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La Taberna del Loro Tartamudo


Beltis
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Me diviertes

 

Dijo con los brazos cruzados mirándola a los ojos, dejando escapar una muy leve sonrisa. No era un comentario sarcástico, era la verdad. Estaba acostumbrado a enfrentamientos dialécticos cada dos por tres, pero hasta el momento la mayoría de las personas con las que se había encontrado se enfadaban con relativa facilidad y aunque le gustaba molestar a los demás a la larga el hecho de que se enfadasen tan rápido le acababa aburriendo. Ahora, se encontraba en la situación inversa, se acababa de encontrar con una borde que necesitaba aprender a tratar con los demás sino quería meterse en problemas tarde o temprano. Ella había comenzado y el joven no pensaba enfadarse o llorar, tenía claro que quería jugar a ese juego, a ese intercambio de palabras.

 

Sí, acabo de confirmar que no eres muy lista

 

Comentó negando con la cabeza con una sonrisa de suficiencia mientras le daba un nuevo sorbo a su bebida para mojarse los labios. Pasó por alto que la desconocida se hubiera sentado en la misma mesa sin que nadie se lo ofreciera y sin pedir permiso, al fin y al cabo no le vendría mal tener compañía, eso era mucho más entretenido que tener que dejar su marca en la mesa con una moneda. Llevó su mano a uno de sus bolsillos para asegurarse de que tenía la varita mágica, no es que tuviera pensado utilizarla por el momento pero nunca se sabía cuándo uno iba a necesitar defenderse... o atacar. Rodeó los ojos mientras la escuchaba. Debido a su respuesta se dio cuenta de que la mujer llevaba razón cuando había dicho que no era muy lista.

 

Respondiendo a mi pregunta, dice... —habló riéndose a la vez que soltaba un par de carcajadas bastante sonoras. No había nadie más en la taberna así que no había nadie a quién molestar, además si lo hubiese le daría igual. —A la pregunta de qué harías tú... ¿qué no has entendido?

 

Suspiró volviendo a negar con la cabeza. Tenía miedo de que siguiese sin comprender muy bien a qué se estaba refiriendo así que se lo explicaría, no tenía problemas. Le haría la pregunta como si se la estuviese realizando a una niña pequeña que aún no comprende muy bien el idioma.

 

¿Qué harías tú? —hizo una pausa. —O... ¿qué has hecho? ¿Eres de las personas que quiere o ha dejado marca teniendo una familia? ¿Eres de las que quiere hacer algo impresionante? ¿Tienes tanto poder que ya has dejado marca? —cuestionó poniendo los ejemplos que ella misma había dicho para hablar de lo que hacía la gente cuando quería dejar marca, pero al joven no le interesaba lo que pudiera hacer la gente, le interesaba qué haría ella para dejar marca.

 

Esperaba que ahora si lo entendiese y que le respondiese, sentía cierta curiosidad. Después, se quedó en silencio varios segundos pensando qué buscaba él. Apoyó su codo en la mesa y se acarició la barbilla mientras pensaba. Que estuviese tardando tanto en responder dejaba claro que no buscaba nada de una manera desesperada...

 

Quizá poder y conocimiento sea lo que estoy buscando...

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Al escuchar sus palabras denominándola poco lista los únicos gestos que realizó la demonio fue parar su balanceo en aquella silla donde estaba sentada para observarle sin cambiar el gesto de su rostro, bueno tan solo levanto una de sus cejas y volvió a colocarla en su posición mientras lo observaba en silencio. No iba a entrar a debatir quien era menos listo, si él que se dedicaba como un niño a tallar su nombre con una moneda en la manera o ella por no saberse explicar en lo que pensaba que sería una conversación adulta. Se apoyo en la mesa mirándolo mientras este hablaba una y otra vez, la parecía divertido aquella conversación parecía que había encontrado un humano curioso por aquel lugar.

 

Su mirada se percató de que llevaba la mano a uno de sus bolsillos como cerciorándose que llevaba algo, no había que ser muy listo para saber que estaba buscando en sus ropas, o que intentaba saber que tenía allí guardado. Se separó del apoyo que había hecho en la mesa y volvió a inclinarse hacia atrás un poco con la silla mientras entornaba los ojos. Lo extraño de aquel personaje es que se reía cuando el hecho de buscar algo en sus bolsillo le hacia sentirse inseguro, ella era inofensiva, bueno, mas o menos lo era.

 

-Te ríes y te sientes inseguro, tranquilo no muerdo-comentó mirando a otro lado puesto que lo bueno de ser rey del silencio es que así no era esclavo de sus palabras, además que eso la daba la virtud de ser muy observadora, algo que siempre la había gustado. Observar a cada persona para ver sus gestos y como actuaban.

 

La verdad es que el chico parecía un poco loro, no hacía mas que repetir las mismas palabras, ella pensaba que había respondido bien a la pregunta que haría ella para tener poder. Una cosa es algo que haría para tener poder, otra cosa es que ella buscara aquello en aquel mundo. Quizás ahora sus prioridades habían cambiado, pero sin más se encogió de hombros puesto que la resultaba divertido como el intentaba sacar de quicio a la chica de ojos azules.

 

-verás, dentro de poco espero que mi familia tenga un hueco en Ottery, y como heredera seré la matriarca, así que si te aburres estas invitado a pasar por allí, pero en general no soy una persona que busque nada de dejar marca..... por lo menos ahora no es algo que este buscando, solo quiero disfrutar-dijo guiñándole un ojo-si por mi camino hay algo que me encuentre para dejar marca es bienvenido, pero no tengo de momento motivaciones de grandeza, quizás antes sí, ahora solo quiero vivir en Ottery y adaptarme de nuevo a este lugar.-concluyó bebiendo de su jarra de hidromiel, seguramente aquel chico se decepcionaría a no ver ningún objetivo claro a la vista que buscara la ex mortifaga.

 

-nunca se me ha dado bien ser alguien notoria y casi que prefiero pasar desapercibida-agregó a aquella conversación que tenía el muchacho, solo esperaba que no tuviera que dar mas explicaciones era algo que a la demonio no la agradaba en demasía, pero sabiendo que aquel chico era algo arrogante seguramente buscaría algún tema que la importunara- por cierto, me gustaría saber el nombre de aquel chico que va a hacer historia-agregó mostrando una sonrisa picara a la vez que irónica. La verdad es que si pasabas desapercibido era todo mejor nadie te molestaba ni te importunaba en lo que estuvieras haciendo. Aunque sus aspiraciones la verdad es que eran bastante curiosas, puesto que aquello si la agradaba a la bruja.

Editado por Eliah Ryddleturn

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  • 3 meses más tarde...

No sabía la hora que era, la verdad no había pensado en nada solo había salido aquella noche a la calle sin rumbo fijo, en camisa mas larga y jeans, lo único que había cogido era mi varita y mi mal humor.


No sabía cuanto había caminado ni hacía que rumbo había tomado, solo me había encontrado con la entrada a la universidad cuando había levantado de nuevo la cabeza, mordí mi labio y suspiro un poco.


Las rejas de esta aun estaban abiertas así que suponía que no cerraba en las noches, me adentre al lugar solo para pensar un poco, y caminar en algo mas seguro y no por las calles solitarias.


Sin querer me encontré con un lugar que muy pocas veces visitaba, en realidad esta taberna nunca lo había hecho, pero supongo siempre había una primera vez, al entrar recién me di cuenta que mi cuerpo temblaba un poco solo a mi se me ocurría salir así.


-Buenas noches, ¿Me sirve una cerveza? por favor- dije envalentonado, el tabernero dejo la cerveza y me cobro, deje las monedas sobre la barra y agarré la cerveza busque la mesa mas lejana y ahí me acomode.

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La noche se sentía extrañamente rara, no podía decir el por qué, no sabía explicar el cómo, pero la angustia que le empezaba a estrujar el corazón era algo que no tenía una definición clara, era como un fantasma que busca helar tu sangre pero no te habla. Salió de la casa diciéndole a sus elfos iría de cacería, pero la verdad era que no sentía ganas. La noche inglesa estaba fría y ella solo llevaba un buzo deportivo con capucha, estilo canguro, unos pantalones cargos y unos borcegos. No necesitaba más, salvo que en los bolsillos llevaba la bolsa de piel de moke con todos los anillos y talismanes de los poderes, su varita en el bolsillo lateral, y con un hechizo unificador los anillos de habilidades junto al de compromiso y el de su madre en el otro dedo.

 

Se detuvo a mirar el cielo mientras con metamorfomagia acortaba su cabello hasta la altura de los hombros, la noche no prometía ser de las más luminosas, el cielo estaba mayormente cubierto de nubes, apenas podían verse las estrellas o la luna. Caminó, caminó mucho y sin rumbo, pensativa, por eso mismo no supo cómo llegó hasta allí. Las luces a lo lejos le indicaban que había un lugar abierto, lo cual en cierta forma le sorprendió, aunque pensó que Don Mauricio, pariente lejano, o no tanto, de Don Pascual y Pascualito, necesitaban de nuevos ingresos ahora que no tenían su fuente principal.

 

Una vez más sus pasos la llevaron hacia aquella taberna e ingresó en ella, algo desorientada, no podía estar segura que la esencia pura que sentía estuviera allí, debía haber quedado de cuando habían cursado juntos o... se detuvo tras ingresar al pequeño, antiguo y algo desvencijado lugar. ¿Seba? Lo observó con sorpresa, no era un sentimiento o un recuerdo, estaba allí y lo vió en el momento justo en que Mauricio le daba una jarra con una de sus variedades de cerveza ¿qué estaba pasando?

 

@@Seba Granger

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No sabía realmente que estaba haciendo me sentía un adolescente de nuevo, por que sentía eso, por que me sentía inseguro en aquel momento, solo había sido un nombre nada mas, debía haberle preguntado a ella en vez de salir corriendo del lugar.


Miré la cerveza sobre la mesa, una muestra de polvo que había quedado seguro al hacer el aseo antes de abrir, pase mi indice por el, tal cual hacía los niños cuando veían suciedad en los vidrios de los vehículos muggles, miré mi dedo sucio y luego mi anillo que llevaba en la misma mano.


Por que estaba ese bendito nombre en los papeles de casa, Kimberly me había hablado de él pero no terminaba de entender, vi la espuma en la jarra de cerveza en esos momentos levanté un poco la mirada y la vi entrar al lugar.


Mi corazón latía con fuerzas de nuevo, ¿como me había encontrado? no estaba del todo seguro, ¿Acaso alguno de nuestros elfos me había seguido?


Solo atiné a levantarme de la silla y esperar a si ella se acercaba, pero la verdad ni idea como se lo iba a preguntar.




Editado por Seba Granger

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Sí era él, y como para ratificarlo se había puesto en pie, Darla lo observó con curiosidad mientras se acercaba, le preocupaba su expresión, podía sentirlo en el aire, podía sentirlo a él, no se trataba solo de su poder vampírico, no, con él siempre había sido algo más, era algo más, era su amor, era como algo que los unía y vibraba. Ella quizás no tendría el mismo poder que él para sentirla como él lo hacía, pero ella podía sentir mucho de su hombre. Sus ojos pasaron de su rostro con una sombra de barba a la cerveza sobre la mesa.

 

Se detuvo junto a la mesa y sonrió, con timidez, aún no lograba entender qué hacía su prometido allí, era una imagen extraña. Tampoco había entendido por qué había sentido la necesidad de salir y menos el hecho de terminar tan cerca de la Universidad, siendo guiada por las luces de la Taberna.

 

--Hola --, dijo con voz suave --¿te puedo acompañar? --se mantuvo de pie, con las manos apoyadas sobre la silla frente a ella, observando esos bellos ojos azules que le transmitían siempre tanta paz, y ahora la necesitaba más que nunca.

 

Su mente trabajaba a mil por horas intentando entender los detalles que se le escapaban, no era común encontrar a su novio en una taberna y menos con una cerveza, aunque debía reconocer que ella le había empezado a enseñar, un poco bruto en el caldero, más suave en el otro local, pero lo habían cerrado. El Knocturn se había puesto de luto ante la falta de sus comensales. Pero eso a ella no le interesaba, quería saber si su novio estaba bien, si ellos estaban bien, pues acababa de recordar que el lema de Don Mauricio era tomar un trago por las malas notas, los malos profesores o el mal de amores.

 

@@Seba Granger

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La observé como se acercaba a la mesa me tense un poco pero no sabía que era, si nervio de como iba a preguntar y si solo callaba y nada mas, tallé mi barba un poco nervioso hasta que la escuche, no importaba que estuviera pasando por mi cabeza su voz siempre me calmaba, no sabía si esta vez del todo pero si lo hacía.
-Por favor siéntate- dije mientras me acercaba a ella y le retiraba la silla, luego me senté frente a ella, donde ya estaba el jarro de cerveza.
-¿Quieres tomar algo?- le hice señas al cantinero para que se acercara y trajera lo que ella quisiera tomar.
-No se como empezar, creo que debería preguntar ¿como me encontraste?- moví mi anillo en el dedo, una y otra vez ayudado con mi pulgar, viendo la espuma de la cerveza que se comenzaba a desaparecer.
-No se si recuerdas que te dije que estuve hablando con Kimberly- en realidad creo que no le había dicho lo que realmente me había dicho, solo que habíamos tomado algo mientras esperaba mi pedido.

 

@@Darla Potter Black

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Seba se puso de pie y le acomodó la silla ofreciédosela para que se sentara, ella lo hizo, acomodándose frente al lugar que ocupaba el mago, quien segundos después volvió a su lugar imitándola y ofreciéndole si deseaba alto de tomar.

 

--Creo que si tienen cerveza negra bien fría estaría bueno --respondió la Potter Black, mientras observaba con curiosidad el vaso de cerveza frente a su prometido --¿te estoy llevando por el mal camino? --preguntó haciendo un gesto hacia la espumosa bebida, recordando que él no acostumbraba a probar bebidas alcohólicas. En realidad no sabía si quería que cambiara, sabía que no necesitaba que lo hiciera, ya que lo amaba así tal cual era.

 

La siguiente pregunta la dejó desorientada, lo vió a los ojos, intentando entender el trasfondo de la cuestión, se encogió de hombros y negó con la cabeza.

 

--No estoy muy segura, solo sentí que algo no estaba bien, que debía salir y pensando en ti terminé llegando aquí, aunque confieso que no esperaba que hubiera dado contigo, solo sentía que debía hallarte y aquí estás.

 

Ella no se había decidido a rastrearlo, ni él era su presa ni ella un perdiguero, solo sabía que debía encontrarlo y la realidad es que si bien como vampira podía sentir la esencia de las personas, cuando se trataba de él, era mucho más fuerte que eso, podía sentir sus estados de ánimo, su fuerza, su calor, podía casi visualizarlo en su mente aunque aún no lo viera, era como si la conexión de su amor hiciera más profundo el contacto de sus seres al momento de encontrarse, aunque dudaba que fuera tan fuerte y perfecto como la conexión que él lograba tener con ella. De hecho quizás él era el que creaba tan perfecta conexión entre ambos, guiándola cuando estaba perdida.

 

--Sí,creo que algo dijiste de que viste a Kim en Ranas Lunares --respondió a su comentario, ahora más que nunca desorientada.

 

@@Seba Granger

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Le hice un gesto al camarero en cuanto dijo Darla lo que quería beber, -Que sea una cerveza negra para ella, bien helada- recalque un poco cuando el tipo se iba de nuevo.


Miré la cerveza cuando ella me pregunto, -No, por ahora ni la he tocado, aunque creo que mi intención si era beber, dicen que uno olvida, no se- corrí un poco al costado la cerveza, puse mis manos en la mesa cruzadas.


-¿Quien es Corvus?, ¿te habían pedido matrimonio antes?- pregunte casi atragantandome con mi propia saliva, tuve que toser un par de veces, mientras recordaba aquellas palabras que había visto de reojo en una de los cajones del escritorio.


-Si ella estaba ahí cuando llegue por unos tes- mordí mi labio por un instante.


En ese mismo instante el cantinero regresaba con la cerveza y la dejaba frente a Darla derramando un poco de ella, -Cuidado!!!- dije al tipo realmente no se en que tono lo había dicho no acostumbraba ser así, el cantinero se disculpo con Darla de malas ganas y limpio lo que había derramado.


-¿Algo mas para el señorito?- añadió el tipo en forma sarcástica, -No, gracias. Puede retirarse- lo miré una vez mas cuando se iba.

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Esperó mientras él le realizaba el pedido al camarero y escuchó sus palabras, algo sorprendida ¿olvidar? ¿Qué necesitaba olvidar? Pero no tuvo mucho que esperar, o eso pensó luego que Seba corriera la jarra de cervesa. Aunque no podía negar que la pregunta la dejaba desorientada.

 

--¿Corvus? ¿Quién es Corvus? --la duda en su voz era notoria, con mezcla de sorpresa, pero, aunque había olvidado el episodio de hacía varios años con el joven en su cabeza de pronto vinieron todos los recuerdos que le envió Scarlet y casi el reclamo por haber olvidado a su hijo.

 

--Corvus no me pidió en matrimonio --lanzó un suspiro desorientada y luego agregó --Corvus Aidan es el hijo de Scarlet, es vampiro por parte de su padre y nació de su madre antes de que ella se hubiera convertido, de hecho su sangre y su mordida fue la que convirtió en vampiro a su madre cuando la quisieron matar la primera vez --apoyó el codo en la mesa y luego su cabeza en la mano.

 

--Maldita sea Mauricio, ¿desde cuándo eres tan irrespetuoso --gruñó la vampiresa antes de volver su vista hacia Seba, faltaba una pregunta, aunque no sabía si estaba respondida al decirle quién era Corvus y que no le había pedido matrimonio.

 

--Hace años sí tuve alguna propuesta pero no me interesaba unir mi vida a nadie, entonces era "alérgica" al matrimonio, supongo que porque no amaba realmente a la persona con la cual estaba --lanzó un suspiro mientras tomaba la jarra de cerveza a la cual le faltaba un poco por el incidente y tomó un trago, que casi no le pasó por la garganta y la apoyó de nuevo frente a ella.

 

--¿A qué viene todo ésto? --preguntó sin entender el por qué preguntaba el nombre del desaparecido hijo de Scarlet y la propuesta de matrimonio en su pasado, la cual no hubiera recordado si Seba no se la hubiera mencionado, eso estaba tan enterrado y había tenido tan poco importancia que lo había olvidado casi por completo.

 

@@Seba Granger

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