Nigromancia

[Báleyr]

El Arcano permaneció serio, mirando de reojo los pedazos de jarrón que aún yacía en el suelo, muestra de la altanería del joven que había lucido modales de gamberro. Báleyr escudriñó con su único ojo, de azul hielo, al muchacho, en espera de su siguiente acción. Parecía un matón que no conocía lo que podría suponer el enfrentarse con el Arcano de la Muerte. Pero Báleyr sabía controlar sus emociones, así que dejó de mirarle para volver su atención a la Señorita Malfoy, mucho más cooperativa. No gustaba de conversaciones banales, sin fundamento.

 

- Tal vez debiera empezar las prácticas con usted. ¿Y si le desollo vivo y vemos si sus compañeras puede resucitarle? - dijo con tono serio. Báleyr era un Arcano taciturno y pensaba que aquel muchacho, a pesar de sus modos, podría llegar a ser un buen nigromante, si se esforzaba en dejar de lado esa actitud y realmente se dedicaba al estudio del muerto que había puesto en las camillas. Le recordaba un poco a él, antaño, cuando aún conservaba todas las partes de su cuerpo.

 

Había hablado con los tres y a los tres había pedido que cruzaran aquel portal pero sólo la muchacha de túnica berenjena había pasado con él. Así que dejó el portal abierto por si los dos alumnos rezagados les seguían.

 

- Mientras se deciden a unirse con nosotros, hablemos un poco, Señorita Malfoy. ¿Le molesta el olor de la Muerte? ¿Por qué, entonces, quiere adentrarse en los secretos de la Nigromancia? Este hedor será su compañero de por vida; lo olerá siempre en cuanto se vincule. Si no es capaz de soportarlo, es mejor que deje la Habilidad y vaya a bañarse con agua de rosas, muchachita.

 

Había nota que le molestaba que la trataran de jovencita, niña... Y no era su deber ser amable. Para ello estaba la Arcana Rosàlia o la de Animagia; a ellas les gustaba más el contacto con los aprendices. Báleyr no era así, era más parco y muy claro en sus palabras.

 

Al Arcano no le hizo falta corroborar lo que había dicho la alumna aunque ladeó un poco la cara para verla con totalidad por su único ojo bueno. No se le había escapado la marca que tenía en su cuerpo, similar a la del otro jovencito que aún no se atrevía a empezar su clase práctica. En el fondo, Báleyr deseaba que @@Patrick Colt entrara y se regocijara con la muerte de aquellos infelices que servían de conejillos (muertos) para sus alumnos. Sí. Le recordaba un poco a él, volvió a pensar en su interior.

 

- ¿Todo eso le ha dicho el cuerpo que tiene delante? ¿No será su experiencia en el pasado la que ha generado su dictamen? De todas maneras, tiene razón. Fue asesinado por un... - su rostro se cruzó con un amago de sonrisa que no pareció tener éxito. - ... autor desconocido que dominaba las artes que ustedes llaman oscuras.

 

El Arcano permanecía totalmente ajeno a aquellas facciones entre los diferentes bandos que luchaban en la lejana Londres. Miró brevemente aquel cuerpo y después se encaró con la alumna.

 

- Está resultando aventajada aunque aún no está preparada del todo. Aún tiene preguntas que deberá responderse usted misma. Por ejemplo, cuándo lanzó aquel Homenun Revelio en mi casa, ¿cree que hubiera detectado un ejército de muertos vivientes? Piense en la definición del hechizo y reflexione. Por otro lado... ¿De qué le puede servir tener un ejército de muertos si están despedazados? Este mismo que tiene delante de usted, ¿podría despertarle así, tal como lo ha dejado?

 

Él mismo contestó, denegando con la cabeza.

 

- La calidad del resultado dependerá de su capacidad para sanar el cuerpo e invocar el alma de su muerto, querida. - Esta vez no usó un sujeto infantil. Aquella mujer estaba demostrando un aguante especial por lo que había investigado en su cadáver, aunque hubiera tardado una hora. Ya mejoraría... - Un muerto puede ser resucitado y puede que, casi, vuelva a ser lo que fue, con especial atención al "casi". Si no es lo que quiere, si sólo necesita un ejército de muertos mal-llamados vivientes, también puede conseguirlo. Pero... Siempre hay peros...

 

Contempló de nuevo la puerta, ni el muchacho ni la mujer llamada @@Aine Malfoy les habían seguido, todavía; la clase debía continuar sin ellos.

 

- Cuanto más similar a lo que fue en su día antes de morir, más tendrá que invertir en la magia para devolverlo a la vida. Piense en ello, la Nigromancia es una Habiilidad cara. Exige un piel por piel, vida por vida. Exige un sacrificio que pocos están dispuestos a dar.

 

Sin darse cuenta, o sin darle importancia, Báleyr se tocó su ojo perdido, la zona que lo debía contener, en realidad.

 

- Cuanta más perfección busque, más perderá. Al principio, no lo notará. Será algo tan mínimo que ni se dará cuenta pero no se engañe. Lo pagará, cada vez más caro. Además, crear un ejército de muertos vivientes no le garantiza que le obedezcan. Un muerto que haya sido revivido sin profundizar en el proceso, sólo será un ente que quede apático, sin deseos, sin movilidad expresa de su cuerpo... Si les inculca más fuerza y atrae su alma para que vuelva a su cuerpo, tendrán sus propios deseos y tal vez no entre en ellos el obedecerles... Tal vez se vuelvan en su contra. Si lo que quiere es un ejército de muertos obedientes, sólo necesitara ese hechizo que crea inferis.

 

Había desprecio en su voz al mencionar ese hechizo que consideraba impuro con el Saber de la Nigromancia. Casi había escupido al nombrarlo.

 

- No se engañe. Los muertos sólo desean volver a la Muerte, arropadora, confortable, acogedora... No importa lo cruel que te lleva a ella. La Muerte es una agradable compañía que te espera al final del camino como una Amiga y pocos se resisten a abandonarla. Pero volvamos a usted... Reviva a su acompañante para que le cuente algo. Si consigue que le diga algo que no sea farfullar, le permitiré ir a su prueba.

 

Tenía que ayudarla, por supuesto. Así que se acercó a ella, quedando a su lado de la camilla.

 

- Para que vuelva a la vida, debe curar lo que le produjo la muerte o lo que le llevaría a la muerte de volver tal como... esté en ese momento. Si está desmembrado, tendrá que unir miembros, si le falta algo, debe procurar que no sea un órgano vital o sustituirlo. Debe recordar que para que vuelva a la vida, necesita exactamente lo mismo que necesitaba cuando estaba vivo. Respirar, órganos vitales, circulación de la sangre... Es por eso que es importante saber qué le mató para neutralizarlo o repararlo antes de revivirlo. Después sólo necesitará fuerza de voluntad y soportar el dolor que supone ceder parte de tu energía para que el muerto regrese. Es insufrible. ¿Está preparada, Señorita Malfoy?

[Felicity]

Cuando el arcano le respondió que en caso de no aguantar aquel olor se fuera a bañar en aguas de rosas, un ligero rubor se tiñó en las pálidas mejillas de la Malfoy. La joven se apresuró a responder que si, que podría aguantar el olor a muerto en el futuro de ser necesario. No quería contradecir al arcano y menos dejar que pensara que era una mujer débil. Claro que solo soportaría aquel olor en caso de necesidad, pero jamás se acostumbraría a él. Quizá, empleando algún hechizo o encantando alguna mascarilla le fuera más fácil trabajar con un cadáver de días delante. Claro que esto no se lo hizo saber al arcano.

 

Cuando acabó y el maestro le hizo saber que el resultado de su autopsia estaba bien, la muchacha sonrió sinceramente. Era cierto que su experiencia como subdirectora de San Mungo en el pasado la habían ayudado un poco pero también un viejo y grueso manual rescatado de la biblioteca de los Malfoy que había intentado aprenderse de pe a pa antes de acudir a aquella clase.

 

-Gracias Sr. Báleyr – respondió muy educada sin añadir mucho más. Se sentía orgullosa. Por un momento estuvo apunto de añadir que posiblemente aquel acto, a juzgar por el resultado, fuera obra de algún mago tenebroso (una persona cualquiera no sería capaz de hacer aquello a otra) pero aquel dato no aportaba nada a aquella clase de nigromancia. Además, el anciano se había fijado en el tatuaje que la bruja tenía en el antebrazo izquierdo y el tema de bandos era lo que menos le interesaba en aquellos momentos.

 

Seguidamente, el arcano empezó a responder todas sus dudas. Incluso le dio más información de la esperada. La Malfoy escuchaba con los ojos abiertos como platos todas las palabras, intentando retener toda aquella valiosa información en su mente. Por un momento se sintió un poco decepcionada. Sabía que la nigromancia se pagaba con un alto precio pero no imaginaba cuánto… ella no quería perder ningún ojo, ¡qué diablos! Ningún ojo, ni nada. Sin embargo, por un ser querido… si, por un ser muy muy querido sacrificaría lo que fuera, sin lugar a dudas. Por suerte, podía contar aquellas personas con los dedos de una mano y hasta le sobraba algún dedo.

 

- Lo entiendo, en resumidas cuentas… para devolver a la vida a una persona que ha fallecido hay que saber por qué ha muerto, entender y reparar el daño, pero reparar este daño tiene un alto coste en quien usa la nigromancia para ello… ¿se podría llegar a perder parte del alma como pasa con el beso del dementor? ¿o solo en caso de abusar de la habilidad? – calló unos segundos, pensativa , tamborileando los dedos contra la camilla, impaciente, una y otra vez – entiendo cuando dice que no será un ejército que nos obedezca porque entiendo que al volver a la vida, la persona en cuestión volverá a ser quien era antes… ¿no? decidirá por si misma, seguirá viviendo...

 

Asumió toda aquella información y finalmente, con voz un tanto trémula, separándose de la camilla dijo:

 

- Si, estoy preparada.

 

Sabía de sobra que posiblemente el arcano le pusiera una prueba difícil, muy difícil. No le daría aquella habilidad fácilmente. La mortífaga empezaba a sentir gotas de sudor en la frente.

[Báleyr]

Feelicity parecía entender de a poco el verdadero significado o intención detrás de sus deseos. La comprensión que en esos momentos estaba alcanzando no la habría logrado sin la voluntad de querer aprender, de una mente abierta y preparada para ser desafiada. pero no quería adelantarse a los hechos, prefería no hacerse ideas anticipadas de lo que podía lograr cada una de las brujas y magos que se presentaban ante él, pues había visto también como hasta el más brillante fallaba.

 

Situándose a los pies de muerto el Nigromante la observó de manera inexpresiva, le había puesto una tarea y no estaba seguro de que la bruja lo hubiese escuchado, o quizás es que estaba dudando de sí misma. Tomó aire para volver a explicar lo que tenía que hacer.

 

— Yo seré quién decida si está lista o no, por lo pronto es necesario que reviva a su acompañante. Tenga en cuenta mis recomendaciones y todo lo que ha aprendido de él. Usted misma ha mencionado que la persona volverá a ser quién era antes, sucede lo mismo con el cuerpo, es por eso que aquellos que mueren en una explosión o que se encuentran descuartizados no son la mejor de las opciones para traer a la vida, pues podrías colocar un brazo que no pertenece y los resultados... —dejó la frase sin finalizar.

 

— El alma es energía y como tal se agota. Debes conocer tus propios límites y respetarlos, de no hacerlo, la locura aparece como una vieja amiga —hizo una pausa, para luego retomar: —¿Con quién le gustaría pasar mayor tiempo, señorita Malfoy? ¿Con los muertos o con los vivos? Piense en eso mientras trae a este hombre a la vida. Yo me quedaré aquí, vigilando.

[Patrick Colt]

Durante toda la interacción, el hombre había quedado perplejo tratando de entender por qué las artes de la Nigromancia que sabía cuando era Alto Rango en la Marca Tenebrosa no se parecían a la magia que encerraba ésta habilidad. Todo el tiempo estuvo pensando que aquello sería fácil de atravesar, no supondría esfuerzo alguno, pero pasaban los demás magos frente a sus ojos llevados por el Arcano a un lugar que el mortífago desconocía; por obvias razones, pues Patrick Colt había hecho de su estancia un internado: mudo, tenso y nada más.

 

Si no se pondría a prueba, iba a hacer de su participación un internado.

 

Después de largas horas frente al Arcano, con sus días y sus noches, movió la pierna derecha captando su atención. Esperaba poder ser ayudado a salir de su ensimismamiento, pues no le resultaría nada fácil traer a la vida a alguien que haya muerto; o peor aún, a alguien a quien haya asesinado.

 

Patrick Colt no era de aquellos seres complacientes, ni mucho menos bondadosos. Pero los Libros de Hechizos, Conocimientos y Habilidades estaban formando en él otro tipo de instintos.

[Felicity]

Vale, la jugada de intentar zafarse del resto de la clase y pasar a la prueba definitiva, no le había salido bien. Felicity suspiró profundamente. No quería revivir a aquel hombre. Si aquello significaba que su alma quedaría dañada tal y como le había dejado claro el maestro, no quería que fuera con un desconocido. Miró de manera compasiva al arcano pero desistió, nada podría hacer si este había decidido que demostrara que podía devolver a la vida a aquel hombre y que era digna de poseer una habilidad tan brillante como lo era la nigromancia.

 

Se volvió nuevamente al muerto que yacía completamente abierto sobre la camilla y se puso manos a la obra. No sin antes ponerse unos guantes de látex.

 

¿Y ahora qué? pensó para sus adentros. Piensa, Fee. Este hombre murió torturado. Tiene muy mal el cerebro, murió sufriendo... quizá, los nervios... tomó la varita y probó un episkey, sabiendo de antemano que aquello no funcionaría pero no perdía nada intentándolo. Finalmente posó las manos sobre la cabeza del desconocido y centró todas sus energías en sanar aquella zona. Un nudo apareció en su estómago, tan grande, tan duro que provocó que la tensión le bajara bastante rápido. Por un momento, creyó que iba a caer al suelo pero se recompuso rápido, apoyando el peso de su cuerpo en la camilla. Se secó el sudor de la frente y prosiguió, cerrando las partes que había abierto, sanando las heridas superficiales. Con satisfacción vio como las marcas de cuerda en el cuello y en las muñecas desaparecían y segundos más tarde las marcas de los pies. Se sentía cansada, bastante.

 

Al cabo de una hora solo le quedaba devolver el pulso al muerto. Claro, si no tenía es que no estaba vivo. El hombre tenía alguna que otra cicatriz a causa de la intervención de la mortífaga pero por lo demás el cuerpo había quedado bastante bien, al menos ella estaba bastante satisfecha. Aunque muy cansada, cada vez más.

 

- Creo... creo que en breve estará - anunció la Malfoy en voz alta sin mirar siquiera a su alrededor. Oía ruidos de otro aprendiz pero no hizo caso y siguió.

 

Posó ambas manos sobre el corazón muerto del hombre y cerró los ojos fuertemente. No escuchaba nada, solo el silencio y poco después, su pulso, su propio pulso. Eso debía de buscar en aquel desconocido. Pum pum... la mortífaga centró sus fuerzas aun más, buscando alguna señal de vida. Vamos.... presionó aun más sobre la zona del corazón y, cuando creía que iba a caer (esta vez sin lugar a dudas) un latido que no era el suyo la sobresalto, y abrió los ojos de golpe. Pero no solo ella lo hizo, el muerto también.

 

- PUM!!!!

 

Aquello no había sido el latido de nadie, sino un puñetazo de la mortífaga en la cara del recién revivido.

 

- Lo siento, me ha asustado - se disculpó, viendo que el arcano la miraba confundido - pero está vivo, solo que inconsciente. Y yo... yo no me encuentro muy bien, la verdad - se llevó una mano en la frente y se dejó caer. Alguien le hizo llegar una silla y acabó sentada en ella, con la respiración débil. Si algo tenía claro era que solo usaría aquella habilidad en casos extremos y no con cualquiera.

 

@Báleyr

[Báleyr]

Báleyr no veía con debilidad la indecisión de Felicity. Era importante que la joven aprendiz tuviera en cuenta las consecuencias que podría traer aprender algo tan difícil y peligroso como la Nigromancia. Podía desistir en cualquier momento y no la señalaría por ello. El Arcano se paseaba por la habitación pero casi no se sentía, no quería que la mujer sintiera que estaba en la necesidad de intervenir fuera cual fuese el resultado. No emitió ningún ruido de aprobación ni de desaprobación y hasta por un momento dio la impresión de que se había marchado.

Había un cuerpo que esperaba por Patrick y la actitud del hombre mostraba una mínima mejoría, quizás había comprendido que todo lo que creía saber sobre la Nigromancia era nada en comparación a si se decidía a aprender de verdad, dejando de lado la arrogancia mostrada desde el principio, él no tendría ningún problema en pedirle que se marchara, sin embargo, le daría otra oportunidad.

— Estoy seguro que tienes muchas cosas que probar, ¿y si empezamos por ahí? Demuéstrame qué tanto sabes averiguando el verdadero motivo de muerta de la mujer que yace en la camilla. Además, deberás identificar si tiene heridas internas y mientras lo haces —un ligero movimiento en su mano hizo aparecer, de manera literal, un grueso libro que sacó de debajo de la manga. Se trataba del Grimorio — Averigua el por qué es importante saberlo, además de que quiero que prestes especial atención a la página 79 y me hables un poco de ello.

 

A muy pocos pasos de allí, el latido del corazón de alguien que hacia tiempo no pertenecía a ese mundo llamó la atención del Arcano. Dejó a Patrick solo y se reencontró con Felicity, justo a tiempo para hacerle llegar una silla antes de que cayera al piso.

 

— Veo que entiende que no es fácil hacerlos volver. Ahora debe decidir si es prudente que se quede aquí, algunos están tan acostumbrados a la vida después de la muerte que al regresar se vuelven locos, no lo soportan. Y mientras lo piensa, tengo algo importante que preguntarle. ¿Se siente lista para seguir avanzando? Piénselo muy bien. ¿Cree poder con toda esta responsabilidad?

[Felicity]

Felicity miró al arcano, pensativa, sentada como estaba sobre la silla que había hecho aparecer para que no cayera al suelo. Su respiración se iba restableciendo por momentos. ¿Qué si podría con aquella responsabilidad? repitió para sus adentros ¡claro que podría¡ siempre y cuando usara aquella habilidad con alguien que le importara de verdad y no con una persona que le era indiferente (y más un desconocido). Lamentaba mucho, muchísimo, que la primera vez que lo hubiera intentado hubiera sido así pero no había tenido otra opción. ¿Qué podría haber hecho? ¿Traer un cadáver de alguien conocido...? se le cruzó un nombre en la mente pero negó en seguida, aquella persona en la que pensaba se merecía descansar.

 

- Si - asintió finalmente tras la breve pausa - no solo siento que puedo, sino que quiero. Y no se preocupe, no siempre se quiere devolver a alguien a este mundo para que tenga una vida tranquila, en ocasiones justo lo contrario - La mortífaga acabó aquella frase casi en un susurro.

 

Se puso en pie y alisó la túnica color berenjena, se deshizo de los guantes nuevamente y se ajustó la ceniza cabellera.

 

-¿Qué es lo que hay que hacer a continuación? - preguntó, con los ojos muy abiertos. Tras abrir un cadáver para volverlo a recomponer, la mortífaga se esperaba cualquier cosa aquel día. Intentó mirar sobre el hombro del arcano qué tiempo hacia fuera pero la mazmorra se veía oscura a lo lejos, tal cual como había llegado. El silencio de la sala solo era interrumpido por algunos movimientos de Patrick, que seguía en su mundo e incapaz de sumirse en los tips que aquella habilidad requería para demostrar que estabas preparado.

[Báleyr]

El Arcano no tenía dudas de la determinación de Felicity, por lo que no volvió a hacer la pregunta, pocas veces tenía aprendices como ella y de esos esperaba mucho más de lo que habían demostrado durante el proceso de aprendizaje, por ello la siguiente etapa tendría un grado diferente de dificultad, uno que pusiera a prueba otras habilidades más que revivir a los muertos. Dejó a Patrick solo con sus propios pensamientos, si lo necesitaba estaría ahí, aunque no por demasiado tiempo, necesitaba de él algo más que su presencia si es que deseaba continuar, de lo contrario lo mejor sería que volviera cuando se sintiera realmente preparado.

 

— Lo que haremos a continuación es que nos veremos en 3 días, ya le llegarán las indicaciones de en donde, aunque seguro estará familiarizada. El objetivo final es llegar a la pirámide, pero antes deberá pasar por una serie de pruebas que deberá superar. Le recomiendo que vaya preparada para lo inesperado, no tema salir de la zona de confort ni de ensuciarse las manos.

 

Aquellos fueron los últimos consejos previos al siguiente encuentro por parte de Báleyr, de momento no quería seguir llenándole la cabeza con más cosas, lo mejor sería que descansara y se olvidara por un momento de todo, su espíritu también merecía descansar.

 

— Nos vemos pronto, señorita Malfoy. Ya debe conocer la salida.

[Patrick Colt]

La oscuridad se apoderó completamente de la calle mientras él insistía en correr de manera desesperada. Tenía varios segundos en carrera, y por eso sentía que sus articulaciones rebosaban de energía, por lo que cualquier esfuerzo que hiciera, como el de virar la esquina para intentar perder la pista, le resultaba en una inyección de pura adrenalina.

 

Inhalaba y exhalaba de forma desordenada. No enfocaba su atención en cosas que funcionaban por inercia ya que tenía el pensamiento puesto en seguir alejándose hasta que fuese irreversible. Pero no parecía conseguirlo. Volteó para medir la distancia entre él y su depredador, pero podía ver sus colmillos casi que rozándole la nuca. Babeaba y gruñía, y daba la impresión que verle intentando huir le generaba una sensación de fragor que incrementaba su velocidad.

Patrick Colt había empuñado su varita, y en un intento por tomar todo el aire que pudo, se detuvo repentinamente colocando un Fortificum entre él y la bestia. El impacto contra el acero fue contundente, pero no perdió un segundo en darle forma al metal con un hechizo que logró animalizar la pared que inmediatamente lo apresó con unas prensas de cangrejo que tenían el tamaño de un adulto cada una. Sin embargo, no fueron suficientemente fuertes para sostenerlo pues las abrió, las apartó y una a una las destrozó.

 

Impresionado, dio dos pasos hacia atrás para seguir la carrera. No había nada mágicamente posible que lograra detenerlo. Lo vio saltar los restos de la pared hacia él, y el susto lo tumbó sobre su espalda. Estaba perdido y...

 

El sonido de la puerta del lugar al cerrarse lo trajo nuevamente a la realidad. Cualquier cosa que hubiese allí para el Arte Nigromántico había sido capaz de conectarlo con su pasado, que seguía siendo su presente y que formaba de alguna forma su futuro mientras sus misiones en el mundo de los vivos estuviesen vigentes. Y que si no cumplía ni siquiera podría ser salvado por el llamado del Morsmordre.

[Báleyr]

Báleyr se había marchado con la bruja para su prueba, pero pasadas unas horas ya estaba de vuelta en su vivienda. Allí había dejado a Patrick, a quién le estaba costando un poco encontrar al nigromante que estaba en él. El Arcano creía que no estaba utilizando todo su potencial, que de hecho estaba desperdiciando su tiempo, el de ambos, pero que siguiera ahí quizás era un indicio de los deseos del mago por mejorar, por aprender. Lo observó desde una esquina por un largo rato sin decir una palabra, mandarlo a hacer alguna actividad o siquiera a leer un poco en el Grimorio no había sido lo ideal, así que decidió empezar por algo más fácil: una conversación.

—¿Alguna vez has muerto? —guardó silencio, al cabo de unos segundos re-formuló la pregunta —¿Alguna vez has estado cerca de la muerte? ¿Qué has sentido? —. Báleyr pensaba que quién estaba consiente de lo que se sentía el morir podía entender el significado de la muerte en sí, era necesario que Patrick pasara por ese proceso para poder comprender el arte Nigromántico, de lo contrario sus intentos quedarían en solo eso, intentos sin resultado. Cuando intentas traer una persona a la vida no solo estás haciendo algo que para muchos es una aberración, sino que la estás forzando a revivir la experiencia previa a su muerte, los recuerdos, lo que sintieron. Algunos no se sienten contentos de regresar, otros no se quieren marchar, un Nigromante tiene que entender las verdaderas consecuencias de lo que hace y aceptarlas.

—¿Qué sentiste cuando mataste a alguien la primera vez? ¿Cómo se compara esa primera vez a la última? —. No era una acusación, como Arcano estaba acostumbrado a tratar con asesinos, pero no era su trabajo emitir un juicio contra ninguno de ellos. Cuando una persona abandona (hablando del cuerpo) la vida terrenal, no siempre su espíritu lo acompaña, existen almas que quedan vagando, espíritus quiénes sienten que aun tienen pendientes que resolver, otros simplemente prefieren permanecer allí por gusto, ayudando a las personas o atormentándolas.