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Oclumancia


Aailyah Sauda
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@@Aailyah Sauda se había quedado callada, con los ojos entrecerrados y Cye se preguntaba ¿Qué estaría pensando? ¿Qué le podía ser esquivo a un ser con tanto poder? Se distrajo en sus pensamientos de modo que no escucho la charla entre el Gryffindor y la arcana o quizás eso quería ella. El asunto fue que su mente divago sobre la pregunta que al inicio le había hecho. Sus razones para desarrollar la habilidad eran muy personales, aunque empezó a cuestionarse si la mujer frente a ella no las sabría ya.

 

Las orbes celestes de la Lockhart la escudriñaron por un momento como si la respuesta estuviera en su mentora y no en sí misma, luego cerró los ojos aceptando que la arcana era una muralla, así debía ser ella, o pretendía serlo. Ahora más que nunca tenía que lograrlo, había tanto en juego... Era fenixiana, con conocimiento de compañeros y tantas cosas, era medimago al servicio de los miembros de la Orden, paradójicamente estaba casada con un mago al que muchos señalaban ahora como traidor, ósea mortifago, aunque no lo dijeran con todas sus letras, era una situación muy, muy peligrosa. No quería exponer al bando, pero tampoco quería dañar al hombre que era su esposo y padre de su hijo, no quería dudar de él, no quería tantas cosas... así que si lograba el domino sobre su mente, no solo se mantenía a salvo a si misma sino a muchos otros.

 

Aspiro una gran bocanada de aire para responder luego de las palabras de @@Bodrik a Saka --Deseo que sea mi mentora porque es usted quien tiene mayor conocimiento de esta habilidad, porque soy imperfecta y necesito lograrlo...-- las palabras aunque estaban saliendo sin esfuerzo, estaban cargadas de verdad y nacidas del corazón y su propia necesidad --Yo no deseo cualquier gloria que esto proporcione, sino la paz y el poder para bien que de ello derive-- por un momento busco en su mente las palabras correctas para luego añadir --Estoy en una encrucijada peligrosísima-- a esas alturas tanto @[member=Thomas E. Gryffindor* como su propia nieta debían imaginarse más o menos a que se refería.

 

--Dominar mi mente y tener el poder de poner pensamientos harían la diferencia entre la vida y la muerte, y yo-- bajo la mirada, no por vergüenza de sus sentimientos, sino por temor a revelar de más --Prefiero honrar la vida en todas sus formas, por eso la necesito a usted, a su sabiduría, por favor guíeme, oriénteme, enséñeme-- la última palabra salió temblorosa debido a la emoción que no pudo ocultar, sintió que no era necesario revelar su condición de sacerdotisa, ya la tanzana debía haberlo adivinado por lo que su mente en manos inapropiadas podía convertirse en un festín, se mordió el labio inferior y espero algún tipo de reacción.

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  • 2 semanas más tarde...

La arcana, advirtiendo que por un momento las respuestas tuvieron bastante similitud, decidió concentrarse primero en Bodrik, aunque sin permitir que la aspirante lo notara. A pesar de que no era una Legilimante (o, por lo menos, no una tan hábil o reconocida como la arcana Pereira), sus poderes especiales no se limitaban a la envidiable forma y facilidad con que cerraba su mente ante cualquiera, sin dejarse doblegar jamás; era, desde que tenía uso de razón, una bruja muy empática. Todavía siendo una centenaria, no estaba completamente segura de si esa habilidad tenía algo de mágica... o de si era algo inconsciente. Lo cierto es que siempre le habían interesado mucho los sentimientos de las personas, y por eso prestaba atención antes de actuar y hablar, para no lastimar. Si ahora estaba tratando de ponerse en sincronía con la jovensísima bruja, no era por desconfianza, sino por un honesto y bienintencionado interés. De verdad le interesaban sus motivos para estar ahí.

 

La muchacha no parecía sentir mucho más de lo que decía. A primera "vista", parecía que simplemente quería dominar la habilidad, y ya. Pero, ¿por qué? Si no es un don nato, si es algo en lo que tiene que esforzarse tanto, durante tanto tiempo, ¿no hay algún motivo? Pero luego de unos momentos, se dijo que quizás le estaba dando muchas vueltas al asunto. Ella parecía muy joven, y sus emociones lo parecían todavía más. A veces, los jóvenes querían por querer. ¿O ya lo había olvidado?

 

Sin dejarse llevar por la cadena de pensamientos, decidió ahora prestar atención a Cye. Sabía que era mayor que la otra bruja, aunque aún así era una jovencilla, en comparación con ella misma. Sin embargo, además de su apariencia, percibía más madurez en sus pensamientos. Y más precavida. Sauda podía percibir la cautela con la que hablaba, la manera en que trataba de ocultarse, aunque fuera a simple vista. No mentía... pero había algo más, algo que quería cuidar. Secretos. Aunque Sauda nunca había tratado mucho a Rosalia Pereira, se aventuraba a pensar que la arcana de Legilimancia se habría ofendido con el "atrevimiento" de intentar ocultar algo, luego de una pregunta directa. Pero sí que habría sido irónico que la Oclumaga más conocida de ese lugar, en aquel entonces, lo hiciera. Ella más que nadie, debía comprender la necesidad de guardarse ciertas cosas... a pesar de que tuviera el presentimiento, por toda su experiencia en ese mismo salón, de que pronto todo quedaría expuesto.

 

—Bien.

 

Ya estaba acostumbrada a que la tacharan de tímida, incluso de asocial; aquella era siempre la primera impresión, después de todo. A decir verdad no tenía mucho qué decir, por lo menos nada que fuera útil de momento. Con que Bodrik y Cye supieran que habían sido escuchadas, entendidas y aceptadas, bastaba y sobraba.

 

La voz de Thomas hace que Aaliyah desvíe su atención, por un momento, de las brujas. No lo había olvidado; simplemente, había preferido dejarlo solo, mientras ordenaba sus pensamientos y sentimientos. Aunque se interesaba por la forma en que se sentía, decidió que lo mejor sería dejarlo como algo privado, de modo que se abstuvo de interpretar y contagiarse de sus emociones; con tan sólo ver la serenidad en su rostro, en sus ojos, la arcana se convencía de que todo estaba bien.

 

—Has trabajado muy duro, Elros —musitó la arcana, sin dejar de sonreír, pero tampoco dejando que aquel gesto fuera sencillo de interpretar. Sabía que para un muchacho joven como él, percibir el orgullo le haría confiarse, y en la prueba del Portal de las Siete Puertas era lo más insensato que podía hacerse—. Mereces un descanso. ¿Por qué no te tomas el rostro del día y regresas en la noche? —sabía que aquella no era su primera vez siendo entrenado por un arcano, de modo que confiaba en que Thomas entendería que se refería a que, esa misma noche, se enfrentaría a la prueba— Es decir, si te sientes preparado para dejar el salón.

 

Mientras esperaba por la respuesta del mago, decidió que lo mejor sería comenzar oficialmente con el entrenamiento de Cye y Bodrik. Aunque no habían hablado mucho entre ellas, sentía la conexión entre ellas. Eran familia. Sauda no sabía si eso haría las cosas más fáciles... o todo lo contrario.

 

—Me gustaría saber qué tanto saben acerca de la Oclumancia —les dijo—. Sé que quizás quieren un entrenamiento con más "acción", pero considero importante que tengan en claro qué es lo que pueden aprender aquí... y lo que no. Mientras charlamos, ¿quieren un poco de té?

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<<¿Imperfección?>> pensó el Gryffindor tan pronto como la Lockhart culminó su respuesta acerca del porqué deseaba orientar la habilidad de la mano de Aailyah; palabras sinceras que tenían mucho de cierto, pues los seres humanos de por sí son organismos "no completos", pese a que la rubia fuese una sacerdotisa. -Tranquila, Cye... Saka sabrá guiar tus pasos de la mejor manera posible. Sólo déjate llevar... y deja que el poder que reside en ti, florezca y consiga su apogeo... Es lo único que te deseo, tanto a ti como a Bodrik- expresó Elros una vez que terminó de comer la manzana roja que había sacado de la fuente de greda; dejando solamente el centro de ésta con las semillas, las que servirían para plantar otro árbol en el patio exterior de la Universidad. El adolescente amaba la vida, y como paladín sentía que todo lo que le rodeaba estaba conformado de energía, al igual que la mente. Era por eso que él trataba de dar continuidad a todo ciclo de vida que fuese interrumpido artificialmente por la mano del hombre; y el haber cogido aquel fruto de tu mata, era algo que debía recompensarse con el nacimiento de un nuevo ejemplar. -Eso creo, maestra... Ha sido un camino muy próspero, pero que también ha tenido que ser trazado con esfuerzo y una "no despreciable" cuota de perseverancia innata en los descendientes de Godric- comenzó platicando el fenixiano de ojos colmados de orgullo por su antepasado y línea sanguínea directa. -Muchas gracias... Creo que dormir un tanto en mi cuarto... sentir el vaivén del viento con un zumo de naranjas en mis manos... será lo mejor que puedo pedirle a la vida antes de enfrentarme a mi reto definitivo. Ya ha amanecido... y nuestra pasada noche fue muy ajetreada en el bosque que rodea a su morada, Sauda- agregó sonriendo tras recordar su travesía en busca de la flora y fauna que componía cada rincón de aquel frondoso y húmedo sitio. -Muy bien... entonces las dejaré solas- suspiró.


-Boo... Querida Cye... que tengan un excelente aprendizaje. Nunca olviden las palabras que nuestra maestra les diga o dedique, pues siempre tienen una razón muy arraigada en la verdad. Eso les ayudará en su peregrinar hasta que sus espíritus les transmitan que ya están listas... Y usted, Saka... Nos vemos en la noche, cerca de las diez estaré en los límites del lago que está en el centro del Ateneo- platicó el muchacho pelirrojo, aproximando su andar hasta el lugar donde descansaban las tres mujeres sobre las almohadas, con tal de tenderles la diestra con caballerosidad y besar los dorsos de éstas como tal galán a la antigua. -Cuídense... Hasta pronto- se despidió con aquella frase, justo antes de cruzar el umbral del despacho de la Arcana de la Oclumancia; a sabiendas de que la próxima vez que sus esmeraldas vieran a las perlas azabaches de la tanzana sería en la Pirámide ancestral de la isla que le aguardaba el portal y su vínculo con el anillo de prueba que yacería en uno de sus dedos si lograba sortear los obstáculos.

Editado por Thomas E. Gryffindor
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La arcana debía ser empática, y también muy reservada, bueno con sus habilidades, seguro que lo que menos necesitaba eran las palabras, Cye sentía como era observada y también como su nieta lo era. No podía negar que un cosquilleo nervioso recorría su espina dorsal, hasta ahora ninguna de las dos habilidades que había tomado resultaron fáciles, y está seguro no sería la excepción, pero había algo distinto, único, un inminente peligro sin ser peligro. Se sentía más expuesta, tendría que ver con que su mente podría en determinado momento llegar a ser un libro abierto para aquella desconocida.

 

La pregunta sobre que sabían acerca de la Oclumancia la sorprendió, pero era natural que quisiera saber desde donde partir. Aunque la verdad la Lockhart lo quería todo, si todo, quería absorber cual esponja todo lo que Sauda pudiera enseñarle. Sus conocimientos o control eran parte de su entrenamiento sacerdotal, pero no de una habilidad instruida, así que no solo quería reforzar, sino aprender desde cero, si es que esto era posible.

 

--Si, gracias, me encanta el té-- dijo con humildad a pesar de que en su bolsito reposaba un par de bolsitas con mezclas exuberantes y exclusivas de su casa de té, que con gusto le hubiera ofrecido a la arcana, pero seguro que ella dispondría de algo tan rico o más novedoso. Luego expreso. --Yo no podría decir que se nada de la Oclumancia y me gustaría acceder tanto al conocimiento práctico como a la teoría que le antecede-- la miro directo a los ojos

 

--Digamos que soy materia dispuesta o un libro en blanco, como prefiera usted.-- puntualizo y como si Thomas leyera sus pensamientos ¿podía? Le obsequio palabras que la animaban a dejarse por completo en las manos de la sabia arcana. --¿Pasada noche?-- miro a Saka y luego al Gryffindor --Yo no puedo quedarme toda la noche yo…-- no es que no quisiera, o bueno no quería, pero no por floja o miedo, aunque su cara estaba tan pálida como un papel --Yo soy madre, un bebito de pocas semanas me espera-- las mejillas tomaron un poco de color ante la confesión --debo alimentarlo-- aunque no sentía pena con Thomas, el único mago en la sala, pues él conocía los secretos de la maternidad…

 

Amm no exactamente como ella, pero si como anterior medimago a sabiendas de la anatomía femenina y masculina y de los procesos cambiantes de la misma. Igual todos entendían lo que quería decir y no dijo. El caso es que no quería apresurar a la arcana pero sí que supiera que le esperaban en casa, alguien a quien el tiempo transcurría entre sueños, mimos y el reloj biológico del apetito.

 

Pero Thomas pronto las abandono, su paso por aquel lugar ya había cumplido su cometido, y solo quedaba en la memoria de Cye el eco de sus palabras a modo de consejo y la sesacion del rose en su mano cuando se despido. Entonces era Sauda la que debía responderle sobre que tan larga seria la clase.

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Luego de despedirse de Thomas, se volvió hacia Cye.

 

―No te preocupes ―respondió, con una sonrisa tranquilizadora―. Yo también tengo que dedicarle tiempo a mi familia ―añadió, y aunque su rostro era inescrutable, decir eso en voz alta hacía que viejas heridas palpitaran dolorosamente. Ella ya no podía estar con sus padres ni las demás personas de la tribu, de la misma forma en que las brujas frente a ella; el tiempo que les dedicaba, consistía en los rituales que realizaba en su morada, las oraciones que recitaba y las velas que encendía y el incienso que quemaba en su honor. Sin embargo, no podía restarle importancia a esas ceremonias, pues era lo único de ellos que le quedaba, además de los recuerdos―. Si te dedicas... si ambas se dedican de verdad, podrán irse de aquí antes de que el sol de ponga.

 

Bodrik todavía no hacía su aportación, pero la arcana no quería esperar más; además suponía que su silencio se debía a las mismas razones de la otra mujer, que la muchacha en realidad estaba esperando sus palabras.

 

―La Oclumancia es una disciplina, que consiste en proteger los pensamientos propios, e incluso emociones y sentimientos, de aquellos pueden invadir nuestras mentes. Es la contraparte de la Legilimancia.

 

>>Si han escuchado hablar de la Oclumancia, seguramente han escuchado del hechizo oclumens. Con él se activa la habilidad, para protegerse de una invasión directa, como lo sería el uso del hechizo legeremens. Sin embargo, algo de lo que pocos son conscientes (aunque en realidad, es bastante obvio), es que la Oclumancia también tiene otra forma de ejercerse, un tanto más pasiva. Cuando dominas esta disciplina, eres capaz de cerrar tu mente y mantener, por así decirlo, sus defensas en alto, incluso sin darte cuenta de ello. Puedes evitar que un Legilimante escuche pensamientos superficiales, o sepa cómo se sientes. Existen otros casos donde la Oclumancia es útil, pero eso lo estudiaremos más adelante; de momento, quiero que entiendan estos dos lados que tiene.

 

>>Espero que se haya entendido la idea. Si tienen dudas, díganmelo, por favor. Sin embargo, no vamos sólo a platicar; me gustaría que, a la par de la teoría, desarrollemos la práctica.

 

Sin ponerse de pie, la arcana toma su vara de cristal con ambas manos y le dedica una mirada a cada una de las aprendices.

 

―No se asusten, ni se pongan nerviosas. Lo más importante es mantener la calma. Ahora, yo no soy una experta Legilimante, pero puedo usar la habilidad lo suficiente como para ayudarlas a desarrollar la Oclumancia. Lo hermoso de esta habilidad, es que a veces es nata, pero otras veces puede adquirirse... como, supongo, es el caso de ustedes.

 

>>Voy a entrar en sus mentes. Y no se acostumbren a que se los avise. Otro detalle, es que siempre hay que estar listo para un ataque. Traten de expulsarme, y no permitirme volver a entrar.

 

Sin empuñar con mucha fuerza su vara de cristal, fija la mirada primero en Bodrik y luego en Cye, musitando el legeremens en ambas ocasiones, invadiendo gentilmente la capa más externa de pensamientos.

 

@ @Bodrik

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Las palabras de @@Aailyah Sauda le sacaron una sonrisa, el hecho de que hiciera mención de su familia la hacía un poquito más humana, o más cercana a las sensaciones y sentimiento de los mortales comunes, por alguna razón Cye había idealizado a los arcanos, olvidando que muchos sencillamente eran como ellos, con la diferencia de muchos años en sus haberes y la distancia que seguramente había al tener que ejercer la arcanatura en la Universidad.

 

Pronto entraron en materia, lo primero fue entender que era la Oclumancia y si, ella había escuchado del hechizo aunque nunca lo había puesto en práctica, tal vez porque nunca se había sentido en peligro o porque no conocía a ciencia cierta su poder. Pero ahora no olvidaría jamás aquella frase que era más que eso Oclumens vio como sus manos aferraban aquella vara de cristal que era una extensión de su propia magia y supo que la práctica no estaba lejos.

 

--Quieres decir que ¿entrara en nuestra mentes?-- pregunto dándole una fugaz mirada a su nieta para luego fijar las orbes en Sauda y ella de inmediato escucho el aviso, aunque un poco tarde, la idea era resistir la invasión y levantar una barrera protectora en su mente, estaba desconcentrada y esta vez no utilizaría la meditación sacerdotal, sino que debía perfeccionarse con las indicaciones que la arcana le brindara. Calma esa era una de las claves, se repitió a si misma cuando una ligera presión la obligo a arrugar el entrecejo. Aspiro con fuerza y se acomodo en el cojín, ladeando un poco la cabeza hacia la derecha y luego hacia la izquierda en la búsqueda de comodidad o más bien de un estado de tranquilidad y silencio que ahora mismo no conseguía.

 

La habitación de pronto se volvió más bulliciosa o ella más consiente de todo, quizás por su intento de precisamente aislarse, pero tenía que lograrlo sin la habitual soledad en derredor. Por ahora la ventana abierta dejaba colar la brisa que traía consigo su murmullo constante, que a la vez movía las hojas de las plantas quienes en su leguaje verde también emitían un sonido casi mínimo pero a Cye le parecía a voces. Incluso la respiración de Bodrik a su lado era más fuerte y constante, al punto que ella misma estaba respirando a su mismo ritmo. Oportuno o no trataba de ignorar los sonidos emitidos por Saka.

 

A pesar de su esfuerzo la bruja había podido hurgar en su mente, sino porque ciertos recuerdos venia a ella cuando los hacía olvidados o muy enterrados. Y no es que tuviera nada que ocultar, excepto cosas de su niñez, cuando había estado fuera de casa, la crueldad de los muggles que no entendían porque iba a estudiar tan lejos de casa, o la de las propias monjas que a sabiendas de que sus padres no aparecerían de un momento a otro castigaban a la niña por lo que consideraban maldades, cuando en realidad era su propia magia intentando salir y expresarse.

 

Recuerdos de su juventud solitaria, pero exploradora, de sus encuentros añorados con Gilderoy Lockhart cada navidad y cada cumpleaños. Y luego la libertad infinita de no tener que rendirle cuentas a nadie cuando ya salió del colegio y Paris entera con sus edificios y campiñas, con sus museos e iglesias fue la tierra del descubrimiento que la inspiro para ir más allá en busca de su sacerdocio. Pero lo siguiente que vio tenía que ver con su madre, más bien con su abuelo aquel Malfoy que había renegado de ella y la había despedido de la mansión familiar como

 

Cye pensó --Oclumens-- no, no, no, ese recuerdo era tan dañino como una daga, nadie, nadie sabía que su madre era una descendiente Malfoy, odiaba el apellido por lo vivido y no recordaba haber vuelto a poner un pie en alguna propiedad relacionada. El dolor o el resentimiento, el coraje o lo que fuera que destilaba aquel goteo amargo en su alma la hizo levantar por fin la barrera, aunque quien sabe si sería lo suficientemente fuerte para sacar a la arcana de su mente.

 

@@Aailyah Sauda

Editado por Cye Lockhart
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La habitación permaneció en silencio durante algunos minutos mientras la arcana meditaba, pero pronto la situación comenzó a cambiar haciendo sentir a Bodrik un poco inquieta pues obviamente la mujer estaba derribando cualquier tipo de barrera que a jovencita pudiese poseer como protección de sus propios pensamientos pese a que no tener mucho que ocultar más que los secretos del su bando, que por supuesto era un grupo clandestino y la razón principal de querer ocultar sus recuerdos de cualquier mago oscuro que intentara entrar en su mente.

Años atrás cuando las cárceles de los bandos estaban activas la pequeña paladín se vio encarcelada en tres oportunidades y fue al verse envuelta en semejante inconveniente cuando afianzó la necesidad de aprender a proteger sus propios pensamientos que ayudaran a la pequeña Lockhart en esos agotadores interrogatorios que los Mortifagos acostumbraban hacer contra cualquier rehén.

En ese momento que su abuela Cye quien rompió el silencio y comenzó a hablar cuando la Sauda realizó una importante pegunta para evaluar sus conocimientos cerca de la materia. Bodrik había leído un poco acerca de tal conocimiento en la biblioteca del castillo Lockhart donde sus abuelos mantenían una gran cantidad de ejemplares de libros de magia , pero también unos de los muggles, pero era en los libros de magia donde la joven Fenixiana encontró el termino cuando todavía estaba estudiando en el colegio Hogwarts y desde aquel entonces estaba interesada en aprender aquella habilidad, pero no fue hasta caer en la cárcel mortifaga cuando vio la necesidad de cumplir con aquel deseo.

-Gracias Thomas- atinó a decir cuando el joven de cabello rojo se despidió de ellas y le sonrió tímidamente y luego se concentró en la clase nuevamente mientras aun Cye respondía los cuestionamientos de la arcana y a la pregunta sobre el Té también respondió positivamente –Me encantaría – dijo mirando esta vez a los ojos de la arcana.

Ahora ambas mujeres hablaban sobre su maternidad y aunque Bodrik aún no tenía hijos entendía perfectamente los sentimientos de Cye hacia Eirian pues ella misma estaba liada al rubio bebe y se preocupaba por el pequeño Thonks aunque sabía que no podía compararse a la preocupación de un madre.

De pronto se dio cuenta que estuvo ensimismada en sus pensamientos demasiado tiempo y cuando escuchó a la exótica mujer hablar sobre el hechizo que activa la Oclumancia, su interés regresó de nuevo la explicación de Sauda( no que no estuviera interesada, sino que había estado absorta en sus pensamientos) y cuando su abuela volvió a hablar ella estaba por responder – estará en mi mente – susurró al escuchar la explicación de la Arcana y entonces su mente comenzó a viajar en dirección al castillo Lockhart en la época en que su padre llevaba en brazos a un pequeña bebita recién nacida hija de un vampiro y una humana ( que había sobrevivido únicamente por la ayuda de su madre Demonio), este sería el principio de su crecimiento acelerado y su entrenamiento para evitar que dañara a los humanos ( una vida alejada de su propia madre Mortifaga) . Nadie conocía su relación con la familia Malfoy, con los Mortifagos y menos con los demonios (enemigos naturales de los paladines).

-Oclumens – pensó tratado de alejar sus pensamientos. No quería recordar ese primer día cuando conoció a Aleera (su abuela Materna) y esta intentó asesinarla.

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Percibió del lado de Cye que esas imágenes que estaba viendo causaban una gran conmoción en la mujer, la prisa por conseguir expulsar a la Arcana de sus pensamientos fue inusitada pero con resultado positivo solo hacia el final. La información que sus recuerdos le brindaban eran personales y por ende, Sauda no los compartiría con nadie, ni siquiera con Bodrik estando presente. Su trabajo no era juzgar a las personas, sino ayudarles y darles las herramientas para convertirse en magos Oclumánticos. Ahora, quedaría trabajar un poco más para que la forma se volviera más pulcra.

―¿Estás bien, querida? ―Preguntó a Cye, quien aún no borraba de su rostro los rastros de estupor. ―Te vendrá bien algo de té, ten, bébelo. ―Dirigió la vara de cristal hasta donde reposaba un tetera de bronce y un pequeño juego de tazas, y con un movimiento de la muñeca preparó todo para luego posarlo frente a ella. ―No lo has hecho mal para ser la primera vez, supongo, que expulsas a alguien de tu mente, solo necesitas practicar más, concentrarse y hacer un muro frente a tus pensamientos.

Le dedicó un sonrisa para infundir algo de ánimo. No sería ni la primera ni la última persona en tener conflictos con sus raíces solo quedaba en ella el saber como luchar contra sus propios demonios, aunque, estaba segura que en la actualidad no significaba un tema más que cuando se lo recordaban; como en esta ocasión.

Bodrik le permitió ingresar menos pues, al parecer, atacó primero una fibra sensible de sus recuerdos. También estaba ligado a temas familiares (como con la mayoría de la gente) pero aparecía algo más, algo ligado con las vastas especies que pululan por la tierra y que se entremezclan con las personas. Su mente no creo una cortina inmediata al conjurar el Oclumens pero tampoco Aailyah logró avanzar más allá, es como si estuviese pegada repitiendo una misma escena. El apellido que generaba tormento se repetía en esta historia como en la anterior. ¿Tan malo era este origen? Alguna vez conoció a alguien orgulloso de que ese fuera su origen.

―Tu reacción a sido bastante rápida, debo reconocer. ―Dijo esta vez, dirigiéndose a Bodrik. ―Me ha sorprendido de alguna manera que lograras centrar todo en solo un recuerdo, pero no olvides que un Legelimago no dudará en ahondar más profundo en tu cabeza, y la barrera tendrá que ser mucho más fuerte. Yo apenas he logrado tocar la parte más superficial. ―Aclaró. Su deseo tampoco era mortificarlas con lo que ahora sabía. Movió la vara de cristal para servir también un té de especias a la joven.

>>Creo que podemos avanzar por un buen camino. El arte de la Oclumancia tiene algunas aristas más, así que espero que eso no las ponga demasiado nerviosas. Beban su té con calma para reponerse de esta primera experiencia y luego encuentrenme fuera de la casa, tómense en tiempo que consideren necesario.

Apresó su bastón con la mano diestra y luego salió por la puerta, aunque su intención era también otra. Mientras bebían su té ella impondría un par de imágenes en sus mentes, distintas, confusas y aleatorias en busca de confundir sus objetivos de la lección. A eso se refería con que no solo servía para protegerse de un ataque directo sino que debían estar alertas en todo momento.

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Temblaba luego del levantamiento de la barrera que efectivamente había sacado a @@Aailyah Sauda de su mente, y lo sabía porque los recuerdos cesaron, ese en particular que estaba casi desterrado. Aspiro con fuerza un aire que de pronto no le pareció tan puro como antes, y fue entonces cuando escucho que la Oclumante preguntaba si se encontraba bien, “si, pero estaría mejor si no se metiera en mi cabeza sin avisar” claro que su boca no lo dijo, quizás sus orbes dieron un atisbo del pensamiento porque centellearon por un segundo o dos, así que se limito a asentir con la cabeza.

 

--Gracias-- dijo cuando la taza llego a sus manos, de inmediato le dio un sorbito, estaba bueno, le faltaba más dulce o era ella la que necesitaba endulzarse después de aquello que comprendía era solo el comienzo y una pequeñita muestra de lo que otros, ya versados y con malas intensiones podían hacer, las palabras de la arcana se lo confirmaron, aunque también le aconsejaban mayor practica y concentración.

 

Fue entonces que se dio el tiempo de mirar a su nieta @Bodrik, ella parecía estar bien, y según la experto lo había conseguido en menor tiempo, cosa que le alegro, siempre, siempre se alegraría de los logros y triunfos de la pelinegra que era uno de sus mayores tesoros. Paso la tasa a la mano contraria de donde se encontraba la sanadora sentada y poso su mano sobre la de ella, dándole una palmadita antes de retirarla cuando vio que a ella también le ofrecía un té.

 

--Creo que no es tan fácil y simple como pensé-- dijo mientras la arcana se levantaba y abandonaba la habitación, les había comunicado que estaría afuera esperándolas, pero no las apresuro. --Es extraño que alguien te jurungue la mente-- dijo con gesto cómico, medio en broma, medio en serio. Le dio dos sorbos más a su taza y se acabo el contenido, levantándose para dejarlo al lado de la tetera, luego se giro de cara a la ventana para llenar sus pulmones de aire nuevamente

 

--Pero me alegra que sea junto a ti que haga todo esto-- le sonrió pidiéndole la taza para ponerla en su lugar, presumiendo que ya había terminado --Sera mejor que veamos que nos tiene reservado Saka--

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No había planeado expulsar de manera tan brusca a su maestra, pero el simple recuerdo de su Aleera transformada en ese demonio atacándola como si se tratara de una bestia aberrante, toco lo más profundo de su mente esa que le repetía a si misma que era un ser antinatural. Nacida de una madre humana y un padre Vampiro (que le enseño a amar a los humanos sin importar su raza y mucho menos si se trataba de Muggles), pero por increíble que parezca fue precisamente su familia Paterna quienes le brandaron el amor y comprensión que ella como Semivampiro no podría obtener de nadie.

Pese al corto tiempo que duro su recuerdo el cansancio físico invadió su ser como si un enorme animal le hubiese pasado por encima y cuando estuvo lucida de nuevo se vio observada de cerca por Saka como si esta estuviese tratando de entenderla mejor (ni ella misma lo hacía)- Es ese breve momento lo que me hace detener – respondió refiriéndose al momento en que Aleera le vio por primera vez con una mirada asesina. Algo que no era tan fácil de borrar y debía controlarlo pues de lo contrario podría ser un arma de tortura tal como le sugería la Arcana.

Tomó la tasa que Sauda le ofrecía y de inmediato intentó dar un pequeño sorbo y Lugo de ver a su maestra ponerse de pie no pudo evitar sentirse un poco abrumada. A decir verdad el camino que les esperaba para conseguir una barrera fuerte e infalible sería un viaje de toda la vida, pero estaba dispuesta a seguir el entrenamiento y entonces volvió a mirar a Cye quien también bebía su Te con la misma mirada inquieta y nerviosa que Bodrik detectaba en sí misma.

Nada fácil- concordó con su abuela después de ver como la arcana finalmente alcanzaba la salida de la habitación.- No tenía idea de lo aterrada que había estado el día que conocí a mi familia Materna- agregó haciendo una mueca – Creo que mi mayor temor es el rechazo, sobre todo si se trata de mi propia familia – agregó mirando con cariño a Cye quien siempre le apoyaba y mimaba como a una niñita, pero debía admitir que eso la hacía muy feliz .

Poco a poco terminó su té hasta que con amabilidad la Rubia matriarca Lockhart se ofreció para dejar la tasa en su puesto .Saka se había levantado para esperarlas en las afueras de la oficina, claro está que no las apuraba a salir – para mí no hay una mejor compañera de viaje que tú abuela ,nadie me comprende como tú – le dijo con una tierna mirada y se puso de pie- De acuerdo, no me dejes sola – susurró acercándose a ella, pero entonces una imagen vino a su cabeza.

@ Lockhar

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