho mucho por ti?- negó con la cabeza una vez confirmó que la sanadora no habría tenido el valor para dañar más el cuerpo poseído de la mujer -¿No estas esperando que también haga la cena y te lleve a casa, verdad?- sin prestarle atención a Evans se mueve con facilidad para llevar el pequeño cuerpo de Luxure de vuelta a una de las butacas.

 

Guarda un total silencio mientras aun quieto se mantiene por observar el cuerpo de la mujer que descansa como si nada de todo aquello hubiera pasado antes, a sus espaldas puede escuchar el vaivén de la sanadora que agita algunos frascos y rebusca libros, “Los humanos son tan blandos” puede pensar al ver lo delgado y filosas que son las manos de la demonio “Son sencillos de controlar, de doblegar al antojo. Los humanos son débiles a la tentación cuando se encuentran en el abismo de la desesperanza, parecida al infierno, pero cuando se le aparece una salida, aunque sea tan fina como el hilo de una araña, se aferran sin falta de ella, sin importar el costo, sin dejar respirar” parpadea lentamente sintiendo nuevamente todo el peso del gastado y cansado cuerpo del hombre “Sin embargo, aquellos que usurpan esa inseguridad y engalanan a los humanos para sacrificarlos resultan ser siempre los demonios...hay toda clase de ellos...”

 

Apenas se limita a observar por encima de su hombro cuando escucha que nuevamente habla la sanadora algo que no ha entendido del todo, pero que es suficiente para terminar aquella reflexión. No se siente entonces tan ajeno a esa descripción que ha hecho y al ver el cuerpo de aquella mujer tan delicado se pregunta entonces por todo lo que tiene que pasar un ser como ellos, los demonios, para sobrevivir, a pesar de lo poderosos que son y de lo sencillo que es dar con ellos los hombres no los evitan tanto como a otras tipos de híbridos, Grelliam puede pensar entonces que debe ser por esa necesidad suya de quererlo todo en la vida, de saber que pueden conseguirlo con tan solo desearlo, aun cuando el costo de ello sea su alma misma.

 

Finalmente, y después de un rato, decide no pensar más en ello, ha terminado por fastidiarse de ello y culpara a que es, toda esa fanfarronería que se ha metido en su cabeza, la débil presencia del mago que puede sentir ya no tan lejos. Aun así, le queda una espina de intriga clavada en su mente, pero que curiosa era la vida de los hombres, quizá se atrevería a seguirla un poco más de cerca, solo por entretenimiento claro.

 

Giró entonces para buscar el paradero de Bel, a pesar de sus maltratos vividos hace un momento se mueve con energía por el consultorio buscando lo necesario para trabajar “su plan”, sin decir nada más en todo ese tiempo, el licántropo se recuesta entonces en la butaca que pertenece al mago, tumbado en él se limita a solo mover las cosas que Evans a acomodado cerca suyo sin mala intención y que él aleja sin más esfuerzo que el que le causa hacer lanzar un tirón de pie o un manotazo.

[Malum Luxure]

-El demonio, la bestia y @ en el consultorio-

 

La bestia le dijo que deseaba, igual era extraño pedir algo tan simple como una mujer aunque podía entender puesto que él quería a la suya y a su hijo...había algo extraño en todas aquellas acciones pues un demonio no confía en nadie, hasta que pudo comprobar la trágica traición de parte del lobo...

 

-"Maldito"-.Pensó cuando sintió golpear el hechizo contra el cuerpo, era claro que a él no le hizo nada tan sólo dejo inmóvil a su marioneta.

 

Sonrió internacionamente...los dejaría hacer por un rato, al enemigo hay que conocerlo y darle su lugar como víctima...la confianza necesaria y darles una buena estocada por la espalda.

 

Podía sentir como la bestia le hablaba al cuerpo inerte y lo recostaba otra vez en el sofá...moría de ganas por devolverle la jugada pero ya cómo él mismo sin olvidar a la bella e intrépida sanadora...el detective también tendría su cuota eso era seguro.

 

Aquellos deseos se arremolinaban en su esencia...necesitaba su propio cuerpo y devorarse el alma de esos.

 

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~Lady con @~

 

Hago caso al detective...me dejo llevar por él, por lo que dice. Cierro los ojos e intento pensar en algo positivo pero hay tanto mal encerrado en esos recuerdos que casi no logro visualizar correctamente aún así lo intento. Mi cuerpo astral se siente etéreo, relajado simple, mi mente vaga creando la imagen del consultorio. Una suave risita divertida me atrae.

 

-Voy...cachorro-.Mi voz es un susurro y cuerpo se mueve por inercia...intentado volver a la realidad.

 

Es tan dulce e hipnotizante el llamado de mi hijo aunque no consigo verlo se que es él y eso llena mi alma alejando todo el dolor. Casi olvidando a la persona que me trajo aquí, me giro y le sonrió tomando su mano guiandolo a la salida.

 

-No ponemos algo bloquea que salgamos-.No podía entender mi cuerpo no respondía...temía quedarme aquí por que era como si la puerta fue cerrada por fuera.-Cómo salir si esto no se "abre"-.Aún escucha a mi bebé y eso empezaba a preocuparme.

 

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[Rory Despard]

La sanadora (en el consultorio)

Con @ y @

- No se te ocurra dañarla.

En el estropicio que es la habitación, apenas alcanza a oírse la advertencia que lanzo a Grelliam quien no tiene mejor idea en ese momento que hablarle al inerte cuerpo de Lady. Como sea, consciente de que aquellos hechizos pueden terminar en cualquier momento, intento en vano dar con el grimorio que puede ser de ayuda en esos momentos, la clave para que mi plan funcione.

“Porque igual estoy llegando al límite de mis fuerzas”

Pérdida de sangre, heridas, moretones, los labios inflamados a causa de las “rarezas” del maldito licántropo que ahora (irónicamente) era mi única ayuda. Había en ese día maltratado a mi cuerpo más de lo que lo me había permitido en mucho tiempo, y aunque no me sentía en absoluta arrepentida, si deseaba de una vez por todas encontrar con una solución al caso de Lady.

Ella tampoco merecía pasar por tanto, más en el avanzado estado de gestación en que se encontraba.

- ¡Lo encontré!- despeinada y sudorosa alcé el libro como si se tratase de un precioso trofeo- entonces, el hechizo tiene que estar por aquí.

Me volví cerca a donde ella y Grelliam se encontraba. En aquel corto lapso de tiempo él no había tenido mejor idea que tumbar los potes de tinta que con tanto esfuerzo había dejado, lo mismo que el pincel. Realmente podía ser tan molesto.

- Bien, este será el último favor que me hagas. O bueno, piensa que lo haces por Garry, Si si, así yo no estaría para nada en deuda contigo- no se que tan bueno sea “bromear” con él pero a esas alturas poco me importa- voy a hacer un dibujo ahora mismo, y necesito que vigiles a Lady mientras tanto. Una vez esté completo la colocarás en el centro del dibujo ¿entendido?

Empujé de un puntapié la mesa ratona y sin miramientos con el libro abierto comencé a dibujar aquel “círculo de transmutación”. No mencionar el nombre completo de ello lo había hecho solo por la precaución de que el demonio pudiese ponerse en alerta, pero bien visto, eso era lo más probable.

Y es que extenuada como estaba, sin la posibilidad por el enorme poder que parecía poseer de hacerle frente, la única opción válida que me quedaba era que pudiésemos encerrar a ese ser. Era entonces que había recordado mi clase de astronomía y las lecciones respecto a sus usos, los poderes de las estrellas, para a través de alquimia crear talismanes tan poderosos que podían atrapar hasta al peor de los espíritus.

Eso intentaríamos ¿pero lo lograríamos?

Cuando 10 minutos después, con las manos llenas de tinta, me volví a poner de pie, contemplé mi obra entre fascinada y nerviosa.

- Listo. Colócala ahora- presioné con la mano libre mi dije de fénix que nunca me quitaba de encima- y que sea lo que Merlín quiera. Editado 24 de Febrero del 2018 por Bel Evans McGonagall

[Hessenordwood Crouch]

No puede prometerle más tiempo a Lady estar ahí para acompañarla, afuera es donde necesita estar si es que quiere ayudarla a recuperar su cuerpo físico que ahora está siendo ocupado por el demonio Mephisto. Él no duda de que Bel se estuviera haciendo cargo ahora de ello, pero ¿bajo qué costo? El demonio había demostrado al licántropo que se trataba de un ser demasiado poderoso y la sanadora tenía muchas veces el cinismo de reclamarle al mago por sus “actos impulsivos” cuando ya ambos han comprobado en más de una ocasión que ella padecía de, aunque no sea consiente de eso, tener cierta tendencia homicida de “ofrecer su vida sobre las demás” sin pensarlo dos veces. Por lo que piensa él que lo mejor será volver lo antes posible.

 

Entonces Ollivander no le queda más opción que confiarse de Luxure, para que pueda dejarla relativamente sola en aquel plano que ahora fungía solo como un pensadero, y marcharse con la palabra de ella de que deberá mantenerse tranquila, sin importar lo que escuche, sin importar lo que vea, y que siga insistiendo por tomar su lugar que corresponde en la vida real, su cuerpo. Por el bien de la sanadora, de ella misma y de su bebé.

Por otra parte, el licántropo que parece a punto de desfallecer aún sigue recostado sobre la butaca del mago que Bel de alguna forma u otra ha conseguido arrinconar en el salón.

 

Esperando por la “torpe” de la sanadora a que termine sus garabatos en el suelo, la pobre criatura, que causa estragos físicos de forma en el cuerpo del hombre, le está costando entender cómo ella es que ha montado todo ese escenario tan rápido sobre el piso del consultorio.

 

Desde donde esta puede verla dibujar animadamente símbolos, mientras con libro en mano la escucha conjurar entre murmullos que arrullan a la criatura, la cual gruñe casi instintivamente cuando es capaz de sentir la presencia del demonio que aun perturba el cuerpo joven de la mujer.

 

Solo ha parpadeado un par de veces cuando la escucha dar la instrucción de mover el cuerpo de Lady, pero no importa, porque él no está más allí.

 

― ¿Vas a moverla? -, su voz no es más áspera, y con la misma tranquilidad que caracteriza al hombre se levanta al fin y se pasea a través del consultorio para llegar desde su butaca al frio cuerpo de Luxure. ―Aún está él aquí- murmura cuidadosamente antes de girar a contemplar el plano que la sanadora ha dibujado. ―Brillante-, es capaz de afirmar mirando por primera vez en mucho rato el rostro cansado de Evans. ―Pero no, no hay que intentarlo siquiera-, con largos pasos llega hasta donde esta Bel y redibuja algunos símbolos ya pintados en el suelo. ―Este demonio es muy poderoso, resultaría peor solo sacarlo de su cuerpo para atraparlo, además que…-, ¿Qué otra cosa puede hacer? Las opciones se acaban, dentro de sí mismo, la criatura le advierte que el demonio solo está dejando pasar el tiempo. ― ¿Tienes algo ahí para repelerlo? -, la sanadora le muestra al mago el libro que trae consigo. ―Esto servirá, extraviará al demonio, termina con eso-, señaló a Bel los cambios antes de dar media vuelta y alejarse de ella otra vez.

 

Con bruscos movimientos se las ingenió para alcanzar una de las mesas rempujadas en el rincón, una de esas donde Ollivander trabaja modificando objetos mágicos y combinándolos con alguno otro incluso hasta de usos no magicos. En un rápido movimiento se quita del cuello aquél viejo amuleto que se le había obsequiado el día de su graduación de la academia de magia y hechicería, Ollivander no es una persona apegada a las cosas y aun asi se siente estremecer cuando martilla por primera vez sobre el pequeño dije que ahora se ha deformado.

 

Algunos varios encantamientos, una gota de sangre que ha tomado del cuerpo de Lady, las maldiciones que le ha puesto encima al dije y algunos grimorios más que son invocados sobre este, le llevan solo un tiempo más para terminar de preparar el amuleto que servirá a Laddy para prevenir la presencia del demonio.

 

―Está hecho-, después de unos minutos vuelve a lado de Bel con el dije completamente cambiado en la mano. ―Esto deberá funcionar para que ella desaparezca del radar del demonio cuando él esté cerca de ella, también para advertirle de su presencia-, explica a la sanadora mostrándole una gota color rojo con hilos negros que se mueven dentro del amuleto como humo atrapado en el interior de la piedra. ―Los remaches…-, señaló con su índice los metales dorados con los que el dije se cuelga de un largo cordón color marrón. ―Servirán para hacerle una barrera protectora, no será de mucho alcance, pero le dará tiempo de refugiarse, una brecha-, exhala largamente. ―Me temo que esta es una batalle que la señorita Luxure tendrá que pelear por cuenta propia algún día con su demonio-, Garry se aparta de Bel y desde donde está puede ver con claridad el excelente trabajo que ella ha hecho con el diagrama. ―Mientras tanto, en lo que ella está lista para ese momento, esto le será de ayuda por ahora.

 

Le sonríe largamente a Evans, todo el cuarto es muy frio, sin mencionar que todo es un caos en el consultorio, y Grelliam ya puede escuchar a madame H quejarse por la mañana del día siguiente. Después de mover el cuerpo de Luxure al centro de la habitación es que se dedica a ver el rostro pálido de la mujer, era increíble lo apenas visible que el demonio cambiaba las facciones de la muchacha y aun asi podían distinguirse muy bien las más toscas del demonio.

 

― ¿Estás preparada, querida? -, sus heterocromos se engancharon con los marrones de ella, de esa manera en la que, siempre que lo hace, Bel parece entender todo lo que el mago le quiere decir sin necesidad de hablar una sola palabra.

 

El ritual comenzó sin problema alguno, Garry aunque se mantenía al margen estuvo al pendiente, empuñando su varita por lo bajo todo este tiempo, conjurando algunos refuerzos para el cansado cuerpo de Bel. Poco a poco el licántropo le advertía que la presencia del demonio cada vez era menor, por lo que ahora todo dependía de Lady Luxure, por reclamar su cuerpo y terminar de alejar al demonio de ella.

 

 

@ @

[Rory Despard]

La sanadora (en el consultorio)

Sentí el impulso de golpearlo con el libro que todavía sostenía en mis manos, en el momento que tras observar y alabar el dibujo, terminó por decir que no servía, y que debía intentarse otra cosa.¿Por qué carajos no decírmelo desde el comienzo?

Pero la realidad era que no estaba prestando atención, y cuando ya dispuesta a golpearlo, noté como rediseñaba con el aumento de algunos trazos la figura del suelo, comprendí que por fin tenía de vuelta al Garry que conocía de toda la vida, y que hablaba con tal determinación sobre lo que tocaba hacer ahora, que me limité a asentir para dibujar lo que hacía falta.

Arrodillada y con la vista al suelo, era incapaz de ver que estaba haciendo exactamente él en esos momentos. Todo lo que escuchaba era el martilleo estremecedor que hacía de algún objeto en el rincón donde había terminado, y que se combinaba con el sonido de sus pasos yendo y viniendo de un lado a otro transportando cosas que usaría para la fabricación de su "creación heroica".

Permanecimos en silencio entonces. Después de todo aquella era la forma como él solía llevar sus planes: en absoluta reserva, en varios casos cuidándose incluso de decirme una palabra a mí del plan hasta que éste no estuviera listo o inclusive ya ejecutado.

Cuando por fin terminó, sus pasos se dirigieron hacia mí, de forma que al alzar la vista lo contemplé con una enorme sonrisa de satisfacción, sosteniendo un dije de rara apariencia en su mano derecha. La explicación que iba dando resultaba tan fascinante como la rara mezcla que se apreciaba al interior de la piedra, un objeto poderoso y extraordinario que ahora quedaría en manos de Lady, ya que tal como decía Garry, era hora que ella enfrentara a ese demonio que tanto daño había causado en su vida.

― Acabé también- exclamé soltando el pincel, mientras estiraba los brazos y devolvía aquella larga mirada de Garry, preguntándome si intuía mi cansancio- y estoy más que preparada querido.

Era hora de movilizar el cuerpo de Lady, así que tras colocarlo con cuidado encima del cuidado dibujo, la examiné una última vez. A pesar de los hechizos que le había lanzado (el alivio que me traía corroborarlo era indescriptible) tanto ella como el bebé mostraban signos vitales, así fueran débiles e inestables.

Con todo listo, por última vez, repasé en mi cabeza todas las indicaciones del procedimiento que seguiríamos y entonces asentí a Garry para que diese comienzo al ritual.

Una ráfaga mortal golpeó la ventana abriéndola de par en par. El piso comenzó a vibrar, haciendo que varios objetos cayeran al piso con estrépito, pero tanto él como yo permanecimos firmes en nuestras posiciones, viendo como finos haces de luz emergían de los trazos pintados en el suelo envolviendo el cuerpo de Lady, aunque ninguno parecía tan brillante como el dije que llevaba en el cuello. Apenas era perceptible, pero los gestos que afeaban su rostro dándole ese aspecto feroz y vulgar a la joven, comenzaban a disiparse.

― Lo está haciendo...- comenté emocionada, pero de repente, el leve dolor de cabeza que había estado sintiendo terminó por convertirse en un mareo, y con la vista nublada, caí al suelo.

Lo supe entonces, supe que había llegado al límite de mis fuerzas, tras usar indiscriminadamente mis poderes mágicos, de bando e inclusive los sangrientos hechizos de los guerreros uzzas. Resultaba increíble a primera vista el haber podido soportar tanto, hasta que pronto admití para mí misma que lo había logrado gracias a la voluntad nacida de la promesa de protegerlos a Lady, a su bebé y a él.

Tristemente, mi condición de humana me cobraba el precio, negándome la posibilidad de ver el resultado final de nuestro lucha, aunque confiaba en que ya lo peor había pasado.

- Ella lo conseguirá, estoy segura Garry, porque ella es muy, muy fuerte- murmuré antes de que todo se volviera oscuridad.

...

Cuando desperté, el penetrante olor del incienso se mezclaba con la tenue luz que emitía la lámpara sobre la mesita de noche. Me tomó unos pocos segundos comprobar que me encontraba en la cama de la habitación del segundo piso, con la pijama de franela puesta y compresas de agua fría sobre la frente que retiré con cuidado para girarme de lado, reacomodando el edredón.

No tenía idea de cuánto tiempo había pasado, si días u horas, pero al menos sabía que habíamos cerrado el caso satisfactoriamente. Y no era que lo pensara solo para no sentirme frustrada sino una cosa de sentido común ¿de qué manera sino, aquel demonio vengativo, podía haber dado a tiempo a Garry o Mrs. H de disponer al detalle todos esos cuidados para mí?

Afuera, el sonido del violín emitía una melodía melancólica. Quise decirle a Garry que no era momento para canciones con sentimientos tan grises, que tocara algo más alegre, a tono con la resolución feliz del caso,que de hecho...¡podía ir contándome mientras tocaba lo que había pasado con Lady!

Hasta que cuando me disponía a ponerme de pie, comprendí que en realidad la música era perfecta, porque ese caso, como solo algunos lo conseguían, cambiaban algo en nuestro interior para siempre.

Por lo que cerrando los ojos, dejé que me arrullara hasta su final. Después de todo, durante los muchos desayunos siguientes y con ayuda de Mrs. H, estaba segura que iría destripando cada suceso de esa resolución que me había perdido, y lo haría de la mejor manera posible: desde su mirada, la fascinante mirada de Garry Ollivander.

[Malum Luxure]

Todo era confuso @ me había déjado allí, explicándome que todo dependía de mi...mis ganas de luchar, de ser feliz, de tener y cuidar a mi hijo.

 

-Lo haré!-.Cerré los ojos un instante concentrando todo lo que sentía en el camino de salida.

 

Podía sentir la fuerza de la magia que estaban usado fuera pero no sólo eso sí no todo lo que eso conlleva...el demonio se resistía por que abandonar mi cuerpo seria perder ante ellos que consideraba sumamente inferiores y menos inteligentes, sin embargo le estaban demostrando todo lo contrario incluso agotando todos los recursos y energías vitales.

 

-Mefisto dejaras mi cuerpo ahora!O afrontaras las consecuencias!-.Grite a viva voz segura de mi.

 

Frente a mi su imagen se hizo presente una vez más...sus ojos verdes se clavaron en los míos y su sonrisa torcida de hoyuelos asomo desafiante.

 

-Solo por ahora...ten en cuenta eso...solo por ahora-.Se desapareció dejandome una sensación de miedo y alivio muy extraña.

 

Una bocanada de aire azotó mis pulmones cuando logre retomar mínimamente la conciencia estaba envuelta en una especie de magia muy poderosa...sentía una extraña calma, respirando despacio fui depositada en el suelo una vez más, lo primero que hice fue llevar las manos a mi vientre regalandole una caricia como para asegurarme de que mi cachorrito estaba allí, me respondió con una suave patadita entonces sonreí.

 

-Mami está aquí hijo...no dejaré que nada te pase-.Le susurre.

 

Busque con la mirada a @ y la encontré a mi lado parecía realmente agotada, tenía tanto que agradecerle a ella y al detective que no sabría por donde empezar.

 

-Siento todo lo que paso-.Apenas se oía mi voz pero estaba segura que el detective había escuchado.

 

Cerré los ojos no tenia fuerzas para moverme de más, sentía el cuerpo como aplastado por un camión...luego preguntaría que había pasado mientas mi ausencia, me aseguraría de que Alex estuviera bien y ellos también...aun que mi mente aún resonaba "El solo por ahora".

 

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[Hessenordwood Crouch]

Sus largos brazos se colgaron a ambos costados de la butaca de cuero negro apenas la sonata ha terminado de sonar, el arco del instrumento toca con la punta el suelo de madera de donde ya no hay rastro de la tinta con el que habían realizado el ritual, ni de eso ni de nada más en toda la habitación, Baker volvía a estar justo donde debería estar, con sus muebles ordenados y la pila de pergaminos y libros ocupando los estantes y mesas, la chimenea apenas ardía en brasas, lo suficientemente cómodo para soportar el frio del exterior, y en el aire un humo relajante adormecía aún más el cuerpo y la mente del mago.

 

La mirada perdida de Garry demuestra la ausencia de no estar ahí verdaderamente, seguramente se ha perdido en algún otro plano mental de donde solo es él y la criatura el que lo habitan, donde los sentidos del exterior poco importan y es fácil pensar. Apenas él respira y sus adormilados ojos solo le dan un aspecto de agotamiento excesivo al pálido y maltratado rostro que es el del joven mago.

 

El caso de Lady Luxure había pedido ser exigente en tantos sentidos, había demandado más de ellos que en muchos otros casos, tanto de los consultores como del mismo cliente, un caso bastante peculiar que está seguro aún no ha terminado, pero que tiene la certeza de que la próxima vez que se le tenga que hace frente Lady sabrá que hacer, y si no, el consultorio tendrá para madame Luxure las puertas abiertas siempre.

 

En cuanto a Bel, quizá debe pensarse un modo para dejar en claro a la señorita Evans que arriesgarse de aquel modo como en el caso de Luxure era todavía más improductivo que no acompañarlo en sus aventuras, después de todo, si a ella le pasaba algo irreversible…él no podía, o más bien no quería llegar al final de una conclusión como aquella. Sin embargo, no puede quitarle méritos a los actos de nobleza que Evans había tenido con Lady, un sacrificio como aquel no cualquiera lo habría tomado.

 

Exhala ruidosamente parpadeando una y otra vez para salir de sus pensamientos de los que está seguro, hoy y posiblemente dentro de días o semanas, seguirán dando vueltas al caso de Luxure, al menos hasta después de nacido Alexander, el hijo de Lady, quien ahora ocupa descansando una de las habitaciones en el consultorio y que con ayuda de mss H le daban a ella y a la sanadora los cuidados adecuados para el debido descanso que necesitaban, por fortuna, la presencia de alguien más especializado para eso no había hecho falta, tanto Mss H como él mismo confirmaban por cuenta propia que Lady Luxure y su bebé estaban fuera de peligro.

 

H entró entonces en la habitación, haciendo comentarios sobre lo triste que se escuchaba aquella canción, pero que aun asi era conmovedora. Finalmente, la squib terminó por colocar una bandeja en la mesa ratona con una tetera y dos tazas listas para ser servidas y con la elegancia de la dama que es, ocupó un lugar frente al mago, observándolo directo a los ojos, con una sonrisa triste de consuelo y una lágrima tímida en la coyuntura de sus ojos, porque ella parecía siempre saber lo que pasaba en el mago. Aunque Garry no la dejara saberlo.

 

―Ambas duermen aún-, comenzó a responder una pregunta que no había sido hablada, pero que asumió que no tardaría en llegar. ― ¿Obtuvo alguna respuesta a la misiva para la familia Luxure?-, con cuidado coloca en un costado el instrumento y se incorpora en su butaca pareciendo menos devastado. ―No importa cuánto tiempo se quede Lady más aquí, pero creo que le será mejor si al despertar ve un rostro más familiar…-, después de soplar el humo que se arremolina en la copa de su taza da un largo sorbo a la infusión. Mss H ríe divertida tras el gesto de alivio en el rostro del mago.

 

Él no lo ha dicho aún y duda que lo confesará algún día, pero el caso del demonio de Lady Luxure ha dejado en Ollivander un distintivo que difícil será borrar.

 

--

 

Off;
@

Creo que aquí termina la cosa, muchas gracias por el rol, hubo mucho material y fue entretenido jojo, si quieres continuar alguna salda adelante, esto igual si quieres volver con alguna segunda parte de este caso sería interesante, como lo puse en el rol las puertas del consultorio están abiertas x3
Tankiu~

Pdd: doy cierre porque tengo alguna clase de transtorno que no me deja vivir mi vida si dejo cosas a medias, perdón :c no saben lo difícil que es vivir con eso y aparte querer hacer rol(?

@

[Rory Despard]

La sanadora

(en el consultorio)

El sonido del violín había cesado, y aquella fue una señal implícita para que me pusiera de pie, sobreponiéndome al dolor que las heridas y el desgaste de mi cuerpo tenían. Definitivamente me había excedido esta vez, pero estaba convencida que lo había hecho por los motivos correctos.

Ayudada por la luz de la lámpara avancé hasta la cómoda, donde entre muchas cosas guardadas sin orden aparente, y oculta bajo un grueso par de guantes se encontraba mi cajita de rapé. Con dedos algo temblorosos la cogí, y luego sentándome al borde de la cama, la abrí y tomé un pellizco entre mis dedos, esnifándolo en el acto. No dudé en repetir el acto dos veces más, hasta que por fin sentí los sentidos agudizados de vuelta.

Solo entonces volví la cajita a su lugar original y rebuscando en mi morral di con la esencia de murtlap que comencé a aplicar en los cortes que el enfrentamiento me había dejado.

Incluso aunque todo el caso había concluido, las primeras palabras que le había oído a Lady al llegar al consultorio habían quedado sin respuesta. Evidentemente el hecho, a la luz de todo lo acontecido, no tenía gran relevancia, pero me preguntaba si ese no sería un tema que en algún momento ella y Garry tendrían que aclarar, esta vez sin molestas interrupciones mías.

Decidí entonces volver a la cama, convencida de que no tenía más para hacer ya respecto a ese tema. Para mí, que Lady hubiera conseguido proteger y salvar a ese precioso ser que llevaba dentro era ya la victoria más grande, y era algo que solo había podido conseguirse por el propio compromiso de ella combinado con las habiilidades de Garry, y en un pequeño porcentaje, el soporte de mi magia.

Pero hasta allí llegaba mi empatía, ya que de cualquier modo, y a diferencia de Garry, estaba segura que jamás conseguiría considerar a esa mujer algo más que una conocida, con el añadido ahora de haber sido clienta nuestra. No podía encontrar en esos momentos una razón para ello, por mucho que con la vista clavada en el techo, la buscara. A lo mejor solo era una incompatibilidad natural, nacida de la diferencia de nuestros caracteres, o quizá que incluso ahora la primera impresión que tenía de ella no se había ido y posiblemente no lo haría nunca.

Era muy cansado incluso el solo pensarlo.

Afuera, el movimiento se multiplicaba. Daba lo mismo si solo se trataba de Mrs. H preparando té, o quizá de Garry despidiendo a Lady. No era capaz de escuchar con claridad, y la verdad tampoco buscaba hacerlo, puesto que me encontraba ya totalmente avocada a pensar de qué forma (genial) podría titular ese caso, con el convencimiento de que a Garry jamás se le ocurriría uno mejor que el mío.

Off: @ yo también aprovecho este último rolcito para agradecerte mucho por este rol que ha tenido de todo *-*, por la paciencia con nosotros (cof especialmente con @ cof) y reiterar que cuando gustes, eres más que bienvenida al negocio :3

[Hessenordwood Crouch]

Los días han pasado lento en Baker desde el último de los casos, ¿Qué había sido?, No está seguro, algún caso de clasificación dos o tres que Bel Evans habría insistido en tomar para tratar de alejar de la mente del mago el caso de Lady Luxure, un caso que hasta la fecha no deja de atormentarlo algunas tardes, lo que había vivido en aquel plano astral junto a Lady habría acabado por debilitar su mente, a tal grado que Grelliam consiguió salir de ahí y no solo apoderarse de su mente, sino que también de su cuerpo, y aunque sabía que la criatura no disfrutó para nada su vivencia en ese cuerpo gracias a la sanadora, Garry aún se piensa…que algo como eso podría volver a pasar en cualquier momento.

 

Sin embargo, el detective que se está paseando ahora por el consultorio, con pasos danzantes bajo la música de ópera que se escucha en todo el salón, una selección que algún día Evans le recomendó está muy lejos de parecer el Garry taciturno de siempre. Él tararea meciéndose de un lado a otro tropezando de vez en cuando con los muebles de su alrededor, pues el espacio no está diseñado para que alguien de su talla baile libremente por ahí, sin mencionar que lleva los ojos vendados y desganadamente sus brazos cuelgan a sus costados sosteniendo su varita apenas entre un par de dedos.

 

El ritmo de la música cambia entonces, radicalmente convirtiéndose en algo más estruendoso, dramático, febril y Ollivander, sabiéndosela de memoria, animadamente lanza un rayo en contra de aquella pared de tapiz hipnotizante. En su otra mano tiene el frasco de una pócima, algo nuevo en lo que ha estado trabajando, pero que aún no ha conseguido saber qué es lo que le está fallando en él, quizá es por eso por lo que animadamente (lleno de frustración) ha decidido destrozar el viejo consultorio en Baker.

 

―Agg-, un rayo más en contra esta vez de los adornos recién acomodados por Mss H sobre la chimenea consigue desbaratar las piezas de acrílico de colores. A su al redor, el humo proveniente del "laboratorio" no deja de brotar por entre la puertecilla plegable con mosaicos de colores, haciendo solo la escena algo más oscura en aquel cuarto sin luces. ―Vaya, sí que estamos mejorando-, sonríe con malicie levantándose apenas con el pulgar parte de la venda sobre sus ojos.

 

@

[Rory Despard]

El capítulo de la novela ha estado más entretenido que de costumbre, aun con aquel final un tanto previsible. Envueltas en una agradable charla con Mrs. H que siempre parece tener conocimientos superlativos en esa clase de temas, una vez la televisión se apaga, la conversación empieza a tomar otros rumbos, de esos en dónde me siento empantanada e intentando en vano dar con las palabras que me salven de respuestas poco decorosas.

 

― Estoy con usted en que no cabía la posibilidad de un final feliz para esos dos, pero no entiendo porqué el asunto tiene que llevar a mi relación con Garry― cogí la botella de ginebra y bebí lo que restaba del contenido de golpe― porque verá, no tenemos esa clase de relación.

 

Aquella mujer era de las pocas "privilegiadas" que sabían (en realidad no le había costado mucho) saber de los reales motivos tras mi matrimonio con Garry. Era entonces un alivio para mí poder desligarme de ciertos protocolos (en realidad nunca gran cosa porque de por sí poco solía respetarlos) estando en Baker, pero la parte mala del asunto era que sus comentarios entre irónicos y sarcásticos permanecían intactos.

 

No fue diferente esta vez y me tocó oír de ella su interpretación particular de taciturna conducta en que Garry se sumía cuando algo remitía al caso de Lady Luxure.

 

― Recuerdo muy bien querida, que cuando llegaste, una de las primeras cosas que mencionaste fue que solían atraerte personas un tanto peligrosas― asentí a las palabras d la mujer, justo en el momento en que en el piso de arriba el sonido parecido a una pequeña explosión indicaba que no encontraría el papel tapiz tal como lo había dejado― ¿has escuchado lo que acaba de hacer? Destrozar por enésima vez los artículos que tanto trabajo me costó recuperar de las manos de mi ex marido. Solo porque está "aburrido".

 

El énfasis en la última palabra era evidente, pero solo reí dándole a entender que esa era una característica de él tan propia como podía serlo respirar en el común de la gente. Infortunadamente, ningún caso había conseguido ser lo suficientemente interesante que el de Luxure, pese a mis esfuerzos. Desde arriba, otro ruido similar a una explosión se oyó, por encima de Les Toreadors de Carmen que sonaba alegremente a todo volumen, indicándome que no encontraría el papel tapiz tal como lo había dejado.

 

― Ustedes han dado por hecho de que pueden mantener las cosas de esta manera, y que nadie saldrá herido, una conclusión increíblemente ingenua viniendo de dos personas tan inteligentes― Mrs. H se se puso de pie cogiendo la botella de licor para depositarla en el tacho de basura y negó con la cabeza en el momento que con gestos le indicaba que quería darle una réplica ― a mí no necesitas decirme nada. Es con él el asunto. Demasiado he vivido en esta casa como para no conocerlos mejor de lo que se conocen a ustedes mismos. Que no se te olvide que te he visto en el momento en que se perdieron el rastro. Y también lo vi a él.

 

Lo quisiera o no, quedarme allí era prolongar esa charla para la que no tenía ánimos, así que me puse de pie, e intentando eludir las oleadas de calor que subían hacia mi cabeza hice una venia y subí lentamente los molestos escalones de la escalera al segundo piso, hasta llegar al umbral de la puerta desde donde puede verse el magnífico desastre en que se ha convertido todo el lugar. Esquivando una ruma de periódicos, conseguí darle el alcance, levantando en el acto la venda que llevaba en los ojos.

 

― ¿Algún motivo especial para tanta destrucción? ¿Tan perturbado puede ponerte Lady Luxure para que hagas exhibición de tu desconsideración con los que vivimos aquí también?― comenzaba poco a poco a entrar en aquel estado en que los músculos parecían hacerse más flexibles que nunca, de modo que sin miramientos pegué un salto enorme para esquivar los residuos pegajosos del suelo y alcanzar la cocina ― supongo que, después de todo, ese debe ser el poder de unos ojos brillantes y una apariencia seductora.

 

El fugaz recuerdo de Cillian riéndose con el cabello agitado por el viento a la luz de la luna a orillas del lago de la Reserva Newt Scamander apareció vívido en mi memoria, empecinada como estaba en dar con la botella de vodka que había dejado en la alacena.

 

― No puedo culparte― terminé por confesar mientras alzaba triunfante la botella como si fuese un pequeño botín de guerra.