Libro de los Druidas

[Badru]

- Veo que has logrado sobrevivir a pesar de todo - Badru no tenía muchas expectativas así que le había sorprendido bastante que hubiese llegado sin rasguños. No obstante, Keaton había hecho una pregunta antes de irse y ni tiempo de responder le había dado al Uzza. Era obvio que debía darle instrucciones para poder continuar pero jamás dejaría preguntas sin contestar, al menos diría algo aunque no fuera claro o evidente.

 

- Claro que podemos hacer portales en el Mundo Muggle, de hecho hay una infinidad de cosas que se pueden hacer con ellos pero solo con tiempo y mucha práctica vas a poder descubrirlas - Badru podía hacer muchos portales pero sabía que algunas de esas cosas no eran permitidas o al menos estaban un poco reguladas por el Ministerio de Magia algo que no le importaba a él pero que sí tendría que importarle a su alumno.

 

- Interesante - La mayoría de magos siempre respondían que la vista pero era sin lugar a dudas uno de los sentidos más fáciles de quitarles y solo bastante pensar en un par de palabras para hacerlo. Un hechizo conocido por Keaton podía dejarlo sin ver durante un buen tiempo y no había que ser demasiado hábil o un gran mago para poder usar dicha magia. Era uno de los poderes contenidos el Libro del Equilibrio que había estudiado un tiempo atrás.

 

- Arena de Hechicero - El Uzza no era un hombre de hablar mucho o dar grandes explicaciones sobre los poderes del libro. Prefería la práctica y obligarlos a usar sus conocimientos y sus propias habilidades mágicas para lograr encontrar soluciones a las situaciones que les planteaba por medio del uso de poderes del LIbro.

 

- Entendí que era bajo ninguna circunstancia - Keaton había sido demasiado ambicioso al decirle eso a Badru y sin duda se estaba llevando dos lecciones a cambio de una. Esperaba que fuera capaz de entender la segunda sin mayor explicación porque tampoco estaba dispuesto a darle una.

[Keaton Ravenclaw]

Badru le hizo entender a Keaton que muchas veces su soberbia podía jugarle en su contra. El que el Ravenclaw le dijera al Uzza que haría lo que fuera para proteger su vista había muy apresurado, pues aquel maestro de los Druidas sencillamente invocó una Arena de Hechicero y dejó temporalmente ciego al italiano. Éste bufó por lo bajo tragándose no solo su coraje, sino también su orgullo, porque de hecho, era lo que había afectado más que su vista. Aquello entonces era una segunda lección a parte de la del Libro en sí, y estaba bien, el Animago estaba siendo bastante altanero últimamente, y algo de decoro no le vendría mal.

 

Para su fortuna, había leído ya el efecto del Cantar de Eléboro y de cómo ponerlo en práctica, por lo que se concentró y buscó a tientas entre sus ropas a Santa Teresa. Le costó alguno segundos, porque, como siempre, no recordaba dónde era que ponía a aquella arma mágica, y para su sorpresa, resultó que tras emplearla la última vez, se la había puesto detrás de la oreja izquierda. Así pues, una vez enarbolada, el mortífago la agitó con delicadeza, como si de dirigir a una orquesta se tratara, y dijo:

 

―¡Cantar de Eléboro! ―De la punta de su varita, una dulce melodía empezó a resonar mu bajito, apenas perceptible, que de poco en poco fue restituyéndole la vista. La Arena solía ser muy molesta, pues a parte de dificultar la vista, producía dolor al estar aquellos pequeños granillos en contacto con el globo ocular.

 

Así, tras unos segundos en los que la claridad fue regresando de a poco, Keaton pudo ver de nueva cuenta. No estaba seguro de que Badru estuviera poniéndole mucha atención cuando Orión había ya pasado a su prueba, pero sin duda si que estaría al pendiente de él, o eso quería pensar. Se quedó unos momentos a la espera de ver que más seguía, y no quería hablar, porque básicamente aún tenía aquella herida a su orgullo. Suspiró.

[Badru]

Cada Londinense que pasaba por aquel sitio mataba poco a poco las expectativas de alguna gran proeza por su parte. Badru esperaba la utilización de aquellos poderes, los cuales les estaba enseñando, de alguna manera más espectacular, algo que representará de verdad un reto por parte de los hechizos al ser utilizados. Se quedó ensimismado en sus pensamientos y en sus propias preguntas, ¿Qué pensarían los otros guerreros de los magos que habían logrado superar su prueba del libro? Pero lo que más le preocupaba de cierta manera era la imagen ante los otros Uzzas

Trato de despejar su mente fijando su mirada en el movimiento de varita de Keaton quien usaba el cantar de eleboro para recuperar su vista, bufo mientras ponía los ojos en blanco. Desde donde lo veía, ya estaba listo para enfrentarse a la prueba del libro del Druida, así que en lo que comenzaba a recuperar la vista el joven guerrero se acercó a este quedando a un par de pasos de distancia.

—Señor Ravenclaw. —se dirigió a él, aun examinandolo mientras pensaba si hacer la pregunta o enviarlo a casa para que se preparará mejor de lo que había demostrado a lo largo de la clase. Pero tras varios minutos viendo cada movimiento o célula de su piel opto por que lo mejor era darle la oportunidad de demostrar que podía hacer suyos aquellos hechizos.

—Espero que su actitud cambie a lo largo de la prueba. Venga mañana a las primeras horas para enfrentarse a su destino, su preparación al libro del Druida terminó. —tras aquellas palabras se dió media vuelta dándole la espalda al vampiro, si el mago tenía que decirle algo eso ya no era de interés del uzza.

[Dennis Delacour]

El día había empezado más temprano de lo normal para la Delacour que se adelantó incluso al Alba para dirigirse al Ministerio antes de que cualquier otro mago o bruja se hicieran presentes en aquel lugar. La razón de aquello era bastante simple, aquel día iniciaría su aprendizaje del libro del Druida dictado por los guerreros Uzza, así que debía dejar su trabajo para el día listo antes de partir a los terrenos de la Universidad para iniciar su camino por acceder a esos nuevos poderes.

 

Su labor dentro de la Oficina del ministro término en menos tiempo de lo que esperaba y cuando estuvo todo listo procedió a revisar que tenía todo lo necesario para cursar el libro. Iba vestida con pantalón negro, botines a juego y camisa blanca de manga larga, sobre su atuendo portaba la túnica negra con el emblema de la Oficina. Se aseguró de llevar su varita y los amuletos de los diferentes libros que había cursado hasta el momento sobre ella. Cuando estuvo todo verificado salió del Ministerio y desde una calle aledaña se apareció en los terrenos de la Universidad.

 

La ojiazul se sentía en aquel lugar como en su segunda casa, prácticamente pasaba más días en el Ateneo que en su hogar o en el Ministerio. Cursando conocimientos y llevando a cabo la clase del libro de la fortaleza se había acostumbrado a recorrer los pasillos y jardines de aquel noble lugar de sabiduría.

 

Encaminó sus pasos con rapidez hasta donde se supone debía encontrar al Uzza Badru, el sería el encargado de guiar su camino con el fin de alcanzar los poderes que aquel libro le ofrecía para seguir acumulando conocimiento y poder llegar a convertirse en una bruja poderosa que pudiera proteger a quienes lo necesitaran. La plaza del árbol de fuego era su destino, en aquel sitio iniciaría su preparación, solo esperaba tener lo necesario para lograr su objetivo.

 

Al llegar a aquel lugar divisó la imagen del Guerrero cerca al árbol que estaba en el centro de la plaza, rodeado por aquella arena que al reflejar los rayos del Sol parecía que estuviera ardiendo como el fuego mismo. Se dijo así misma que los miedos debían quedar atrás y que en ese momento solo debía mantener la actitud decidida que alcanzaría lo que buscaba.

 

Saludo al Guerrero apenas se acercó un poco más, - Badru, soy Dennis Delacour y he venido a aprender lo que se requiere para adquirir los poderes del libro del druida - dijo con tono seguro mientras mantenía la mirada fija en aquel Guerrero de armadura y pañuelo que cubría su rostro.

 

@Badru

[Badru]

¿Cuánto tiempo había pasado desde su última clase? No lo recordaba, si era honesto consigo mismo, una cualidad inusual en el Guerrero Uzza. Tras un razonable periodo de vacaciones otorgadas por la Universidad, se había dedicado a inmiscuirse en el mundo de los mortales y sus interminables guerras, que parecían emular un arreglo de domino que derribaba una pieza tras otra, cada una más grande que la anterior.

 

No obstante, esos eran temas bastante ajenos a la Plaza del Árbol de Fuego, donde se supone que asistiría su pupila.

 

Observando el amplio espacio desde una posición elevada, un burdo intento de colina más allá de dónde se erigía la especie de árbol mágico, el Uzza aguardaba, en cuclillas, el comienzo de la clase. Esbozó una tenue sonrisa, invisible gracias al pañuelo que cubría su rostro, en cuanto Dennis Delacour hizo acto de presencia, y lo confundió con su propio hijo enfundado en sus propias ropas, que deambulaba cerca del tronco. Había sido idea misma de Badru, gustoso de las ilusiones y los trucos, por lo que, su muchacho le indicó a la rubia que se había equivocado de persona.

 

Mantuvo la calma, analizando los movimientos de su alumna, hasta que transcurrieron cerca de dos minutos que, considerando el imperdonable Sol que reinaba, eran suficientes para hartar a cualquier.

 

¡Bien! Qué comience la fiesta.

 

Un portal, creado gracias al hechizo en el que se especializaba, Fulgura Nox, se abrió frente a la Delacour. El Uzza, vistiendo su elegante peto y las grebas hasta la cintura, emergió de él, dando un apremiante aplauso a manera de reconocer el aguante de su pupila. Era solo el comienzo, así que no esperaba flaquear. Caminó con gracia, rodeando a Dennis como si intentara analizarla.

 

Tu búsqueda del conocimiento se nota a leguas, sí... acarició la trenza morena que caía sobre su hombro. El entorno te es familiar, incluso podrías sentirte a gusto, pero uno debe estar realmente preparado para viajar a lo desconocido, a aquello que no entiende.

 

Se detuvo a su lado, como si contemplara una puesta de sol que, a aquella hora, parecía prácticamente improbable. Algo que le habían enseñado sus vivencias en los mundos mágico y no mágico, era la guerra. La guerra nunca cambia. Y se trataba de un lenguaje universal, en el que su pueblo era muy fluido. Pasó una mano por el carcaj de flechas, antes de dar un par de pasos hacia el frente. Se giró.

 

Te enfrentarás a situaciones a la altura de los poderes que aspiras aprender. Pero, primero, debes saber que no hay vuelta atrás. Una vez iniciado el viaje, te situarás en un estado de no retorno.

 

Aguardó algún posible comentario, antes de continuar con su introducción.

 

Naturalmente, puede que algunos de los poderes aprendidos con anterioridad, te sean de utilidad. Así que, cuéntame, Dennis Delacour, ¿qué hechizo consideras que es el más útil del Libro del Druida, y a qué se debe?

 

Confiaba en que le habría echado un vistazo al libro en cuestión, pues ese sería su punto de partida.

[Dennis Delacour]

La rubia aguardaba la respuesta del guerrero Uzza después de haberse presentado pero por unos instantes guardó silencio para luego indicarle que él no era a quien buscaba sino su hijo, error de la Delacour haber pensado que era el solo por que sus ropas eran idénticas según lo que había leído acerca de aquel guerrero, el pueblo uzza estaría burlándose de su equivocación por simplemente suponer cosas antes de siquiera asegurarse que eran de esa manera.

 

Aquel joven se marchó antes de que incluso pudiera preguntar si podría contar pronto con que Badru se hiciera presente en aquel lugar, pero ese era el sitio que se había fijado para el encuentro con el que sería quien guiará sus pasos para adquirir los poderes del libro así que tendría que esperar el tiempo que fuera necesario aún en esas difíciles condiciones. El calor era potente y hacía que la arena alrededor del lugar se calentara generando que la temperatura se sintiera aún más fuerte, en un par de minutos ya estaba sintiendo como el sudor bajaba por su frente mientras aguardaba de pie al Uzza.

 

Pero no tuvo que esperar mucho más cuando frente a ella un portal se abrió dándole entrada al guerrero quien le dedicó un aplauso para luego acercarse y observarla detenidamente como cuando una fiera esta observando su presa de caza. Badru comenzó a hablar y la rubia posó completa su atención en él y en cada palabra que pronunciaba. Cuando terminó de hablar ella procedió a responder ante sus palabras — Creo que nunca se está preparado para viajar a lo desconocido pero debemos adaptarnos a las circunstancias y situaciones que se hayan de presentar sino nunca tomaríamos esos riesgos. — hablaba manteniendo la mirada en el guerrero.

 

— Entiendo a lo que te refieres pero si algo me ha enseñado la vida es que a veces la única forma de alcanzar tus objetivos es ir hacia adelante olvidando que detrás tuyo dejas el camino por el que iniciaste y la única forma de cumplir tu viaje es llegar al final. — termino de decir para escuchar nuevamente a Badru.

 

— Es algo complicado decidir porque cada uno de ellos tiene algo especial que dependiendo de la situación podría resultar el más útil de todos si se usa bien, pero creo que me inclinaría más por el haz de la noche ya que siempre resulta de mucha ayuda poder irse de un lugar donde corres peligro y si puedes ayudar a otros con eso también creo que completas su función — dijo mientras repasaba en su mente lo que había leído de cada uno, y así como le había dicho al uzza el valor de cada hechizo se pondría a prueba dependiendo de la situación que se estuviera atravesando de allí que todos le parecieran a su modo bastante útiles.

 

@Badru

[Badru]

Asintió satisfecho ante las reflexiones de Dennis. Por fin, una estudiante que no estaba decidida a dejar que el Uzza la quebrara; tenía espíritu, ni él con todo su orgullo guerrero podía negarlo. Para ser su primera estudiante en mucho tiempo, estaba dando una buena impresión, por lo que el fornido personaje desenfundó su varita, sosteniéndola de la empuñadura de turquesa. De momento, no la emplearía en su forma de cristal.

 

Parte del viaje también es el final, sí. De modo que, comencemos, que se hace noche.

 

Giró sobre sus talones, nuevamente, indicándole a la rubia con una cabezada que avanzaran hacia las afueras de la Plaza del Árbol de Fuego. Más allá de ese pequeño oasis, se extendía un vasto desierto, atestado por constantes tormentas de arena, por no mencionar la variedad de flora y fauna que moraba ahí. Era un paraíso perdido, recuerdo de días más gloriosos para el pueblo guerrero. Se detuvo en el límite entre el adoquín y la arena.

 

Fulgura Nox, sin duda es muy útil, pero no debe tomarse a la ligera. sonrió, recordando sus primeras experiencias con aquel hechizo, que parecía incontrolable. Así como sirve de medio de transporte entre dos lugares de esta Tierra...También te da acceso a otros sitios más...particulares, si tienes los conocimientos adecuados. Hay que tener mucha concentración, más que precaución.

 

En sus ojos, podía incluso verse ese mundo de oscuridad al que podía accederse si se conocía de Artes Oscuras. Cuando niño, aún ignorante de cómo invocar los portales, se había perdido ahí muchas veces; la oscuridad se había convertido en una segunda casa para él. Pero también había viajado al pasado y al futuro. Había visto señores oscuros caer y entes luminosos ascender.

 

Nuestra primera parada será un volcán. Seguro recordaras que el libro menciona los lirios de fuego.

 

Adoptó una posición un tanto encorvada, como si planeara echar a correr. Dada su condición física, no necesitaba siquiera las botas de siete leguas que los magos osaban usar, para recorrer amplias distancias. Extendió la mano hacia las inestables dunas que se encontraban más adelante, invitando a su alumna a que avanzara.

 

Pero no te confíes. El desierto puede ser engañoso. Te veré al pie del volcán.

 

Dicho esto, echó a correr, como si su vida dependiera de ello. No tardó en perderse a la distancia, volviéndose una sombra ondulante debido al efecto óptico que producía la puesta de sol. Monitorearía el progreso de Dennis desde lejos, esperando que pudiera sortear los obstáculos que más adelante aparecerían.

[Dennis Delacour]

La rubia guardó silencio mientras observaba como el Uzza asentía a sus anteriores palabras, pero igual se daba cuenta que continuaba analizandola a cada segundo que pasaba, no dudaba que eso era algo que la hubiera desestabilizado hace algún tiempo, pero había tenido que pasar por tantas cosas últimamente que se había dicho a si misma que trataría ser lo más fuerte posible ante las dificultades o adversidades en las cuales pudieran desembocar el estudio de aquel libro. Sabía que los Uzza estaban para ponerlos a prueba y muchas de ellas no serían fáciles pero la Delacour tampoco iba a ser fácil de vencer, al menos lucharía hasta el final por lograr su objetivo.

 

Escuchó las palabras de Badru y ante su indicación le siguió, muchos tenían el pensamiento que lo importante de un viaje es el camino y que el final no importaba pero si se ha iniciado un viaje es porque se buscaba llegar a algún punto en específico sino sería simplemente un sinsentido que te dejaría a la deriva sin saber a donde llegar, solo esperaba que ese no resultara ser su caso y que lograra llegar al final del viaje que se había trazado desde el momento en el que decidió adquirir los poderes de aquel libro.

 

Mientras caminaban el Uzza hablaba de las características de aquel portal lo que le hizo recordar algo que le había indicado un familiar cuando supo que tomaría aquel libro, "si tienes los conocimientos adecuados puedes incluso viajar al pasado o hasta el mismo reino de los muertos" esas habían sido sus palabras pero no había querido profundizar el tema cuando le pidió más detalles, ahora escuchando a Badru entendía que era incluso más poderoso aquel hechizo de lo que podía imaginar.

 

Sus pasos los llevaron al borde de un desierto donde su vista solo alcanzaba a ver dunas que relucían un poco por los rayos del sol que incidían en ellos, al hablar de cuál sería su destino más cercano solo pensó en aquella ocasión en que trató de llevar a sus estudiantes a un volcán y las cosas no salieron bien, esperaba ese no fuera el caso. — Si los recuerdo y sé que el libro nos aporta el polen que viene de esos lirios y que pueden resultar muy útiles — pero antes de que pudiera preguntar o decir algo más el Uzza le indico que la esperaría al pie del volcán y echó a correr.

 

Antes de empezar su camino decidió quitarse la túnica y tomando su varita la guardó en el bolsillo del pantalón así como se aseguro de tener sus amuletos y lo necesario de cada libro que había visto incluso este último. Ella podía ayudarse un poco con la velocidad que le daba sus entrenamientos en el bando pero era mejor no descubrirse de aquella manera. No veía volcán a la vista al menos no muy cerca y sabía que no podía perder mucho tiempo así que porqué no intentar abrir un portal que la llevara al pie del volcán y concentrándose lo más que pudo invoco un Fulgura Nox pero el tamaño de aquel portal era demasiado pequeño para cruzar, aún necesitaba aprender mucho más para usarlo al parecer.

 

Descartando por ahora esa posibilidad echó a correr al límite de su velocidad sin dejar en evidencia que si quisiera podía ir incluso más rápido pero cuando llevaba varios minutos de aquel arduo ejercicio bajo el sol y en pleno desierto el viento cambió provocando una tormenta de arena entre aquellas dunas imposibilitando ver hacía dónde se dirigía sintiendo que alrededor la arena le evitaba incluso respirar bien, necesitaba hallar el volcán y así sería imposible. Entonces recordó algo de lo leído y sacando la bolsa de polen de lirios de fuego de su bolsillo aspiro un poco, sabía que eso ayudaba a proteger los órganos internos pero lo más importante es que le permitiría encontrar la fuente de calor más cercana en ese caso el volcán aún en medio de aquella tormenta.

 

De pronto era como si pudiera olfatear y sentir el calor que provenía de aquel sitio así que poniéndose en marcha se encaminó al sitio donde sentía el calor fluía de una manera más elevada y eso solo podía significar el lugar donde Badru la estaría esperando.

 

@Badru

[Badru]

Claramente no planeaba trotar todo el tiempo hacia el pie del volcán. En cuanto le sacó una ventaja considerable a Dennis, se detuvo sobre una de las dunas más altas, lejos del sendero recto que muchos estudiantes en su tiempo habían recorrido. Siempre había maneras de rodear el desierto para encontrar el volcán. Ahí, observó a la rubia lidiar con las propias inclemencias del medio. Una tormenta de arena; pero no había sido obra del Uzza, si no más bien una especie de reacción del paraje desértico a la presencia de extraños.

 

Veamos qué es lo que haces.

 

Se cruzó de brazos, esperando que su pupila saliera de aquella situación sin problema alguno. Bien podría intervenir y sacarla de ahí, pero estaría rompiendo su propio método de enseñanza, aquel que consistía en dejar que el alumno se las arreglara solo para aprender de los poderes del libro. Tenía que prepararlos para situaciones donde quizá no tendrían guía.

 

Pasaron un par de minutos, cuando vio a Dennis Delacour salir de entre la cortina de arenisca, que supo que había empleado el polen de lirios de fuego para guiarse hacia la fuente de calor más cerca. Nada mal. Le permitió avanzar hasta que la joven arribó al pie del volcán, de unos seis kilómetros de altura. El denso humo indicaba que se encontraba en plena actividad, pero no daba signos aparentes de estar a punto de hacer erupción.

 

Bien hecho. Sorteaste los peligros del desierto, guiándote a través de tus sentidos con ayuda del polen que se extrae de los lirios de fuego. utilizando el Fulgura Nox, se materializó sobre una de las laderas del volcán, varios metros por encima de dónde se encontraba Dennis. No debes olvidar que también puedes fabricar vestimenta con dicho material.

 

Sin previo aviso, retiró el arco de su espalda y lo tensó con una flecha proveniente de su carcaj. Ésta, gracias a su facilidad para los encantamientos, encendió la punta en un vivo fuego naranja, tan puro como la luz solar. Lo disparó a un par de pasos de Dennis, dónde aún había arena. Al principio, habría parecido que era simplemente una especie de advertencia, pero en cuanto el suelo comenzó a dispersarse, su alumna sabría que había sido más que un aviso.

 

Una familia de Ashwinders salió de entre la arena, atraída por el fuego de la punta de la flecha lanzada por Badru. Pero, eso no era todo: La misma arena que rodeaba a la Delacour comenzó a ascender, formando una especie de fortaleza impenetrable. Vista desde fuera, parecía un cubo perfecto. Pero bien podría ser una prisión de diseño más refinado de lo que eran Azkaban o Nurmengard. Fabricada con la magia Uzza, no cedería ante intentos de escape que implicarán la destrucción del recinto.

 

Ahora, espero que ésta pequeña prueba no te dé problemas. Una vez que salgas de aquí, si lo haces, te estaré esperando en el cráter.

 

Un portal creado por el hechizo en el que se especializaba, apareció a espaldas del Uzza. Éste comenzó a caminar hacia atrás, como queriendo la forma que utilizaría Dennis para librarse, no sólo de la prisión, sino también cómo podría mantener a raya a las criaturas atraídas por el fuego mágico. Se detuvo en cuanto tuvo un pie dentro del portal.

 

Una cosa más. Para subir, no deberás usar tu varita mágica, aunque sí algún poder que hayas empleado con anterioridad.

 

Dicho esto, terminó de cruzar el portal, y se refugió en el mundo de sombras, antes de materializarse al pie del cráter, donde la lava emanaba un calor casi tan insoportable como el del infierno mismo.

[Dennis Delacour]

La rubia continuaba el camino por donde sus sentidos le indicaban hasta que salió de aquella tormenta de arena llegando al pie del volcán donde el Uzza debía esperarla. Este no se hizo esperar apareciendo sobre una de las laderas del volcán para reconocer que había hecho bien lo anterior y recordandole otro uso de aquellos lirios de polen, — Gracias, si se que tienen esa función pero no lo creí necesario en el momento — respondió con tono tranquilo a Badru quien siempre que le hablaba mantenía su mirada fija en constante análisis.

 

De pronto el guerrero lanzó una flecha muy cerca a su posición con la punta encendida, eso hizo que varios Ashwinders hicieran acto de presencia cerca a donde ella se encontraba, estaba preparándose para combatirlos cuando la arena que la rodeaba se elevó hasta cercarla completamente dejándola prisionera dentro de aquel cubo de arena del desierto.

 

Escucho las palabras de Badru diciéndole que la esperaría en el cráter y que para llegar allí no debería usar varita alguna, genial ya pensaría en aquello cuando solucionara los dos pequeños asuntos que por ahora ocupaban su tiempo. Intentó atravesar la arena pero esta se movía a su alrededor variando su forma para adaptarse a sus movimientos, así que no era algo que fuera a ceder tan fácil, el espacio era reducido así que mejor no usaría ningún hechizo que le pudiera rebotar. Entonces recordó los amuletos del libro. En ese momento portaba uno al cuello el cual sabía que podía usar aunque consumía mucha energía. Concentrando toda su fuerza en el amuleto contra defensas carcelarias empezó a caminar a través de la arena sin que ésta ofreciera ninguna resistencia a su paso para cuando estuvo fuera desapareciera en el viento.

 

Ahora frente a ella tenía a la familia de Ashwinders, con varita en mano pronunció — Obsistens — y un cerco de materia luminosa de color azul celeste la cubrió del todo mientras se acercaba a las criaturas, una de ella se abalanzó contra ella y el cerco la absorbió haciendo que desapareciera. Luego apuntando su varita a las restantes pensó — Semillas de hielo — y de su varita salió un rayo que las congeló de inmediato.

 

Se había desecho de los dos problemas para ahora enfrentarse a llegar al cráter, usando el polen de lirios de fuego se los esparce por toda la piel con la intención de soportar el calor que haría en aquel lugar, luego recordó las palabras de Badru. <Una cosa más. Para subir, no deberás usar tu varita mágica, aunque sí algún poder que hayas empleado con anterioridad.> nada de varita pero algo que hubiera usado antes, claro había usado el portal aunque sin éxito, esperaba ahora sí lograrlo.

 

Estaba algo agotada pero de eso dependía llegar al cráter, se concentró en el objetivo que quería alcanzar como cuando usaba la aparición y pensó — Fulgura Nox — ante ella un portal de su altura se hacía presente, no alcanzaba a ver más que oscuridad en el pero debía confiar en que la llevaría a donde necesitaba y sin dudar entró en el para atravesarlo y salir a un sitio donde el calor era agobiante y frente a ella estaba Badru, había conseguido al fin usar un haz de la noche para transportarse, esbozo una sonrisa en su rostro cansado al ver al guerrero.

 

@Badru