Nigromancia

[Báleyr]

La última bocanada de humo, que salió de su boca, fue la que le dio la fuerza para levantarse de su asiento en el que estaba reposando. El sonido de cada uno de sus huesos acompañaron el movimiento; parecía que se hacían trizas cada vez que Báleyr intentaba incorporarse en sí mismo.

 

Se paró en medio de ambas mesas de autopsias y observó ambos cuerpos. Ambos pupilos habían dado sus conclusiones finales acerca de la causa de muerte de los cuerpos que tenían enfrente. Escuchó a la muchacha rubia que, habiendo hecho caso de prolongar el corte, pudo ver que el corazón de la chica se encontraba marchito a causa de una maldición que habían usado contra ésta. Por el otro lado, y el que parecía más desorientado, el muchacho volvió a tomar muestras de los líquidos corporales pero terminó concluyendo que fue una muerte provocada por un golpe en la cabeza.

 

- Con esto que ha pasado aquí quiero hacer verles que la muerte puede tomar miles de formas, en cualquier época y en cualquier momento.

 

Dijo después de haber estado callado por un buen rato mientras se dedicaba a observarlos.

 

- Ella no puede ser engañada y siempre exigirá un sacrificio por aquello que no ha podido tomar.

 

Agregó mientras que, con un movimiento de su varita de cristal, hacía desaparecer los cuerpos y abría un portal a sus espaldas.

 

- Si ustedes pueden entender las palabras que les he dicho recién, podrán encontrar aquello que más anhelan cruzando el portal - explicó mientras caminaba por el reducido espacio - Pero recuerden, del otro lado del portal, el espacio, el tiempo y la materia, tomarán la forma de lo que ustedes imaginen y el camino a recorrer intentará ser truncado por sus miedos más profundos - continuó como si de un cuento se tratara.

 

Volvió a pararse frente a ellos, aún con el portal abierto a sus espaldas y se dirigió por última vez a sus pupilos.

 

- Un último detalle, para hacerse con aquél anhelo, deberán sacrificar un recuerdo muy valioso para ustedes. Solo así lograran volver y estarán listos para continuar.

 

Una vez que ambos cruzaran el portal no podrían comunicarse con el Arcano. La magia de sus varitas no funcionaría, ni los amuletos de los Libros de Hechizos ni ningún otro anillo de habilidad. Estaban solos del otro lado y, una vez que volvieran, Báleyr se daría cuenta que ellos podrían comenzar la prueba.

[Leslie Ashryver PB]

La Delacour fruncio el ceño al sentir los huesos del arcano crujir, no podía creer que el hombre siguiera caminando cómo estaba y más aún que con una edad tan avanzada fuera profesor y no se hubiera retirado cómo cualquier otro.

 

Báleyr se acercó a ambas mesas, Alessandra se sentía satisfecha con su trabajo, la sanación había sido siempre su único trabajo por años, empezando cómo una simple aprendiz que estuvo en todas las áreas de San Mungo hasta sus últimos días dónde había decidido cambiar de departamento para ayudar a su abuela Cye con el control de comercio, trabajo que hasta hace poco hacía.

 

El Nigromante comenzó a hablar explicándoles que la muerte no podía ser engañada y que siempre exigía un sacrificio, ante eso la rubia tragó en secó preguntándose a dónde quería llegar el arcano, pero con su vara de cristal desaparecio los cuerpos para abrir un portal detrás suyo mientras les explicaba lo que pasaría cuándo cruzarán.

 

Así que era eso, sacrificar un recuerdo, el más importante. Para ella había muchos importantes, el nacimiento de todos sus hijos, el día de su boda con Kamra y cuándo su madre le mostró sus recuerdos de su padre Esteve. Se mordió el labio dándose cuenta que era eso quizás lo más importante que tenía, su padre, conocía tan poco de él y lo que tenía lo valoraba siempre. Sus ojos ojos se aguaron a causa de las lágrimas que no quería derramar al renunciar a ellos si quería comprender la maldicion que acarreaba.

 

Su corazón y su cabeza sabían lo que anhelaban, siempre intentaba buscar respuestas, ya sea por sus antepasados o por su madre, incluso hablaba con las madres de sus viejas reencarnaciones para buscar alguna pista pero seguía fallando. Con el deseó de estar en el mismo lugar que la muchacha rubia que le había practicado la autopsia cerró los ojos y cruzó el portal.

 

 

 

************

 

 

 

No sabía dónde estaba sólo sentía el calor insoportable que desprendía el lugar dónde estaba. Alessandra dándose cuenta que ya no estaba en la mazmorras de Báleyr, fijó su mirada a su alrededor, parecía una sala muy grande, cómoda, amueblada con cosas de gran valor y muebles pulidos. Una enorme biblioteca cubria mas de la mitad del cuarto, a simple vista parecia un lugar de esos decanos muggles.

 

No pudo seguir observando el lugar cuándo unos gritos llegaron desde el otro pado de la puerta. Intentó escoderse pero hasta que no vio las ropas que traía puestas no se dio cuenta que era un vestido de seda muy fino pero con un diseño de época.

 

Una mujer pelirroja aparecio con un hombre de traje y rostro hermoso, la Delacour miro con extrañesa a ambos ya que de la mujer recibia miradas de rencor y odio pero del desconocido era mas especulativa y resignada.

 

-Te iras esta noche- le dijo el desconocido -te vendra a buscar él para llevarte a vivir a tu nuevo hogar- prosiguio caminando en circulo.

 

No le gustaba esa forma de dirigirse a ella pero algo dentro suyo le decia que debia huir, que el destino que le espera no era agradable. Alessandra asintio con la cabeza pero la mujer pelirroja la mando a su recamara a prepararse.

[Thoth]

“En verdad su poder es impresionante.”

 

Y de la nada note como el cuerpo que había examinado se esfumo y algo me comenzaba a jalar, quizás me atraía. Aunque, era extraña la sensación de sentir como un cumulo de energía se creaba de la nada ¿Acaso eso sería un portal?

 

“Al parecer piensa que puedo tener algún miedo. Sin embargo, debo admitir que es la primera vez que conscientemente atravieso un portal a mi voluntad.”

 

Y girando doy comienzo a mi marcha, me despido del arcano con un simple movimiento de mano, el cual le hace aparecer en aquellas manos del viejo mago, una simple carta con las palabras en egipcios de gratitud por esta experiencia tan singular. No obstante, estaba en mis estrategias un poco subirle el ego a ver si con ello me saco al menos un aprueba con lo mínimo.

 

“Espero que nada se revele.”

 

Y Al atravesar por el portal todo mi entorno cambio.

 

**** Dentro del Portal. Hogar de los Licaón. ****

 

Un brillo de luna nueva se asomaba bajo mi ventana, en la cual reposaba un collar con la fotografía de mis padres. Aquella prenda era de un oro blanco y sus adornos reposaban dos lobos que se movían sin detenerse nunca, al parecer mi primera impresión fue darme cuenta que ya no estaba con el Nigromante o con la Delacour, que mucho menos era el mismo, pues me sentía algo más mortal.

 

“¿Dónde estoy?”

 

Me cuestionaba y caminaba, sentía el frio del piso y una grata sensación, al parecer mi experiencia me hizo evocar mi mayor trauma, la tragedia más escondida que guardaba de mi pasado, por lo que al pasar mi mano a mi rostro comenzaba a llamar a mis sirvientes para que me comenzaran atender. Y era muy posible que repitiera la triste historia con el mismo final ¿Acaso era ello lo que debería sacrificar? ¿Era esto lo que más anhelaba?

 

-¡Darius!- Expresaba mi madre con tierna voz y enseguida fue interrumpida por la de mi padre. –No lo llames, el sigue jugando con sus lobos, al parecer debe aprender tarde o temprano que pronto se casara. Espero que ese pacto sea muy beneficioso para nuestro linaje.

 

Poco a poco de la nada comenzaba a llover y sin bajar de mi habitación, mis lágrimas comenzaban a brotar de mi rostro. Era muy probable que tenía apenas cierta conciencia de lo que vendría y como esos magos y brujas casi eliminarían mi camino.

Editado 21 de Enero del 2019 por Demian Luxure

[Báleyr]

Era interesante ver como todo mortal se doblegaba ante lo que la muerte era capaz de demostrarles. Audaz y sencilla pero producía el mismo efecto en todos y sus alumnos no habían sido la excepción.

 

El Nigromante seguía cada uno de sus pasos para actuar en cualquier momento. Había pasado muchas veces que algunos no aguantaron aquellas imágenes que se les aparecían por lo que Báleyr había tenido que intervenir antes de que quedaran atrapados en el otro lado. Sus cansados y viejos ojos estaban encima de ambos escenarios; como si fuese una película de terror transmitida en vivo por cámaras de video hacia todo el mundo. Podía sentir que cada uno de ellos afrontaban las escenas más significativas, ya sea por dolorosas o felices, de su vida intentando dejar todo para obtener lo que más querían.

 

Se sentó nuevamente. Ya no estaba en las mazmorras de la Universidad sino que se había aparecido en medio de un glaciar. Ni el viejo sabía donde estaba pero el frío lograba atemperar los dolores que por ahí sentía en sus "casi hecho polvos" huesos.

 

- Recuerden: no se dejen alcanzar ... sacrifiquen lo que más aprecian y obtengan lo que anhelan. Sólo así le demostrarán que pueden ser dignos.

 

Aquél mensaje les llegaría a ambos, fuerte y claro, pero ellos no iban a poder responder ya que se encontraban dirimiendo sus temas en aquél plano.

 

Sólo faltaba un paso más para que ambos pudieran pasar lo último hasta la prueba y comprobar, realmente, si eran dignos de ser llamados Nigromantes.

[Mia.]

El día había llegado. Mentiría si decía que sentía emoción, puesto que era algo más parecido a un sentimiento de inquietud, poseer la habilidad de nigromancia no era cualquier cosa y menos algo que le resultara totalmente atractivo. Sin embargo, la emoción de poder vincularse y tener una experiencia plena con un arcano que desbordaba poder e intriga, le generó interés, motivo por el cual cedió a sus caprichos y envió su petición a la universidad.

Confundida sobre que tipo de vestimenta sería la ideal, negó con lentitud, estaba pensando en banalidades que creía superadas desde hacía algún tiempo. Por lo que simplemente, sin hondar demasiado, eligió una simple túnica negra con botas a juego del mismo color. Era un atuendo sombrío y que le permitiría enfrentarse a los retos que venían por delante o al menos eso esperaba. Por lo que inhaló profundamente y salió de su hogar.

En cuanto pisó los terrenos de la universidad, sintió como en su interior se removían sentimientos de malestar al recordar el intento de aprendizaje que tuvo con Rosalía, pero eliminándolos de su mente, se concentró en el sitio elegido por Báleyr. Las mazmorras, algo peculiar pero que si relacionaba la asignatura con todo lo que había acontecido en ellas, se podía entender la elección del mago.


Llegando a la mazmorra, miró la puerta con curiosidad. Tentada a simplemente ingresar y hacer notar su presencia, pero algo le decía que no era la mejor solución, debido a que los arcanos eran sumamente protectores de su privacidad y más, si contaban con otros alumnos en ese momento. Tomando una respiración y esbozando una media sonrisa, se acercó a la puerta y tocó con sus nudillos.

—Buenas tardes. —saludó, intentando hacer notar su presencia— Soy Mia Black Lestrange, su nueva pupila. —añadió mirando a la puerta aún cerrada, esperando ser atendida.

Estaba nerviosa, algo poco típico en ella. Pero hasta cierto punto era normal, porque no tenía pocos asesinatos en su haber, sino todo lo contrario y no deseaba presenciar o ver, cosas que le interfirieran con su paz mental, aunque si lo pensaba bien, eso era casi poco posible.

[Leslie Ashryver PB]

La Delacour se sentia un ente dentro del cuerpo, tenía curiosidad pero la mente no le daba la informacion de saber quién era "él" y porque esa desesperación que tenía por alejarse. Cuándo llegaron al cuarto la muchacha lo trabó con un hechizo, corrió a la cama y comenzó a sacar las sábanas y armar un nudo desde la punta, las arrojó fuera de la ventana para bajar por ellas.

 

La niebla de la callé le impedía ver a dónde iba pero quería alejarse, esconderse dónde nadie la encontrará. Alessandra comenzó a caminar medio correr por los callejones, el más mínimo ruido la sobresaltaba pero no paró siguió corriendo hasta que la falta de aire le impidió seguir.

 

Pero al menos estaba lo suficientemente lejos para que no diera con ella, pensó. El vidrio de una ventana reflejo su aspecto, tenía unos extraños ojos azules tan llamativos que parecían brillar en la noche, su cabello pelirrojo asi cómo su rostro era igual al de la mujer que había estado en el cuarto, Alessandra lo adivinó enseguida, era Asami, la demonio que vivía con ella desde bebé. La mujer del cuarto debía ser su madre Marabella.

 

En ese momento la vos de arcano le llegó con el mensaje que decía "no se dejen alcanzar ... sacrifiquen lo que más aprecian y obtengan lo que anhelan. Sólo así le demostrarán que pueden ser dignos." Cuándo la voz desaparecio un ruido detrás suyo la hizo girar y quedar frente de Marabella que blandia su varita en su rostro muy molesta.

 

-Se supone que debes de estar lista en tu cuarto- gruñó molesta - no perderé mi libertad por una niña insolente- de la punta salieron unas chispas rojas quemando la punta de su vestido.

 

- No me iré con él- bramo con los ojos llorosos - tu eres su sirvienta no yo- gruñó molesta.

 

Aquéllo molestó a Marabella que le dio una bofetada, Alessandra se estremeció pero la mente de Asami le dijo todo lo que necesitaba, querían hacerla amante de un demonio para que le diera poder y libertad. No le importaba su hija sólo ella misma.

 

- Matame si asi lo prefieres pero no me obligaras a tomar tu lugar- tenía lo que necesitaba.

 

No había sido maldita por culpa de Dylan ni Jay, ellos sólo la protegían de su madre, la culpa era de Marabella. Aunque sabía quién la mató ¿porque seguía reencarnando? Aquéllo debía averiguarlo cuándo la viera. Con el dolor en su alma cerró los ojos y dejó que el recuerdo más importante que tenía de su padre se fuera.

 

Era ella siendo bebé, Esteve la cargaba arriba de él dándole pequeños besos en su rostro causando que la bebé riera a carcajada, las lágrimas se iban con aquéllas imagenes cuándo el destello verde le dio justo en su corazón.

 

 

************

 

En la Mazmorras

 

 

 

Alessandra calló de rodilla al suelo jadeando a causa de aquél rayo verde en su corazón, el recuerdo la hizo estremecer y respirar de forma entre cortada. Levantó la mirada y se dio cuenta que estaba en la mazmorras con Báleyr.

 

Por primera vez se alegró de estar en aquél lugar, incluso dejó que el calor de la chimenea le calentara el frío cuerpo. Lo que acababa de ver y sentir no le pareció un recuerdo sino algo real. No sabía que decirle al arcano, cómo explicarle que la persona que confió durante su vida y años era la culpable de su muerte y todo lo que vino después.

 

- Ya averigue lo que nevesitaba- se puso de pié algo tambaleante cuándo se dio cuenta que alguien llamaba al lugar.

Editado 25 de Enero del 2019 por Alessandra G. Delacour

[Thoth]

El tiempo era un misterio en ese sitio, pues todos los acontecimientos de mi pasado comenzaron a repetirse.

“Al parecer el recuerdo que debo perder es el de ellos.”

Suspire y caminaba, poco a poco mi realidad comenzaba a desplomarse y todo parecía cambiar, comenzando olvidar sus rostros, aquella voz dulce de mi madre y la de mi padre algo fría.

-¿Dónde estoy?

Mencionaba algo confundido estando aún en esa memoria algo perdida, mi cuerpo comenzaba a sentir un escalofrió, escuchando el grito de una mujer y una explosión que sucumbió todo mi entorno, el lema de “Sacrificio y lealtad “ resonaba por todo mi entorno, sin embargo, me sentía desconcertado por sentir una ira y no sabía de dónde provenía.

-¿Qué me ocurre?

Y lentamente bajaba las escaleras en espiral y por instinto mi cuerpo cambiaba y toda mi razón se desvanecía y cambiaba a un estado más primitivo, salvaje y descontrolado, para este momento olvide mi pasado, mis padres y mi familia, sentía un gran vacío y este fue llenado por la oscuridad.

***

Regresaba al aprendizaje de la nigromancia, pero no me encontraba en la universidad, era extraño me sentía vacío, sin valor por la vida y sobre todo una sed de muerte.

-¿Qué debo buscar en esta soledad invernal?

Cuestione al arcano que se encontraba sentado en medio del glaciar. En verdad hasta este momento no sabía cómo había llegado a este lugar y como había pasado de donde me encontraba a este sitio ¿Acaso seguía en el portal? Solo esperaba respuesta, pensando que había perdido algo importante, pero no recordaba que era.

[Báleyr]

El pasado de ambos venía a cada momento a acosarlos. Sus pupilos estaban luchando por intentar comprender que es lo que había pasado y aquellos hechos que sucedieron que los habían marcado tanto. Además, tenían que dejar aquél recuerdo que más valor tenía para ellos para así terminar con esa travesía de comprensión.

 

Ninguna podía escapar de su pasado. Todo formaba a la persona en sí, junto con los hechos y decisiones que se tomaban. El pasado, el presente y el futuro siempre estuvo, está y estaría marcado por sucesos que uno no podía controlar.

 

Veía lo que pasaba como si fueran películas. Ya estaba acostumbrado, después de tantos años, a ver las distintas reacciones que tenían cuando se enfrentaban a esa mini prueba para exponer su fortaleza, tanto mental como física.

 

El primero en llegar fue el muchacho pero algo había pasado con la chica ya que vio que salió pero ella no había arribado al lugar en cuestión. Seguramente estaba en la Mazmorra. ¿Cuándo se iban a dignar a comprender lo que el Arcano decía? Eso lo sacaba un poco de las casillas pero tenía que mantener la forma y no tomar algunas decisiones en apuras.

 

- Veo que no has comprendido para qué te hice enfrentar a aquél momento de tu vida - le respondió al muchacho mientras volvía a ponerse la pipa en la boca para llenar sus desgastados pulmones de humo nuevamente - Es una lástima porque tendrás que resolverlo durante la prueba que viene.

 

No iba a darles todo servido en bandeja y, mucho menos, cuando se trataba de cuestiones que ellos mismo debían resolver.

 

Blandió su varita con unas florituras complicadas y volvió a abrir el portal. Lo atravesó, le hizo una seña al chico para que lo siguiera y salieron a las mazmorras nuevamente.

 

- Veo que has terminado aquí nuevamente, muchacha.

 

No estaba en la lista del Nigromante aprenderse los nombres de sus pupilos.

 

- Pero, por lo que pude ver y a diferencia de tu compañero, has podido comprender el porqué de la situación que has pasado en el otro plano - le dedicó una mirada al masculino cuando otra muchacha irrumpió en la oficina.

 

Se posó, por unos minutos, en la figura de la nueva fémina que había aparecido y se olvidó de los otros dos.

 

- Has llegado en el momento justo, Black Lestrange - no supo como lo recordó - dime, ¿cómo puede ser que una persona no comprenda la muerte? - soltó sin más. Quería saber que es lo que conocía la muchacha antes de proceder a un análisis más exhaustivo.

 

- Por parte de ustedes ... - volvió a agitar la varita para abrir otro portal - ... los veo en la base de la pirámide para el comienzo de la prueba.

 

Báleyr desapareció por un momento de las mazmorras para dar comienzo a la prueba de los otros dos aspirantes. Mientras, la Black Lestrange, tendría tiempo para pensar y, hasta que no le avisara ella misma, el arcano no iba a regresar.

[Mia.]

En cuanto ingresó a la mazmorra, pasó su vista por el lugar. Tenía el aire tétrico que las caracterizaba pero que no le incomodaba de momento, se sentía reconfortada por extraño que pareciera. Fijando su vista en dos magos, supo que estos habían terminado su aprendizaje en cuando el arcano les indicó que los esperaba en la base de la pirámide, sin quererlo tendría su atención únicamente para ella así que lo aprovecharía.

Guardó silencio hasta que los tres desaparecieron. Estaba sola, eso le permitía concentrarse y adentrarse por completo en sus pensamientos para responder la pregunta que le habían hecho y que estaba bailando sin cesar en su interior. Conocía la respuesta, de eso estaba completamente segura pero necesitaba encontrar las palabras adecuadas para trasmitirla, porque tenía el presentimiento de que eso marcaría el inicio de su aprendizaje.

Dejando caer su cuerpo en una de las sillas que se encontraban en el lugar, cerró los ojos y permitió que los recuerdos de todas las muertes que directa o indirectamente había causado la llenaran. ¿Temía a la muerte? No. La respuesta la tenía totalmente clara y comprendía el proceso de desprenderse de ese plano terrenal, pero no era irse por completo o al menos en el caso de algunas personas como el de los fantasmas.

Llamando al arcano con su mente, esperó unos segundos antes de comenzar a hablar.

—Es fácil de explicar, no la comprende porque le tiene miedo. —movió una de sus manos como si fuese lo más obvio— Dejar el plano terrenal y la apariencia física, mágica y demás que posee en el presente, no es algo sencillo de asimilar por lo tanto perderlo genera temor. Pero la muerte no es simplemente la perdida de algo, se puede vislumbrar como la oportunidad de aprender o vivir algo más, si es que se tiene la posibilidad.

Sabía que quizás sus palabras estuviesen un tanto enredadas pero poco o nada le importó porque intentaba expresar sus pensamientos ante algo que siempre el había generado respeto y quizás un poco de intimidación. No temía morir, pero si el no controlar como y cuando moriría.

—Pero no solo se trata de comprenderla, se trata más de asimilar. —miró al arcano en ese momento— Asimilar que hay algo más detrás de la palabra muerte.

Tras sus palabras, esperó un momento y esbozó una media sonrisa.

Editado 30 de Enero del 2019 por Mia Black Lestrange

[Báleyr]

Apenas había enviado a sus dos pupilos a la prueba, Báleyr, volvió a la mazmorras para atender a la respuesta de la Black Lestrange. Cuando notó la presencia del viejo, la muchacha comenzó a responder al cuestionamiento que le había dejado para pensar.

 

Su pipa seguía soltando humo con cada bocanada mientras escuchaba a la muchacha. Jamás se habría esperado esa respuesta de un pupilo recién llegado. Esas palabras eran de esperarse mientras la clase avanzaba y cuando los alumnos se enfrentaban a las pruebas.

 

- Exactamente.

 

Dijo soltando otra bocanada de humo.

 

- Los mortales temen a la muerte, justamente, porque no la comprenden y, lo poco que saben, es solo el lado oscuro - explicó mientras daba una caminata alrededor de la muchacha - Sólo hay que conocer el otro lado y tener contacto para poder entender que es lo que se siente y comprender que ambos mundos están conectados - finalizó haciendo que su vara de cristal y su anillo, original de la habilidad, flotaran delante de él y la pupilo.

 

- Dime, ¿porqué deseas hacerte con la sortija de la habilidad? ¿Que esperas que pueda darte?

 

Cuestionó.