Jump to content

Legilimancia


Rosália Pereira
 Compartir

Publicaciones recomendadas

La mujer pareció estupefacta ante la presencia del Weasley, dado que a pesar de que transcurrieron algunos segundos, ella no le contestó. Nathan, mientras tanto, se dedicó a pasear la vista y contemplar la magnificencia del hogar de la Arcana, que estaba decorado de forma tal que parecía fundirse con la naturaleza en una única pieza. Sólo en ese momento fue consciente de lo limpio que se sentía el aire a través de sus pulmones y del cantar de varias aves que llegaba desde alguna parte del bosque aledaño a la casa. Aquella mujer era verdaderamente amante de la naturaleza.

 

De repente, y arrebatando toda su concentración, el ruido de un chasquido a unos metros de él le arrebató la concentración. Antes de que pudiera hacer o decir algo, escuchó una voz femenina y acto seguido un centenar de hojas se materializaron de la nada y detrás de ellas, dispuestas temporalmente a modo de cortina, apareció una mujer quien Nathan no tuvo más remedio que asumir era la Arcana. El fenixiano trató de ocultar su sorpresa dado el contraste de aquella mujer con quien había sido su última arcana, Suluk Akku, cuya apariencia frágil resaltaba desde lejos, pero estaba seguro de que su semblante había delatado su sorpresa.

 

Rosália tenía la pinta de una mujer mucho más joven: con una contextura esbelta, un cabello y unos rasgos faciales que condecían con tal afirmación. El Weasley no pudo más que contemplar sus orbes ámbares antes de ponerse a pensar en lo que la mujer les había dicho previa semejante aparición.

 

- ¿Quiénes son? ¿Qué hacen aquí? ¿Qué quieren?

 

Nathan estaba a punto de contestar por mero reflejo, explicando a la mujer su propia presencia en aquellos lares y dando pie a la mujer que lo acompañaba para que hiciese lo mismo, hasta que se le ocurrió una idea en el fondo de su mente.

 

- Si usted es quien yo creo, será capaz de obtener esos datos sin que yo me de cuenta. Está todo aquí. - dijo el Weasley, tocándose con su dedo índice su cabeza a la altura de la frente, apuntando a su cerebro.

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Rosália negó levemente con su cabeza. Estaba cansada de que creyeran que tenía que saber todo. Lo sabía, de eso no tenía duda, pero las personas no hacían nada para disimular aquello, y los magos de ése pueblo no parecía que contradijeran sus criterios. Aún así se mantuvo sin decir nada, con la mirada hacia el joven que esperaba que dijera algo más. Y Rosália podía explayarse todo lo que quisiera, era su clase de todas maneras.

 

~¡Claro que soy quien usted cree, señor Weasley! Y también se quien es usted. Conozco sobre su enfermedad. Sobre sus temores y sobre sus amores. Sobre la mancha en el pecho que le duele como mil demonios queriéndose meter dentro suyo. Pero me gusta escucharlo con las palabras de los demás. ¿Saben una cosa? A veces la Legilimancia es un poco abrumadora~

 

Les dirigió una especie de media sonrisa y se dio la vuelta, mirando por segunda vez las aguas claras. Sobre su costado izquierdo, caían algunas ramas de un árbol demasiado verde. Pero le faltaban colores, un poco de vida. Solo bastó para tocarlo con un dedo, para que desde el medio, explotando hacia la punta de las ramas, varias flores rojizas, anaranjadas y amarillezcas lo decoraban como si fueran manchas de fuego, pero que no quemaban. La brisa se inundó con un agradable olor dulce.

 

~Por eso me gustaría saber realmente que están buscando. ¿Alguna vez utilizaron la Legeremancia? ¿O la usaron contra ustedes? ¿Qué es lo que esperan o qué buscan llegar a hacer? Verán, la mente es como un libro. Y cualquier persona es capaz de leer. Pero pocas personas son las que realmente pueden encontrar los detalles, incluir una trama o cambiar el final de un cuento. ¿Me explico?~

 

La Arcana de la Legilimancia sonaba más tierna de lo que acostumbraba mostrarse. Pero no sabía realmente si estos dos nuevos alumnos habían realizado el manejo del arte de leer mentes. Los tres primeros si, y habían podido avanzar un poco más rápido tal vez. Pero no sabía de lo que ellos eran capaces. Como había divisado aquellos pensamientos de Nathan, también había visto algunos de Anne. Vidas complicadas. Preocupaciones por doquier. Y todo empezaba por el comienzo, asi que esperó sus respuestas y les hizo otra pregunta, pero esperando que empezaran a actuar.

 

~¿Cuándo fue la última vez que visitaron su lugar preferido? O que pensaran en él. ¿Tienen uno? ¿Lo conoce alguien más? Podemos empezar por eso. Pueden sentarse donde quieran. Relajarse. Poner la mente en blanco. Y que ése sitio los invada por completo. Claro, que no será ningún secreto para mi, asi que no teman en compartirlo conmigo~

 

La terraza era lo suficientemente tranquila como para que se sentaran juntos o alejados. En el suelo, en un banco de piedra, sobre el balcón que daba al agua o arriba de un árbol, eso era lo de menos. Rosália se encaminó cerca de la pequeña fuente, que había empezado a escupir agua lentamente. El ruido del agua, el olor de las flores y la tranquilidad del lugar, ayudaba mucho a que la tarea fuera aún más fácil.

YrPEYwy.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La respuesta de la Arcana lo tomó tan por sorpresa que sintió como sus rodillas se aflojaban un poco y tuvo que hacer un gran esfuerzo para contraponerse a aquellas fuerzas que tendían a tirarlo hacia el suelo. No había dudado por un segundo que la mujer sería capaz de conocer su historia y sus motivaciones, pero ciertamente no esperaba que le fuera tan fácil leer su mente. Su enfermedad, si bien sabía manifestarse de manera muy frecuente, era algo que mantenía como un secreto. Ni hablar de la cicatriz que descansaría eternamente en su pecho, la cual sólo Arya, su madre y ahora Rosália habían visto.

 

Nathan arqueó una ceja estupefacto, más tuvo el tiempo de recobrar un poco la compostura mientras la mujer se daba media vuelta y se tendía al cuidado de una de las plantas ubicadas cerca de ella. Se quedó anonadado cuando con tan solo el tacto de la arcana bastó para que esta floreciera aún más esplendorosamente de lo que ya había hecho, y Nathan anheló por unos segundos que fuese capaz de hacer lo mismo con él: ojalá alguien pudiese curar sus demonios con tan solo tocarlo.

 

Se sintió un poco vulnerable, dado que sentía que cualquier línea de pensamiento que tuviese para responder las preguntas que le hacía caería bajo el serio escrutinio de las habilidades de la mujer. No obstante, trató de atender a la primera pregunta y enseguida notó que se encontraba en una situación de desventaja respecto de la habilidad que había aprendido previamente: antes de tomar la clase de Animagia, ya había utilizado su forma animaga un millar de veces, en cambio la Legilimancia era para él una experiencia totalmente nueva.

 

- Debo confesar que no, nunca la he usado. - confesó Nathan, mirando a la mujer - Y hasta donde yo sé, nadie la ha usado contra mí más que usted, aunque debo suponer que es probable que alguien más lo haya hecho sin que me haya dado cuenta... ¿es eso posible? - se tomó unos segundos más para pensar la última pregunta que la mujer le había hecho, aunque esta era para él la más fácil de responder - Me interesa la Legilimancia porque quiero entender a las personas pero más que nada quiero saber qué los lleva a hacer las cosas que hacen. - trató inútilmente que su voz no se quebrase al decir esto último, la imagen de su madre ahora desaparecida fresca en su mente.

 

Obedeció las sugerencias de la Arcana y meditó por unos segundos donde tomar asiento, decidiéndose finalmente por el balcón que supervisaba las grandes masas de agua que rodeaban la vivienda. Se sentó con las piernas cruzadas, enderezó la espalda y tras cerrar sus ojos, comenzó a concentrarse en la tarea que se le había encomendado mientras trataba de visualizar su lugar preferido en el mundo, el cual había venido a su mente apenas Rosália le había pedido que pensara en él.

 

Se concentró exacerbadamente en su patrón respiratorio, algo que siempre había ayudado a calmarlo cuando los ataques de su enfermedad lo acechaban mientras...

 

> se ordenó.

 

Comenzó a inspirar y espirar cada vez más lenta y profundamente, tratando de sentir como los músculos de su parrilla costal y abdomen se contraían y relajaban en respuesta a la masa de aire que entraba y salía de sus pulmones. Dejó que sus sentidos se deleitaran por lo que el ambiente en el que estaba sumido le ofrecía: el ruido del agua de la fuente, la fresca y suave brisa golpear contra su rostro, el olor de la naturaleza, el aire puro: todo ello se acompasaba armónicamente con su respiración mientras Nathan se relajaba.

 

Finalmente, cuando su respiración se volvió algo tan natural que pasó nuevamente a ser un reflejo, se permitió pensar en su lugar favorito. Hizo su mayor esfuerzo para esquivar todo otro pensamiento que se acercase a su mente, asegurándose que se ocuparía de él una vez terminada la clase: ahora no era importante. Poco a poco la imagen se fue formando en su mente sin demasiada reticencia, y es que era un lugar que visitaba tan frecuentemente que se permitió reconstruir cada detalle en su mente.

 

El césped recién podado, el viento primaveral soplando incesantemente y originando que las ramas de los árboles se moviesen suavemente, el ruido de los pájaros cantando; todo ello le resultaba tan exquisito que, sumada su tranquila respiración, se sentía como si estaba flotando en una inmensidad de la nada misma. El jardín de la mansión Weasley, más precisamente aquella hamaca ubicada entre los dos manzanos, a la sombra de los mismos... ese era su lugar preferido en el mundo. Era el lugar donde había besado a Arya por primera vez y era el lugar donde su madre y él siempre charlaban... claro, antes de que lo abandonase.

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Había llegado otro muchacho, y aunque sabía que lo correcto era girarse para saludarle en primera instancia, se había queado observando el lugar un poco más. Cuando se fue a girar para responderle que sí, que había acudido allí para estudiar Legilimancia, una presencia hizo sonar su voz en el aire y luego un montón de hojas revolotearon hasta formar una figura que dejó prácticamente hipnotizada a la licántropo. Instintivamente, dio un paso atrás. No se parecía en nada a Amara, la arcana de Metamorfomagia, aunque Anne contaba que con era tan poderosa como ésta. Además, aquel truquito de las hojas había sido maravilloso. Nathan se le adelantó a la hora de responder a las preguntas que Rosália les hizo. Pero lo hizo de forma esquiva, invitando a la arcana a que examinara en su cabeza para hallar la respuesta. Anne le miró, sorprendida, aunque comprendió que había sido una respuesta de lo más lógica.

 

Y la reacción de la anciana (aunque no aparentaba serlo) estuvo a punto de provocarle un infarto. Escuchó la voz de la mujer en su cabeza, y sabía que era así porque la miraba a la cara y no movía los labios. Las palabras no se transportaban por el aire, era una magia extraña que acababa de paralizarla práctivamente. ¿De verdad había sido buena idea ir hasta allí para aprender Legilimancia? ¿Por qué no se le había ocurrido pensar que aquella magnífica mujer se metería en sus cabezas para enseñarles? ¿Y si descubría... todos sus secretos? Y no eran pocos...

 

Tragó saliva, sentía que todos aquellos sentimientos encontrados se estaban reflejando en su cara. Procuró borrar aquel gesto preocupado y sonrió con cierto esfuerzo, secundando las palabras de Nathan para que la arcana no pensara que ignoraba las indicaciones que les estaba dando. «Qué tontería, muy probablemente está escuchando lo que pienso», se dijo.

 

Se dejó caer en el mismo sitio que había ocupado estando de pie y se apartó un mechón de pelo de la cara para luego observar a la arcana, que había continuado demostrando su increíble poder al tocar una planta con un dedo y hacer que ésta se llenara de coloridas flores. Se sentía muy inquieta ante la presencia de una mujer tan poderosa.

 

Tampoco yo he usado jamás la Legilimancia, y me interesa de igual modo saber si es posible que la hayan usado contra mí sin que yo haya sido consciente de ello. ¿Qué se siente cuando entran en tu cabeza? Quiero decir... ¿se siente algo? ¿O puede hacerse de forma... invisible? —guardó entonces silencio, no sabía bien cómo explicarse. Aquello era irónico, teniendo en cuenta a qué se dedicaba—. Igual quiero aprender porque considero que el poder de la mente es... simplemente maravilloso. Creo que infravaloramos la magia cuando nos creemos todo poderosos sin llegar a aprender este tipo de poder, no quiero cometer ese error.

 

Guardó entonces silencio, esperaba que sus palabras no la delataran en su afán de poder. Aunque sería complicado... sobre todo teniendo en cuenta que se encontraba en presencia de la mayor erudita en Legilimancia. Contaba con que sus secretos no estaban a salvo con ella. Solo esperaba que fuese discreta ante su compañero. Procedió entonces en concentrarse en la tarea que les había dado Rosália, la de pensar en su lugar favorito. ¿Tenía alguno? «Sí, por supuesto que sí», pensó enseguida.

 

Cerró los ojos como si así pudiera bloquear cualquier pensamiento que la alejara de la imagen de su Cork natal, allá en Irlanda, en aquel parque donde tantas tardes había ido a jugar con su padre independientemente de si era verano o invierno. Sus altos y frondosos árboles, todo lleno de fuentes donde podías beber agua o revolcarte en la hierba para sentirte en contacto con la naturaleza... no había un sitio en el mundo donde Anne se hubiera sentido tan a gusto como allí. Y lamentablemente, llevaba muchos años sin visitarlo dejándose llevar por el hecho de hacerse mayor y tener que atender las responsabilidades que eso conllevaba. Pero aquel hecho no empañó la visión, podía recordar todos los juegos y aventuras que había vivido en aquel espacio. Casi podía aspirar el aroma de las flores que crecían a los pies del árbol junto al que solían sentarse ella y su padre para merendar cada tarde, sentía que en cualquier momento escucharía su voz y todo sería como en aquel tiempo. Aunque una parte de su mente se mantenía alerta, y muy convenientemente le recordó que seguía en los terrenos de la Universidad, tomando su clase de Legilimancia. «Precaución», se recordó.

AYlDcNN.gif


oizsVNM.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Rosália espero a que éstos terminaran con el sitio esperado. No había podido ocultar su sonrisa y le agradaba sus dos pupilos, porque tenían muchas cosas en común y aquello sería mucho más fácil. Asintió a sus preguntas y le hizo una seña, para que primero empezaran a relajarse, la Arcana no podía permitir que se alertaran entre tantas preguntas y respuestas, asi que se enfocó en los pensamientos de ambos para ver cómo lo hacían.

~ ¡Buen trabajo, muchachos! No creí que lo lograran a la primera~

El tono de Rosália era despectivo pero de una buena manera, como incrédula por ver aquellos buenos resultados. Ambos se habían enfocados tanto en aquel lugar, que para Rosália era tan real como lo habían sido las hojas de los árboles que había tocado. Nuevamente tenían algo en común, el hogar, asi que estaba segura que aquello sería lo que seguía. Miró a Nathan. Miro a Anne, y empezo a caminar alrededor de ellos, pensando en cómo iba a seguir.

~ Están en el sitio correcto, entre los tres lograremos que logren manipular la Legilimancia. Respondiendo a sus preguntas, es algo imperceptible. Es extraño saber si alguien está leyendo nuestras mentes o no. La diferencia está en saber usar la Oclumancia, porque en ése caso, alcanza con cerrar la mente y ya nadie podrá penetrarla. Asi que déjenme corregirlos, y más que saber si alguien la usa contra ustedes, serán capaces de hacerlo con otros.~

Mientras comentaba aquellas respuestas, había llegado a caminar un circulo en completo. La brisa acariciaba cada centímetro de aquella terraza. Las diminutas flores que portaba la Pereira, se movían como agradecidas por aquel oxígeno. El sol brillaba intensamente sobre el pelo rojo fuego de la Arcana y la respiración de los tres parecía coincidir de a poco. Los chicos habían empezado a sincronizarse, asi que lo siguiente era meramente acción.

~Asi que terminando de contestar a sus preguntas, en vez de explicarlo, vamos a causar que lo vean con sus propios ojos. ¿Les parece? Ponganse frente a frente y vuelvan a concentrarse en aquel sitio. Quiero que lo visiten cada vez que esten a punto de utilizar la Legilimancia. Cuando esten seguros, salten dentro de la cabeza del otro. ¿Entendieron? Anne, invadirás la mente de Nathan y éste en la tuya. No los quiero presionar tanto, pero espero que como mínimo, puedan ver algo del otro. Sea un dato superficial o un secreto escondido. Eso contestará la pregunta de Anne. ¿Listos? Respiren y empiecen...~

Y así empezaba la lección. La Arcana estaba segura que no la lograrían a la primera, porque ninguno había recurrido antes en ella, pero la magia del Arcano y la Vara de Cristal, ayudaba de más a la conexión que ellos necesitaban. De hecho no se habían dado cuenta, pero había usado ésta última para crear un vínculo. Era magia extrema, magia Uzza que aún nadie allí dentro de la comunidad mágica de Londres había aprendido, pero era una mágia que los ayudaría a vincularse mentalmente. Además de sus propias habilidades, éste poder ayudaba a conectarlos, a recrear en su corazón lo que sentía el otro.

Nathan vería básicamente la vida de Anne. Lo mismo que ella, Anne vería todo lo que había vivido Nathan. ¿Pero qué se animarían a ver? Rosália casi les comenta que no había problema con ello, que nada saldría de allí, pero sabía que la adrenalina jugaba un buen papel en sus clases.

Editado por Rosália Pereira
YrPEYwy.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El estado de paz mental en el cual se encontraba sumido era tal que por poco se pierde demasiado en los jardines de la Mansión Weasley, era un lugar tan embriagador que hasta dentro de la realidad confinada de su mente sabía atraparlo hasta robar gran parte de las extensiones de su consciencia. Por unos segundos, contempló dentro de su mente la sombra que se proyectaba sobre el césped cuando los rayos solares incidían sobre los altos árboles de los cuales pendía su hamaca favorita, más de pronto su concentración se encontró opaca al escuchar la voz de la Arcana, respondiendo a sus preguntas.

 

Con que Oclumancia... >> pensó, y era tal el estado de inseguridad en el que vivía últimamente que no dudó en considerarlo como otro posible método de protección. Durante las semanas que siguieron a su revelación como miembro de la Orden del Fénix en el Atrio del Ministerio de Magia e incluso hasta ese día, lo único que lo atormentaba era la idea de mantenerse a salvo y fuera del fuerte criticismo que la sociedad le impartía erróneamente, pero sobre todo de aquellos magos oscuros que buscasen matarlo, secuestrarlo o manipularlo de alguna manera. La Oclumancia le ayudaría contra ello, pero decidió dejar ese pensamiento para más tarde.

 

Retomó plena concentración en cuanto se dispuso a seguir las instrucciones de la docente, siendo él quien tomó la iniciativa de acercarse a Anne y sentarse frente a ella, dispuesto a continuar con la clase y ansioso por tener su primera experiencia con la Legilimancia, que por meses había sido una ciencia mágica de gran interés para él. Fue así que, una vez sentado, volvió a concentrarse en los jardines de la Mansión Weasley y se regodeó en cuestión de segundos de la paz y tranquilidad mental que aquel lugar le proveía... era simplemente una sensación de plenitud.

 

Por un momento, le surgió la duda de como haría precisamente para entrar en la mente de su compañera, y qué haría una vez allí dentro... ¿cómo sería explorar los recuerdos de alguien? La respuesta le llegó algo más rápido de lo que se hubiese esperado, y fue algo sin embargo algo tan instintivo que le resultó completamente natural hacerlo, tanto que se sorprendió de no haberse dado cuenta antes. Tan solo se concentró en Anne y focalizó su imagen física, impregnando los jardines de la Mansión Weasley de la esencia de la desconocida hasta que fue capaz de reconstruirla y de hacerla parte de la imagen.

 

De a poco, la imagen de los jardines fue desapareciendo para ser reemplazadas por otras, algo más borrosas y menos nítidas, que definitivamente no eran imágenes suyas. Eran imágenes de paredes rasgadas y de un lugar descuidado, de varios nenes riéndose de una persona a la que él encarnaba, de un sacerdote con un colgante de una cruz católica pendiéndole del cuello. Por unos segundos fue como si la conexión se debilitase, porque los recuerdos desaparecieron y Nathan volvió a encontrarse a sí mismo dentro del jardín, más hizo su mayor esfuerzo para volver a la mente de la muchacha y pudo ver algo más: una vieja mujer con la frente arrugada, ojos saltones y una expresión de soberbia que hasta a él le causó amargura.

 

De alguna manera, y sin poder explicar como, a su propia mente le vino un nombre que nunca había escuchado en su vida y que claramente debía pertenecer a la mente de Anne: señora Doherty.

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

~Eso es. Eso es, Nathan~

 

Comentó la Arcana cuando pudo observar detenidamente a Nathan por cómo se concentraba para enfocarse en Anne, una jovencilla que estaba más distraída de lo que le gustaría a Anne, pero que a Rosália le servía porque la utilizaba para que su pupilo pudiera realizar su labor. Vio las mismas imágenes que estaba mirando el Weasley. La cruz, las paredes rasgadas y la vieja arrugada. La vida de Anne estaba siendo visualizada por el joven.

 

~Ahora quiero que te mantengas con ésa concentración, Nathan. ¡Mantente asi! De la misma manera, con el paso del tiempo, vas a ver que esos recuerdos, esos pensamientos se vuelven más físicos si tú lo deseas. Quiero que tomes uno de ellos y lo manejes a tu antojo. Quiero que seas el causante de reparar una catástrofe en la vida de alguien o de provocarla. Quiero que uses toda tu habilidad para ello~

 

Rosália ni siquiera le había estado hablando para ése entonces. Todo era comunicación mental, ya que Nathan se había enfocado más tiempo en ésa figura. ¿La conocía? ¿Por qué había llamado su atención? Por eso es que Rosalia le habia dado aquellas indicaciones. Podia agarrar un recuerdo de Anne o uno suyo. O de cualquier persona, el objetivo solamente estaba en conocer cuánto uno podia manipular la cabeza de la otra persona, y ser consciente de ello.

 

@

Editado por Rosália Pereira
YrPEYwy.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Que la arcana les indicase que habían cumplido correctamente con la primera tarea que les había impuesto fue un alivio para Anne, quien solía obsesionarse con hacer bien todo lo que emprendiera. Pero aún así se sentía intranquila, pues aprender aquella habilidad le resultaba demasiado difícil, y eso que aún no habían entrado en profundidad los misterios que ésta encerraba. Ahora les tocaría intentar leerse la mente el uno al otro. ¿En serio? No tuvo tiempo de reaccionar, pues Nathan se colocó ante ella y se sentó enfrente, quedando ambos mirándose a los ojos directamente.

 

Tragó saliva, visiblemente incómoda. ¿Qué vería en su cabeza? Aquel chico pertenecía a la Orden del Fénix, ella lo sabía después del lío del Atrio del Ministerio. Había descubierto tantos nombres conocidos que pertenecían a aquella secta... ¿y si descubría que era mortífaga? Volvió a tragar saliva y se removió, visiblemente incómoda. No, estaba segura de que la arcana no permitiría que avanzasen tanto el uno con el otro... o quizás simplemente lo deseaba con tanta fuerza que algo en su interior le decía que no era una posibilidad, sino un hecho. Además, Nathan también había dicho que no había utilizado nunca la legeremancia, así que suponía que todavía estaba a salvo.

 

Se concentró en las palabras de Rosália y luego miró fijamente los ojos del Weasley, de un interesante tono entre marrón y verdoso. Sintió una extraña presión en la cabeza y le pareció que se habría caído de espaldas si hubiese estado de pie. ¿Significaba aquello que Nathan había conseguido realizar la tarea de meterse en su cabeza? Cerró momentáneamente los ojos y volvió a conectar su mirada con la de su compañero, centrándose en aquel parque de Cork que había recordado un poco antes, en la anterior tarea. No le costó mucho, cosa sorprendente teniendo en cuenta el estado en el que se encontraban sus nervios en aquel momento. Y entonces, lo intentó.

 

No supo cómo lo había hecho, pero la imagen del parque se diluyó en su mente ligeramente, como superponiendo aquel recuerdo con otro que no conseguía ubicar. ¿Qué lugar era ése? Le resultaba familiar... pero a la vez le parecía absolutamente desconocido. ¿Y quién era aquella mujer? Le resultaba conocida...

 

No podía darse por vencida, tenía que seguir intentándolo. Quería verle el rostro a la mujer, quería saber qué hogar era ése en el que Nathan... ¿era Nathan de pequeño? ¿Por qué había médicos muggles atendiéndole?

 

La aparente conexión que había establecido con el Weasley se rompió de pronto, haciendo que Anne diera un respingo en el sitio y parpadease varias veces, como intentando despejarse de lo que acababa de ver. Se frotó la cara con las manos durante un par de segundos y luego miró a Nathan con gesto atónito. Decidió guardarse para sí lo que había visto.

 

Lo... lo siento —dijo a media voz, aunque no sabía porqué se disculpaba. Al fin y al cabo, Rosália les había mandado hacer aquello, ¿no?—. Arcana... Maestra... esto es complicado. He conseguido ver algo que no era mío... pero he perdido la conexión de golpe. ¿Es eso normal? ¿O he hecho algo mal? ¿Sólo tengo que concentrarme y... ya está? ¿Así podré leer una mente ajena? —preguntó, casi con ansiedad. Se pasó una mano por la frente y notó que estaba ligeramente húmeda—. Tenía entendido que había un... hechizo o algo así. Creo que lo leí siendo niña, ni siquiera lo recuerdo bien. Aunque acabo de comprobar que no es necesario... —añadió, mirando de soslayo a Nathan—. Y... ¿es necesario tener contacto visual con... con...? Bueno, ya sabe, así como hemos hecho ahora mismo nosotros —siguió preguntando, señalando a Nathan y a sí misma alternativamente—. Siento tanta cuestión, pero... no puedo evitarlo, ha sido muy raro.

AYlDcNN.gif


oizsVNM.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

~No te preocupes, Gaunt. La próxima lo podrás hacer mejor. No esperaba más de tí para ser la primera vez~

 

Aquellas palabras salieron de la boca de Rosália mientras Anne perdía la conexión con la mente de Nathan. No se había dado cuenta, pero en ése momento, algo le dijo que cómo lo había expresado, podía llegar a sonar demasiado bruzco. Pero Rosália se había aflojado, ya no era tan ruda con sus alumnos, solamente le había querido decir que lo había hecho demasiado bien para ser su primera vez y que con el paso del tiempo se iría afianzando.

 

Pero no era una mujer que retrocediera en sus pasos, y la intuición femenina le decía que la jovencilla entendería sus palabras. Más cuando le dirigió una sonrisa. Era Rosália sonriéndole a una mujer. ¿Qué le estaba pasando? La comunidad londinense la estaba cambiando. Para elllas todas las muchachas eran rivales. Y más si eran hermosas y querían entrar en la magia de leer las mentes. Pero ése no era el caso y hasta quería que las personas que tenía en frente, se volvieran aún más fuertes.

 

 

~¿Dices el Legeremens? ¡A, niña! Eso es para novatos. Yo misma te enseñaré a leer las mentes, a controlarlas, a manipularlas. No necesitas hacer una actuación para que la otra persona sepa que estas entrometiéndote en su espacio personal. Cuanto más disimulo le pongas al uso de la habilidad, mejor va a ir en tu vida~

 

Una vez que los dos chicos terminaron, Rosália se había puesto a dar unas vueltas a su alrededor. A Nathan ya le había encomendado una tarea, asi que debía enfocarse en Anne.

 

~Sólo necesitas un poco más de concentración. ¿Por qué no estiras un poco las piernas? ¡Ánda! ¡Vamos! Sé que podrás hacerlo. Asi practicas un poco más y verás como no necesitas un hechizo. ¿Ves el Campus Universitario? Me gustaría que invadas la cabeza de tres personas y me traigas sus recuerdos. Dependiendo de la nitidez de éstos va a ser la concentración y empeño que le has puesto mujer~

 

Rosália se acercó a Anne para ayudarla a levantarse. De momento Nathan se quedaría allí, haciendo lo que debía. Tranquilizó a Anne, diciéndole que la acompañaría. Claramente que tambien se quedaría con el muchacho. ¿Y cómo podría estar en ambos sitios a la vez? Las mentes eran un juego para la híbrida Pereira.

YrPEYwy.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La voz de la arcana resonó dentro de su mente como si alguien le hubiese puesto uno de esos audífonos muggles y la arcana hablase a través de ellos. Fuertes y claras, escuchó sus palabras dándole aliento y encomendándole una serie de nuevas instrucciones, que en un principio pensó que eran demasiado difíciles de manejar pero que, tras pensarlo un poco, estaba seguro de que tarde o temprano le encontraría la vuelta y sería capaz de cumplir con el cometido. Después de todo, estaba allí para aprender.

 

Primeramente, se concentró, tal y como le había ordenado la Arcana, en mantener aquel estado de concentración que tan fácil le había resultado encontrar. Al menos podía cumplir esa parte de la asignación dado que, afortunadamente, los jardines de la Mansión Weasley parecían verdaderamente ser su lugar en el mundo, y allí en su mente sentía que estaba libre de todo peligro y todas las preocupaciones que probablemente volverían a atormentarlo luego de la clase, pero que no podía dejar que interfiriesen en ese momento. Nadie podía hacerle daño allí, vivía en una especie de burbuja .

 

Prosiguió a buscar un recuerdo que fuese plausible de modificar, y decidió que quizá lo mejor que podía hacer era tomar un propio recuerdo, dado que no consideraba apropiado modificar los recuerdos de la mente de Anne, y dudaba poder hacerlo con los de la Arcana, quien seguramente estaría dotada con la habilidad de Legilimancia. Por tanto, al igual que había hecho con su compañera y pensando que sería un buen punto de partida, se visualizó a sí mismo en aquel jardín y en cuestión de segundos, mucho más fácilmente que con su compañera, los recuerdos comenzaron a fluir como una lluvia torrencial, inundandolo de una variedad de experiencias que no visitaba hace mucho tiempo, ni siquiera en sueños.

 

A pesar de la enorme variedad de momentos que podía utilizar para la tarea, sabía perfectamente cual recuerdo quería modificar. Era uno de los recuerdos más dolosos de su vida, pero necesitaba alterarlo si quería poder obtener un poco de sanidad mental en aquellas épocas donde no era otra cosa que un criminal y un buscado por los mortífagos. Escudriñó exhaustivamente su memoria hasta que encontró aquella tormentosa tarde de Otoño en la cual se enteró de una de las peores noticias de su vida: cuando su madre biológica lo abandonó para nunca más ser vista.

 

Fue allí que se encontró con el obstáculo que más había temido desde un principio: visitar los recuerdos no era algo que lo había preocupado, dado que lo había logrado con Anne y suponía que hacerlo con él mismo sería aún más fácil, cosa que había comprobado. No obstante, alterar el recuerdo era harina de otro costal y se encontró con que no tenía idea de como proceder. Meditó por unos segundos, hasta que finalmente la idea vino a su mente de manera tan abrupta que pensó en que quizá la Arcana le había dado la pista sin que el lo supiese.

 

Se concentró en el recuerdo y luego en lo que quería como resultado final. Se visualizó a sí mismo llegando a casa luego del trabajo, dejando sus cosas en el recibidor y caminando hasta la cocina, donde su abuela le esperaba con un semblante serio. Hasta allí, todo seguía los hechos tal y como habían ocurrido. Sin embargo, en vez de recordar como su abuela le relató la carta que su madre le había dejado, se imaginó que su abuela le contaba sobre la muerte de su elfo doméstico, quien había fallecido trágicamente años atrás, dejando devastada a la familia. Pensó una y otra vez en aquella secuencia de eventos, hasta que finalmente se cansó.

 

Ciertamente estaba reemplazando un recuerdo triste por otro triste, pero necesitaba deshacerse de ese recuerdo original lo antes posible, dado que era la raíz de su sufrimiento. Dejó pasar unos segundos, tras los cuales creyó haberlo logrado, dado que cuando volvió a concentrarse en los jardines de la mansión Weasley y en su enorme torrencial de memorias que parecían encontrarse más organizados y nítidos con cada segundo que pasaba, no pudo volver a encontrar el recuerdo original, que parecía haber sido borrado definitivamente, sino una versión modificada del mismo.

 

¿En verdad lo había logrado? Solo la Arcana lo diría...

Editado por Nathan A. Weasley

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.