Jump to content

Nigromancia


Báleyr
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Aries no era un joven ansioso, de hecho, nada parecido. Pero aquella tarde, tras salir del portal él se sentía ansioso. El mundo de los muertos no era ni parecido a lo que él imaginaba, así que de cierta manera sentía algo de envidia al mundo de muerto que había visto el Gaunt. Pero en ningún momento lo demostró, en su lugar se aferraba de la vara de Cristal en su mano de la misma forma que se aferraba a su katana, al igual que una extensión más de su brazo.

Ninguna de sus preguntas, en su cabeza, habían tenido respuesta, aun cuando trató de dárselas. No iba a mentirse, estaba listo para dar un siguiente paso, para invocar un alma en este lugar, conversar con ella y que esta le ayude a ver el futuro. ¿Y si, aquello que miraba era uno de los tantos futuros posibles dependiendo de sus acciones? Negó. Aquello no era posible.

Se encontraba tan metido en su pensamiento que no fue hasta que escuchó las palabras de Baleyr que se dio cuenta de la presencia de este. Sus palabras hacían eco en su cabeza, pero sus ojos no dejaban de ver la vara de Cristal que este llevaba en las manos, miro la imitación de la vara que había conseguido en el inframundo y segundos más tarde se la entrego.

Siempre estoy listo, desde que pise su cabaña. —dijo. Aries era un joven engreído, pero era verdad, él estaba listo para la prueba desde el inicio, ahora no solo listo, si no también preparado. —¿Es momento de empezar mi prueba de vinculación? —debía asegurarse. Antes de invocar a la ánima que le ayudaría a lograr una vinculación con el anillo de Nigromancia.

6ulee7D.gifoPlJzyO.gifM99Ea8K.gif 

vJ4GOyW.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

No había vuelto a pensar en cursar una nueva habilidad desde qeu Sagitas, Heliké y yo abandonamos la pirámide tras despertar el Ojo y obtener asi la habilidad de la Videncia, o más bien, despertar una habilidad qeu dormitaba en nosotros. Aquello había sido agotador, y aun hoy maldecía la idea. Nunca había creido en esos charlatanes qeu decían ver el futuro, y ahora imágenes confusas me acosaban casi a diario.

 

Pero también sabía qeu debía ganar en conocimientos. Quería mejorar mis habilidades, y obtener el mayor saber posible. Llegaría un día en que cualquier conocimiento sería necesario para salvar a nuestra familia, y por eso me había inscrito para volver a cursar una habilidad, algo que había jurado no volver a hacer. la última vez había sido un tremendo esfuerzo físico, pero sobre todo mental, emocional.

 

Que me depararía la nigromancia?

 

No lo sabía, pero mientras recorría los pasillos silenciosos, vestido con una camisa negra remangada sobre los codos, y pantalones oscuros, le daba vueltas. Las deportivas rojas eran lo único que resaltaban en mi atuendo, además del pelo, pelirrojo y ya demasiado largo, despeinado y acompañado por la barba de varios días.

 

Mi varita descansaba en el bolsillo trasero del pantalón, y mi bandolera colgando a la espalda, por si acaso.

 

En las mazmorras el ambiente se me antojó ligeramente cargado. Cierto olor a humedad se me había metido en la nariz, y de pronto extrañé la cabaña donde habíamos comenzado en Videncia, con su olor a incienso. Aquel día estalló una tormenta qeu nos obligó a refugiarnos en el interior de la pequeña edificación.

 

Eso me hizo pensar en las diferencias, distintos conocimientos, distintos arcanos. Distinto lugar, pero un mismo destino.

 

Dominar la Nigromancia

 

Alcé la mano y llamé a la puerta de la mazmorra.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

En el entramado caótico de su mente donde nada de lo que alguna vez fue importante para ella parece alcanzarla, el peso de las cosas vitales se contraponen unas a otras ¿qué es lo que necesita realmente para seguir viviendo? ¿Es acaso sanarse de esa falta de cordura, de sentido crítico? ¿O es acaso olvidar todo, todos los buenos y malos recuerdos de forma que la maldición se rompa y el anillo de bodas en su dedo anular la libere al fin de la nigromancia que consume poco a poco su vida?

 

A la par que sus pies encajados en las botas negras avanzan sin ruido sobre el suelo de piedra, atravesando barreras mágicas y trampas inesperadas, su cuerpo reacciona como el de un títere movido por los hilos de oscuridad de Káiser, sintiendo como su odio fluye en su interior y rindiéndose en secreto ante el hecho de que sin importar cuánto la odie, ese anhelo no abandona su interior. Porque sí, ese anillo de bodas que los vincula y que hace que ella muera poco a poco, también va restándole vida a él, al Malfoy que en algún momento le dijo que eso estaba destinado a ocurrir y que la llevó tranquilamente de la mano antes de empezar a darle caza como a una pieza de ganado. Aunque, el instinto de supervivencia de Catherine había demostrado ser más fuerte que su moral.

 

No es una experta en nigromancia como para asegurar que ese ramo de la magia es lo que la está matando. Sólo que, mientras ella no olvide a Káiser, ese odio los consumirá a ambos hasta la muerte. No es algo figurativo: literalmente, el anillo se alimenta de su energía vital y de su ya de por sí frágil estabilidad mental, por lo que con cada día que pasa la cosa empeora. De hecho, es por eso que está allí, atravesando las barreras que implantara el arcano que de cierta forman conforman un cuadro armónico, a pesar de que la Catherine de antes jamás habría accedido a acudir y ya menos hubiese tomado la iniciativa por cuenta propia.

 

Sin embargo, con sus propias y dolorosas memorias entremezcladas con las de una vampiro que le legó su pasado, para que pudiese tomar el peso de sus obligaciones, siendo que en su cabeza tan sólo habita la mente frágil de un ser humano regular, dichas variables tan sólo colaboran aún más a la sensación de desespero y abandono.

 

Ya no quiere ver a Káiser en sus pesadillas ni tampoco a los vampiros del pasado de Pandora.

 

Así que el propósito real, la razón por la cual se encuentra allí, es porque ha llegado a una resolución, una pieza quizá de su viejo sentido analítico: va a revivir a Pandora. Quizá, con el regreso de ella y la forma de averiguar cómo sacarse de encima las memorias que le legó, pueda empezar a retornar a lo que una vez fue. En un rincón olvidado en su cabeza, sabe también que el verdadero problema no inició con los recuerdos de Pandora si no con la llegada de Káiser pero ¿qué cambia eso? Lo que necesita es tan sólo librarse de cuantas cargas le sean posibles, antes de enfrentar al mago oscuro que distorsionó su vida, llevándosela prácticamente a otro plano de la existencia.

 

Con tantas cosas que intentan abrirse paso en su cerebro clamando ser finiquitadas no es raro que, cuando se detiene ante la puerta de la mazmorra en una pieza, luzca como una desquiciada. Su cabello desordenado y corto, que parece que hubiera tironeado varias veces y que se extiende hacia afuera con uno que otro bucle destrozado por aquí y allá; de hecho, está segura de que si alguien tirase de él, empezaría a caerse a mechones. Un vestido negro, corto, de tirantes delgados. Una chaqueta de piel de zorro de tono grisáceo, una cadena de bronce bañada en plata en torno al cuello, con un grueso candado del tamaño de un dado que asegura ambos extremos y por supuesto, el anillo de bodas de color negro.

 

Sus ojos, grandes, oscuros y abiertos de forma desmesurada, parecen no encajar en su rostro que es más anguloso que antes debido a la delgadez en que está sumida. La expresión que tiene, de asombro, no es si no la única reacción que es capaz de crear ante la presencia de otro ser humano ante la puerta de la mazmorra. Intrigada, inclina la cabeza hacia un lado, lo que no hace si no contribuir al aspecto desastrado que lleva: a denotar sin ningún tipo de esfuerzo, la escasa cordura que le queda. Mas, luego de concluir que no es nada más que otro humano y ningún tipo de amenaza, no parece darle mayor importancia.

 

Sobreponiéndose de alguna forma luego de haber revisado los cortes en el brazo que se llevara al atravesar las defensas que el arcano había implantado para que los desconocidos no llegasen hasta allí, tocó la puerta. No sabía que el alumno anterior ya lo había hecho y en realidad, no se molestó en preguntar pues... ¿modales? Hacía mucho que la mente de Catherine había abandonado todo sentido sobre esas cosas. De hecho, era poco más que una máquina, con un único y distintivo objetivo.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Los había despedido un poco apresurado, de Aries dudaba un poco hasta qué punto llegaría por poseer la habilidad. Quizás fuese capaz de hacer cualquier cosa y eso, en mayor o en menor medida, resultaba peligroso. Haughton parecía un poco más prudente, pero la prudencia en su totalidad no era muy buena compañera en situaciones de riesgo que implicaban a la Nigromancia. Sí, sí, era todo un lío con la habilidad.

 

Al cabo, y porque la piedra ambarina sobre su mesa de pociones estaba parpadeando, supo que había gente en su puerta. Le intrigó el hecho de que no hayan entrado ya, considerando a los últimos alumnos que había tenido, que entraban como perro por su casa en busca de sus enseñanzas. Se quedó de pie, tratando de decidir si era propicio hacerles esperar un poco más. Mientras tanto, guardó los libros que había usado el muchacho que se descompuso mientras examinaba un cadáver. Limpio los calderos que había utilizado en unas cuantas pociones y sacudió su sombrero, que tenía rastros de polvo de su última excursión.

 

Cuando abrió la puerta, se fijó primero en el muchacho pelirrojo. Sus ojos le recordaban de algo, aunque prefirió hacer la vista gorda en ese momento. Entonces se fijó en los desordenados bucles de la muchacha y ese rostro anguloso. Una pareja curiosa, pensaba Baléyr, tanto o más como los que ya habían pasado por allí. Hizo caso omiso al aura que emanaba la mujer, aunque por dentro moría por colocarla en la mesa de análisis y experimentos.

 

― ¿Sí? ―preguntó al cabo de un momento.― No tengo registro de nuevos alumnos y estoy a punto de ir de paseo. ¿Qué los trae por acá?

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El arcano se retrasaba. Me llegaban pequeños ruidos del interior qeu denotaban la existencia de alguien en su interior...eso, o tenía ratones. A mi, en la espera, se unió una joven a la que no conocía, algo qeu no me extrañaba, ya qeu no resultaba ser una persona extremadamente sociable.

 

Pero al fin, aquella puerta se abrió. El Arcano nos miró, tal vez sorprendido de encontrarse con dos alumnos alli, esperándole. Le sostuve la mirada, observando el ojo sano con cierta sensación de que me analizara, o lo intentara..o tal vez me conociera de algo, aunque aun no sabía de que. Después, pasó a observar a la mujer, y, con voz tranquila, habló.

 

Fruncí ligeramente el ceño. Que se iba? Donde? Tal vez pudiéramos acompañarlo...yo solía dar mis clases en el exterior, y tal vez pudiéramos iniciar la clase mientras caminábamos. Quien sabe.

 

Pero su pregunta era tan directa como incierta. Tendría trampa?

 

Por qué estamos aqui...

 

"Dominar todas las artes posibles para proteger a la familia. Poder, si eso me ayudaba a mantenerlos con vida de ese aterrador futuro que conocía. El ansia por poder matar a quien amenazaba el futuro de los que me rodeaban."

 

- Conocimiento. - respondí.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Un ojo ciego.

 

Catherine no pudo evitar contemplar el vacío bajo el ala de su sombrero (¿acababa de calárselo?). Deseó tocar el oscuro hoyo, para comprobar si era real. Nada de lo que la rodeaba parecía serlo de todos modos, así que quizá su mente volvía a jugarle malas pasadas. Estuvo a punto de hacerlo, hasta que él habló.

 

Bueno, habría querido asegurarse de todos modos, se suponía que los arcanos no tenían permitido matar a los alumnos ¿no? Tocara su rostro o no.

 

Sin embargo, no fue miedo o respeto lo que la hizo contenerse si no las palabras mismas que salieron de su boca. En su mente, Catherine luchó por juntar las ideas que resumieran el desorden generado allí dentro y, a su vez, compilar el grupo de frases que consiguiese expresar dichas ideas para contestar a su pregunta: no fue asunto fácil. Por mucho rato, se quedó en blanco, con los ojos dejando traslucir parte de su confusión y desespero, por lo que clavó la vista en el suelo.

 

>>Estás presa bajo la maldición de Káiser. Káiser es un nigromante. Necesitas librarte de la maldición. Revivir a Pandora podría ayudarte a clarificar tu mente. Tu cuerpo se consume por el odio de Káiser. El anillo de bodas es el receptáculo de la magia oscura. No puedes remover el anillo, sin importar qué. El anillo se alimenta de tu vida y tu te consumes y mueres. Él... él también muere<<.

 

La sola idea parece asfixiarla por un instante pero consigue mantenerlo bajo control. La lista no es pequeña, pero es efectiva para salir de su ensimismamiento a pesar de que toma tiempo y la pone nerviosa. También, le da una idea de cómo podría dejar en claro que es una alumna después de todo.

 

―Necesito revivir a alguien que ya no tiene un cuerpo al qué volver.

 

¿Para qué ir con rodeos de todos modos? Si Báleyr considera que Catherine no merece aprender el ramo por su situación actual, la verdad saldrá tarde o temprano. Así que, quizá le sea de mayor utilidad tener las cosas claras desde el inicio, conseguir alguna clase de información aún si no completa el ciclo. Con aire ausente, tironea entonces del choker de cuero que trae al cuello, sabiendo de antemano que no dañará nada debido a que está firmemente sujeto con la gruesa hebilla plateada que cierra ambos extremos. Ella no lo ha notado, pero se ha convertido en un hábito, hacer eso cada vez que se siente ansiosa por algo.

 

Siendo sincera, Catherine tiene muy en claro que no importa hasta qué punto la lleve todo ello. Si puede alejar todo aquello que la atormenta aunque sólo sea por unas horas, si era capaz de dejar de ver el rostro de Káiser en los espejos o escuchar el sonido de su voz llamándola...

 

>>Sigue soñando<<.

 

Ah. Le bastaba con tener una vaga esperanza de que podía existir una salida, a todo eso ¿no era eso contradictorio teniendo en cuenta que aprendería nigromancia? Por otro lado ¿sentiría el arcano la magia de Káiser actuando sobre ella, sobre su cuerpo, atormentándola como en una estela envolvente? ¿O todo era tan sólo una extensión de su falta de juicio?

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Porque no hay registro de otro conjuro como el avada kedavra, - respondí de inmediato al arcano mientras se acercaba a mi para analizar un poco de lo que estaba haciendo - cualquier otra maldición o conjuro deja un rastro en el cuerpo y, en este al menos, no encuentor ningún tipo de señal que dictamine otra cosa. ¿Estoy seguro? Estoy seguro. ¿Me puedo equivocar? Por supuesto, usted, maestro, es quien tiene más experiencia y de mis errores aprendo... si es que me desea enseñar.

 

Estaba examinando el cuerpo desde que había llegado y estaba bastante aburrido, no podía creer que mi esposa Cye me hubiese dicho que esa habilidad era entretenida, bueno, no utilizó exactamente esas palabras peor us emoción me había dejado con la curiosidad de saber lo que le había visto, lo que la había envuelto. Tal vez era mi forma poco sumisa de responderle al arcano, quería aprender, obviamente, pero no iba a aparenta runa cosa que no era. Era un mago poderoso, eso lo decía mi rango social que estaba casi a la par de Báleyr.

 

Suspiré tranquilamente mientras pasaba nuevamente mi varita sobre el cuerpo, ahora quería que curara las cicatrices que tenía el cadáver de las cuales ninguna habían sido causadas al momento de su muerte. Debía de recordar el modo en que se restauraba la piel muerta, como la de los animales, un conjunto de conocimientos entre primeros auxilios, herbología, primeros auxilios, encantamientos y criaturas mágicas, conocimientos básicos para mi o para un mago de mi nivel.

 

- Perfecto, comencemos a reparar ese cuerpo...

 

Murmuré tranquilamente, no tenía ninguna intención de que el arcano me escuchara ya que estaba ocupado recibiendo a nuevos aprendices y despidiendo a unos cuantos más, supondría que mi aprendizaje de la nigromancia sería bastante tardada, larga, cansada y pesada. No me sorprendía, cada uno de los arcanos creía que su habilidad era "demasiado importante" para cualquiera que quisiera aprenderla y que nadie se la merecía. Tal vez podría pensar de la misma forma si tuviera un nivel mágico bajo, repito, pero no al estar a un paso de ser de la Orden de Merlín.

 

Pasaron las horas y el reloj al fin se detuvo, había terminado y solo me quedaba esperar a que el nigromante viniera a menospreciar lo que había hecho, volver a cuestionarme mi deseo de aprender la habilidad para volver a ponerle atención a otra cosa y que siguiera moviendo mi varita de arriba a abajo.

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Nasha Montpellier
Las instalaciones de la universidad tenían fascinada a Nasha. Ese día, una vez confirmada su aceptación a la habilidad de Nigromancia había salido temprano de la heredad, tomando prestada la saeta de fuego de su beau-frère. Con su cabello oscuro delicadamente envuelto en un moño, la pañoleta en la cabeza, y su ropaje holgado de un blanco prístino ya llamaba bastante la atención, dejando notar de forma nada sutil que no pertenecía a ningún lugar de Inglaterra.
Se sujetó con fuerza el collar en cuanto, a la distancia reconoció una poderosa fuente mágica proveniente del lugar que era su destino. Hasta antes de llegar a Londres, la magia de aquellos seres llamados arcanos le había sido totalmente desconocida, mas agradecía haber salido de la ignorancia gracias a la parlanchina Yana que no había dudado en contar con una mezcla de desdén y enfado, como su hermano permitía a su mujer gastar tantísimos galeones en un lugar cuyas enseñanzas "no servían para nada".
Nasha se había dedicado desde entonces a documentarse lo mejor posible. El dinero había resultado el menor de los problemas, dado que su habilidad como estafadora no había hecho sino incrementarse en el nuevo mundo; en cambio, convencer a su abuela de que aprender Nigromancia no la llevaría por una senda retorcida si que había sido un verdadero reto. Ella sabía de sobra como el alma se contaminaba, era perfectamente consciente de eso, pero por otro lado ¿como ocuparía de forma sabia el lugar de su abuela a su muerte, si no descubría por su propio pie todos los caminos donde la magia y la muerte se entrecruzaban?
Sus pasos no tardaron en llevarla hasta el ala norte de la universidad, donde un curioso edificio conseguía distinguirse. Traspasó pues la gruesa puerta de madera oscura, y enseguida se vio en una habitación repleta de estanterías conteniendo una enormidad de volúmenes de todo tipo, así como rollos de pergaminos y un puñado de objetos raros. Sin embargo, hacía falta mucho más para mermar su espíritu (de hecho encontraba el espacio de dimensiones reducidas bastante acogedor) así que siguió adelante y tras cruzar otra puerta fue a dar con unas angostas escaleras.
¿Arriba o abajo? Una vez más sujetó su collar y decidió seguir aquel potente rastro de magia que provenía del piso inferior. Pero descender, lejos de ser sencillo, le supuse eludir casi una decena de trampas. Por eso al final, cuando por fin distinguió el final de las escaleras, se alegró de estar medianamente sana (apenas tenía un par de cortes en el brazo y parte de su pañoleta chamuscada), y que en la puerta hubiesen también otras dos personas.
Inquieta, se limitó a hacer una reverencia a ambos, y permanecer en silencio en lo que ellos contestaban al hombre que les había abierto la puerta del otro lado. Su elevada altura resultaba de por sí intimidante, pero era el rostro serio con que los escuchaba, casi que desprovisto de expresión alguna la que verdaderamente la hizo consciente de que estaba por lidiar con alguien muy diferente a todos los que había tenido oportunidad de conocer hasta entonces.
Una vez que tanto la mujer como el hombre habían explicado la razón que los tenía allí, respirando profundamente se dirigió también a él.
He venido desde muy lejos, solo con la finalidad de aprender arcano Báleyr- hizo una pausa algo nerviosa antes de continuar- más que poder, lo que busco es alcanzar el entendimiento que me permita obrar con sabiduría en las responsabilidades para con mi familia.

 

La familia que había dejado en Nueva Orleans, dirigida por su mamam Ashanti, diosa del vudú.

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Terminé de hablar, y a mi respuesta, tal vez escueta pero directa, siguió el razonamiento de mi compañera. Ella buscaba el conocimiento para poder revivir a alguien qeu ya no tenía cuerpo. Si alguien quiere hacer algo asi, debe ser por amor. Pocos sentimientos son más poderosos, y aun asi, puede conllevar un alto coste.

 

Eso me recordó a mis padres, a Sagitas y Jack, a lo qeu habían arriesgado años atrás, cuando yo aun no había llegado a Ottery y vagaba por el mundo como Cazador. Sagitas había arriesgado mucho para pasar una noche de pasión con Jack, dando como resultado al pequeño Ithilion nueve meses después. Ahora, el fantasma rondaba por la mansión, siempre tras ella, siempre a su lado. A pesar de qeu ella podría hacerlo, no le había revivido.

 

Observé el ojo vacío de @Báelyr, una cuenca oscura qeu ocultaba vagamente bajo el ala de su sombrero. Su imagen era diferente a la de Sagaj, pues mientras el segundo tenía una imagen un tanto afable, aunque emanaba sabiduría, el qeu tenía ahora delante transmitía no solo el conocimiento, sino un peligro oculto. Era alguien qeu seguramente, si quería, podría desatar una magia temible. Aquella cuenca oscura parecía atraernos en cierta forma, como si el vacío absorbiera información de nosotros mismos sin saberlo.

 

La voz de una joven sonó a nuestra espalda. Me giré para observar a otra joven que no conocía...demonios...debía empezar a ser un poco más sociable. Pero su acento era extranjero, y según dijo, también buscaba conocimiento. Ladeé ligeramente la cabeza...de nuevo tres, como en mi anterior experiencia con un arcano.

 

Que nos depararía esta vez el destino?

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

 

 

Ciertamente aquella respuesta era la que más había escuchado a lo largo del tiempo entre quienes venían con la intención de aprender, o mejor dicho poseer la habilidad de la Nigromancia. No la cuestionaba, ni mucho menos, pues es parte de la naturaleza humana el desear ampliar los horizontes; no en todos claro está, pero al menos en una justa parte. Obtener conocimiento, simplemente aprender, era pie a otro trasfondo que muchas veces no deseaban admitir.

 

Sin embargo la segunda muchacha respondió con una sinceridad que le resultó abrumadora ¿no era por eso también que en su totalidad acudían a por él? Siempre hay alguien, o algunos, a quienes se desea traer de vuelta pero es necesario que se comprenda que ese regreso tendrá un costo, uno bastante grande. Y además la Nigromancia abarca un sinfín de cosas más, no solo de revivir muertos se habla, pero eso lo verán durante lo que se podría llamar clase, a falta de una palabra más apropiada.

 

―Es una misión un poco complicada si ya no tiene un cuerpo al que regresar, aunque permíteme explicarte que para un Nigromante ese no es un impedimento aunque si requiere de un dominio mayor de la materia. ―Aclaró.

 

Antes de que pueda añadir algo más una tercera persona se une tomándose la molestia de contestar también a la pregunta. Bien, no es un grupo del todo prometedor, pero ningún pupilo lo es al inicio para Báleyr es en el trascurso de la clase que va valorando o descartando mediante las acciones que logra apreciar quienes son aptos para una vinculación con algo tan oscuro y peligroso como lo es la Nigromancia.

 

―No soy de dar bienvenidas, así que acepten este pasar a mi lugar como una aceptación a enseñarles. Siganme, hay bastante que deben ver, escuchar y vivir... ―Volteó y les hizo una seña con la cabeza para que tomaran el mismo rumbo que él tomaba. A paso ni apresurado, ni sereno cruzó la habitación hasta llegar al otro límite de la cabaña que le pertenecía en la Universidad. Al abrir la puerta se puede observar un jardín bastante verdoso gracias a la estación pero bastante descuidado, resaltando más por lo segundo. ―Pueden caminar por allí y fisgonear entre las matas de arbustos. Se que tendrán preguntas, pero las responderé cuando regresen aquí. De lo que encuentren, asegúrense de revisarlo bien.

 

Porque encontrarían un par de cadáveres cuya vida había sido quitada hacía poco por terceros o arrebatada por alguna enfermedad, quién sabe con lo que se iban a encontrar. Esperaba que pudieran determinar una causa de muerte a grandes rasgos, para pequeños necesitaban algo más de familiaridad. Esperaba también que tuviesen inquietudes.

 

Los dejo partir, no sin antes recordarles que eran trabajos individuales. No todos aprendían a un mismo ritmo, y cada uno necesitaba comenzar a expandir su mente en el campo con sus propios conocimientos.

 

Giró entonces hacia el interior de la cabaña nuevamente al lugar en donde había dejado a su otro alumno quien parecía haber concluido por fin su trabajo. Báleyr lo observó con detenimiento, no era necesario moverlo en demasía pues un cuerpo recién "sanado" es bastante frágil y proclive a destruirse en un pestañeo; le bastaba con lo que veía. Hay cosas que no pueden cambiarse en ese estado, el olor a putrefacción y la piel demacrada y marchita, pero salvo por eso parecía haber cumplido con el objetivo.

 

―Como puede comprobar este es un cuerpo "sanado" pero aún le falta algo de vital importancia que podría hacer que todo su esfuerzo quede en nada. Le falta un alma, y como comprenderá eso no es algo que encontremos a la vuelta de la esquina. Tengo una misión para usted, joven. ―Extendió su vara de cristal hacia el costado y la agitó de manera suave en círculos hasta crear un portal.―Del otro lado está el lugar donde las almas "descansan", alguna de ellas le pertenece a este cuerpo, o querrá venir a él. Le sugiero que sea cauteloso con a quien decide "revivir". ―Estaba clara cual sería su siguiente tarea.

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.