Metamorfomagia

[Xell Vladimir Potter Black]

Al mirar el mohín divertido de la tía Hayame al negar que había sido grosera, olvidé mis miedos iniciales. Pudimos entrar y dejé que la tía tomase la delantera. Ella fue la primera que saludó a la Arcana y quien explicó el motivo de nuestra presencia en su hogar. Supongo que mi deber sería prestar atención. Sin embargo, aquella muestra de tanta gente enmarcada atrajo mi atención y perdí, durante unos minutos, el hilo de la conversación. ¿Serían amigos de la Arcana?

 

Sentí el empujón de mi tía, quien me agarró del brazo y me adentró más en la habitación, alejándome de todos aquellos rostros tan diferentes. Tomamos asiento. El olor agradable de una infusión flotaba en el aire. Mi nariz se alargó un poco y, al respirar, las fosas nasales se hicieron más redondas. Lo noté al instante; no había dolor sino una sensación de "movimiento" en los músculos faciales. Me sonrojé y me tapé la nariz con las dos manos. No sabía controlar estos cambios que se hacían más frecuentes en los últimos días.

 

- ¿Estos retratos...? ¿Es usted, en diferentes aspectos? - Fue lo primero que se me ocurrió preguntar con tal de apartar la atención a mi cara. - ¿Es posible cambiar... tanto...?

 

Me daba cuenta que daba una imagen de ignorancia total de aquella Habilidad pero... en el fondo..., ¿no estábamos allá para aprender a entenderla? Cuadno se hizo el silencio, me di cuenta que me tocaba a mí contestar la pregunta que nos había hecho la Arcana. Bajé las manos de mi cara para que ambas vieran aquella nariz hinchada.

 

- Pues... Así... De un tiempo acá, cuando pienso en algo, mi cara se modifica para cumplir mis deseos. Al entrar aquí, olí ese aroma a tisana y ...

 

No hacía falta explicar mucho más, viendo como me había quedado la nariz.

 

- ¿Puede ayudarme a controlar ésto? Eso es lo que espero de usted, Arcana.

[Hayame Snape Potter Black]

La chica escuchaba con asombro lo que decía su sobrina acerca de lo que había estado pasando mientras que descubría sus nuevos poderes y no podía creer que se lo hubiera pasado por alto; la verdad es que no había prestado atención acerca de si las caras de su familia habían cambiado o pequeños detalles como aquel pero ahora, entornó los ojos intentando recordar algún momento que se hubiera pasado por alto, cosa que era muy probable.

 

-A tí te duele?

 

Le preguntó a su sobrina con curiosidad, al ella soltar aquellos seres cambiantes de su cuerpo no sentía dolor pero no sabía si al momento de aplicarlo en sí misma iba a tener un reflejo doloroso de ello; comenzó a frotarse levemente las manos y sus ojos volvieron a posarse en la figura de la arcana que tenían delante, esperando que en verdad ella pudiera ayudarlas con aquella aparición repentina a los poderes que deseaban al menos, poder controlar de forma más voluntaria.

 

Tragó un poco y sus ojos volvieron a pasar a la figura de su sobrina que parecía casi tan nerviosa como ella

 

-Tu madre o tu tía saben que has estado pasando por estas cosas, Xell? -le preguntó la vampiro con un tono bajo y esperaja, educado para no ofender a la arcana

[Xell Vladimir Potter Black]

Esperaba la respuesta de la Arcana. ¿Se tomaría a risa mi problema? Se dice que ella era capaz de transformarse tanto que nadie recordaba como era realmente. ¿Sería verdad que todas aquellas fotos eran suyas? ¿Tal vez la gente hablaba demasiado? La voz que me habló, sin embargo, era de la tía Hayame, quien parecía sorprendida al ver mi nariz. Volvía a cubrirla con las manos y apreté los ojos, pensando con fuerza:

 

"Vuelve a ser normal, vuelve a ser normal, por favor"

 

Mantuve las manos un tiempo muy largo, uno o dos minutos, hasta que note que la nariz volvía a su forma habitual. Suspiré largo, con alivio, antes de bajar las manos. Aún así, mantuve la mirada en los ojos de la tía Hayame, para asegurarme que estaba bien, con sus dos agujeritos y con un perfil recto, helénico, como el que siempre había tenido.

 

- No, no duele. Sólo sorprende.

 

¿Tenía que doler? ¿Cambiar los huesos, la piel, el color del pelo...? ¿Todo eso dolía?

 

- Cuando las uñas crecen como garras de ave, tampoco duele. Son molestas, sí, pero no duelen...

 

La tía parecía tan nerviosa como yo y me pregunté si ella también tenía momentos como los míos. No entendía aquello de los clones, ¿significaba que había varias tías Hayame en el pueblo? Tal vez eso explicaría porqué a veces pareceía verla en un sitio y después aparecía en otra dirección.

 

- No, no se lo he dicho a nadie. Mami, ya sabes, está fuera del pueblo y apenas nos visita por la Red Flu. La Vladimir estaá prácticamente abandonada excepto por las veces que vamos a limpiar. Vivo más en la Potter Black y la tía Sagitas tiene bastante con todo lo que sucede como para que yo le cuente que me crece la nariz. ¿Sabes cómo se reiría de mí? Lo sabe Ithilion porque me vio una vez pero no creo que se acuerde.

 

Hablábamos bajito para que la Arcana no se molestara, si es que estaba meditando.

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja emitió un suspiro y se quedó pensativa, por unos cuantos segundos mientras que fruncía el ceño

Hacía tanto tiempo que no pensaba en Reena...

-Si, bueno... Sagitas siempre se ríe de las cosas pero es porque esa es su manera de ser, para animar a las personas, sabes? -comenzó a decir mientras que recordaba las cosas que solían suceder en su casa -así es ella y así son sus reacciones pero no es porque realmente quiera burlarse de alguna persona... sencillamente, es su forma de tratar de regalarle a las personas, un poco de alegría y de felicidad cuando siente que podrían necesitarla

Dijo despacio para luego, emitir un suspiro recordando que ella misma debería de ir visitando la Vladimir; hacia tanto tiempo que no visitabala mansión que ella misma había fundado...

-Qué te parece si te muestro lo que puedo hacer? quizás si tú y la Arcana ven como está mi situación, podrían enseñarme como aplicarlo en mí misma en lugar de depender de los desprendimientos de mi cuerpo que si cambian a su manera -le dijo a su sobrina con un gran brillo en los ojos y luego, volteó a ver a la Arcana titubeando levemente -podría hacerlo?

[Xell Vladimir Potter Black]

No dudé de las palabras de la tíita Hayame. Ella conocía más que nadie a su hermana Sagitas así que debía tener razón en esa reaación de la tía.

 

- Lo sé, ella no se burlaría de mí pero, a pesar de eso, no se lo dije.

 

¿Por qué no se lo había dicho? Tal vez porque me sentía una necia con aquel problema, tal vez porque aún no reconocía que yo podría hacer eso de forma consciente, tal vez porque pensaba más que era una enfermedad que una Habilidad y la posibilidad de dominar este tipo de experiencia, me aterraba. Era una chica sencilla, este tipo de cosas no eran normales. Aunque sabía que la gente podía transformarse, ésto era demasiado improbable. No me creía apta.

 

-¿Lo harías por mí? - Tal vez si viera de lo que era capaz de hacer a la tía, no le tendría tanto miedo. Más que tener la Metamorfomagia, lo que temía era no poder dominarlo y acabar siendo lo que no era, sin poder retornar a mi forma original. Supongo que ese miedo era tan fuerte que no me dejaba dominarlo. - No entiendo eso de los desprendimientos de tu cuerpo. ¿Te haces más pequeña? ¿Pierdes masa...?

 

Y la gran pregunta que me aterrorizaba.

 

- ¿Te puedes morir en una transformación?

 

Esperaba que la Arcana se decidiera a hablarnos y nos contestara a todas nuestras cuestiones pero, mientras lo hacía, mientras se quedaba callada, oyéndonos, prefería que la tía hiciera algo, lo que fuera, antes de volver al silencio.

 

- Creo que puedes hacerlo. Quien calla, consiente, dicen en mi país, así que muéstrame qué sabes hacer, tia Hayame.

[Amara Majlis]

Amara sonreía mientras escuchaba las respuestas de sus pupilas, era la primera vez que se presentaba un caso tan peculiar como el que le comentaba Hayame, no era nada normal que ella pudiera dividirse en varias partes y que esas partes pudieran cambiar sus propios aspectos físicos, aun así, ella no era un agente de sucesos paranormales, por lo que se olvidó de aquello de los clones y trato de pensar cómo ver si aquella mujer frente a ella tenía la habilidad de Metamorfomagia. Por el otro lado, la mujer de cabellos rubios y ojos azules, le había mostrado que podía cambiar su aspecto, al menos una parte de ella, aunque aún debía controlar aquella habilidad para que aprendiera a usarla a su antojo y no contra su voluntad.

Dejó que ambas mujeres siguieran su conversación sobre lo que podían o no hacer con la habilidad que les ayudaba a cambiar de forma, por lo mientras, Majlis echaba un par de plumas azules a lo que se calentaba al fuego, eran esas plumas azules lo que completaba la poción desmemorizante que usaría con sus alumnos. Estaba sirviendo un par de tazas de la infusión, cuando le llegó un memorándum desde Londres, le notificaban que aparte de aquellas dos damas iba a tener un par de alumnos más situación que le alegraba después de meses sola.

—Señorita Hayame, no es necesario que haga eso de los clones, —dijo mientras se acercaba con las tazas de porcelana en sus manos y miraba a la mujer de cabellos rojizos —si usted es capaz de cambiar bajo su voluntad sin necesidad de usar los clones, escuchará la pregunta por la que todos vienen. —se giró a ver a Xell y con la misma sonrisa con la que le había dicho lo anterior a su tía a ella también le respondió sus dudas.

—No jovencita, las fotos que miran son de amigos y pupilos que me han ayudado a ser mejor cada día, ustedes aprenden de mí, como yo de ustedes. —les dijo mientras parecía un cesto de mimbre en el suelo que se iba a mantener ahí hasta el final de la clase junto con las tazas de porcelana que había colocado sobre una mesa alta.

Fuera del aula de clases se encontraban un par de espejos que utilizaba con la mayoría de sus pupilos, aquellos espejos eran mágicos, tenían la finalidad de ayudarles a todos aquellos que se encontraban en presencia de ellos a lograr manejar la habilidad a su voluntad.

—Chicas, en el patio hay dos espejos, les serán útiles para concentrarse en cambiar las partes del cuerpo que están anotadas en las siguientes notas. —les entregó un pedazo de pergamino en blanco que se comenzaría a entintar con indicaciones cuando estuvieran frente a los espejos. El primer cambio para Xell era el cambio de color de su cabello, para Hayame era la modificación de la nariz, cuando lograrán aquellos cambios aparecería un segundo reto que debían cumplir, un poco más complicado que él anterior.

—Adelante señoritas, salgan, veamos qué pueden hacer.

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja había dado un respingo al escuchar a la bruja que las estaba enseñando en aquellosmomentos y asintió despacio, volviendo a sentarse ya que la arcana parecía haber finalmente decidido que era momento de educarlas; la pelirroja le dió un breve vistazo a su sobrina como si se disculpara por algo que hubiera hecho mal y permaneció sentada, ahora escuchando las palabras de quien estaba enseñándoles mientras esperaba a lo siguiente que aprenderían.

 

Era un alivio pensar que realmente no iba a tener que clonarse o comerse a sus clones, aunque no entendía porqué la arcana pensaba que eran cosas sobrenaturales; suponía de forma amable, que era sencillamente que la bruja no había visto antes algo como el desdoblamiento que ella solía hacer y por lo tanto, le resultaba extraño

De alguna forma le pareció gracioso, porque le hacía recordar a los muggles que pensaban lo mismo acerca de la magia de los magos

Y eso le hacía sentir un poco más cerca a la arcana, porque significaba que también sabía lo que era estar en esa posición

Finalmente les dieron su primer tarea a ambas brujas y la Snape tomó su propio papel con las instrucciones que les tocaban, poniendose de pie e inclinando la cabeza a modo de agradecimiento; se acomodó mejor la capa sobre los hombros y comenzó a andar al lado de su sobrina para salir a los jardines y de ahí, a ubicar los dos espejos delante de los cuáles las dos brujas tendrían que practicar con la primer tarea

-No es justo, la mía la hubieras podido hacer tú de forma fácil -se rió la Snape leyendo su pequeño papel y pensando antes de acomodarse bien frente al espejo mientras que se hacía el largo cabello hacia atrás -Hmm... qué es lo que sientes o piensas tu mientras que intentas cambiar la forma de tu nariz?

Le preguntó a su sobrina comenzando a arrugarla un poco para después, tocarse esta con la punta de uno de sus dedos

[Xell Vladimir Potter Black]

Una voz ajena hizo que me sobresaltara. Por un instante, había olvidado que estábamos en casa de la Arcana. Me ruboricé al sentir la respuesta que dio a mi pregunta sobre los cuadros. ¿Cómo habría podido que ella sería toda esa gente? Deseé que, algún día, mi foto también colgara de sus paredes. Aunque para eso aún quedaba mucho tiempo.

 

Observé con curiosidad aquel cesto de mimbre pero las palabras de la Arcana me devolvieron a la realidad de nuevo. Hoy parecía bastante abstraída. Hablaba de unos espejos y unos cambios en algunas partes del cuerpo... Me estremecí. ¿Es que no iba a ayudarnos a conocer la técnica? Ah, nooo, que nos daba un pergamino con las instrucciones. Lo cogí, muy agradecida pues no teníamos ningún manual de Metamorfomagia. No vi nada escrito y eso me confundió.

 

La tía Hayame también tomó su pergamino. Como ella se inclinó en señal de respeto, yo también lo hice, aunque no al estilo oriental como ella, sino como lo hacíamos las damiselas, doblando un poco las rodillas. ¿Habría un método más formal para saludar a los Arcanos? Nunca me lo había preguntado.

 

- Tía, espera...

 

Las dos salimos a los jardines. Estaban allá, los dos espejos que había citado la Arcana. Tiita Haya protestó por la tarea que le había tocado, supe que era cambiar la nariz.

 

- ¡No vale! - dije, en pataleta fingida. - Eso me sale muy bien... Pero... Aquí sólo hay instrucciones, no como hacerlo. ¿No se supone que la Arcana debiera enseñarnos cómo hacerlo?

 

Esta vez mi enfado no era fingido. Yo necesitaba un manual, una directriz, una guía... Que la nariz se alargara cuando ella quería, me salía sin practicarlo. Lacé un soplido y miré mi espejo, después mi nota, volví al espejo y, finalmente, miré a la tía Hayame.

 

- No sé lo que siento. Quiero decir, que no es que sienta algo especial. Sólo me pongo nerviosa, intento que no me salga, siento un cosquilleo y sale, sin más. No lo busco, la nariz crece sin mi permiso.

 

Miré de nuevo la figura reflejada en el espejo, a aquella chiquilla rubia que era yo. ¿Tan joven era? Tenía la imagen casi de una niña.

 

- ¡Madura de una vez!- le grité al espejo, al verme tan infantil. ¿Cómo me iban a tomar por una mujer con ese aspecto delicado? - No quiero ser rubia. ¡Quiero tener el pelo verde! ¡El pelo verde!

 

Creo que al espejo no le sentó bien que le gritara porque retrocedió un paso. En el reflejo, mi imagen cambió, aunque no como yo pretendía. Volvía a tener una nariz gorda como una patata. Di una patada al aire, enfadada.

 

- ¿Ves? Sale cuando quiere.

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja continuaba enfrente de aquel espejo tocándose la punta de la nariz mientras que la arrugaba en repetidas oportunidades, queriendo imaginarse cómo se vería si esta cambiara de forma en algún momento; por unos momentos se concentró tanto en lo de su nariz que la cara se le puso roja... pero parecía que no solamente la cara se le había puesto roja sino que de alguna manera las uñas parecían ahora pintadas del mismo color que su cabello

-Vale... esta no me la esperaba...

 

Dijo la bruja bajando los párpados a la mitad de forma que sus ojos parecían un par de medias lunas mientras que se veía los dedos; emitiró un gruñido y un fuerte rechistido mientras que sacudía las manos aunque eso no le cambiaba el color de nada y terminó de resoplar con fuerza a través de la nariz

 

-Ya te acostumbrarás nena, ya viste que pasó lo mismo en la lección de runas -dijo haciendo una breve mueca antes de verse al espejo -creo que los profesores están con ese nuevo plan de Competencias o algo así. Te dejan que tu hagas el trabajo por algún motivo y te explican cero para que lo descubras por tu cuenta... eso es lo que me contaron la última vez pero en fin, que necesitamos la certificacion para que el Ministerio no nos pegue una multa por hacer estas cosas

 

Le sonrió de lado guiñándole un ojo para luego, parpadear y verla con sorpresa

 

-Ah, vaya! -exclamó y entonces se acercó a su sobrina para mirarse a su lado y ponerle atención -entonces así es como lo haces?... va, sabes qué?... voy a hacer lo que tú dices que haces y quizá así funcione, sirve que me enseñas lo que tu puedes hacer... si, es como cuando yo te estaba dando la de Runas... me está gustando esto!

 

Sonrió y entonces, suspiró profundo y cerró los ojos

"A ver condenada nariz... la quiero bonita y respingadita, ni se te ocurra hacer lo que te da la reverenda gana o te corto como si fueras un apio"

Amenazó y le pareció que algo comenzaba a picarle hasta sentir algo frío que se presionaba en la punta de la nariz

-Ehm... es frío lo que debo de sentir? -le preguntó a su sobrina antes de abrir los ojos y ver que la nariz le había crecido como a pinocho y que ahora chocaba... contra el espejo que tenían delante -SANTA MADRE DE TOM RYDDLE!!!... Ahhhh Xelli ayudame!!! -comenzó a agitar los brazos del susto porque ahora su nariz parecía curvarse como la punta de un zapato de bruja

[Amara Majlis]

La Arcana no había quitado su vista de encima de aquellas mujeres que parecían no tener la habilidad de nacimiento, si no podían realizar una actividad tan fácil como cambiar su nariz o el color de su cabello, mucho menos iban a poder cambiar de tamaño o de género. A eso debía de sumarle que, seguramente bajo presión, como todos sus otros alumnos lo habían logrado, ellas no iban a poder, más cuando en lugar de poner de su parte se dedicaban a cuestionar sus métodos.

—Veo que les cuesta trabajo. ¿No preferirán irse a casa? No creo que sean Metamorfomagos.

Majlis esperaba que con aquellas palabras tocándoles el orgullo como a todos los magos londinenses, ellas también mejorarán un poco, ya que, aunque Hayame pudiera hacer que su nariz creciera, le había tomado más tiempo de lo que se necesitaba. Pero en lo que ambas brujas decidían que hacer sobre el ultimátum que les acababa de dejar sobre la mesa la Arcana, en el pergamino de la bruja de cabellera rojiza, apareció una nueva indicación.

“La metamorfomagia, no tiene que ser solo usada para mejorar aspectos y cambiar colores de piel y cabellos. Se puede hacer el bien con ella. En el espejo aparecerá la imagen de una persona, a la que debes imitar, sólo tendrás 20 segundos para hacerlo”

En el espejo de Hayame apareció la imagen del Ministro de Magia Inglés, cuando Amara lo vio intuyo que aquellos espejos le estaban queriendo dar un mensaje sobre la situación que se estaba viviendo en el mundo con respecto a las decisiones de aquel gran mandatario. Sólo esperaba que las mujeres que ahí se encontraban pudieran cumplir con los caprichos del espejo mágico.

—¿Han decidido que hacer?