Pociones

[Helene Eloise Bellerose]

Se sentía particularmente interesada en la realización de pociones, encontraba el encanto que representaba la correcta combinación de ingredientes y los propósitos que tenían cada. uno. Sin embargo todavía se frustraba esperando con el tiempo de cocción.

 

Se disponía a agregar el trozo de cuerno de Erumpent cuando la maestra Rambaldi le habló directamente. Estaba interesada en saber sobre la historia que había comentado antes, sobre el castillo de Alwink. Tuvo que meditarlo unos segundos, pues no recordaba todo con precisión.

 

—Es un jardín que se encuentra en el castillo de Alwing, en Northumberland. Dicen que el jardín envenenado se encuentra oculto en medio de un bosque cerca del castillo y que tiene todo tipo de plantas mortíferas, desde venenosas hasta carnívoras. Al parecer asesinaron a una condesa en ese mismo jardín allá por los años 1400 o así...

 

Frunció el ceño tratando de recordar alguna cosa más que pudiera ser de utilidad. Nada más allá de que era un mito que tenía a más de un campesino aterrado. Habían fantasmas, lo sabía. Sin embargo, ¿se puede estar penando por más de quinientos años? Aunque claro, no era la única muerte que había habido. Si las leyendas eran ciertas, había existido más de un desafortunado que había entrado al jardín y no había regresado más.

 

—En realidad no sé, si nos quieren asesinar alguien muy enojado debe haber de por medio. Vivo o muerto no nos quiere aquí, y se sigue sin entender cómo es que llegamos con todo y el salón hasta donde sea que estemos...