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Legilimancia


Rosália Pereira
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Ciertamente debíamos de estar conscientes de lo que estábamos haciendo ahí, con la arcana, por lo que sentí que su manera de explicarnos era como un llamado de atención para que nos concentráramos más en las profundidades de la habilidad mágica y sonreí un tanto apenado, era cierto que estaba un poco vago en mi mente en esos momentos y debía de ser más responsable con el entrenamiento si en verdad quería ser un legilimante de calidad.

 

Cuando mencionó acerca de magos y brujas perderse en la mente de otro hice una breve pausa en mi tren de pensamiento. Era cierto, cualquiera de nosotros podía perder la consciencia en cualquier otra persona si no controlábamos con calidad nuestra habilidad (si es que llegábamos a manejarla) y era un riesgo demasiado latente, confirmando mis sospechas de lo que había aprendido en la habilidad de oclumancia podía hacerse realidad: podía perder a alguien dentro de mi propia mente o, peor aún, podría ser yo quien se perdiera.

 

En esos momentos nos despidió la arcana, debíamos de regresar para nuestro entrenamiento después pero no sin antes darnos unas cuantas preguntas que resolver por nuestra propia cuenta y, aunque cada uno de nosotros desarrollaríamos una respuesta diferente, las tres se enlazaban a la perfección.

 

- Roto algún jarrón o vasija... perfecto maestra, nos estaremos viendo pronto, gracias por todo.

 

Había elegido la última pregunta porque era la que mayor conflicto me causaba, obviamente, porque en mi entrenamiento con la oclumancia se me había intentado "romper" parte de la consciencia y debía de identificarlo... esto podría seguir la misma línea, la huella que dejaba la otra persona... Eso podría ser un grave riesgo para un legilimante, en efecto, porque sería como dejar su marca personal en la mente del otro y ser descubierto. Debíamos ser como ninjas. Sí, como ninjas...

 

Al irnos de aquel sitio miré a mis espaldas para ver a Adryanie hacer un tipo de ejercicio de concentración, todo indicaba que estaba dispuesta a practicar desde ese momento pero mis barreras se habían fortalecido que no dejaría que entrara... hasta el momento indicado porque, bueno, al final de cuentas seguía siendo una vieja amistad que lamentaba no frecuentar más al irme... de... bueno, eso no importaba.

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Los ojos negros del Rexdemort miraban fijamente su reflejo, suspiró por un segundo antes de enfrentarse a aquella ventana que se encontraba delante de él. Los años empezaban a pesarle al hombre, ya no era aquel jovencito; cuando sacudió su cabello y pudo notar algunos cabellos blancos. Báleyr se lo había advertido, pero Axel tenía sed de conocimiento y era ese el motivo por el cual se encontraba ese día, allí parado en medio de la universidad, mirando fijamente su reflejo.

 

Su rostro inexpresivo, había cambiado sus ideales soñadores y visionarios, por una mirada pragmática del mundo, era por eso que tenía una cita con Rósalia Pereira. Los hombres de intelecto más amplio saben que no hay una clara distinción entre lo real y lo irreal; que todas las cosas aparecen como lo hacen solo en virtud de los delicados soportes físicos y mentales individuales a través de los cuales nos hacemos consientes a ellas, pero el materialismo prosaico de la mayoría lo condena como locura, los destellos de Legilimencia que penetraban en el velo común del empirismo obvio.

 

Más allá del misticismo que rodeaba a aquella mujer, Axel se sentía emocionado. Sacudió una vez más la cabeza como un perro, cerró los ojos y trago saliva. A veces su mente era un caos total, quizá otra razón por la cual quería incursionar en los aposentos de la arcana.

 

Recuperando la conciencia, Axel se apresuró. Metió sus tatuadas manos sobre los bolsillos de sus jeans rotos, y continúo el camino hacia el lugar indicado.

 

Al llegar quedo en silencio, era la primera vez que veía aquel extraño lugar. Con una actitud bizarra se adentró paulatinamente al lugar, con su peculiar aroma a cigarrillo caminaba asombrado destacando por su ropa negra en ese lugar tan verde, la vegetación era sorprendente, había demasiadas plantas.

 

Ahora solo restaba encontrarse con la arcana, estaba seguro que ella debería saber perfectamente que Axel había llegado. Por lo que se tomó su tiempo admirando la flora del lugar.

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- ¿Axel?

 

Alcancé a notar la presencia del Warlock en los terrenos del hogar de la arcana y, no lo sabía con seguridad, pero algo me decía que no era un asunto ministerial lo que venía a ver.

 

- Así que tomarás la habilidad, - comenté al acercarme para estrecharle la mano como saludo amistoso - es para mi un placer el poder ser un compañero aunque, bueno, me he adelantado un poco junto con Valkyria Karkarov y Adryanie, creo que ambas brujas las ubicas muy bien, ¿cierto?

 

Al estar tan cerca del mago pude notar un olor a cigarrillo bastante fuerte, sobre todo porque yo no fumaba en mi hogar con el pequeño Eirian en nuestras vidas, solo a veces en las oficinas de El Profeta o en algún trabajo que tuviera, así que me había vuelto más sensible al olor tan peculiar del tabaco. Y no era lo único que resaltaba del mago, a diferencia de mi vestía de ropas negras, muy 'muggles', mientras que yo utilizaba una hermosa túnica de tono cobre en dos piezas, siendo la parte inferior la más oscura de ambas.

 

- Creo que no tardarán en llegar nuestras compañeras y estoy seguro de que Rosália está por aquí cerca, verás, nos ha pedido que regresemos con una cuestión bastante interesante que resolver. No sé como empataremos ese breve aprendizaje ahora con un nuevo compañero de aprendizaje, pero seguro la arcana lo resuelve rápidamente.

 

Obviamente no intentaría utilizar la habilidad para saber lo que pensaba mi viejo amigo, en primer lugar porque no estaba seguro de dominar lo básico para lograrlo y, en segunda, porque las instrucciones de Pereira aún no llegaban referentes a esa práctica, era obvio que no quería ir en contra de los deseos de mi guía en aquel o ningún otro entrenamiento.

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Casi parecía ayer cuando estaba caminando por aquellos terrenos de la Universidad con la firme intención de encontrarme con una Arcana, aunque ésta vez tomaría una habilidad diferente. Al volver nuevamente a mi hogar, a la vida que dejé atrás una vez más, era imposible no tener esa necesidad, quizá arraigada en mi ser, de querer terminar todo aquello que dejé a medias. No me gustaba sentirme así de modo que al menos por el momento no había tenido más opción que volver a inscribirme para recuperar la habilidad que perdí.

 

Estaba vestida de forma muy casual, unos jeans, una blusa color esmeralda y unas botas cafés. Traía el cabello sujeto en un moño, a veces me molestaba tenerlo sobre la cara, luego lo recortaría. En una pequeña bandolera (con hechizo de ampliación) traía todo lo que consideré necesario para la clase, incluyendo los anillos y piedras adquiridos en anteriores cursos tomados en la Universidad.

 

Mientras me acercaba al lugar donde se suponía encontraría a la Arcana de Legilimancia pude reconocer a la distancia a un par de magos que conversaban, eran Axel e Ishaya a quienes hace mucho tiempo no veía. Me acerqué a ellos despacio con la intención de hacer notar mi presencia, esperaba no interrumpir alguna conversación importante.

 

- Hola, ¿cómo están? ¿también esperan a Rosália Pereira? - les pregunté, aunque creía saber la respuesta.

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Una voz familiar llamo la atención del hombre, haciendo que este volteara rápidamente hacia la derecha según su oído. – Ishaya....- Sonrió bajo aquella oscura barba, escondiendo sus amarillentos y sucios dientes con la mueca de su boca.

 

Por un momento Axel olvido que estaba rodeado de plantas, para estrechar la mano del mago. – Hej, si vine a buscar a la Arcana.- Con su marcado acento extranjero y su grave voz, Axel correspondió al saludo del mago, mirándolo con curiosidad.

 

- ¿Valkyria y Adryane? – Repitió frunciendo el entrecejo, al escuchar a su amigo.

 

Escuchó en silencio a Ishaya, y junto con aquel terreno, esos dos elementos solo alimentaron la excitación mental del mago Rexdemort, al cuestionarse como funcionaba la forma de enseñanza de Rósalia Pereira.

 

– Una grata sorpresa.- Para darle una fraternal palmada en el hombro al Tonks, actuando de forma prudente aunque realmente estaba muy emocionado por encontrarse con aquella mujer.

 

Enseguida una voz femenina atravesó lo que parecía ser un jardín, por una fracción de segundo Axel pensó que Rósalia llegaría, pero no fue asi. En realidad era una mujer que le sorprendió bastante

 

-Woo.- Silbó el hombre, para saludar de forma formal a la recién llegada.

-Mucho tiempo sin cruzarnos.- Al mismo tiempo que abría otro botón de su camisa, Axel era el único de todos ellos que sentía un calor infernal desde que entró a ese lugar.

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Valkyria seguía caminando junto a sus compañeros de clase, poniendo atención a cada palabra que la Arcana les decía y mientras más la escuchaba más se convencía en que, la habilidad que en un principio había creído que era sencilla, parecía ser aún más complicada que traer a personas muertas a la vida o visitar aquel mundo lleno de sombras y cosas inexplicables.


Había llegado con la idea errónea de que aprender como entrar en la mente de otra persona era como leer un libro abierto, nada más equivocado. Con todo lo que Rosalia les estaba explicando, sabía que había muchas cosas de por medio y que como en toda habilidad, existían ciertos riesgos y por supuesto que era más complicada de dominar de lo que ella creía.


—Como un laberinto sin salida… —susurró al escuchar que podían perderse y no volver nunca.


No pudo evitar imaginarse a sí misma en el centro de un gigantesco laberinto, perdida, dando vueltas por él una y otra vez por toda la eternidad. Lo que la llevó a preguntarse si al perderse un legilimante en la mente de una persona, ¿esa persona también se perdía?.


Apartó esa pregunta de su cabeza y el repentino temor que la invadió de tan solo pensar en quedar atrapada en la mente de alguien, volviendo a centrar su atención en la peliroja.


Cuando escuchó preguntar si habían sentido la pequeña intromisión en sus mentes, la respuesta fue no y se sorprendió. Suponía que sentiría algo pero la verdad no lo había notado. Quizá luego de aprender a abrir las puertas de su mente y la de otras personas, tendría que aprender a cerrarlas, poner el sistema de seguridad como había llamado Rosalia a la Oclumancia.


Tan concentrada había estado en las enseñanzas de su maestra, que no se percató que los estaba guiando hacía el invernadero, hasta que ya llegaron.


Evito intervenir en el tema de la Animagia, pues no sabía si todos la experimentaban de la misma manera, pero cuando ella se había transformado en un pantera podía hablar con Suluk y se sentía ella misma solo que en diferente forma. Los licántropos eran diferentes ya que muchos perdían por completo la consciencia cuando se transformaban, incluso bebiendo la poción mata lobos, no parecían ser ellos mismos.


—Tan rápido se fue la mañana… —comentó aun sin poder creérselo —Escojo la pregunta sobre los zapatos sucios —respondió luego de que Ishaya hubiera escogido una.


—Ha sido una buena mañana, gracias por las enseñanzas Rosalia… una linda tarde. Nos vemos pronto — añadió y abandonó el lugar al igual que sus otros dos compañeros de clase.


Aprovecharía el resto de la tarde para leer algo de los autores que les había recomendado la Arcana, aunque el que fueran muggles le generaba desconfianza.


~*~*~


A pesar de que la bruja había salido temprano en la mañana, estaba llegando un poco tarde. Dando pasos tan largos como sus piernas se lo permitía, la Warlock recorría el último tramo para llegar a la vivienda de Rosalía. Al igual que para la clase anterior iba vestida de forma cómoda, jeans negros, una blusa sin mangas color carmesí, zapatos bajos a juego y una túnica negra en cuyos bolsillos había guardado algunas cosas que necesitaría a lo largo del día.


—Vaya… al parecer la Legilimancia está de moda… —comentó sonriendo.


En la entrada de la morada de Rosalía había dos nuevos alumnos junto a Ishaya. Una mujer a la cual no conocía y un miembro del consejo de Warloks con el cual no había tenido mucha interacción, al menos no fuera de las oficinas del Ministerio.


—Buenos días a todos… ¿Llevan mucho esperando? —Preguntó.

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- ¿Era la arcana que maneja tiene conocimientos en Antropología o la Herbología? - Niko encogió los hombros en señal de negación. El joven siempre se había caracterizado por ser demasiado despistado y nuevamente estaba haciendo honor a ello. En sus labores como director había leído un poco sobre el perfil de los encargados de dictar las habilidades, pero quizás no se los había aprendido también como pensaba. Con suerte lograba llegar a los sitios que necesitaba y no perderse el intento pero ese día estaba un poco peor de lo normal.

 

- No importa, o bueno sí pero nunca lo descubriré - El tiempo le había enseñado que no debía preocuparse por ser despistado. Siempre lograba lo que quería aunque no en el tiempo deseado pero lo importante para él era lograrlo. Había decidido tomar una nueva habilidad y más después de haber aprendido a controlar un poco más sus habilidades mentales - Puedo decir que estoy preparado - O quizás no, pero solo la arcana podría mostrarle el camino adecuado para aprender sobre una nueva habilidad y una muy interesante.

 

Uno de sus elfos le había dado las indicaciones necesarias para llegar hasta el lugar en el que podría encontrar a la arcana pero lamentablemente había perdido el mapa así que debía recordar lo que le había - Debe girar a la derecha, luego a la izquierda, buscar un jardín y seguir derecho hasta llegar a una pequeña calle que lo lleva a los jardines de Rosália - Era lo que podía recordar o al menos lo que creía recordar pero no estaba seguro. El Tonks nuevamente encogió sus hombros y comenzó a caminar lentamente para poder detallar bien la naturaleza y todo lo que lo rodeaba en ese momento.

 

Siguió una a una las indicaciones que había revivido en su mente hasta llegar a un bello jardín lleno de flores que nunca antes había visto, aunque tampoco es que hubiese dado muchos paseos por la Universidad - Me da que he llegado al sitio incorrecto pero no lo puedo saber sin mi mapa - El Tonks no sabía qué hacer así que simplemente decidió sentarse sobre el pasto para concentrar su mente. Necesitaba recordar lo que habían dicho sus elfos con todos los detalles e incluso recrear la imagen del mapa que con mucho esfuerzo habían hecho para él.

 

- Creo que no lo voy a lograr - Suspiró al notar que no era capaz de recordar más cosas. El Tonks aparentemente estaba en el sitio correcto pero no era lo que él esperaba encontrarse, menos después de haber tomado clases con las otras tres arcanas en sus clases de Animagia, Metamorfomagia y Oclumancia - Al menos puedo tomar el sol - Se acostó y comenzó a pensar en todo lo que había vivido en cada una de las clases y lo mucho que había aprendido de dichas arcanas.

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Al menos esa mañana se había levantado temprano. Abrió la ventana de par en par mientras aspiraba profundamente el aire de esa mañana. Sentía, de alguna manera, como los rayos del sol revitalizaban su cuerpo. Estiró sus brazos y mientras lanzaba un par de gruñidos, esos que uno suelta cuando se levanta. Fue dando pequeños saltitos hacia el baño, donde cambió sus hojas y terminó de alistarse.

 

El tiempo entre clases que le quedó a Rosália había sido tranquilo. Esperaba con ansias las cartas llenas de dudas, sobre los niveles de conciencia, claves para encarar una mejor semiótica, o simplemente algún apunte escrito por parte de ella. Pero nada. Bueno, mejor. Había tenido tiempo de visitar a sus amigas Arcanas y ponerse al corriente. Estaba adelantada ¡por fin llegaría temprano! Es que, se había cansado de que cada vez que saliera de su cabaña, más personas estuviesen esperando por ella.

 

El cabello lo llevaba suelto. Un poco de rubor y delineador. Algo natural, pero más coqueto que la última intervención. La primera comenzaba a hacerse presente y lo sentía dentro de la cabaña. Se había puesto como una camiseta blanca, dejando ver un poco de escote y una pollera un poco manchada de barro. Trabajarían en el jardín ese día junto con los interesados.

 

¡CRACK!

 

Un estrepitoso trueno había asustado a la Arcana, que dejó caer las ollas, causando a su vez, más alboroto. Golpeó el suelo con su pie izquierdo, maldiciendo por debajo. Se acercó al gran ventanal de la cocina y vio un cúmulo de nubes bastante amenazantes. No hacía falta saber sobre meteorología para saber que se venía una tormenta, un tanto feroz. Maldijo nuevamente. Quería tomar el primer sol de la temporada. Y nada.

 

Escuchó voces. Ideas. Abrió los ojos como platos. ¿Enserio que ya estaban ahí? Suspiró mientras daban un pequeño berrinche. Eran las nueve de la mañana y esperaba poder realizar un par de cosas, como desayunar, antes de visitar el invernadero. Aun así, no podía ser tan descortés de dejar a la gente esperando afuera. Su discurso embaucador estaba primero. Ya saben, se atrapan más moscas con miel que con vinagre.

 

Rápidamente dejó una tetera al fuego y fue a hacia la puerta. Estaba descalza.

 

- ¡Hola, hola! Bienvenidos –abrió las puertas de par en par sonriendo con calidez.

 

Estaba de buen humor, porque pudo descansar. En parte. Cuando realmente vio cuánta gente estaba en el portal de su cabaña repensó dos veces la apertura de la puerta. Tendría que haberse hecho la tonta. Un, dos, tres, cuatro, ¡cinco! Se llevó la mano a la mejilla y titubeó un poco. Sacudió la cabeza levemente, ahuyentando energía negativa.

 

- Como diría el dicho, the more the merrier. Vamos, pasen, que se viene una tormenta y no quiero a ninguno de ustedes resfriados.

 

Sonrió con los ojos. Esta vez no sería tan sutil. Como si de un fantasma se tratase, la conciencia de Rosália traspasó por la mente de cada uno de ellos, inclusive la de Ishaya, el Oclumante. Nada invasivo. Le gustaba armarse un perfil de sus estudiantes antes de empezar. Con Valkyria, Adryiane y el director del Profeta, lo había hecho en el desayuno. NI bien había terminado, giró sobre sus talones y se dirigió a la cocina.

 

- ¡El último que cierre la puerta, que entra el fresco!

 

Con su varita iba sacando tazas de diferentes colores y tamaños. Todas con motivos florales. Se dio cuenta en seguida que Valkyria no iba a poder consumir, y devolvió una de ellas, quedando cuatro para sus estudiantes, y una para ella. La Legilimancia podía darte la chance de visitar mentes, pero todavía no permitía la telepatía. Se giró, mientras se apoyaba en la mesada, quedando frente de la mesa.

 

- ¿Todos están bien? Me han llegado cartas de la Universidad, pero nunca pensé que vendrían tan pronto. Déjenme adivinar, Sally, Axel y Niko, los nuevos. Me encanta verlos nuevamente, Valky, Ishaya. ¿Quieren desayunar? Es temprano, capaz no alcanzaron a tomar nada. Hay café y té para hacer. En el armario frío hay comida, pueden servirse.

 

Y se refería, con esto último, a la heladera. ¿Cómo podía ser que alguien tan desconfiada en la humanidad, actuara de esa manera? Oh, porque así se aseguraba de tenerlos ganados. Una de las decisiones más sabias era saber qué batallas elegir. Y qué enemigos ganar.

 

- Asumo también vienen por la habilidad. Lamento informarles que tendrán que esperar un poco. Es que ya he iniciado el proceso con Valky e Ishaya. Y una muchacha llamada Adryiane. Por lo visto se conocen. Aun no entiendo como Inglaterra es tan chico en su comunidad mágica. En Brasil es complicadísimo resaltar.

 

Sonrió cómplice. Esta vez, la cocina funcionaba por sí sola, a diferencia de cuando sus otros tres alumnos habían llegado.

 

- A las once y monedas iremos a trabajar al invernadero. Les propongo tomar el té a las cuatro y empezar a trabajar en la habilidad. Pueden pasar el día en los alrededores. Estoy segura que trasladé las plantas carnívoras y venenosas, así que el jardín está libre. Siempre y cuando la tormenta los deje.

 

Movió la boca a un lado y golpeó la yema de los dedos en la mesada con un poco de ansiedad. Estaba repasando por si se olvidaba algo.

 

- ¿Tienen alguna duda sobre el bello arte de la Legilimancia? Les prometo que iremos al ritmo necesario para que no queden baches.

 

Se acordó que tendría que regañar un poco a Adryiane. Tenía que sacar la cabeza de la coyuntura de su realidad bélica y concentrarse en aprender, antes de si quiera intentar leer mentes. Se rio por debajo recordando el suceso. No evitaba verlo adorable igual.

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Axel sonrió placido, al notar que no estaba perdido como el imaginaba. Pues parecía que había llegado al punto de encuentro de Legilmancia, más y más personas llegaban al mismo lugar que él.

 

Levantó la mano rápidamente para saludar a la recién llegada, era muy extraño no verla junto con su esposo, pues Axel jamás los había visto separados, inclusive llego a pensar que compartían el baño y coordinaban sus funciones corporales para hacerlas juntos

Así se dio cuenta que no pudo notar que el tiempo había transcurrido, pues Axel estaba seguro que había llegado en la tarde y había escuchado a Ishaya decir que sus compañeras estaban con Rosalia, pero al parecer había llegado en la mañana, el Rexdemort solo sonrió y despeinó su cabello negro, intentando no pensar en el tiempo, quizá esas plantas y esa humedad excesiva lo hacían ver visiones.

 

-Así que es ella.- Levantó la ceja al ver a la arcana, una mujer joven y con un ánimo envidiable, mientras continuaba en silencio y esbozo una sonrisa amable a la Arcana.

 

Miró al cielo por un segundo y regreso su mirada a la profesora, esa humedad era causada por la tormenta que se avecinaba.

 

–Interesante.- Siguiendo a la mujer a su casa, era una sensación extraña pues aun podía recordar sus clases con el otro anciano, lleno de sangre, viseras y un aroma de putrefacción, situación completamente diferente, un cambio de 180 grados.

 

Metió las manos a sus bolsillos y siguió primero a la Arcana, cuando sus ojos le hicieron una mala jugada clavándose directamente en el derrière de la Legilimante. De izquierda a derecha se tambaleaba, cuando hablaba sobre algo que Axel obviamente ignoro, pues en su cabeza solo se formulaba una pregunta. – ¿En serio era una anciana aquella mujer?-

 

Automáticamente solo respondió con un movimiento de cabeza sentándose enfrente de la mesa, valla que era hermosa aquella mujer. Sonrió sin pronunciar palabra de nuevo, que demonios estaba hablando la Arcana, solo escucho algo de que los separaría.

 

Miro a sus compañeros rápidamente y asentó con la cabeza, para salir de aquella cocina. Miro rapidamente a Ishaya y se despidió por el momento del mago y la Warlock. El joven Rexdemort solo suspiro respirando el aire, ojala empezara a llover, añoraba una tarde fría y lluviosa. Dándose cuenta que Rósalia continuaría con sus alumnos y los nuevos esperaríamos un poco más. Camino un par de pasos alejándose del ajetreo e incendio sus dedos con un chasquido un pequeño truco aprendido en Praga, Axel necesitaba un cigarrillo.

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Se había prometido que no llegaría tarde esta vez, no siempre se podía tener la oportunidad de no cometer el mismo error pero al parecer ella si que podía caer dos veces en la misma roca. De nuevo estaba allí en una habitación prestada en la academia, vistiéndose a toda prisa mientras tiraba la ropa que no iba a ponerse encima de su elfo que intentaba tomarlas sin mucho éxito.

 

-Debería conseguirme otro elfo - Wisky bajó la cabeza ofendido - Osea tú te quedas tranquilo pero tal vez uno que lleve una agenda de todo lo que debo hacer

 

¡Ay si como si estuviera tan ocupada! Aunque eso era aún peor porque no tenía nada que hacer y aún así llegaba tarde a los compromisos. Ya había amanecido y el sol comenzaba a dar algunos rayos de luz o mas bien, ya hacía un par de horas que había comenzado a iluminar los paisajes de Londres. Era un día caluroso de primavera así que decidió ir lo más cómoda posible.

 

Se apresuró a llegar hacía la universidad donde para su sorpresa vio más gente que la vez pasada hasta parecía ser.

 

<<Una reunión de la Orden>>

 

No ¿o si? ya ni estaba segura quienes eran sus compañeros de bando estaba segura de que Niko, Sally, Axel y Valkyria lo eran los había visto ¡Hasta había estado en su bienvenida en la taberna aquella vez ! Pero a Ishaya hace tiempo no lo veía aunque tal vez sólo estaba de vacaciones como ella misma lo había estado hace unos meses.

 

Vio a sus compañeros entrar de nuevo a la casa de la arcana, ella salió corriendo lo más que pudo aunque igual no pudo evitar que le cerraran la puerta, la abrió sin problemas. Apenas se sentaban a ¿comer de nuevo? No es que se quejara de comer pero pensaba cómo era que Rosalia se mantenía tan delgada.

 

Recordó la tarea que les había dejado, aunque no podía negar que había estado pensando en ella hace unos días sobre todo por lo inusual de las preguntas que debían elegir. La primera le había llamado la atención desde el principio ¿algo olvidado? es imposible que te hagan esa pregunta y no contestarla o hacer memoria al respecto curiosamente lo primero que se le vino a la mente no fue algo netamente material.

 

-Hola perdón por llegar tarde Niko,Axel, Sally un gusto verlos por aquí - Saludó a sus compañeros era bonito verlos en un lugar diferente que en la orden. Tomó algo de comida aunque sin mucho tiempo ya que casi al instante los hicieron levantarse para ir al invernadero

 

<<¿Otra vez?>>

 

Acababa de salir de su clase de Herbologia y esperaba no tener que volver a uno de ellos ¡Y vaya sorpresa! La clase de legilimancia en un invernadero

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