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Biblioteca de Alejandría


Pik Macnair
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Desde que había llegado a Ottery había intentando olvidarse de aquello que tanto la había obsesionado, pero paso por aquella puerta de una inmensa biblioteca se detuvo un momento dubitativa. No sabía si entrar o no entrar, quizás debía de pasar de largo por la puerta y seguir hacia delante, pero sabía que en aquel lugar podría encontrar algo de lo que buscaba. Se detuvo en la puerta y se aproximo a esta, y coloco su mano en el pomo de la puerta y la empujó dejándola ver el interior de la biblioteca que se presentaba delante de ella. Las puertas se cerraron tras de ella dejándola una imagen espectacular de estanterías repletas de libros en grande hileras. Por el que la joven Ivashkov no sabía ni por donde empezar a mirar.

 

Sus pasos como siempre eran decididos mientras observaba cada fila de estantes buscando la que necesitaba o en el que pensaba que estaría aquel libro. Pero su mente trabajaba rápido, no sabía si era buena idea lo que estaba haciendo, o lo que estaba buscando. Desde que había perdido a su madre, no había buscando otra forma para volverla a ver, pero ¿aquello era bueno? ¿debería seguir por aquel camino? mientras sus pensamientos divagaban en aquellas preguntas. Mientras tanto llegaba a una sección donde había una serie de libros interesantes, quizás de los que buscaba. Se interno en aquella parte de la biblioteca mientras con su mirada buscaba aquel libro.

 

No se había fijado en la gente que estaba en la biblioteca, es mas desde la perdida de su madre se había aislado del mundo que la rodeaba. No socializaba con nadie y ni siquiera sabia si iba a conocer a alguien que estaba por ahí. No sabía si estarían allí los conocidos de tiempo atrás, ¿pero aquello era importante?. Fue entonces cuando encontró un libro y tras observar la portada de este lo abrió y empezó a ojearle por dentro pasando las paginas, quizás se tenía que sentar para leerlo de forma mas entretenida. Pero no sabía ni la hora que era ni cuanto tiempo llevaba en aquella biblioteca.

 

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Fue entonces mientras decidía lo que tenia que hacer cuando escuchó su nombre giró rápidamente la cabeza mientras sus extraños ojos de color azul y amarillo como los de un felino brillaban en la oscuridad de aquella biblioteca. En cuanto enfocó pudo saber quien era aquel que había pronunciado su nombre. -si eres tu-pronunció mientras arrastraba cada palabra y cerraba el libro , dejándolo en el mismo sitio donde lo había cogido.-No has cambiado nada-dijo la ex mortifaga mientras lo miraba de arriba a abajo analizando la figura del muchacho. La verdad es que aunque no lo pareciera se alegraba de ver al chico, por fin veía una cara conocida.

Editado por Eliah Ryddleturn

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El muchacho sonrió, casi de manera inconsciente en el momento en que la mujer le dirige una mirada profunda y le dedica sus primeras palabras en mucho tiempo. Es una sensación misteriosa y agradable la que ella deja en el mago cuando le habla, así que ya un poco más convencido de que sabe quién es su interlocutora, termina por acortar la distancia entre ellos, aunque la verdad no sabe cómo es que debe recibirla. Hace una pausa larga antes de asentir a las palabras de ella y finalmente hablarle con cierta soltura, como si se tratara de un encuentro de lo más casual.

 

¿Eso cree usted? Yo debería decir lo mismo-, la media sonrisa del muchacho, aunque es algo tímida, es lo suficientemente amplia para empalmar algunas de las cicatrices en su rostro. ―Tanto tiempo en verdad y podría reconocer incluso el sonido del andar de sus pasos-, habló con calma, aunque se siente bastante conmovido por el encuentro con la hechicera. ―Es un verdadero gusto reencontrarme con usted…Eliah.

 

Verdad era que se interesaba por escuchar lo que ella podría contarle, sin embargo, por alguna razón cree que quizá ella no tenga el tiempo o el interés de contarle al Ollivander, después de todo, aunque había entre ellos algo de familiaridad en sus rostros, el tiempo había pasado ya y los vínculos entre ambos quizá debían reforzarse un poco más, tiene un recuerdo muy vago de lo reservada que la mujer podría resultar ser. Aun asi, decide que no hay como una charla para comenzar, asi que vuelve a intentarlo, a pesar de que no es un lugar donde se deba hablar mucho y de que Garry en realidad nunca ha sido un buen conversador.

 

Quisiera preguntar dónde es que se ha metido todo este tiempo, pero supongo que soy él menos indicado para eso-, el muchacho despegó la vista de ella solo un segundo. ― Espero que las razones que la traigan de regreso a Ottery no sean malas-, ahora que hace memoria, él había vuelto después del fallecimiento de su padre, era la razón por la cual se había obligado a volver, sin embargo, después de un tiempo, aquello de apoco había sopesado por su estancia en Ottery como algo más propio. ―Y espero también que sea un regreso prolongado, si me permite abusar-, le sonrió divertido.

 

@@Eliah Ryddleturn

Editado por Sain M. Ollivander

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Observó como la duda del mago había desaparecido al contestar la demonio rápidamente ante su nombre. Pudo comprobarlo cuando este acortó la distancia. A la ivashkov no la gustaba el contacto físico pero tampoco quería ser desagradable puesto que volvía a encontrarse con alguien conocido y el cual la había reconocido de nuevo. Se quedo en el mismo sitio, sin moverse un ápice mirando al chico cada gesto de este.

 

Sus palabras la medio sorprendieron puesto que no pensaba que el joven la conociera tan bien o que le hubiera calado tanto. Se apoyo con la espalda en la estantería mientras se cruzaba de brazos observando a Garry detenidamente. La había llamado la atención sus palabras y había despertado la curiosidad de la demonio, ahora estaba toda su atención en el mago que tenía ahí delante, en aquella biblioteca.-vaya, vaya, veo que por lo menos alguien me conoce bastante bien o me ha echado de menos-comentó tras las palabras que habían ahondado en el frío e insensible corazón de la demonio.

 

Fue entonces cuando quizás su rostro se podía haber vuelto mucho más serio, la pregunta de por que se había marchado o como es que había vuelto allí de nuevo. Era una cosa que no la gustaba contar, pero quizás aquel chico que en tanta estima la tenía como el decía que la tenía, pudiera saberlo. Aclaró su garganta, puesto que tampoco sabía si se quedaría por mucho tiempo o por un breve periodo. La verdad es que ni ella lo sabía, todo dependía de como se sintiera en su vuelta al mundo mágico.

 

-Pues, mi madre ya no esta....-no sabía como decir aquello, no se la daba muy bien esos temas pero esperaba que por lo menos el Ollivander lo hubiera captado lo que quería decir.- Pues no me trae ni nada bueno ni nada malo, sin más he vuelto, y dependerá si algo me ata aquí si mi instancia perdura o vuelvo a marchar....- comentó retirando la mirada del mago para observar la estantería de enfrente para luego volver su mirada felina a este.- ¿ Y tu que tal en mi ausencia?-pregunto mientras medio sonreía observandole de forma algo misteriosa.

 

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Editado por Eliah Ryddleturn

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Le sonrió apabullado, no es que tuviera una manía por recordar cada detalle de las personas, a pesar de lo muy buen observador que podía ser, en realidad, con el tiempo y tras el extraño caso de la bruja de las nieves, Garry no tenía la misma capacidad de recordar cosas de las personas que le fueran tan significantes para su persona, asi como ahora lo estaba haciendo este encuentro con ella. Era por eso quizá que se encontraba igual de sorprendido cuando Eliah mencionaba lo bien que pudo llegar a conocerla o lo tanto que la había echado de menos, porque seguro era que ni si quiera él se había dado cuenta de eso.

 

―Ya veo-, su voz es neutra al hablar, no hay pena en su timbre, pero tampoco resulta indiferente, perder a una persona es inevitable, aunque por supuesto que entiende…que todo lleva un proceso de asimilación. No intenta decir nada más al respecto, él no es el mejor para eso, o eso es lo que cree, sin embargo, seguro es por la influencia que Bel Evans ha tenido en él, que se siente con las ganas de no solo dejar así el tema. Aun asi no dice nada más, y escucharla hablar sobre los motivos que la tienen de regreso al pueblo, le hace recordar sus propias razones por las que había vuelto. ―Ojalá y no se arrepienta entonces, de haber vuelto quiero decir-, se encoge de hombros en un movimiento apenas perceptible.

 

Finalmente es su pregunta final la que lo hace pensar más, aun cuando quiere contarle que le gustaría verla más tiempo por el pueblo, eso cree, que sería algo bueno. Pensar en su pregunta resulta difícil solo por el hecho de no haberse dado cuenta de su ausencia, ¿era algo malo eso?, no está seguro, pero la incomodidad que siente de pronto le hace pensar que posible que está siendo desconsiderado nuevamente. A cambio tiene que, las reacciones y expresiones en el rostro de Eliah son agradables de ver, ella es como algo bonito escondido en lo profundo de un mar demasiado peligroso, es la sensación que le deja cuando sus ojos vuelven a fijarse en él.

 

Usted conoció Ottery antes, Eliah, el lugar es un poco aburrido si no se busca algo que hacer-, sonrió divertido, recordando sus últimos días de monotonía tras su recuperación de la pasada luna llena. Lo cierto era que cada día Garry se parecía más aun viejo hombre, sin apuros en la vida, y falta de interés en muchas cosas, como si hubiera tenido ya demasiado de todo eso. ―También me ausenté un tiempo sabe, hace apenas el año que he vuelto y bueno…todo es igual y diferente al mismo tiempo, seguro usted me entenderá-, aun parece calmado y lo está, pero de igual forma no puede mantener la vista fija en los ojos de ella, por lo que eventualmente la desvía a sus propios pies o sus manos.

 

Garry se preguntaba entonces por los días de ella, ¿qué habría hecho entonces?, entrometerse solo asi en los asuntos cotidianos del resto de las personas no es un problema para el licántropo, no lo es en la mayoría del tiempo que tiene la intención de sacar algo de esos encuentros, sin embargo, este no es el caso y Eliah no era como el resto de las personas, por lo que ahora le está costando solo un poco más abusar de esa falta de desconsideración que muy a menudo se le echa en cara.

 

¿Y usted?, ¿Cómo ha estado su regreso? ¿acaso encontró todo donde debería estar?

 

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Garry se limitó a decir solo dos palabras que la verdad la joven lo prefería, no necesitaba que nadie se comparecieran de ella, ya tenía suficiente con lo que cargaba en sus espaldas. Aunque cuando el mago cambió rápidamente de tema lo agradeció bastante, puesto que así se olvidaba de seguir hablando de un tema que prefería por el momento no tratar. A las siguientes palabras del licantropo la joven lo observó ladeando la cabeza un poco de medio lado, puesto que no sabía si el resultado de lo que la había dicho. Aunque ella tenía una mera idea de lo que quería que pasara.

 

-Pues veremos como van ocurriendo los acontecimientos,esperemos a ver lo que me de pare Londres -comentó finalmente, mientras seguía apoyada la espalda en la estantería apoyando después la cabeza en esta mirando al techo mientras pensaba que podría hacer de nuevo allí.- Es un lugar demasiado grande Ottery, seguramente si me vuelvo a marchar ni te darías ni cuenta-comentó encogiendo los hombros como si nada sin mirarle.

 

Otra cosa que tenía razón era sobre que hacer en aquel lugar. Sinceramente, ahora estaba bastante liada con temas ministeriales para poner todo en orden, por lo tanto no la había dado tiempo a aburrirse. Solo esperaba que si tenía tiempo no aburrirse demasiado, puesto que sabía que si eso pasaba probablemente se volvería a marchar.- Pues tendré que mantenerme ocupada entonces para no aburrirme demasiado. -La sorprendió saber que su pareja en aquella conversación había abandonado también Ottery como ella, parecía que también se había aburrido de lo cotidiano.-pero si que me imagino a lo que te refieres sobre que todo es igual y diferente al mismo tiempo- sabría que habría las mismas cosas que siempre y otras habrían cambiado, gente nueva que había llegado y otra que se había marchado, pero en definitiva el mundo mágico seguía igual que siempre siguiendo las mismas pautas.

 

Aunque la verdad no veía a aquel chico que tenía delante marchándose de allí. ¿Que le había ocurrido para tener que irse de Ottery? no pensaba que fuere el tipo de persona desligada de su familia o del mundo de mágico. Pero al igual que él no había hurgado para saber donde había estado ella tampoco lo haría, ademas no tenía apenas confianza para preguntarle aquello.-bueno, todo en su sitio no, pero por lo menos tenía un lugar donde vivir por el momento.--contestó a su pregunta-¿y tu? ¿todo en orden?- preguntó de nuevo mientras volvía a pasar sus ojos azules en él.

 

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Editado por Eliah Ryddleturn

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  • 3 semanas más tarde...

Quizá ella tenía razón, quizá él de verdad no se hubiera dado cuenta si ella se iba de nuevo, pero ¿no pasaba así con muchos de los que conoció o que llegaría a conocer? Ottery era un lugar chico, donde pasaban cientos de personas, algunas de estancias aparentemente permanentes, otras a temporales y por supuesto los que, como Garry algún tiempo, de permanencia más fugaz.

Está seguro, aunque ella no lo ha dicho, de que si quiera su interlocutora sabía de la ausencia del mago, porque aquí la gente iba y venía a su antojo, no era algo malo, al menos no le parece a él, sin embargo, cree que mejor era dar el mejor recibimiento posible cuando se volvía a ver al rostro de un buen amigo.

 

De tal modo que lo está intentando hacer ahora, con Eliah, aunque por el rumbo de la conversación, las cosas no están saliendo como lo pensaba.

 

¿Todo en orden? Una pregunta difícil hace ella, quizá si se la hubiera hecho un par de meses atrás, sin dificultad alguna ni remordimiento hubiera soltado un “sin problemas” sin complicaciones, aun cuando sabe que las cosas podrían estar mejor entonces. Pero hoy no, han pasado tantas cosas que no puede solucionar, que es como estar completamente acorralado por sí mismo, era algo sofocante, desquiciante, aterrador. Pero este no era el lugar ni el momento y si bien se había estado martirizando por varias semanas, por supuesto que podía esperar solo un poco más.

 

Le sonrió divertido.

 

Sin problema-, soltó y los músculos apenas se tensaron. ―De apoco creo que le tomo el ritmo a esta vida citadina, seguro usted le cuesta un poco menos...eso claro, si no lo ha hecho ya-, mantuvo la sonrisa, aunque es tímida esta vez. ―Y si, claro, las cosas siempre podrían estar mucho mejor...-, él ya no es el joven brujo que trabajó para el departamento de criaturas junto a Eliah, Cillian y Bel. Estaba bastante lejos de ser todavía aquel muchacho lleno de energía, el qué razones lo habían cambiado eran inciertas, porque de preguntarle Garry evitaba siempre mencionar su cambio de personalidad con un cuento largo de final siempre distinto. ―Pero como lo ha hecho usted mención, depende de uno hacer las cosas interesantes, de otro modo, seguro no encontrará nada más.

 

Antes de que pueda continuar, puede escuchar a uno de esos… ¿guardianes, guías? Estatuas de consulta, merodeando cerca, algo terriblemente aterrador, pero que no resulta la primera vez que lo sorprenden alterando la tranquilidad de la biblioteca. Con un gesto divertido Garry le indica a Eliah que ambos guarden silencio, solo un segundo para que no fueran amonestados por platicar en una zona de lectura, lo que también ha puesto a pensar a Ollivander en que motivos tendrían a la demonio en un lugar como la biblioteca de Alejandría.

 

Creo que este no ha sido el mejor escenario para un rencuentro, ¿verdad? -, habla tranquilo, aunque varios tonos más bajo para pasar desapercibido. ―Me pregunto si tendrá usted un tiempo después de que termine aquí…quizá…podríamos…-, hace pausas solo para tratar de adivinar si acierta sus palabras con ella, la verdad era que, aunque recuerda tenerle una estima considerable a la muchacha, hoy se sentía como si la conociera por primera vez. Por su puesto que todo era “igual, pero diferente” entre ellos. ―Quizá podríamos ir por un café.

 

@@Eliah Ryddleturn perdona la tardanza </3

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  • 2 semanas más tarde...

Seguía apoyada en aquellas estanterías donde reposaban todo un ejercito de libros esperando ser leídos por alguien. Escuchaba cada palabra que salía de los labios del Ollivander, parecía como dubitativo, era sin duda que algo había cambiado en él aunque parecía que tras su regreso, este se había adaptado muy bien a la vida de Ottery. Esperaba que ella pudiera adaptarse con la misma facilidad como lo había hecho el ollivander, aunque dudaba de que fuera tan fácil para ella eso de adaptarse bien a ottery tan rápidamente, seguro que se tiraba una larga temporada intentando adecuar y adecentar todos los trámites que tenía que hacer en aquel mundo mágico.

 

Parecía como si intentara dar un apoyo a la Selwyn como el mas o menos podía, pero antes de que Eliah pudiera contestar algo enseguida los guardianes de aquella biblioteca les interrumpió, su conversación debía de estar molestando al resto de los usuarios de aquel edificio. La joven no hizo otra cosa que entornar los ojos mientras les miraba con cierta indiferencia, algo que la demonio hacia muy a menudo. La verdad es que tan solo hizo caso del gesto del mago que tenía delante, así que se mantuvo callada hasta que el guardián se marchara.-seguro que a ti te costo mucho menos de lo que me costará a mi-susurró levemente soltando aquellas desesperanzadoras palabras.

 

Pero entonces se dio cuenta según lo que decía su compañero de conversación que aquel no era el lugar más indicado para conversar. En aquello tenía bastante razón así que no estaría de más hablar en otro sitio si que les estuvieran todo el rato interrumpiendo o más bien enfandandose por que ambos estaban hablando. La idea de Garry la pareció perfecta, se había adelantado a ella rápidamente- ¿me parece perfecto, donde y cuando quedamos para seguir esta conversación?- preguntó separándose del apoyo de la estantería donde llevaba casi toda la conversación apoyada.-ahora mismo tengo todo el tiempo del mundo-agregó mientras sonreía de forma algo divertida al mago.

 

Hacia mucho que no tomaba un café y mucho mas tiempo que no visitaba el callejón diagon, no sabía si había cambiado mucho o si seguía igual que siempre. Pero uno de aquellos sabrosos cafés o visitar cualquier tienda de aquel callejón la era una idea estupenda. Además que guardaba algún que otro ahorro, por lo que el dinero no era ningún problema.

 

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  • 1 mes más tarde...
Caminando por el exterior de este nuevo mundo que visitaba a paso lento y con cierto recelo, Koseh se encontró súbitamente frente a un edificio del cual no conocía nada. No era difícil para el mago determinar que la Biblioteca de Alejandría que se alzaba frente a él era seguramente parte de los recuerdos que le habían sido arrebatados temporalmente por aquel dichoso combate mágico en el cual se había visto involucrado. No había nada que hacer ante ello por el momento, salvo buscar más información.


Koseh no estaba seguro de si debía entrar o no a investigar. Siendo nuevo en el país y desconociendo todas las posibilidades que podrían surgir a raíz de su amnesia mágica, temía en el fondo encontrarse con personas que lo conocieran y que pudieran malinterpretarse algunas cosas -situaciones que evitaba a toda costa debido a su forma de ser. Estaba seguro que si buscaba información o alguna pista sobre su origen, podría determinar enlaces que le llevarían a descubrir esos datos que le habían sido negados. O al menos eso le había dicho aquél mago misterioso que había conocido hace unos días.


Vestido con una capa oscura por sobre su cuerpo que cubría su cabeza a modo de capucha, el joven buscaba pasar desapercibido lo más posible a su alrededor. De hecho, el entrar a un recinto público como ese le generaba cierta inseguridad. No obstante, su curiosidad era mayor, y la necesidad de saber más cosas le llamaba fuertemente la atención.


- ¿Podría ser posible que aquí haya algo de información de lo que busco? - se preguntó a sí mismo, mientras miraba el lema que rezaba el cartel al interior de la biblioteca. - Este lugar parece bastante grande... Me pregunto si podré recorrerlo en menos de un día -, se cuestionó.


Con solo mirar a su alrededor, pudo reconocer a varios magos y brujas que rondaban ávidos de conocimiento, aunque lo suficientemente alejados para reparar en el muchacho que había entrado a buscar información como cualquier otro. Determinando a dónde debería dirigirse, Koseh caminó lentamente por el primer piso, comenzando a recorrer las primeras estanterías en la búsqueda de algún libro que llamase su atención. Pronto se daría cuenta de que dicha tarea podría volverse titánica en unos minutos.


- Rayos, así no estoy avanzando nada - murmuró para sí. - Y si... -


Antes que pudieran decirle algo, Koseh sacó disimuladamente su varita -un objeto color blanquecino similar a la nieve, con unas curiosas muescas en forma de relámpago a su alrededor - para agitarla por lo bajo con rapidez, diciendo el conjuro: - Accio libro de historia de la magia moderna en Inglaterra -


Por un momento, el mago pensó que su hechizo no daría resultado puesto lo específico de su petición. Segundos después, pudo darse cuenta de que había cometido un leve error: el encantamiento convocador había funcionado para atraer no solo uno, sino al menos una decena de gruesos tomos de cierta estantería de la biblioteca, los cuales se dirigían rápidamente hacia su dirección.


Koseh sólo pudo atinar a mostrar una cara de sorpresa mayúscula. No buscaba llamar la atención y ya había hecho un pequeño escándalo público. Para colmo de males, la situación de tensión le hizo olvidar el hechizo necesario para poder evitar el impacto de los gruesos tomos que llegarían a golpear su cabeza si no hacía algo por remediarlo.

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Viana

 

Aburrida. Demasiado aburrida.

 

Desde que Jessie se hiciera cargo de mi tutela mi vida había pasado de un constante riesgo y emociones a flor de piel al aburrimiento total.

 

Ir a la biblioteca no era mi actividad favorita pero ella quería que siguiera aprendiendo cada día más cosas, que entendiera este nuevo mundo al cual pertenecía pero sobre todo, quería que me aburriera al por mayor.

 

Bufé fastidiada soplando un mechón de cabello rosa que se soltó de alguna de mis dos coletas. Cerré los ojos intentando descansar la vista y me despercé en mi lugar tratando de quitarme de la cabeza el soporte de leer 200 páginas de historia de la magia del siglo XX.

 

Suspiré derrotada al garabatear un par de líneas más en el pergamino para cerrar de un golpe el grueso libro del cual estaba estudiando cuando un grito llamó mi atención.

 

Voltee confundida, por lo regular aquel lugar era más silencioso y aburrido que la cafetería en las noches cuando cerrabamos. Ahí al menos podía hacerle bromas a Oki y Uri, por lo cual, un grito era algo que obviamente me llamó la atención.

 

Abrí mis verdes ojos sorprendida al notar como una docena de gruesos libros salían volando en dirección de un chico sentado apartado en una mesa.

 

Jamás lo había visto, se veía... ¿Confundido? Me encogí de hombros, cada quien su vida.

 

-Vamos Viana, deja de pensar boberías, ese chico va a terminar aplastado

 

Me golpee la frente regañandome por divagar en medio de una emergencia. Comencé a buscar como loca mi varita mágica en cada uno de los múltiples bolsillos de mi túnica. Ahora entendía por qué Jessie se molestó cuando le pedí ponerle tanto bolsillos.

 

-Boba... La coleta

 

Olvidados, esa era yo.

 

Sonreí y tome mi varita de mi coleta derecha y apuntando al montón de libros me mordí el labio inferior ansiosa. Ahora entendía porque Jessie quería que estudiará a fondo.

 

-¿Cual era? Vamos Viana lo leíste hace tres horas... Vamos... ¡Oh, ya recuerdo! finite

 

Apunte al montón de libros, viendo como estos se detenían en el aire y caían de un solo golpe al piso.

 

Reí entre dientes y salte orgullosa de mi misma soltando pequeños gritos que comenzaban a llamar la atención de las personas a mi alrededor. Sentía mis mejillas arder y mis ojos moverse de un lado a otro.

 

-Ok... Corre

 

Tome mis cosas con presteza y salí corriendo a dónde estaba el chico que estaba por ser aplastado. Si no quería llamar la atención lo había hecho fatal.

 

Llegué derrapando a dónde estaba, volteando a todos lados nerviosa y sonriendo de medio lado al chico raro.

 

-¿No has llegado a lastimarte... O sí? pregunté si tiendo mis mejillas coloradas, aún con los rollos de pergaminos en mis manos y las plumas escapando de los bolsillos de mi túnica.

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Soltó un largo suspiro de frustración. Llevaba al menos una hora con aquel libro, pero la verdad es que nada de lo que había leído sentía que le fuera de utilidad. Volvió a suspirar, esta vez poniendo los ojos en blanco y apoyando su mejilla contra una de las hojas del libro.

 

La adivinación… le resultaba difícil, definitivamente, ¿acaso sería que no estaba hecha para eso? O no… sabía que era capaz de predecir ciertas cosas, prever movimientos, cómo reducirlas, cómo omitirlas, cómo atacar…

 

Se enderezó repentinamente y cerró de un solo golpe el libro, se levantó de la silla y se dirigió a la sección dedicada a los libros de adivinación. Tal vez estaba yendo por el camino incorrecto, y era muy probable, pero las clases con Sagaj le habían resultado un poco confusas, tal vez porque él no era claro a la hora de explicar, o tal vez porque ella no tenía la misma perspectiva que el hombre.

 

Colocó el libro en la estantería correspondiente y ojeó el resto de libros. No deseaba seguir ahondando en aquello, tenía la cabeza llena de cosas y eso sí lo tenía claro: de esa forma no le serviría de nada intentar aprender sobre la videncia.

 

Bajó la mirada. Una idea acababa de cruzar su mente. Sí, ciertamente la videncia le costaba un poco, pero había algo en lo que inesperadamente se había vuelto realmente buena. Caminó sigilosamente entre los pasillos, esquivando a los ávidos lectores que por allí habían, aunque algunos incluso se alejaban al reconocerla, lo cual le facilitaba las cosas. Se detuvo en seco, leyendo el cartel viejo que colgaba desde el techo, dando anuncio a un área específica: “Artes Oscuras”.

 

Así como había libros y libros dedicados a la adivinación, sabía que existían aquellos que hablaban enteramente de magia oscura, pero ella no buscaba cualquier libro, sino uno de aquellos legendarios grimorios…

 

Dio un paso para acceder a la sección.

 

Pero algo pasó volando por delante suyo tan rápido que la sacó del casi transe en el que había entrado. Aquel libro casi le había dado en toda la cara, pero sin darle tiempo a entender qué había sucedido, varios libros de una estantería cercana salieron disparados en su dirección, a lo cual se agachó rápidamente.

 

¡Cuidado!

 

Una cantidad inusitada de libros se dirigió hacia una persona que llevaba puesta una capa, y a la cual poco a poco iban enterrando entre tantos libros. De pronto, alguien detuvo el mar de libros, lo cual hizo que cayeran pesadamente al suelo, al mismo tiempo que una muchacha se acercaba a ayudar al casi enterrado hombre.

 

¡Esto es una biblioteca, guarden silencio y compostura! ¡Habrase visto semejante cosa! ―comenzó a quejarse una mujer que se encontraba un poco más allá, la cual tenía todas las intenciones de causar revuelo.

 

Mei lanzó una mirada de soslayo a su objetivo original antes de ver que la mujer se levantaba del asiento y se dirigía a los dos desconocidos.

 

¡Ustedes deberían ser expulsados! ¡Lo único quieren lograr es desmoronar este precioso lugar! ¡Lárguense de aquí!

 

La varita de la mujer ya estaba en alto, de forma amenazante, antes de que la pequeña pero no por eso menos firme presencia de Delacour se atravesara en el camino de la mujer y aquel par, lo cual detuvo el avance de la bruja.

 

Señora, si desea que nadie haga un escándalo en una biblioteca, debería empezar por tomar y aplicar su propia idea.

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