Detective Mágico Consultor (B: 106711)

[Anthony R. Dracony M.]

San Francisco, E.U.

S.P.D.

(Police Departament)

Asunto: Solicitud de Apoyo

D. C. Sr. Garry M. Ollivander

Sndra. Bel Evans McGonagall

221B Callejon Baker, Londres

 

 

 

Muy apreciados nuestros, sírvase atender la presente solicitud para ser parte de una investigación sin igual. Este Departamento de Policia, ha escuchado de su eficacia en la investigación y resolución de casos misteriosos. He hablado al Departamento en general, que nos hace falta de su renombrada experiencia.

 

Hemos agotado nuestros recursos humanos y la importancia de dar el mejor de los resultados nos ha convencido de enviar esta misiva. Si acaso desean o pueden brindar su apreciable cooperación, les agradeceremos que a vuelta de correo, nos den su respuesta.

Sin otro particular que compartir, agradecemos su fina atención. Quedo de ustedes, agente Jhon Smit W.

[Hessenordwood Crouch]

Exhala a sus anchas, largamente, definitivamente no resignado, mas bien agotado. Entre los ojos abiertos de la sanadora puede ver su reflejo, es tan pálido a pesar de su piel morena y sus bicolor solo se muestran con un poco mas de vida que los de ella. Se ha acercado solo un poco mas a su cuerpo para recostarla sobre la fría nieve, al tomar la varita de ella puede sentir un choque eléctrico correr por su cuerpo, esta molesta con él y no le responderá como quisiera, pero una vez mas párese bastante seguro de si mismo, a pesar de las condiciones, a pesar de ver a su tan querida Bel Evans tendida en el suelo.

Pero, ahora, el cuerpo sin vida de ella ya no importa, no merece mas su atención, empuño el arman en su mano, aquella que había sido tan fiel a la sanadora, incluso ahora creyéndola muerta, se ha incorporado y erguido nuevamente el frió causa estragos en sus rígidos y cansados huesos. Su rostro es sin duda el de la calma misma, con serenidad se ha enfrentado cara a cara con la bruja y las feas cicatrices, brillantes carmesí de su rostro, no dejan saber cual es el verdadero monstruo entre ellos dos. Una brisa fría ha corrido entre ellos, incómodamente el mago a levanta el brazo con la intención de apuntar directamente en ella, que bellos serian ese par de ojos si solo fueran del mismo tono, pero ese contraste solo afila la mirada del mago clavada sobre la Yokai.

-Bueno...- es el mismo de siempre, en su voz no hay nada de nervios o de sentimiento alguno -Esta hecho, deberá, Yamamba, regresarme a la chica de una vez- no ha dicho nada mas y aparta de la bruja la varita y la mirada bicolor -Si es que ella sigue con vida...- con la parte inferior de su abrigo limpia cualquier resto de sangre sobre la varita que pudiera haber quedado del cuerpo sin vida que ahora se encuentra a sus pies -No tengo mucho tiempo así que...- la bruja lo ha interrumpido con una risa escalofriante, deleitada con el mago se desaparece en un instante frete a sus ojos.

-¿No me estarás engañando a a mi, verdad, mi querido Ollivander?- un susurro se ha escuchado justo detrás del hombre, a pesar de su altura la escucha claro y puede sentir el cálido y desagradable aliento en su oído, consiguiendo un estremecimiento a lo largo de su cuerpo -Mira hasta donde has llegado, !Bravo!, has hecho un extraordinario trabajo, y ahora lo justo es darte mi palabra- la bruja rie una vez mas y a ha aparecido nuevamente frente a el mago.

-He vuelto y traído conmigo, hasta sus paramos, a la persona que me pidió, Yamamba, usted no tendría mas que...- ha desviado la vista hasta el cuerpo sin vida de la mujer y con un aire fugas de dolor, le miro una vez mas antes de volver a enfrentar a la Yokai -La persona que mas quiero, por libertad de la doncella y...la mía, ese fue el trato- realmente no ha pensado en eso todo este tiempo y decirlo la primera vez había sido tan sencillo que no tendría porque haberse preocupado, ni siquiera en el momento en el que la tzanza lo había llevado hasta el callejón Baker. Fue solo cuando Bel enfrento a Yamamba que lo entendió, había, sin meditarlo caído en el juego de la bruja, pero es que ¿Como sabría Yamamba mas de él, que él mismo? Había sido soberbio. El tono de su voz ahora es lento, si la Yokai le presiona solo un poco mas él no podra continuar con esto -Pero yo le ofrezco otro trato, uno mejor...-

La bruja rápidamente se ha aparecido delante suyo amenazando al hombre con esos largos dedos que parecen garras -Podría devorarte de un solo bocado....- un largo y rojizo rasguño se pinto desde la garganta del hombre hasta su barbilla. siseo negativamente con su lengua - Que exquisito seria.

El mago apenas le ha sonreído a la vieja mujer...

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¿Que Garry no era un niño corriente? ¿Como saberlo? Él, por su parte, no había visto a algún otro niño en su vida, siempre rodeado de adultos comerciantes, y alguno que otro empresario importante que visitaba la casa de sus padres para algún negocio que su padre tuviera entre manos, no hacían mas que hablar de cosas aburridas, de hecho él debía siempre guardarse en su habitación mientras las visitas merodeaban la mansión, pero siempre era mas divertido escabullirse por los pasillos hasta las salas común o de juntas donde se reunían para hablar de negocios y esculcar, sin que se dieran cuenta, en los bolsillos de los viajeros que venían, haber si había algo mas interesante que tabaco y monedas de oro. Y entonces siempre había pensado en que todos los demás críos debían verse justamente iguales a él, con esas terribles y cortas piernas que no te dejaban alcanzar los frascos sobre los estantes y esas manos tan pequeñas que no te dejan llevar mas de tres libros al mismo tiempo. Las personas eran muy iguales unas a otras, al pequeño Ollivander no le gustaban.

Sin embargo era un niño bien educado, estrecho sin prisas la mano de la mujer, ella era suave y áspera al mismo tiempo, extraña combinación, pensó el menor, apartando la mira de la herida de la mujer y llevándola sobre el agarre, era muy cómodo. Entonces le miro a los ojos, de pronto sintió que su corazón, por un largo segundo, mientras las miradas se encontraban, había dejado de latir. Sin duda ella tampoco era una mujer corriente.

-Es una...- los ojos del menor brillaron de emoción haciéndolos solo un poco mas grandes, de todo lo extraño que había dicho aquella mujer solo había algo que realmente llamaba su curiosidad, y era sumamente excitante -¿Poción extraordinaria?- murmuro aun sosteniendo la mano de la mujer -!Eso es increíble!- chillo con emoción y sacudió, con poca fuerza y entusiasmo el apretón entre ellos -Grelliam Marín...es O-lli-van-der, madame- pronuncio con dificultad su propio nombre -Busquemos, pues, esa poción!- de pronto como si un rallo lo atravesara su rostro palideció -¿Es esto una misión secreta?-susurro -!Oh! ¿deberíamos usar nombres clave? Tal vez algo como Jardín de Cerezas o tal vez...bueno yo creo que que Jawn seria perfecto para usted, !ah! pero eso seria mas bien como una casería, um que mal que mal que he olvidado en casa mi llave maestra, seguro encontraremos algo para abrir las puertas solo debo buscar en mis...- entonces de nuevo dejo de agitarse -!Ah! pero, ¿Como es esa poción que tanto necesita, Bel Evans?- los grandes y brillantes ojos volvieron a buscar los del fantasma.

[Rory Despard]

Una ilusión desbordante en cada palabra, teñida a su vez por la inocencia de una niñez que no se había visto manchada con el terror. El Garry de aquí resultaba tierno, lo que me provocaba un extraño vacío en el corazón al pensar en el tipo de persona sombría en que se convertiría tiempo después...

 

Pero no, no tenía tiempo para pensar en aquello. Doce horas había dicho aquella maldita criatura, así que tenía que aprovechar al máximo ese tiempo que se acortaba a cada segundo.

 

- Efectivamente, es una misión secreta, así que necesitamos total discreción y quizá algún disfraz elegante para mí que disimule esta fea herida sangrante ¿no te parece?

 

No tenía ningún espejo al alcance, pero de haberlo tenido hubiera podido notar la palidez extrema de mi piel, semejante al de los cadáveres de las morgues. Como fuere, Garry no dejaba de hablar, y su apodo de Jawn me produjo un leve sobresalto al pensar en mi pequeño erizo que posiblemente en esos instantes estuviera cómodamente sentado en mi butaca de Baker Street.

 

Y luego, la pregunta más importante de todas había sido hecha.

 

- La poción, sabes que es gracioso porque tampoco tengo idea de como luce. Pero una persona si que lo sabe, y a ella a quien necesito que tu convenzas. Lo haría yo, pero como decirlo, podría volverse loca con tan solo verme. Al menos si lo que dicen las historias sobre giratiempos son ciertas... - volví a tomar la mano del pequeño e inclinándome le murmuré- ¿crees que habrá un lugar más tranquilo para conversar? Me da un poco de miedo permanecer aquí tan expuesta a cualquiera.

 

Giré la cabeza en todas direcciones, hasta que la entrada a lo que parecía ser un gran jardín llamó mi atención, y tirando inconscientemente de mi camarada, avanzamos en esa dirección. El portón de acceso se encontraba bellamente enmarcado por rosas blancas de suave perfume, y tras él un camino de gravilla se extendía flanqueado por setos de un metro de alto perfectamente cortados. Sin mucha complicación alcé entonces a Garry, y confiando en su silencio, lo aventé tras el seto. Hecho eso, yo misma salté también al otro lado y me camuflé lo mejor que pude, de modo que no pudiéramos ser vistos desde el camino.

 

- Para poder empezar esta misión hay algo muy importante que necesitas saber, y es, que no tengo mucho tiempo para cumplirla, concretamente me quedan once horas con veinte minutos. ¿Quieres saber que pasa si ese tiempo se cumple y no completo mi misión? Pues, en sencillo, moriré, o me terminaré de morir, y el sacrificio de alguien muy importante para mí habrá sido en vano.

 

Un leve escalofrío me recorrió el cuerpo por entero. Él ¿como estaría en esos momentos? La idea de que ahora mismo se estuviera culpando de todo ese suceso se me antojaba bastante posible, y no me hacía ninguna gracia el imaginarlo así, cargando nuevas culpas cuando apenas había comenzado a dejar atrás todas esas que se había echado encima durante tantos años. Sí, por él, y por todas mis personas importantes no podía contemplar el fracaso como una opción.

 

- Bien, dicho esto necesito que me digas si alguna vez te han hablado del espacio y el tiempo, y su funcionamiento ¿sabes algo de ello? ¿has soñado alguna vez con la posibilidad de que este mundo y sus posibilidades no sean las únicas? ¿O que en otro lugar alguien igual que tú lleve una vida completamente diferente por causa de sus elecciones en momentos clave?

 

Encaré esos ojos que no perdían detalle de todo cuanto decía, y en donde ya no solo había curiosidad, sino algo más, un algo que no tenía forma de definir pero que sin duda tornaba su mirada mucho más penetrante y misteriosa para un niño de tan corta edad como él. Quizá y había sido demasiado confusa en mi explicación. Pero no podía saberlo hasta que él mismo lo dijera, porque incluso ahora, entrar en esa pequeña e intentar descifrar sus pensamientos era una tarea que no podía realizar.

 

- Es tu turno, has todas las preguntas que necesitas que luego solo tendremos acción y más acción.

 

 

.....

Su madre le había dicho incontables veces que nacer con un don especial era maravilloso, pero que aun si no poseías ninguno, resultaba bonito construir algo valioso sobre la base del esfuerzo constante, día tras día.

 

Ella no había nacido con ningún don particular, así que se contaba entre el segundo grupo y por eso, desde su primera clase en Hogwarts, hasta la última durante el quinto año (año en que había dejado el colegio) había amado cada conocimiento sobre pociones y los conservaba en su memoria como el mayor de los tesoros. Las pociones, a diferencia de las otras disciplinas mágicas no requerían de "habilidades naturales", sino tan solo de paciencia, altas dosis de tolerancia a la frustración para soportar cada intento fallido y fortaleza de espíritu para comenzar una y otra vez.

 

A cambio, te daba posibilidades infinitas. Mil y un combinaciones en donde la procedencia de un ingrediente, o la cantidad que usaras de él en una poción impactaban enormemente en el producto final. Experimentar cada día, cada una de esas posibilidades se había convertido sin duda en su vocación.

 

Y por eso se sentía tan feliz, realizada y completa en esa casa, donde su marido al igual que ella podía pasarse horas examinando plantas en el jardín, cuidando de su crecimiento, y luego las mismas horas gastarlas en un laboratorio estudiando sus propiedades. Después de todo, era esa misma dedicación la que había convertido a su familia en depositaria de una sabiduría milenaria en lo que a pociones se refería.

 

Especialmente en lo referido a esa poción. Un precioso secreto que apenas hace una semana le había sido revelado a ella.

 

Como sea, pensó que había reflexionado lo suficiente y lo que tocaba ahora era levantarse de la cama e ir al jardín a ver como estaban las mandrágoras adolescentes que en las últimas noches no habían dejado dormir a la mitad de los sirvientes por causa de sus fiestas nocturnas.

 

Por eso, veinte minutos después, con una cómoda yukata de estampado floral a juego con el obi de color amarillo ajustado perfectamente a su cintura, y un par de sandalias de madera, salió de la habitación. Durante unos segundos permaneció de pie en mitad del pasillo, acomodándose el kanzashi colocado en su cabello, y luego, con pasos cortos, puesto que todavía se le dificultaba moverse con ese atuendo, comenzó a avanzar en dirección al jardín.

 

Había tenido un sueño extraño, algo de una mujer que era apuñalada en medio de unas montañas cubiertas de nieve perpetua. Pero incluso eso se le hacía borroso, y siendo incapaz de poder recordar, pronto dejó de interesarse. De seguro no había sido nada importante...

[Malum Luxure]

Aun me debatía si estaba haciendo bien, los nervios amenazaban con hacerme perder la estabilidad del cuerpo en cualquier momento, debía afrontar con valentía la decisión que había tomado...necesitaba saber y estar preparada para cualquier cosa que pueda suceder de ahora en adelante ya que no solo debía ver por mi si no por un inocente.

 

-Debo tener cuidado...si se entera la jugada podrá volverse en mi contra.-Susurraba para mi misma mientras caminaba por el callejón Diagon.

 

La enorme capa con capucha no dejaba ver ni mi cuerpo ni mi rostro...mas bien parecía un fantasma de negro que va deambulando por las calles causando algo de temor a quien se le acerca, no tenia tiempo para pensar en los mortales...iría en busca de respuestas cuando frente a mi emergió lo que necesitaba.

 

-Detective Mágico Consultor...-Leí en voz alta y entonces entre sin mas.

 

El edificio de dos plantas parecía agradable a la vista solo esperaba que en verdad sea lo que yo necesitaba...no tenia muchos datos sobre lo que realmente quería saber pero con que solo me dijera que estaba lo suficientemente lejos de nosotros era suficiente para hacerme feliz.

 

-Hola?...hay alguien aquí?.-Llame elevando un poco la voz como para llamar la atención y me dispuse a esperar alguna respuesta.

 

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[Hessenordwood Crouch]

El consultor

@ & @

 

El par bicolor se abrió de golpe al sentir una pesades en las sienes de su frente. con dificultad apeas pudo ver las manecillas del reloj que colgaba en le muro frente a su sillón individual, un pequeño gruñido se escapa desde su garganta y con en extraño movimiento trato de volver a una postura mas cómoda en el sillón, había estado leyendo días atrás artículos de "Como conseguir una meditación mas profunda", Ollivander habría antes que era una absurda idea todo lo que aquellos autores escribían en sus notas, pero no seria el Ollivander de siempre si no procediera a experimentar. Sobre la mesilla junto a su sillón una revista descolorida por la humedad había estado abierta en la pagina cuarenta y siete "de cabeza". Ollivander tomo escribió una nota sobre el titulo y con un mal gesto lo dejo caer de nuevo sobre la mesa.

El día había prometido ser bueno, pero ahora el dolor en sus sienes parecía indicar todo lo contrario. Con agilidad se levanto de su lugar mullido con su figura, había permanecido en aquella postura desde mucho antes de que la vieja recepcionista se asomara por la puerta del consultorio anunciando que saldría a comprar mas leche para el "...mas leche para el te, se ha terminado" le había repetido a la mujer haciéndola renegar por haberla prácticamente ignorado. Y mientras trata de recordar por que es que no hay nadie mas en su piso, busca si mucho cuidado entre el papeleo, libros y notas, algo de tabaco que pueda fumar antes de que de inicioa su próximo experimento.

EL cigarrillo se enciende al mismo tiempo que una bata azul grisea de gruesa tela se ondea sobre él. Él murmura una extraña canción mientras parece que bailara sobre sus ágiles pies que se mueven por el piso buscando mas anotaciones, algunos matraces y sustancias sobre la mesa, por arriba de la chimenea, y la raíz que había dejado crecer en el vano de la ventana. El tarareo ruidosamente y a través del cristal consiguió ver, aun con dificultad, la silueta misteriosa que camina en dirección a su local, sin duda un cliente. No había mucha mas gente en la calle, por lo que había sido fácil para el hombre no perder de vista a la mujer. El par de brillantes ojos la sigue con cautela mientras verte solo un poco de agua en la raíz "lo siento Yanna, sera en otra ocasión" el cigarrillo en su boca no lo deja hablar bien.

Por un momento se lamentaba encontrarse realmente solo en el piso, Donde esta esa mujer para atender a los clientes cuando llaman a la puerta? Si tan siquiera hubiera dejado una nota no estaría tratando de apagar su cigarrillo con la misma dificultad con la que baja los traicioneros escalones. La bata había quedado atrás, y era el traje de tres piezas (sin saco) y zapatos lustrosos lo que llevaba consigo. Antes de tomar el pomo de la puerta principal, practico un par de sonrisas cordiales frente a un reflejo sobre el muro de recepción, se había hecho bastante malo para esto, aun se preguntaba como es que había trabajado para el ministerio tanto tiempo.

-Buen día...- había abierto al fin la puerta dejado entrar aire fresco al interior. La mala sonrisa que había practicado se desvaneció al mismo instante que sus ojos se encontraron con los de la joven frente a él. Entre ellos se había formado un lago silencio y se había mantenido serio durante ese tiempo, seguramente había sido por impresión misma, tenia que mejorar sus gestos. Nuevamente volvió a ensanchar su sonrisa, esta vez con mas sinceridad -Pero que placer- murmuro solo suficiente par ambos. Le extendió la mano tirando de ella con suavidad hacia adentro del local una vez que ella lo hubiera tomado -Pase por favor, es usted bienvenida- sin haberla soltado aun alzo la mano de la mujer por lo alto mostrando su simpatía, y apenas beso el dorso de su mano -Permitame ayudarle con eso, o prefiere conservarlo?- señalo el la capa que la mujer cargaba en sus hombros -Dígame, madame, en que puedo ayudarla?- Ollivander le sonrió lánguidamente.

[Rory Despard]

La sanadora~

Lejos del consultorio

¿De qué forma pueden mezclarse los recuerdos y la fantasía en el mundo de los sueños? No dejaba de preguntármelo mientras recorría ansiosa las bulliciosas calles de Camden Town, repletas a esas horas de todo tipo de visitantes ávidos por comprar las disímiles cosas que allí se ofrecían. Y me lo preguntaba porque era la intranquilidad de mis noches la que había provocado que fuera hasta la casa de mis padres muggles que constituía aún ahora mi refugio personal cuando todo lo demás terminaba por agotarme.

Me detuve de repente al doblar una esquina, y sin mucho aspaviento saqué del morral la tabaquera que contenía el rapé de melocotón mentolado. Ese día había ya excedido por mucho la dosis que normalmente consumía, pero me daba igual. Lo necesitaba. Así que con cuidado deposité en mi mano la cantidad justa a un grano de arroz y la aspiré con suavidad por una fosa, y repetí el proceso con la siguiente.

Como auténtica magia mi ánimo taciturno pareció desaparecer para dar paso a una euforia más acorde al ruidoso espacio que tenía a mi alrededor. Al consultar el reloj caí en cuenta que debía haber estado en Baker Street hace media hora ¿pero era realmente importante mi presencia en el consultorio? Me había pasado la última semana batallando pacientemente contra otro de esos periodos de letargo de Garry en donde parecía que hacía un esfuerzo sobrehumano por trasladarse del sillón a la mesa, pero era capaz de ponerse a tocar el violín a las tres de la mañana, o arreglárselas para que dentro de la tetera apareciese la mano de gloria de un criminal o algún objeto tenebroso todavía peor, por no hablar de las docenas de pociones y otros productos químicos muggles que copaban la mitad de la habitación.

Un auténtico desastre que había despertado las quejas de la casera, pero que no tenía voluntad para ordenar esta vez. Porque además yo, particularmente, era poco indicada para echarle en cara a Garry esos desórdenes teniendo en cuenta la inestabilidad que traían mis actividades como parte de la Orden del Fénix y que se unían de forma un tanto inconveniente con mi clara disposición a la bohemia.

Así que seguí andando hasta llegar a Regent's Park, donde me detuve a descansar. El clima, por suerte, se mostraba bastante benigno y era bonito contemplar a los patos en el lago. Desde la banca donde había tomado asiento, se apreciaban también los rosedales y de pronto sentí que ellos tenían algo para decirme, o quizá, que alguna clase de complicidad nos unía. Se sentía extraño de todos modos, que aquella afición por las rosas hubiera emergido luego de todo aquel lioso de la Yamamba.

Hundí nuevamente las manos en el morral, pero esta vez con el fin de encontrar el espejo comunicador que tiempo atrás había adquirido en el Magic Mall. Como había supuesto, del otro lado nada podía apreciarse. Suspiré cansada.

- Tal y como pensaba, ha de seguir allí acumulando más y más papeles inútiles que luego se negará a que destruya - refunfuñé cruzada de brazos- ¡Ya aprenderá a usar este espejo por lo menos una vez en la vida si realmente me necesita!

Y todavía con el bendito objeto sujetado en el puño derecho, cerré los ojos rogando porque nuevamente acudieron a mí aquellos sueños que se parecían tanto a los recuerdos ¿o es que era al revés?

[Malum Luxure]

Me encoraba distraída cuando su voz llamo ni atención, no había notado que la capucha se había deslizado dejando ver mi rostro a la persona que me hablaba, sin embargo me tomo un tiempo racionar ante el...un silencio se presento pero el lo llego a romper cuando siguió hablando mientras tomaba mi mano en señal besándola de saludo para luego invitarme a pasar.

 

-Yo...-Me quite la capa y se la entregue.-Yo espero que usted me pueda ayudar...-Respire hondo no podía dejar que los nervios me ganaran frente al caballero.

 

El parecía ser un hombre joven, tenia varias cosas en su apariencia que podían llamar fácilmente la atención, entre ellas sus ojos pero no quería resultar indiscreta así que de vez encunado desviaba mi mirada por la habitación tratando que no se sintiera incomodo por mi curiosidad hacia su persona.

 

-Necesito saber el paradero de un ser...y de ser posible si el tiene algún dato de donde me encuentro.-Me mordí levemente el labio inferior...realmente esperaba que el no supiera de mi.

 

Solo pensar que pudiera encontrarme me daba un escalofrió que me recorría todo el cuerpo, definitivamente no lo quería en mi vida ni en la de mi cachorro...no nunca mas y para ello yo debía saber por lo menos donde se hallaba o sus últimos movimientos para estar lista en caso de cualquier cosa.

 

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[Hessenordwood Crouch]

Ha sonreído realmente gustoso, pero es una sonrisa bastante macabra que consigue que las cicatrices de su rostro formen marcadas arrugas bajo los ojos del hombre, es un gesto extraño, pero no puede evitarlo. Sus brillantes ojos no dejan de estarse quietos, pasan de la mirada que ella le ha desviado al mechón de rojo brillante que cae sobre su rostro, de sus labios a sus manos tan pálidas, por los detalles de su ropa hasta volver a sus delicados gestos.

 

Por un momento puede imaginarse a él mismo aun sentado en su butaca y que la figura de la mujer que ahora presencia es alguna alucinación de aquellos gases que había inalado accidentalmente una noche antes en un experimento. Existe un algo muy extraño en la bella mujer que ahora contempla y no puede pensar con claridad cuando está cerca de ella.

 

-Hare todo lo que este a mi alcance para ayudarla, madame- se siente seguro de igual manera, no es esta la primera vez que se encuentra indispuesto para un cazo, eran las cosas buenas, aunque poco ortodoxas a las que Garry daba crédito a la licantropía. Comienza a andar regreso por las escaleras torcidas -Acompáñeme al consultorio, ahí podremos tener más…- mira por encima de su hombro realmente espera que ella lo siga y el ademan que ha hecho con sus manos le invita a subir los peldaños de madera -…será más íntimo- explica sin cuentas.

 

Una vez adentro del consultorio, se adelanta con largos pasos para quitar algunas cosas que puedan estorbarle a su cliente. Por un momento se ha quedado pensativo frente al asiento de la ausente sanadora ¿Dónde estaría ella ahora? Es sufriente para el escuchar los pasos suaves detrás suyos para despertar de su tornase, basta con un poco de magia para desocupar rápidamente el sofá de libros y trastos.

 

-Es el mejor asiento de la casa- le sonríe a la mujer y con demasiada reverencia le invita a sentarse -¿Té?- se ha mantenido animado y aun que pregunta ya ha servido frente a ellos un par de tasas de té verde -Ahora, porque no comienza por el principio, no cuente las partes que no valga la pena eso solo hará más tardado el caso, pero claro, no olvide mencionar los pequeños detalles madame, esos siempre son los que importan- soto aquello con calma, lo que menos quiere ahora es asustar la atractiva mirada que tiene encima suyo ahora, no puede evitar querer la atención de la mujer solo para él -La escucho, madame.

 

@ S-super t-tarde :$ Una disculpa.

[Malum Luxure]

Él sonaba amable era algo que no siempre puedes encontrar en una persona, hizo que me relajara bastante aunque eso no hacía que bajara la guardia, las consecuencias de mis actos ponían en peligro nuestras vidas. Aún llevaba la capa sobre los hombros lo suficientemente cerrada para que no se notará el pequeño bulto que es mi cachorro.

 

Incline levemente la cabeza mirandole podía notar como me estudiaba e hizo que me sonrojase levemente, dijo que haría lo que pudiese y que le acompañe al estudio donde seria más íntimo.

 

-Claro....-Susurre con algo de timidez, su presencia me hacia sentir como una niña no sabia por que...

 

Comencé a seguirlo ni bien empezó a subir los peldaños de madera con tranquilidad, mis pasos suaves ni se escuchaban detrás de los suyos, como un fantasma a veces.

 

Una vez dentro una sonrisa asoma en mis labios al verle ordenar un poco el lugar, en verdad es mas íntimo, tiene a simple vista mucho de su dueño que se puede leer con facilidad, me invito a sentarme y automáticamente le hice caso está vez si me quite la capa y la deje a un costado, sintiéndome extrañamente cómoda, me quede pérdida en mi mente un segundo mirandole cuando su voz me saco que ese letargo...que le contará...me puse pálida, por donde empezar a relatar la pesadilla...me ofreció té y yo suspire.

 

-Bueno...yo no recuerdo mucho por que el borró mi memoria.-Le dije bajando la mirada me sentía vulnerable.-Lo único que puedo decirte es que es un demonio de alto rango...me secuestro.-Mi voz tembló un poco y mis manos instintivamente fueron a mi vientre como si lo protegiera.-Escape y necesito saber si me está buscando o si sabe de mi bebé.-Levanté la mirada buscando nuevamente la seguridad en la suya bicolor.

 

Sabía que seria complicado en realidad prefería que él me preguntará lo que necesitaba saber por qué yo no sabia que seria importante o no...estaba algo pérdida, demasiado sensible...necesitaba ayuda urgente esperaba en verdad que me ayudara

 

-Si no le molesta prefiero que usted me pregunté.-Le regale una pequeña sonrisa.-Aunque aún no me a dicho su nombre ni yo le e dicho el mio.-Le comente viendo frente a mi la tasa de té disponiendome a beber un poco de ella y esperar su respuesta.

 

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@ tranqui no te preocupes no hay apuro, vos contestas cuando puedas.

[Hessenordwood Crouch]

Ollivander ha sonreído, realmente deleitado al escuchar hablar a su nueva compañía, el modo nervioso en la que su cuerpo se mueve y el titubeo de las palabras que salen con cortesía, como si ella pensara mil cosas antes de dejarlas ir, es de alguna forma “encantadora”, ni siquiera es capaz de molestarse por el animalillo que ha escondido en su capa. Realmente espera que Jawn, que ha permanecido dormido sobre su libro favorito de herbolaria, no despierte interés en el cachorro de la pelirroja. Entonces ella continúa hablando, mostrándose más angustiada en cada palabra y Garry es capaz de comprender que en una situación así, donde los recuerdos no son del todo claro, la mente siempre puede llegar a generarnos ideas que no son ciertas en su totalidad.

 

Asiente con paciencia a las palabras que tratan de salir de la mujer.

 

“Un demonio”, él ya había trabajado con ellos antes, literalmente, demonios parecían circular las avenidas de Inglaterra tranquilamente como si estuvieran en el mismo infierno de donde han salido. Garry era el tipo de gente que su presencia no era de mayor o menor importancia que cualquier otro ser en la tierra, cualquier ser humano era tan osado de dar una vida como de arrebatarla, así como había conocido demonios con las mismas cualidades del más poderoso mago. Sin embargo, al licántropo no le ha pasado por alto la intervención del nombramiento de un nene en todo esto y de alguna manera todo se complica con un par de palabras. Sus dedos tantean impacientes por oír el final del relato de la mujer frente a él, pero dicho final jamás llega.

 

Sonríe, otra vez, apenas se ha dado cuenta que lo había dejado de hacer, y solo guarda silencio un largo segundo, que seguro para ella debe estarla incomodando, pero él debe pensarse muy bien el cómo y el que es lo que debe preguntar o hacer ahora.

-Entiendo entonces que usted perdió la memoria o el hiso algo al respecto, pero trate de recordar madame, ¿Tenía alguna relación con este demonio antes? Me refiero a que ¿usted lo busco?, ¿sabe si él quería algo de usted? ¿Recuerda cómo sucedió el secuestro?- aclaro su garganta, lo que menos busca ahora es perturbar más la mente de la pobre muchacha, si lo hacía, muchos de esos recuerdos podrían ser cambiados bajo el estrés -Vera que, saber si un demonio está detrás suyo es una tarea bastante sencilla, madame- se levantó de su asiento y con largos y animados pasos camino hasta quedar frente de una estantería -Pero detenerlos…- un largo dedo paseaba por el lomo de los libros y los brillantes ojos se forzaban por leer las despintadas letras de estos -Detenerlos, contener su poder…- saco un libro grande y pesado de portada rojiza y volvió frente a la mujer -Contener su ambición, su deseo, eso es lo que en verdad es complicado- explico -Necesito saber si él quería algo de usted, se de alguna forma están relacionados ¿Usted puede darme esa información?

 

 

@ Gracias